Por Armando Tezucún

Las reformas neoliberales implementadas en Guatemala a partir de los años 90s del siglo pasado han dado como resultado el adelgazamiento del Estado y sus recursos, y la reducción de su responsabilidad en el abastecimiento de servicios básicos para la población trabajadora. La intención de la oligarquía y el imperialismo ha sido apoderarse de la producción y distribución de estos servicios, convirtiendo en un vil negocio lo que en realidad es un derecho humano de las y los guatemaltecos.

De esta manera, bienes esenciales como la energía eléctrica y las comunicaciones cayeron en las garras de empresas extranjeras y nacionales, encareciendo el servicio para la población y, en el caso de la energía eléctrica, convirtiendo su distribución en una pesadilla en el interior del país, por el pésimo sistema de entrega.

Otros servicios, como la educación y la salud, aún están mayoritariamente a cargo del Estado, pero los sucesivos gobiernos neoliberales se han ido desentiendo de la dotación de suficientes recursos y administración eficiente de los mismos, llevando la debacle tanto el sistema educativo como el sistema de salud nacionales; esto obliga a la población a recurrir a colegios privados u hospitales o centros de salud en manos de empresas privadas, si quieren tener un servicio eficiente, a pesar del costo astronómico de los mismos.

En el caso del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, desde hace más de 15 años ha pasado por crisis sucesivas, ya sea por el deterioro de las instalaciones de los hospitales, por la escasez de medicamentos, equipos e insumos, o por las pésimas condiciones de trabajo en que se desempeñan médicos, enfermeras (os) y el personal de mantenimiento y administrativo. La más reciente de estas crisis inició a mediados de febrero.

El Hospital General San Juan de Dios sin medicamentos

El 15 de febrero el personal médico, especialistas y residentes, del Hospital General San Juan de Dios, uno de los dos hospitales públicos más grandes de la capital, decidió declararse en asamblea permanente. La razón fue la escasez de medicamentos básicos con los cuales aliviar las dolencias de la población, los cuales empezaron a escasear desde varias semanas antes. Según médicos del centro hospitalario, fármacos como acetaminofén, antibióticos, antiinflamatorios, anti convulsionantes y omeprazol se agotaron. Eso implicaba que no podían tratar hemorragias gastrointestinales, derrames cerebrales, infartos agudos al miocardio o infecciones resistentes; tampoco podían atender a pacientes hipertensos crónicos o agudos. Los médicos decidieron atender solamente las emergencias y algunos otros servicios, quedando estancadas áreas como traumatología, cirugía y ginecología.

Ante la imposibilidad de tratar a este tipo de pacientes, el personal médico se ha visto en la necesidad de trasladarlos al otro hospital capitalino de similares dimensiones, el Hospital Roosevelt. Los compañeros médicos decidieron suspender la atención en consulta externa, turnándose para atender las emergencias, después de realizar múltiples reuniones con la dirección y la administración del hospital, cuya respuesta fue que no es que les falte el presupuesto, sino que no hay empresas que les vendan los medicamentos, o los ofrecen sobrevalorados. La postura de los compañeros es que hasta que el medicamento esté disponible para tomarlo de la farmacia interna del hospital y administrárselo al paciente, regresarán a sus labores.

La explicación de las autoridades

El director del Hospital San Juan de Dios, Gerardo Hernández, explicó que hay 72 insumos que no se ha podido adquirir porque los eventos que han subido al sistema de compras del Estado resultan desiertos (ninguna empresa hace ofertas o no tienen capacidad de entrega) o son ofrecidos a un mayor precio que el normal, “el consumo de insumos ha sido el doble con respecto al año pasado, porque se dobló la cantidad de pacientes que hemos visto”, mencionó como otra de las razones de la escasez de medicamentos (Prensa Libre 16/02/2022). Dijo que la cantidad de pacientes ha aumentado en los últimos tres años, señalando que en enero de 2020 el hospital atendió a 7 mil personas, en enero de 2021 a 10 mil, y en enero de 2022 a 32 mil. Por otra parte, el Ministerio de Salud indicó que a lo largo de la pandemia de Covid se ha dado esta situación debido a que los proveedores locales no cuentan con las existencias necesarias para abastecer a la red hospitalaria, y también se han visto afectados por el problema del transporte de mercaderías a nivel mundial.

El día 16 ingresaron algunos medicamentos, pero los médicos continuaron con las medidas hasta que se garantice la existencia de suficientes fármacos.

