Por Nicolás Le Brun

La revolución de las masas árabes  del Norte de África y del Medio Oriente viene a representar uno de los puntos álgidos del movimiento de masas en los últimos años. Este hecho pone de nuevo en el tapete de la discusión muchos fenómenos de la lucha de clases y del programa y principios del marxismo revolucionario.

Uno de ellos es que la movilización revolucionaria de las masas es la única forma de poder deshacerse de la dominación de los gobiernos que bajo diferentes formas y grados, explotan a los trabajadores y el pueblo.

Este estallido tiene inquieto al imperialismo, que se ha apresurado a tratar de restablecer el orden por medio del maquillaje democrático a los moribundos regímenes. Los casos de Túnez y Egipto son el ejemplo.

Sin embargo, la revolución libia le puso enfrente otro escenario, el de la guerra civil. Las masas armadas que tumban a los gobiernos genocidas y dificultan  la maniobra de la reacción democrática.

El imperialismo se juega por mantener el equilibrio en la región

Los llamados de las potencias imperialistas condenando la represión del régimen de Bashar Al Assad no pueden prestarse a confusión.

En primer lugar, Al Assad ha jugado un papel importante para controlar por la fuerza a la mayoría sunita de su país, sobre todo en el contexto de la intervención de las fuerzas de la coalición en el 2003.  Las contradicciones con el imperialismo no nos deben llevar a sacar falsas conclusiones, forma parte del nuevo reacomodo de fuerzas en el Medio Oriente y el papel  que, como potencia, busca tener Rusia.

Este último país mantiene una larga cooperación con el régimen sirio debido a la gran cantidad de dinero que representan las transacciones entre los dos países, sobre todo en la materia de armas. Los sirios han comprado en los últimos años cerca de 4 mil millones de dólares en armamento  y sólo en el 2010 compraron 700 millones.

Pero no menos importante para los rusos es la única base naval que tienen fuera de los antiguos países miembros de la Unión Soviética. La base de Tartús es de vital importancia para los intereses rusos en el área.

A lo largo de los años ha existido un estira y encoje en las relaciones entre Siria y Occidente. Entre los últimos acercamientos con las potencias de occidente se encuentra la iniciativa lanzada por Sarkozy para crear esta comunidad del Mediterráneo que le hizo coquetear con todos los gobiernos del área. El documento de la UE es claro y elogioso con el régimen de Damasco.

 “Los objetivos estratégicos de la cooperación de la UE con Siria es en beneficio recíproco de la UE y Siria para estrechar las relaciones. Siria es un factor clave en la estabilidad regional y desempeña un papel fundamental como país de tránsito entre la UE y Oriente Medio. Siria y la Unión Europea han privilegiado los lazos culturales y un importante potencial para ampliar las relaciones económicas. Por su cooperación, la UE también ayudará Siria en sus esfuerzos por mejorar el bienestar de su pueblo. Para el período 2007-2013, el objetivo se basará en los logros y las lecciones de Cooperación anterior y Siria para prepararse para la plena participación en la política Europea de Vecindad, a medio plazo. Sin querer establecer el ritmo de las reformas en Siria, el compromiso financiero de la UE aumentará gradualmente y dependerán de los “avances”. (Instrumento europeo de vecinaje y asociación y la República Árabe de Siria).

A pesar de las sanciones establecidas por el gobierno de George W. Bush contra Siria, en el año 2009 se re establecieron las relaciones sirio-estadounidense.

La lucha contra el régimen se intensifica

Las movilizaciones al estilo de las que llevaron a cabo los vecinos países de Oriente contra los regímenes fueron cambiando de forma a lo largo de este año que lleva el proceso de lucha.

Poco a poco, las deserciones en el ejército se han venido dando. Sin embargo la médula del mismo no se ha partido y parece que esto es difícil en la coyuntura actual. La estructura del ejército se basa fundamentalmente en la minoría alauita, la misma a la que pertenece el presidente Al Assad. Además, las minorías drusas y cristianas mantienen hasta el momento su  apoyo  al régimen.  

Las informaciones no son claras en cuanto a la cantidad de miembros del Ejército Libre Sirio ni de su presencia en el enfrentamiento a lo largo del territorio nacional. Sus dirigentes afirman tener cerca de cuarenta mil miembros, pero otras fuentes no calculan más de veinte mil.

