Por Nicolás Lebrun

Hace escasos diez años, el mundo descubría las primeras imágenes de las masivas

 manifestaciones que se daban en Túnez pidiendo que la caída del gobierno, entonces dirigido por el dictador Zine Ben Alí quien estuvo en el poder durante casi dos décadas.

Esta dictadura, evidentemente tuvo el beneplácito de las grandes potencias imperialistas, que obtuvieron y todavía obtienen grandes réditos de la sobre explotación de las masas de trabajadores tunecinos.

Esta chispa que se encendió rápidamente en los países vecinos, que como en el caso tunecino se encontraban subyugados por gobiernos dictatoriales que no solo le pasaban la factura de la crisis del 2008 a las masas, sino que, en el mosaico de la repartición colonial y post colonial de las fronteras nacionales, también oprimían y continúan haciéndolo hasta el presente, las minorías étnicas y nacionales como el caso de los bereberes. Este pueblo bereber se encuentra esparcido principalmente dentro de las fronteras nacionales de Argelia y Marruecos, donde son discriminados y perseguidos por el régimen a causa de sus reivindicaciones autonómicas.

La correlación de fuerzas ha cambiado

La cúspide de estas movilizaciones desencadenadas en el norte de África y el Oriente Medio fueron por un lado la caída de las dictaduras de Mubarak y de Gadafi, mientras que en Siria se daba paso a otro proceso revolucionario que desencadenaría una cruenta guerra civil que lleva centenas de miles de muertos y millones de refugiados.

El gobierno genocida de Al Assad parece que tiene la partida ganada. Después de que las masas lo pusieran contra las cuerdas y perdiera el control de la mayor parte del territorio, en este momento ha recuperado la casi totalidad de los terrenos perdidos.

Esto ha sido posible por el apoyo directo e indirecto de las potencias imperialistas, que temían como a la peste el triunfo de un proceso revolucionario en el área que pudiera cambiar la correlación de fuerzas. Las burguesías nacionales de los países árabes, han jugado un rol contrarrevolucionario de diversas maneras.

En el crisol que representa el mundo árabe, los aliados a las monarquías del Golfo Pérsico y de Ankara han jugado un doble rol. Por un lado, se han encargado de financiar y armar milicias sunitas, entre ellas el desmembrado ISIS.

Igualmente, el gobierno de Erdogan trata de tomar un papel más preponderante en el área y se ha convertido en un aliado estratégico del gobierno de Putin.

“Tanto Erdogan como Putin consideran que el mundo es multipolar y que sus países merecen, junto con China y otros emergentes, una cuota de poder mayor frente a Estados Unidos y Europa.

Pinar Tank indica que la nueva alianza entre Moscú y Ankara "no debe ser vista como un reemplazo de la OTAN, sino como una asociación de conveniencia que sirve para proteger los intereses nacionales de las dos partes: el deseo turco de contar con una política exterior más autónoma y el de Rusia de desafiar la relación de Turquía con la OTAN".

Pese a las discrepancias regionales, los dos países tienen una estrecha relación económica. Rusia es el tercer socio comercial de Turquía y su principal proveedor de energía, y le construirá una planta nuclear.

En enero pasado, los dos países decidieron seguir adelante con el proyecto de un gasoducto de 930 kilómetros que cruza el mar Negro (y evita el paso por Ucrania) para proveer gas a Europa.” (BBC Mundo 9/10/2020)

Por otro lado, Irán, de corriente chiita, ha logrado desplegar también sus milicias, de un lado “voluntarios” enviados a combatir a los enemigos de El Assad y, por otro lado, las milicias de Hezbola, asentadas en el Líbano. Estos últimos con una larga experiencia militar, al punto de ser responsables de una feroz resistencia que a la postre significó el retiro de las tropas sionistas luego de la última invasión del Líbano.

“De hecho, el presidente sirio agradeció al pueblo y a los dirigentes de Irán su apoyo en la lucha contra el terrorismo en Siria y abogó por estrechar aún más los lazos, también económicos.

"Irán y Siria deben desarrollar continuamente sus relaciones económicas porque serán un factor importante para anular los complots de los enemigos contra las dos naciones", dijo Al Asad.

