Por Orson Mojica

Los cambios que a diario ocurren en Estados Unidos pasan desapercibidos para la mayoría de la población, que se cansa de leer las tropelías de la administración Trump. Mientras nos engañan los grandes medios de comunicación, cambios importantes están ocurriendo en el régimen político de Estados Unidos

Reagan: el antecesor de Donald Trump

La decadencia de Estados Unidos fue evidente con la derrota militar en Vietnam en 1975, y con la crisis económica de los años 80 del siglo pasado. El Partido Republicano, que reúne a los grupos más derechistas de Estados Unidos, siempre se ha postulado como el sector más duro, dispuesto a cualquier cosa para devolver la grandeza y la gloria de Estados Unidos. Ronald Reagan (igual que Donald Trump) surgió como un “outsider”, una repuesta ante el ocaso del establishment. Ronald Reagan (1981-1989) tenía la principal misión de enfrentar el poderío militar de la URSS, acelerando su crisis económica con presiones militares como la “guerra de las galaxias”. Para cumplir sus objetivos, Reagan constituyó un gobierno secreto, paralelo, en las sombras, un verdadero Estado Mayor de la contrarrevolución mundial, compuesto por miembros del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).

El NSC fue creado por el presidente Harry Truman (1945-1953), en 1947, inmediatamente después de finalizar la segunda guerra mundial. Desde entonces ha acumulado tanto poder, que en los hechos diluye el “sistema de pesos y contrapesos” de la democracia norteamericana. Los roces entre el NSC y el Congreso de Estados Unidos han sido constantes. Desde el NSC, cuando el Congreso de Estados Unidos lo había prohibido, Reagan financió clandestinamente a los contras nicaragüenses, con armas vendidas secretamente a Irán, enemigo de los Estados Unidos, solo para citar el ejemplo mas relevante

Después de una intensa lucha política al interior de Estados Unidos, y de grandes cambios en la correlación de fuerzas en el mundo, el segundo gobierno de Reagan traspasó el mando a George H. W. Bush (1989-1993), quien fue el que logró ver el triunfo que representó el derrumbe de la URSS en 1990. Este hecho histórico pareció devolver las aguas a su cauce, y la democracia norteamericana volvió a su funcionamiento normal, alterada únicamente por los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, que produjeron un nuevo reagrupamiento de los grupos derechistas en la llamada lucha contra el terrorismo islámico, con enormes consecuencias a nivel de las libertades democráticas y el enorme poder que acapararon los órganos de inteligencia y las fuerzas armadas.

La decadencia de Estados Unidos y el surgimiento de nuevos imperialismos

Cuando se derrumbó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1990, y con ello el llamado “campo socialista”, Estados Unidos pareció emerger como la indiscutible potencia dominante en el mundo. Los apologetas del capitalismo hablaron de un mundo unipolar, controlado por Estados Unidos, y con ello creyeron que se abría una nueva época histórica. No obstante, dos décadas después, la crisis financiera del 2008 mostraba que las cosas no marchaban bien para el imperialismo norteamericano.

En el ínterin, después de las intervenciones militares del imperialismo norteamericano en las guerras de los Balcanes, Somalia, Irak, Afganistán y Medio Oriente, se produjo una recomposición económica y militar de Rusia que emergió, al igual que China, como nuevos imperialismos que disputaban en los hechos la pretendida hegemonía del imperialismo norteamericano. Rusia es la sexta economía del mundo, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 3,745.1 billones de dólares. La distancia entre el poderío económico de Estados Unidos y Rusia sigue siendo importante, pero Rusia continuó siendo una potencia nuclear que ha reorganizado y modernizado su ejército. La Rusia zarista ha resucitado con la restauración capitalista, con Vladimir Putin al frente como el nuevo zar.

Después de algunas décadas de restauración capitalista en China, esta se perfila como una gran potencia económica que comienza a disputarle los mercados a Estados Unidos. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el año 2016, Estados Unidos era la economía más grande del mundo, con un Producto Interno Bruto (PIB) de 18,561 billones de dólares en 2016, seguido por China que pasó a ser la segunda economía con un PIB de 11,391 billones de dólares. Cada año que pasa la brecha se cierra cada vez más. El imperio chino, que fue uno de los más grandes y poderosos de la antigüedad, ha resurgido de las entrañas del Partido Comunista.

El proyecto de Donald Trump

A pesar de sus crisis, la democracia burguesa de Estados Unidos todavía prevalece. Para llegar al gobierno, el pueblo debe votar. La crisis financiera del año 2008 conmovió la conciencia de millones de norteamericanos que perdieron sus viviendas y empleos. Barack Obama (2009-2017) llegó a la presidencia producto de la crisis y la desesperación de las masas. Pero, como era de esperar, Obama pactó con los banqueros, desilusionó a las masas. Las promesas de la campaña electoral quedaron tiradas en el camino, y el viraje a la derecha fue inevitable.

Entonces, se produjo un contra fenómeno, el surgimiento del Tea Party, como expresión ultraderechista, así como la candidatura de Donal Trump, el multimillonario que logró manosear los sentimientos de los trabajadores blancos y la clase media que habían perdido sus empleos y niveles de vida.

El agresivo discurso de Trump tenia varios ejes: devolver el poder y la supremacía de los blancos (por eso su discurso xenófobo contra la migración ilegal), enfrentar los acuerdos de libre comercio perjudiciales a los Estados Unidos con el objetivo de devolver empleos a los trabajadores blancos (por eso sus duros ataques a México), y un extraño discurso proteccionista en el plano económico (raro en un multimillonario neoliberal), para enfrentar el crecimiento de China, mientras tiene una actitud un poco neutral con Rusia, a pesar de las recientes sanciones económicas y diplomáticas.