Esto no impide al régimen de intensificar también la represión. Las víctimas se calculan en más de 6,000 personas y la cuenta no acaba.

Sin embargo todo este sacrificio llevado a cabo por las masas sirias no parece tener relación con la política de la dirigencia del CNS que busca por todos los medios  llegar a un acuerdo para poder realizar una transición “pacífica” del régimen.

Una salida como la de Egipto, donde los resultados de la farsa electoral llevada a cabo por los militares no han podido evitar que las masas sigan demandando reformas de fondo al régimen castrense.

Tanto el imperialismo como la misma oposición saben que la radicalización de la lucha no  conviene a sus intereses. La estabilidad de la zona es crucial sobre todo en el marco de una posible intervención militar en Irán.

La reciente y fracasada misión de la Liga Árabe sirvió para mostrar la verdadera cara de los gobiernos árabes, que buscan taparse todos con la misma cobija. No van a alentar a la oposición ni a las masas en lucha porque eso sería como afilar el cuchillo que les cortaría su garganta.

Las masas sirias deben armarse para derrocar al régimen

La revolución libia mostró el camino. Las masas se armaron y fueron provocando poco a poco la caída del gobierno de Gadafi hasta arrinconarlo y ajusticiarlo. Ya las masas sirias han ido progresivamente en esa vía. Las colectas para comprar armamento se hacen en muchas de  las zonas donde hay enfrentamiento.

Pero esta tarea necesita de la más amplia solidaridad internacional y sobre todo de la más amplia unidad de los pueblos en lucha, para evitar que las hábiles maniobras de los imperialismos norteamericano y europeo neutralicen la movilización de las masas y coloquen la lucha bajo el control de la oposición moderada pro-occidental.

Los intereses de Rusia y China en el veto sobre siria

El centro de la insurrección contra la dictadura de Bashar al Assad es la ciudad de Homs, la cual ha sido bombardeada y reprimida violentamente por las fuerzas de seguridad. La Liga Árabe formó una comisión internacional de observación que en realidad no logró para la matanza del régimen.

La Unión Europea y los Estados Unidos derramaron lágrimas de cocodrilos por las victimas de la represión en Homs, pero en la práctica no han hecho absolutamente nada por socorrer a las victimas de la represión ni por ayuda a las masas insurrectas. Los países imperialistas centraron su política en intentar obtener cambios graduales, que no desestabilizaran la región del medio oriente, a través de una posible resolución de condena del Consejo de Seguridad de la ONU, que terminaría aislando y presionando a Bashar Al Assad, pero la resolución de condena terminó siendo vetada por Rusia y China el pasado 4 de febrero. Es la segunda ocasión que Rusia y China vetan una resolución sobre Siria.

Rusia tiene intereses muy particulares en Siria que comprenden no solo la base militar en el puerto de Tartus, sino el hecho que es un estado muy cercano a las fronteras de Rusia, específicamente a los Estados de Georgia y Azerbahian.

Actualmente existe un conflicto cada vez más abierto entre el naciente imperialismo ruso y los Estados Unidos. La administración de Barack Obama resucitó el programa antimisiles de la “Guerra de las Galaxias”, pero ahora bajo la forma de un escudo antimisiles en contra de Rusia, lo que ha generado tensiones entre ambas potencias imperialistas.

El área de influencia de Rusia se ha venido reduciendo con los cambios políticos en Medio Oriente. La caída abrupta del régimen de Bashar Al Assad, tradicional aliado de Rusia, reduciría aun más esta pequeña área de influencia rusa.

Además habría que agregar la existencia de una fuerte comunidad kurda en Siria. Los kurdos son una nacionalidad dividida y desparramada por una conspiración imperialista, en varios Estados: Turquía, Rusia, Irak, Irán y Armenia. El derrocamiento de la dictadura de Bashar Al Assad reavivaría el sentimiento nacional de los kurdos a reunificarse en su propio Estado.

Rusia apoya tecnológicamente el programa nuclear iraní, y no es descartable que termine negociando a su aliado iraní, si logra llegar a un acuerdo aceptable con Estados Unidos sobre el retiro del escudo antimisil que la OTAN ha comenzado a desplegar. Por el momento, la firmeza de Rusia en la defensa de sus áreas de influencia, han oxigenado al régimen sirio.

