Por Robert Smith

Al parecer, las cosas están cambiando dentro de Estados Unidos. No todo es reacción, discurso racista y xenófobo, ofensiva derechista contra los derechos democráticos, recortes a los programas sociales y la caza indiscriminada de trabajadores migrantes.

El relativo triunfo de Trump y la crisis del Partido Demócrata

El triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 2024, reflejó un fenómeno de profundo descontento social contra la gestión de Joe Biden y del Partido Demócrata, especialmente en el tema de la crisis económica y del deterioro de los salarios por la alta inflación.

Pero las cifras arrojan resultados interesantes. En las elecciones de 2020 Joe Biden ganó 81.284.666 votos populares, reflejando un fenómeno de rechazo masivo a la primera administración de Donald Trump (2017-2021). En cambio, Trump ganó 74.224.319. de votos populares. Una importante diferencia de 7.060.347 votos a favor de los Demócratas.

En las elecciones de 2024, Trump 74.532.699 de votos populares. En esta votación, Trump obtuvo apenas 308,380 votos más en relación a la votación del 2020. Un crecimiento insignificante si lo comparamos con el crecimiento del 0.4% la población con capacidad de votar de Estados Unidos. En pocas palabras, la base social que votó a favor de Trump se mantuvo relativamente estática.

En sentido contrario, Kamala Harris obtuvo 70.856.199 de votos. Para el Partido Demócrata, esta derrota electoral reflejó una disminución de 10.428,467 votantes.

La victoria de Trump en 2024 resultó apabullante en relación a la votación de Kamala Harris, pero si comparamos las cifras de las dos votaciones, entre los dos partidos, notaremos que la base social votante a favor de Trump se mantuvo casi igual.

La diferencia la encontramos en los índices de abstención. En 2020 participaron mas de 155 millones de votantes, en cambio en 2024 la cifra disminuyó a un poco mas de 145 millones de votantes, es decir, en la última elección se abstuvieron unos 10 millones de votantes.

Trump ganó esencialmente porque una parte de los votantes demócratas se abstuvieron. Esta alta abstención reflejó un nuevo fenómeno de rechazo al establishment político, un repudio creciente a la incapacidad del Partido Demócrata de resolver los problemas económicos que golpean a los trabajadores y a la clase media. Las decepciones se agravaron cuando Barack Obama no cumplió sus promesas electorales y cuando Biden no pudo resolver el problema de la alta inflación.

La rebelión migrante y la campaña “No Kings”

Desde el inicio de esta segunda administración, Trump ha pretendido, por la via de los decretos ejecutivos, impulsar una serie de cambios para consolidar su proyecto bonapartista, de establecer un gobierno fuerte, por fuera de los controles del Congreso y de las demás instituciones.

Donde mas se he reflejado esta batalla, es en la campaña de deportaciones masivas de trabajadores migrantes, en la lucha por imponer un ajuste y reducir los gastos sociales, la que se reflejó inicialmente en la oposición o resistencia de los jueces y tribunales.

Pero las condiciones objetivas, de crisis capitalista y de un abultado endeudamiento, hicieron estallar las primeras movilizaciones.

En la primera semana de junio, en Los Ángeles, California, se produjo la primera gran manifestación de las comunidades migrantes contra las redadas arbitrarias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), las que terminaron en enfrentamientos callejeros con la Policía, la extensión de la protesta migrante a otros Estados. Trump reaccionó enviando la Guardia Nacional a reprimir las protestas, lo que provocó la protesta del gobernador de California, Gavin Newson, por haber pasado por encima del gobierno del Estado.

La rebelión de las comunidades migrantes alentó el nacimiento de una nueva ola de protestas, denominada “No Kings” (No a los reyes) en la que, el 14 de junio de este año, participaron en protestas masivas, en más de 2000 ciudades, no solo las comunidades migrantes sino esencialmente jóvenes y ciudadanos norteamericanos, preocupados por el giro autoritario de la administración Trump.

Mientras Trump celebraba el 250 aniversario del Ejercito de Estados Unidos, la campaña “No Kings” pretendió revivir en la conciencia del pueblo norteamericano la discusión que hubo entre los “padres fundadores” de Estados Unidos, cuando decidieron establecer controles, pesos y contrapesos, al gobierno, creando por primera vez la institución del “presidente” electo por el pueblo, y rechazando la institución del “monarca” o “rey”, que eran quienes gobernaban en Europa en el siglo 18 y 19.

Crece la simpatía por un tercer partido

El sistema bipartidista entre Republicamos y Demócratas ha predominado, en términos generales, como sistema político en Estados Unidos. En momentos de crisis, este sistema también ha entrado en crisis. No es la primera vez ni será la última.

El Partido Republicano, otrora representante de rígidos principios y valores democráticos, cayó en manos del mafioso Donald Trump. El Partido Demócrata, según palabra del senador Bernie Sanders, ha abandonado la defensa de la clase trabajadora y la clase media. La crisis económica ha removido conciencias.