Una analogía interesante

La analogía es un método que nos permite comparar procesos históricos, pero siempre debemos tomar en cuenta las similitudes y las diferencias en una comparación. La crisis actual de Estados Unidos es parecida a la prolongada crisis del imperio romano. Estados Unidos llegó a ser el imperialismo dominante bajo el sistema capitalista, Roma lo fue bajo el sistema esclavista. Pero en estas dos sociedades tan distantes en el tiempo, y con bases económicas diferentes, hay rasgos comunes

En términos generales, Roma pasó por tres fases: La monarquía (753-510 antes de Cristo), la Republica (509-27 antes de Cristo) y el Imperio (27 antes de Cristo a 550 después de Cristo). En la etapa de la Republica, siendo una democracia esclavista, el poder en Roma estaba entre las asambleas populares de los ciudadanos y el aristocrático senado. En la medida que Roma expandió territorialmente su imperio, el ejercito fue adquiriendo mayor notoriedad y poder. Poco a poco, en diferentes periodos de transición, guerras civiles y revoluciones, el senado fue perdiendo poder para trasladárselo a los militares, hasta que Cesar Augusto se convirtió en el primer emperador. El senado continúo existiendo, sumamente debilitado, pero el emperador fue el eje del poder. Antes de coronar al emperador, los príncipes fueron electos hasta que finalmente se impuso la dinastía. Después de una prolongada agonía, Roma sucumbió ante lo oleada de los ejércitos “bárbaros”

Algo similar esta ocurriendo con la decadencia de la democracia en Estados Unidos. Similar no significa que el final será el mismo. Estados Unidos nunca fue una monarquía, al contrario, fueron quienes rescataron la idea del gobierno civil, electivo y con limitaciones al poder. Estados Unidos tienen aproximadamente 242 años de democracia. Al inicio fue, al igual que Roma, una democracia de ciudadanos esclavistas, hasta la abolición de la esclavitud en 1865 al finalizar la guerra civil. Cuando al fascismo mantuvo su auge, en la primera mitad del siglo XX, Estados Unidos logró mantener la democracia burguesa. Hasta el omento, no ha habido golpes de Estado ni gobiernos militares. Pero la crisis crónica del capitalismo dinamita perennemente las bases materiales de esta democracia burguesa, que comienza a negar los derechos individuales sobre los cuales se construyó.

La caída de Richard Nixon (1969-1974) se debió a que éste, aquejado por el rumbo desastroso de la guerra en Vietnam, intentó romper el sistema de pesos y contrapesos de la democracia norteamericana, queriendo imponerse por encima del Congreso. Reagan, a su manera, también burló el sistema de pesos y contrapesos, al apoyarse en el CNS, burlando las prohibiciones del Congreso. Algo similar ocurrió en las dos administraciones de George W. Bush (2001-2009) como abanderado de la lucha contra el terrorismo. El centro del debate es la necesidad de una presidencia fuerte, Trump quiere avanzar en ese camino.

La presencia de militares en la administración Trump

Una constante en las ultimas administraciones en Estados Unidos es la incorporación de generales y cuadros militares en el gobierno. De 45 presidentes que ha tenido Estados Unidos, solamente 3 han sido militares. George Washington (1789-1797), Ulysses S. Grant (1869-1877) y el general Dwight Eisenhower (1953-1961). El primero fue quien condujo a la victoria de la revolución y la independencia de estados Unidos, el segundo fue uno de los generales que garantizaron la victoria de los Estados capitalista del norte contra los esclavistas del sur, y el tercero fue uno de los grandes estrategas que garantizaron la victoria militar de Estados Unidos en la segunda guerra mundial. Todos están relacionados con victorias militares. No obstante, como se puede observar, la presencia de militares en altos puestos en la administración estadounidense es la excepción a la regla.

Las guerras imperialistas libradas por Estados Unidos en Vietnam, los Balcanes, Somalia, Irak, Afganistán y Medio Oriente, elevan el peso especifico del Ejercito de Estados Unidos y de los órganos de inteligencia. El gobierno de Donald Trump esta compuesto por multimillonarios y sus agentes, así como por generales y cuadros militares, a un nivel mucho mas elevado que las administraciones anteriores.

La administración de Trump ha sido caótica, hasta que el general John Kelly, antiguo jefe militar del Comando Sur, encargado de las operaciones militares de América del Sur y Central, asumió el cargo de jefe de gabinete, es decir, se convirtió en una especie de primer ministro. El general James Mattis, apodado “perro loco”, fue nombrado Secretario de Defensa. Mattis es el segundo general a cargo del Pentágono, teniendo como antecesor al general George Marshall nombrado por el presidente Harry Truman (1945-9953), otro de los generales victorioso de la segunda guerra mundial. El nombramiento del general Michael Flynn, ex agente de la CIA y ex director de la Agencia de Inteligencia y Defensa (DIA), aunque duró muy poco tiempo, es representativo de la injerencia de militares en el gobierno civil.

Como parte de este proceso, Trump amplió el presupuesto militar del año 2018 a 700,000 millones de dólares.

Las purgas en el gobierno de Trump

La personalidad de Trump es propia de un multimillonario farsante, vanidoso y engreído, y no coincide con la de los políticos tradicionales que tienden a los acuerdos y negociaciones. Trump esta rompiendo, demoliendo, día a día, algunos de los principios y tradiciones políticas de la democracia burguesa en Estados Unidos, sujeta al rejuego de los grupos de poder. No utiliza, por ejemplo, al secretario de comunicaciones de la Casa Blanca, sino que todas las decisiones las comunica por Twitter. . Quiere imponer la preeminencia del poder ejecutivo, por encima de las demás instituciones.

Contrario a la tradición de igualdad de los ciudadanos y de respeto a la ley por parte de los altos funcionarios, Trump ha creado un entorno familiar en torno al poder, colocando a su hija y yerno en posiciones claves. Aunque han existido clanes familiares poderosos en Estados Unidos (Kennedy, Bush, Clinton, etc), estos han estado sujetos al juego político de las instituciones.

En su corto periodo, Trump se ha burlado de las negociaciones en el Congreso, y ha reorganizado su gabinete a su voluntad. 12 altos funcionarios que han sido defenestrados: James Comey, director del FBI; Mike Flynn, asesor de CNS; Rob Porter, jefe del personal de la Casa Blanca; Mike Dubke y Hope Hicks, jefes de comunicaciones de la Casa Blanca; Sally Yates, vice fiscal general y Daniel Ragsdale,  director de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (U.S. Immigration and Customs Enforcement, ICE); Gary Cohn, consejero económico; Tom Price, secretario de salud, y Steve Bannon, Jefe de Estrategias de la Casa Blanca; Rex Tillerson, Secretario del Departamento de Estado, y Steve Goldstein uno de los principales asesores del Departamento de Estado.

