Por Carlos M. Licona

El Partido Libertad y Refundación fue creado como parte de las negociaciones de los Acuerdos de Cartagena el 26 de junio de 2011, en aquel momento generó la esperanza en el pueblo de que se podía lograr un triunfo en las elecciones generales del 2013 primero y luego en el 2017, las denuncias de fraude ya son historia y el Partido Nacional ya en  enero cumple 11 años de estar en el poder.

Desde su creación, el Partido LIBRE ha tenido como coordinador general al ex presidente Manuel Zelaya Rosales, quien a pesar de que aún mantiene enorme simpatía dentro de la base del partido, que en su mayoría proviene del Partido Liberal, ha sido fuertemente cuestionado en el transcurrir de los años por sus decisiones políticas, siendo una de las principales la negociación de cargos dentro de algunas de las instituciones del estado.

Sectores inician a romper con Zelaya

Con el golpe de estado del 2009, la mayoría de la base del Partido Liberal rompió con este y se fue a las calles a condenar el golpe, de esa forma se aglutinó en un solo nudo con los sectores de izquierda y sectores independientes dentro del FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular), este nuevo organismo se engulló a lo que antes fue la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP) y todo tipo de estructura sindical, gremial o popular que en la primera década del siglo había realizado las mayores protestas y luchas de los últimos 30 años.

A inicios del año 2011 cuando aún no había retornado del exilio Manuel Zelaya, se pretendió en asamblea general realizada en el Instituto Central en la ciudad de Tegucigalpa aprobar la conversión del FNRP en un partido político, sin embargo, en esa ocasión El Espacio Refundacional que estaba conformado por los sectores más vanguardistas de la lucha dentro del Frente se opusieron a tal decisión por que implicaba redirigir toda forma de protesta hacia el proceso electoral y la moción en ese entonces no pasó. Fue hasta el retorno de Manuel Zelaya en el mes de mayo de ese mismo año que volvió inevitable la decisión de crear el nuevo Partido Político y que el FNRP sería el brazo de lucha del partido, situación que al final terminó en un espejismo porque al Frente se lo engulló el Partido LIBRE.

Desde entonces, el Partido LIBRE ha sido coordinado por el ex presidente y en todas las decisiones tomadas se termina imponiendo la línea “zelayista”. No existe duda que dentro de LIBRE el sector mayoritario es el que proviene del Partido Liberal y es con quienes Manuel Zelaya cuenta con mayor simpatía, a pesar de todas las equivocaciones que pueda cometer para negociar posiciones y cargos dentro del engranaje del estado. De esta forma toda pretensión de lucha es encausada al ruedo electoral y toda discusión es dirigida al Congreso Nacional aunque ya se sabe que se perderá en las votaciones donde se impone la maquinaria del Partido Nacional.

Para el proceso electoral del 2021 Zelaya pretende reelegirse como coordinador general del partido y sus decisiones tomadas de forma unilateral han hecho que un fuerte sector con ideas más progresistas rompan con la línea  que se impone de forma vertical y ha desatado una lluvia de críticas y cuestionamientos hacia su persona, críticas que son válidas y correctas cuando el propósito es construir un proyecto para el pueblo pero que se vuelven a favor de la dictadura cuando se hacen con el fin de socavar la base de LIBRE. La crítica constructiva y la denuncia permanente se hacen con argumentos objetivos que no se presten a la presunción, dejar grietas abiertas en frases dicha con mala intención, no es más que seguir el juego de la dictadura, ya sea de forma consiente o involuntaria.

Un verdadero proyecto para el pueblo

Lo más sano es que Manuel Zelaya se haga a un lado y de oportunidad a las nuevas dirigencias e iniciativas más progresistas y hasta revolucionarias, sin embargo, se vuelve complicado cuando la mayoría del partido son ex liberales y por lógica terminarán imponiéndose en el ruedo electoral, más aún cuando el mismo Partido Libre fue señalado de hacer fraude en las internas del 2017.

Los zipe zape que se estén dando en la palestra pública solo nos presenta un panorama desalentador para el 2021 donde la dictadura puede volver a imponer su voluntad con la complicidad de la comunidad internacional, sin embargo, corresponde a estos sectores críticos que han pasado a la izquierda dentro de LIBRE, que deben de iniciar desde ya un proyecto para el pueblo con candidaturas libres de las decisiones verticales y que lleve nuevamente las luchas a la calle.

Hemeroteca

Archivo