Por José René Tamariz

El día 11 de junio hubo un foro sobre América Latina promovido por el CAF, banco de desarrollo de América Latina, en sus cincuenta aniversarios, que el diario "La Nación" de Costa Rica transmitió en vivo, en el que participaron: el premio nobel de economía, Joseph Stiglitz; Alicia Bárcenas, secretaria general de Cepal; José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE y Enrique Iglesias, expresidente del BID. Estos personajes brindaron algunos datos importantes e interesantes para el análisis. Veamos.

La situación de la pandemia, económica y social de los trabajadores, sectores populares, medianos, pequeños y microempresarios en Latinoamérica es dramática. Si la situación era trágica pre-pandemia, ahora durante la pandemia es gravísima y post-pandemia será aún peor. Veamos algunos datos duros.

Según el secretario general de la Organización para la Cooperación para y el Desarrollo Económico (OCDE) la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en los países de América Latina será espectacular. Argentina tendrá una caída de -8,3%, México del -7,5%, Brasil del -7,4%, Colombia del -6,3%, Chile del -5,7% y Costa Rica -4,1%. Solo doy las cifras de algunos países.

Esa severa caída del PIB es solo con el primer brote de la pandemia covid 19. Es decir, con el segundo brote sería peor. Por ejemplo, con ese segundo brote la caída del PIB en Costa Rica será del 4,9%. Ya Costa Rica se encuentra en en esa situación. El Banco Central de Costa Rica (BCCR) había previsto una baja del 3,6%. Sin embargo, eso ya fue superado.

La pandemia, además de lo anterior, está generando millones de desempleados, millones de nuevos pobres, aumento de la informalidad al 54%, la eventual quiebra de 2,6 millones de empresas PYMES, ya no digamos el hambre y la degradación social.

América Latina se ha convertido en el epicentro de la pandemia de la covid 19. Según, Alicia Bárcenas, secretaria general de la CEPAL esa situación que enfrenta Latinoamérica es el resultado de décadas de privatización y mercantilizaron de salud y de los servicios en estos países. En promedio en los países de América Latina sólo se invierten el 2% del PIB en salud, mientras en los países de la OCDE el promedio es del 9%.

De acuerdo con Stiglitz, existen "fallas del mercado", lenguaje sibilino de este economista, para decir que éste está hundiendo en una profunda desigualdad económica y social a las sociedades de América Latina. También planteó que la pandemia demostró la distribución de las terribles inequidades. Que existe un grave sobreendeudamiento de los países de Latinoamérica que tendrá serias consecuencias en el futuro.

Entonces, el panorama, situación o escenarios de América Latina son sombríos y de graves dimensiones. ¿Una nueva década pérdida? En realidad, la situación será peor que la década pérdida. No hay parangón histórico para comparar o medir el futuro hacia el cual se encamina América Latina. Esa terrible situación generará grandes rebeliones, estallidos sociales e incluso, posibilidades de nuevas revoluciones.


Por José René Tamariz

La peste del covid-19, causada por el virus SARS CoV2, que se ha extendido a casi todos los países del mundo ha conllevado a una profunda crisis sanitaria en algunas naciones de Europa, segundo epicentro mundial de esa enfermedad, tales como Italia, España y ahora, los Estados Unidos, en donde los sistemas de salud han sido desbordados. Al mismo tiempo, dicha enfermedad también ha provocado un eventual desarrollo de una recesión económica mundial. La Organización Internacional de Trabajo (OIT) calcula que dicha crisis, producto del cierre y quiebra de miles de empresas, aproximadamente, produciría unos 25 millones de trabajadores desempleados.

A su vez, el desarrollo vertiginoso de la enfermedad, la cantidad de infectados y las muertes provocadas, ha conllevado a diversos Estados a tomar medidas extremas y, en algunos casos, varios gobiernos se han aprovechado de la emergencia y crisis para implantar un conjunto de medidas autoritarias, tales como restringir la libertad de expresión y otras medidas antidemocráticas. 

En la historia de la humanidad ha habido dos grandes pandemias, la peste negra y la gripe española, que provocaron la muerte de millones de personas, diezmando la población mundial. La cantidad de muertos en ambas fueron similares. Sin embargo, debido a que la población mundial eran diferentes en los dos siglos (XIV y XX) en que se producen, el impacto de la primera fue mayor que la segunda. En el siglo XIV la población mundial era de 450 millones de personas, pero producto de la peste negra se reduce a 370 millones, es decir una tasa de mortalidad mundial de entre el 15% y 17%. En el año 1918 del siglo XX existían 1.825 millones de personas y según algunas estadísticas se enfermaron de la gripe española entre 800 y 1000 millones de personas, muriendo entre 50 y 100 millones de personas, o sea hubo una tasa de mortalidad mundial entre 2.5%. y 2.7%.

La Peste Negra y sus Consecuencias

La peste negra, producida por la bacteria, Yersenia pestis, constituyó una pandemia multicontinental, ya que infectó el norte de África, Asia, Oriente Medio y Europa. ¿Por qué razones provocó tanto muertos la peste negra? Veamos.

“Analicemos la peste negra, la gran plaga del siglo XIV. Atacó a una Europa que vivía en una aterradora suciedad carente de cualquier concepto moderno de limpieza e higiene, sin instalación de cañerías de desagüe, sin forma alguna de tratamiento médico razonable, una población aglutinada e indefensa. Claro que la gente podía huir de las aldeas infestadas, pero enfermo fugitivo tan sólo servía para propagar las epidemias más lejos y con mayor rapidez. Peso a todo ello, tres cuartas partes de la población resistió con éxito los ataques de la infección. En tales circunstancias, lo realmente asombroso no fue que muriera uno de cada cuatro, sino que sobrevivieran tres de cada cuatro. Es evidente que existe eso que se llama resistencia natural frente a cualquier enfermedad. De un número de personas expuestas gravemente a una enfermedad contagiosa, algunos la sufren con carácter relativamente débil, otros enferman de gravedad y un cierto número muere…”. (Asimov, Isaac: Introducción a la ciencia. Ediciones Orbis, S.A. 1973). Se calcula que esa peste ocasionó, aproximadamente, 25 millones de muertos en Europa y entre 40 a 60 millones en África y Asia. Se estima que entre el 30% y 60% de la población de Europa murió debido a esa enfermedad.

Por otro lado, en el siglo XIV, “A partir de 1348, la Gran Peste hace caer drásticamente la curva demográfica, ya en descenso, y transforma la crisis en catástrofe. Pero la crisis es anterior al azote, que no ha hecho más que agravarlo, y sus causas hay que buscarlas en el fondo mismo de las estructuras económicas y sociales de la cristiandad. La disminución de la renta feudal y los trastornos originados por la parte cada vez mayor que los campesinos tienen que pagar en moneda para liquidar sus censos, ponen en entredicho las bases del poderío feudal”. (Le Goff, Jacques: La civilización del occidente medieval. Editorial Paidós. España, 1996).

La Gripe Española y sus Efectos

La denominada gripe español, producida por el virus H1N1, fue una pandemia del siglo XX entre los años 1918-1920. Se calcula que murieron entre 50 y 100 millones de personas en todo el mundo, siendo España uno de los países más afectado donde se considera se contagiaron, aproximadamente, unos 8 millones de seres humanos, muriendo unos 147 mil. Se cree que en China murieron unos 30 millones de personas.