Las masas que votaron por Trump esta viviendo una amarga experiencia y están comprobando en la practica que Trump gobierna a favor de una oligarquía de multimillonarios. Las masas que votaron por los demócratas comprueban que la cúpula de su partido llega a acuerdos con Trump dentro del Congreso. La parálisis del partido Demócrata, en parte se debe la inamovilidad de su cúpula partidaria gerontocrática. Y como siempre ha ocurrido, el ala izquierda del partido Demócrata, representada por el senador Bernie Sanders y la representante Alejandra Ocasio-Cortez, quienes llaman a la movilización contra los desmanes de Trump.

Pero, por la gravedad de la crisis económica, está ocurriendo un fenómeno mucho mas grande, que supera las capacidades del ala izquierda del Partido Demócrata.

Según la ultima encuesta de CID-Gallup el 63% de los votantes consideran que tanto el Partido Republicano, como el Partido Demócrata, están haciendo un mal trabajo, y no defienden al pueblo. Y esta no es noticia nueva, una misma encuesta de 2017 y del 62% en 2021, reflejaba un descontento del 61% y 62%, respectivamente.

Este año, dentro de la base del Partido Demócrata, aumentó la idea de crear un tercer partido del 40% al 46%, aunque sigue siendo menos de la mitad. Dentro de la base del Partido Republicano, la idea de crear un tercer partido oscila entre el 38% y 49%.

Ya ha habido intentos de crear un tercer partido. Por el lado demócrata, tenemos la ruptura del Partido Verde de Ralph Nader y Jill Stein. Y por el lado republicano, surgió el Tea Party, como una expresión ultraderechista que terminó siendo copada por Donald Trump.

El fenómeno de Zohran Mamdani en Nueva York

La crisis económica y la efervescencia social en Estados Unidos esta creando nuevos fenómenos políticos. Y no giran hacia la derecha, sino todo lo contrario. Es en oposición al gobierno de derecha.

Ya hemos analizado la rebelión de las comunidades migrantes que comenzó en Los Ángeles y se extendió a otras ciudades, que por cierto obligo a Trump a hacer algunas pequeñas concesiones en materias de permisos de trabajo asilo político. También se produjo la campaña de movilizaciones “No Kings” que fue un éxito total, y que refleja el desgaste de la administración Trump.

En las elecciones primarias para escoger al candidato a alcalde de Nueva York, se impuso con el 43% de los votos Zohran Mamdani, un candidato inmigrante, de religión musulmana, nacido en Uganda y nacionalizado como ciudadano norteamericano en 2028, quien barrio con el candidato favorito de la cúpula demócrata. Mamdani pertenece a una corriente que se autodenomina “socialista”, dentro del Partido Demócrata.

Mamdani lanzó una campaña agresiva que movilizó a los jóvenes llamando a congelar el alquiler de casi un millón de neoyorquinos que viven en apartamentos con alquiler estabilizado, que la alcaldía brinde un servicio gratuito de autobús urbano, cuidado infantil universal y tiendas de comestibles subsidiadas por la ciudad.

¿Como va a financiar este gasto social? Mamdani ha dicho que pagará el gasto social, subiendo los impuestos a los más ricos de la ciudad. En el fondo, la defensa de las conquistas democráticas  en cualquier parte tienen un fuerte contenido contra los capitalistas. Y la gente las ve con simpatías

No por casualidad, Trump atacó Zohran Mamdani en su red Truth Social: "Finalmente ha sucedido, los Demócratas han cruzado la línea. Zohran Mamdani, un lunático 100% comunista, acaba de ganar las primarias demócratas y va camino de convertirse en alcalde. Hemos tenido izquierdistas radicales antes, pero esto se está volviendo un poco ridículo (…) se ve terrible, su voz es chirriante, no es muy inteligente. Sí, ¡este es un gran momento en la historia de nuestro país!". (25/06/2025)

Y posteriormente ironizó atacando a lideres del ala izquierda del Partido Demócrata. No obstante, la realidad es que, así como Trump reflejó una repuesta derechista a la crisis de Estados Unidos, estamos viendo nacer nuevas corrientes o fenómenos que reflejan una tendencia hacia la izquierda. Por el momento son fenómenos electorales, que tienen mucho peso en una sociedad en que la gente cree en la democracia burguesa. Pero también hemos observado un alza en las movilizaciones, primero la rebelión de las comunidades migrantes y después la campaña “No Kings”.

El temor de Trump es doble: por un lado, teme al crecimiento de comunidades migrantes que terminan adquiriendo derechos políticos y se convierten en un peligro latente conta el supremacismo blanco, por eso impulsa las deportaciones masivas y, por otro lado, se horroriza ante el inevitable crecimiento de la izquierda dentro de los Estados Unidos.

Nuevos vientos favorables comienzan a soplar en Estados Unidos, ojalá el fenómeno de Mamdani sea el inicio de ese complejo proceso de surgimiento de una nuevo tercer partido basado en la defensa de los trabajadores y la clase media.

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