El significado de la destitución de Rex Tillerson

La destitución de Rex Tillerson, representante de Exxon Estándar Oíl, una de las transnacionales mas poderosas e influyentes, no fue producto de un simple choque de personalidades, sino que fue el resultado de la confrontación de intereses y diferencia de métodos para lograr la meta de devolver la grandeza a Estados Unidos.

Mientras Trump se inclina por el discurso estridente y agresivo, apoyándose en el ejercito y en los órganos de inteligencia, Tillerson ha preferido apoyarse en los métodos diplomáticos de la burocracia del Departamento de Estado, que tradicionalmente obedece más a los intereses del Congreso que al propio presidente de Estados Unidos. Tillerson difería con Trump en la posible solución a los conflictos con Irán y Corea del Norte, solo para citar dos ejemplos importantes.

Y es que Trump está desmantelando al Departamento de Estado, destituyendo a Rex Tillerson y Steve Goldstein. Anteriormente, habían renunciado Patrick Kennedy; Michele Bond, secretaria adjunta de Estado para asuntos consulares; Joyce Anne Barr, secretaria adjunta de Estado para administración; y Gentry O. Smith, director de la oficina de misiones extranjeras. Renuncio también John Freeley, embajador norteamericano en Panamá. Como corolario de esta ola de purgas, tenemos la renuncia de Tomas Shannon, el principal diplomático estadounidense de carrera y especialista en América Latina.

Para reforzar el peso de militares y de la comunidad de inteligencia en su gobierno, Trump hizo un enrosque: trasladó a Mike Pompeo, ex jefe de la CIA, al cargo de Secretario de Estado, y nombró a Gina Haspel como nueva directora de la CIA, especialista en operaciones clandestinas y encubiertas. No hay duda que la diplomacia de Trump será de las cañoneras, invasiones, guerras y presiones militares.

¿A dónde va la democracia norteamericana?

Si sumamos los pequeños cambios y maniobras de Trump, podemos concluir que estamos ante un nuevo intento de crear un gobierno bonapartista, apoyado en los militares y en la comunidad de inteligencia, en detrimento de los pesos y contrapesos establecidos en la Constitución de Estados Unidos, y que ha sido por mas de 200 años la base de su democracia imperialista. Esta pelea se manifiesta actualmente en el afán de imponer una presidencia mas fuerte, por encima de los otros poderes e instituciones

¿Estamos viviendo una etapa de transición entre la decadente democracia norteamericana y la conversión de Estados Unidos en un imperio propiamente dicho? Estados Unidos ha sido una democracia imperialista, que se apoya en un pueblo con conciencia imperialista. Los rasgos y formas democráticas pueden continuar durante algún tiempo, pero lo que esta cada vez mas claro es que el centro del poder esta en manos de multimillonarios y militares.

Los elementos analizados nos indican que esta metamorfosis ya comenzó, y que es una necesidad objetiva del imperialismo norteamericano para mantener su hegemonía y control del mundo. Trump puede ser derrotado, puede ser destituido o no ser reelegido para un segundo periodo. Lo que interesa es describir la dinámica actual. Trump puede desaparecer, pero surgirá otra persona que pretenderá encabezar este proceso, como única forma de evitar que los imperialismos de China y Rusia se impongan sobre Estados Unidos. Es una necesidad objetiva, los individuos pueden cambiar, pero la dinámica económica y militar no cambiará. En este proceso, las tradiciones de democracia y libertad individual del pueblo norteamericano serán pisoteadas.


Por Doug Henwood

Las huelgas son el arma más poderosa de los trabajadores. Pero el año pasado cayeron a su mínimo histórico en Estados Unidos.

Según las cifras de la Oficina de Estadísticas Laborales, publicadas el pasado viernes, el año pasado fue el de menor número de huelgas significativas en la historia de EE UU: siete. Lo que se acerca al mínimo histórico de 2009, cinco, en las profundidades de la Gran Recesión, cuando la tasa de desempleo se acercaba al 10 por ciento. La tasa de desempleo media del año pasado fue menos de la mitad, un 4,3 por ciento.

El número de días de “inactividad” - una palabra curiosamente moralizante para un instrumento de lucha de clases - no se acerca tanto a su suelo histórico. Hubo cuatro años en los que esta cifra fue menor (el número de días por trabajador perdidos por huelgas): todos los últimos años (2009, 2010, 2013, 2014).

Entre 1947 y 1979, hubo un promedio anual de 303 huelgas “importantes” (que implican a 1.000 o más trabajadores); desde 2010, el promedio ha sido 14. El número medio de días de “inactividad” pasó de casi 24.550.000 en el primer período a 708.000, un descenso del 97 por ciento. Esta disminución podría tener algo que ver con el estancamiento de los salarios, una mayor inestabilidad en el trabajo, y recortes de beneficios, aunque, por supuesto, darle una vuelta es mucho más difícil que escribir una entrada en un blog de exhortación.

La mayor parte de esos días sin trabajar, el 79 por ciento de ellos, proceden de una sola huelga, la de IBEW contra Charter Communications de la carta, que se encuentra en su día 318 día de paro cuando escribo. Sólo dos otras huelgas han tenido lugar en el sector privado (AT & T y los concesionarios de automóviles en Chicago). Una de ellas fue en un hospital universitario (Tufts - véase el artículo de Jane Mcalevey sobre esta huelga, una de las pocas historias inspiradoras en este paisaje sombrío, aquí). Y tres fueron contra instituciones públicas, todas en California (Condado de Riverside, la ciudad de Oakland, y la Universidad de California).

Los empresarios privados no tienen en absoluto que preocuparse por las huelgas, y no lo han hecho en más de una década. Y cuando el Tribunal Supremo dicte su decisión en el Caso Janus, que es casi seguro que destripe a los sindicatos del sector público, es muy probable que los ejecutivos del sector público vivan en la misma tranquilidad.

