Por Ernesto Fuertes

Las jornadas de huelga del 26 y 27 de abril vimos a los trabajadores demostrar su fuerza, pero y el 1 de mayo vimos a la burguesía y pequeña-burguesía liberal costarricense preparando su embestida contra los trabajadores y las masas populares. Mientras es evidente el rechazo de los trabajadores al empeoramiento de sus condiciones de vida y su disposición para luchar, todos los partidos políticos en la Asamblea Legislativa se encargan de prometer la solución a los problemas del país a través de sus proyectos de ley.

Las piezas están colocadas para que el debate político de los próximos meses gire alrededor de las propuestas dos grandes bloques: el acuerdo de ultra-derecha que ganó el directorio (PLN, ML, cristianos), y el acuerdo del llamado ‘bloque progresista’ (PAC y FA).

Una propuesta siniestra

El acuerdo que defiende Álvarez Desanti y el nuevo directorio por supuesto que es una locura mucho peor: recortar gasto sin aprobar ningún impuesto, implica frenar la solución al déficit fiscal (aprobar más impuestos reduciría el déficit mucho más rápido). Sumado al proyecto de ‘caja única’ de utilizar superávits para el pago de deuda, esto va a implicar o un aumento del déficit, o un freno a su reducción. Esta posición demuestra que los empresarios costarricenses o no tienen la menor idea de cómo funciona una economía, o no tienen el menor interés por solucionar el déficit. Los proyectos de reducción de derechos salariales y de pensiones serán condensados en dos proyectos únicos respectivamente, con estos últimos incluyendo cuotas más grandes por pensión, así como una reducción del promedio sobre el cual se calcula el pago de pensión, etc. Solo para poner en perspectiva: el acuerdo propone poner un tope de 2,5% por encima de la inflación a los aumentos en gastos corrientes de los presupuestos, lo que significa alrededor de un 5,5% de acuerdo a la inflación estimada para este año, mientras que el gasto corriente del 2015 (que ya había sido menor con respecto al PIB), había aumentado en términos absolutos alrededor de un 12%. Esto implica reducir gastos corrientes en más de la mitad. Se habla abiertamente de cerrar ministerios. Una verdadera embestida libertaria contra el Estado y los trabajadores.

Una propuesta igualmente dañina

Del otro lado, el acuerdo firmado por el PAC y el FA empeora un poco menos las cosas, pero definitivamente no las mejora en ningún sentido. La posición fiscal del FA con la renta global, los impuestos a Zonas Francas o el registro de accionistas, es una posición parcialmente acertada, pero combinarla con un 70% de recaudación basada en impuestos indirectos, con reducción de salarios y con una eliminación de la evasión fiscal de apenas el 0,3%, significa abrazar y hacer avanzar el neo-liberalismo, no combatirlo.

El FA se vuelve liberal no porque profese ideológicamente el liberalismo. Si estuviera defendiendo su programa de gobierno tal y como nos lo presentó en las pasadas elecciones, se encontraría defendiendo políticas de contenido progresivo. Lo que pasa es que cualquier avance de las políticas liberales, por mínimas que sean, o por más mezcladas que estén con políticas progresivas, representan un avance aunque sea menor del liberalismo. Para combatir el liberalismo, es preciso hacerlo retroceder, no ayudarlo a avanzar lentamente.

Lastimosamente, esto es incomprensible para la visión frenteamplista o progresista (centrista) costarricense. La sola existencia de la renta global a las utilidades, les hace sentir que lo correcto es apoyar el proyecto que los contiene, pero sin pensar en que ese mismo proyecto que apoyan, trae también impuestos indirectos que implican reforzar el sistema tributario reaccionario de siempre. La existencia de una lista de accionistas los asombra, pero sin pensar en que ese mismo proyecto contempla la seguridad judicial de las listas frente a los investigadores de Hacienda, sin posibilidad de acceso público real. La reducción de los altos salarios de los jerarcas los emociona, pero sin pensar que en ese mismo proyecto viene una reducción salarial de todos los empleados públicos. Patricia Mora plantea en sus intervenciones públicas en el plenario de la Asamblea Legislativa, apoyar los “pluses” basados en eficiencia que propone la diputada Sandra Piszk del PLN, una espacie de taylorismo para los empleados públicos.

