Por Armando Tezucún

Los resultados de la primera vuelta electoral del 16 de junio fueron una mezcla de sorpresas y confirmación de predicciones. Tal como lo vaticinaba la mayoría de las encuestas, los candidatos presidenciales que irán a la segunda vuelta son Sandra Torres de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con el 25.53% de los votos (1 millón 122 mil 616) y Alejandro Giammattei del partido Vamos, con el 13.96% (613,641 votos).

El tercer y el cuarto lugar correspondieron a partidos recién conformados, que se presentaron por primera vez a una contienda electoral. Edmond Mulet, del derechista Partido Humanista con el 11.21% y Thelma Cabrera del Movimiento Para la Liberación de los Pueblos (MLP, el partido del Comité de Desarrollo Campesino –Codeca) con el 10.37% de los votos. 

Según información del Tribunal Supremo Electoral, el total de votantes ascendió a 5 millones 063,892; esto representa un 62.13% del padrón electoral. Estos datos indican un abstencionismo del 37.87%, incrementándose con respecto a las elecciones de 2015, cuando fue del 28.67%, un porcentaje que venía en descenso desde los comicios de 2007. El voto en blanco ascendió a 458,852, un 9.06% del total, y el voto nulo a 208,577, un 4.12%; ambos reflejan el nivel de inconformidad con las candidaturas y el sistema.

El voto de los partidos de izquierda

Los votos obtenidos por los partidos WINAQ, Convergencia, URNG-Maíz y MLP ascienden al 18,61% del total, lo que significa que si hubieran marchado unidos a la primera vuelta habrían llegado al segundo lugar, por encima de Giammattei, un enorme paso adelante para las fuerzas populares.

Pero las consecuencias de una política miope por parte de las dirigencias se hicieron sentir. Fue Convergencia el que quedó peor parado, con un 0.86% de la votación (37,720 votos), y ninguna diputación; con esto, el partido del excomandante Pablo Monsanto vuelve a desaparecer legalmente, como ya le sucedió una vez. La sorpresa obviamente la dio el MLP, que obtuvo un cuarto lugar con casi medio millón de votos, muchos en los centros urbanos; a pesar de tratarse de un partido de base campesina, indígena y rural, la imagen de una candidatura de raíces populares y un discurso progresista logró arrastrar el voto de un sector radicalizado de las capas medias urbanas. La decepción fue que no obtuvieron ninguna alcaldía y solamente una diputación, lo que motivó que el MLP desconociera los resultados y reclamara fraude, como veremos más adelante. WINAQ mejoró sus resultados, con 5.22% de los votos y aumentando de 1 a 5 diputados. Finalmente, URNG llegó al 2.16% de la votación y logró colocar tres diputados.

Tanto Sandra Torres como Giammattei presentan perspectivas sombrías, y los diputados de la izquierda tendrán que hacer frente común ante las políticas neoliberales y represivas, incluso con el reformista de centro Movimiento Semilla, que logró siete diputaciones. Pero será en las calles, en las comunidades y en los centros de trabajo donde se deberá dar la unidad, enfrentando en las luchas diarias al gobierno y a la burguesía, un terreno donde seguramente Semilla no se aventurará.

Un Congreso con la UNE fortalecida

A partir de 2020 habrá un Congreso bastante diferente. La UNE logró la bancada más numerosa, con 52 escaños. El partido del segundo lugar, Vamos, obtuvo 16. El partido que sorprendió es la Unión del Cambio Nacional, con 12 curules, a pesar de que su líder Mario Estrada se encuentra detenido en Estados Unidos acusado de narcotráfico. El resto de las 19 bancadas contarán con entre nueve y un diputado. Según las reformas a las Ley Electoral y de Partidos Políticos, el número de diputados aumentará de 158 a 160.

Algunos de los partidos que estuvieron involucrados en la propuesta de leyes que protegían a los funcionarios y empresarios culpables de corrupción o de leyes ultraconservadoras contra los derechos de las mujeres, la juventud y la comunidad diversa, fueron castigados por los votantes. En primer lugar, el partido oficial Frente de Convergencia Nacional-Nación, que pasará de tener una bancada de más de 30 diputados a solamente 8; su candidato presidencial, el ridículo militar retirado Estuardo Galdámez, obtuvo solamente el 4.13 por ciento de los votos, esto a pesar de haber utilizado recientemente la entrega de cupones de alimentos y el pago a los ex patrulleros de autodefensa civil para granjearse votos. Igual de mal le fue al partido Todos, cuyo líder Felipe Alejos ha sido objeto de solicitud de retiro la inmunidad por un caso de corrupción; Todos obtuvo el 3.15% de los votos y pasará de tener 16 diputados a 7. El Partido Unionista, del actual presidente del Congreso, Álvaro Arzú jr., no logró los resultados que esperaba, obteniendo solo tres diputados; logró conservar la alcaldía capitalina, pero con escaso margen de diferencia con el segundo lugar. Sin la tutela del fallecido Álvaro Arzú padre y con una investigación por corrupción en el manejo de fondos municipales en curso, el partido Unionista perderá la influencia que logró en la legislatura 2016 -1019.

