Por Felipe Suazo Erazo

La historia de la desigualdad en Honduras tiene una larga data. En los últimos años, Honduras ha caído en unos niveles de pobreza exorbitantes, a tal grado, que es el penúltimo país en encabezar los niveles de desigualdad en Latinoamérica, según cifras recientes de la CEPAL. Este artículo busca reflexionar sobre la actual crisis que ha generado los últimos decretos de emergencia llevados a cabo por el Congreso Nacional de la república y el poder ejecutivo. Es decir, los denominados PCM.

Políticas Neoliberales en la Educación y la Salud

Desde que el Partido Nacional asumió el poder en el año 2010, puso en marcha un proceso de destrucción de los entes estatales para privatizarlos bajo el esquema propuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el estado dirigido por Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández. En el caso del sistema de educación en Honduras, el proceso a seguir fue, la implementación de la ley fundamental de la educación en los años del 2012-14, el cual convocó al sector magisterial, y estudiantes de educación media, a una ola de protestas en contra del estado y el ministro Marlon Escoto.

El marco de esta ley apuntaba a un deterioro de la educación pública en Honduras. En un sentido general, esta ley promovía la descentralización en la administración de los recursos, que debía de ser asumida por las alcaldías municipales y la eliminación de la matrícula gratis, eliminación progresiva de los bachilleratos, y la extensión de la educación básica de primer grado a noveno grado. La mayor parte de los costos que se dan en los centros educativos en Honduras –pago de servicios públicos, papelería, y mantenimiento– era trasladado al consumidor: el pueblo hondureño.

La escala de protestas que se generaron entre el 2012-2014 en contra del estado, conllevaron al debilitamiento del gremio magisterial en Honduras, en medio de represión, despidos, y una táctica de desgaste en los principales colegios magisteriales en Honduras. Dividieron a las bases y las dirigencias de los colegios magisteriales, ahogándolos en un mar de silencio absoluto, el cual ha sido roto por la movilización de sus bases a nivel nacional. Marlon Escoto, fue pieza clave para la domesticación y destrucción de los derechos laborales del magisterio en Honduras. En el nivel de educación superior, el Partido Nacional, colocó a otro cerebro de la maldad: la ex rectora Julieta Gonzalina Castellanos, quien entre el 2015-2018, mantuvo un fuerte choque con el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU). Si hay algo que hicieron estos dos personajes, en su gestión como rectores de la educación pública en Honduras, fue promover las brechas entre la desigualdad e igualdad de acceso a la educación en Honduras.

La privatización de la salud, ha tenido otro horizonte: primero, en los consecutivos gobiernos nacionalistas, la inversión en salud ha sido casi nula, ¿Cuántos hospitales y escuelas se han construido en Honduras, en diez años de los nacionalistas en el poder? Segundo, otro gran negocio que se ha gestado en Honduras, han sido las jugosas licitaciones que algunos grupos económicos han aprovechado para ampliar sus arcas económicas, utilizando a empleados públicos sobornables, para concretar oscuros negocios. Un caso particular, es el de la ex presidenta del Congreso Nacional, Lena Gutiérrez, acusada con su empresa ASTROPHARMA, de vender pastillas de harina en el sistema de salud pública en Honduras. En la actualidad esta señora, es parte del gabinete de JOH, y se ha visto liberada de su crimen colectivo, debido a la impunidad imperante en el sistema judicial hondureño, manejado por los nacionalistas. Tercero, la venta de medicinas, ha sido acaparada por una amplia red de cadenas farmacéuticas en Honduras: Farmacias KIELSA, Farmacias del Ahorro, Farmacia Súper Simán. Es decir, que la élite económica, ha privatizado la producción y distribución de las medicinas en Honduras, donde, por cierto, los empleados sufren extensas jornadas, desiguales contratos laborales, y explotación por parte de estas cadenas farmacéuticas. Una de las familias involucradas en la venta de medicinas en Honduras, es: Átala Faraj, involucrados en la muerte de Berta Cáceres.

Olas de protesta y paro nacional 2019

 El estado de Honduras ha respondido a la ola de protestas y paros nacionales en las últimas dos semanas, con represiones muy alarmantes. En varios barrios de los centros urbanos de la costa norte, Choluteca, zona centro; el gas lacrimógeno y las balas se han hecho el común denominador de la vida cotidiana del hondureño. El nivel de represión ha consistido en la invasión de casas, torturas, secuestros, desapariciones y muertes de ciudadanos que han salido firmemente a defender sus derechos ciudadanos. Ante la escalada de protesta en las últimas dos semanas, la economía del país se ha visto afectada, y la consigna común de la mayor parte del pueblo, ha sido salvaguardar los pocos derechos de acceso a la educación y la salud, que son los últimos reductos del sistema público en Honduras, trastocados por la narcodictadura del Partido Nacional.

Precariedad del sistema de salud y educación en Honduras

En la mayor parte de hospitales de Honduras, no hay medicinas; la infraestructura es paupérrima; la contratación de doctores y enfermeras a nivel nacional, es baja. Los principales hospitales de Honduras, se encuentran en Tegucigalpa (Hospital Escuela Universitario) y San Pedro Sula (Hospital Mario Catarino Rivas). Esto genera que, personas del interior del país, tengan que hacer grandes sacrificios para tener acceso a especializaciones en el área de la medicina, a postergadas citas (generando muertes por inanición), y la falta de medicina en los principales centros de atención médica.

En el caso de la educación, no ha existido una reforma educativa que promueva un desarrollo integral en los estudiantes de todos los niveles educativos. Quienes lideran la educación de calidad en Honduras, son las altas escuelas bilingües. ¿Quiénes tienen acceso a este tipo de educación? Evidentemente, la clase económicamente privilegiada del país. Existen muchos casos de maestros que dan clases a la intemperie en Honduras, sin recursos, sin material didáctico, y en algunos casos, bajo el sistema de multigrados, es decir, aquella dinámica en donde el docente atiende varios grados a la vez.

Avanzar en la defensa de mas derechos

La lucha del gremio magisterial y de la salud, debe ir más allá de la defensa de los derechos económicos y laborales, para orientarlos en pro de los derechos colectivos y ciudadanos de los hondureños. La consigna del pueblo consciente, es defender estos derechos universales y colectivos; y el Fuera JOH, que no falta en las manifestaciones, en los estadios deportivos, en conciertos, en graduaciones, en fiestas, y en las redes sociales que han sido un efectivo medio de difusión ante el silencio de las grandes corporaciones de la información en Honduras. Por el derrocamiento de la narcodictadura en Honduras y la lucha contra el modelo neoliberal.

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