¿Por qué hubo tanto muertos con la gripe española? Analicemos. La gran cantidad de muertos de esa pandemia se debió, en gran parte, a la primera guerra mundial, en donde tropas de distintos países iban a combatir a otros, aunque estuvieran enfermos. Por ejemplo “El presidente estadounidense Woodrow Wilson consultó con el general Peyton C. March, jefe del estado mayor estadounidense desde mayo de 1918, si debían suspender los envíos de tropas a Europa para no propagar la epidemia, pero Mach le indicó que una noticia así podía perjudicar mucho la marcha en el frente al saber la Triple Alianza (1882) los problemas entre sus filas de su enemigo. Por esta razón Wilson no detuvo los envíos de tropas, pese a llegarle informes de sus ciudadanos estaban enfermando e incluso muriendo en los barcos al declararse la gripe a bordo. En agosto de 1918 ya eran cerca de un millón y medio de soldados estadounidense desplazados a Europa, muchos enfermos de gripe”. (Wikipedia: Pandemia de gripe de 1918). En los Estados Unidos murieron entre 500 mil y 750 mil personas. Mientras tanto España fue uno de los países europeos mas afectados por esa enfermedad, ya que se calcula se infestaron 8 millones de personas, muriendo unas 147 mil.

Por otro lado, la pandemia de la gripe A H1N1, versión similar del virus de los años 1918-1920, producida en el siglo XXI entre el año 2009-2010, ocasionó 18 mil muertos en diversos lugares del mundo.

La Pandemia de la Gripe Covid-19

Se inicia en Wuhan, capital de la provincia de Hubei, China, en diciembre del año 2019 y se extendido, al momento de terminar este artículo el 30 de marzo, en tres meses a cientos de países, produciendo más de 35.000 muertos, superando con creces las muertes que se produjeron con la pandemia del H1N1 del 2009-2010. Se encontraba presentes en todos los continentes: Asia, América, África, Oceanía.

Probablemente la cantidad de infestados y de muertos continúe aumentando. No podemos determinar hasta donde llegará y la profundidad de sus repercusiones. Producto de sus efectos y consecuencias a escala planetaria en los sectores de la salud, economía y social se ha convertido en el fenómeno más grave desde la segunda guerra mundial.

¿Por qué hay tanto infestados y muertos con la gripe covid-19? Existen varios factores de explicación. En primer lugar, la globalización con sus flujos de personas en el mundo. El virus se ha importado de un país a otro y de éstos a los demás. En segundo lugar, una incorrecta política preventiva de parte de muchos gobiernos, lo cual está elevando el contagio y las muertes. En tercer lugar, un mayor contacto y alimentación de animales silvestres. En cuarto lugar, “… La ecología humana se superpone cada vez más con la ecología animal: piense en la tala de la Amazonia para fines agrícolas y ganaderos, o en la tala del tapiz forestal de la isla de Borneo para producir aceite de palma. Es probable que emerjan zoonosis con más frecuencia a medida que se producen rápidos cambios ambientales y climáticos, y los seres humanos invaden los territorios de los animales, incluidos aquellos que son portadores de enfermedades zoonóticas. Y atrapamos, manipulamos y consumimos muchos de esos animales, a menudo ignorando completamente la higiene básica de los alimentos”. (Baris, Enis: Coronavirus: reflexiones de un epidemiólogo y profesional de la salud pública. 11 de marzo, 2020).

Actualmente, el mundo se está acercando a un millón de infestados por el virus SARS CoV2. El país que tiene el mayor número de infestados es Estados Unidos con más de 143 mil casos, seguido por Italia y España. Sin embargo, la cantidad de muertos mayor por orden de países son Italia (11.591), España (7.340), China (3.308) y Estados Unidos (2.565). Es importante señalar que, según el asesor de Trump en enfermedades contagiosas, Anthony Fauci, la cantidad de infestados en los Estados Unidos podría llegar, en los próximos días, a millones de personas y entre 100.000 y 200.000 muertos. La tasa de mortalidad por la enfermedad covid-19 es del 10.5% en Italia, del 8% en España y del 1,5% en los Estados Unidos. No obstante, es importante destacar que existen muchos infestados como muertos que no son reportados en esa esas cifras oficiales, por ejemplo, ancianos muertos en sus domicilios o que viven en residencias para adultos mayores o bien de personas que pueden morir porque no fueron atendidos por los sistemas de salud. Es decir, que las cifras reales son mayores. Probablemente, hasta que pase la pandemia, quizás nos demos cuenta de la verdadera cantidad de muertos que se produjeron.

¿A cuántos infestados y muertos por la enfermedad covid-19 puede llegarse en el mundo? Es difícil pronosticar esos datos. Los especialistas en esos temas utilizan diversos modelos que van desde el peor, mejor e intermedio escenario. Pero, es importante señalar que todo modelo matemático, estadístico o físico tiene sus límites, más con una enfermedad que tiene sus novedades. Sin embargo, en algunos países, como los Estados Unidos, no se ha producido el pico de la infección y, por ende, las cifras de infestados y muertos podrían aumentar dramáticamente, igual podría suceder en Europa y en una gran parte de países pobres y con sistemas de salud deplorables y sin capacidad de atender muchos infestados que necesiten de cuidados intensivos. No obstante, el desarrollo actual de la ciencia y tecnología y las medidas de confinamiento y distanciamiento social en el mundo puede contribuir, de forma significativa, a paliar y disminuir el impacto de infestados y muertos. Más allá de esas cifras anteriores, los peores impactos y consecuencias de esta pandemia se están produciendo y se extenderán, por mucho tiempo, en los terrenos económicos y sociales sobre millones de personas en el mundo, principalmente en los sectores de trabajadores, sectores populares y otros sectores empobrecidos.

COVID-19, Recesión Económica y Consecuencias Mundiales

Según el economista, Nouriel Roubini, que previó la crisis financiera global (CFG) del 2008:

"... la crisis de la covid-19 es algo totalmente diferente. La contracción que hoy está en marcha no se parece ni a una V ni en U ni es L (una marcada crisis seguida de estancamiento). Más bien se parece a una contracción en I: una línea vertical que representa un derrumbe de los mercados financieros y de la economía real". (La Nación, 27 de marzo de 2020).

Esta es una crisis económica totalmente nueva. Es una especie o tipo de Quiebra Global Sistémica del capitalismo mundial.

Entonces, esta crisis económica provocada por el covid-19 es más profunda que la crisis del 2008 y que la gran depresión de los años 30. Incluso más profunda que la crisis de la segunda guerra mundial, pero según Roubine, probablemente más corta, dependiendo de las respuestas de Europa, Estados Unidos y otros actores globales del capitalismo e imperialismo mundiales. Sus consecuencias económicas y sociales sobre millones de trabajadores y otros sectores populares serán graves y catastróficas. Habrá millones de desempleados, millones de nuevos pobres, además de los que ya existen. En América Latina “La recesión económica repercutirá en lo social. La pobreza aumentará de 185 millones a 220 millones y el desempleo subirá 10 puntos, mientras la reducción de la desigualdad seguirá estancada o, incluso, retrocederá en algunos países, de acuerdo con la Cepal”. (La Nación, 22 de marzo de 2019).

