Por Carlos M. Licona

El año lectivo 2023 culmina el 30 de noviembre, siendo el segundo correspondiente al gobierno del “Socialismo Democrático”, Sin duda que las esperanzas puesta para que hayan cambios determinantes y se mejore nuestra educación, se diluyen, y todo parece enredarse en un laberinto de deseos, simplemente deseos.

Culpar al actuar gobierno porque la educación no avanza no es del todo justo, al igual que culpar a los gobiernos anteriores en su totalidad. Por supuesto que los doce años de gobierno del Partido Nacional, en un afán por cumplir las metas EFA (2003-2015) se implementaron drásticas medidas orientadas a reprimir a los docentes, que en vez de beneficiar la calidad de la educación, más bien significó un evidente retroceso en muchas áreas del sistema; además, hubo una constante presión por exigir resultados cuantitativos, con el propósito de quedar bien con los organismos de crédito internacional.

Las metas EFA (Educación Para Todos) fue una iniciativa global a inicios del presente siglo, orientadas a mejorar la educación en los países participantes. Dichas metas se resumían de la siguiente manera: graduar de 6to Grado a la población de 12 años; graduar de 6to Grado a la población con edades múltiples; incrementar el rendimiento académico en los alumnos de 6to Grado, con especial énfasis en Matemáticas y Español; y por último, mejorar la tasa de Cobertura para niños y niñas de 5 años de edad en Pre-básica.

La inversión en educación desde el año 2003 es multimillonaria, y los resultados a la fecha no son los que debieran darse. Y es que resulta incuestionable que la problemática en educativa sigue siendo muy complejo, por lo que requiere de medidas extremas que nos permitan vislumbrar transformaciones significativas a mediano y largo plazo. Aún y cuando las metas EFA tenían que cumplirse en el 2015, lo cierto es que, ni siquiera al presente se han realizado; peor aún, las enormes dificultades en educación, principalmente dentro de las asignaturas de matemáticas y español, tienden a agravar más la situación, a menos que se empiecen a corregir  estos problemas. Algunos de éstos son: falta de textos escolares, crisis económica en los hogares, falta de dominio en los contenidos por parte del docente, escaso material didáctico, abandono de los centros educativos, y,  burocracias parasitarias dentro de los colegios magisteriales, incorporados muchos de sus dirigentes en el engranaje administrativo de la Secretaría de Educación.

Si se conocen los problemas ¿porqué no hay solución?

En primer lugar, hay que tener claro que la compleja situación en el campo educativo no tendrá solución con medidas cosméticas; si bien es cierto la infraestructura es muy importante, lo es mucho más la preparación y especialización del personal docente, que sin lugar a dudas es el principal escollo para que la educación no avance. El docente no puede enseñar lo que no aprendió o lo que olvidó; entonces, debe ser actualizado y capacitado permanentemente, para cumplir con la tarea cotidiana de brindar una Educación de calidad.

Si se deja la infraestructura en segundo lugar en un orden de prioridades, el tercer problema por resolver son los textos escolares, rubro en el que se ha invertido mucho dinero para la publicación de diversos libros, por lo que entonces, cabe preguntarse: ¿dónde se encuentran tales libros?

Por otro lado, la situación económica en la que vive y crece la gran mayoría de los educandos, complica más aún el rendimiento de estos en su escolaridad; y si a esto último si se le agrega la violencia y la desintegración familiar, el problema se le complica de forma exponencial.

Al presentar los resultados de un estudio realizado por la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán a inicios de este año, se infería en que en nuestro país hay un retroceso de diez años en los distintos niveles de matemáticas. Al respecto, el especialista en Educación, Armando Euceda, manifestó lo siguiente: “Hemos bajado en todos los grados evaluados; pero, por supuesto, siendo que la matemáticas es un espacio de conocimientos importante en la secundaria, si de antemano se cuenta con una mala base en tercer grado, igual será en el siguiente. Cuarto y quinto grado le cuestan más al estudiante”. Tu Nota. com (22/11/23)

Roosevelt Hernández, experto en investigación de la UPNFM, manifiesta que “…el 6.3 por ciento de niños y adolescentes son víctimas de acoso y abuso sexual, lo que equivale a unos 20 mil estudiantes, todos entre quinto y octavo grado”.

En lo que respecta a la alimentación, Roosevelt informó que “…sobre la inseguridad alimentaria, cerca del 42 por ciento de los menores sufre esta situación, habiendo dejado de comer algún día, y el 18 por ciento ha ido a la escuela sin haber comido; esta situación presenta un total de 800,000 estudiantes a nivel nacional”. Tu Nota. com (10/11/2023)

El ascenso en las repitencias para estudiantes de primaria, viene desde 2017, ya que en ese año hubo más de 23 mil casos, cifra que pasó a 38,566 para 2019. En este año, son 73,782 educandos que repiten grado, según cifras de la Secretaría de Educación. Este aumento en la repitencia escolar le da argumentos a la UNESCO para escribir en su página web “La repetición puede ser el resultado de un fracaso académico, calificaciones insuficientes para avanzar al siguiente nivel de instrucción, edad no adecuada, asistencia esporádica o, simplemente, debido a la falta de oportunidades de aprendizaje en el entorno local”. EH (16/11/23)

Para el especialista en Educación, Johnny Varela, la inadecuada formación del educando repercute en su futuro, ya sea como estudiante o pretendiendo insertarse en el mercado laboral  “…el estudiante está mal formado… cuando vaya a la universidad va a reprobar en las pruebas que hacen las universidades para ingresar, y también si se incorpora al campo laboral. Ese joven no va a tener las mismas competencias que otro que ha llevado de manera casi perfecta su trayectoria educativa”. Según el especialista Varela, esto también se refleja en el alto porcentaje de deserción escolar. EH (16/11/23)

¿Se refundará la educación?

En los dos años que le quedan al gobierno difícilmente existirán cambios sustanciales en educación; sin embargo, sí se pueden y deben darse los primeros pasos para el inicio de un transformación radical. Para lograrlo, tiene que existir un genuino compromiso de los que rectoran el sistema educativo y valor para gestar dichos cambios, capacidad administrativa y propositiva, y finalmente, conciencia social y política a favor del bien común, buscando, en tanto se pueda, consenso con todos los sectores participantes. Aún falta esperar los resultados de la reprobación en el 2023, cifras que se cerrarán en febrero del 2024.

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