Con su veto, Rusia y China pretendieron evitar el derrocamiento revolucionario de la dictadura de Bashar Al Assad, y presionan en sentido contrario por una transición ordenada, es decir, quieren evitar la destrucción del ejército y los aparatos de seguridad.

Liu Weimin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, explicó el veto: "pedimos a todas las partes implicadas que cesen la violencia en Siria, eviten causar víctimas civiles inocentes, restauren el orden en el país lo antes posible, y respeten la razonable solicitud del pueblo sirio de reforma y salvaguarda de sus propios intereses".

Al igual que Rusia, China, como potencia capitalista e imperialista emergente, luchan por mantener áreas de influencia, aunque con ello enfrenten la política del amo mayor: el imperialismo norteamericano.

Mientras tanto, las masas sirias son masacradas, como lo fueron en su momento los chiitas durante su rebelión en 1991.

Nicolas Le Brun

Nuevamente las tropas, la aviación y la marina de la mayor potencia militar del planeta, los Estados Unidos de América y sus socios menores de la Unión Europea se aprestan para intervenir en otro país del Medio Oriente bajo el pretexto de detener el programa nuclear iraní, calificado de peligroso para los intereses de las potencias occidentales.

En el momento de escribir el presente artículo, la Unión Europea empezaba a adoptar un embargo de las importaciones petroleras iraníes que representan casi el  25% del petróleo consumido en el conjunto de la Unión. Esta merma de 600 000 barriles, de los 2 600000  que importan los europeos van a tener sin la menor duda una repercusión en el costo de los combustibles. Este embargo entraría en vigor a partir de julio próximo. Además también se aprestan a congelar los fondos de la Banca Central Iraní en el continente.

Esto se une al nuevo embargo impuesto desde el 1º de enero por el presidente Obama a los mismos fondos, uniéndose al Reino Unido.

De esta forma buscan que el dinero obtenido por la venta de petróleo tenga más dificultades para entrar al país y fragilizar la ya débil economía iraní. Esto implicaría una escalada en el costo de la vida como producto de la debilitación del rial, la moneda local a niveles parecidos a los sufridos durante la guerra fratricida entre Irán e Irak.

El régimen iraní piedra en el zapato del imperialismo

Pero el embargo no es algo nuevo para los iraníes que afrontan uno de los más salvajes impuestos por los Estado Unidos, comparable con el que ha sufrido durante casi 50 años la economía cubana.

Hay que recordar que Irán es parte de la lista de la Secretaría de Estado como país que promueve el terrorismo, forma parte del denominado, por el ex presidente Bush hijo, “Eje del Mal”

Antes de esta inclusión en la lista, los yanquis ya habían tomado acciones para tratar de deshacerse del régimen islamista iraní, producto de una revolución que derrocó a la monarquía del Sha Reza Palevi impuesto en los años 50. El Sha gobernó con métodos dictatoriales, reprimió con ferocidad a la clase trabajadora bajo el pretexto de la infiltración comunista. Este país fue durante muchos años una base militar norteamericana que permitía crear un colchón de seguridad contra la antigua Unión Soviética y además garantizar el control sobre el preciado oro negro iraní.

Durante casi una década se desarrolló de una sangrienta guerra entre Irak e Irán. El después caído en desgracia, Sadam Hussein, lanzó una ofensiva apoyada por los Estados Unidos y Arabia Saudita para derrotar el régimen iraní. Después de este tiempo y debido a la imposibilidad de derrotar la revolución islamista, la táctica varió.

Desde el año 1995, los Estados Unidos ha impuesto sanciones contra las compañías que  contempla varias medidas.

Todas las actividades comerciales, transacciones financieras y de inversión con Irán dirigida por "personas de EE.UU." ,incluidas las sucursales en el extranjero, , donde se encuentra la última, son prácticamente prohibidas desde 1995.

Esta prohibición incluye las exportaciones, el suministro directos e indirectos de los productos, tecnologías y servicios a una persona en un tercer país, cuando estos productos están específicamente establecidas en él (o si el exportador tiene razones para creer) que sean utilizados e incorporados en los productos, tecnologías y servicios para la reexportación a Irán o de tránsito.

