Por Carlos M. Licona             

El proceso interno de las elecciones internas realizadas el nueve de marzo deja un exquisito caudal de lecciones, sin embargo, lo más seguro es que los tres partidos políticos cierren los ojos y se nieguen a ver la realidad de un país que sigue debatiéndose en la miseria con unos cuantos multimillonarios que controlan las riendas de la economía nacional y una casta de políticos que se reparten y se desangran por las prebendas que otorga el poder.  

El guion discursivo de los medios de comunicación al servicio de la derecha ya se conoce de antemano, al observarlos, uno ya sabe de antemano cual es la pregunta que harán, ya se conoce a los supuestos analistas que entrevistarán y por supuesto; a los voceros de los partidos Nacional y Liberal que les pondrán el micrófono. Por otro lado, en el partido Libre, las personas entrevistadas, en su mayoría jóvenes hechos funcionarios de la noche a la mañana, en contraparte, seguirán acudiendo a la memoria histórica para recalcar el desastre de país en el que nos han hundido los narcos del partido Nacional y Liberal que han gobernado el país.

De los tres partidos políticos que participaron en las elecciones internas; Nacional, Libre y Liberal, el más perjudicado por las grietas internas es Libre, al parecer, la experiencia de procesos anteriores no ha dejado lecciones y en vez de anticiparse a elegir candidaturas democráticas mas bien usan la dedocracia que termina con un partido que se lacera a si mismo.

Todo indicaba que después del narco estado dejado por Juan Orlando Hernández y las múltiples extradiciones de miembros del PN y PL, el caudal electoral de estos disminuiría enormemente, sin embargo, el PN en el conteo de votos totales válidos se mantiene con una considerable ventaja sobre Libre, por otro lado, un PL hecho añicos después del Golpe de Estado de 2009 y que, por todos era considerado una institución en agonía, en esta ocasión  en que se aplicó el dispositivo biométrico su votación no ha sido como se esperaba, de hecho han rebasado las expectativas, y, si bien es cierto van por debajo de Libre, las candidaturas de Jorge Cálix y Salvador Nasralla le han dado transfusión de sangre y ya respiran un poco poniendo en peligro la continuidad de Libre en el gobierno. Es absolutamente ingenuo creer que el caudal electoral logrado fue por la inflación de votos, si bien es cierto esto pudo haber sucedido, lo fue en un porcentaje insignificante.

¿Por qué Libre se desangra después de cada elección interna?

La respuesta es fácil; repiten las mismas artimañas del partido Nacional y Liberal.

La composición de la base de Libre es en su gran mayoría proveniente del PL, son los liberales que después del 28 de junio de 2009 no volvieron a ese partido y se mantuvieron en la lucha en las calles y luego en la lucha electoral, esta gran mayoría es la que se mueve alrededor del movimiento 28 de junio (28J), liderados por la familia Zelaya. El otro gran movimiento es el FRP, cuyo referente es Juan Barahona, integrado en su gran mayoría por miembros de los gremios y sindicatos a nivel nacional, sus dirigentes casi en su totalidad han mejorado ostensiblemente en su cambio de empleo o han obtenido significativas prebendas en el gobierno. Luego está el SOMOS+, dirigido por luchadores, feministas, integrantes de derechos humanos y otras organizaciones civiles.

El movimiento Nueva corriente (NC) es dirigido por Carlos Eduardo Reina sobrino del ex presidente Liberal Carlos Roberto Reina, viene a ser otro brazo proveniente del PL. Los otros movimientos como el Morena o el POR se deben únicamente a liderazgo de una sola persona.

La división interna, siempre es inmediatamente después de que se dan los primeros resultados, una vez terminado el proceso electoral interno, esta es originada por el aplastamiento que hace el 28J sobre el resto de los participantes. Existen muchos factores que pueden incidir en una elección, por ejemplo; para la gran mayoría de votantes elegir 23 marcas de 161 en el departamento de Francisco Morazán es una faena muy complicada, principalmente si se desconocen a todos los participantes, en este caso, el votante opta por el voto en plancha para su movimiento de preferencia, y este va estar determinado por el que se ha beneficiado más de estar en el poder y el que tiene más dinero disponible para gastar, es decir; el 28J.