Giro del PLN

El PLN había sido el aliado más cercano del gobierno PAC. A diferencia del ala más radical de liberalismo (ML y PUSC), daba su apoyo a los proyectos de ley del gobierno en materia tributaria o de fraude fiscal (el plan fiscal del gobierno PAC, de hecho, es casi idéntico al plan presentado por el gobierno anterior de Chinchilla). Pero eso cambió este 1 de mayo: los propios impuestos del plan fiscal pasaron a estar supeditados al control de gasto. Mientras hace unos meses el Ministro de Trabajo pedía un ‘acuerdo nacional’ similar al que se había dado sobre la Reforma Procesal Laboral, y ciertamente estaban cerca de lograrlo, el 1 de mayo el PLN giró hacia la posición del liberalismo radical.

El FA y el PAC en su ‘bloque progresista’ no han realizado cambio ni ofensiva alguna contra ninguna posición que no tuvieran desde antes, ni contra el liberalismo, sino que es el PLN el que se ha movido. Hace una semana decir que la posición del FA era contraria al PLN habría sido tan iluso como olvidar el voto por Celso Gamboa, compartiendo ambos partidos el apoyo a todas las medidas fiscales, de fraude fiscal, de empleo y de salarios promovidas por el gobierno. Es solo gracias al PLN que hoy el FA puede hablar de hacer ‘oposición antineoliberal’ o ‘antiderechista’.

Esto por varias razones. Tal y como en el mercado mundial, donde el G20 se divide entre fracciones moderadas y radicales de liberalismo, en Costa Rica ocurre lo mismo. El PLN históricamente tiene hegemonía sobre el aparato estatal (especialmente después de la caída del bipartidismo), lo cual lo hace condensar esas vertientes moderadas y radicales de liberalismo que luchan por el poder en Costa Rica (el arismo y el figuerismo no son más que esto, por ejemplo). Estas formas de liberalismo (radicales en el ML, moderadas en el PAC) son diferencias de grado de un mismo proyecto (no diferencias de fondo), por lo que las políticas neoliberales llevadas hasta su extremo concluyen en tesis libertarias y anti-smithianas como las de negar cualquier forma de impuestos (tal y como lo estamos viendo). Por último: en lugar del consenso mantenido hasta ahora, la división entre dos opciones antagónicas permite cooptar el descontento del 26 de abril, y especialmente a los dirigentes sindicales.

Vacío en el movimiento popular

El giro de la dirigencia del FA hacia el liberalismo es importante por su hegemonía indiscutible como la dirección del movimiento popular. Esto conduce las aspiraciones sinceras de muchas capas de la población, lastimosamente, hacia el apoyo de políticas liberales. En términos de una salida realmente progresiva, esto produce un vacío en la dirección del movimiento de masas: es el problema de la dirección. La oposición de años anteriores del FA a proyectos como el PAC-quetazo fiscal (precisamente un plan fiscal muy similar al que apoyan hoy) permitían alguna forma de oposición, pero ahora todas las políticas del Estado serán aprobadas sin resistencia alguna, precisamente por la confianza de la mayoría del progresismo en las orientaciones de los dirigentes del FA. Esto empezó a cambiar con el fiasco de Celso Gamboa, y culminó con la huelga del 26 de abril. El mayor peligro para las aspiraciones de los trabajadores y el pueblo, es olvidar que salieron a las calles no contra el acuerdo ultra-derechista del 1 de mayo (el cual ni existía todavía), sino contra los proyectos de ley que el propio FA apoyaba y está todavía dispuesto a apoyar.