Producto de la crisis económica y las consecuencias provocadas por esta enfermedad del covid-19, en algunos países comienzan a producirse manifestaciones y actos de bloqueos callejeros, saqueos de supermercados y organización de las poblaciones que, podrían convertirse en los próximos escenarios sociales, están siendo duramente golpeadas, empobrecidas y hambreadas por el desempleo, las reducciones y pérdidas totales de los salarios y, por ende, su incapacidad de poder comprar los alimentos básicos. Nuevos escenarios sociales mundiales se avecinan después de esta gran pandemia que, probablemente, marque la década del 20-20.

Por Nicolás Le Brun y Joseph M. Herrera

Ya es una realidad la pandemia de COVID-19 en Centroamérica. En los últimos días los gobiernos de Costa Rica, Panamá, Honduras, y Guatemala han anunciado varios casos confirmados en sus territorios de este nuevo virus que azota al mundo entero. Las autoridades de Costa Rica y Panamá se han mostrado con mayor calma, pues no es desconocido para nadie que los sistemas de salud pública en esos dos países cuentan con más robustez técnica y de cobertura, que en los casos de permanente crisis en que se encuentra la institucionalidad sanitaria de los otros Estados de la patria centroamericana; servicios públicos desmantelados y llevados a la carencia permanente por el neoliberalismo imperante desde finales del siglo XX, y que vuelve dejar ver a todas luces la naturaleza reaccionaria de la burguesía en todo el mundo.

El origen del virus: la anarquía capitalista de la producción

Desde que el virus hizo su aparición en el mercado comercial de la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei en el centro de China, todos los medios masivos internacionales se han prestado a promover la especulación sobre su origen, excluyendo las variables que pudieron influir en la mutación del virus, que saltó de los animales a los seres humanos, tratando de culpar facilonamente a una especie animal o a la propia población China y su cultura milenaria –entiéndase al pueblo y no a sus gobernantes–.

Ninguno de los medios masivos de las metrópolis capitalistas ha evitado el disimulo de culpar al murciélago primero, al pangolín después, pasando a discriminar y valorar en una vulgar retórica etnográfica, de barbáricas las costumbres alimenticias de la sociedad china, llegando a sostener argumentos racistas y xenófobos, como que este era un castigo celestial a un pueblo sin la idea del Dios occidental judeo-cristiano. Nada más alejado de la realidad, que querer montar los valores y las tradiciones de occidente a la vida de oriente.

La xenofobia, el racismo y el misticismo religioso han demostrado nuevamente la ignorancia propia que se ocultaba bajo el óleo cosmopolita de la globalización capitalista, que se ha refractado bajo el esquema de la etapa neoliberal del capitalismo mundial, como la promotora de sociedades cada vez más abiertas a la diversidad cultural, étnica y religiosa. Esta falsa idea de un mundo abierto para las mercancías, pero hoy cerrado para todos los humanos de la mano de los gobiernos que se reclamaban grandes promotores del globalismo, ha dejado ver las fracturas de todo el orden burgués moderno.

En ninguno de estos medios se ha hablado de la enorme presión que la industria China ejerce sobre la naturaleza, economía que se ha basado en las últimas tres décadas en transformarse en el taller manufacturero del mundo –el 70% de la industria global, está localizada en China–, desde su gran Salto Adelante en la década de 1980, cuando se restauró el modelo capitalista de producción bajo la férula anquilosante de la burguesía imperialista China, que hoy se oculta tras las sigas del Partido Comunista Chino (PCCH), gran administrador de la explotación de la clase obrera más extensa del planeta a favor del capitalismo global.

China creció por sobre el 8% de su Producto Interno Bruto desde finales del siglo XX hasta mediados del 2015, ejerciendo en los hechos los ricos “comunistas del partido” como administradores de la destrucción natural y la alteración de la cadena trófica del ecosistema del propio país, explotándolo para luego ensamblar en sus grandes talleres las mercancías que las grandes trasnacionales de los países imperialistas como Japón, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea consumen, condenando al trabajador chino al status de siervo del neo-feudalismo asiático; bastará recordar que el salario promedio de un obrero en China es de 1000 yuanes, unos 146 dólares al mes, bastante por debajo del mínimo europeo o norteamericano, quizá solo equiparable con los míseros salarios a los que nos tienen acostumbrados a los centroamericanos.

No es para nadie desconocido que la mayoría de mercancías del planeta se producen en China, pues la táctica de la des-localización de la industria de los países capitalistas a países como China a finales del siglo pasado bajo la lógica neoliberal, hoy le está pasando factura al mercado mundial. Incluso está haciendo que las bolsas financieras se desplomen ante la incógnita de que el brote mantenga detenida parcialmente la industria China, su taller; que estos días, como producto de la cuarentena la industria China, está funcionando al 30% de su capacidad normal. Esto ha hecho caer el precio del petróleo y los índices más importantes del mercado bursátil financiero internacional.

La explotación capitalista del medio ambiente y la alteración del frágil equilibrio de la naturaleza (factores de la intervención humana que se acentúan con la competencia irracional entre los capitalistas para producir más de lo que realmente necesita la humanidad, para vencer bajo el volátil juego de la oferta y la demanda a sus adversarios capitalistas) es la verdadera causa de la mutación y propagación del virus. No es coincidencia que los últimos virus que han hecho su aparición en lo que llevamos del corto siglo XXI (SARS, HN1N1 y ahora el COVID-19 –una variante del SARS–) se originaran en el derruido y trastornado ambiente natural de la China continental; bastara recordar que los chinos no son nuevos en el habitual uso de las mascarillas o tapabocas en su diario vivir.

La anarquía capitalista entablada en una competencia irracional, ha acelerado el cambio climático, dando las condiciones efectivas para la mutación del virus. Casos como la guerra comercial por el petróleo entre Arabia Saudita capitaneando el Cartel conocido como la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), contra Rusia y de estos dos contra el endeble mercado del petróleo de esquisto norteamericano, ha demostrado nuevamente el carácter reaccionario de la burguesía y la lógica propia de esta anarquía de la producción. Mientras el mundo trata de combatir una creciente crisis sanitaria causada por el COVID-19, los imperialistas no ven mejor momento para pugnar en una competencia por imponerse en el mercado del petróleo, subiendo la oferta a pesar de que la demanda mundial ha caído en más del 60% durante el último mes, incluso a costa de la caída en picada de las bolsas de valores y del capital financiero especulativo del que estos mismos dependen para hacer sus transacciones internacionales y la especulación de los mercado a futuro. El barril pasó de costar cerca de los $110 a acercarse a los $23 al cierre de los mercados el miércoles 18 de marzo.

