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¿Qué pasa con la lucha contra la corrupción en Honduras?

Después de varias semanas en huelga de hambre en Tegucigalpa, Honduras, el viernes 31 de julio los heroicos indignados suspendieron su protesta, dando paso finalmente a la conformación de mesas de dialogo con el gobierno de Juan Orlando Hernandez.

Esta lucha comenzó con la exigencia del cese de la impunidad, el castigo para los involucrados en el escándalo del IHSS. Los indignados también plantearon la exigencia de la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en Honduras (CICIH). La huelga de hambre pasó por diversos momentos, en los cuales se mostró que no había claridad política en cuanto los métodos de lucha y los objetivos a lograr.

Poco a poco, a como querían los organizadores tras bambalinas de las marchas de las antorchas, el amplio movimiento social contra la corrupción en Honduras, terminó teniendo como una consigna única movilizadora la instalación de la famosa CICIH.

En la media que la intensidad de las movilizaciones fue decayendo, surgieron maniobras políticas de todo tipo. Muchos se apresuraron a recoger los frutos de las movilizaciones. El Ex presidente Manuel Zelaya, principal dirigente del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) propuso ante el Congreso Nacional la aprobación de una ley para la realización de un plebiscito para que el pueblo decidiera sobre la instalación de la CICIH.

Con métodos democráticos (plebiscito) se pretende legitimar la intervención política y militar del imperialismo norteamericano en la lucha contra la corrupción en Honduras, como es la instalación de una CICIH. Una enorme contradicción, porque no hay principio democrático más valedero que la defensa de la soberanía nacional y de la lucha contra el imperialismo.

Las masivas marchas de las antorchas iniciadas el mes de abril terminaron en el callejón sin salida de la instalación de la CICIH. Como era de esperarse, al interior del Congreso Nacional de Honduras 10 diputados del Partido Liberal y 6 diputados tránsfugas de LIBRE sumaron votos con la bancada del gobernante Partido Nacional para rechazar la propuesta de realización del plebiscito, y ahí terminó el esfuerzo de las marchas de las antorchas y la huelga de hambre de los indignados.

Las últimas votaciones dentro del Congreso Nacional, relacionadas con el intento de juicio político para el Fiscal General y el Adjunto, evidencian la fragilidad, división e impotencia de la oposición burguesa, que termina arrodillándose y suplicando clemencia ante JOH.

Los grandes ausentes en estas jornadas de lucha contra la corrupción han sido los trabajadores y sus organizaciones sindicales. Quizá por ello es que esta grandiosa lucha terminó siendo prostituida con la consigna de instalación de la CICIH, y finalmente asesinada dentro del Congreso Nacional. Se impone la realización de un balance para sacar las debidas conclusiones.

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