Retomar las banderas unitarias del 26 y 27 de abril

Solo la huelga general indefinida puede derrotar estas políticas. Pero aún una huelga indefinida puede ser negociada y puesta abajo sin alcanzar nada (como lo fue la huelga indefinida de Patria Justa el año pasado). Solo la correlación de fuerzas de facto van a permitir una negociación o acuerdo victorioso, solo la unidad de acción y la coordinación más amplia entre organizaciones sociales van a poder sostener una lucha de manera permanente, y solo los métodos asamblearios directos van a garantizar el control de los representantes y dirigentes por parte de los trabajadores. La responsabilidad de que esa perspectiva no exista en el movimiento popular, no se debe solo a las capitulaciones del FA, sino a la marginalidad de la izquierda revolucionaria. En lugar de esperar a que las “condiciones objetivas” se den por sí solas como caídas del cielo, hay que salir a construir un movimiento.


Por Ernesto Fuertes

La huelga del 26 y 27 de abril pasados sin duda alguna son una muestra de lo que puede hacer la unidad de acción: el martes la marcha más grande, probablemente, desde la lucha contra el TLC, y el miércoles múltiples zonas y regiones del país movilizadas. Los trabajadores demuestran que son ellos quienes quieren solucionar los problemas del país, y que son los únicos que pueden hacerlo, frente a la incompetencia del gobierno. El Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (Bussco) y demás organizaciones sociales, representan una forma de unidad popular, y es solo gracias a esa unidad que se pudieron realizar acciones tan contundentes. La unidad coloca a cada uno de los sindicatos y organizaciones particulares, en oposición de manera unificada frente al poder del Estado costarricense, y esto le abre la posibilidad de lograr revertir las políticas hambreadoras que impulsa el gobierno.

¡Trabajadores!: tienen que tener claro que sus dirigentes sindicales no solo no estuvieron algunos dispuestos a salir a la huelga (como el caso de APSE), sino que se encuentran ya mismo negociando con representantes del gobierno sin que las bases sepan lo que se está negociando. Además, las cúpulas sindicales de Bussco se pelean entre sí, poniendo en peligro la unidad popular que logró convocar una huelga tan fuerte. Las negociaciones y el diálogo no son malos por sí mismos, pero mientras sean en favor de los intereses de los trabajadores. Mientras no se dialogue o negocien políticas progresistas para el pueblo, no podemos desistir de la presión callejera: ¡la presión es la única garantía que existe incluso para empezar a hablar de negociaciones favorables! A nadie le gusta tener que estar saliendo a la calle, pero las instituciones burocráticas de la democracia no resuelven los problemas del pueblo. ¡Tenemos que defender la unidad popular, y tenemos que detener cualquier negociación que vaya en contra de los trabajadores! ¡Hay que revertir las políticas que se encuentran dando vueltas en los proyectos de ley de la Asamblea Legislativa!

Compañeros de Bussco: celebramos sus esfuerzos de unidad durante la huelga, pero también tenemos derecho a la crítica independiente en defensa de los intereses de sus propios trabajadores: ¡no queremos que se rompa la unidad popular, ni queremos firmar los derechos y condiciones de vida del pueblo asalariado! ¡Queremos todavía más unidad entre organizaciones sociales y populares, y traernos abajo los proyectos salvajes del gobierno! Para esto la presión de la movilización es una precondición completamente necesaria para cualquier diálogo de contenido progresivo. Si pretenden pactar tan solo después de una jornada, están viéndolo completamente al revés. ¡Es la presión y la movilización en las calles lo que va a permitir alcanzar una victoria! Compañeros trabajadores: sus dirigentes quieren romper la unidad que logró la gran marcha del 26 pasado, y quieren negociar a espaldas de ustedes. Tenemos que demandar ya mecanismos de información y métodos asamblearios que controlen a los dirigentes y representantes, que informen a todos los trabajadores de lo que están negociando, y que sean los trabajadores los que decidan.