Sin embargo, la reexportación desde un tercer país por una persona que no sea "persona de los EE.UU." está permitido en dos casos:  si los productos, tecnologías y servicios han sido sustancialmente transformados en un producto fabricado fuera de los Estados Unidos o en caso de que se incorporen a un producto fabricado fuera de los Estados Unidos y que su valor agregado es menor que el 10% del valor total del producto extranjero.

Estas sanciones también causaron algunos conflictos comerciales con sociedades francesas con inversiones en Irán. Para evitar las sanciones, la Unión Europea empezó a cantar “el mismo son” que sus socios yanquis. A partir del año 1997, la Comisión Europea acordó también aplicar sanciones y unirse a la lucha contra el “terrorismo” y la proliferación del mismo. Así adoptaron seguir la corriente c y  evitar el castigo de los estadounidenses.

La cuestión islamista y el programa nuclear iraní

Uno de los pretextos de las potencias occidentales es que los regímenes islamistas son opuestos a los principios democráticos occidentales y que por ende tienen la autoridad moral para luchar por los “derechos humanos” según su óptica.

Además, argumentan que el desarrollo del programa nuclear iraní puede terminar en la fabricación de la bomba atómica, un peligro para los intereses imperialistas en la zona.

Para los socialistas revolucionarios es importante encuadrar los análisis desde la óptica del materialismo histórico y no desde el fetichismo de los conceptos de democracia y derechos humanos manoseados por la burguesía y sus acólitos.

El movimiento islamista ha venido a ocupar un lugar protagónico en muchos países del mundo árabe como una distorsión de la lucha anti imperialista. Las potencias imperialistas se han repartido las zonas de influencia durante más de un siglo. Los pueblos árabes han sido desmembrados y enfrentados entre sí. El trazado de las fronteras, la creación de estados fantoches en la zona ha sido parte de la táctica  primero de las potencias europeas vencedoras de la Primera Guerra Mundial y después de los Estados Unidos, luego de la victoria de la Segunda Guerra que le permitió asumir el rol de potencia hegemónica en el mundo.

Sin embargo estos movimientos se han quedado en reivindicaciones nacionalistas y en lugar de desarrollar los procesos de liberación, se han convertido de control y estrangulamiento de las aspiraciones de las masas árabes. Ya la historia ha dado múltiples ejemplos, desde Nasser en los años 50 que claudicó en la lucha contra el sionismo, el defenestrado Gadafi que empezó con un discurso radical para luego convertirse en un acólito más.

La revolución islamista en Irán ha sido un caso del mismo tipo. Las masas siguieron la dirección de los Ayatholas pero esta burguesía nacionalista también ha actuado en consonancia a sus intereses de clase. La represión al movimiento sindical y la pérdida de las libertades democráticas básicas han sido un hecho.

La creación de capas privilegiadas por el régimen como la Guardia Revolucionaria también pone cuesta arriba las aspiraciones de las masas para liberarse del yugo de la explotación. Este organismo militar es el que controla el mercado negro que ha proliferado como producto del embargo. Además en caso de endurecerse ele embargo son los que se beneficiarían de los intercambios comerciales para enfrentar el congelamiento de fondos del BCI, debido a la enorme participación de estos en empresas de diverso índoles.

En el caso del programa nuclear, es una cuestión estratégica para el imperialismo que tiene el mayor arsenal nuclear y no puede permitir que en el área un gobierno hostil tenga este artefacto de destrucción masiva. Sin embargo este es un pretexto tan poco creíble como las famosas armas de destrucción masiva que según los gringos, europeos incluidos, decían que tenía Sadam Hussein.

El programa nuclear iraní ha venido siendo saboteado por las agencias de seguridad y espionaje yanquis y sionistas que mediante métodos terroristas han eliminado, secuestrado y desaparecido a varios de los científicos del programa.

Obama sigue los pasos de los Halcones de Bush

Muchos políticos reformistas alentaron la falsa expectativa que con la ascensión de Obama al poder habría un cambio en la política exterior de los Estados Unidos.

La realidad es otra. La “nueva” doctrina de una guerra a la vez, pero con el ojo puesto en los intereses estratégicos de la burguesía yanqui alrededor del mundo. Es decir aplicar la fuerza para mantener la explotación y el saqueo de los recursos naturales donde sea que éstos se encuentren.