El mentor de McAlevey, Jerry Brown (ex presidente de la sección sindical 1199-Nueva Inglaterra, no el político de California), solía decir que la huelga era como un músculo: si los trabajadores no la ejercen de manera regular, se atrofia. Pues se ha atrofiado.


Por Leonardo Ixim

La gira iniciada a inicios de febrero en varios países de América Latina por el secretario de Estado Rex Tillerson tiene repercusiones importantes para nuestra región, que es re-posicionada en la lupa de la política exterior estadunidense bajo el proyecto de Donald Trump, American First, para garantizar la hegemonía imperialista.

Esta política busca renegociar los acuerdos de libre comercio firmados por este país, sobre el todo el firmado con México y Canadá y otros acuerdos comerciales, pero no en función de desmantelar la presencia de las empresas gringas en el extranjero, tema usado en su retórica para granjearse el voto de un sector de la clase obrera  anglosajona, con el retorno de las industrias hacia este país.

Este es un contrasentido con el desarrollo de la producción capitalista, que externaliza costos de la fabricación de productos en diversas partes del mundo y por ende de la mercancía fuerza de trabajo, para abaratar costos y aprovechar tecnología. Con Trump gobierna un sector del capital que busca recuperar su cuota de ganancia y con ello, mantener la hegemonía del imperialismo gringo. En ese sentido, Latinoamérica sigue siendo su espacio estratégico, para la reproducción en tanto clase dominante mundial.

Una nueva doctrina mundial

A un año de la asunción de Trump a la Casa Blanca, éste y su canciller y tras la reunión del Foro de Davos, con la presencia de los Ceos y gerentes, de las grandes transnacionales mundiales, el gobierno gringo anunció que replanteará lo que consideran las principales amenazas para sus intereses capitalistas. A diferencia de la administración demócrata de Obama, las amenaza deja de ser el terrorismo islámico, para ahora sin tapujos mencionar que es  la competencia con los  imperialismo emergentes y los que consideran estados villanos como Irán o Corea del Norte.

Esto va acompañado de un rearme tanto en lo que respecta a armas convencionales como estratégicas o nucleares, y después de lograr el apoyo republicano tras la reforma fiscal que realiza recortes para las  grandes fortunas, ambos partidos en el Congreso aumentaron el presupuesto para las fuerzas armadas. Esto evidencia que dentro del equipo gobernante Trump está rodeado por un lado, de ex militares y el establishment le impuso las piezas claves tras los delirios nacionalistas y de simpatía pro-rusa, del inicio de su gestión. Por el otro, de funcionarios cercanos a los conglomerados financieros y a la industria petrolífera como la producción vía fracking, la industria del carbón y la minería, pero sobre todo armamentística.

Así Trump a partir de su autoritarismo -racista y misógino- es un elemento central para coaccionar la movilización obrera y popular tanto al interior de Estados Unidos, como en otras partes del mundo. Bajo un perfil bonapartista pero cooptado por una élite militar y cercana al complejo militar-industrial, que no estuvieron ausentes en la administración Obama, pero sin una figura autócrata. Pero manteniendo bajo una demagogia nacionalista y anti-inmigrante -no solamente simbólica-  una base obrera al interior del imperio.

Por la región

El discurso de la administración Trump  se suma al del estado profundo gringo y no cambia sustancialmente: promoción de la libre empresa, de la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la corrupción; de ahí el mensaje cada vez más agresivo contra el gobierno bonapartista de Nicolás Maduro, el respaldo al dictador hondureño, cierta tolerancia al pragmático de Ortega y condescendencia, sin dejar de apretar, a la derecha rancia que gobierna Guatemala.

La gira de Tillerson comienza en casa, en la Universidad de Austin en Texas, universidad donde éste estudió. Allí el secretario de Estado, hizo un infame llamado al ejército venezolano -que se ha vuelto el soporte principal del gobierno de Maduro- para que intervenga en la crisis entre el chavismo y la oposición de derecha, evocando las asonadas militares financiadas y apoyadas desde Washington que asolaron con terror a las revoluciones proletarias y populares en el siglo pasado. Mientras que se quedó callado sin señalar a Juan Orlando Hernández en Honduras, respaldando la deriva dictatorial de este, ante las reclamaciones de un estudiante presente en esa conferencia.

El primer país que visitó fue México, donde se negocia paralelamente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y Estados Unidos, buscando entre otras cosas, aumentar el número de partes de componentes de fabricación gringa en la industria automotriz, situación que afecta sobre todo a México. Este gobierno, que en la frontera sur se dedica a perseguir y expulsar migrantes centroamericanos se muestra sumiso y cede antes las presiones imperialistas. 

Posteriormente arribó a Argentina donde se reúne con Mauricio Macri. Tillerson lo llenó de elogios por las reformas neoliberales en materia de pensiones y de derechos laborales, reformas que de por sí ha costado que pasen, con la venia de la oposición, entre ellas las distintas variantes de peronismo y la resistencia en la calle del fenómeno del sindicalismo de base y combativo, donde las distintas variantes trotsquistas y de izquierda tienen presencia. Por otro lado acuerdan con Macri mayor presión al gobierno de Maduro, dirigida a boicotear la compra de petróleo venezolano.

Paso seguido, en esta línea viajó a Lima, donde se reunió con el presidente Pedro Pablo Kuzcynski - que al igual de Macri son ex gerentes de transnacionales- y que viene de llegar a acuerdos con el fujimorismo después de una semana donde esta fuerza con mayoría en el congreso peruano, amenazó de iniciar un juicio político por estar implicados en los sobornos de Odrebrtech. Con Kuzcynski se encuentró, de cara a fortalecer del denominado Grupo de Lima que actúa como gendarme del imperialismo gringo contra Venezuela, esto de cara a la Cumbre de las Américas que se realizará en Lima. Este grupo está conformado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, México, Paraguay y Perú.