Sí existe una alternativa: nosotros estamos impulsando desde Organización Popular Ya (OPY) una iniciativa de unidad popular que busca precisamente eso: la unión de organizaciones que ya no luchen cada una por separado, sino que marchen unidas por políticas generales que resuelvan todas las problemáticas de una vez por todas en oposición al Estado. No es un mérito solamente del PSOCA: nos hemos reunido y hablado con diversas organizaciones sindicales, campesinas, internacionalistas, de diversidad sexual, estudiantiles, frenteamplistas, socialistas, ambientalistas, etc, para que marchemos todos juntos este 1 de Mayo a las 9 a.m. desde el Parque La Merced detrás de la manta Unidad para Luchar. Son muchas las organizaciones que tenemos los mismos intereses, y el mérito es de todos como un conjunto. Pero como Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) no vamos a permitir tácticas que pongan en peligro los objetivos de mejorar las condiciones de vida del pueblo: ¡el PSOCA es el más ferviente abanderado de que OPY, Bussco y Patria Justa, y cualquier otra instancia u organización, se unifiquen en una gran lucha conjunta contra el Estado costarricense!

Por eso proponemos: respetamos el derecho a la independencia organizativa de cada organización política, como principio básico de cualquier forma de unidad de acción (ya sea un frente, una coordinadora, o un encuentro), y eso implica que cualquier organización o individuo independiente tiene que tener plena libertad de agitación y propaganda aunque sea en contra de los miembros de su propia coordinación, frente o encuentro. Eso estamos claro. ¡Pero en el PSOCA no vamos a permitir que nadie lleve esas críticas y mezquindades sectarias al punto de la ruptura de la unidad popular que estamos intentando construir! Hay que mezclar la crítica con el diálogo, tenemos que tener puntos mínimos comunes, y puntos máximos en que no vamos a estar de acuerdo, como es normal en cualquier forma de política. Que esta sea la base táctica sobre la cual construyamos el movimiento que apenas inicia este 1 de mayo, y que necesita continuar inmediatamente después con acciones de agitación y propaganda, etc.

Y por supuesto, el contenido: insistimos en que negociar con el gobierno no es malo, pero se tiene que basar en un contenido progresivo, y no en lo ‘menos malo’. Y lamentablemente lograr ese objetivo progresivo es imposible con ninguna negociación, y solo puede lograrse a través de la presión y la fuerza social del pueblo. Invitamos al pueblo trabajador que esté preocupado por esta situación, a sumarse a nuestras campañas de agitación y propaganda el día domingo 1 de mayo con el PSOCA y los demás compañeros de OPY, y que empecemos a organizar ese movimiento unificado que es el único que puede torcerle el brazo al Estado.


Por José René Tamariz

El día viernes 22 de abril, la asamblea nacional de presidentes de bases del sindicato APSE decidió y votó por abrumadora mayoría participar de forma activa en la huelga de los días 26 y 27 de abril convocada por el Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (BUSSCO) y el sindicato ANDE. En esta asamblea se enfrentaron dos posiciones políticas-sindicales: la de la mayoría de la junta directiva nacional y otro pequeño sector del sindicato que proponían participar solamente un día de huelga y, el sector mayoritario del sindicato, que propusimos participar de forma activa los dos días de huelga, el 26 y 27 de abril. La primera posición política-sindical obtuvo solamente 88 votos, mientras que la segunda posición logró una votación, abrumadoramente mayoritaria, de más de 700 votos. ¿Por qué se produce semejante diferencia y derrota del sector mayoritario de la junta directiva nacional del sindicato? Existen varias razones. En esta nota explicamos dos razones básicas y fundamentales.

En primer lugar, el sector mayoritario de la directiva nacional, encabezada por la Presidencia y la Secretaría General, no lograron entender, comprender y hacer una lectura correcta del sentimiento, ánimo y disposición de lucha de la mayoría absoluta de las bases a nivel nacional del sindicato APSE. Los trabajadores de la educación en su conjunto se encuentran descontento y enardecidos por la ofensiva anti-trabajador contra el sector público desarrollada, impulsada y ejecutada por el gobierno de Solís en contubernio con los partidos neoliberales de la Asamblea Legislativa. Esa ofensiva anti-obrera se ha concretado en el congelamiento salarial del año 2015 y 2016; la posibilidad de aprobación en el Congreso de los proyectos de la diputada Sandra Pisk, del PLN, que congela, reduce y elimina los componentes salariales, y, el del poder Ejecutivo, que convierte la anualidad por “promoción del buen desempeño”, proyecto que, en el fondo, pretende eliminar las anualidades; las patrañas y artimañas utilizadas por las autoridades del MEP para no pagar los cursos y calificaciones anuales en el incentivo de carrera profesional; la eventual aprobación, por la vía rápida, del proyecto de educación dual; los planes fiscales, que pretenden hacer pagar el alto déficit fiscal a los empleados públicos y no a los empresarios y sus políticos que así que lo promovieron, así como una serie de políticas que atentan contra las condiciones de vida, salarial y de empleo del sector público.