Después del apoyo militar prestado por Irán, fundamental para el régimen sirio en su lucha contra la oposición armada y los grupos terroristas, Teherán se dispone ahora a jugar un papel destacado en la reconstrucción de Siria.” (La Vanguardia, 25/02/2019)

Por otro lado, las masas egipcias que derrocaron la dictadura de Mubarak vuelven a hacer frente a la continuación del régimen totalitario de los militares, esta vez personificado por el general Al Sisi. Este país que posee una vital posición estratégica ha sido un bastión en primer lugar del imperialismo inglés, para luego pasar bajo la égida de los yanquis. No es en el balde que este gobierno haya sido el primero del mundo árabe en reconocer al estado sionista de Israel.

En otro rincón del área, la guerra civil en Yemen también ha sido un teatro de operaciones en el cual las diferentes potencias han apostado al aplastamiento de la insurrección debido a que esta no les permite obtener el control de este punto estratégico de control del Golfo de Adén y su acceso al mar Rojo por donde transitan los tanqueros que abastecen una buena parte del petróleo que se consume en el mundo.

La guerra civil en Libia sigue su curso, diez años después luego de la caída del gobierno dictatorial de Gadafi.

“El conflicto ha paralizado las instituciones y la economía de Libia y ha dejado al país fragmentado con distintos grupos peleándose por el poder. Al este, el hombre fuerte sigue siendo el militar Jalifa Hafter, mientras que en el oeste del país gobierna Fayez al Serraj, primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional, creado en 2015 con el apoyo de Naciones Unidas.

Según los analistas internacionales, la lucha por controlar los recursos energéticos de la zona, especialmente el petróleo, es una de las razones que se encuentran detrás de la guerra en Libia y otros países de la región.” (La Vanguardia 15/02/2021)

Ambos bandos son apoyados por diferentes bloques de naciones imperialistas, cada cual con intereses específicos para asegurarse su parte del botín de guerra que representan las reservas petroleras que posee el territorio libio.

La cuestión palestina ha sufrido también sus golpes. La política agresiva que lanzó la administración de Trump fue de lograr acuerpar toda una serie de gobiernos serviles como lo son los de las monarquías del golfo y la monarquía marroquí para establecer acuerdos de reconocimiento del estado sionista mediando de por medio acuerdos económicos y militares además como en el caso de Marruecos, del reconocimiento por parte del gobierno yanqui de la “soberanía” sobre el Sahara Occidental desconociendo como era la costumbre de esta administración de los tratados vigentes. Mientras esto sucede, la política de construir asentamientos de colonos sigue a marcha acelerada con la complicidad de todas las potencias imperialistas que se contentan en poner notas al pie de página una vez que los hechos se han consumado.

El aislamiento de la población de la Franja de Gaza se ha recrudecido, dejando a millones de personas desprovistas de los medios indispensables para sobrevivir dignamente.

De hecho, cuando vemos la dinámica que se ha dado en la última década, la contención de la primavera árabe ha pasado por varias políticas que van desde la reacción democrática hasta la intervención militar directa de las grandes potencias o de países que buscan sacar su parte del pastel.

En Túnez, las masas lograron imponer elecciones directas que en un primer momento dieron como triunfador al partido islamista Ennhada que ha representado la continuidad de la política del antiguo régimen. Represión, crisis política y económica han marcad la década subsiguiente a la caída de la dictadura.

“La cooperación internacional no ha demostrado una gran capacidad de leer los procesos y la estructura de Túnez”, continúa Clara Capelli. “El FMI llegó con su habitual paquete preconstituido de reformas, la más grave en términos absolutos fue la depreciación del dinar frente al euro, que provocó un importante y muy doloroso empujón inflacionario”. La inflación ha agravado aún más las ya precarias condiciones salariales de las clases bajas de la sociedad. Según el portal de análisis Statista, el desempleo ha subido al 16%, el desempleo juvenil al 36,6%, cifras nunca tan altas desde 2013.” (El Salto Diario17/12/2020)

La falta de confianza de las masas en el régimen ha hecho que la participación en las últimas elecciones haya caído enormemente, llegando al 30% en 2019.

Derrota o retroceso

A pesar de la derrota del proceso revolucionario en Siria y de la represión que no ha cesado en el conjunto de los países del Magreb y del Medio Oriente, la situación sigue abierta.