Las visitas a Macri y Kuzcynski reafirman el compromiso del imperialismo con gobiernos que vienen de afrontar severas crisis y movilizaciones obreras y populares, en el caso de Argentina y campesinas en el caso de Perú, contra la aplicación de políticas neoliberales. Para llegar a su último destino reuniéndose con el presidente colombiano Juan Manuel Santos, donde Tillerson busca limar asperezas después de las declaraciones de Trump de que Colombia no hace lo suficiente con respecto a la lucha contra el narcotráfico y las amenazas de descertificación en ese sentido. Este país está a punto de un evento electoral donde dos candidatos por fuera de los partidos tradicionales, Sergio Fajardo y Gustavo Petro -ex alcalde de Bogotá-, apoyados por partidos de centro izquierda, se muestran punteros en las encuestas.

Esto mientras Estados Unidos ocupa en el plano militar nuevamente Panamá bajo la excusa de los ejercicios Nuevos Horizontes, con el fin de garantizar el funcionamiento de canal, ante posibles amenazas terroristas. Con intenciones  de presionar a Venezuela sin que tampoco implique que se tenga en la mira una intervención militar directa; pero sí en un escenario de presión indirecta, vía militarización de la frontera colombo-venezolana ante la entrada masiva de venezolanos por las situación económica, bajo el pretexto de ayuda humanitaria.

A esto se agrega las vinculaciones reales o inventadas de altos miembros de las fuerzas de seguridad venezolanos con fuerzas insurgentes colombianas en crimen organizado, más ahora que las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), están estancadas y la campaña de agresión militar del ejército colombiano y de atentados con bombas de parte de este grupo guerrillero, cede a las conversaciones.

Hay otras presiones, por ejemplo, la oferta gringa de invertir en energía renovable para que los países del Caribe dejen de depender del petróleo venezolano. Todo relacionado con el anuncio de parte del gobierno de Maduro y el Consejo Nacional Electoral de ese país controlado por el chavismo de adelantar las elecciones presidenciales, para abril próximo; aprovechando la división de la oposición de derecha, bajo un sistema electoral que no solo dificulta que los partidos de la desaparecida MUD tengan presencia en varios estados de esa nación, sino a otros partidos de izquierda algunos afines al chavismo y candidatos críticos en las mismas filas chavistas, como sucedió en la pasada elección municipal en la alcaldía Caracas.

El conflicto entre potencias

China desafía la supremacía de Estados Unidos, tal como lo menciona la nueva doctrina militar gringa. Con reservas de tres billones de dólares, China plantea la construcción de la Ruta de la Seda, una necesidad para expandirse en todos los ámbitos (comercio, inversión, financiación) donde busca que la región participe. China, es el mayor PIB del orbe y contribuye un 17 % al PIB mundial, mientras que EU un 15 %; país altamente endeudado con el primero y con un alto déficit comercial, cuestión que fue parte de la retórica de Trump para llegar a la presidencia, pero que refleja la posición de algunas fracciones burguesas del imperialismo chino, preocupados por la pérdida de hegemonía mundial. Busca aumentar su presencia en la América Latina, invirtiendo en materias primas e infraestructura, a partir del recambio del modelo chino de super explotación de la mano de obra, a una extracción relativa de plusvalía que va acompañado del despegue global de las transnacionales y bancos chinos. En ese marco, América Latina nuevamente se queda como proveedor de materias primas y mercado para los productos de las distintas potencias que se disputan la hegemonía mundial.

 

Ramón Vega

 

Por M. Mendieta

En agosto de 1942, Estados Unidos firma el primer acuerdo binacional con México para otorgar un permiso laboral a un grupo de campesinos mexicanos para trabajar los cultivos abandonados en la ciudad California puesto que los norteamericanos ingresaron a las filas del ejército para combatir en la segunda guerra mundial.

En vista del conflicto bélico y su extensión hasta lo que fue la guerra de Corea y Vietnam, este tratado se extendió hasta 1964. Inicialmente se contrataron unos 50,000 mil mexicanos que trabajaron por toda la extensión de los campos de Stockton y Fresno, California. Adicional se contrataron 75,000 que trabajaron en las vías ferroviarias las cuales todavía funcionan para el traslado de vegetales y frutas que se cultivan en tierras californianas. Sin embargo, se contabilizan que fueron más de un millón de campesinos que fueron incluidos en el programa llamado Braceros.

Durante estos años, los empleadores deducían el 10% del salario devengado y se colocaba en una cuenta del gobierno de Estados Unidos, éstos a su vez hacían un traslado a un banco de México. Cuando finalizó este programa, en el 64, regresaron a México sin reclamar su pensión de retiro. Muchos años pasaron cuando la esposa de Ventura Gutiérrez, un ex bracero encontró documentos que indicaban dónde reclamar ese dinero que 75 años después, todavía el gobierno de México no ha entregado.

Ramón Vega era un joven, de origen mexicano que estudiaba computación y terminaba sus estudios en el condado de  San Bernardino, California. Mientras estudiaba de noche observaba que su vecina, una señora mayor, se reunía varias veces a la semana con otras personas. Un día decidió preguntar y la señora le contó la historia de los braceros y la incipiente lucha que iniciaba. Hoy en día Ramón Vega es coordinador y activista de este movimiento en San Bernardino. En esta entrevista nos cuenta de la iniciativa de incorporación de los nietos de estos trabajadores que no cobraron su pensión de retiro.

¿Hace cuánto nació la iniciativa?

RV: No fue, sino hasta que una esposa de un ex bracero Ventura Gutiérrez, le indicó a uno de sus hijos que fuera a un banco mexicano a reclamar un dinero que fue deducido por el gobierno de EU, a través de los empleadores, para que una vez concluido lo retiraran en la banca mexicana. Esa cláusula fue suscrita en el acuerdo binacional. No obstante, la sorpresa fue que el dinero no se encontraba en ningún banco de México. Esto fue en 1994, aquí empieza la lucha de los braceros quienes iniciaron con una reunión con 4 personas y poco a poco fueron juntándose tanto los que viven en México como los que se quedaron en California. Se han contabilizado millón de ex braceros, familias, descendientes que le han dado mayor fuerza a la lucha.

¿Después de esa agrupación qué se logró?

