Europa

Por Orson Mojica

Hace algunas semanas, durante su ofensiva, el ejercito ruso tomó el control de la parte sur de Ucrania, específicamente de la ciudad de Jerson, en la orilla occidental del rio Dniéper, fronteriza con la recientemente reincorporada península de Crimea. El control de la parte oriental y sur de Ucrania, es vital para la defensa militar de Rusia, por el acceso al mar Negro, quedando el mar Azov como un seguro mar interior.

El puerto de Odesa, todavía bajo control del gobierno de Zelensky, es un posible objetivo estratégico del ejército ruso, que dejaría a Ucrania como un Estado sin salida al mar. En las próximas semanas veremos si también este estratégico territorio sera reincorporado a la Rusia imperial.

Los rusos consolidan posiciones en el este y sur de Ucrania

Cuando el ejército ruso renunció atacar Kiev y más bien dirigió su ofensiva a expulsar a las tropas ucranianas del Dombass, sabían lo que estaban haciendo. Necesitaban consolidar posiciones en el este de Ucrania, donde la población ruso parlante es una fundamental base de apoyo. Una guerra de conquista es muy costosa, sin el apoyo de la población nativa cualquier invasión está condenada al fracaso. A Rusia le interesaba proteger y recuperar parte de su antiguo territorio, pero el grado de aceptación o rechazo de la población es una limitante para triunfar en la guerra.

En un momento determinado la guerra pareció entrar en un estancamiento o empate, pero esto era una ilusión. La prensa europea y norteamericana interpretó el lento avance del ejército ruso, como una derrota militar o como una muestra del desgaste militar de Rusia. Nada más alejado de la realidad. Los rusos estaban consolidando posiciones, reorganizando el Estado en las zonas liberadas, para garantizar la anexión a Rusia.

Zelensky depende absolutamente de Estados Unidos y Europa

En la guerra de Afganistán, que duro 20 años, Estados Unidos gastó cada año mas de 4 mil millones de dólares en ayuda militar al ejército afgano que combatía a la guerrilla del Talibán, pero en seis meses de guerra en Ucrania, ha gastado mucho mas dinero: primero fueron 15 mil millones en ayuda militar al ejército de Ucrania, después desembolsó mas de 40 mil millones, varios pequeños paquetes de dinero cada semana y ahora prepara un nuevo paquete de 14 mil millones de dólares. Un total de mas de cien mil millones de dólares y la cuenta sigue subiendo.

Las finanzas de Ucrania tienen un déficit mensual de 5 mil millones de dólares. El gobierno de Zelensky ya no pueden sostenerse por sus propios pies.  Kiev depende absolutamente del apoyo norteamericano y europeo para sostenerse de manera muy precaria y con un acelerado proceso de barbarización. En realidad, Ucrania ya no es un Estado y gobierno independientes, sino que se ha convertido en una agente militar de Estados Unidos y Europa, que esta siendo utilizado para debilitar al nuevo imperio ruso.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza militar controlada por Estados Unidos, brinda información de inteligencia, apoyo logístico y militar, con asesores directamente en el campo de batalla a favor del Ejercito de Ucrania, para contener a la maquinaria militar rusa. Estamos presenciando, pues, una guerra “indirecta”, aunque cada vez más directa, de Estados Unidos y Europa contra Rusia, que incluye sanciones y bloqueo económico y financiero.

Fases de la guerra en Ucrania

La guerra en Ucrania ha tenido varias fases. En la primera fase, el ejercito ruso invadió Ucrania, enfrentándose a uno de los ejércitos más numerosos de Europa, con 700.000 soldados y 300.000 efectivos de la Guardia Nacional, en total un millón de hombres.

El ejercito ruso contaba con 200 mil efectivos. En la primera fase, el ejército ruso concentró sus esfuerzos en desarticular y debilitar el aparato militar que la OTAN veía conformado después del cambio de gobierno en 2014, utilizando armas modernas en una guerra basada en la aviacion y artilleria coheteril.

