Europa


Por Nicolas Lebrun

Mientras se escriben estas líneas, la cantidad de muertes por la pandemia del Covid-19 estarán rebasando límites insospechados para países desarrollados. España, Italia y Francia se dirigen a paso acelerado a un desastre de dimensiones apocalípticas.

Y mientras los gobiernos de turno, con lágrimas de cocodrilo,  glorifican al personal hospitalario y de la salud, por otro lado no les dan los recursos ni los equipos necesarios para enfrentar la crisis. En los últimos meses tanto en Bélgica como en Francia, los trabajadores de la salud se movilizaban para exigir mejores condiciones de trabajo, sobre todo ligadas con la falta de equipo y de personal suficiente para hacer funcionar los hospitales públicos. Ante esto, Macron no hizo más que enviar a los CRS a gasear y matraquear a las y los trabajadores, un contingente mayoritariamente conformado por mujeres.

Por otro lado, sectores importantes de la población sufre por las medidas de confinamiento y la disminución de sus salarios de más de 30%. Los empresarios han visto una oportunidad de oro para aplicar medidas de recorte sin que haya una reacción consecuente por parte de los partidos de izquierda y de las organizaciones sindicales. Las notas periodísticas donde algunos trabajadores, fundamentalmente mujeres cabezas de hogar, manifiestan sus dificultades e incertidumbre sobre lo que viven, alertan sobre la catástrofe social que se empieza a vivir cada vez más fuerte en estos países.

Crónica de una tragedia anunciada: la austeridad mata

Cuarenta años de neoliberalismo no son solo aspectos ideológicos como algunos centristas argumentan, son de forma concreta un golpe al conjunto de la clase trabajadora y de las masas populares. 

Esto se traduce de diferentes maneras. Una de ellas es que, en medio de un crecimiento de la población, sobre todo de un envejecimiento de la población del continente, la cantidad de camas disponibles ha venido en baja sostenida durante los últimos 30 años de contra reforma liberal. Como lo resume el economista del banco Belfius Arnaud Dessoy, en su estudio sobre los gastos de la salud, “Con respecto al presupuesto d cuidados médicos, estamos en el hueso” (RTBF 9/10/2019). Esto son los datos para un país que se encuentra en la quinta posición del ranking de Euro Health Consumer.

En los casos de España e Italia, donde el flagelo ha sido mayor, la disminución porcentual ha sido de 30% y 56% respectivamente (cifras tomadas de www.ocde.org). En Francia las cosas no son mejores. Si en ese mismo periodo la disminución representaba 30% solo entre 2003 y 2017, 69 000 camas de hospitalización a tiempo completo fueron suprimidas por los gobiernos de turno. Esto es casi el 15% de disminución. (www.ouest-france.fr 14/11/2019) Ya durante este movimiento, el personal de la salud advertía que en esa condiciones, una epidemia produciría “un recalentamiento del sistema” (ídem)

Estas mismas penurias tienen como origen la contención del gasto en el sector salud. Pese a que estos países pueden dedicar presupuestos enormes, en términos relativos son grandes, pero en los absolutos y en proporción a otros factores siguen la senda del debilitamiento progresivo.

En Bélgica por ejemplo, las “normas” de restricción presupuestaria han hecho que los gastos de salud no crezcan más allá del 1,5% anual, muy por debajo de las necesidades reales en el sector y de la población.