Todo esto quiere decir que cada vez más la humanidad sufrirá epidemias y pandemias con virus mutados más resistentes, crisis sanitarias que acentuaran más las cíclicas crisis económicas del capitalismo, que hace cada vez más cortos los ciclos de alza del capitalismo global, extendiendo los periodos de crisis hasta volverlas estados permanentes del sistema capitalista. Esta es la victoria del capitalismo que prometió Fukuyama a finales del siglo XX con la derrota y restauración del capitalismo en la URSS, pues la propia victoria del capital sobre el trabajo ha desencadenado la derrota de los vencedores, que hoy le piden al Dios, en el que nunca han creído, que este cataclismo causado por ellos mismos se detenga, pues su dios real, el dios don dinero se está devaluando rápidamente por su inyección irracional de papel moneda sin respaldo (en oro) a las economías de Estados Unidos y Europa, para engañar así a los consumidores, para hacer creer que la recesión aún no ha empezado.

El orden burgués es incapaz de frenar la globalización del virus

Hay una similitud entre los medios masivos de comunicación capitalistas y los fariseos de la izquierda mentecata latinoamericana e internacional, pues ambos se empeñan en esconder que el verdadero origen del virus está en la destrucción sistemática de la naturaleza derivada de la anarquía capitalista de la producción. También enaltecen a la burguesía China, administradora de la explotación del pueblo chino al servicio de sus pares capitalistas e imperialistas occidentales, queriendo pensar neciamente que la China actual, donde se ha consumado la restauración del Despotismo Asiático bajo las formas de reproducción de riqueza de un capitalismo cada día más agresivo, es la China de la revolución popular de 1949; nada más alejado de la realidad que la ceguera autoimpuesta por los infames panfletistas a ambos lados del espectro político, que hoy han demostrado ser incapaces ante el hecho consumado de la crisis sanitaria, humanitaria y económica que se desencadena tras el COVID-19.

La burguesía global vilipendió y promovió la xenofobia para apuntarse un tanto contra sus socios del PCCH al inicio de esta crisis sanitaria –siempre es buen momento para acertarle un golpe al socio–, tratando de hacerlos ver como una dictadura asiática bárbara, alegando que solo una dictadura “comunista” podía poner en encierro –cuarentena– a 40 millones de personas en la ciudad de Wuhan y más de 70 millones en la provincia de Hubei. Lo que no recuerdan ni recordaran los propagandistas del capitalismo, es que esa misma dictadura es la que les asegura la producción en masa de mercancías a bajo costo, derivada de la explotación extensiva y brutal de la fuerza de trabajo, que ha condenado a la semi-esclavitud al pueblo trabajador chino.

Por otro lado, tenemos a los siempre atrapados en la discursiva falaz de que efectivamente el inexistente comunismo de los capitalistas chinos ha detenido el contagio, ignorando o queriendo ignorar que fue la propia anarquía promovida desde el totalitarismo y el capitalismo imperante en China, el que desoyó las advertencias del personal sanitario que anunció el aparecimiento de un nuevo virus en el mercado de Wuhan a finales del 2019. Que fue esta misma dictadura futurista del capitalismo mundial, la que advirtió al equipo médico que alertó, de enviarlos a campos de reeducación para que dejaran de promover el pánico en los mercados, pues la sociedad poco importa a la horda de oro del capitalismo chino.

Y que solo cuando el virus amenazó el eje y la estabilidad de la economía china, fue cuando la burguesía de los déspotas asiáticos se prestó a utilizar los métodos draconianos del Big Data, para vigilar, controlar y reprimir a los ciudadanos por medio de la híper vigilancia pública de un país plagado de cámaras y controles digitales sobre su población civil. Todo eso ante el creciente disgusto del pueblo Chino contra las autoridades gubernamentales de la dictadura capitalista del futuro, que ya es una realidad en China. El control del virus solo ha logrado reforzar el control totalitario de la burguesía china sobre un país de más de 1 mil 400 millones de habitantes, un país donde no es la dictadura del trabajo, sino la dictadura totalitaria del capitalismo la que defienden nuestros fariseos de la izquierda chabacana de siempre, hábil para repetir consignas vacías y defender tras éstas las dictaduras que pesan sobre los trabajadores del mundo, sin importar sus formas.

La represión ha sido efectiva para la burguesía China, pues en la última semana se ha anunciado el freno en el crecimiento del contagio en la ciudad donde se originó. Ahora los que promovieron demagógicamente el desprecio contra el pueblo chino, tratando de equipararlo a la dictadura del capitalismo mundial gobernante en ese país, han empezado a pagar la factura de su demagogia, pues el epicentro del contagio ya no se encuentra ni en China, ni es las vecinas Corea del Sur o Japón, sino en la civilizada y avanzada Europa.

La pandemia en Irán, Europa y Estados Unidos

Haremos un paréntesis en este punto, para hablar de Irán, donde el contagio es masivo, teniendo entre ellos a varios integrantes de la dictadura teocrática de los Ayatolas. En los medios anti-yankees falsamente anti-imperialistas no se habla de que esa propagación tan rápida del virus en el país fue causada por la intervención comercial del imperialismo chino en la economía de la propia Irán, donde los grandes magnates chinos tienen fuertes inversiones en gas, petróleo y en la minería. Es así que la migración de trabajadores chinos a Irán hizo que este país sea el más afectado en Medio Oriente.

Europa y Estados Unidos los mandatarios como el propio Donald Trump le restaron importancia a la propagación hace una semana, haciendo creer a la población que ésta no afectaría drásticamente a los países desarrollados de occidente porque era un virus de los tenebrosos chinos, que estas escenas que hoy se ven en Italia y en España donde se encuentra actualmente el epicentro de la crisis mundial causada por la pandemia de coronavirus, eran solo factibles en la república de los hunos. Trump ha tenido que morir bajo el peso de sus propias palabras, pues el COVID-19 ya ha impactado de lleno en los Estados Unidos, y se espera que el virus alcance su pico de contagio hacia finales de marzo, por lo que Trump ha tenido que hacer primero sus desplantes a la derecha, para salir luego como los gobiernos de la Unión Europea (UE) a la izquierda, prometiendo paquetes fiscales y planes de rescate económico, incluso barajando hacer efectiva la entrega de dinero a las familias norteamericanas, para que el nivel de consumo del país no baje y así evitar la recesión, que la misma Reserva Federal ha estado encubriendo en las últimas horas, imprimiendo más dólares; esto quiere decir tapar la deuda con más deuda.

Ahora, después de dos semanas en que tanto los gobiernos como las respectivas posiciones políticas en Italia y en España desacreditaron la emergencia, la crisis se ha agudizado. En lugares como España la coalición de gobierno (PSOE-PODEMOS) incluso llamó a llenar las plazas por el 8 de marzo, cuando Italia ya reportaba el contagio masivo del virus; la ultra derecha no se quedó atrás en su soberana estupidez, pues los dirigentes de VOX reunieron a unas escuetas bases en Vista Alegre para luego informar que la mayoría de sus dirigentes nacionales habían contraído el virus y lo habían propagado entre sus bases. Ahora han tenido que recurrir a las medidas draconianas imitando a la dictadura capitalista china.