Las condiciones materiales, la crisis política, la pandemia y otros elementos abren la puerta a que de nuevo puedan darse elementos que aceleren la movilización de las masas.

Mientras tanto, un éxodo masivo de jóvenes se sigue dando con rumbo a Europa, lo que se convertido en una crisis humanitaria y política que golpea las puertas del continente.


Por Nicolas Lebrun

El pasado 15 de setiembre se firmó un acuerdo presentado por la administración Trump como un acuerdo de paz entre los Emiratos Árabes Unidos –Bahréin e Israel. Cabe notar en primer lugar que estos acuerdos no pueden ser denominados de paz, puesto que no existe ni ha existido un conflicto declarado entre los países signatarios. Este detalle sin embargo no le quita los efectos nefastos que recaen sobre el pueblo palestino y la aspiración histórica de recuperar su territorio desmantelado por la ocupación sionista sostenida por los Estados Unidos en todos sus ámbitos, sean económicos como políticos y militares.

El enclave sionista en el Medio Oriente vino a cambiar las relaciones de fuerzas entre las viejas potencias imperialistas europeas que poco a poco fueron perdiendo ( y lo siguen haciendo) su influencia en sus viejas colonias y protectorados. Este vacío no duraría mucho tiempo, ya que los yanquis estaban listos a suplir en materiales militares, tropas y acuerdos económicos a las monarquías de la península Arabe, asi como el resto de los países del área.

Un acuerdo (más) contra revolucionario

Lo más temido por las burguesías del Medio Oriente y las potencias imperialistas es el resurgimiento de una nueva intifada como la de fines de los años 80 que vuelva a poner contra las cuerdas al estado sionista. Un triunfo de las masas palestinas contra el estado de Israel, supondría un efecto multiplicador que socavaría las bases de todos los estados del Medio Oriente, pero podría ir todavía más allá y abarcar los países del Magreb, la misma Turquía y por qué no la república islámica de Irán.

Es por esto que un cerco militar, político, económico y diplomático se ha ido tejiendo a lo largo de los últimos años, con el fin de reventar al pueblo palestino en todos los frentes. Los acuerdos de Oslo no han sido más que un espejismo y la solución a dos estados no ha sido más que el sumun de la distopía reaccionaria.

Durante todo este tiempo, los diferentes gobiernos sionistas no han cesado de construir asentamientos de colonos en los territorios ocupados violando todas las resoluciones emitidas por las Naciones Unidas. Todas las condenas al estado sionista no han sido que palabras que se las lleva el viento puesto que no hay ninguna fuerza detrás con capacidad de imponerlas. El enclave sionista está bien respaldado por su creador, el cual no ha permitido que nadie toque a su creación.

LA derrota de la primavera árabe, la gran movilización de masas que puso en jaque a casi todos los gobiernos del norte de África y supuso la caída de regímenes como el de Ben Ali en Túnez, que fue la campanada de inicio. El polvorín se fue esparciendo, provocando también la caída de Mubarak en Egipto, luego de enormes movilizaciones reprimidas a sangre y fuego por el régimen, así como el desmantelamiento del estado libio luego de la caída estrepitosa de Gadafi. La guerra civil en Siria ha sido el punto más álgido de este proceso y que hasta el momento el signo de la derrota de las masas producto de la más brutal represión del gobierno de El Assad y sus aliados han impedido el triunfo.

Esta primavera también tocó el a las monarquías de la península en mayor y menor medidas. Todos estos regímenes se basan en modelos autocráticos con pocas libertades democráticas. Concretamente en los EAU esto se presenta de la siguiente manera:

“El derecho a voto está muy restringido en Emiratos: solo algo más de 300.000 ciudadanos puede votar. Los votantes son seleccionados representativamente por el Comité Electoral Nacional siguiendo parámetros de edad, sexo, formación o comarca. Las primeras elecciones se celebraron en 2006, en las que solo se permitió la participación de 6.000 hombres y mujeres. Desde entonces, el censo ha ido ampliándose a 130.000 en 2011 y a los actuales 300.000 en 2019. 180 mujeres llegaron a presentarse a las urnas ese año, en las últimas votaciones, aunque solo siete han llegado a formar parte del Consejo Nacional Federal. “ (elordenmundial.com)

 Esto no los ha dejado inmunes a la ola de movilizaciones y de los conflictos militares como el que se lleva a cabo en Yemen. Los EAU, potencia militar  en crecimiento, ha jugado un papel preponderante.