En el 2021, los disonantes del proceso interno fueron Nelson Ávila, Wilfredo Méndez y María Luisa Borjas, esta aseguraba que ella había ganado la coordinación del partido Libre derrotando al expresidente Manuel Zelaya Rosales, en esta ocasión, son candidatos del FRP que no salieron favorecidos con el voto popular; Bartolo Fuentes en Yoro, Silvia Ayala en Cortés, Fidel García en Colón, en Francisco Morazán el mejor posicionado de los cinco del FRP que van pasando es Juan Barahona, en la posición nueve,  un lugar bien complicado para salir electo en noviembre.

El aplastamiento de algunos movimientos por el más fuerte es la misma práctica que hacen los sindicalistas y gremialistas en sus propios espacios de donde surgieron, no es algo nuevo para ellos, excepto que en el ruedo electoral deben competir contra otros más experimentados en esas lides, de ahí que, al parecer, todos toman agua de su propia medicina, salvo algunas excepciones donde personas valiosas como Silvia Ayala o Fidel García que perdieron en sus respectivos departamentos, la mayoría realiza las mismas prácticas de donde salieron como candidatos y si no, entonces la pregunta surge ¿cómo fueron electos en sus movimientos?

¿Podrá Libre inclinar la balanza a su favor?

El partido Libertad y Refundación (Libre) aparentemente ha mejorado su voto duro, sin embargo, no es este segmento de la población el que inclina la balanza, la derecha ya tiene su propio plan para el proceso electoral de noviembre, ya sea realizando una alianza entre el PN y PL o bien, yendo en forma independiente al proceso electoral, que en este caso, el más favorecido es el PN porque su voto se mantiene fijo, mientras que, el PL tal y como lo hizo en el 2013 junto a Salvador Nasralla con el PAC, divide la votación de los anticachurecos. 

La militancia del partido Libre se encuentra optimista que nuevamente lograrán el triunfo el 30 de noviembre, sin embargo, al ver con frialdad los resultados del nueve de marzo estos reflejan un panorama incierto que dependerá de muchos factores. A nivel individual es muy corta la distancia que Rixi Moncada (Libre) lleva sobre Nasri Asfura (PN), mientras que, a nivel de partido el partido Nacional aventaja considerablemente a Libre. El resultado de las elecciones lo determinará el voto independiente, este aun no se ha decidido. Por otra parte, el partido Liberal se mantiene como tercera fuerza política un poco más atrás, además de que, a nivel de alcaldías y diputados pueden obtener una tajada muy significativa para favorecer un gobierno de la derecha o bien, para ser oposición ante un posible gane de Libre.

Son muchos los errores que ha cometido Libre siendo gobierno, estos son magnificados por una prensa mediática en contra, aunque el gobierno se esfuerce por dar a conocer los logros obtenidos hasta ahora. Sin embargo, el error que más duele en la base es que; toda aquella dirigencia y militancia estudiantil, gremial y sindical botó sus gorras, sus sombreros, sus pañoletas y sus insignias para asumir un ministerio donde les hizo olvidar muy rápido el sudor y el llanto del pueblo, de correr en las calles pasaron a los automóviles con aire acondicionado, de ser reprimidos a tener seguridad numerosa de los represores, de tener hambre a inflarse de tanta comida, se alejaron de las bases y favorecieron solo a quienes han querido, se olvidaron de la columna vertebral de la resistencia y siguen manteniendo sus tentáculos sobre las organizaciones de donde emergieron. Esto pesa mucho.