RV: Fue en el año 2003, durante el gobierno de Vicente Fox, luego de muchas cartas, marchas que se lograron varias cosas, primero que se realizara el primer padrón donde se registraría todos los ex braceros que les dedujo su ahorro y no fue entregado. No obstante, esto fue un trabajo muy arduo porque muchos no tenían siquiera registro de nacimiento, ni cédula, por tanto se les pedía un documento notariado, testigos que los conocieran. En un buen número eran analfabetas o indígenas que ni siquiera hablaban español, por tanto empezar a ordenar, enlistar y presentar lo solicitado por las autoridades mexicanas tuvo mucho esfuerzo.

Por otro lado estaban los familiares, viudas, hijos y nietos quienes también fueron incluidos puesto que muchos murieron y no gozaron de ese dinero que tanto esfuerzo les costó. También este fue un proceso engorroso y largo, porque son en su mayoría familias con pocos recursos económicos y tenían que presentar actas de defunción, y documentos legales que debían pagar.

¿Una vez completado los documentos y el primer padrón, qué hicieron?

RV: En el año 2005, después de muchas demandas el gobierno de México ofrece una especie de indemnización para 21,000 braceros aproximadamente, pagándoles la cantidad de 30,000 pesos mexicanos ($ 3,583 dólares al tipo de cambio 2005). Esto fue un logro, no obstante se hizo una división interna, puesto que muchos aceptaron y no continuaron la lucha inicial. De alguna forma esto debilitó al movimiento en ese momento, pero otros continuaron porque consideraron que aceptar ese dinero era aceptar que la demanda no era justa. Así que a la fecha, hay todavía un gran número organizado en diferentes estados de México, con diferentes coordinadores como en los Estados Unidos.

En el año 2003, se logró que pagaran una ley compensatoria, mientras les resolvían el problema del 10% de lo que en realidad se está pidiendo que se pague. Lo ofreció el presidente Fox: 38,000 mil pesos mexicanos, y quería sacar eso como la cantidad total de dinero que se le debía pagar a los braceros, y que desistieran de pedir el 10%. Muchos braceros lo aceptaron, pero otros no lo hicieron. Porque les comprobaron que no era lo que ellos estaban peleando. Se decidió que eso iba a ser un apoyo social.

¿Esto dividió a los grupos?

RV: Algunos aceptaron los 38,000 pesos, pero cuando vieron que no era lo que realmente debían recibir, se decidió que eso sería un apoyo social. Los grupos empezaron a trabajar, a poner sus reglas, de enliste. En el 2003 salió el primer padrón, en el cual le dieron un número de folio a cada trabajador, los que llevaron documentación completa en ese tiempo a otros les tomaron documentación faltante y les pidieron una carta notariada, donde dijera con dos testigos que ellos habían sido braceros y que habían trabajado acá en Estados Unidos. Hubo miles de cartas de personas que no tenían identificación, como braceros.

¿Cuál fue el estatus legal que tenían los Braceros durante el período que trabajaron acá?

RV: Les daban una tarjetita, no ocupaban permiso porque trabajaban por contrato por temporal y mientras tenían ese contrato, la migración no los podía molestar. Los contratos tenían diferentes tiempos por 6 meses, 9 meses se iban y luego regresaban en otro momento a trabajar. Regresaban al lugar de las contrataciones en México para ser llamados a laboral en otro rancho y en otros estados.

Muchos trabajaron todos los años, 20 años viniendo sin parar, muchas de esas personas ya ni viven. Yo tenía un bracero en mi grupo, tenía 97 años y él trabajó los 20 años sin parar, calificó para que les dieran los 38 mil pesos y cuando le iban a pagar un mes antes falleció. La hija ha estado con el programa, hizo todo lo que le pidieron a la fecha y todavía no le han pagado. Ese un ejemplo de la injusticia que se cometió con ellos. Otro ejemplo fueron miles los que calificaron para ese apoyo social en el 2005 volvieron a abrir otro padrón, porque el del 2003 no pagaron a nadie. Nuevamente les pidieron el número de folio que les dieron en el 2003 para entregarles otra orden de pago. La condición era que llevaran el número del 2003 y sus identificaciones como mexicanos. Si eran braceros, si eran viudas, actas de matrimonio, divorcio, defunción, actas de nacimiento, si eran hijos, actas de matrimonio de los padres y una carta de común acuerdo de los hermanos que dijeran que podían cobrar ese dinero.

¿Cómo se involucra con esta lucha de los braceros?

RV: Eso fue en el año 2005, me involucré cuando terminé el colegio yo vine a Librería para el pueblo y le pedí  al padre Guillén quien era director acá, si me daba un espacio para vivir, en un apartamentito, mientras terminaba el colegio. Veía que cerca había una señora que hacía juntas con ancianos, cada mes. Fue donde me di cuenta de los braceros, un año estuvo ella al frente de ese grupo y yo solo le ayudaba. Estudiaba computación y practicaba con ella, hacía las listas dividiéndoles en braceros, hijos, viudas, me involucre tanto que me di a conocer con ellos. Yo me identificaba como ayudante de la Señora, por motivos que desconozco, dejó el programa. La señora Eva, trabajaba acá en Librería del Pueblo y era quien apoyaba a Rosa Martha Zarate Macías quien actualmente es la líder binacional de la lucha de los braceros. Ella se fue y Rosa Martha empezó a organizar nuevamente el grupo entonces le dije que yo tenía listados, números de teléfonos, direcciones. Entonces me dijo que juntara a un buen grupo para ir a Mexicali para que les dieran su segundo número de folio. Ese fue mi primer trabajo. Organizar toda la documentación no fue fácil y en ese momento tomé la responsabilidad del grupo braceros de San Bernardino.

Luego, ya no solo fue San Bernardino sino que nos juntamos con diferentes grupos en Los Ángeles, Santa Paula, Oakland desde ese momento siempre he estado en comunicación con ellos. Empecé con un grupo de 200 a 300 personas, pero cuando empezaron a pagar los 38 mil pesos muchos se fueron retirando no apoyaron a los nuevos que iban llegando.  Se quedaron los que tenían problemas que no les habían pagado, aunque todavía quedan algunos. El mes pasado murió de 91 años el Señor José de Jesús de Anda quien era de Jalisco, nos apoyó mucho económicamente, en alentar al grupo a no abandonar. Me quería como hijo y yo como un pariente, además que éramos paisano. Aurelio Pereira Rodante de Zacatecas, tiene 91 años y continúa apoyando.