“Emiratos Árabes Unidos ha utilizado sus bien equipadas fuerzas armadas en Libia y Yemen. Pero su enemigo potencial más serio es Irán, justo al otro lado del Golfo.

Las bases aéreas locales de Israel están a un largo vuelo de Irán. Los Emiratos están al otro lado de las aguas del Golfo. Eso sería muy significativo si se volviera a hablar de ataques aéreos contra las instalaciones nucleares de Irán.” www.bbc.com

Esta fuerza militar ha sido posible gracias a la cooperación con el gobierno de los Estados Unidos, cooperación que se extiende desde la salida de los ingleses en 1971.

“Tras su independencia, Emiratos pronto se convirtió en un estrecho aliado de EE. UU., que mantiene unos 5.000 soldados desplegados en el país, entre el puerto de Jabel Ali, próximo a Dubái, la base aérea de Al Zafra y la base naval de Fuyaira. Bajo la Administración Trump, las relaciones entre Emiratos y Estados Unidos se han reforzado, dado que ambos rechazan el ascenso regional de Irán y están preocupados por la estabilidad del golfo Pérsico.” (elordenmundial.com)

El acuerdo que según la diplomacia emiratí representa un gran avance porque detiene los asentamientos en las zonas ocupadas no es más que un atolillo con el dedo. Casi inmediatamente el anuncio del acuerdo, el presidente del estado sionista, Benjamín Netanyahu salió al paso de lo declarado por el ministro de relaciones exteriores del emirato, Anwar Gargash, con respecto al fin de la construcción de nuevos asentamientos, precisando que solo es una “posposición”

Este acuerdo es un retroceso incluso con respecto a las declaraciones anteriores de los países árabes.

“El acuerdo significa el principio del fin de las viejas premisas de la cumbre árabe de Kartum del 1 de septiembre de 1967, que había dado lugar a la resolución que enmarco sus tres No históricos (“no” al dialogo con Israel, “no” a su reconocimiento y “no” a la paz con el estado judío). Sin embargo, los parámetros actuales que permitieron arribar al acuerdo se fundaron en una iniciativa árabe de paz incluyendo en las nuevas relaciones con Israel una solución que dé lugar al proyecto demorado por mucho tiempo de dos estados con los palestinos. “ www.infobae.com

La última declaración del 2002 mantenía el espíritu de la anterior. El viraje que han tenido los países sunitas, etnia mayoritaria en la casi totalidad de los países de la península y en otros países de confesión musulmana, es deplorable. Lo que ha cosechado la administración Trump no es solo el fruto de su nuevo estilo diplomático. La política imperialista ha buscado aislar al máximo al pueblo palestino con el contubernio de los gobiernos cipayos.

“Este avance diplomático es tanto más espectacular cuanto que torpedeó el consenso árabe adoptado en 2002, según el cual Israel solo sería reconocido a cambio de la retirada israelí de los asentamientos ocupados ilegalmente en Cisjordania desde la Guerra de los Seis Días en 1967. Pero frente al creciente intervencionismo de la República Islámica de Irán en la región, el Estado hebreo y los países del Golfo han encontrado un enemigo común y durante diez años han multiplicado los acercamientos discretos sobre los planes estratégicos y de seguridad, relegando al segundo plano la cuestión palestina” (www.lepoint.fr)

El ministro de Relaciones exteriores del emirato niega consecuentemente que este acuerdo se basa en una estrategia para aislar a Irán, en consonancia a la política yanqui.