En la segunda fase, el ejército ruso centró sus esfuerzos en consolidar las posiciones de las republicas rebeldes de Donetsk y Lugansk, en el este y sur de Ucrania. En estas dos primeras fases el ejército ruso peleó a la ofensiva, manteniendo la iniciativa en el campo de batalla y asestando golpes demoledores a su rival.

En la tercera fase, después del rearme y reabastecimiento del ejército de Ucrania, por parte de Estados Unidos y Europa, se inició la contraofensiva contra el ejército ruso, obligándolo a retroceder y a abandonar vastos territorios en las provincias de Járkov y Jerson, una zona que los rusos controlaban pero que al parecer no era parte de sus objetivos centrales. “Vemos el éxito ucraniano en Jersón ahora. Vemos también cierto éxito en Járkov. Y esto es muy, muy alentador”, declaró Lloyd Austin, secretario de Defensa De Estados Unidos.

La prensa norteamericana y europea brincaba de alegría al anunciar, al fin, la derrota militar del ejército ruso, que se vio forzado a replegarse hacia Donetsk. Lo que no dicen los periodistas superficiales, es que en la medida en que ejército de Ucrania conquista nuevos territorios, debilita sus posiciones en otros frentes, especialmente en el sur. El ejército ruso, una vez más, evitó dispersar sus fuerzas, y más bien las concentró en los lugares donde habían planificado organizar referendos para la anexión a Rusia.

Las particularidades de Ucrania

El territorio del Estado de Ucrania se conformó dentro de la antigua URSS como un conglomerado de varias nacionalidades: la Transcarpacia, territorio que perteneció a Hungría (con 150,000 personas); el territorio de Galitzia, la parte occidental está dentro de Polonia y la otra mitad oriental dentro de Ucrania; Bucovina también fue dividida, una parte está en Rumania, y la otra parte dentro de Ucrania; las provincias de Donetsk y Lugansk, que se separaron de Ucrania y se proclamaron republicas independientes, reconocidas por Rusia, y también las provincias de Jerson y Zaporiyia, que historicamente siempre fueron parte de Rusia. Estas cuatro provincias son los centros industriales de Ucrania.

No en vano, Henry Kissinger, argumentaba que existían varias Ucranias, y que una posible salida a la guerra era que el gobierno de Zelensky cediera parte de esos territorios. El problema es que ceder territorios en el este y sur a favor de Rusia, generará tendencias centrifugas, que alentarán el separatismo de otras regiones a favor de Polonia, Hungría y Rumania, lo que reduciría al tamaño del Estado de Ucrania a una mínima expresión.

La existencia de Ucrania como Estado-nación solo es posible con una política de convivencia democrática entre las diferentes etnias y nacionalidades, bajo un Estado Federal democrático, con suficiente autonomía para las minorías que, en algunas zonas, son realmente mayorías. No obstante, el gobierno de Zelensky no solo no respeto los Acuerdos de Minsk, que otorgaban autonomía a los ruso parlantes, manteniendo las actuales fronteras de Ucrania, sino que hizo todo lo contrario: acentuó la centralización, persiguió a los ruso parlantes, ilegalizó a partidos opositores, aprobó una legislación antiobrera, etc. Hizo todo lo contrario, y entregó el país y colocó a las fuerzas armadas bajo el control de la OTAN y Estados Unidos. Con ello, finalizó la existencia de Ucrania como Estado independiente, neutral, y convirtió al país en una semicolonia de Estados Unidos y las potencias imperialistas de Europa.

Los referendos para legalizar la anexión a Rusia.

“La guerra es la continuación de la política por otros medios”, decía el general Karl Von Clausewitz. Hay un aspecto político central en esta guerra: Rusia, para contener las pretensiones de la OTAN de avanzar hacia el este, necesita con urgencia recuperar a la población ruso parlante de Ucrania, ampliando sus fronteras hacia el oeste y debilitando a Ucrania como Estado

Entre el 23 y 27 de septiembre del 2022, bajo condiciones de guerra, se realizaron los referendos en las cuatro provincias, Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, con resultados favorables a la anexión. Aunque no hubo condiciones democráticas, era obvio que la mayoría de los rusos parlantes prefirieron votar por la anexion a Rusia que vivir bajo el acoso y represión del gobierno de Zelensky.

