Por Francisco Robles

“Esto le pasa a los mareros, grupo de exterminio”. Este fue el mensaje que dejo escrito en el cuerpo de un estudiante del Instituto Nacional de Nueva Guadalupe, San Miguel, un supuesto grupo de exterminio bajo el cual quedó adjudicado dicho asesinato, con ello buscan dejar una advertencia hacia las maras. El hecho sucedió el día 15 de febrero.

A los altos índices de violencia y asesinatos que registra el país se le agrega otro problema más: la aparición de grupos que se autodenominan de exterminio de mareros, que presagia un enfrentamiento más violento. En el departamento de San Miguel es donde principalmente se están dando este tipo de casos, específicamente en el cantón Monte Grande, en la zona conocida como Ojo de Agua. El mismo día también pasó algo similar, un menor de 16 años fue asesinado y los hechores dejaron otro mensaje igual. Se registran otros casos en los departamentos de La Libertad, Cuscatlán, San Vicente, Sonsonate y La Unión.

La situación altamente violenta y las declaraciones de los diputados

No es algo aislado lo que está pasando, ni tampoco es la primera vez que se escucha de la aparición de grupos de exterminio. Los asesinatos auto adjudicados por los grupos de “limpieza social” podrían obedecer a un plan de exterminio masivo. La interrogante entonces vendría a ser ¿quién los dirige?

Es importante entender que la reaparición de grupos de exterminio no vendría a remediar nada, sino sumar más muertes en un escenario que presenta conflictos territoriales entre la MS 13 y pandilla 18, también con bandas juveniles que también están teniendo enfrentamientos con la Policía Nacional Civil. Cada vez es peor el panorama.

El problema de la violencia es junto al déficit fiscal uno de los mayores desafíos que le toca enfrentar al GOES. Debido a los pocos entendimientos del bipartidismo (ARENA-FMLN).

Debate e impotencia legislativa

La Asamblea Legislativa tampoco ha logrado afinar salidas que generen bienestar a la mayor parte de la población. Los diputados, salvo Guillermo Gallegos del partido GANA, coinciden en que se debe investigar a profundidad la existencia de los grupos de exterminio. “Hay que realizar investigaciones profundas sobre este tema, más bien las investigaciones que haga en este caso la Fiscalía y la Policía esperaría que den alguna pista o que determine de dónde proviene esta situación”, dijo el diputado de ARENA y miembro de la comisión de seguridad, Rodrigo Ávila.

“Aquí todo mundo tiene que ir a la justicia. No puede ser bajo el nombre de ajusticiar matar gente. No es justificable”, sentenció el presidente de dicha comisión, Antonio Almendáriz. “Ojalá el país no avance en esta ruta, porque una cosa es el trabajo que las autoridades hacen y los riesgos de enfrentarse a la criminalidad y otra cosa es que la ciudanía por sus medios tome ese tipo de decisiones. Yo más esperaría que fuera una caso aislado, pero el país no gana con este tipo de medidas”, dijo el diputado Misael Mejía, del FMLN.

Estos legisladores han valorado aparentemente los hechos como algo preocupante, porque se les restaría importancia a las autoridades. Sin embargo, el diputado Gallegos justificó los grupos de exterminio de la manera siguiente: “Esto es producto del cansancio de la población honrada de este país que cada día más decide tomar justicia por sus manos ante los abusos y atrocidades que estos sujetos están cometiendo. Es imposible no poder dejar de estar de acuerdo con este tipo de acciones cuando estos sujetos cometen un sinfín de homicidios, asesinatos, extorsiones, amenazas y la verdad es que esto yo no lo puedo reprochar, no lo puedo ponerme en contra de ello porque es producto de la situación que se vive en el país”.

El legado oscuro de la Sombra Negra

Anteriormente y en diferentes contextos históricos, se ha dado el fenómeno de la aparición de grupos paramilitares. Durante la guerra civil aparecieron los Escuadrones de la Muerte cuyo objetivo central era aniquilar líderes de las organizaciones populares. Más tarde, en diciembre de 1994, paradójicamente, en el Departamento de San Miguel apareció la “Sombra Negra” cuyo objetivo fue el exterminio de las maras y pandillas ya en boga durante la mitad de los 90’s. Todo indica que los actuales grupos de exterminio quieren retomar el legado de la Sombra Negra.

Debemos rechazar cualquier acción de exterminio, porque este tipo de hechos solo se suman a los índices de asesinatos, dejando intactas las causas sociales que permiten el desarrollo de la violencia, La solución no recae en exterminar a los miembros de las maras. Las raíces están la crisis del sistema capitalista en Centroamérica que, apegada a la desfragmentación familiar y la marginalidad social y desocupación de millones de jóvenes, da lugar para que las maras y pandillas sean el producto pasivo más radical de esta decadencia. El gobierno del FMLN debe hacer uso de todos los medios disponibles para realizar una investigación exhaustiva para dar con los responsables de estos grupos, que hoy atacan a las maras pero después atacaran el descontento obrero y popular.

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