¿Braceros es un movimiento o una organización?

RV: Es un movimiento, todavía no es una organización que esté reconocida que esté bajo estatutos legales del gobierno. En México, algunos lo han hecho organización, esto obedece principalmente a cuestión económica que aquí no lo hemos hecho. Lo que si notamos es que luego de ese pago, se presentó otro problema que nos dañó como organización. El gobierno de México junto con el de Estados Unidos, pusieron una famosa demanda de clases, que empezó en Chicago pero la interpusieron en San Francisco. En la cual dividieron a los grupos, a través de los consulados hicieron esa demanda de clases. Algunos integrantes les ofrecieron que directamente fueran a inscribirse con todos sus papeles para recibir los famosos 38 mil pesos. Pero, cuando se dieron cuenta del fraude que esa demanda que solamente cubría a 40 braceros y además era muy poco lo que les entregarían y había un fondo de miles de dólares que quedarían para los demandantes. Ese es un fraude que hizo el gobierno de México, a la fecha no ha dado una respuesta lógica por qué se hizo eso.

El gobierno de México ahora que entró Peña Nieto, no ha querido hacer nada para los braceros. A mí no me gusta hablar mal de la gente y no es hablar mal es la verdad, pero este presidente no le ha interesado la situación de estos ancianos, a él no le interesan estas cosas, tiene otras prioridades. Pero ignorar la justicia para los niños y ancianos es lo peor que puede suceder.

¿Tienen apoyo de los Sindicatos de trabajadores, qué pasa con ellos?

RV: No, hasta el momento no tenemos apoyo de sindicatos. Rosa Martha Zarate, lo que ha estado haciendo es incorporando a otras organizaciones de jóvenes para que sigan con la lucha de los ex braceros, después de tantos años muchos de ellos son ancianos y ya se cansaron. Queremos jóvenes graduados que nos apoyen para continuar esta demanda. En este momento tenemos dos demandas en contra del gobierno de México: demanda del 10% que la lleva el Licenciado Porfirio Martínez, estamos en un proceso que se ganó la demanda de amparo, en la cual teníamos el derecho de hacer esa demanda. Peña nieto lo único que ha hecho es contrademandar y bloqueó la demanda de amparo. El pasado 8 de junio hubo audiencia en la Corte Suprema de Justicia en México se juntaron varios grupos y se introdujeron las quejas y se contrademandó a Peña nieto. El Licenciado Martínez espera que en agosto salga una resolución de la Suprema Corte. Es el 10 % que les descontaban a los braceros mientras trabajaban acá en Estados Unidos, era para su retiro un ahorro cuando concluyera su período, pero muchos nunca supieron, nunca les informaron, ese dinero lo dejaron y nunca lo fueron a recoger. Muchos eran analfabetas, había muchos que ni siquiera hablaban español eran indígenas que venían a trabajar y de igual forma no pudieron cobrar ese dinero. Durante todos los gobiernos principalmente del PRI quien ha estado más en el poder, se han aprovechado de esa situación y no hay una respuesta. Ellos lo que están esperando es cansar a los braceros, darles largas para no responder a esa demanda. Muchos ya se cansaron, pero hay líderes que no nos conformamos y seguimos esta lucha.

¿El gobierno de Estados Unidos se ha pronunciado? ¿Qué ha dicho al respecto?

RV: Estados Unidos, se ha lavado las manos diciendo: Nosotros cumplimos, nosotros mandamos el dinero a México, hay pruebas que lo mandamos, lo recibió un banco allá y nosotros cumplimos. Pero si hubo anormalidades de personas que después de las investigaciones se descubrió que le descontaban el 10% a los trabajadores, pero no entregaban al estado ese dinero, se lo quedaban, pero eso fue una anormalidad de los granjeros, no del gobierno, pero de parte de ellos no hubo tampoco una supervisión de los derechos humanos y laborales de estos trabajadores. Hay personas que si han presentado cheques que les descontaron y no se les incluye porque eso sucedió a partir del año 64, en adelante y no los toman en cuenta porque el programa se cerró en el 64 y no los cubre el acuerdo binacional que se realizó. En cuanto a la recopilación de documentos, estamos trabajando con el gobierno de Estados Unidos porque existen y no los hemos recuperado en su totalidad, por eso queremos incorporar a jóvenes que nos apoyen en esta tarea. En México nos dicen que se quemaron, que con el terremoto se perdieron. El gobierno mexicano debería tener copia de todos los contratos porque eso estipulaba el acuerdo y había una cláusula que establecía que si perdías tu copia podías ir a una dirección en México y solicitarlo. Hay miles, por no decir más de un millón que no tienen la documentación probatoria para pedir su ahorro.  Les pidieron una carta notariada tanto en México como en Estados Unidos y gastaron mucho dinero para que en el año 2005 les dijeran que esa carta no valía. A la fecha los grupos están divididos, se han separado más, el grupo que tenía la Alianza Braceros PROA liderado por Ventura Gutierrez, quien trabajó con nosotros, luego formó una organización que se llamaba ALAM (Alianza del Adulto Mayor), empezamos a trabajar con él, pero nos dimos cuenta que el Señor Gutiérrez lo que quería era lograr una gubernatura en México y quería esa fuerza de votos. Nosotros los grupos de Estados Unidos nos separamos y formamos la Alianza braceros del Norte 1942-1964 y es la que está funcionando a la fecha.

¿Cuáles han sido los logros?

RV: Aparte de lograr los 38, mil pesos, todavía hay 21 mil braceros que no les han pagado, eso desde el 2005, otros del 2008 y 2009 que entraron a un nuevo padrón. En el consulado todavía hay muchos que no les han terminado de pagar, por la demanda de clases que hicieron en San Francisco.