En segundo lugar, toda la política de desmovilización del sector mayoritario de la junta directiva parece indicar que tienen un acuerdo con algunas autoridades del gobierno para que el sindicato APSE no participara en la huelga de los días 26 y 27 de abril. En la asamblea nacional de presidentes de bases del día viernes recurrieron a múltiples maniobras y triquiñuelas para evitar que se discutiera y votara, primero, el cambio del orden del día de la agenda y, segundo, trataron de impedir la discusión y votación de la propuesta de participación de los dos días de huelga, 26 y 27 de abril, del sindicato APSE. Para evitar esa discusión y votación recurrieron a un reportorio de falsos argumentos políticos falaces y legales falsos que, en el fondo, pretendían provocar el miedo a los rebajos salariales y despidos de los trabajadores. Sin embargo, ninguna de estas falacias logró calar entre la mayoría absoluta de los presidentes de bases que, previamente, en sus asambleas de bases ya habían decido y votado participar en los dos días de huelga. Una vez más, esta decisión y votación histórica de la asamblea de presidentes de bases del sindicato APSE demuestra que las bases han superado a su dirigencia nacional y les han enseñado como debe actuar una verdadera dirección sindical.


Por José Rene Tamariz

La Ofensiva del Gobierno Contra los Trabajadores

El gobierno de Solís ha venido avanzando rápidamente en sus planes de ajustes en contra de los trabajadores del sector público. Este es el gobierno que más ha denunciado convenciones colectivas que cualquier otro y está reduciendo y eliminando las conquistas sociales, económicas y laborales que tenían esos convenios. Asimismo, a través de sus agentes en las instituciones y empresas públicas ha impuesto el salario único, ejemplo el ICE, el BCR y otros, eliminando los componentes salariales, mejor conocidos como pluses. También, este gobierno les ha impuesto a los trabajadores del sector público, el congelamiento salarial. En la Asamblea Legislativa, se encuentran varios proyectos de ley de empleo público y de “promoción del buen desempeño” de los servidores públicos que reducen, congelan y eliminan diversos componentes salariales, los cuales podrían votarse en los próximos meses, llevando a miles de trabajadores a un proceso de empobrecimiento.

Frente a esta brutal ofensiva gubernamental y patronal, las dirigencias sindicales han mantenido una posición pasiva y de desmovilización. Sin embargo, el bloque sindical BUSSCO y ANDE han dado un paso muy importante para enfrentar esa arremetida. El Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (BUSSCO) y la Asociación Nacional de Educadores (ANDE) están convocando a un movimiento huelguístico para los días 26 y 27 de abril. Los ejes de lucha son diversos, contra el congelamiento salarial, las reformas al régimen de pensiones de la Caja Costarricense de Seguro Social y otros importantes.

Bases, Dirección Sindical y el Llamado a Huelga del 26 y 27

Este llamado a huelga de BUSSCO y ANDE está decantando las posiciones entre las organizaciones sindicales, sociales y políticas. Es importante señalar que la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE) es parte del bloque sindical BUSSCO, lo cual supondría que debería apoyar de forma clara y tajante ese llamado a huelga de ese bloque, sin embargo, la posición de la mayoría de la directiva nacional, conformada por miembros del grupo Honestidad, está opuesta a participar de ese movimiento huelguístico, a lo sumo están por participar solamente un día.

