Por: Alberto Castro

Ya pasó más de un año desde que en Casa Presidencial (CAPRES), el Gobierno de Bukele-GANA-NI, sostuvo una reunión con representantes de las organizaciones aglutinadas en la Unidad Sindical Salvadoreña (USS), para la presentación de la propuesta de reforma de pensiones en la cual se indicaban como piezas medulares: la derogación del actual Sistema de Ahorro de Pensiones (SAP); la creación de un fondo solidario y que la pensión sea el 70% del último salario. La reforma de pensiones fue un compromiso que adquirió el Gobierno en aquel acto oficial del 1 de mayo de 2021 donde el Ministro de Trabajo, Rolando Castro, se comprometió en nombre del Gobierno a trabajar junto a los sindicatos alineados en una propuesta previamente discutida.

El 7 de octubre de 2021 la reunión en CAPRES parecía ser la respuesta a la movilización popular realizada en contra del Gobierno el 15 de septiembre del mismo año, aun así el compromiso lo adquirió el mismo presidente, pero       con el pasar de los días, semanas y meses la reforma empezó a demorar, para calmar las ansias Rolando Castro, en una entrevista dijo que la reforma tomaría tiempo porque se estaba preparando algo que en sus palabras tocaría las placas tectónicas del país, los dirigentes sindicales dependientes del Gobierno entre tanto se encargaron de tranquilizar a sus bases y evadieron las críticas de voces independientes replicando su compromiso por una reforma ajustada al clamor popular: No más AFP y por un sistema nacionalizado. A un año ya se sabe que el Gobierno envió la propuesta para su aprobación a la Asamblea Legislativa (AL).

El 25 de noviembre el Ministro de Trabajo presentó la propuesta, previamente Nayib Bukele en Twitter anunció: ’’Este día, cumpliendo otra promesa al pueblo salvadoreño, he enviado la reforma de pensiones a la Asamblea Legislativa’’. Si bien no se conoce el contenido de la propuesta, lo que se sabe se extrae de un video promocional, sin descuidar la propaganda el Gobierno presentó una reforma al SAP, las AFP quedan vivas, únicamente se les reduce la comisión que cobran por administrar los fondos y se le aumenta el monto a cotizar por los empleadores y el aumento de las pensiones mínimas que se eleva de $304 a $400 dólares.

Otra burla más al pueblo trabajador

La propuesta de reforma de pensiones del Gobierno dista mucho de ser la presentada por los miembros del Movimiento No + AFP, se esperaba algo que diera de una vez por todas una solución estructural de las pensiones en El Salvador. Sin embargo pese a lo inconforme que resulta dicha propuesta, en el ánimo del movimiento no se percibe una respuesta movilizadora, esto ha sido posible gracias al papel que jugaron los dirigentes sindicales de las organizaciones sindicales dependientes del Gobierno, pues lejos de estar en labor de lucha por la consecución de una conquista histórica, en realidad estuvieron preparando las condiciones para la propuesta del Gobierno pese a ser contraria a lo que se esperaba no fuera rechazada abruptamente, su papel en realidad ha sido desmovilizador, como cualquier esquirol solo fueron instrumentos de sus amos.

La clase trabajadora salvadoreña siempre ha logrado todas y cada una de sus conquistas mediante lucha y sacrificio, cuando se adopta una actitud pasiva y confiada en un burgués pasas cosas como esta, lo cual nos arroja luces sobre lo que hay que hacer, se debe rechazar tajantemente la propuesta del Gobierno pues solo es otro maquillaje más al SAP, el Gobierno en realidad veló por los intereses del empresariado que se lucra con el hambre de la clase trabajadora que cotiza para las AFP.

Una tarea pendiente: recuperar un sistema justo de pensiones

Con mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa, el Gobierno de Bukele puede revertir al SAP, pero no lo hace porque eso haría que entrase en fricciones con el empresariado vinculado al negocio de la AFP, en su lugar lo maquilla. Las direcciones que están al frente de organizaciones aglutinadas en la USS, cumplieron su papel como desmovilizadoras y apaga llamas, auténticos esquiroles. El Gobierno se burló de la clase trabajadora manteniendo el control mediante una el régimen de excepción. Toca seguir luchando, una vez más esto nos muestra que no debemos de confiar más que en nuestras propias fuerzas.

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