Por Francisco Quesada

El control del directorio de la Asamblea Legislativa y de sus principales comisiones por parte del bloque de la derecha del PLN, PUSC, ML y otros partidos minoritarios, constituye un grave peligro para los derechos e intereses de los trabajadores, principalmente, para los empleados del sector público. Ese rejuntado de neoliberales, pretende implementar el procedimiento de la vía rápida en el Parlamento para tramitar un conjunto de proyectos de leyes que afectan directamente los niveles de vida de los trabajadores, tales como, la ley para el ordenamiento de las retribuciones adicionales al salario base del sector público, léase, eliminación de los pluses salariales; la ley de empleo público; la ley de contingencia eléctrica, léase, mayor privatización de la electricidad y, la ley de responsabilidad fiscal.

Para ejecutar la vía rápida se necesitan 38 votos. Ese mecanismo acorta los plazos de aprobación de los proyectos, reduce la cantidad de mociones y el uso de la palabra por parte de los diputados. La alianza neoliberal cuenta con sus 33 votos que le dieron el control de ese poder de la República, más tres votos del PAC y uno del PASE, es decir, que solo le hace falta un voto. En los próximos días ese voto u otros más serán logrados por el bloque derechista. El único partido que se opone a la implementación de ese mecanismo de aplanadora en la aprobación de leyes es el Frente Amplio. Así como está la situación en la Asamblea Legislativa, la coalición de la derecha tendría en los próximos días y meses la capacidad y potestad para iniciar la discusión y, eventual, aprobación de los proyectos antes mencionados y muchos otros. Para engañar al pueblo, los voceros de la derecha utilizan diversos eufemismos, para justificar la aprobación de la vía rápida, tales como, que “Queremos negociar con conciencia nacional en este segundo año. El país ya no aguanta más. No podemos pensar más en los colores políticos…”. (La Nación, miércoles 20 de mayo).

La ofensiva neoliberal avanza rápido

Toda la ofensiva del neoliberalismo, tanto del gobierno de Solís como del bloque derechista, se centra en disminuir los niveles de vida de los trabajadores, para reducir el déficit fiscal. Es decir, bajar el déficit fiscal a costa y en contra de los trabajadores, rebajándoles los salarios, eliminando los pluses salariales, eliminando las conquistas laborales, haciendo despidos camuflados, mediante reorganizaciones y muchas otras triquiñuelas. Lo peor y más detestable de todo ello, es que dirigentes sindicales pro-patronales se alían a los directores de las empresas públicas, en donde existen convenciones colectivas, para ejecutar los planes en contra de los trabajadores, tales son los casos del sindicato de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) y la Asociación Sindical de Trabajadores de Acueductos y Alcantarillados (Astraa). Como parte del avance neoliberal también, se inscribe la entrega de los bienes y patrimonio nacional a las empresas transnacionales, como el caso de la entrega de los muelles en Limón a la empresa holandesa APM Terminals.

¿Cómo frenar la ofensiva neoliberal?

Debemos ser claros. No existen posibilidades de detener la discusión y aprobación de los proyectos en contra de los trabajadores en el seno de la Asamblea Legislativa, la derecha neoliberal en mancuerna con diputados del PAC son mayoría casi absoluta. El Frente Amplio (FA) está solo y aislado en el Parlamento para evitarlo. Tampoco existen las posibilidades de detener la aprobación de esos proyectos mediante el diálogo y la negociación, como han pretendido hacerlo algunas dirigencias sindicales. Precisamente, la maniobra de la coalición al tomar el control del directorio del Congreso tenía el objetivo de aprobar, aquellos proyectos anti-obreros que no lograron hacerlo en las administraciones del PLN. De ahí que la única vía para detener, frenar y derrotar los nefastos planes de los neoliberales en contra de los trabajadores del sector público es mediante la movilización y lucha conjunta de los trabajadores estatales y de sus organizaciones sindicales.

Es por lo anterior que llamamos a la fracción parlamentaria del Frente Amplio (FA) a colocar todos sus recursos y diputados a disposición de preparar y organizar la resistencia en la calle en contra la embestida que está en curso para disminuir los niveles de vida de los trabajadores. Asimismo, emplazamos a las dirigencias de los bloques sindicales de BUSSCO y Patria Justa a convocar, de forma conjunta, a un gran Encuentro Nacional Sindical y Popular en donde se discuta la situación nacional, la ofensiva neoliberal y se vote un plan de lucha nacional que enfrente y derrote las pretensiones de aprobación de los proyectos en contra de los salarios y el empleo de los trabajadores. El plan de lucha y resistencia organizado en dicho encuentro, para retener y mantener, los derechos y conquistas ganadas en épocas anteriores, debe concluir en el lanzamiento de una gran huelga nacional indefinida que logre conservar el actual sistema de los salarios, el empleo público y otras conquistas sociales. Es necesario establecer de inmediato la coordinación entre las dirigencias sindicales, para preparar ese Encuentro Nacional. Esto se impone como una necesidad urgente del movimiento obrero y popular de Costa Rica.

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