Por Armando Tezucún

La administración Trump continúa su ofensiva contra las y los trabajadores guatemaltecos y centroamericanos que buscan migrar hacia los Estados Unidos en busca de las oportunidades que el podrido y corrupto capitalismo de la región centroamericana les niega.

Nuevas negociaciones a la medida de Estados Unidos

El 27 de mayo llegó a Guatemala el nuevo Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kevin McAleenan, quien reemplazó a Kirstjen Nielsen. McAleenan es un funcionario de línea dura, con experiencia en dirigir la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, ejecutor de políticas migratorias represivas como la separación de familias migrantes con menores y el uso de gas lacrimógeno para detener los grupos de migrantes.

El propósito del Secretario gringo es dar continuidad a las reuniones previas entre su gobierno y los del Triángulo Norte de Centroamérica. La última de éstas tuvo lugar el 27 de marzo en Honduras, presidida por Nielsen; en ella se acordó el desarrollo de operaciones conjuntas entre las policías de los tres países, la revisión del Manual Regional de Procedimientos Migratorios CA-4, la homologación de las distintas leyes referentes al tráfico ilícito de migrantes y trata de personas, la integración de tecnologías y el intercambio de información de inteligencia.

McAleenan llegó el 27 por la tarde y ese mismo día firmó un convenio entre el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y el Ministerio de Gobernación de Guatemala, dirigido por Enrique Degenhart. El acuerdo se propone implementar medidas de seguridad para reducir la migración guatemalteca hacia EE. UU., investigar y combatir las estructuras de tráfico de personas y drogas, y de lavado de dinero. En su parte más cuestionable, permite el aumento de la presencia de agentes federales de Estados Unidos para la persecución de las estructuras arriba mencionadas, en colaboración con el Ministerio de Gobernación.

El ministro Degenhart explicó que los agentes provendrían de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI), la Oficina para el Control de Drogas (DEA) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE); sin embargo, el convenio no se ha hecho público y no se sabe bajo qué condiciones vendrán estos agentes. “Es un acuerdo de asistencia en seguridad con el que espera recibir apoyo de agentes federales estadounidenses. La cooperación entre la seguridad interna y el Ministerio de Gobernación será muy efectivo y fluido”…“Este es un paso importante en la capacidad operativa que ambas instituciones de seguridad del interior. Tanto el secretario del interior como su servidor, tenemos un compromiso importante con la lucha de esas estructuras criminales que abusan, en algunos casos por el desconocimiento de nuestros pueblos y nuestras sociedades como es el uso de los menores de edad”, declaró el ministro (Prensa Libre 28/05/19).

El martes 28, el secretario McAleenan se reunió con el  Ministro de Seguridad de Honduras Julián Pacheco, el Ministro de Justicia y Seguridad de El Salvador Mauricio Ramírez, el ministro Degenhart y el embajador de Estados Unidos en Guatemala Luis Arreaga; también participaron funcionarios de las policías de los tres países centroamericanos. La finalidad del encuentro fue dar continuidad a los temas migratorios tratados en la reunión de marzo. Una vez más, el enfoque principal fue el único que le interesa a la administración Trump: reducir el flujo de migrantes centroamericanos desarticulando redes de tráfico de personas, perseguir estructuras del narcotráfico, de tráfico de armas y lavado de dinero; es decir la seguridad del propio país imperialista, obviando las causas estructurales que han llevado a la bancarrota de los países del área, que provocan las impresionantes caravanas de migrantes que se dirigen hacia el norte.

Ante el fracaso del aspecto de desarrollo económico y humano que contemplaba el Plan Alianza Para la Prosperidad, el gobierno de Trump hace énfasis en la represión, presionando a los gobiernos serviles del Triángulo Norte. El funcionario gringo resumió la preocupación de su gobierno: “Hemos visto 300 por ciento más de familias que provienen de Centroamérica, al igual que menores no acompañados... Así que el problema de la migración está aumentando, es algo que tenemos que trabajar en conjunto, la capacidad de abordar estas estructuras criminales que están explotando las fronteras, familias vulnerables y niños. Sobrepasa la capacidad de un país, por eso todos tenemos que trabajar” (29/5/19).

Al igual que el convenio firmado con el gobierno guatemalteco, los acuerdos de McAleenan con los tres países no se conocen públicamente; por las declaraciones de los funcionarios se sabe que son los mismos temas tratados en la reunión de marzo, y que los agentes federales llegarán también a Honduras y El Salvador.