Igual que en 2014, cuando Rusia se anexó la península de Crimea, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea (UE) rechazaron por adelantado los resultados de los anunciados referendos en las cuatro regiones separatistas de Ucrania y advirtieron que no reconocerán esas eventuales anexiones a Rusia, lo que presagia un mayor recrudecimiento de la guerra.

La presión militar sobre Rusia y la cuarta fase de la guerra

Es indudable que, aunque Rusia lleva una holgada ventaja sobre el ejercito de Ucrania, las sanciones económicas y el desgaste de librar una guerra indirecta contra Estados Unidos y Europa, ejercen una brutal presión sobre las finanzas, la economía y el ejército de Rusia.

El resultado de los referendos y la anexión de cuatro regiones (Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia) que representa el 20% del territorio de Ucrania, obligará a Rusia a acelerar el paso en la guerra. Putin ordenó la movilización parcial de 300,000 reservistas, lo que se interpretó como un signo debilidad. Todo indica que vamos a una cuarta fase de la guerra, probablemente la mas intensa, y Rusia defenderá a muerte a los nuevos territorios. Este era el verdadero objetivo de la llamada “operación militar especial”.

Mientras Ucrania ya va por la cuarta movilización del servicio militar obligatoria, Rusia apenas desplegará una parte de sus reservas. Putin declaró que la movilización parcial de sus reservistas es “una respuesta adecuada a las amenazas que enfrenta Rusia”, porque “Washington, Londres y Bruselas empujan cada vez más a Kiev a trasladar los combates a nuestro territorio. Sin rubor dicen que no hay que escatimar recursos para derrotar a Rusia en los campos de batalla para quitarnos luego nuestra soberanía política, económica, cultural y de cualquier otro tipo, con un pleno saqueo de nuestro país”.

La fragmentación de Europa y la riqueza energética de Rusia

La invasión de Rusia y el desarrollo de la guerra en Ucrania son apenas algunas de las manifestaciones de la ruptura del statu quo que se formó en 1990, después del derrumbe de la URSS.

La Unión Europea (UE) y el euro fueron la creación de la alianza franco-alemana. Durante mucho tiempo, la economía alemana creció por el subsidio que representaba el petróleo  y el gas barato de Rusia. En una relación  simbiótica, Alemania crecía y competía en el mercado mundial, mientras Rusia se recuperaba de la postración que significó el derrumbe de la URSS.

Con la guerra en Ucrania, Estados Unidos logró controlar a la UE,  incorporar nuevos países a la OTAN, como Suecia y Finlandia, pero lejos de unificar a Europa y convertirla en una gran potencia hegemónica, la ha fragmentado políticamente. Las corrientes ultraderechistas, contrarias a la UE, han ganado las elecciones en Suecia y en Italia. Estas corrientes derechistas tienen mas simpatías por Putin que por Biden.

Las sanciones que impiden la compra del gas a Rusia, colocan a la economía de Alemania en un callejón sin salida. El intento del G-7 de imponer un tope de precios al petróleo y gas ruso, pone de manifiesto la necesidad de obtener fuentes de energía, que no se pueden reemplazar fácilmente. En el fondo, detrás de la alocada expansión de la OTAN hacia el este, que hizo explotar la guerra en Ucrania, hay un objetivo mucho mas importante y vital para Estados Unidos y Europa: el acceso  a las fuentes de energía de Rusia.

Hitler pretendió tomar por la fuerza esos valiosos recursos naturales de Rusia, ocupando territorios y esclavizando a su población, ahora los métodos son diferentes pero el objetivo sigue siendo el mismo: desmembrar al naciente imperio ruso, balcanizarlo para poder apoderarse de sus recursos naturales.

La guerra en Ucrania es solo un capitulo de esta historia que está por escribirse

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