Por Carlos M. Licona

La estructura criminal que gobierna, no ocupa mover un dedo para que la “oposición” se descuartice. Para el narco dictador y sus asesores es muy fácil; esperar todos los días a que cualquiera de los deslenguados hable, enviar  la prensa tarifada y hacer que hablen los peones, luego,  pasar un millón de veces las descabelladas ideas y dejar que en las redes se devoren todos metidos en un mismo saco.

Hasta ahora va ganando la dictadura y sus delincuentes, todos dicen que tienen como objetivo la Honduras inmaculada, pero enfilan sus baterías a dividir lo que se supone es “oposición”. Sueltan la lengua y atropellan al que se les ponga enfrente, son lenguas viperinas.

¿Cita de ganadores o  de narcos?

Xiomara Zelaya, candidata ganadora dentro del Partido Libre. hizo un llamado a los aspirantes presidenciales de los otros partidos para iniciar las conversaciones sobre una posible alianza que derrote la narco dictadura en las elecciones de noviembre. Los personajes principales por fuera de Libre aducen meros pretextos para no asistir, en el caso de Nasralla que fue el candidato en el 2017  ha dejado bien claro una cosa; de encabezar él una alianza puede aceptar que llegue hasta el diablo mismo a su matriz virtual, pero no está dispuesto a ser cola de león y prefiere ser cabeza de ratón.

Llama mucho la atención de poner como pretexto al ex presidiario de Yani Hidalgo Rosenthal para no acudir a una reunión, pareciera que Yani le ha causado más daño a Honduras que el mismo Juan Orlando Hernández o que Romeo Vásquez con su golpe de estado del 2009. El caso es, que al repasar a todos los noticieros hondureños es muy notorio que pasan más noticias sobre los pretextos de los “impolutos” que de las acusaciones gringas al clan Hernández.

Sin lugar a dudas, que Manuel Zelaya les va ganado la partida a los “johnestos”, con su silencio y prudencia refleja que anda moviendo las piezas para el reordenamiento del estatus quo, si se va el dictador alguien va llegar, y más sabe el diablo por viejo que por sabio. El caso es que las piezas se están moviendo y no lo vemos, Nelson Ávila ya demostró que no es un revolucionario y Wilfredo Méndez solo ha demostrado que le falta mucho para aspirar a ser caudillo. Yani Rosenthal ya es ganador, lo han legitimado los poco más de 300,000 votos de liberales, de que ganó no hay duda, independientemente de la inflación con helio, en un año dejó a Luis Zelaya viendo pajaritos de la tunda, a mi juicio, Luis Zelaya perdió el Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal porque no hizo diferencia con un Elvin Santos o un Mauricio Villeda, en el 2017 fue artífice de la consolidación del continuismo del clan Hernández y la estructura principal del PL se inclinó al que ahora estigmatizan como el peor de todos los delincuentes del universo.

Los deslenguados se oponen a la refundación

Asamblea Nacional Constituyente o Refundación ya no son vocablos de los aspirantes a la silla presidencial, tampoco los son del léxico de los dirigentes del Partido Libre, esto nos evidencia que solo se pelea por sustituir a un grupo por otro, pero no con la idea de obtener cambios profundos en el país, sino más bien de quitar a los que maman para que manen otros. En el caso de Nelson Ávila, si lo que habla fuera con buena intención, entonces levantaría un programa revolucionario o al menos refundacional y buscaría el apoyo del movimiento popular, sindical, social y campesino y lo impulsaría para que el resto lo acoja como instrumento aglutinador de una alianza, pero lo que hace solo deja entrever el mismo ego que destila Salvador Nasralla.

Siendo así el presente, el panorama que se vislumbra no es alentador, al pueblo le queda la oportunidad del discernimiento, pero dudo mucho que esto se logre, al parecer la conciencia colectiva ha retrocedido mucho más de lo que estaba antes del golpe del 2009. Ahora, los ataques entre narcos y honrados es el diario vivir, la discusión es sobre el narco mejor o cual de los “johnestos” es el narco más bueno, cuál es el menos honrado o cuál es el que está más lejos de Yani Rosenthal, sin importar si se pone más cerca del jefe del Clan Hernández. Si las dirigencias sindicales, gremiales y campesinas se han alejado de sus principios en defensa de los derechos del pueblo y, por el contrario, se vuelven del lado del patrón, aquí no queda más que llamar a la anarquía y la auto convocatoria del pueblo a las calles, talvez así se estremece las patasteras de los deslenguados.