"… la evolución real per cápita de las intervenciones públicas para financiar la atención médica", dice Philippe Defeyt. Una curva que tiene dos vidas, en resumen: desde 1995 hasta la crisis financiera de 2008, tomó el 30%; luego, de 2009 a 2018, los recursos de acción pública disminuyeron antes de comenzar a aumentar ligeramente. "Durante este período, el crecimiento se ha limitado a menos del 1% en total .” (Le Soir, 3/04/2020) En todos los países del área, estos recortes han sido el fruto de las políticas de los gobiernos conservadores (llámense PP, LR u otros) o por los gobiernos socialdemócratas de los partidos “socialistas” que a lo largo de este período y aun antes , se dedicaron a meterle mano a las conquistas sociales arrancadas durante  décadas de lucha . Otro de los componentes de esta mercantilización es el jugoso negocio que han hecho las compañías farmacéuticas. El aumento más importante del conjunto de los gastos en el sector salud corresponde a los gastos por medicamentos. Mientras los demás gastos crecen de manera escalonada, los gastos en productos farmacéuticos proyectan un crecimiento de casi 30% en un país como Bélgica, lo que permite a los hospitales en términos de las políticas de “rentabilidad” exigidas por la norma de la troika, obtener un beneficio monetario a costas de los pacientes y del sistema de salud.  En Italia hace seis años la situación ya pintaba oscura para la población. La mercantilización de la salud se anunciaba como el estandarte de la troika que, con sus normas económicas, empujaban el carro de la privatización. “las restricciones presupuestarias (más de 20 billones de euros desde 2010) están afectando gravemente al sector, lo que lleva a un aumento del gasto de los usuarios, la pérdida de ciertos beneficios y una reducción de la accesibilidad, especialmente para los grupos. vulnerabilidad socioeconómica (reducción de atención especializada y prescripción de medicamentos). Según un estudio reciente, el 21% de los hogares informa una disminución en sus gastos de atención médica, el 10% informa un aplazamiento del tratamiento quirúrgico por razones financieras, el 26% informa una disminución en los gastos en casos de emergencia. En combinación con los efectos de la crisis en sí, las políticas fiscales actuales podrían empeorar los indicadores generales de salud y aumentar las desigualdades en el acceso a la atención y el bienestar. Además, como los líderes argumentan que el servicio nacional de salud ya no es sostenible, las reformas para una mayor "eficiencia" podrían de hecho cubrir mecanismos más radicales de privatización y mercantilización.” (www.maisonsmedicales.org 31/12/2014) En Francia la deuda del sector salud se acerca a los 30 millardos de euros mientras que el déficit llega casi al millardo de euros. Otros de los puntos en los que se basan los ajustes económicos criminales de la Comisión Europea y su comparsa, es la baja en los salarios del personal de la salud. Esto es consecuente cuando se trata de hacer bajar la calidad de los servicios para luego rematar lo que queda a los buitres de los fondos de inversiones que buscan comprar a precio de remate, el jugoso negocio que representaría el sector salud como monopolio privado. En Francia, por ejemplo, los salarios de los enfermeros se encuentran 5% por debajo del salario medio. Otros países donde los salarios son mejores, atraen los trabajadores de la salud de los países donde los salarios son pírricos, que como se dice “desvisten un santo para vestir a otro”

En el conjunto de países de la UE, las quejas de los trabajadores de la salud son las mismas. Falta de equipo, hospitales saturados o a punto de saturación. Como se ha señalado a lo largo del artículo, todo esto había sido advertido por los sindicatos y personal hospitalario. La combinación de todos estos factores hace que el peso de la carga de los cuidados recaiga cada vez más sobre la espalda de los trabajadores. Esto provoca que las incapacidades del personal se encuentren entre las más altas en Francia, lo que representa casi 10 días al año en promedio contra 8 días en el resto. (www.ouest-france.fr)

Todo este panorama explica en buena parte porqué el viejo continente se convirtió en el eje de la pandemia y es donde hasta el momento se registran la mayor cantidad de muertes.

Los miembros del cuerpo de salud se vieron desprovistos de los equipos de protección básicos. Las inversiones o renovaciones de los mismos no se hicieron, demostrando la indefensión del sistema de salud antes una crisis como esta. Francia, por ejemplo, está dotada de una gran reserva de gases lacrimógenos, de granadas y balas de caucho para reprimir a los manifestantes, pero se ha quedado casi sin mascaras FFP2 para el personal de primera línea en los centros de salud y las residencias de personas adultas mayores.