“No, no creo que este acuerdo se centre en Irán. Se trata de nosotros, de cómo vemos nuestras relaciones y de cambiar una política que no ha tenido éxito. Ahora bien, si se mira a nivel regional, hay que admitir que las declaraciones belicosas frente a los países del Golfo han creado un entorno que ha facilitado lo que está sucediendo hoy. Pero, repito, esto no tiene relación con Irán, un país con el que tenemos desacuerdos que hemos decidido resolver mediante la desescalada y la diplomacia. No tenemos ningún interés en ver el Golfo (convertirse) en una zona de confrontación.” (lepoint.fr)

Las reacciones de la ONU y de los países imperialistas han sido positivas al acuerdo. Con esto buscan no aislarse del una potencia económica y militar estratégica como la de los EUA. Las inversiones de los emiratos en varios países europeos son muy importantes. Dubai es un centro importante del turismo y del comercio mundial. El fondo soberano es de 828 000 millones de dólares uno de los más grandes del mundo.

“Francia acogió con satisfacción este acuerdo el viernes, pero también la decisión de Israel de "suspender la anexión de territorios palestinos". Londres también elogió “un paso histórico que ve la normalización de las relaciones entre dos grandes amigos del Reino Unido”, mientras que Berlín lo ve como una “importante contribución a la paz”. Egipto también aplaudió el anuncio, al igual que el Sultanato de Omán y Bahréin, un pequeño estado del Golfo.” (leparisien.fr)

Con las masas palestinas

Los acuerdos como este no han sido ni los primeros ni los últimos que han quedado en el cajón de la basura de la historia. En este sentido, el rol determinante es el que pueden jugar las masas palestinas que siguen resistiendo en condiciones infrahumanas en las ratoneras que ha impuesto el estadio sionista. En las fronteras de los países vecinos, se encuentran también millones de palestinos en campos de refugiados sufriendo casi la misma suerte de sus compatriotas dentro de los guetos.

La crisis económica y sanitaria causada por la pandemia tampoco dejan inmune a estos gobiernos de la península, por muchos recursos que tengan.

La crisis política, social y económica también golpea al estado artificial de Israel. Todos estos elementos hacen posible que nuevas movilizaciones se den, pero con el consecuente problema de la dirección. La OLP claudicó a las aspiraciones históricas del pueblo palestino cuya élite se ha enriquecido de los manejos de fondos de la ANP.

Pero así, como en 1987 la juventud palestina se movilizó e hizo temblar los cimientos del apartheid sionista, desde el PSOCA apostamos por una nueva insurrección que pueda hacer explotar el régimen racista de ocupación.


Por Youssef El Maldi

A finales del mes pasado, el presidente Trump en conjunto con el primer ministro del estado sionista de Israel, Benjamín Netanyahu, anunciaban con gran pompa el lanzamiento del denominado plan de paz Krushner, apellido del yerno del presidente yanqui y su principal asesor en la región.

El contexto en el que se anunciaba este esperpento jurídico e histórico es bien importante. Cerca del final del proceso de impeachment y en plena campaña presidencial, el inquilino de la casa blanca necesitaba salir con una posición de fuerza que les acercara a los sectores mas conservadores, los grupos fundamentalistas evangélicos, fuente importante de los votos obtenidos en el pasado proceso electoral.

Por otro lado, el primer ministro Netanyahu, se ha visto en una precaria situación al ser acusado por corrupción, lo que ha sorteado de manera olímpica para seguir en la contienda electoral dentro del estado sionista. Netanyahu también representa a los sectores más conservadores del espectro político del enclave imperialista. Los judíos ortodoxos son parte de su base de apoyo y este plan representa también los ideales de este grupo que pretende deshacerse de la presencia palestina dentro de sus fronteras

“El 100% de lo anunciado ya se lo había oído en 2012 a [Benjamín] Netanyahu”, aseguraba el miércoles el veterano negociador palestino Saeb Erekat. “Trump se ha limitado a copiar y pegar los planes israelíes”, remachó el rechazo frontal a una propuesta de acuerdo que calificó de parcial. (El Pais 30/01/2020)

Cincos aspectos centrales del Plan Trump

Los principales puntos de este infame proyecto son los siguientes:

1.- “Seguridad.

En las zonas de Cisjordania no anexionadas por Israel podrá surgir un nuevo Estado de Palestina sin control sobre sus fronteras, donde “el tránsito de personas y bienes será supervisado por Israel”. Israel mantendría en última instancia el control militar o, como reza el texto del plan, “la responsabilidad esencial sobre la seguridad”.