Por Carlos M. Licona

La estrategia por dividir la votación del pueblo que se opone al continuismo de la narco dictadora sigue con viento en popa, con la maquinaria de los medios de comunicación mediáticos al servicio y pagados por el narco estado,  diariamente le meten ocote seco a la fogata y personajes claves se encargan de facilitar las “frases inflamables” que nos remontan a los momentos álgidos del 2009 y años sub siguientes en que toda una estructura criminal se adueñó del país y nos impulsó a la miseria, a la represión y al asesinato. Frases ridículas que salían en los medios escritos y se repetían una y otra vez en los medios radiofónicos y televisivos como las siguientes; en Honduras llega el comunismo, el socialismo del siglo XXI se adueñará de nuestras familias, los comunistas se comerán a los niños, nos van a invadir los cubanos y venezolanos, les quitarán una casa a los que tienen dos, ya no existirá libertad…

Aún sigue latente en las mentes de cada individuo las múltiples discusiones en que metieron a todas las familias del país y en la que se terminaron amistades, amores, religiones y familias. Desde entonces, han pasado 12 años y las frases ridículas vuelven a surgir y los medios de comunicación las vuelven a utilizar como carnada para incautos y oportunistas que en afán de agenciarse un beneficio muy lucrativo despotrican contra lo que ya debería ser una “Alianza del pueblo” para derrotar esta estructura criminal que sigue siendo dueña del país y pretenden seguirlo siendo.

Frases siniestras y tenebrosas

El inestable político Salvador Nasralla, manifestó “…Honduras necesita una alianza ganadora que sea geopolíticamente aceptada por los países que depende Honduras", frase patética y descerebrada que refleja la entrega en cuerpo y alma al imperio estadounidense. El tristemente célebre individuo de los “honrados” entrega la soberanía completa y le quita el derecho a cada ciudadano de asistir al menos a una urna cada 4 años, si bien es cierto que en la democracia burguesa se comenten monumentales fraudes, Nasralla se anticipa a ese hecho y priva al ciudadano de tener la esperanza de que puede elegir. La actitud ególatra y autosuficiente del personaje ya no sorprende, no obstante, después de que fue el candidato de la alianza en el 2017 y en el que asumió el programa reformador del partido LIBRE (partido de izquierda solo de nombre) y “juró amar” y aceptó ciegamente en matrimonio, solo deja en manifiesto la personalidad “prestigista” y ambiciosa de poder enraizada en el alma del que ni sintió ni lloró la sangre de los mártires.

En la misma semana, la doctora Suyapa Figueroa, presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), señaló “…en el país se debe buscar una ideología propia, “y dejar de pensar en banderas de Venezuela o Cuba”. “Se deben poner los intereses del país, sobre otros intereses de nivel internacional, que no nos pongan como un referente de izquierda o de derecha, porque eso ya no existe, acá lo único que existe son intereses económicos de uno u otro lado, pero los intereses que deben de prevalecer son los de Honduras”. Radio América (29/03/2021).

Al parecer, las mentes brillantes de Nasralla y Suyapa Figueroa, no han comprendido los conceptos ideológicos y la esencia de los diferentes sistemas de gobierno en el mundo. Hasta ahora, la ideología hondureña que ha campeado en el régimen post golpista es la de la corrupción y el narco tráfico, pretender una “una nueva ideología” significa reinventarnos y desarrollar una revolución, situación que contradice a ambos personajes.

El 7 de marzo de 2017, el presidente del partido liberal Luis Zelaya se disculpó por el golpe de estado que ejecutó el Partido Liberal de Honduras con toda la estructura criminal que ahora nos gobierna y que los utiliza a ellos, para seguir con el continuismo del cartel Hernández, pero Luis Zelaya dividió el voto de la oposición ese mismo año y el narco sigue gobernando.

Al pueblo le queda su propia alianza y la ideología de las calles para derrocar este régimen corrupto, sin personajes siniestros con frases emboba tontos que nos quitan lo poquísimo que aún queda de soberanía, corresponde a cada ciudadano convertirse en su propio líder y emerger como revolucionario. Con estos personajes solo se garantiza la continuidad del cartel Hernández o en su defecto, con toda la estructura delincuencial que se estableció desde el 2009.


Por Carlos M. Licona

En todo régimen hay una cara visible, sin embargo, por atrás hay toda una estructura que lo impulsan, lo motivan y lo sostienen. Por si mismo, ningún mortal podría mantenerse por mucho tiempo al frente de un gobierno. En los 7 meses de Micheletti, el golpe se consolidó porque todos los poderes fácticos se hicieron un nudo, sacaron a las calles a militares y policías con licencia para matar al pueblo que repudió y condenó el golpe. Micheletti logró mantenerse aun cuando la comunidad internacional no lo reconoció, aunque debajo de la mesa hubo toda una estrategia de la ultraderecha latinoamericana y de la política estadounidense para que el golpe no se revirtiera, pero también, la falta de agresividad del FNRP contribuyó a que se quedara el golpista.