El gobierno de Jimmy Morales entrega el país a las tropas gringas

Unos días después, el Washington Post publicó una nota sobre una reunión que tuvo el embajador de Guatemala en Estados Unidos, Manuel Espina, con el congresista estadounidense por Texas Vicente González. En ella Espina solicitó a González que hiciera llegar un mensaje al presidente Trump en la que el presidente guatemalteco Jimmy Morales solicita el envío de tropas al territorio de Guatemala para frenar la migración. El congresista entregó una carta a Trump el 16 de abril, en la cual dice “El presidente guatemalteco Jimmy Morales ha indicado que agradecería la introducción de tropas estadounidenses en la frontera norte de Guatemala”... “Si desea ver menos detenciones en la frontera entre EE. UU. y México, lo alentaría a que tome en serio considerar la oferta del presidente Morales “; según el diario mencionado, la Casa Blanca no respondió a González (Prensa Libre 04/06/19).

Esta despreciable intención entreguista y vende-patria del deleznable presidente Morales fue confirmada por sus ministros Degenhart, y Jovel de Relaciones Exteriores. Ambos reconocieron que hubo propuestas en ese sentido al gobierno de Estados Unidos. “La relación que tenemos con nuestro aliado, el gobierno de EE. UU., nos ha permitido poder tener una serie de variables analizadas, las cuales una de ellas era esta -la instalación de tropas militares-, quiero reiterarles que la conclusión se consumó el lunes de la semana pasada a través de una firma de cooperación con el gobierno de EE. UU. a través del secretario de Seguridad Interior – Kevin McAleenan -“, declaró Degenhart. Por su parte, la ministra Sandra Jovel, contradiciendo la evidencia publicada por el Washington Post dijo: “Entre todas las ideas que surgieron se firmó el memorando de entendimiento que el ministro de Gobernación se mencionó anteriormente. Este tema de las tropas es una de las muchas ideas que surgió, que eran unas tropas humanitarias para venir a apoyar a Guatemala…” (Prensa Libre 04/06/19). Y en efecto desde hace al menos 20 años hay presencia de tropas del ejército de Estados Unidos en misiones humanitarias, como construcción de escuelas y centros de salud, proyectos que tienen nombres eufemísticos como “más allá del Horizonte”.

La anuencia del gobierno de Jimmy Morales a recibir tropas del ejército estadounidense cae en abierta contradicción con la perorata nacionalista y patriotera desplegada contra los acuerdos internacionales en defensa de los derechos humanos y en particular el acuerdo de creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala, Cicig. Este doble discurso discordante es propio de aprendices de dictadorzuelos que buscan por todos los medios justificar sus acciones.

Trump extorsiona a México y López Obrador se tiende ante él como tapete

En medio de rumores de que efectivamente Estados Unidos se preparaba para enviar tropas al Triángulo Norte, La administración Trump y el gobierno de México negociaron el envío de 6,000 efectivos militares mexicanos a la frontera con Guatemala, para contener a los migrantes centroamericanos.

Actuando como un vulgar extorsionista, el presidente gringo Donald Trump amenazó al gobierno de López Obrador con aplicar gravámenes a todas las importaciones mexicanas a partir del 10 de junio, empezando con un 5% hasta llegar al 25%, sin importarle las nefastas consecuencias que ello tendrían para la economía de ambos países. Luego de arduas negociaciones, el 7 de junio se llegó a un acuerdo, que incluye intercambio de informaciones, coordinar acciones, pero sobre todo que México desplegará 6,000 efectivos de la recién creada Guardia Nacional a lo largo de la frontera con Guatemala; otro de los acuerdos es que Estados Unidos enviará a México a los migrantes que lleguen a su territorio solicitando asilo, donde serán atendidos en salud, educación y empleo. La entrada en vigencia de los aranceles fue suspendida. La Guardia Nacional fue creada este año por López Obrador, y está compuesta por soldados, marines y policías, dirigida por un militar retirado.

Con la militarización de la frontera México-Guatemala y los cambios previstos al manual CA-4 que permite la libre movilidad de centroamericanos, lo que se espera es una mayor represión contra los migrantes y la población en general. El ejército y la policía mexicanos tienen un largo historial de irrespeto a los derechos humanos e involucramiento en el crimen organizado, por lo que las cosas no pintan bien para los compañeros y compañeras migrantes.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) rechaza tajantemente los acuerdos represivos que el gobierno de Jimmy Morales está firmando con el imperialismo gringo, bajo presión de la administración Trump. Por ello llamamos una vez más a votar en las próximas elecciones contra los corruptos y entreguistas, por los candidatos populares de izquierda, que representan las luchas del pueblo.

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