La libertad de movimientos de los palestinos queda a expensas de la creación de una red de “vías rápidas” separadas y de “soluciones de infraestructuras como túneles y pasos elevados” entre los enclaves que, a modo de bantustanes, conformarán el territorio palestino entre áreas y asentamientos absorbidos por Israel.

El intercambio de territorios ofrecido a los palestinos en compensación parcial por las anexiones se localizará en el desierto del Negev, junto a la frontera de Egipto, Este intercambio de población, “sujeto al acuerdo entre las partes”, suscita dudas sobre su legalidad internacional.

2.- Jerusalén.

La asimetría del plan de paz tiene su máxima expresión en Jerusalén, precisamente donde se concentran los símbolos del conflicto y los lugares sagrados de las tres religiones monoteístas. Después de haberla reconocido como “soberana capital” de Israel en 2017, Trump la declara ahora “indivisible”, cerrando el paso a la reivindicación histórica palestina de establecer la capital de su Estado en la parte oriental de la Ciudad Santa.

Como compensación, los palestinos podrán instalar la sede de sus instituciones en la periferia de Jerusalén Este,

3.- Asentamientos.

El Gobierno de Netanyahu aspira a anexionar todas las colonias israelíes en Cisjordania, incluidas las más aisladas en el interior del territorio ocupado palestino. El plan de paz reconoce esta reivindicación del sionismo revisionista o conservador sobre las bíblicas tierras de Judea y Samaria. En contrapartida impone la congelación durante cuatro años de la expansión de los asentamientos.

Junto con el valle del Jordán, la incorporación de las colonias a Israel restará más de un 30% de su territorio a Cisjordania. La iniciativa de la Casa Blanca también garantiza el control israelí sobre el centro histórico de Hebrón, donde judíos y musulmanes se disputan como lugar sagrado la Cueva de los Patriarcas o Mezquita de Ibrahim. El tortuoso diseño del “mapa conceptual” que acompaña el plan pone de relieve la cesión de EE UU en favor del interés de Israel sobre las colonias.

4. Refugiados

Para los cinco millones de palestinos registrados por Naciones Unidas entre quienes se vieron obligados a dejar sus casas en 1948 —así como a sus descendientes— tras el nacimiento del Estado de Israel la propuesta no ofrece soluciones ni derecho al retorno, más allá de las compensaciones económicas que se les puedan reconocer.

5.- El plan económico.

Presentada en el foro de Baréin en 2019, la promesa de inyectar 50.000 millones de dólares durante 10 años es el mayor incentivo presentado a los palestinos y a los países árabes vecinos para que se adhieran al plan de Trump, a pesar de su insignificancia política.”(El Pais 30/01/2020)

La continuidad de los Acuerdos de Oslo

En 1993, luego de una serie de negociaciones secretas, la dirección de la OLP firmó un acuerdo con Israel, bajo la tutela de Washington, conocidos como Acuerdos de Oslo. En 1948, cuando el estalinismo avaló la creación del estado sionista de Israel, el trotskismo advirtió sobre la trampa de ese acuerdo y sobre la ilusión que representaba la supuesta solución de “dos estados”, una israelita y otro palestino. Pero “para verdades el tiempo”, aunque en este caso las masas palestinas han pagado con sangre, sudor y lágrimas la claudicación de la dirección mayoritaria de Al Fatah y su líder Yasser Arafat.

El acuerdo de Oslo también incluía un importante paquete de “ayuda” militar y económica a la Autoridad Palestina que le ha permitido crear un aparato de seguridad para controlar todo lo que huela a oposición. La colaboración con los servicios secretos estadounidenses se ha dado sin que esto provoque el más mínimo sonrojo de los líderes de Al Fatah en el poder. Además de esto, parte de este dinero ha servido también para crear una especie de nueva burguesía palestina dentro de los territorios que se ha enriquecido a golpe de escándalos de corrupción y otros negocios.

