Rigoberta Menchu

Por Armando Tezucún

El sábado 7 de mayo, el Frente Amplio (Coalición de los partidos de izquierda reformista Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), Alternativa Nueva Nación(ANN), Movimiento Nueva República(MNR) y WINAQ, junto con el Frente Nacional de Lucha y otras organizaciones sociales y gremiales), proclamó a su binomio presidencial para las próximas elecciones. El anuncio fue hecho durante la primera asamblea general de WINAQ. En ella la Sra. Rigoberta Menchú Tum fue anunciada como candidata a presidente por el Frente Amplio. Como candidato a vicepresidente fue proclamado el diputado Aníbal García, dirigente del MNR.

El movimiento indigenista WINAQ había anunciado desde varias semanas antes que estaba considerando unirse al Frente Amplio, pero que una decisión definitiva sería tomada en asamblea general. En la marcha del 1 de mayo WINAQ marchó junto con los partidos de la coalición y unos días después los medios informativos dieron a conocer que Menchú y García serían los candidatos. En la asamblea del 7 se anunciaron también los candidatos del FA para diputados del listado nacional (encabezado por Älvaro Pop de WINAQ y Héctor Nuila de la URNG), el Distrito Central y al Parlamento Centroamericano. Según el diario Prensa Libre, se notó un sordo malestar entre los militantes de URNG porque miembros de WINAQ acapararon candidaturas a diputados (Prensa Libre 8/5/11).

Pero el malestar ya se había extendido como un cáncer hasta provocar que el Frente Nacional de Lucha y la organización indigenista Tzuk Kim Pop abandonaran el Frente Amplio. Según declaraciones del dirigente del Frente Nacional de Lucha (FNL), Luis Lara, la escogencia de los candidatos no fue democrática, se hizo sin consultar a las bases, y cuestionó la idoneidad de la figura de la Sra. Menchú (“Nuestras bases recuerdan su papel durante el gobierno de Berger y no olvidan”). Por su lado, Tzuk Kim Pop adujo como motivo de la ruptura, además no estar de acuerdo con el binomio presidencial, que la agenda del FA estaba marcada por la coyuntura electoral (diario El Periódico 10/5/11). Hasta el momento el FNL no ha dado ninguna declaración oficial al respecto ni ha negado lo publicado por El Periódico.

En nuestros anteriores artículos en torno a la unidad de las izquierdas y el Frente Amplio (ver El Socialista Centroamericano 106 y 109), afirmamos que la idea de formar un frente de las organizaciones sindicales, campesinas, indígenas y populares junto con los partidos de izquierda ofrecía un panorama alentador, y nuestra asistencia a las asambleas previas a la proclamación del FA nos confirmó esa visión. Pero también hicimos ver que el éxito del proyecto dependía de que su intención no fuera puramente electoral, sino de largo plazo, y de que su funcionamiento interno fuera democrático, además de que no incluyera partidos ni organizaciones empresariales.

Y fue en estos puntos que los dirigentes de la ex guerrilla y el MNR dieron la espalda al proyecto original. Siguiendo su tradición verticalista y autoritaria, propia de la enfermedad del comandantismo, y priorizando la visión electoralista al buscar una figura “popular” para la candidatura, los líderes de los partidos “amarraron el tamal” con WINAQ sin tomar en cuenta la opinión de las organizaciones sociales de masas que hacían parte del FA.

La Sra. Menchú obtuvo un 3.09% de los votos cuando se presentó como candidata a presidente en 2007. El hecho de que ella pertenece a una etnia indígena no fue ni es garantía de que tenga el respaldo masivo de este sector mayoritario de la población. Recordemos que la III Cumbre Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas realizada en Guatemala en marzo de 2007 rechazó tajantemente apoyar su candidatura ese año. “En la cumbre decidimos no apoyar las intenciones políticas del movimiento que ella lidera ya que como pueblos indígenas no nos vemos representados en su movimiento”, declaró un dirigente de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas. Se refirió a que en los últimos años Menchú se mantuvo ajena a la problemática de los pueblos indígenas y no protagonizó ningún movimiento consecuente (ver diario La Hora 31/3/07).

Lo más cuestionable es que la Sra. Menchú fue embajadora de buena voluntad del gobierno de Óscar Berger, representante conspicuo de la oligarquía, esa misma oligarquía que apoyó en silencio, en la sombra, a los gobiernos militares que asesinaron a decenas de miles de indígenas, incluyendo al propio padre de Menchú. Su movimiento político WINAQ hace una reivindicación de los grupos indígenas sin ningún contenido de clase. En su sitio web WINAQ afirma que es “Expresión de los hombres y mujeres mayas, ladino-mestizos, garífunas y xincas cuya misión es cambiar una realidad injusta, racista, carente de oportunidades y perversa a una situación equitativa, llena de oportunidades, sin exclusión ni marginación”. Su ideología es “Construir un Estado plural representativo, republicano democrático como una nación libre, justa, igualitaria e independiente”.

Como vemos, ninguna referencia a las apremiantes luchas por la tierra y el territorio que han movilizado a millares de campesinos indígenas en los últimos años. Tampoco hemos visto ni remotamente que WINAQ o Menchú muevan un dedo para protestar por las injusticias sufridas por el sector que dice representar.

El Frente Nacional de Lucha representaba dentro del FA a sectores importantes del movimiento de masas, especialmente a los trabajadores estatales y comunidades que han luchado recientemente por el sistema de salud y contra Unión Fenosa. Sin el FNL y Tzuk Kim Pop, el FA tiende a convertirse en un cascarón formado por partidos que no representan las luchas del pueblo trabajador. La URNG, la ANN el MNR y WINAQ podrán tener varios miles de afiliados, pero son afiliados pasivos, colecciones de firmas que no representan a los trabajadores y campesinos que están dando la batalla contra el capitalismo. Con su visión estrecha, miope, burocrática y acomodaticia, los reformistas ex guerrilleros dieron al traste con un proyecto de unidad que podría, en la coyuntura actual, haber contribuido a impulsar las luchas populares, auxiliándose de las posibilidades propagandísticas que ofrecen los procesos electorales.

Una vez más llamamos a los trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes y sectores populares a que nos esforcemos por forjar un frente de lucha que sea el instrumento con el cual enfrentemos unidos a la oligarquía capitalista y al imperialismo. Esta es la tarea que tenemos a mediano plazo. A largo plazo este frente podría en un futuro tomar un espacio en las contiendas electorales, pero con el fin de reforzar la lucha en las calles, carreteras y centros de trabajo.

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