Inicio y consolidación del cartel Hernández

Porfirio Lobo llegó al poder, por un lado, con la polarización interna y por el otro, gastando energía para obtener reconocimiento internacional, para ello cooptó personajes claves y armar un gobierno de unidad que solo fue de pantalla, derrotó la huelga del magisterio y con todo el congreso nacional a favor cambió leyes a más no poder, la estructura golpista se consolidó y la arremetió sin ninguna consideración contra el movimiento popular, campesino, sindical y gremial, por supuesto que esto, solo lo pudieron hacer con toda la maquinaria militar y policial sosteniendo al régimen con las balas y bombas lacrimógenas.

Así llegó Juan Orlando Hernández en enero del 2014, con el reconocimiento internacional completo y con un pueblo todo silenciado, sin embargo, esto no fue impedimento para que en el 2015 se iniciaran las movilizaciones de “Las Antorchas”, las que se realizaron por varias semanas exigiendo la creación de una CICIH similar a la que se hizo en Guatemala (CICIG) para combatir la corrupción, aunque Juan Orlando se tambaleó, las movilizaciones permitieron que se fuera a negociación a USA y se sentara la base para la creación de la MACCIH (Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras), oficina que pasó a mejor vida el 19 de enero del 2020. En el 2017 Juan Orlando se reeligió con todo el pueblo sublevado y las calles tomadas por los barrios, colonias, pueblos y aldeas. Nuevamente el régimen se sostuvo y se consolidó obteniendo el reconocimiento internacional y apaciguando a todo el pueblo.

El delincuente y los que lo sostienen

El dictador jamás hubiera logrado tanto poder de no existir toda una estructura de políticos, empresa privada, iglesias, militares, policías, analistas, periodistas y aun del mismo movimiento sindical, popular y gremial que directamente o ingenuamente le contribuyen. Determinar los individuos cooptados por el régimen es fácil, basta con poner atención en lo que dicen o las líneas que subliminalmente lanzan al público y de ahí se agarran los medios amarillistas y sensacionalistas para atizar una fogata. En once años de régimen post golpe, los estrategas han controlado muy hábilmente los hilos y han controlado los momentos más álgidos de la lucha popular por derrotar la dictadura.

¿Cómo es posible que la oposición no movilice para sacar al narco dictador? Es inverosímil que el hermano de Juan Orlando, Tony Hernández fuera condenado a “cadena perpetua y 30 años más” y el pueblo celebra, pero no se moviliza, la estructura no se estremeció porque nadie exige la renuncia a Juan Orlando, toda una maquinaria periodística mediática que sabe controlar la información que debe salir y la que se debe discutir y a la vez atizar, pero además de eso, salen a la discusión pública y con mucho realce, políticos que han perdido en las elecciones internas del 14 de marzo y gritan ¡FRAUDE! ¡FRAUDE! ¡FRAUDE!

Si la condena a Tony Hernández y las palabras dichas por el juez Castel calificando al país de narco estado hubiera sucedido en el 2011, 2015 o 2017, nadie hubiera detenido al pueblo, sin embargo, cuando el pueblo se polariza llaman a negociar al norte y los “negociadores de la oposición” retornan domados y con el chip cambiado. Si en el norte castigan a una pieza del ajedrez, entonces, le dan circo al pueblo para que no se movilice, pero, además, sacan tristes personajes con aberrantes locuras como la del tal Ex Capitán Orellana creyéndose que él es un líder de la oposición y que debe ser el siguiente presidente de la república.

Somos el enorme pez que mordió el anzuelo y que el viejo nos da cuerda o nos deja tensarla, nuestra libertad radica en romper la cuerda y embestir al viejo. A Juan Orlando Hernández los sostiene toda una estructura, pero también le sirven los que dividen y los que se niegan a movilizar.


Por Horacio Villegas

A 14 días de haberse llevado a cabo las elecciones primarias en Honduras, las figuras presidenciales encabezadas por el banquero Yani Rosenthal (Partido Liberal) Xiomara Castro (Libre) y Nasry Asfura (Partido Nacional) continúan defendiendo su victoria ante un proceso electoral viciado, según el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA)― por la existencia de datos duplicados de las actas electorales de cierre, la alteración de las mismas, y la descarada inflación de votos (CNA, informe Mercenarios de la democracia, marzo 2021).