La pandemia ha cobrado más de 3000 vidas solo en Italia, alcanzando a los muertos producidos en China hasta el día de hoy, donde se ha contenido finalmente la epidemia nacional bajo la fuerza del ejército y de la vigilancia total de la población. Los gobiernos no solo han mostrado nuevamente su naturaleza de clase, al promover que cada individuo se cuidara como pudiera al inicio, acentuando el pánico social y el consumo y posterior desabastecimiento de productos de primera necesidad. La burguesía gobernante en todo el mundo no anunciará que su miedo a implementar fuertes medidas restrictivas no era para cuidar los derechos individuales de los que tanto se ufanan, sino para cuidar la libertad de las mercancías, no cerrar las fronteras para evitar la caída de los números de sus dueños en los mercados; ahora han tenido no solo que restringir las libertades individuales, también han devastado el mercado.

La clase poseedora global inicia las medidas socialistas para frenar el virus

Contra toda la voluntad de la burguesía global, los gobiernos han tenido que doblar el brazo esta última semana. En lugares como Italia, España y Francia donde los servicios públicos y la sanidad experimentaron rapaces recortes por de las medidas de privatización de la Troika Europea (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional), con la excusa de la crisis fiscal y de la deuda soberana de los países del sur de Europa, han tenido hoy en día que volverse tras sus pasos. No es raro entonces que ahí donde se recortaron los servicios públicos, es donde más fuertemente se ha implantado el contagio del virus.

En Italia, en la última década, cerca de 37 millardos de euros han sido recortados de los servicios de salud, provocando un desastre sanitario en el país, con la pérdida de 70, 000 mil camas de hospital, ahora esas camas de hospital le han costado miles de vidas al pueblo italiano, volviéndolo el país más golpeado después de China por el virus.

En los otros países de la UE, la regla fiscal inventada por la Comisión Europea, de no sobrepasar el 3% de déficit fiscal, ha llevado a los demás Estados miembros a realizar severos recortes en los servicios públicos, principalmente en la salud y la educación. No es de extrañar, que ahí donde los planes de la troika fueron los más draconianos, es donde la propagación del virus ha sido más fuerte.

En Estados Unidos y el Reino Unido, los gobiernos conservadores han mostrado el rostro más recalcitrante de la administración de la crisis desde la perspectiva neo-liberal. Con una política de corte maltusiano, el primer ministro Boris Johnson, en lugar de tomar medidas como en el resto de los otros países del continente, pregona por la ley del más fuerte, lo que él denomina como la “inmunidad del rebaño”, donde espera que se contagie la mayoría y que mueran los menos aptos (ancianos y personas enfermas).

Es así como los burgueses nos ven a los trabajadores como un rebaño que pueden utilizar a su antojo, sin preocuparse realmente por nuestra salud. El primer ministro inglés anuncia ya sin tapujos que la mayoría de las familias perderán a sus seres queridos más vulnerables, dejando ver a todas luces la ideología salvaje de la burguesía global, que prefiere la muerte de los jubilados –pues también estaban recortando las jubilaciones, antes de que iniciara el contagio–, antes que cerrar las fronteras y los mercados. De todas maneras, habrá más ganado para remplazar a los muertos, los trabajadores y los seres humanos en general son desechables para los capitalistas. En sus teorías torcidas, lo que no dicen es que según sus propios cálculos, esto implicaría el deceso de casi medio millón de personas. Johnson es criminal de amplio espectro, un burgués que en la crisis humanitaria de su propio pueblo, espera recoger las ganancias de un mercado abierto ante el cierre de los mercados de la UE.

Trump por su parte, anuncia que los pacientes infectados tienen que recurrir a sus seguros médicos para poder hacer los test, después de bombardear por todos los medios la lucha que desde abajo se ha llevado por establecer el seguro sanitario universal, que hoy tanta falta le hace a la mayoría de estadounidenses. Todo esto en medio de la declaratoria de emergencia que recién hizo el presidente, la cual alienta a las empresas privadas para que provean los servicios pero sin garantizar el acceso a los cerca de 29 millones de estadounidenses que no poseen seguro médico y los millones que no poseen recursos suficientes para afrontar las facturas médicas.

En Francia el presidente Macron, lloró lágrimas de cocodrilo, apeló públicamente al sacrificio de los servicios de salud del país galo, luego que estos mismos han enfrentado con vigor y valentía la política de austeridad impulsada por esta administración, que ha querido recortar todo lo que no estaba pegado al suelo, siendo los sanitarios los que más le han sufrido y se han manifestado contra él desde el inicio de su gobierno. Solo en 2018, los hospitales franceses tuvieron un déficit de cerca un millardo de euros. La degradación de los servicios y la falta de acceso a los mismos por sectores importantes de la población también explican las dimensiones que ha alcanzado la propagación del virus en este país.

Contradiciendo su propia política de recortes sociales a favor de los capitales privados que venden la salud, los gobiernos han empezado a nacionalizar en los hechos los hospitales privados y los servicios sanitarios de las ricas aseguradoras, pues el sistema de salud pública fue previamente mutilado por ellos, y ahora es incapaz de enfrentar la crisis sanitaria. Ahora no solo se han pasado a control estatal los servicios de salud de toda índole, sino en la propia España el gobierno ha anunciado que por Real Decreto Ley, el Estado pasa a tener la potestad de todas las fuerzas del orden público, así como podrá poner bajo su control los hoteles y todos los medios privados para asistir a los servicios públicos en su lucha por contener el virus.

Los capitalistas y los gobiernos que defienden sus intereses han admitido tácitamente estos últimos días la incapacidad de los Estados que ellos mismos han ido destruyendo bajo el fordismo neoliberal durante las últimas tres décadas, para hacerle frente a un virus que si bien no fue creado en ningún laboratorio –como alegan los sempiternos orates de la conspiración–, se ha desarrollado gracias a la destrucción de la naturaleza, la alteración del equilibrio trófico y el desinterés que hasta hace dos meses era generalizado dentro de la clase dirigente burguesa, sobre la salud de los seres humanos. Ahora esto ha cambiado, pues si el virus se propaga, se demostrará lo inviable que será el capitalismo si el virus termina por condenar a la muerte a un número creciente de la sociedad y a cambiar todo el esquema de la vida cotidiana de los trabajadores.

Al haber condenado a más de 200 mil personas a contagiarse y a cerca de 10 mil a morir en el mundo hasta el día de hoy, la economía y las relaciones sociales de producción capitalistas han quedado seriamente trastocadas. La anarquía capitalista promete seguir desatando crisis de toda índole si se deja en la actual coyuntura seguir gobernando a los de arriba como antes lo hacían. Mientras los de abajo aun no quieran tomar en sus manos el destino de sus vidas y del mundo, para empezar, bajo la verdadera dictadura de los trabajadores sobre el capital, a organizar coherentemente la sociedad, sin dilapidar los recursos naturales, trastornar el equilibro de la naturaleza y producir, desarrollar e incentivar los medios para beneficiar la vida de todos los seres humanos y no solo la cuenta corriente de los capitalistas globales.


Por Joseph Manuel Herrera

Hispanoamérica está sacudida, los saltos de cualidad que están dando las masas en Ecuador, Bolivia –aunque algunos quieran desdibujarlo–, Chile y Colombia se alternan con una evolución desigual y combinada de la conciencia de esas mismas masas; mientras unas avanzan colocándose incluso más a la izquierda que el amplio espectro de los partidos de centro izquierda y de izquierda, otros retroceden y en las urnas sacan a los llamados –autonombrados– gobiernos progresistas, para colocar en su lugar, a falta de una izquierda consecuente con la exigencias de la población, a derechas recicladas como las últimas cartas de las burguesías nativas para detener la sacudida insurreccional, que se ha mostrado contagiosa en el continente. 