El triunfo de Libre el 30 de noviembre no es seguro mientras la derecha conspire con nacionalistas y liberales, la dirigencia de Libre y el gobierno deben hacer muchos cambios para inclinar la balanza a favor, pero sobre todo; cumplir lo que aún se puede cumplir, el lenguaje virulento en contra de los voceros de la derecha no abona, si no hay personas capaces de ir a un medio de comunicación para debatir con altura es mejor que no asistan, la pelea electoral es muy diferente a la oposición en las calles, el voto independiente solo puede capitalizarse con propuestas serias y creíbles, al menos, cuentan con la ventaja de la personalidad volátil de un Nasralla (PL) cuyo ego es tan enorme que en cualquier momento puede destruir la oposición.

¿Podrá la dirigencia de Libre regresar al nivel de la base?

 

Por Sebastián Ernesto González      

El proceso electoral interno de tres de los partidos políticos que participarán en las elecciones generales de noviembre (Libre, Nacional y Liberal), ha puesto en evidencia una vez más que la corrupción impera en los procesos electorales dirigidos por estos tres partidos, y es que, las denuncias reiteradas de fraude han quedado latente por todos lados.

Si bien es cierto que, el boicot premeditado a la instalación de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) el 9 de marzo, principalmente en la ciudad de San Pedro Sula y Tegucigalpa, no fue decisivo en los resultados de la elección de candidatos presidenciales, no es este hecho en si mismo que ha degenerado el proceso, nuevamente lo es la inflación de votos hechas en los tres partidos ya mencionados, principalmente en el Nacional y Liberal, una acción fraudulentamente que han hecho costumbre desde el 2009 con el propósito de aparentar instituciones robustas y muy bien compactadas.

En el 2009 fue tan enorme la abstención en las elecciones generales que tuvieron que inflar los votos en los partidos Nacional y Liberal, además, a los liberales les regalaron algunas diputaciones para que no fuera tan evidente el repudio de la población condenando el Golpe de Estado dirigido por el mismo PL, de forma natural, la base liberal no acudió a las urnas.

En el 2012, con la participación del partido Libre en su primer proceso  interno sincronizado con los nacionalistas y liberales, nuevamente se inflaron las urnas para sembrar la imagen que el bipartidismo era muy más fuerte que el nuevo partido. En el 2017 y 2021 se repitió la historia, ahora, con la implementación del dispositivo biométrico solo se ratifica lo que ya todos saben: ¡la especialidad en el helio para inflar las urnas!

¿Porqué el boicot a las instalaciones de las JRV?

El gran escándalo del nueve de marzo en el proceso electoral interno dirigido por el Consejo Nacional Electoral (CNE), siendo la consejera presidenta del CNE la representante del Partido Nacional, Cossette López,  se resume a lo siguiente; unas 440 JRV de la ciudad capital y unas 85 de la ciudad de San Pedro Sula no abrieron puntualmente, según transcurrían las  horas los medios de comunicación controlados por la derecha en su gran mayoría, ya sembraban el escándalo sobre lo que pasaba, el boicot se planificó desde el mismo CNE por miembros del partido Nacional y Liberal, resulta que; las urnas andaban paseando por toda la ciudad según palabras de la misma Cossette López, muchas JRV fueron abriendo después del mediodía, otras ya entrada la noche del nueve de marzo y en dos centros educativos las JRV se instalaron hasta el 16 de marzo para que los registrados fueran a ejercer el sufragio.

Aunque se han esmerado en hacer creer que el culpable de esa situación caótica fue el gobierno en contubernio con el partido Libre, lo cierto es que por primera vez se contrató una empresa para que trasladara las urnas a sus lugares respectivo, el contrato fue firmado por Cossette López y un empresario del transporte miembro del partido Nacional. Ahora ya es público que, la susodicha empresa firmó el contrato por casi los 65 millones de lempiras sin contar con el transporte requerido, por lo que se vieron obligados a subcontratar medios de transporte de personas.

La idea desde el inicio fue desprestigiar un proceso electoral y culpar al gobierno de Xiomara Castro y al partido Libre con su representante en el CNE, Marlon Ochoa. Hoy, cuatro de abril, ya hay un capturado por delitos electorales, Juan Carlos Lobo, encargado del transporte y miembro del PN, hay otros cinco con requerimientos fiscales contra funcionarios del CNE miembros del PN y PL.