Más allá de las impugnaciones que cada candidato ha interpuesto al Consejo Nacional Electoral (CNE), se encuentra la lucha encarnizada de los representantes de las corrientes políticas del tripartidismo (Libre, PN y PL); misma que ha desembocado en una nueva alianza de oposición conformada por dos de las corrientes perdedoras en Libre y nuevamente la contradictoria figura de Salvador Nasralla. Alianza que, por un lado, augura un nuevo triunfo de los nacionalistas en las próximas elecciones generales debido a la fragmentación del voto, y por otro, la inminente alineación de la dirigencia de Libre, los Zelaya, y Yani Rosenthal, a un mismo tronco liberal.

Nace la “Alianza de los Honestos”

La inconsistente maquinaria electoral que tardó varios días en dar resultados precisos sobre los ganadores, definió recientemente como candidata presidencial en Libertad y Refundación a Xiomara Castro de Zelaya, con una cantidad de 332,158 votos por encima de sus contrincantes Nelson Ávila (51,852), Wilfredo Méndez (18,973) y Eduardo Reina (20,985) (últimas cifras del CNE). Lo cual derivó en sucesivas acusaciones de fraude por parte de Ávila y Méndez, que ante la falta de respuestas decidieron acudir a una conferencia de prensa (realizada el 24 de marzo) junto a Luis Zelaya y Salvador Nasralla, donde se proclamó con bombos y platillos la nueva alianza de los “honestos”. Ávila detalló lo que sigue en su cuenta de Twitter.

“La Amplia Alianza Contra el Narco-Estado, incorporará a toda la Oposición y será VENCEDORA… Ningún corrupto será aceptado. Debe estar inscrita el 27 de mayo. Avanzamos en su construcción y somos los mismos que constituimos la Plataforma Social Ciudadana por Honduras PSCH y la Acción Ciudadana Contra la Dictadura. Nadie decente debe quedarse fuera.” (Cuenta de Nelson Ávila en Twitter, 24 de marzo de 2021).

De inmediato comenzaron a llover reacciones en contra de la nueva alianza de los “honestos”. Comentarios a quema ropa de parte de miembros de Libertad y Refundación que encuentran ―según rezan sus comentarios― el origen de esta nueva alianza en el capricho de Ávila y Méndez, quienes en bloque no aceptaron los resultados de las primarias ―mismas que estuvieron plagadas de inconsistencias.

Lo cierto es que este nuevo engendro que surge de los bloques opositores tanto del Partido Liberal como de Libertad y Refundación, no reúne ―hasta el momento― una cantidad considerable de votantes que den respaldo unánime a esta mezcla rara y coyuntural de centro derechas afines a EEUU como Nasralla, liberales próximos también a los yanquis como Luis Zelaya, y liberales radicales como Ávila y Méndez.

¿Una Alianza con el Pueblo?

La consigna “la alianza es con el pueblo” inundó las redes sociales al darse a conocer la nueva alianza de los “honestos”; significó, incluso, una pronta respuesta de parte de las filas de Libertad y Refundación ante la incógnita de si la familia Zelaya y Cía., formarían parte de esta extraña coalición política. Las posturas del clan Zelaya se resumieron en no ceder la candidatura de Xiomara Castro y estar al margen de la coalición “honesta”. Sin embargo, no descartan ―según ha declarado Juan Barahona― una alianza coyuntural con el movimiento liberal encabezado por el exconvicto Yani Rosenthal; quien, públicamente también ha demostrado interés en aliarse a Libre.

Por una alternativa política que rompa con el caudillismo y unifique a los sectores populares

Las filas de Libertad y Refundación, trabajadores y trabajadoras, estudiantes, movimientos sociales y demás luchadores agrupados bajo la amenaza de balas durante el golpe de Estado del 2009, y los nuevos liderazgos jóvenes herederos de la mejor tradición de lucha contra el fraude electoral del 2017, son los únicos que pueden hacer a un lado las rencillas entre los caudillos como Zelaya y Cía.

Romper con las ilusiones “democráticas” que provienen del juego electoral entre burgueses es el gran primer paso para focalizar la lucha en las calles en contra de la narco-dictadura y afinar ―si es necesario― una verdadera alternativa política que ponga al frente de la contienda electoral a verdaderos representantes populares. Es la única alternativa que tenemos ante el anuncio de un nuevo fraude electoral en las elecciones generales.