Es cierto que, en el último consejo nacional de la APSE, se votó convocar a una Asamblea de Presidentes de Bases para el día viernes 22 de abril para que sea esta instancia la que decida la participación del sindicato APSE en ese proceso huelguístico. Lo anterior no invalida que los dirigentes, ya sean nacionales, regionales y de bases, tengan sus propias posiciones a favor de participar en ese movimiento. Es incorrecto que, como dirigentes sindicales, se tenga una posición de que solamente cuando las bases decidan participar en la huelga, entonces los dirigentes nos sumamos.

Como dirigentes sindicales, nuestro objetivo y misión es educar, dirigir y orientar a las bases del sindicato de lo que deben hacer, cómo defender sus derechos y cómo enfrentar la ofensiva gubernamental y patronal contra sus condiciones de vida, salarial y de trabajo. No debemos ni podemos estar a la cola de nuestras bases. Ellas esperan de sus dirigentes orientación y dirección. Como Coordinador de la Regional 02 del sindicato APSE mi posición y llamado, desde que asumí dicho cargo en enero del 2016, ha sido que se realicen movimiento de lucha y huelga contra estos ataques del gobierno de Solís y los neoliberales. En este caso concreto, llamo a las bases de la regional 02 y a todos los apsinos, a nivel nacional, a sumarse al movimiento huelguístico del 26 y 27 de abril.

¿Se Contraponen las Negociaciones de Convención Colectiva y el Movimiento Huelguístico?

Dentro de APSE se escuchan voces y posiciones planteando que, como nos encontramos en un proceso de negociación con el gobierno de la nueva convención colectiva, no debemos realizar la huelga del 26 y 27, porque estropearían las negociaciones. Es más, el gobierno está amenazando y chantajeado a las dirigencias de los sindicatos magisteriales con esas negociaciones. Negociación y lucha, no se contradicen ni se contraponen, sino más bien que se complementan. El proceso de lucha y de huelga debe servir para tratar de imponer en la mesa de negociaciones las nuevas propuestas de reivindicaciones, derechos y conquistas a incorporar en la nueva convención colectiva. Más bien la huelga, nos fortalece en el proceso de negociación de convención colectiva.

Por un Plan de Lucha Escalonado

Este movimiento huelguístico del 26 y 27 debe ser inicio de un proceso, mucho más amplio y prolongado, de lucha a nivel nacional que detenga y derrote la ofensiva del gobierno de Solís y de los neoliberales. Como segundo paso, proponemos la realización de un Encuentro Sindical, Popular y Estudiantil en el cual participen todas las organizaciones que quieran luchar contra el gobierno de Solís. En este encuentro debe discutirse y votarse un plan y estrategia de lucha a seguir que contemple los ejes temáticos, organización, coordinación y centralización del movimiento de resistencia. Dentro de ese eventual plan, proponemos desarrollar movilizaciones y huelgas regionalizadas simultáneas; procesos de propaganda masiva; llamamiento a los trabajadores del sector privado a sumarse a los movimientos huelguísticos. Este proceso amplio y prolongado debe concluir en la convocatoria y realización de una huelga nacional indefinida que frene y derrote definitivamente los ataques del gobierno de Solís y neoliberales en contra de los trabajadores.


Por Ernesto Fuertes y Rodrigo Palacios

En la izquierda costarricense muchos hablan de la ‘unidad del movimiento popular’ y se pronuncian contra el sectarismo, publican comunicados o artículos hablando de encuentros, o de frentes de lucha, casi todos hablan de unidad de acción. Otros hablan de cómo el trotskismo es inherentemente sectario mientras ellos son ‘amplios’ y ‘unificadores’, etc. Pero en los hechos, unos y otros, no participan de las instancias de coordinación existentes. Para el próximo 1 de mayo existen ya convocatorias completamente disímiles y separadas entre sí por parte de partidos, sindicatos o bloques, sin que ninguna busque unificar la jornada de lucha.