También han muchos que han creído que el retiro anunciado de las tropas en Irak y Afganistán  implicaría un cambio en la política intervencionista también se equivocaron. El imperialismo busca concentrar sus fuerzas para intervenir en Irán a sabiendas que puede ser un conflicto de mayor envergadura.

El bloqueo y el embargo son medidas para provocar el desgaste de la población y garantizar que un sector no intervenga en la resistencia en contra de la fuerza invasora. También Obama busca contar con el apoyo de toda la coalición de la misma manera de la intervención en Afganistán.

Irán cada vez más acorralado amenaza con cerrar el estrecho de Ormuz paso estratégico por donde circula el grueso de la producción mundial de crudo. Además cerca se encuentran importantes yacimientos, amén de bases militares de las potencias de la OTAN a unos cuantos kilómetros. La 6ª flota yanqui está acantonada cerca en el Mediterráneo.

Este escenario es el mismo de la intervención en el vecino Irak a principios de la década pasada.

Los socialistas revolucionarios llamamos a la movilización en contra de estas medidas de embargo y bloqueo imperialista. Estamos a favor de la defensa de la soberanía del territorio iraní y en caso de intervención llamaremos a luchar del lado del campo militar iraní sin ninguna duda.

Sin embargo estaremos por la movilización revolucionaria de las masas para que estas puedan enfrentar a la banda de piratas y mercenarios del imperialismo, no con la política del régimen.

Por Nicolás Le Brun

Durante el año 2011 una insurrección de las masas de los países árabes empezó a extenderse desde Túnez hasta el territorio sirio. Las potencias imperialistas empiezan a realizar hipócritas llamados “pro democracia”, cuando como en casi todas las ocasiones, los regímenes y los gobiernos, han sido el resultado de su imposición y  estos gobernantes han actuado hasta hace poco con el beneplácito de las mismas.

La primavera árabe se expande

La primavera árabe es el resultado de varios factores, entre ellos la gran crisis económica desatada en 2008 que debilitó enormemente a los países productores de petróleo como resultado del aumento en el desbalance comercial. Los precios de los productos manufacturados y los alimentos se encarecieron. Estos países ricos en petróleo, en su conjunto son dependientes de los bienes producidos por los países imperialistas así como de los granos básicos y otros alimentos.

Por otro lado la degradación de las ya deterioradas condiciones de vida de las masas árabes. El desempleo y el costo de la vida aumentaron en forma vertiginosa. Los gobiernos aliados de las potencias occidentales, gozan y/o gozaban de enormes privilegios como producto de sus negocios con estos países. Los clanes familiares se meten en los bolsillos la mayor parte de los ingresos. Cada una de las dictaduras que han caído ha dejado al descubierto los enormes “patrimonios familiares” y sus tentáculos con la banca y la bolsa de la Unión Europea y los Estados Unidos.

La chispa que se inició en Túnez rápidamente se expandió a otros países con resultados diferentes.

En Túnez y Egipto, la reacción democrática pudo garantizar una transición relativamente calma para mantener las condiciones de explotación y los intereses de las compañías extranjeras que tienen una gran cantidad de inversiones en esos países.

En ambos países, los grupos musulmanes “moderados”, como los hermanos Musulmanes en Egipto y el partido Ennahdha  en Túnez, lograron por medio de alianzas con el régimen y el imperialismo contener la insurrección y con base en promesas demagógicas ganar la Asamblea y el Ejecutivo.

Sin embargo el equilibrio sigue siendo frágil. Aunque sectores de las masas han sido ganados para la política de reacción democrática, una vanguardia sigue desafiando a los regímenes. Es decir, la misma mona con diferente vestido, cambiar todo para que todo siga igual.

Estas revoluciones democráticas carecen, hasta donde conocemos, de una vanguardia revolucionaria que tenga un plan que lleve más allá las reivindicaciones de los pueblos y cuestione el poder a la burguesía local y por ende al imperialismo que controla los recursos naturales por medio de sus transnacionales.

El caso de Libia fue todavía más dramático, la insurrección que tumbó al régimen lo hizo por medio de métodos de guerra civil. El régimen de Gadafi se fracturó como producto de las contradicciones internas. La intervención de la aviación de la OTAN marcó una pauta. Apostó a la insurrección para obtener de nuevo el control de los ricos yacimientos petroleros libios.