En lugares como en la aristocrática Santiago de Chile, las masas llevan casi dos meses poniendo en jaque el orden burgués reaccionario que estableciera los 13 años de la sanguinaria dictadura de Pinochet, con la ayuda experimental de los Chicago Boys, incluso importándoles poco los llamados que hacen los tradicionales partidos de izquierda a sentarse a dialogar con los agentes del capital y su representante Piñera. Cosa similar a Ecuador, donde el heredero de la “revolución ciudadana”, liderada por el progresista Rafael Correa, su ex vicepresidente entre 2007-2013 y ahora presidente Lenin Moreno, tuvo que recular ante la movilización social que causó su intento –presionado por el FMI– de encarecer los bienes de primera necesidad, bombazo de realidad para los que no aprenden de sus pares en otro país. Es lo que le sucede esta última quincena al discípulo del reaccionario uribismo, el presidente Iván Duque, que pasó como su antecesor Juan Manuel Santos, de desconocer el Paro Nacional y la masiva participación en toda Colombia, a las sucesivas y no menos jocosas ruedas de prensa, donde dando pequeñas concesiones a los huelguistas, buscara detener la vorágine popular que tiene abrumado a su gobierno.

Uruguay los errores del Frente Amplio (FA) le abren el camino a las derechas

La llamada “Era Progresista” fue inaugurada por el primer gobierno del Frente Amplio (FA), un vario pinto de partidos de centro-izquierda y de izquierda en Uruguay liderado por Tabaré Vázquez Rosas, líder del Partido Socialista de Uruguay (PS), presidente electo para la administración 2005-2010, que rompiera con la hegemonía de los dos grandes partidos tradicionales del país, El Colorado (PC) y el Partido Nacional (PN) –que se alternaran en el poder casi sin exclusiones desde 1830– y en el cargo nuevamente. Después de sucederle a su sucesor en la presidencia José Mujica (2010-2015) del Movimiento de Participación Popular (MPP) sector a los adentros también del FA, desde marzo de 2015 hasta el próximo marzo de 2020, esta era terminó el pasado domingo 24 de noviembre cuando el partido de gobierno (FA) y su candidato Daniel Martínez (PS) perdiera contra la alianza de filas cerradas de la derecha y la ultra derecha, liderada en el balotaje por Luis Lacalle Pou (PN), hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) del PN.

Los progresistas uruguayos se marchan, como en el Chile de Bachelet (PS) o el Ecuador de Correa (Alianza País), dándole aires desde adentro o desde afuera, a sus pares de la derecha y la ultra derecha, Piñera y Moreno (Alianza País), con la cola entre las patas sin la capacidad de hacer balance de los errores que han hecho virar a las masas hacia la derecha en las urnas.

Poco ha cambiado desde que hace 15 años el FA desautorizara por medio de las urnas el bipartidismo centro-conservador del PC y del ahora restaurado PN, que algunos daban por enterrado. De estos pocos cambios se benefició el ala más reaccionaria de la derecha uruguaya, que hace su aparición con Ciudadanos, sector político al interior del Partido Colorado (PC) liderado por la fórmula presidencial de Ernesto Talvi - Robert Silva que con 300,177 votos (12.34 %), colocó a los colorados como tercera fuerza política del país, con 14 diputados en la Cámara de Representantes y 4 senadores en la Cámara Alta, el domingo 27 de octubre de 2019, al finalizar la primera vuelta.

Por el otro lado tenemos a Cabildo Abierto (CA) un partido nuevo, pero mucho más extremo que sus padres políticos bipartidistas del PC y del PN, liderado por el general retirado Guido Manini Ríos, cuya fórmula presidencial Guido Manini Ríos - Guillermo Domenech, se cuela como cuarta fuerza política con 268.736 votos (11.04 %), impresionante para un partido nuevo, que se manifestó en 11 diputados y 3 senadores al cierre de la primera vuelta. Guido Manini Ríos fue Comandante en Jefe del Ejército Nacional, nombrado en febrero 2015 por el propio José Mujica, hasta que fuera cesado por el mismo Tabaré Vázquez por sus opiniones contrarias a la reforma del sistema de previsión social de los militares, así como por sus apologéticas declaraciones a favor de los excesos que cometiera el ejército durante las dictaduras cívico militares que oscurecieron a la nación uruguaya desde el golpe de 1973 hasta la reapertura en 1985.

Deslizamiento del FA y bancarrota del progresismo oriental

A pesar de la polarización social que se percibe de los datos duros de la primera vuelta, donde el FA con la formula Daniel Martínez - Graciela Villar recaudó 949,376 (39.2%) colocándose como primera fuerza política en un país con 3.486,479 habitantes, de los cuales 2.699,980 estaban habilitados para votar y de los cuales votaron 2.433,364, la audacia de su enemigo político –mas no de clase– le ha impedido mantenerse en el gobierno.

Estos datos, así como la comparación del Balotaje (Segunda Vuelta Presidencial) demostraran el statu quo de paz social que impera en la pequeña y oriental Uruguay, donde la gran mayoría se ha tragado y asimilado el orden nacido del régimen democrático burgués heredados por el PC y el PN, de sus sucesivas dictaduras cívico-militares desde 1973, que ahora vuelve a gobernar, sin alteraciones previstas por 15 años de gobiernos progresistas del FA.

El FA no solo no redujo su deslizamiento electoral, sino lo profundizó perdiendo 184,811 votos en la primera vuelta en relación a los 1.134,187 (47.81%) de la primera vuelta de las elecciones de 2014. Pasa de tener 15 senadores (2014) a 13 (2019), de los 30 que contempla la Camara Alta. Igual descalabro ha experimentado el desgaste del proyecto conciliador de clases, del cual el progresismo uruguayo era su estandarte continental. El FA pasa de 50 diputados (2014) a 42 (2019) de los 99 escaños de la Cámara de Representantes –Baja–. Las urnas le han pasado factura, no solo el pasado domingo 24 de noviembre, el descalabro es un deslizamiento continuado incluso durante el cierre del gobierno de José Mujica –el vendedor de humo– al que los medios “progresistas” del mundo liberal le hacen cada cierto tiempo mitin por este o aquel documental de su vida austera.

Ninguno de esos medios está hablando hoy de la debacle del efímero sueño del progresismo americano, que hoy toca a su fin en Uruguay, después de ser el hijo bonito en contradicción de otros progresismos más dilatados, como el chavismo, hoy también descalabrado en Venezuela, Ecuador, Bolivia y restaurado en su faceta peronista de derecha liderada por Alberto Fernández en Argentina, ante la caída de las materias primas que se inauguró en la última centuria.

Deslizamiento del PN, recomposición de la derecha y de la ultra derecha

Es contradictorio no solo el desgaste de los llamados gobiernos progresistas de inicio de siglo, empujados por el alza de los precios de las materias primas, cuyo mayor comprador, la China de los grandes talleres capitalistas, donde la explotación es controlada férreamente por el Partido Comunista, sino el desgaste de los proyectos conservadores de las burguesías nativas del continente, que en la práctica se ha vuelto una atomización de los partidos decimonónicos –colorados y nacionales–, en opciones mas rejuvenecidas del liberalismo o más duras del conservadurismo.  