Es decir; el boicot con el propósito de desprestigiar el proceso fue conspirado desde el mismo interior del CNE.

Las JRV boicoteadas el nueve de marzo no hubieran sido significativas con los resultados de los ganadores en tal proceso, por el enorme margen entre el ganador y los perdedores. Los datos inflados en las votaciones generales del 2009, en las votaciones internas del 2012, 2017 y 2021 quedó invisibilizado e implícitamente, también quedó opacado la gran reducción de votos del PN y el PL el nueve de marzo, en contraste con los obtenidos por el partido Libre.

Toda la maquinaria de los medios de comunicación como un reloj suizo, hablan de que en este proceso electoral el gran perdedor es Libre y elevan el perfil del PN y PL, escondiendo la monstruosidad de la inflación de votos. Además, un contrato de 65 millones para una camaría del bipartidismo es un apetitoso aliciente para conspirar contra el proceso electoral interno.

¿Peligra la continuidad del partido Libre?

Cometer el error de desconocer la fuerza de los nacionalistas y liberales es cometer el mismo error que comete la derecha en desconocer la fuerza del partido Libre, de ahí que, la derecha sigue siendo muy fuerte para que se nieguen a derrotar a Libre en noviembre, ya en el 2009 se unieron todos los poderes fácticos para ejecutar un Golpe de Estado en contra de un presidente puesto por los liberales, luego, entregaron doce años de gobierno al partido Nacional, aun y cuando este partido ha sido catalogado como una organización criminal.

Los resultados del nueve de marzo, hasta el momento en que se escriben estas líneas, son; Rixi Moncada 608,551 (de Libre), Nasry Asfura 578,929 (Nacional) y Salvador Nasralla 361,610 (Liberal), en forma individual gana Rixi. Si se consideran los votos válidos por partido gana el PN con 764,838; sigue Libre con 658,506 y en tercer lugar el Liberal con 613,679 votos, estos datos, es muy poco lo que van a variar a menos del 10 % que falta para totalizar los resultados.

Si bien es cierto, Rixi es las más votada en forma individual, los partidos Nacional y Liberal juntos sobrepasan enormemente a Libre, si estos partidos han tenido un matrimonio llamado Paulina (pacto de unidad Liberal Nacional) por 15 años y medio, ya no es extraño que se confabulen para el proceso de noviembre realizando una alianza electoral para sacar a Libre del gobierno.

La deuda con el pueblo es grande, y esta realidad ha sido aprovechada por la derecha a través del bombardeo permanente en los medios de comunicación, hasta ahora, el ritmo del escándalo lo impone la derecha a través de Paulina, mientras Libre corre contra el reloj para cumplir lo que no se pudo con un Congreso Nacional que se le fue de las manos y con una población que exige sus demandas.

Históricamente el Partido Nacional es el que mas trancazos asesta a la población y cuida los intereses de la empresa privada, el partido Liberal parece levantarse mientras Libre ha crecido pero no tanto, como para que los ahora funcionarios dirigentes se mantengan alejados de sus bases.

El voto duro ya está decidido en los tres partidos pero no es el que decidirá en noviembre, esto lo hará el voto independiente que es el mayoritario, pero ¿hacia dónde se va inclinar la balanza? 

Mitin político 440 urnas en el DC

El impacto de las urnas instaladas horas después es insignificante en relacion al total del proceso. Afecta de manera parcial mínima a dos municipios de los 298 del país. Los más grandes en población, si, pero se trata de 440 urnas en el Distrito Central y 85 en San Pedro Sula.

Es decir cuántas son las 440 urnas en el Distrito Central? Cuántas urnas hay en total en este municipio?

Les doy el dato, el impacto del denominado boicot es igual a 0.4% del total del censo electoral.