“El secretario general de la OLP, Saeb Erekat, recuerda que "cuando se firmó el acuerdo, el 82% de los palestinos nos apoyaron porque vieron una esperanza. Pero entonces vieron que todo seguía igual, colonias, redadas, demoliciones…" (El Mundo 13/09/2018)

Las corrientes islamistas, fundamentalmente ligadas al grupo libanés Hamas, son las que controlan la franja de Gaza, el más grande gueto de la historia moderna. Las repetidas intervenciones militares sionistas contra la población de esta franja han sido cruentas. Sin embargo, la resistencia legitima del pueblo palestino en contra del bloqueo criminal de las autoridades sionistas con la complicidad de Egipto y otros países árabes, no ha cesado, pero está lejos de crear una movilización como la producida en 1987 conocida como la Intifada que se saldó con las negociaciones que llevaron al acuerdo de Oslo con el consecuente desmantelamiento de la movilización.

Esto no implica que los socialistas revolucionarios demos un cheque en blanco a estas corrientes que enfrentan el sionismo. Sabemos que los fundamentalistas religiosos de cualquier índole son a la postre enemigos de la clase trabajadora y de sus organizaciones. Pero esto no equivale a decir que cuando estas mismas organizaciones se defienden de la agresión imperialista en los exiguos territorios que representan a la autoridad palestina, nosotros estemos del lado de ellos para enfrentar al sionismo, columna vertebral del imperialismo yanqui en el Medio Oriente.

Todo esto demuestra que la pretendida solución que contempla la creación de dos estados no es más que una utopía reaccionaria que favorece cada vez más al sionismo y su proyecto fascista.

“El plan de Trump no va a cambiar la realidad cotidiana de la ocupación impuesta desde hace más de medio siglo, pero consagrará la segregación en Cisjordania entre 400.000 colonos, a quienes se aplicará exclusivamente la legislación israelí, y 2,5 millones de palestinos sometidos a la ley marcial del ocupante. Estas son las claves del plan de Trump”.(ídem)

El pulso interimperialista sigue su curso

La administración Trump ha realizado varias medidas que son un espaldarazo importante para el gobierno sionista de turno. Hace dos años que la embajada yanqui fue trasladada a Jerusalén como un gesto para señalar el camino que iba a seguir su administración. Por otro lado, el recorte de la ayuda otorgada por monto de 200 millones dólares con el fin de aumentar la presión sobre la ANP. Esta política queda bien resumida de la siguiente manera

“Sin dar detalles, un alto funcionario ha explicado que los fondos originalmente destinados a programas en Cisjordania y Gaza, serán "redirigidos" a "proyectos de alta prioridad en otros lugares". La decisión se tomó tras una revisión para asegurar que la ayuda de Estados Unidos en el área se gasta de acuerdo con los intereses nacionales.”(Euronews 20/08/2018).

Por otra parte, el plan está lejos de hacer la unanimidad. Evidentemente las autoridades saudíes y egipcias, socios importantes del imperialismo gringo en la región ha llamado para que los palestinos “estudien cuidadosamente” la propuesta estadounidense. (El Pais 5/02/2020)

La UE también se ha distanciado una vez más de la política yanqui en el Medio Oriente. Los intereses de las antiguas potencias hegemónicas en el área están lejos de ser coincidentes en los aspectos tácticos de la política exterior yanqui, sobre todo después de la llegada de Trump al poder.

“El plan de paz del presidente de EE UU no encaja con los parámetros aceptados internacionalmente para poner fin al conflicto entre Israel y Palestina, según ha asegurado este martes el alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común de la UE, Josep Borrell, en un comunicado. La UE expresa, además, su preocupación por las intenciones de Israel de proseguir con las anexiones de territorio en el valle del Jordán y en los asentamientos de Cisjordania. Y advierte que, de consumarse esos movimientos, “no pasarán sin ser recurridos”.(El País 5/02/2020)

La crisis iraní, las recientes escaramuzas entre los turcos y los sirios luego del acuerdo de intervención con los rusos en el norte de Siria, no dejan de acrecentar la inestabilidad, amén de la oposición directa de Erdogan al plan de paz de Trump.

Por una Palestina laica, democrática y no racista

La única salida para el pueblo palestino de lograr sus aspiraciones es la de re-centrar su programa y abandonar las quimeras de la realpolitik que proponen las direcciones reformistas y contrarrevolucionarias así como las diferentes fracciones de la burguesía imperialista que ven en la creación de dos estados la solución a la crisis.

El Estado sionista debe caer para permitir el regreso de los más de cinco millones de palestinos y sus descendientes expulsados de su territorio luego de la ocupación sionista.