Prevalece la dispersión

La dirigencia del Frente Amplio (FA) se jacta de ser ‘abierta’ y ‘no-sectaria’, repitiendo el mito de que los ‘trotskos’ se pelean entre sí y que se fragmentan siempre, pero en los hechos su secretario general, William Rodolfo Ulloa Bonilla, se da el lujo de atacar a Organización Popular Ya (OPY), una instancia de unidad popular precisamente conformada por grupos trotskistas, frenteamplistas y demás corrientes de activistas Las últimas actividades feministas alrededor de las manifestaciones misóginas en medios de comunicación, las luchas campesinas en defensa de los trabajadores de Exportaciones Norteñas, la convocatoria a huelga que realiza el bloque sindical BUSSCO, todas tienen como características la fragmentación, la espontaneidad y falta de planificación, la ausencia de agitación y propaganda previas, y por todo esto, convocatorias de muy escasas personas.

Algunas de ellas, es cierto que se realizan en ‘coordinación’ y unidad de acción, pero la espontaneidad hace que muchos grupos y sectores queden por fuera: se convocan a reuniones de un día para el otro, o incluso el mismo día tan solo horas antes de realizarse, por lo que las coordinaciones resultan algo así como extensiones de las propias organizaciones exclusivas que convocan, y no una coordinación real. Con esto se crea la ilusión de que se está haciendo unidad de acción o que se está dirigiendo un movimiento, pero en realidad se lo está fragmentando, debilitándolo, y se está simplemente en la retaguardia siguiendo la marcha de los eventos. Lo mismo está ocurriendo con la organización de la marcha del 1 de Mayo, convocada por separado de Patria Justa y BUSSCO.

Mientras la izquierda y el movimiento popular se divide, las distintas fracciones y partidos burgueses se enfrentan duramente desde las alturas de la política costarricense, pero todas se mantienen unidas alrededor de la necesidad de liberalizar más la economía: el ML o el PUSC buscan una liberalización más radical de la que buscan sectores del PLN o el PAC, por ejemplo, pero todos buscan lo mismo en un “frente” común a través del Estado. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo del movimiento popular y obrero de Costa Rica: mientras unos se organizan por un lado y otros por el otro, separados entre sí, el Estado se vuelve más fuerte y puede derrotarnos uno a uno. Mantener esta situación en la que está sumergido el movimiento popular representa entonces una reaccionaria política de apoyo activo a las políticas burguesas del Estado. Pero eso no quiere decir que no existan alternativas.

La OPY es una alternativa

En los hechos ya existe una instancia de unidad de acción del movimiento popular, pequeña todavía, pero es una realidad: Organización Popular Ya (OPY). En dicha instancia participan grupos como el Partido Obrero Socialista (POS) o el Partido Revolucionario de las y los Trabajadores (PRT), además de la diputada del Frente Amplio (FA) Ligia Fallas, activistas independientes, etc. Como dijimos en un artículo anterior a inicios de este año: “OPY es una de las pocas instancias de coordinación que unifica distintos sectores del movimiento popular costarricense. Tal y como lo decíamos acerca de la coordinadora de Solidaridad con Hacienda La Luisa [en la que participaban el Partido de los Trabajadores, el Nuevo Partido Socialista, y sindicatos de Bussco], representa el germen de la salida del economicismo y el sectarismo en el movimiento popular costarricense. ¡Celebramos la existencia de OPY, y ojalá existieran más instancias de coordinación que unifiquen al movimiento popular!”

OPY y la marcha del 1 de Mayo

Y es que su importancia no es poca: actualmente OPY está proponiendo precisamente la unidad de todos los sectores para el 1 de mayo. ¿Significa simplemente una especie de “unidad abstracta” de unirse simplemente por el hecho de unirse? No, su importancia está en que todas las demandas de los movimientos sindicales, de los movimientos campesinos, de los movimientos estudiantiles, etc, puedan pasar de las demandas parciales y particulares de cada uno, a demandas políticas generales que solucionen los problemas de todos los sectores. Es imposible defender los salarios y beneficios de los trabajadores si existe un déficit fiscal, es imposible defender los derechos campesinos si no existe una reforma agraria progresiva, es imposible aumentar los presupuestos a la educación o de la CCSS si existe un sistema tributario regresivo, etc. Todas las necesidades particulares de cada sector del pueblo están conectadas entre sí, y necesitan soluciones no solo económicas, sino políticas, que garanticen el cumplimiento y la victoria de los intereses de los trabajadores y demás sectores populares.