El Partido Nacional (PN) del Uruguay representa no solo ese desgaste de un siglo de regímenes burgueses colapsados, sin haber nunca logrado la llamada estabilidad social que el liberalismo promulga para la libre concurrencia del mercado. El PN dado por muerto por muchos de esos “intelectuales orgánicos” de la izquierda que no incomoda, aquella que se cambia a la camiseta laxa del “progresismo” para no traer a la opinión publica el viejo fantasma que aterrorice a los dueños; el PN no solo estaba ya enterrado por centenares de “progresistas”, ninguno de estos pudo ver la capacidad que tiene la burguesía en todo el mundo para recomponerse, no solo para dar la enfermedad, sino para vender la cura. En Uruguay esa recomposición ha sido expedita a los ojos de los dirigentes del FA, que atónitos han visto cómo la derecha atomizada por el desgaste se ha juntado y les ha expulsado del gobierno.

El PN también sufrió un deslizamiento gradual que terminó con la entrada del FA al gobierno en 2005. En las elecciones de 2014, en las cuales sacó 732,601 votos (30.88%) que en relación a los 696,452 (28.62) logrados en la primera vuelta de este año, lo deja con 36, 149 menos de cara al balotaje, que en 2014 perdió con 955,741 votos (41.17%) frente al FA con 1.241,568 votos (53.48%), resultado que le dio su segundo mandato al socialdemócrata Tabaré Vázquez Rosas; aun con ese irrefrenable deslizamiento en la popularidad de las urnas, la capacidad de alianza entre el PN y sectores más extremos a su derecha,  le dio a la fórmula Luis Alberto Lacalle Pou - Beatriz Argimón del PN la capacidad de salirle adelante al FA como ganador de la primera vuelta.

El PN corona todos los desaciertos que en marzo de 2020 cerrarán 15 años del FA, con 1.189,313 votos (50.79 %) al cierre del escrutinio, esto le daba al PN una pequeña ventaja en relación al 1.152,271 votos (49.21%) de los que se hiciera en el balotaje el FA. Esto quiere decir que tan solo 37,042 votos (1.58%) son los que separan hoy día la restauración de la derecha en la “progresista Uruguay”. Donde muchos liberales con felicidad se ufanaban que la izquierda hacia política y los militares se encargaban del cuartel, la llamada hegemonía progresista de poco ha servido al FA para detener esta restauración.

Se restaura el PN en el gobierno, el régimen burgués y su paz social se fortalecen con la pasada a la oposición responsable del FA.

Los progresistas en todos lados del continente, con sus dilaciones le han abierto el camino a la derecha y a la ultra derecha que hoy denuncian y lloriquean. En Uruguay estas dilaciones le han dejado fuertes andamios al gobierno de coalición de la derecha y la ultra derecha que lidera el PN. El régimen democrático burgués cocinado durante los años de coalición entre el Partido Colorado y el Partido Nacional, la conocida por los orientales más viejos como la “década perdida” de 1990. Y en entre los cuales se encuentra la Ley Forestal; Ley de Inversiones; Ley de Puertos, Ley de Zonas Francas; Sistema de Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional (Afap).Leyes que el FA nunca buscó derogar para cambiar de raíz la libre concurrencia burguesa establecida por los dos grandes partidos de la burguesía nativa.

La publicitada “hegemonía progresista del FA” solo fue un discurso para que los dirigentes progresistas hicieran suyas las infames políticas de la apátrida burguesía uruguaya. La Desregulación financiera que fortaleciera a los capitales leoninos foráneos; concentración-extranjerización de la tierra para debilitar al propietario uruguayo a favor de las trasnacionales; exoneraciones tributarias a las multinacionales de celulosa y mineras; privatizaciones y subcontrataciones en el ámbito público. Y las leyes de Participación Público-Privada (PPP) que es otra manera de llamar a las asociaciones público-privadas conocidas en estos rumbos, todo esto bajo el mandato de Mujica (2010-2015) como presidente, mientras éste vendía humo a diestra y siniestra, enamorando a nuestros poco despiertos amigos “progresistas”.

El interregno progresista que abre el auge de los precios de las materias primas, que le dieron base fundamental a los llamados gobiernos progresistas, no es nada más que la concurrencia de las burguesías nativas enamoradas del neoliberalismo y las elites “progresistas” que asumieron públicamente a lo largo y ancho del continente un discurso post-neoliberal. Pero a la luz de la historia esto ha demostrado solo ser un paréntesis, un necesario respeto de las derechas neoliberales para retomar el control del mando del Estado, como administrador de la explotación de los trabajadores, la depredación del medio ambiente y de los recursos de todos, para el crecimiento de las riquezas privadas.

Los muchos partidos de izquierda que han hecho vida al interior del FA en estos 15 años, han abandonado la preparación lenta de las bases de la revolución, para transformarse en trenes de cola de un proyecto fundado en espejismo de una naciente burguesía progresista, incapaz de batir a un enemigo que es político, pero no de clase. Esto ha quedado claro, cuando al nomás conocerse los resultados finales de la segunda vuelta presidencial, el candidato del FA se apersonó a la sede del PN a felicitar a su contrincante, anunciando que serán una oposición responsable, en cuidar la sanidad del régimen democrático burgués que asegura el crecimiento de las cuentas corrientes de los millonarios, mientras proveerá a la pequeña Uruguay de los contagios insurreccionales de sus vecinos.


Por Juan Carlos Giraldo Valencia

Desde hace casi una semana, enormes movilizaciones sacuden las principales ciudades del territorio colombiano.

Un paro general convocado por las tres centrales sindicales, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) paralizó las actividades en el país. Al lado de estas centrales también se sumaron 45 sindicatos independientes y otras organizaciones sociales. La expectativa era de sobrepasar el último gran movimiento que se produjo en 1977 contra el entonces presidente Alfonso López Michelesen.

En el mes de octubre los estudiantes salieron a la calle también para manifestar su descontento contra el incumplimiento del gobierno con respecto a los acuerdos entre los grupos estudiantiles y el gobierno de Iván Duque para aumentar el financiamiento de las universidades. Este acuerdo sirvió para calmar momentáneamente las cosas debido a la fuerte movilización estudiantil en el mes de octubre del año pasado.

Sin embargo, el gobierno no cumplió con lo pactado, provocando de nuevo que los estudiantes tomaran las calles.

“El gobierno se comprometió a destinar cerca de 86 millones de dólares a Colciencias, ente rector de la investigación científica, pero solo asignó unos 23 millones de dólares” (Dw 11/10/2019), según las fuentes estudiantiles. El compromiso también incluía otras medidas como el financiamiento de las becas, infraestructura y el aumento de los montos del financiamiento de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (El Espectador 26/10/2018).

Pero esto solo fue el detonante de una situación que carcome el país desde hace décadas. El avance de las medidas neo liberales impulsadas por los gobiernos, el aumento de la desigualdad social, el asesinato de los líderes y activistas sindicales y sociales han provocado un remezón en el país.

