Por Edgar Miguel Kan

No era de menos esperarse una fuerte presencia militar en el país, tras el insistente discurso de mano dura y el ascenso al poder del General Otto Pérez Molina, ex miembro de la institución castrense quien configuró en su discurso político el intento de unificar a la tan dividida clase burguesa, tras la fisura del pacto interoligárquico que acabó en la honda división de la Gana, Viva, PAN, Unionistas y Patriotas.

Esta fisura, bajo la lógica de unificación del discurso político de derecha del Partido Patriota, no hizo sino agrietarse más en el pasado proceso electoral. En el mismo el PP no logró sino al apoyo político de algunos miembros de la extrema derecha y de los capitales emergentes, de la desgastada burguesía. Sin embargo, esto suficiente como plataforma para la conquista del poder burgués, que ha mantenido una curva constante de pequeñas crisis internas, que se logran reconfigurar y permiten mantener el statu quo.

Tras la firma de los acuerdos de paz, la burguesía ha logrado permear las instituciones netamente civiles, que lejos de formar una nueva estructura, democratizada a partir de la participación social, ha seguido reproduciendo la lógica de contrainsurgencia determinada en la estigmatización de enemigos sociales. De allí la violencia que se genera contra las grandes mayorías desposeídas, manteniendo entonces no una lucha ideológica determinada, sino más bien acentuando más la explotación de las mayorías pobres y explotadas.

La infiltración tras los acuerdos de paz en las estructuras civiles ha establecido un patrón de detrimento institucional, que no atiende a la destrucción de las instituciones, sino al control de las mismas para el ocultamiento de sus intereses, que son intereses de clase contra la población pobre y desocupada.  La avaricia distorsionada de un voraz capitalismo de poca monta, se visualiza como un reacio problema con el desarrollo salvaje neoliberal que ataca a las masas oprimidas, que no logran desarrollarse tras el mantenimiento de lógicas precapitalistas, mismas que legitima el estado bananero burgués, mediante la violencia y la presencia militar.

Lo anterior se traduce en la aseveración de la lógica militar de represión, que se ha mantenido viva durante el transcurso de la “época transitoria” desde los acuerdos de paz a la fecha. Esta transición trataba de generar el ejercicio democrático y participación civil dentro de las estructuras estatales, las cuales nunca fueron abiertas a la participación popular.

Al mantenerse la fisura del pacto interoligárquico, la emergente burguesía no lograba cuajar dentro de la real opción de poder y ejercicio del mismo, pues dependía de los mismos para su participación e incorporación plena dentro de la legitimidad del estado burgués.

Con el ascenso al poder del Partido Patriota, hoy podemos caracterizar  que la militarización se traduce en la construcción de nuevas bases militares en los distintos departamentos donde hay conflictividad social, que responde a demandas propias de una sociedad empobrecida y desposeída históricamente, por la relación interoligárquica.

No es casualidad es que las brigadas militares se estén instalando en San Juan Sacatepéquez, San Marcos, Quiché, Alta Verapaz, Izabal y Petén, zonas de conflicto de la tercer fuerza económica del país, que escapa del control estatal (que es el narcotráfico) y zonas donde el despojo de tierra y la oposición al proyecto neoliberal burgués afecta los intereses de las grandes mayorías que defienden el territorio que históricamente han ocupado ocupado.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), ante la evidente confrontación simbólica por parte del gobierno, hacia las comunidades en resistencia, que luchan por la imperiosa necesidad del cambio estructural, repudiamos las acciones que buscan sentar la base de legitimación militar sobre la clase burguesa-oligárquica; mediante el control armado sobre la población y poder establecer negociación de intereses de clase, manteniendo la opresión hacia los obreros, campesinos e indígenas. Nuestra solidaridad con los pueblos en resistencia y nuestra lucha contra el proyecto burgués, POR LA UNIFICACIÓN SOCIALISTA DE CENTRO AMÉRICA, RESISTENCIA Y LUCHA CONTRA EL PROYECTO BURGUÉS

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