Por Alberto Castro

Recientemente sindicatos de trabajadores públicos han tenido diferentes actividades en señal de protesta, por razones salariales y por mejoras en sus condiciones de trabajo. La Asociación de Trabajadores Municipales (ASTRAM) realizó una vigilia el 10 de febrero pasado en la plaza Salvador del Mundo, en San Salvador, para exigir al Gobierno la no aprobación de la reforma a las pensiones.

Es importante tomar en cuenta que la reforma al sistema de pensiones viene en camino, y esta fue una respuesta adecuada ejercida por una organización sindical. Otros sindicatos han pedido correctamente que la reforma de pensiones vaya a consulta pública, categóricamente rechazan que esta sea elaborada sólo por el Gobierno, y exigen que el proyecto se someta a una amplia consulta. Los líderes sindicales demandan, que a pesar de las diferentes visiones sobre el sistema actual, los funcionarios tomen en cuenta sus puntos de vista.

Agitación sindical

La Intergremial SIMEDUCO, ha sido una de las primeras en expresarse sobre el tema. Este sindicato magisterial está en desacuerdo que la propuesta de sistema mixto sea unilateral. “Nunca fuimos consultados sobre las reformas a presentar, como si los trabajadores no tuviéramos opinión e interés al respecto”, expresa un comunicado que ha difundido esa organización. Sarahí Molina, secretaria general del Movimiento de Unidad Sindical y Gremial de El Salvador (Musyges), denunció que han habido reuniones con funcionarios pero no se retoman los aportes del sector laboral. “No ha habido un diálogo, un debate, en el cual nos veamos reflejados todos”, dijo. Para ella, el Gobierno está en su derecho de presentar la propuesta del sistema mixto pero no que lo haga como una iniciativa unilateral, sin consenso con otros sectores e insistió a que el Gobierno convoque a una mesa de trabajo con los sindicatos, academia, sector privado y tanques de pensamiento “para evaluar técnicamente la situación actual del sistema y proponer una reforma en consenso”.

Orlando Batres, presidente de la Asociación General de Empleados Públicos y Municipales (Agepym), también reclamó una mayor participación sindical en el proceso, solicitando que la reforma dé vida a un organismo tripartita que supervise el fondo de pensiones. Este debe contar con representantes de los trabajadores, empresas y Gobierno. Además, sostiene que un nuevo sistema de reparto es lo que más conviene a los trabajadores porque “les asegura una pensión digna y vitalicia”. No obstante, añade que debería tener una adecuada supervisión de las tres partes, “si es así, bienvenida la reforma, con la seguridad que sea fiscalizada”, afirmó.

Por una unidad sindical que proteja los intereses de la clase obrera

Estas son solo algunas de las declaraciones parciales de sindicalistas, que reflejan el malestar y preocupación de los trabajadores. Por ello, debe haber mayor unidad sindical con respecto a dos temas principales: pensiones y salario mínimo. Tenemos por delante el enorme desafío de salvaguardar los intereses de los trabajadores ante la reforma de pensiones. Es necesario obtener nuevos beneficios para la clase obrera como el incremento del salario mínimo, ante la constante alza de los productos de consumo popular. Esta es una labor que no solo compete a los sindicatos de trabajadores públicos, sino también a los trabajadores del sector privado. Los sindicatos, centrales y asociaciones que agrupan a trabajadores de la empresa privada deben luchar de manera unificada con los trabajadores del sector público.

Los empresarios tienen sus propios intereses

La burguesía buscará acuerdos con respecto a la reforma de pensiones y al salario mínimo, pero contra los trabajadores. En esa negociación entran el gobierno, partidos y empresa privada e instituciones de la burguesía, y probablemente uno que otro sindicato afín al FMLN, pero el resto de organizaciones sindicales deben rechazar negociaciones que vayan en contra de conquistas históricas. Los sindicatos unidos deben abanderar una reforma de pensiones donde los beneficiados sean únicamente los trabajadores, y que el salario mínimo sea acorde a la carestía de vida. Solo a través de la lucha y la movilización obtendremos buenos resultados.

La Coordinadora Sindical Salvadoreña (CSS), por ser independiente de los partidos del régimen y por agrupar a sindicatos tanto del sector privado como del público, debe ser la punta de lanza que dirija tales acciones. Estamos ante momento cruciales Los sindicatos, federaciones y centrales obreras deben establecer acuerdos mínimos que permitan la lucha conjunta. No hacerlo equivaldría a una traición histórica.

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