 

Por Sebastián Ernesto González    

Pasaron las elecciones internas del nueve de marzo 2025 de los tres principales partidos políticos; Nacional, Libre y Liberal. Entre las principales sorpresas dejadas por el proceso, además del enorme obstáculo con el atraso de la apertura de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) en la ciudad de Tegucigalpa, está el inobjetable triunfo de los precandidatos presidenciales Nasri Asfura, Rixi Moncada y Salvador Nasralla, respectivamente.

Disminución de votos para el PN y el PL

Con la implementación del dispositivo biométrico en el que se registró la huella del votante y, queda bloqueado inmediatamente para ejercer el voto en otro partido político, los partidos Nacional y Liberal han visto reducido su caudal electoral en elecciones internas desde el 2012, año en que inició su participación el partido Libre, el principal perdedor del voto con helio ha sido el partido Liberal, institución que al comparar la votación en elección interna con la votación en la elección general vio sustancialmente disminuido el caudal electoral, principalmente en el 2021, en que, la diferencia fue de -442,935 votos (-56.9 %), es decir, el partido Liberal redujo su votación en 56.9% entre las internas y la general. En este proceso avanza como tercera fuerza política.

Si bien es cierto el Partido Nacional no tuvo mucha variación entre la votación recibida en elecciones internas y las generales en las elecciones 2013, 2017 y 2021, en esta ocasión, ha disminuido enormemente su caudal electoral, manteniendo simplemente su voto duro.

En el caso del partido Libertad y Refundación (LIBRE), ha sido lo contrario, al comparar las elecciones internas con las generales en los tres procesos del 2013, 2017 y 2021, siempre incrementó sustancialmente su votación, con los datos divulgados hasta ahora con el 63.38% de las actas divulgadas, todo indica que el caudal electoral será superior al recibido en las elecciones internas del 2013 (594,531 votos), año en que tuvo mayor participación en una elección interna.

Engañosos resultados en la casilla presidencial plantean un panorama incierto     

Al utilizar las palabras “engañosos resultados” no se alude a un posible fraude, pues ya está muy claro la enorme diferencia con la que ganaron los presidenciables en los tres partidos políticos, lo incierto es la forma en que se ejerció el sufragio, no se puede tener un análisis objetivo sin ver la situación desde el 2013, año en que el partido Libre rompió la hegemonía del bipartidismo.

Desde que se implementaron las elecciones internas en el país, quienes acuden a las urnas es el llamado “voto duro”, es decir, aquel voto que es inamovible y que no va a cambiar. Entonces, quien define el partido ganador en las elecciones generales es el “voto independiente”, que, en este momento es mayor que cualquiera de los tres partidos políticos, este voto en este momento no está definido, el votante se decide hasta que el proceso electoral está muy cerca y son diversas las variables que pueden incidir en su elección.

Al momento de escribir este artículo, a nivel de partido incluyendo votos nulos y blancos, el partido Nacional aventaja levemente al partido Libre con apenas 1,204 votos, es decir, el Partido Nacional 541,213 (con el 59.54% de las actas divulgadas) mientras el partido Libre lleva 540,009 (con el 63.38% de las actas divulgadas), ese casi 4% de diferencia en las actas registradas no variará en mucho la diferencia entre estos dos partidos. Mientras que, el partido Liberal está más atrás con 446,723 votos (con el 55.5% de actas divulgadas), igual, la diferencia en actas divulgadas no cambiará las posiciones a nivel de partido, manteniéndose los partidos Nacional y Libre como mayores fuerzas políticas por poca diferencia entre ellos, y, el PL como tercera fuerza política.

A nivel de candidatos el proceso interno refleja una mayor aceptación de la candidata del partido Libre, Rixi Moncada, quien aventaja a Nasri Asfura y Salvador Nasralla por un gran margen; 406,091; 367,490 y 241,891 respectivamente. Esto refleja que dentro del partido Libre, Rixi Moncada cohesiona más el voto duro que los candidatos ganadores en los otros dos partidos, aunque también hay que mencionar que los votos nulos y blancos suman más en el partido Libre (100,678) que en el PN (51,602) y PL (37,624).

