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Por Silvia Pavón
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Hace tiempo que venimos escuchando una estridente campaña del gobierno, con el slogan de “el poder ciudadano”, “un gobierno para el pueblo”. Recientemente, sus activistas corearon en la entrega de los tractores: “sigue Mel”. Después vinieron los viajes a Cuba. Debemos tener bien claro que Mel Zelaya no es comunista, ni revolucionario solo por el hecho de hablar con Fidel Castro, ni antiimperialista por declararse amigo de Chávez, por el contrario es un buen oportunista, pues abraza todas las banderas inimaginables solo con intenciones continuistas.
Hasta el pasado 13 de Marzo en medio de una ceremonia militar de ascensos de mando, el señor presidente Manuel Zelaya Rosales expresó públicamente su afán manifestó de correr para un nuevo mandato presidencial. En una parte de su extenso discurso dijo que “El que le tenga miedo a las consultas populares que deje de ser demócrata y se pase a las imposiciones de la dictadura”, (La Prensa 13/03/09)