Por Carlos M. Licona
El 30 de noviembre se encuentra a la vuelta de la esquina, el partido gobernante; Libertad y refundación (LIBRE), se someterá a una prueba fuego en las elecciones generales de ese día, en la que, el pueblo decidirá si retrocede al bipartidismo (Nacional-Liberal) o sigue emitiendo su voto de confianza al gobierno actual. Por supuesto, llamar a ejercer un voto de castigo en contra de los doce años de un gobierno nacionalista corrupto y controlado por narcotraficantes, liderados por el ahora preso en New York, Juan Orlando Hernández, es diferente en la coyuntura actual en que, una campaña intensamente mediática en contra del gobierno hace dudar a un significativo porcentaje del caudal electoral en que surge por todos lados la pregunta ¿por quién votar?
El bipartidismo en contra de LIBRE
Durante 40 años el país fue gobernado por cachurecos y liberales, tanto el partido Liberal como el Nacional planificaron y ejecutaron el Golpe de Estado del 28 de junio de 2009 en contra del ex presidente Manuel Zelaya Rosales (de filiación Liberal en aquel momento). La profunda crisis política generada por el golpe, sirvió de fundamento para convertir al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) en el partido político LIBRE, partido gobernante (2022-2026). Juzgar al partido LIBRE con apenas tres años y medio de gobierno es ser inquisidor, en contraste con el alto nivel de bloqueo en todos los sentidos que ha tenido desde antes que la presidenta Xiomara Castro asumiera la presidencia de la república. Por ejemplo; el régimen anterior se tomó la atribución de aprobar un presupuesto nacional (2022) que no le correspondía, en los últimos cuatro meses del régimen nacionalista se contrataron más de 8,000 personas activistas del partido Nacional que dificultaron el inicio del gobierno actual, exigiendo permanencia en los puestos contratados.
Los diferentes gobiernos liberales y nacionalistas, utilizaron todos los desastres dejados en las diferentes secretarías (principalmente del 2010-2022) para adjudicarlos como culpa de los actuales gobernantes de LIBRE, es decir; calles destruidas, falta de medicamentos, docentes y médicos sin salarios, falta de hospitales, centros educativos deteriorados, falta de plazas nuevas, reforma a la Ley del INPREMA, venida de la CICIH, alza vuelo el capital golondrina de las maquilas, alto porcentaje de impunidad, estafan los de Koriun Inversiones, todo es culpa de los actuales gobernantes, la prensa mediática enfila baterías y desconocen así, 40 años de gobierno Liberal-Nacional donde los gobernantes vendieron el país al mejor postor, cuatro décadas en las que saquearon el Estado y se volvieron multimillonarios mientras el pueblo moría de hambre.
El discurso obsoleto e hipócrita de los partidos Liberal y Nacional, viene desde mitos ideológicos de fantasmas come niños hasta cínicos discursos anticorrupción pregonado por los mismos saqueadores del Estado en los años 2010-2022, esto nos presenta una cruda realidad para el 30 de noviembre; decidir entre los que se fueron o los que están, acaso ¿hay otra propuesta revolucionaria?
¿Cuá es el pecado del partido gobernante, Libre?
El Congreso Nacional desde antes de iniciar, fue en su mayoría de los partidos Nacional y Liberal, esa oposición al gobierno actual se fortaleció con la deserción de siete diputados de la bancada de LIBRE y, que, junto a Jorge Cálix emigraron al PL.
Estos bandazos que se da en miembros de LIBRE desde la primera vez en que se participó en elecciones (2013) tiene una explicación muy sencilla; la mayoría de la base de LIBRE proviene del partido Liberal, arrastrando vicios oportunistas que a la primera prueba en que no satisfacen sus propósitos, se venden al mejor postor a los grupos burgueses.
El inestable comportamiento de los miembros que han traicionado al partido LIBRE se debe a que hay una brecha abismal entre ser revolucionarios militantes de un partido revolucionario a ser simples oportunistas metidos como un caballo de Troya dentro de un partido heterogéneo como los es LIBRE, con una base mayoritaria exliberal.
El pueblo generó esperanza al expulsar de la administración del Estado a los cachos-liberales y otorgarle el bastón de mando a un partido liderado por Xiomara Castro, sin embargo, el bastón de mando fue a medias, ya que, el Congreso Nacional es controlado por la oposición, esta situación ocasionó que la Corte Suprema de Justicia también fuera controlada por la oposición, aunque la cabeza sea del partido del gobierno. La mayoría de las instituciones del Estado siguen siendo de los partidos Nacional y Liberal, lo que les permite boicotear muchas decisiones de una refundación mal orientada y mal dirigida.
LIBRE prometió mucho, y, no pudo cumplir con todo, ya sea por no tener el control absoluto del poder o por ineficiencia de los altos funcionarios seleccionados, el asunto es, el reto que se viene para el 30 de noviembre es enorme ¿se convencerá al electorado de que se sigue siendo alternativa, aunque no sea un partido revolucionario? ¿El votante retornará a su voto en favor de los que nos metieron en la crisis política del 2009?
Debido a que no hay propuesta revolucionaria, cometeríamos un gran error si nos inclinamos por el “mal menor”, porque entonces nunca saldremos del estancamiento en que nos encontramos. La verdad es que sino hay alternativa revolucionaria, no queda mas camino que luchar por construirla. Y ese proceso pasa, inicialmente, por tener claridad de lo que ocurre.