El triunfo inesperado de Nasralla

El partido Liberal fue a elecciones internas con cuatro candidatos, tres de ellos provenían de la alianza que se hizo con Libertad y Refundación en el triunfo del 2021; Salvador Nasralla, Jorge Cálix y Maribel Espinoza.

Salvador Nasralla antes del 2012 nunca se identificó con algún partido político, en el 2013 conformó y participó en las elecciones generales con el Partido Anticorrupción (PAC) y lo perdió, en el 2017 fue candidato en la alianza con el partido Libre, para las elecciones del 2021 conformó otro partido político que llamó Partido Salvador de Honduras (PSH), para luego establecer una alianza nuevamente con el partido Libre donde salió triunfadora la ahora presidenta Xiomara Castro, en el 2024 renunció al PSH para ingresar al PL y lanzar su candidatura donde le ganó contundentemente a Jorge Cálix.

Jorge Cálix en el 2006 era miembro del Comité Central del Partido Nacional, siendo en ese entonces Porfirio Lobo Sosa el presidente del mismo. Llegó como diputado suplente de Beatriz Valle al Congreso Nacional, con el partido Libre en el periodo (2014-2018). Con el triunfo de Xiomara Castro en el 2021, negoció con el PN y PL a espaldas del partido Libre para ser el presidente del Congreso Nacional, una movida que fue evitada por la movilización del pueblo en las instalaciones del poder legislativo, algo que los medios se empeñan en invisibilizar. Ya con el estigma de su traición, al ver opacada toda opción de triunfo dentro del partido Libre, en el 2024 renunció y solicitó su ingreso al PL, perdiendo las elecciones internas contra Nasralla el nueve de marzo, no existe un registro público de que Jorge Cálix fuera un miembro activo del PL antes del 2014.

Maribel Espinoza  es de la línea dura ligada a Roberto Micheletti, fue liberal, luego diputada por el PSH en el periodo 2022-2026, se salió de este partido para volver al PL y presentar su candidatura,  donde apenas lleva 21,313 votos. Luis Zelaya se autodefine como el auténtico liberal, facilitó el triunfo de Juan Orlando cuando este se reeligió en el 2018, al no sumarse a la alianza entre Libre y Nasralla.

Con estos antecedentes de los que se presentaron como opciones en las elecciones internas del PL ¿quién le dio el triunfo a Nasralla?, nadie puede desconocer que Nasralla tiene un voto duro, este voto duro se vio reflejado en el 2013 con el PAC, en el 2017 en que JOH le robó las elecciones, en el 2021 con el PSH y en el triunfo inobjetable de Xiomara Castro en ese mismo año. Es muy posible que ese “voto duro nasrallista” fue el que acudió a las urnas dentro del PL y que, contra todos los pronósticos, derrotó a un Jorge Cálix impulsado por todo el lado oscuro del PL.

En resumen, Nasralla arrasó en el PL con diputaciones, alcaldes y la dirección del partido, tremendo embrollo de la derecha con Salvador Nasralla dirigiendo el partido más longevo del país. Ya Iroshka (su esposa) lo dijo antes del proceso interno “Nasralla es más grande que el PL”. Algo si queda muy evidente: ni Nasralla ni el PL por si solos podrán derrotar a un partido Libre o un PN.

¡Se armó la de Troya en Libre!

Una vez pasada las elecciones, en Libertad y Refundación se impuso la corriente M28, es el sector oficialista y proveniente del PL.  Al parecer, la elección de 23 marcas de 161 pesó mucho y el votante optó por el voto en plancha, además, fue la línea del oficialismo. El mayor perdedor fue el FRP (Fuerza de Refundación Popular). Connotados líderes y lideresas de “izquierda” reformista y oportunista perdieron y se quedaron fuera; un Bartolo Fuentes en Yoro; Silvia Ayala en Cortés; en Francisco Morazan, Juan Barahona del FRP, va saliendo en la posición nueve, mientras que Jari Dixon por el POR va en la posición diez, son posiciones más complicadas para quedar electos en las generales.