Esta onda expansiva empezó a tocar a Siria desde el año pasado y la situación se ha vuelto cada vez más álgida y más compleja.

El mosaico sirio

Como todos los países del denominado Tercer Mundo, Siria ha sido objeto en la historia reciente de innumerables intervenciones de los países imperialistas, que en sus diferentes épocas de dominio han modelado el panorama geopolítico que vemos ahora.

Durante casi 30 años de dominio francés sobre el territorio sirio, bajo un protectorado, los franceses mantuvieron el control a sangre y fuego, como resultado de la derrota del  Imperio Otomano luego de la Primera Guerra Mundial. La guerra imperialista repartió como botín de guerra los antiguos dominios turcos y los franceses se hicieron de Siria y el Líbano, unificados en ese momento.

Luego, para asegurar la gobernabilidad sobre las nuevas conquistas, Francia y Gran Bretaña movieron sus fichas y sus tropas para asegurar la balcanización de los antiguos dominios turcos e impedir la reivindicación histórica de una gran nación árabe unificada en el Medio Oriente desde la Península de Arabia, incluyendo Siria, Líbano, Irak y Jordania pero también Egipto y el Maghreb. Esta aspiración es contraria a los intereses imperialistas sobre todo por el aspecto energético. La división evidentemente  favorece  a los bandidos imperialistas que han promovido conflictos regionales y trazado las fronteras con regla y compás  dividiendo etnias y favoreciendo a unas en detrimento de otras para asegurar más la zona.

Siria fue de nuevo dividida en los años 20, luego de un intento de independencia y los franceses alentaron la división del territorio otorgando una República bajo la tutela de la minoría maronita pro francesa.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, una nueva rebelión se produce siendo de nuevo salvajemente reprimida. El general de Gaulle envía la aviación para que bombardee Damasco, pero no puede detener la insurrección que logra la victoria en el año de 1946.

A partir de ese año, los golpes de estado y las divisiones internas como producto de lo  expuesto anteriormente opone a la minoría aluita de profesión chiita en contra de la mayoría sunita. La mayoría de los estados del Medio Oriente mantienen el mismo conflicto que ha sido alentado por el imperialismo como mecanismo de  privilegiar a una minoría para que oprima y así obtener los mayores beneficios.

La insurrección contra Bachar el Assad

El régimen de partido único instaurado en 1970 por el padre de Bachar,  Hafez el Assad toma el poder por  medio de un golpe de estado, para asegurar al partido Baas, en el poder desde mediados de los años 60 y poder decantarse de los elementos denominados extremistas.

Luego de las derrotas en contra del ejército sionista, la pérdida de las alturas del Golán y posteriormente las invasiones sionistas al Líbano, el régimen ha perdido credibilidad.

Los métodos de dictadura de partido único y la contribución para mantener al máximo el estatus quo en la región ha hecho posible que el partido Baas y la camarilla de los Al Assad permanezcan en el poder, apoyados por una poderosa fuerza armada.

Las recientes movilizaciones han hecho que la estructura de instituciones fundamentales como el ejército se resquebraje. Este movimiento que empezó con manifestaciones pacíficas se ha transformado en una guerra civil. Varias ciudades se han visto sitiadas y las movilizaciones reprimidas con armas pesadas.

La oposición siria se encuentra dividida en alas que incluyen a los pro-imperialistas que buscan desesperadamente una alianza con la OTAN. Estas se encuentran representadas por CNS (Consejo Nacional Sirio) dentro del cual está el ala armada del Ejército Libre Sirio. Estos proponen, a través de su dirigente el coronel Rijad Al Asaad que “se dé una protección internacional, una zona de exclusión aérea y golpes sobre objetivos estratégicos” Asimismo el presidente del CNS, Burham Ghaliun propone la “creación de un corredor humanitario”, la misma formulación que proponía días antes de esta declaración el ministro de Relaciones Exteriores francés Alain Juppé. Los miembros del CNS son en su mayoría partidos islamistas como los Hermanos Musulmanes, los cuales ya le han servido bastante a los intereses de la reacción democrática en la zona.

