Por Leonardo Ixim

Una nueva movilización del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), dirigido por el cuestionado líder sindical Joviel Acevedo, recorrió las calles de la Ciudad de Guatemala, el lunes 12 de mayo.

Como toda movilización de este sindicato, se hace encuadrada por una disciplina militarista; esta vez cambió la ruta habitual, y, sin una discusión democrática con sus bases, se dirigió hacia el Centro Histórico de la ciudad a la sede del gobierno, rechazando el aumento del 5 por ciento al salario base ofrecido por el presidente Arévalo, el que el sindicato calificara de unilateral por no realizarlo dentro del Pacto Colectivo y exigiendo un aumento del 15%.

Las autoridades gubernamentales han denunciado que Acevedo obliga a los maestros a salir a manifestarse, al grado que pusieron una línea telefónica para denunciar el hecho. Si bien el liderazgo de este burócrata ha sido cuestionado, y es dudoso que sea aun el sindicato mayoritario, hay sectores del magisterio que lo siguen apoyando porque ha sido un buen negociador, al conquistar demandas económicas justas a cambio de prebendas e influencias en la estructura administrativa del Ministerio de Educación (Mineduc) para él y sus allegados en el STEG.

En ese sentido, la ministra Anabella Giracca interpuso un amparo a la Corte de Constitucionalidad  en lo tocante a las funciones de rectoría, esto porque ha trascendido (debido a la secretividad en la negociación del pacto) que las negociaciones se han estancado porque, más que el aumento al salario base (de hecho, el viceministro Francisco Cabrera señaló que con el anterior gobierno, el STEG aceptó un mísero 3% sobre bonos), el verdadero hecho es que la directiva del sindicato quiere seguir influyendo en los procesos de capacitación.

Pero la cuestión que no mencionan ni la burocracia sindical ni la jerarquía ministerial es que sí han negociado la designación de encargados de las áreas departamentales y municipales de educación; al igual que en salud, donde  las autoridades de ese ministerio negocian con el Sindicato Nacional de Salud de Guatemala de Luis Alpirrez.

Sin embargo, en este tema las negociaciones han sido duras, y las estructuras que negoció Acevedo con el anterior gobierno, la administración de Arévalo las ha buscado controlar. Pero la postura abiertamente derechista de este líder sindical, como mantener el seguro médico privado para estudiantes, negociado con el gobierno de Giammattei, que este gobierno eliminó, con el que estos burócratas sindicales ganaban económicamente, y las declaraciones claramente golpistas en alianza con factores conservadores, no está llevando a acuerdos.

Por otro lado, otros puntos conflictivos son que procesos como la reclasificación de puestos hacia renglón 011, es decir plazas con estabilidad laboral, el otorgamiento de refacción (merienda escolar) y útiles para el estudiantado o el monto de aumento a la alimentación, pasen por la burocracia del STEG, como quiere Acevedo. Todos estos procesos, así como los de capacitación de maestros ya mencionados, y la compra de alimentos en las escuelas, donde participan las organización de padres de familias e interviene el STEG, debe pasar a través toda la comunidad educativa.

Por último, con respecto al aumento del 5% decretado por el gobierno, es una jugada para quitarle apoyo a Acevedo en el magisterio y una forma de evitar que sus seguidores se sumen a las maniobras golpistas. Si bien las negociaciones deben estar en el marco del pacto colectivo, éste debe ser público, algo a lo que la burocracia sindical se niega, y el equipo de Giracca aduce que es un impedimento legal. Además, que el aumento al salario base y no solo vía bonos, debe ser acorde al costo de la vida para la clase trabajadora.

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