El plan de shock de Duque

Las organizaciones sindicales salieron al paso de las medidas implementadas por Duque, ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo.

Esto se ha dado dentro un marco de debilitamiento del gobierno y de una enorme caída de su popularidad. Cerca de dos terceras partes de los colombianos manifiesta su desacuerdo con el gobierno. (bbc.com24/11/2019) Este desgaste sobreviene a tan solo un año de su mandato. El pupilo de Alvaro Uribe quien ganó las elecciones en una segunda vuelta bastante polarizada contra el candidato Gustavo Petro que obtuvo cerca de 5 millones de votos en la primera vuelta y luego obtuvo 8 millones lo cual representaba la mayor votación obtenida por un candidato denominado de “izquierda” .

Este desgaste se ha expresado de diferentes formas. En Medellin, ciudad bastion del uribismo, la huelga fue ampliamente seguida. Otro hecho es la derrota en las pasadas elecciones regionales donde el candidato opositor al uribismo, fue electo para Daniel Quintero.

Pero el hecho cualitativo es que la onda expansiva de las movilizaciones contra el gobierno de Piñera en Chile, las protestas contra el gobierno de Morales en Bolivia y luego contra el golpe, sumado a la crisis económica que sacude el continente han creado condiciones para una situación pre- revolucionaria en esta parte del continente.

“El DANE indicó que la inflación en Colombia entre enero y octubre de este año tuvo un incremento del 0,68, al pasar del 2,75 por ciento, en el mismo periodo de 2018, a 3,43 puntos porcentuales.” (Semana 19/11/2019)

Las medidas adoptadas por el gobierno de Duque y que han sido parte de las reivindicaciones del movimiento de protesta se resumen en diez puntos

“ 1. Reforma Laboral

Los organizadores aseguran que una reforma laboral que supuestamente prepara el Gobierno destruye la estabilidad del empleo porque pretende que a los jóvenes que entran al mercado de trabajo se les pague el 75 % del salario mínimo legal.

2. Reforma Pensional

Las centrales obreras argumentan que el Gobierno busca eliminar el fondo estatal de pensiones Colpensiones y dejar los aportes de empresas y trabajadores para la jubilación en manos de fondos privados, un modelo del que dicen probó su "fracaso" en Chile.

3. Reforma Tributaria

Igualmente se oponen a los planes del Gobierno de hacer una reforma tributaria para rebajar los impuestos a las multinacionales y empresas mientras se los suben a la clase media y trabajadores.

4. Privatización

El Gobierno pretende, según los sindicatos, privatizar Ecopetrol, la eléctrica ISA, Cenit (filial de Ecopetrol para el transporte de hidrocarburos) y "todas las empresas en las que el Estado sea propietario del 50 % de las acciones"

5. Corrupción

La protesta también es un rechazo a la corrupción que deja pérdidas de 50 billones de pesos al año (unos 14.560 millones de dólares) y señala escándalos multimillonarios como el de Odebrecht y la Refinería de Cartagena (Reficar).

Esta última, de propiedad de Ecopetrol, fue inaugurada en octubre de 2015 por el entonces presidente Juan Manuel Santos y tuvo un coste final de 8.016 millones de dólares, más del doble de los 3.777 millones de dólares presupuestados inicialmente.

6. Ley de Financiamiento

En la reforma fiscal llamada "Ley de Financiamiento" el Gobierno incluyó un aumento del 35 % de las tarifas de electricidad para los estratos 4, 5 y 6 para "salvar" a Electricaribe, empresa de la española Naturgy (antigua Gas Natural Fenosa) intervenida en 2016.

7. Salario Mínimo

El salario mínimo vigente en Colombia es de 828.116 pesos (unos 240 dólares de hoy) y quienes lo cobran reciben además un subsidio de transporte de 99.023 pesos (unos 28 dólares).

8. Incumplimiento de los Acuerdos de La Habana

Otro argumento para la protesta nacional es el supuesto incumplimiento por parte del Gobierno de acuerdos firmados por esta Administración y las anteriores con varios sectores sociales y sindicales, especialmente con indígenas, campesinos y maestros.

9. Defensa de la propuesta social

Los convocantes rechazan que el Gobierno quiera "reglamentar" el "derecho a la protesta social" y criminalizar a quienes se manifiestan en las calles.

10. Educación

Los estudiantes universitarios, que el año pasado protagonizaron una huelga de dos meses reclaman al Gobierno el cumplimiento de los acuerdos firmados y medidas contra la corrupción en las universidades públicas.”(www.colombia.com, 21/11/2019)

El paro y los cacerolazos

Como hemos dicho anteriormente, el paro fue ampliamente seguido en el conjunto del país. El referente para este movimiento fue el último paro general de 1977. Según algunos observadores, este paro del 21 de noviembre ha sido el más importante de los últimos 60 años.

La reacción del gobierno no se ha hecho esperar. Como lo han hecho todos los gobiernos para enfrentar la protesta contra las medidas de hambre y de sobrexplotación, Duque ha sacado a las fuerzas armadas a las calles lo que ha provocado importantes enfrentamientos que ha ocasionado cerca de tres víctimas mortales y centenares de heridos. También, el toque de queda ha sido implementado en la capital Bogotá, algo inusitado desde 1977.

Un país golpeado por la precariedad del empleo, donde el empleo informal ha aumentado en cerca de 48% en el último año y donde la desigualdad según el índice de Gini ubica a Colombia en el segundo lugar solo después de Brasil (bbc.com 12/07/2018)

La trampa del dialogo

El dialogo que ha sido reclamado por sectores reformistas de la oposición al gobierno, es la propuesta que ha esbozado Duque para tratar de desactivar la dinámica revolucionaria de las masas.

Sin embargo, el gobierno no ha declarado en ningún momento que ha echado marcha atrás en ninguna de las medidas que han dado origen a las protestas. La propuesta es de sentarse a discutir delante de hechos ya consumados, sin que esto signifique un cambio en las políticas a seguir.

Las masas por su lado han rebasado en cierta medida la convocatoria inicial que era para el paro de 24 horas y han continuado su movilización aun durante el fin de semana. Esto demuestra la voluntad de las mismas para echar abajo el régimen de hambre, tortura y muerte que representa el uribismo y las fuerzas armadas.

El asesinato el sábado 23 de noviembre del estudiante Dilan Cruz, figura de la contestación, ha desencadenado un enorme repudio. La CUT convoco para este 26 de noviembre una nueva movilización para enfrentar los planes del gobierno y condenar el asesinato del joven Cruz.  Las medidas como los cacerolazos son importantes, pero no suficientes para hacer echar marcha atrás al gobierno. La medida que puede hacerlo, es la huelga general indefinida que vaya hasta el retiro de las medidas que dieron origen al movimiento.

Ante esto, nos ubicamos del lado de las movilizaciones y alertamos sobre el hecho que la propuesta del gobierno de Duque solo puede representar atolillo con el dedo. Como en todos los países donde los trabajadores y el pueblo se han movilizado contra las medidas de austeridad, contra la disminución de las libertades democráticas o contra los gobiernos dictatoriales como el de Nicaragua, el llamado es para construir una dirección alternativa, democrática y de lucha que no claudique ante las trampas y la represión de la burguesía.

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