Las protestas y las denuncias de fraude

El mismo día de las elecciones iniciaron los conflictos violentos y las denuncias de irregularidades en el proceso electoral. El 16 de junio, ciudadanos empezaron a denunciar el acarreo de votantes por parte de partidos políticos. Pero a partir del 17 los conflictos arreciaron, ahora de parte de pobladores inconformes con la reelección de alcaldes. En algunos municipios intervino la policía lanzando gases lacrimógenos. Los lugares en conflicto fueron al menos 19. En San Jorge, Zacapa, y Esquipulas Palo Gordo, las Juntas Electorales no pudieron asumir, y se tendrá que celebrar nuevas elecciones. 

Ese mismo día el MLP desconoció los resultados divulgados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), señalando anomalías como que su logo fue impreso en letras más pequeñas, que en algunas papeletas no aparecía y otras estaban previamente marcadas favoreciendo a la UNE. Además, a pesar de que tuvieron casi medio millón de votos, no ganaron ninguna diputación ni alcaldía.

Sin embargo, el informe de la misión de la OEA declaró que no hubo fraude. Reconoció que hubo anomalías, pero que éstas no cambiaron las tendencias en cuanto a la intención general de votos. En el mismo sentido se pronunció el TSE: no hay una tendencia generalizada de fraude que cambie los resultados de manera sistemática. Sin embargo, ante la avalancha de protestas y bloqueos, por un lado, y la presentación de evidencia de parte de fiscales de los partidos, sobre contradicciones entre los resultados de las actas y las cantidades digitalizadas, el presidente del TSE Julio Solórzano, anunció que a partir del día 24 se iniciaría el cotejo acta por acta para revisar las inconsistencias.

Un grave error informático

El día 22, el TSE reconoció que hubo un grave error en el sistema informático. La plataforma digital estaba diseñada para procesar 20 candidaturas por papeleta, y al ingresar más candidatos se inició un desfase; el día 18 uno de los programadores trató de modificar el código del software, pero lo hizo mal, lo que provocó más errores en el cómputo. El director de informática del TSE prometió que revisarán las incoherencias, en un proceso que llevará al menos 15 días y cambiará los resultados para diputados, Parlacén y más de cinco alcaldías. El sábado 22 se dieron protestas en la capital, una de grupos de extrema derecha contra Sandra Torres y otra convocada por el MLP contra el TSE.

La revisión de actas inició el lunes 24 temprano, pero tuvo que ser suspendida cuando los fiscales representantes de los partidos políticos se retiraron a mediodía, al no cumplirse 11 exigencias que presentaron, entre ellas que estuvieran presentes los magistrados del TSE. Éstos se reunirían por la mañana del martes 25 con los fiscales. Mientras, el presidente del TSE anunció que ningún cargo de elección popular será oficialmente adjudicado mientras no se tengan los datos finales del proceso electoral.

Ante la ineptitud del TSE y sus responsables de procesar los datos, exigimos un nuevo recuento de las actas, si es necesario volver a contar voto por voto, hasta satisfacer la demanda del pueblo de claridad y transparencia.

No hay opción para la segunda vuelta

Los candidatos que pasaron a la segunda vuelta representan variantes del mismo poder de la oligarquía y el imperialismo.

Giammattei es la opción de la extrema derecha. Desde 1999 ha participado como candidato en elecciones, dos veces a la alcaldía metropolitana y tres veces a la presidencia, sin éxito; esta vez es cuando más cerca ha estado de ganar, por la salida de Zury Ríos y Thelma Aldana de la contienda. Este individuo se rodea de empresarios corruptos, exmilitares vinculados al crimen organizado, personajes de confianza de Manuel Baldizón y elementos cercanos al narcotráfico. En 2010 estuvo preso diez meses por estar vinculado al asesinato de 7 reos cuando era director del Sistema Penitenciario; fue liberado por falta de pruebas. Es de esperar que la derecha radical vinculada a los grupos de exmilitares le dé su respaldo para enfrentar a la odiada Sandra Torres.

A pesar de su pasado al frente de los programas sociales durante el gobierno de la UNE, lo que éste representó, y las acusaciones de corrupción en su contra, Torres parece ser la opción más viable para el imperialismo gringo y una oligarquía que lo que más desea es estabilidad para que florezcan los negocios. La perspectiva de otro Jimmy Morales respaldado por militares, provocando crisis en las instituciones y poderes del Estado, no es agradable para los poderes que manejan la economía. La manera en que Torres fue protegida tanto por el Ministerio Público como por las Cortes de Constitucionalidad y Justicia de las acusaciones de financiamiento electoral ilícito, y cómo sus rivales más cercanas –Ríos y Aldana- fueron eliminadas de la competencia electoral, indican hacia dónde se inclinan las preferencias de Washington y el CACIF, que ante todo desean estabilidad política y alguien con quien puedan negociar.

Pero tanto Giammattei como Torres son dos caras de la misma moneda: la explotación y la opresión. Por ello nuestra postura es en favor del voto nulo en la segunda vuelta.

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