Por Carlos M. Licona

Al hacer una valoración exhaustiva de la Educación Pública en el presente año, se puede asegurar que el año 2022 pasará a la historia sin pena ni gloria, con un año más de atraso en el rendimiento académico de los educandos. Caso contrario ha sucedido con la Educación Privada que dio un enorme salto al haber brindado clases presenciales todos los días, que sin lugar a dudas, se reflejará en el nivel de aprendizaje de estos estudiantes en comparación con los de los centros públicos.

Siendo objetivo, se puede asegurar que, tanto las autoridades del presente gobierno como las dirigencias de los seis colegios magisteriales le claudicaron al gremio completo y sintieron temor de convocar a clases presenciales permanentes. El año 2022 se ha sumado al 2020 y 2021 con mínimas exigencias para con los estudiantes, sin evacuar siquiera la mitad de los contenidos  o, en todo caso, cubriendo superficialmente los contenidos programáticos.

La semipresencialidad; ¿hay algo novedoso o todo es ilusión?

El daño ocasionado a la Educación de parte de la cuarentena obligada producto del COVID-19 es incalculable, quizás, las verdaderas consecuencias se experimenten cuando se logre estabilizar todo el sistema educativo y, es seguro que los resultados serán deprimentes. En el 2020 y 2021 nunca se logró dar una respuesta que solucionara la enorme dificultad que implicó las clases virtuales, en el 2022 la semipresencialidad tampoco fue una respuesta, al contrario, se disminuyó el tiempo real de atención a los estudiantes, limitándose únicamente a que los centros educativos permanecieran abiertos.

Hay que felicitar la iniciativa de algunos centros educativos fuera de las áreas urbanas que acertadamente tomaron la iniciativa de asistir diariamente a clases presenciales, demostrando de esta forma que el COVID-19 ya no puede ser un motivo para obstaculizar las clases, al igual que ya no lo pude ser los implementos de bioseguridad.

Definitivamente que este año 2022 se va dejando mucho que desear, sin nada novedoso en Política Educativa, el año se fue con las exigencias en las calles durante los primeros meses de parte de maestros interinos y de PROHECO para obtener una plaza permanente,  y, los últimos meses se han ido con la espera de los resultados del Concurso Docente. De parte de la Secretaría de Educación con el apoyo de los colegios magisteriales, se ha anunciado la Refundación de la Educación, sin embargo, aún no se conoce en qué consiste tal Refundación, excepto, agregar al plan de estudios en todos los niveles la “Cátedra Morazánica”. Otros de los anuncios que en nada abonan a cambios significativos en educación son el uso de una gabacha como uniforme o que un uniforme no sea determinante para asistir a las clases.

¿Serán la UPNFM y la UNAH encargadas del maquillaje en Educación?

Es muy notorio el acercamiento que existe entre las autoridades en Educación con la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” y la Universidad Autónoma de Honduras, nadie puede negar que para cualquier reforma que se pretenda realizar en educación las universidades deben ser las primeras en ponerse enfrente del gran reto, el asunto es que, ambas universidades del sistema público fueron las responsables de políticas del régimen anterior, en el caso de la UNAH se impuso una IV reforma que encajara con políticas neoliberales y se aplicó una represión muy agresiva contra docentes, sindicato y estudiantes de pensamiento revolucionario, en alusión a esta IV reforma, el docente de filosofía Marvin Amílcar Pérez escribió En nombre de esta reforma se comente violaciones a los derechos de los estudiantes, a los derechos de los docentes y los derechos de los trabajadores en general, y entonces ¿cómo es posible que se hable de reforma en este sentido?”. elsoca.org (17/09/2017).

En el caso de la UPNFM, han sido los responsables del retroceso en educación a nivel de especialidades, al contemplar el Estatuto del Docente un aumento por calificación académica que era un estímulo para que todo maestro de primaria obtuviera una licenciatura en alguna especialidad, aplicaron la regla del absurdo al ofrecer una licenciatura en Educación Básica que reduce ostensiblemente el nivel académico, dirigida principalmente a todo maestro que ya no aspiraba a un título universitario. Por supuesto, todo maestro que estudió esta licenciatura tuvo que pagarla como en cualquier universidad privada del país. En resumen, un docente con licenciatura en Educación Básica está legalmente facultado para impartir clases en cualquier nivel de primero a noveno grado.

No se puede negar que tanto la UNAH como la UPNFM deben ponerse enfrente de alguna reforma educativa, no obstante, la pregunta es ¿Cómo confiar en las instituciones que estuvieron del lado del régimen anterior?

La UNAH y la UPNFM son instituciones que aplican medidas neoliberales profundas y demuestran que no son instituciones confiables para el “Socialismo Democrático” de doña Xiomara Castro, ¿serán las responsables de la refundación educativa?

Docentes: constructores de su propia refundación

Hasta ahora, ha sido más circo que medidas concretas hechas en educación, pareciera que, en un afán de implementar una Reforma Educativa, se trata de subir el último peldaño sin haber subido los primeros. La Refundación Educativa debe construirse desde su propia cimiente, con los docentes al frente.

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