Varios de los perdedores han puesto el grito en el cielo y han dado material a la prensa mediática para volcar la mirada al fraude cometido en Libre a nivel de diputaciones y alcaldes, el asunto es ¿por qué no hablaron antes?. En todo caso, las prácticas se vienen cometiendo desde el 2012 en que se tuvo la primera participación. Al parecer, el dispositivo biométrico funcionó para que no se inflaran los votos a nivel de partidos, pero, no evitó la adulteración de actas a nivel de diputaciones y alcaldías, saliendo favorecidos los movimientos que contralaban las mesas electorales. La situación interna dentro de Libertad y Refundación ya no sorprende. En el 2021, Nelson Ávila, Wilfredo Méndez y María Luisa Borjas la arremetieron duro contra el partido, ahora, Wilfredo se fue con Jorge Cálix al PL, Nelson Ávila es mencionado como candidato de un partido de migrantes, y María Luisa Borjas pasó al ostracismo.

Si el FRP es la expresión más a la izquierda dentro de Libre, esto, nunca se reflejó a nivel de políticas para favorecer las masas, simplemente se favorecieron en cargos de elección popular o para beneficiar a sus allegados, y, es seguro que, de haber salido electos nunca hubieran abierto la boca.

Nasri Asfura sin sorpresas en el frente

Tal y como era de esperarse, Nasri Asfura salió triunfador en el Partido Nacional, sin embargo, no se puede desconocer que el juaorlandismo aún tiene caudal significativo, si bien es cierto Nasri también triunfó arrolladoramente, Ana García (esposa de Juan Orlando) lleva el 22%  (109,200 votos), en este partido muy fácil se ponen de acuerdo y nunca atizan el fuego ante la opinión pública.

El verdadero peligro: una posible alianza PL y PN

Ante la ausencia de una propuesta revolucionaria, se asoma el verdadero peligro de que la derecha se unifique en una alianza entre el PN y el PL para sacar a Libre de la administración del Estado, o, en todo caso, de ganar Libre en noviembre, que sea de la forma más debilitado posible, más débil aún del gane del 2021.

Pero si por la víspera se saca el día, los resultados de las elecciones internas reflejan un relativo fortalecimiento de las opciones derechistas (PLy PN), un enorme descontento social con el gobierno de LIBRE que no ha logrado satisfacer las necesidades populares, porque se ha negado a impulsar los cambios revolucionarios que prometió en la pasada campaña electoral.

Si a lo anterior le sumamos el nuevo periodo de reacción mundial que representan Trump en Estados Unidos y Milei en Argentina, solo para citar los ejemplos más relevantes, las opciones derechistas del PL y PN intentaran unirse en un solo bloque, para destruir el poco camino andado por el timorato partido LIBRE. En guerra avisada no mueren soldados!

 

Por Carlos M. Licona        

El proceso electoral interno de los partidos; Libre, Nacional y Liberal no ha dejado sorpresas, excepto, la gran diferencia con la que Salvador Nasralla ha derrotado a Jorge Cálix en el Partido Liberal, sin embargo, el proceso electoral realizado el domingo nueve de marzo ha sido matizado por el “boicot” inesperado que ha dejado sin aliento a propios y extraños, principalmente en las dos ciudades más importantes del país; Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Las elecciones internas de los tres partidos se realizan simultáneamente, de tal forma que, los representantes acreditados de los movimientos internos de cada partido desde horas de la madrugada se hicieron presentes en los centros de votación. Las horas fueron transcurriendo y el material electoral no llegaba, los votantes esperaban pacientemente, pero, muy pronto la incertidumbre fue invadiendo a la población a medida que avanzaba la mañana, mientras los medios de comunicación, como ya es costumbre, entrevistaban a los personajes visibles de la oposición que, con un guion aprendido culpaban a la familia Zelaya y a la candidata del Partido Libre, Rixi Moncada.