La otra organización de la oposición es el CNCD, el Consejo Nacional por un Cambio Democrático. Esta organización se opone a la presencia de la OTAN por considerarla “una instancia de dominación”. Sin embargo no descartan la ayuda humanitaria en el ámbito de la “defensa de los derechos del hombre”.

Ambas organizaciones intentaron  llegar a un acuerdo, pero no fue posible debido a las grandes diferencias entre las dos.

La reciente misión de la Liga Árabe no ha hecho más que demostrar el interés de las burguesías árabes en mantener el régimen al máximo y garantizar una transición moderada para no desestabilizar más la región.

El medio Oriente, una papa caliente para el imperialismo

Esta zona no solamente es rica en petróleo, sino que es la principal ruta de abastecimiento de petróleo. La creación del Estado Sionista de Israel cumple con el rol de contención y de cabeza de playa para golpear las aspiraciones de las masas árabes a su independencia total.

La reciente crisis con Irán pone de manifiesto esta situación tan polarizada que hace que la intervención por parte de la OTAN en el conflicto sirio esté descartada por el momento. El secretario general de la OTAN Andres Rasmunssen declaró que “Mi respuesta es muy simple, la OTAN no tiene ninguna intención de intervenir”.

En la guerra entre Irán e Irak, promovida por los Estados Unidos para desangrar la recién triunfante revolución islámica a través del defenestrado Sadam Hussein, el gobierno sirio apoyó a Irán. Dentro de este contexto una intervención o bien una desestabilización mayor en la zona pondría en dificultades el objetivo del imperialismo, que es deshacerse del régimen de los Ayatholas con la excusa del programa nuclear iraní o bien el bloqueo del estrecho de Ormuz.

Las masas tienen la palabra

Las masas árabes han señalado el camino, su dirigencia ha hecho todo por contener el proceso de revolución que amenaza las burguesías locales y los intereses imperialistas.

Por eso los socialistas estamos a fondo con las masas y a favor de la caída revolucionaria de estos regímenes impuestos por el imperialismo que no han hecho más que enriquecerse de la misma forma que lo hacían las dictaduras centroamericanas como los Somoza o la oligarquía salvadoreña.

Es una tarea titánica que pasa por la derrota de estos regímenes y por la expulsión de los ejércitos imperialistas afincados en toda la zona.

 

Reuters/EP

Los controladores aéreos de Libia han protagonizado una huelga este martes para expresar su descontento con el nombramiento del nuevo gestor, lo que ha afectado, principalmente, a los vuelos con partida y destino en la capital, Trípoli, según han informado a Reuters fuentes de aviación.

La huelga ha afectado a los vuelos con partida y destino en Trípoli (noroeste), Benghazi (este) y Sabha (sur). Aunque se desconoce el número exacto de vuelos que han sido desviados o cancelados, estas fuentes apuntan a que en su mayoría eran vuelos internacionales.

El comandante de la milicia que controla el Aeropuerto Internacional de Trípoli, Mujtar al Ajdar, ha informado de que hasta las 16.00 horas (15.00 horas en España) no se ha permitido despegar ni aterrizar a los vuelos civiles.

"Un avión de una aerolínea tunecina que estaba llegando a Trípoli no ha podido aterrizar. La torre de control le ha dicho al piloto que se desviara a Djerba, en el sur de Túnez, cerca de la frontera con Libia", ha señalado a modo de ejemplo.

Por su parte, el director de la Autoridad de Aviación Civil de Libia, Abdelrezzaq Zaatout, ha criticado que los controladores aéreos no han avisado de la huelga con las 72 horas de antelación exigidas por ley, lo que ha agravado su impacto.

Finalmente, los controladores han decidido deponer la medida de fuerza y volver a sus puestos de trabajo después de llegar a un acuerdo con el gestor. "Sus demandas serán atendidas", ha dicho Zaatout, aunque ha rehusado concretar en qué consisten.

El mes pasado, la aerolínea estatal tunecina suspendió sus vuelos a Trípoli después de que un grupo de manifestantes armados tomara el aeropuerto de la ciudad libia de Mitiga. Además, Túnez ha cerrado sus pasos fronterizos con Libia debido a la incapacidad de su vecino de controlar a las milicias armadas.

