Por Fernando Guevara

En estos días la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) realizará el décimo segundo encuentro  ENADE. En esta ocasión el lema es “Compromiso por la democracia. El Salvador sí tiene futuro”. En dicho encuentro el empresariado salvadoreño propondrá “reformas para garantizar la institucionalidad democrática, así como modernizar y fortalecer el sistema político del país”.

En la actualidad en El Salvador se está dando una recomposición de los diferentes sectores que conforman  la  tradicional clase dominante y sus organizaciones. Por otra parte, existen sectores económicos emergentes ligados a la clase dominante tradicional y otros provenientes de la izquierda. Estos sectores buscan consolidarse como núcleos económicos dominantes y desplazar a otros. Actualmente estos núcleos económicos emergentes tienen el control del ejecutivo y del legislativo, lo que les permite negociar con sectores oligárquicos o crear  estructuras organizativas. Así lo demuestra el hecho de que el gobierno de Funes y del FMLN en la coyuntura de la reforma fiscal descalificara a la ANEP y en el caso de la conformación del Consejo Nacional para el Crecimiento, las  gremiales de la empresa privada no fueron tomadas en cuenta.

El gobierno de Funes y del FMLN, como representante y defensor de los núcleos económicos emergentes, prefirió sentarse a dialogar y negociar con empresarios de la talla de Roberto Murray Meza, Francisco de Sola, Francisco Callejas, Juan Carlos Eserski y Ricardo Poma, entre otros. Ello no significa que los demás núcleos tradicionales no tengan importancia, de igual manera las alianzas con estos sectores por parte del gobierno de Funes y del FMLN en nada benefician a la clase trabajadora, los campesinos, los pueblos originarios y demás sectores populares.

Jorge Daboub, presidente de la ANEP considera que “…Estamos convencidos que está en peligro la democracia y la prueba más palpable es que las instituciones garantes de la democracia son, generalmente, ineficientes en su rol, y son las primeras en romper los principios que deberían defender… Toda la institucionalidad se ha ido deteriorando y eso tiene una repercusión seria en la democracia” (El Mundo, 06/02/2012).

Pareciera que los representantes de la ANEP sufren de amnesia y se les olvida que esta situación que ellos plantean actualmente con respecto al sistema político salvadoreño, está refrendada en la reaccionaria Constitución de 1983 y fue mantenida por los gobiernos areneros, los cuales contaron con su visto bueno y su financiamiento.

Ante el ascenso de núcleos económicos emergentes a través del gobierno de Funes y del FMLN, y su control de gran parte del Estado, una parte del empresariado salvadoreño ve que la democracia está en riesgo y busca realizar reformas al sistema político antidemocrático con que el cual ellos gobernaron. Con ese propósito la ANEP propone una serie de reformas al sistema electoral, judicial y municipal.

La ANEP lo que  busca  en la realidad es defender los  intereses económicos y políticos de ciertos sectores empresariales que se ven amenazados por los núcleos económicos emergentes incrustados en el gobierno de Funes y del FMLN. Para ello pretende atraer a su lucha a otros sectores sociales, conformando el instrumento organizativo llamado   “Aliados por la Democracia”. Con esto quiere hacer ver a la población que ha logrado una amplia alianza con diferentes sectores sociales.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a la unidad de las organizaciones obreras, campesinas, populares y de pueblos originarios. Así mismo llamamos a no involucrarnos en los enfrentamientos entre los grupos de la burguesía. Los intereses del empresariado salvadoreño, sean tradicionales o emergentes, son antagónicos a los de los trabajadores. Debemos mantener la independencia de clase. Ninguna alianza con los oligarcas y burgueses.

Por Asamblea Nacional Constituyente

El PSOCA llama a exigir una  Asamblea Nacional Constituyente, libre, soberana e independiente, en donde se expresen y garanticen materialmente los derechos de la clase trabajadora, los campesinos, pueblos originarios y demás sectores populares y que se proteja al medio ambiente, prohibiendo todo proyecto que atente contra el mismo.

El sistema político imperante en la actualidad es antidemocrático. Ninguno de los partidos que se presentan a las elecciones para alcaldes y diputados satisface las necesidades del pueblo trabajador. Ni el FMLN, que ahora tiende a identificarse con el sector burgués emergente. Por eso en estas elecciones debemos protestar contra dicho sistema, y como PSOCA llamamos a votar nulo.

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