En estos últimos centros de cuido, se han registrado numerosas muertes, sin que a la fecha, en el país galo se hayan contabilizado como causadas por el Covid-19. Sin protección adecuada, los trabajadores y trabajadoras pueden contaminar o ser contaminados por el virus y causar estragos dentro de este sector de alto riesgo. Esta situación es similar en el resto de los demás países, donde los miembros del personal se ven sobrepasados por la situación ante la lentitud e indiferencia de las autoridades.

Estado de emergencia sanitaria: estado policial al servicio de los empresarios

Las medidas de confinamiento fueron imponiéndose poco a poco en la UE y otros países del continente. Sin embargo, al principio, los ministros de salud, presidentes o jefes de gobierno se quedaron impávidos viendo como la epidemia se expandía. Los trabajadores de algunas fábricas y otros centros poco a poco fueron imponiendo por la fuerza la supresión de actividades hasta que no se les garantizara las condiciones mínimas de protección para seguir laborando.

Sin embargo, el cierre de establecimientos tomó otra variante para ser aprovechada por los grandes empresarios para atacar el bolsillo y las conquistas sociales de la clase trabajadora.

En el mundo entero según la OIT, entre 5 y 25 millones de personas serán tocadas por el desempleo por causa del COVID-19. DE esos cerca de la mitad se producirán en los países industrializados. En Noruega, el desempleo pasó de 2,3% a casi 10% en menos de un mes. Suecia, en una semana se comunicaron 14000 preavisos de desempleo, cuando el promedio es de 3000 en un mes. En Bélgica, casi un millón de personas se encuentran en paro temporal, con 30% menos de su salario (puede ser mas según las categorías) (Le Monde 27/03/2020).

Ninguna de estas personas puede asegurar que van a recuperar sus empleos luego de la crisis. Las federaciones patronales lloran ahora para pedir al estado subsidios para, como en la crisis del 2008, llenarse los bolsillos y bajar las condiciones de trabajo, aumentando la flexibilización laboral y bajando los salarios reales. Cabe recordar que los diferentes gobiernos también les han acordado enormes exoneraciones a los empresarios. Macron apenas comenzando su quinquenio decretó la supresión del ISF para gran regocijo de los grandes patrones y empresas del CAC40.  De la misma manera, los bancos privados llenaron sus arcas del dinero de la BCE para su rescate y ahora estrangulan a los trabajadores con sus créditos.

Este panorama no significa que sea una condena para los y las trabajadoras. Es la realidad de las intenciones de los empresarios y sus gobiernos a la cual hay que combatirla por medio de la movilización.

El estado de emergencia sanitaria decretado en países como Francia y Bélgica le otorgan super poderes a los gobiernos. Esta situación ya se ha vivido antes, luego de los atentados terroristas del 2015 y 2016 que se prolongaron en el tiempo y que fueron utilizados sin miramientos por el gobierno de Hollande y de Macron para reprimir a las manifestaciones y movilizaciones. Matraca, gas, granadas y balas de goma en contra de los y las luchadoras. En el caso francés, las medidas de emergencia podrían perennizarse para la gran alegría del gobierno. Esto podría detener las luchas en contra de la reforma de las pensiones que había provocado grandes movilizaciones. Este estado policial que, a punta de multas y desmanes de las fuerzas del orden, tratan de contener el descontento en contra del gobierno que ha sido completamente sumergido por la ola de la epidemia.

La unidad nacional a la que apelan no cala en la población porque con base en la experiencia reciente han visto que el macronismo es un movimiento político de los empresarios y que busca desaparecer con todo lo que pueda de las conquistas sociales existentes.