Los médicos protestan en las calles

El 22 de febrero los compañeros médicos marcharon hacia el Congreso de la República para exigir el respeto al derecho de la salud de la población, y la dotación de insumos, medicamentos y personal al Hospital San Juan de Dios. Esta vez indicaron que además de la escasez de medicamentos, se les ha provisto de medicinas genéricas de mala calidad y están trabajando con equipos desactualizados. Fueron recibidos Comisión de Salud de Congreso, en cuyo seno resumieron en cuatro puntos la situación por la que atraviesan: desabastecimiento de medicamentos, equipo obsoleto, lentitud en los procesos de licitación y lentitud en los procesos de contratación de personal.

Pidieron el acompañamiento del Congreso para fiscalizar los hospitales y modificar las leyes para facilitar la compra de medicinas y hacerlo donde sean más baratas.

La crisis ha puesto en evidencia las deficiencias administrativas de las autoridades del Hospital San Juan de Dios, pues es el único de la red hospitalaria que tiene serios problemas de desabastecimiento. Otros centros muestran niveles de abastecimiento de entre el 85% y el 90% y una ejecución satisfactoria de sus presupuestos.

El 28 de febrero los compañeros tuvieron una reunión con el ministro de salud y el viceministro de hospitales, pero no les fueron ofrecidas soluciones permanentes ni certidumbre de que los problemas serán resueltos; por ello decidieron continuar en asamblea permanente, pues la situación es grave: “Son carencias de todo tipo, son deficiencias administrativas, son carencias de insumo, de equipos viejos, de eventos de cotización o de compra que tienen dos a cinco años de estar estancados. Pese a que existe el recurso económico y el Ministerio de Salud tiene presupuesto, por uno o mil motivos no se traduce en que los hospitales tengan lo necesario para atender a la población” (Prensa Libre 1/03/2022).

El 3 de marzo los médicos del San Juan de Dios de nuevo realizaron una marcha, esta vez hacia la Casa Presidencial, con la intención de presentar al presidente Giammattei una propuesta para solucionar el problema que enfrenta el hospital. A pesar de que ha habido una mejora en el ingreso de medicamentos, les preocupa que sea una situación temporal, por lo que proponen que se emita un decreto presidencial que ordene el abastecimiento permanente de medicamentos, insumos y equipos.

El calvario de los trabajadores por contrato

Otra característica de las políticas neoliberales ha sido la modalidad del Estado de reclutar trabajadores por contratos temporales de un año o a veces por unos meses; esto se hace con la finalidad de ahorrar en el pago de prestaciones, pues los empleados bajo este régimen no reciben aguinaldo, ni bono 14, ni tienen derecho al seguro social ni a la cancelación de bonificación por el tiempo laborado cuando finaliza el contrato. Además, se ven afectados por la inestabilidad laboral, pues no hay certeza de que serán recontratados al finalizar el contrato, o con frecuencia los sueldos son retenidos durante varios meses antes de que empiecen a pagarles.

Esto último acaba de suceder con el personal del Hospital Roosevelt, que pasaron los dos primeros meses del año sin recibir sus salarios. Al menos 1,480 médicos, enfermeros, trabajadores sociales, terapistas y personal de intendencia que trabajan bajo los renglones 182 y 189 (por contrato) no han recibido sus pagos, y decidieron declararse en asamblea permanente el 1 de marzo, realizando manifestaciones frente a las instalaciones del hospital. A nivel nacional se calcula que son unos 25 mil trabajadores que se encuentran en esa situación.

La explicación de las autoridades del ministerio es que hubo un cambio en el sistema de pago, y ahora la ley exige que se haga por medio de Guatenóminas, y ha habido complicaciones a nivel informático para depositar el dinero de los salarios.

El Sindicato de Empleados del Hospital San Juan de Dios, filial Roosevelt, organizó las protestas mediante plantones frente al ministerio y bloqueos intermitentes en la Calzada Roosevelt. Finalmente, gracias a la presión de las y los trabajadores, el 3 de marzo iniciaron los depósitos de los sueldos.

El año pasado, el sindicato logró que en el presupuesto 2022 del ministerio quedara contemplado el traslado de varios miles de trabajadores por contrato a plazas permanentes presupuestadas, proceso que ya inició. Pero es necesario el traslado del total de trabajadores, para garantizar la estabilidad laboral, las prestaciones y los beneficios sociales del sacrificado personal de salud. Demandamos la renuncia del director del Hospital San Juan de Dios y del equipo de administración por su ineptitud e ineficiencia en el manejo de los recursos. Pensamos que no basta un decreto del presidente para solucionar el problema del hospital, sino que se debe modificar la legislación de compras para priorizar las necesidades de los hospitales, y para ello se debe presionar al Congreso de la República.

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