Además, la acción conjunta de todas las organizaciones permite que la agitación y la propaganda pueda desarrollarse a un nivel mucho más amplio, abarcando más sectores y de manera planificada, lo cual ayudaría a tener convocatorias mucho más amplias para las acciones de movilización o de información, y golpear con mucha más fuerza al poder del Estado. Por esto la sección costarricense del PSOCA se ha sumado en los hechos al trabajo a través de OPY, además del trabajo que realiza cualquier otra instancia de unidad de acción en la que podamos participar (como la Coordinadora de Solidaridad con el Sur acerca de los campesinos de Chánguena, o del Movimiento de solidaridad con los pueblos indígenas alrededor de los recientes ataques en Salitre, Térraba y Cabagra, etc).

Las propuestas del PSOCA

Las propuestas que está levantando el PSOCA son fundamentalmente las siguientes: 1) que se convoque al 1 de mayo como una Gran Jornada General de Lucha. ¡Pueden haber convocatorias separadas, pero para nosotros es la misma lucha! 2) Que la coordinación que se logre llevar a cabo para el 1 de mayo vaya más allá de solo actividades exclusivas para ese día, y se constituya en una instancia de coordinación permanente.

El punto 1) nos permite organizar una columna para el 1 de mayo, que demuestra su compromiso con la unidad de acción de todos los sectores en busca de la derrota de las políticas económicas neoliberales del Estado costarricense.

El punto 2) nos permite que esa lucha se dé ya no solo para una sola jornada, sino que realice actividades de agitación y propaganda planificadas y sistemáticas (en lugar de espontáneas y aleatorias), y se sumen cada vez más sectores a dicha campaña, haciendo que crezca la cantidad de personas involucradas, y se forme un movimiento popular que golpee de manera unificada.

BUSSCO y Patria Justa deben marchar unidos

Todos los pliegos de peticiones tanto de la huelga de BUSSCO, como la marcha del 1 de mayo de los distintos sindicatos de Patria Justa, así como las actividades desarrolladas por OPY y, en general, todas las organizaciones preocupadas por realizar una gran jornada para el 1 de mayo, debemos unificar esfuerzos para lograr la reversión de las políticas que está impulsando a toda máquina el gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) y el resto de partidos burgueses y cámaras empresariales de Costa Rica. Aunque marcháramos por separado, pero con las mismas reivindicaciones, podríamos hacer retroceder y derrotar al Estado mismo en sus intenciones de poner a pagar a los trabajadores de la ciudad y del campo, y los sectores populares en general, por el costo de la crisis económica en la que se encuentra el país.

La ley de fraude fiscal, la reforma procesal laboral, la educación dual, el plan fiscal, la ley de empleo público y de beneficios a los salarios del sector público, así como las luchas por la tierra campesina, la falta de sindicalización en el sector privado, la discriminación sexual o de género, etc, todos forman parte de uno y el mismo proceso: la extirpación de las condiciones de vida y los derechos fundamentales de la ciudadanía y la población, por parte del poder político del Estado.

Nunca es tarde

La importancia de que nos juntemos distintos sectores sindicales, políticos, internacionalistas, etc, es que esto nos obliga a salir de las consignas particularistas a la que estamos acostumbrados desde cada sector, y plantear soluciones generales que solo pueden resueltas posicionándonos con respecto al poder del Estado. Es decir, si la defensa de salarios, de tierras, de presupuestos, solo puede ser resueltas por políticas generales como la solución del déficit, el sistema tributario, la reforma agraria, los aumentos salariales y el empleo, etc, entonces estos últimos puntos nos colocan en un plano que se sale de la simple oposición a cada uno de los patrones o autoridades por separado, y nos coloca en oposición directa frente a las políticas del Estado costarricense.

Y es al Estado costarricense al que tenemos que derrotar para que detenga su máquina de proyectos legislativos que van en contra del pueblo, y obligarlo a desarrollar las políticas que demanda el pueblo. El 1 de mayo tiene que ser el inicio de un proceso que construya un movimiento capaz de realizar esa tarea en Costa Rica.

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