El reformismo agacha la cabeza

Fuera de los grandes discursos, en los hechos los partidos reformistas se han plegado a los gobiernos, en el clima de unidad nacional.  Si hacemos un recuento, Unidas Podemos es el furgón de cola del PSOE, cuyos gobiernos se han encargado de imponer en el pasado los planes de la troika y que por ende han llevado a esta masacre sanitaria en el país.

“Unidas Podemos presiona para que Sánchez sea el fórceps que mantenga cohesionada una sociedad rota por la crisis anterior. De ahí el patente esfuerzo de los enemigos de una coalición creada a contrapelo de los poderes reales del país por subrayar la pugna de siglas. De ahí, también, la escrupulosidad con la que cada ministro morado atribuye a Sánchez todo avance en las políticas paliativas. Lealtad y responsabilidad de Estado son sus obsesiones.” (La Vanguardia 30/03/2020)

Como bien lo señala este periódico, UP levantará el santo de Sánchez en las migajas que este quiera dar o presentar como gran conquista. Lejos estarán de condenarlo a él y su partido por el manejo irresponsable de la crisis que le ha costado la vida a miles de españoles.

El presupuesto votado es una clara evidencia que la austeridad maquillada sigue su curso. Los reformistas catalanes de ERC lo confirman “En el Pleno, el portavoz presupuestario de ERC se centró en las bondades de la mesa de diálogo inaugurada en La Moncloa como antesala de la afirmación de que "no le gusta ni el techo de gasto ni la senda de déficit", pero lo aprobarán para "dar una oportunidad" a la citada mesa de negociación.” (www.elmundo.es) Un presupuesto que trata de ser complaciente con la criminal “disciplina” fiscal de la UE. Estos últimos no le darán respiro a Sánchez y le exigirán que pase la tijera, como ya lo han hecho notar.

En Francia , Mélenchon a pesar de votar en contra del estado de emergencia sanitaria, borra con el codo lo que escribió con la mano. Pero la parte económica del proyecto de estado de emergencia fue aprobado por la fracción  de LFI. Lejos de ser un olvido o una falta de atención como luego trató de hacerlo ver, es simplemente el reflejo que LFI es un obstáculo para las aspiraciones del movimiento de masas, al tratar de encerrarlo en los palacetes parlamentarios y apartarlo de las calles.  La retahíla melenchonista hace eje en un chovinismo izquierdoso y apunta para que las empresas francesas se relocalicen en el territorio y relancen la producción nacional. Desde esta perspectiva, se hacen una sola piña con el gobierno para lograr la tan reaccionaria “unidad nacional”.

Por la movilización de los trabajadores: por un plan de lucha que asegure la salud de los trabajadores y la acabe con la austeridad

Los trabajadores de los supermercados en Bélgica lanzaron negociaciones con la cámara de patrones del sector. Algunos empleados supermercados descontentos con  las propuestas de la patronal se lanzaron a la huelga. Sin embargo, la burocracia sindical frenó las movilizaciones y pactó las migajas arrojadas por la patronal que se llena los bolsillos en medio de la crisis y la histeria provocada por el pésimo manejo del gobierno. Ellos muestran que es posible salir a pelear y con otra dirección sindical y política lograr mejores condiciones de trabajo.

El después de la crisis no puede quedar en manos de los gobiernos acéfalos que han conducido por la vía del matadero de la austeridad.

Es claro que los trabajadores y los pequeños comercios afectados deben ser indemnizados completamente por la seguridad social. Ha quedado demostrado que dinero hay de sobra, pero éste se ha quedado en pocas manos o se ha destinado para los grandes tagarotes.

Es necesario construir una nueva dirección política que defienda los intereses de los y las trabajadores sin rodeos.

Los responsables de esta mortandad deben ser juzgados sin miramientos. Deben ser despojados de la inmunidad que los protege porque todavía poco antes que estallara la crisis, pregonaban sin empacho todavía más recortes en los servicios de salud para asegurar la “rentabilidad”. Ahora vemos que rentabilidad rima con mortandad.

Hemeroteca

Archivo