¿Qué pasaba con las urnas?

Los principales detractores del gobierno muy pronto comenzaron a mencionar un fraude planificado desde el mismo gobierno, pero, la pregunta era ¿fraude contra quién? En todo caso, al planificar un fraude, este debe hacerse desde el mismo Consejo Nacional Electoral (CNE) conformado por Cossette López del partido Nacional, Ana Paola Hall del partido Liberal y Marlon Ochoa del partido Libre, actualmente, la consejera presidenta es la abogada Cossette López del PN, ella escribió en su cuenta X “…hay reportes de buses estacionados en ciertos lugares de la ciudad, no avanza la distribución. Activamos grupos para ir a buscar las urnas y hacer que se reanudaran las rutas a sus destinos…”. Es decir, el boicot se hizo desde los mismos buses que transportaban las urnas, las cuales retuvieron hasta largas horas del día, pero ¿quién contrató estos medios de transporte?

En todas las elecciones anteriores sin excepción, las maletas electorales han sido transportadas por las Fuerzas Armadas, sin embargo, en esta ocasión, el CNE contrató transporte privado para que realizaran esta función, sucediendo lo que ya en todo el mundo se sabe; retuvieron el material lo más que pudieron. Corresponde a los órganos competentes realizar las respectivas investigaciones de esta situación, judicializando a los culpables.   

¿Cuál fue el propósito de esconder las urnas?

En estas elecciones se implementó el aparato biométrico, el votante al presentarse a la Junta Receptora de Votos (JRV) coloca su huella en el aparato quedando registrado inmediatamente, evitando que, fuera a votar a una JRV de otro partido, es decir, el aparato evita que una misma persona vote varias veces, o, que, en una JRV se llenaran las urnas con votos.

El lunes diez de marzo todos los noticieros hablan de “fraude”, entrevistan a los mismos personajes opositores de siempre quienes se desbocan culpando al gobierno, pero, esconden una realidad tan grande como el sol; el verdadero caudal electoral que siempre inflaron desde el 2009 cuando ganó Porfirio Lobo Sosa. Los partidos Nacional y Liberal inflaron las votaciones en las elecciones internas del 2012, 2017 y 2021, quedando ya en evidencia con el uso del aparato biométrico, realidad que no es noticia hoy, porque la invisibilizan con el supuesto “boicot” realizado con la llegada tarde de las urnas a las JRV

¿Fraude? ¿boicot? ¿o maniobra?

Un fraude electoral es una acción ilegal para favorecer a un candidato que no ha ganado un proceso, tal y como lo hizo Juan Orlando Hernández en el 2017 con los “votos rurales”, el boicot es realizar una acción para impedir que el ciudadano no ejerza su voto, lo sucedido el nueve de marzo no es lo uno ni lo otro, ya que, al final, las JRV aunque fueron retrasadas no se evitó la votación, ya una vez instalada la población ejerció el sufragio en su gran mayoría. Sin lugar a dudas que, cuando la izquierda pretenda boicotear un proceso electoral burgués ya tiene una estrategia; mandar a los buses a turistear por todo el país.

Con las enormes diferencias porcentuales entre los ganadores y perdedores de cada partido queda totalmente desvirtuado la denuncia de fraude, el boicot queda dilucidado con la apertura de las JRV y la participación de los votantes hasta altas horas de la noche, lo que sí es evidente es que nadie habla del caudal electoral de cada partido, en el que; la candidata Rixi Moncada aventaja a Nasri Asfura y Salvador Nasralla con bastante diferencia.

Mientras todo este circo sucede, la población vuelve a la realidad esperanzados en seguridad, trabajo, educación, salud y techo.

La izquierda debe iniciar un trabajo de organización desde la base para presentarse como una propuesta realmente revolucionaria, por ahora; todo se mueve en lo que la democracia burguesa desea ofrecer.

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