Por Carlos M. Licona

A dos semanas de haber pasado el proceso electoral interno de los 3 partidos mayoritarios del país; Partido Nacional, Partido Libertad y Refundación (LIBRE) y Partido Liberal de Honduras (PLH), el panorama se vuelve incierto para los siguientes meses que desembocarán con las elecciones generales del 28 de noviembre.

Con tres sectores bien marcados, tenemos al grupo económico muy ligado a la corrupción y al narco tráfico que pretenden que siga al frente del poder el Partido Nacional, principalmente apoyado por la banca privada; el Partido LIBRE que recoge todo el malestar y el sufrimiento que se ha dado desde el 2009, partido que en su mayoría son de afinidad con el “zelayismo”, tal y como lo ha dejado reflejado el proceso electoral interno y ahora tenemos un nuevo grupo surgido como quinta columna cuyo objetivo es imponer una candidatura presidencial a la cual se deben sumarse todos los sectores que se consideran de oposición, detrás de este nuevo grupo se puede mencionar a la empresa privada del norte del país.

La quinta columna

En la democracia burguesa, se convoca al pueblo cada cierto lapso de tiempo para hacerle creer que él decide quien va gobernar, el pueblo indiferentemente de los motivos que utilice para ejercer el sufragio, acude a las urnas y otorga el voto. Desde las elecciones del 2009, en el país se han dado gigantescos fraudes que no dejan de sorprender a los más incautos, tal y como se hizo con el descarado fraude del 2017 en que se impuso la reelección de Juan Orlando Hernández. Por supuesto que, el fraude es una triste historia que nos castiga desde antes del siglo XIX, y es un acto delincuencial que viene de herencia en herencia a través del bipartidismo (PN y PLH) y se traslada a todas las esferas donde hay dinero y cuotas de poder, desde centrales obreras, sindicatos y gremios hasta las elecciones de los cargos populares como el presidente, diputados y alcaldes.

Las elecciones internas realizadas el 14 de marzo nos ha dejado mucho material de incentivo para una carnicería despiadada, acusaciones de fraude en los tres partidos que fueron a las internas, en las que, toda la maquinaria de la prensa mediática dirige los misiles a dos situaciones; las denuncias de fraude en LIBRE y en el PLH. Paralelamente a estas denuncias, impulsan a la vez un grupo que ya traicionó al pueblo, personajes que dentro de la masa votante del partido LIBRE ya no aspiran a ser beneficiados con el voto.

Uno de esos personajes que despotrica contra LIBRE es Salvador Nasralla, que abandonó al pueblo en las calles en la convulsión social del 2017 y menospreció la sangre de los mártires. El otro personaje es el que ha controlado el PLH desde el 2017 y que pudo inclinar la votación hacia la oposición sin importar el descarado fraude que se hizo. En estas elecciones internas, Luis Zelaya fue derrotado por Yani Hidalgo Rosenthal, individuo que purgó pena en USA y regresó al país en el 2020. A estos dos personajes que ya no cuentan con estructuras nacionales para ir a elecciones generales, se les ha sumado otros personajes entre ex militares y profesionales de gremios, el representante de la empresa privada del departamento de Cortés y sicóticos del micrófono, ahora se les suman los candidatos que perdieron y fueron derrotados en LIBRE como Nelson Ávila, Wilfredo Méndez y María Luis Borjas, todo finamente tejido en una estrategia para obligar a la candidata Xiomara Zelaya ceder su candidatura y sumarse a un proyecto concebido en la cúspide del poder con la falaz idea que combaten la corrupción y el narcotráfico, hipócritamente usan el argumento de ir contra el autoritarismo del “Zelayismo” y aseguran estar del lado de la base, un discurso que ya no engaña pero que si resta votos y beneficia al dictador.

Esta actitud envalentonada, no es más que consecuencia por las nalgadas que el imperio le viene dando a la narco dictadura, un funcionario para los asuntos de América Latina (WOLA) Adams Isacson diciendo que “Juan Orlando Hernández es un problema para Washington, por sus vínculos con el narcotráfico” o un Luis Almagro afirmando hipócritamente que Trump cometió un error al haber reconocido a JOH como ganador en el 2017. ¿Qué hicieron Salvador Nasralla y Luis Zelaya en el 2018 cuando JOH se adueñó del país?

Poder Popular

El pueblo no debe embobarse con individuos come santos y defecan diablos, en estas conflictivas semanas que se vienen, la verdadera alianza que debe derrocar la dictadura es desde las calles construyendo Poder Popular y obligando a todos los sectores políticos a una Asamblea Nacional Constituyente controlada por el pueblo. Las alianzas desde las alturas solo tienen como propósito tener al pueblo sub yugado sonriendo cada vez que le lanzan un latigazo.

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