En el 2014, nuestra Coordinadora Binacional, Rosa Martha Zarate y la licenciada Martha Ofelia Lugo coordinadora de Mexicali, a través de Lidia Cano hija de la primera coordinadora, que existen fosas clandestinas que hubo en ese lugar donde la gente morían de hambre, de maltrato, les encontraron cartón en los intestinos, cascaras de naranja, sandía. Estos braceros no eran contratados y se regresaban caminando por las vías del tren y sufrían muchas limitaciones.

Se gestionó con las autoridades municipales de Empalme, Sonora realizar un monumento en honor a los braceros, así que nos juntamos en caravanas de buses, vehículos gente de Hermosillo, de diferentes Santa Paula, Los Ángeles, Chino, Indio, San Bernardino, Las vegas y durante el trayecto nos ofrecían comida. En la plaza del Tinaco, fue donde nos concentramos y luego se construyó el monumento. En el año 2015, se inauguró este monumento en honor a los Braceros. Hay líderes que han querido dividirnos, pero nosotros continuamos con esta lucha.

¿Cuál es el siguiente paso?

RV: Tenemos bien estructurada la organización que se llamará “Mi abuelo fue brasero y yo también” no solo es a nivel de Estados Unidos, también se están trabajando en Guadalajara, Chiapas, México D.F, Sonora en diferentes puntos ya hay grupos que vamos a reunirnos. El primer encuentro lo realizamos en Agosto, donde establecimos estatutos y formalizamos la alianza con los nietos de braceros y todos aquellos jóvenes que quieran apoyarnos. Ahora si vamos a realizar la organización de manera legal para solicitar fondos de apoyo y también darles ayuda a los muchachos que de manera voluntaria nos quieran aportar. Esto es para que los nietos y jóvenes se sumen a esta lucha de estos abuelos que muchos murieron y otros después de 75 años, continúan luchando por una causa justa.


Por Ursula Coj

El presidente estadounidense Donald Trump, junto al fiscal general Jeff Sessions cancelaron la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca, por sus siglas en inglés), como un ataque más para la población migrante.

El Daca beneficia a 800 mil jóvenes -en su mayoría estudiando una carrera universitaria- quienes habían llegado procedentes de nuestros países, de los cuales el 75% son mexicanos, siguiéndole descendentemente, salvadoreños, hondureños y guatemaltecos. Esta medida promulgada por el gobierno de Obama permitía que las y los jóvenes pudieran estudiar, conducir, laborar y tener derecho a seguridad social, con el requisito de residan permanentemente y haber ingresado antes de los 16 años; sin embargo, para nada era un permiso de residencia legal, ni menos de ciudadanía

El problema es también de orden cultural, porque muchos de estos son prácticamente estadounidenses y no conocen la realidad del país de origen de sus padres, por tanto esta medida es un rechazo por su color y su origen,  a una buena cantidad de jóvenes estadounidenses

Recordemos que muchos de los padres emigraron en la década de los 80s del siglo pasado como producto de las guerras internas y civiles que se vivieron en Centroamérica y la aplicación de las políticas neoliberales en El Salvador, Honduras, Guatemala y México, provocando la desindustrialización y la articulación en forma de maquilas y ensambladoras en estos países. Es hasta cierto punto el producto del retroceso político y económico que sufrió la clase trabajadora en estas cuatro naciones.

Al conocerse la noticia se realizaron manifestaciones en varias ciudades estadounidenses y en distintos campus universitarios, y se espera que se recrudezcan. Pero recordemos que, en el gobierno de Obama, con Clinton y Kerry como secretarios de Estado fueron deportados más de 5.5 millones de indocumentados y 2.7 millones de “salidas voluntarias”, así como inició la persecución -ahora con más crudeza- a la población indocumentada, llevando a tribunales de inmigración y a centros de detención, considerando a la población trabajadora que viaja hacia el norte, como delincuentes.

Fue en el gobierno de Obama donde se empezó a implementar el e-verify cuya finalidad es fortalecer los controles migratorios con instrumentos electrónicos en la frontera sur de Estados Unidos y los aeropuertos. Trump ahora lanza la papa caliente al Congreso, donde el Partido Republicano tiene mayoría y donde demócratas y algunos republicanos planean discutir una ley federal denominada Dremeract donde se permitiría a éstos y a otros jóvenes acogerse sin un tiempo definido, pero nuevamente sin esperanzas de conseguir la residencia o la ciudadanía y a la vez seguir entregando fondos para el fortalecimiento del e-verify que es de hecho un muro electrónico

Trump por su parte, no puede detener el flujo de inmigrantes que la economía de ese país necesita como fuerza laboral, y que los empresarios usan para bajar el costo laboral, la indocumentada es el 17% de la mano de obra total. Existen estudios que consideran que el aporte de los dreamers y los hijos de inmigrantes ilegales en general que accedan a estudios superiores es altísimo para la economía.

En el capitalismo, la burguesía de los países centrales necesita del ingreso de mano de obra inmigrante, con lo cual puede abaratar el costo de la fuerza laboral de toda la clase trabajadora afectando con más intensidad a estos trabajadores sin o con pocos derechos. Pero a la vez es un dispositivo racista para debilitar la unidad de la clase trabajadora tanto la extranjera, como la residente y autóctona, con el pretexto falso de que los y las latinas quitan puestos de trabajo.

Por otro lado, las reacciones de los gobiernos fueron tímidas; el caso más patético fue del nuevo equipo de la cancillería guatemalteca que simplemente mostró su preocupación, apelando al sentido humanitario. Mientras los cancilleres de El Salvador y México demagógicamente mencionaron que esperan una ley permanente y una solución de esta índole.

No se debe confiar en el Partido Demócrata, que tiene influencia en organizaciones hispanas, es necesario arreciar las movilizaciones para exigir al Congreso de ese país no solamente que se renueva y se extienda la cobertura del Daca, sino lograr la residencia legal y ciudadanía para las y los jóvenes y sus padres, si lo desean. Así como combatir por medio de la movilización la represión a la clase trabajadora latinoamericana, la construcción del muro, el cese de las deportaciones y los controles militares en la frontera con México. A la cual se le debe sumar la movilización al sur del Rio Bravo contra la militarización de la frontera sur mexicana y la persecución de migrantes de todos los orígenes en Centroamérica.

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