Desde la captura y muerte del líder libio Muamar Gadafi, ocurrida el pasado 20 de octubre, el país intenta recuperar la normalidad, también en la actividad económica, después de ocho meses de guerra civil. A pesar de los esfuerzos de las autoridades interinas, el caos sigue presente, especialmente en el sector de los transportes.

Por Rod Nordland, New York Times

Trípoli, Libia - El gobierno interino de Libia dijo que planea comenzar a traer las milicias irregulares rebeldes bajo control del gobierno, ya sea a la disolución o incorporación a la policía regular y las fuerzas militares, dijo Ali Tarhouni, el vicepresidente de la junta directiva de los rebeldes.

Tarhouni, el oficial rebelde de más alto rango en Trípoli, la capital, hasta el momento, anunció la formación de un Comité Supremo de Seguridad de los funcionarios civiles y líderes de la milicia, que tomaría el control de todos los asuntos de seguridad en Trípoli. Dijo que había sido nombrado su presidente.

 "Nos pusimos de acuerdo, en principio, que la protección de la capital se destinó fundamentalmente al Ministerio del Interior, y en particular  a las fuerzas de la policía'', dijo, resumiendo los resultados de la primera reunión del comité.

Sin embargo, los líderes rebeldes todavía no han anunciado un calendario para la desarticulación de las milicias irregulares, y no hay programas de formación, aún no han sido establecidas por ellos. Tampoco está claro si todos los rebeldes armados están de acuerdo en dejar las armas cuando se les diga que lo hagan.

La formación del Comité Supremo de Seguridad parece ser un paso para consolidar el control de la capital bajo el liderazgo de civiles, pero Tarhouni dijo que no se reemplazará el Consejo Militar de Trípoli, un grupo de milicias rebeldes que habían participado en el derrocamiento de las fuerzas de Muamar Gadafi de la capital.

El presidente del Consejo Militar, Abdel Hakim Belhaj, ha sido una figura polémica debido a su historia como el líder del Grupo de Combate Islámico de Libia, que fue declarado grupo terrorista por las Naciones Unidas y los Estados Unidos.

Sin embargo, se ha comprometido públicamente Belhaj que rápidamente disolverá sus fuerzas tan pronto como Libia esté estable. Él fue uno de los miembros de la nueva 21 miembros del Comité Supremo de Seguridad, y él apareció con Tarhouni y los demás miembros en el anuncio de ayer. Otros miembros del Comité Supremo de Seguridad incluyen funcionarios del Ministerio del Interior y la policía, y oficiales del ejército, así como algunos, pero no todos, líderes de las milicias rebeldes ahora en la ciudad, y brigadas de Misurata y las montañas del oeste.

Tarhouni dijo que el comité espera incorporar a todos los líderes de las milicias rebeldes pronto. "Cuanto más las fuerzas policiales asumen el control, entonces la mayoría de las milicias se mueve fuera de la ciudad'', dijo.

Trípoli ha estado mayormente tranquila durante la semana pasada, con fin  es aumentar visiblemente la presencia de la policía en las calles. Hay numerosos puestos de control rebelde y menos informes de grupos errantes de hombres armados. En los últimos días, las tarjetas de registro de armas han sido distribuidas a todos los rebeldes apostados en la ciudad, registrando el número de serie de las armas y las armas no registradas están sujetas a confiscación.

Sin embargo, los camiones de armas con armamento pesado, aún de vez en cuando irrumpen en las carreteras, y las balaceras de celebración, especialmente por la noche, sigue siendo un problema de seguridad pública.

"Tenemos la intención de recoger las armas de nuestros revolucionarios o enviarlos fuera de la ciudad'', dijo Mustafa Abdul-Jalil, el presidente del Consejo Nacional de Transición, en una conferencia de prensa en Benghazi. Abdul-Jalil dijo que los rebeldes esperaban reducir al mínimo el tipo de problemas que tenían en las ciudades que habían capturado previamente, que fueron atribuidos a la demasiada presencia de hombres armados y sin un control suficiente de ellos.

Abdul-Jalil dijo que el consejo de transición había aprobado la decisión de formar el Comité Supremo de Seguridad, en Trípoli. Que no tenía detalles, sin embargo, de cuando él y otros miembros del consejo de transición podrían pasar de Bengasi a Trípoli. El líder del comité ejecutivo de los rebeldes, Mahmoud Jibril, queda fuera de Libia.

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