TOMA DEL CUM

Por Armando Tezucún

A 25 días de la toma del Campus de la Usac por Estudiantes por la Autonomía (EPA), la lucha por el rescate de la autonomía de esta universidad estatal y contra las medidas neoliberales que tienden a anular su carácter popular y público, se profundiza cada vez más.

La actitud represiva del rector Estuardo Gálvez y el Consejo Superior Universitario se evidenció cuando el jueves 26 anunciaron que tomarían medidas “disciplinarias y legales” contra tres compañeros de EPA. El proceso abierto con el fin de  atemorizar a los estudiantes que permanecen firmes en el campus de la San Carlos incluye el trámite de suspensión de matrícula y expulsión de los compañeros. No contento con esto, el policiaco CSU acordó tramitar contra los mismos tres líderes estudiantiles una denuncia ante el Ministerio Público por coacción. El rector Gálvez explicó: “La coacción se ve en el hecho de que a través del cierre del campus central se pretende obligar al CSU a desobedecer una orden de un tribunal; entonces se está coaccionando a hacer algo que la ley prohíbe” (diario Prensa Libre 27/8/2010). La asamblea de la Coordinadora General del Claustro y Asociaciones de Docentes de la Usac, que aglutina a los profesores más conservadores y reaccionarios, acordó apoyar la convocatoria a elecciones de Vocal I y II en las diversas facultades.

Recordemos que el motor inicial de la toma de las instalaciones universitarias fue la decisión de la Corte de Constitucionalidad de avalar la solicitud de 13 catedráticos de la Facultad de Agronomía que pedía vedar a los representantes estudiantiles ante las Juntas Directivas de las facultades, el derecho de votar en la elección de estos vocales. Esta decisión de la CC constituyó una violación al principio de autonomía universitaria.

La respuesta de los estudiantes de EPA ante las medidas represivas y la convocatoria a elecciones fue profundizar la lucha mediante una huelga de hambre de cinco compañeros.

El viernes 27 en horas de la tarde, estudiantes organizados en el Comité Autónomo de Medicina se tomaron las instalaciones del Centro Universitario Metropolitano, ubicado en la capital y que alberga a la Facultad de Medicina y la Escuela de Psicología, sumándose a la lucha reivindicativa iniciada por EPA. La represión contra el movimiento estudiantil se volvió a manifestar cuando el domingo 29 por la noche un automóvil no identificado persiguió un vehículo que salió del CUM con unas compañeras a bordo, persecución que culminó con un accidente en que falleció una de las compañeras; además el lunes 30 por la mañana dos compañeros que participaban de la toma fueron agredidos con tubos de hierro y palos por catedráticos de medicina y funcionarios de la rectoría, provocando su hospitalización.

Mientras Gálvez y el CSU se lavan las manos y se desentienden de estos hechos violentos, pretenden hacerse pasar por los adalides del diálogo y el consenso lanzando la propuesta de un congreso universitario con la participación de “…estudiantes, trabajadores, graduados y docentes, con testigos garantes de cada sector, para revisar la Ley Orgánica, estatutos, funciones de la docencia, extensión e investigación universitaria, y que de allí surjan iniciativas, propuestas y reformas.” (entrevista publicada en Prensa Libre, 31/8/2010). Bien sabemos que este congreso sería otra versión de la mesa de diálogo organizada en mayo y que resultó ser una vil burla.

Cuando decimos que la lucha se ha profundizado nos referimos en gran parte a que, más allá de lo que implica la elección de vocales I y II,   se ha puesto a la orden del día la discusión sobre la manera cómo está funcionando la USAC y el rumbo que desde hace más de una década han pretendido darle los sucesivos rectores, los gobiernos neoliberales y los organismos financieros del imperialismo. Es el momento de plantear cambios profundos en la única universidad estatal de Guatemala, la única que en teoría tiene el deber de permitir el acceso a la educación superior a los hijos e hijas del pueblo trabajador, la población que carece de recursos económicos para pagar universidades privadas.

Y de esto no sólo están tomando consciencia los estudiantes de EPA, sino también una serie de sectores que se están sumando apoyando las justas demandas de la lucha estudiantil. Organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, de mujeres, grupos de catedráticos progresistas, ex dirigentes estudiantiles, profesionales egresados de la USAC, estudiantes de educación media. Todas estas fuerzas, sobre las que la prensa burguesa guarda un silencio cómplice, apuntan a una reforma universitaria que rescate el contenido popular y comprometido que la USAC tuvo en las décadas de los setenta, ochenta y parte de los noventa, expulsando a los elementos corruptos y comprometidos con el poder burgués, tanto en el gobierno universitario como en la Asociación de Estudiantes Universitarios.

Pero un proceso de reforma universitaria de esta magnitud, debe quedar fuera del control del actual Consejo Superior Universitario. Recordemos que venimos de un período de adormecimiento de la conciencia social del estudiantado, un período de penetración de valores consumistas y de conformismo con el orden establecido, de interés individual por sacar una carrera para tener luego una vida cómoda. Creemos que un congreso de reforma universitaria sólo puede ser exitoso si es la culminación de un proceso intenso de concientización y profunda discusión en el seno del estudiantado, y en él deben participar no sólo los diferentes componentes de la familia universitaria, sino también los sectores populares organizados, pues esta es una universidad pública que se sostiene con los impuestos que pagan las clases trabajadoras y está pensada para beneficiar precisamente a estos sectores. De lo contrario correremos el riesgo de que resulte una reforma y un cambio de ley orgánica que favorezcan los intereses de las fuerzas oscuras y reaccionarias que controlan en estos momentos la universidad.

Por el momento la tarea es coordinar los grupos estudiantiles y sociales que están dando su apoyo a la lucha de EPA con el fin de presionar al CSU. En cuanto a las acciones legales, el 31 de agosto se presentó un amparo ante una sala de apelaciones para obligar al CSU a suspender las elecciones a vocales I y II. La sala falló a favor del amparo y dio 48 horas al Consejo para dar marcha atrás.

Este es sólo el inicio de un proceso de cambio que requiere espíritu combativo y tenacidad. La situación en el campus no es color de rosa; son pocos estudiantes los que permanecen en el interior de la Universidad, en relación al tamaño de las instalaciones, son numerosas las tareas que hay que realizar y a veces hay problemas de organización y coordinación. Por eso hacemos un llamado a todos los grupos y organizaciones que simpatizan con la lucha de EPA a que se conforme una coordinadora general del movimiento que planifique acciones concretas. De esta manera podremos generar un movimiento nacional poderoso en defensa de nuestra Universidad de San Carlos.

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