Este es el punto de partida para reconstruir el país y deshacerse del yugo de la ocupación y de la explotación.


Por Youssef El Maldi

El reciente asesinato del general iraní Qasem Soleimani  y del vicepresidente de la milicia chiita Multitud Popular en Iraq, Abu Mahdi al Mohandes,  por parte del gobierno de los Estados Unidos pone en evidencia los métodos de terror que emplea el imperialismo para combatir a sus enemigos.

La justificación dada por la administración Trump ha sido que este asesinato es la respuesta a una escalada de ataques. El primero fue perpetrado por las milicias pro iraníes a una zona ocupada por las fuerzas yanquis matando así a un empresario yanqui sub contratista. En respuesta a esto, los Estados Unidos bombardearon las bases de las milicias del Hezbola. En respuesta         a esto, las masas toman la embajada yanqui. Todo esto acaba con el asesinato del general Soleimani.

Una vez más, la tecnología de punta al servicio del imperio ha permitido este salvaje ataque en contra de uno de los más importantes militares del régimen de Teherán.  Soleimani ha sido clave por su rol en los diferentes conflictos que ha tenido que enfrentar Irán a lo largo de los últimos tiempos. Uno de sus labores fue la coordinación entre los distintos aliados del estado iraní en Siria e Iraq y sus fuerzas armadas Los Guardianes de la Revolución. Esto lo convirtió en un objetivo militar de primer orden.

Luego de la invasión yanqui a Iraq en el 2003, la camisa de fuerza que encerraba de manera dictatorial el régimen de Husein a las diferentes nacionalidades se destapó. Esto no es del agrado de las burguesías locales y menos de las burguesías imperialistas que apostaron por diferentes tratados para lograr su cometido de dominación sobre estas importantes reservas de recursos naturales, en este caso, los hidrocarburos.

El balance de víctimas en este periodo es espeluznante. Más de un millón de iraquíes ha perecido desde ese año hasta entonces.

Hace cien años, el tratado Sykes Picot entre las potencias vencedoras de la primera guerra mundial crearon los Estados que conocemos en la actualidad bajo la denominación de protectorados. Estos protectorados, ingleses y franceses, desmembraron el derrotado imperio Otomán y crearon Siria bajo la tutela francesa, Irak, bajo la tutela inglesa y crearon algunos otros estados artificiales para mejor dividir como el Líbano, donde la minoría católica maronita se alió con la potencia ocupadora para oprimir a las mayorías de origen chií y establecer un régimen reaccionario que estallo durante la guerra civil de los años setenta. En el resto del área, la formula colonialista fue la misma que se aplicó en el resto del mundo. Las minorías étnicas fueron elevadas al rango de aliados de los ocupantes y las mayorías a sufrir el yugo de la ocupación.

Las movilizaciones en Iraq: la contestación contra el gobierno pro iraní

Desde finales del año pasado, las masas iraquíes han salido a la calle para protestar por la degradación de sus condiciones de vida y de la creciente corrupción producto de la implosión del estado nacional. Este régimen pro iraní ha sido principalmente cuestionado y enfrentado por las masas fundamentalmente de la comunidad chií mayoritaria del sur del país, en donde se han producido las mas importantes movilizaciones. Esto no ha impedido que los miembros de la comunidad sunita también se hayan unido a la protesta. Esta ola de movilizaciones evidentemente ha puesto en peligro el estatus quo organizado por las potencias imperialistas con la venia del régimen de los ayatolas.

« El año pasado, el gobierno iraquí se negó a cumplir con las nuevas sanciones económicas de Estados Unidos contra los sectores energético, marítimo y bancario de Irán. Bagdad anunció su negativa después de que el presidente iraquí Barham Salih visitara Teherán, donde discutió con su homólogo iraní, Hassan Rouhani, las formas de reforzar los lazos bilaterales, así como el posible establecimiento de zonas de libre comercio a lo largo de su frontera común. »(https://israelnoticias.com/medio-oriente/irak-milicias-chiitas-iran-ejercito/)

El balance ha sido bastante sangriento. Cerca de 300 personas fueron asesinadas y alrededor de 12000 más fueron heridas. Esta represión fue orquestada por las fuerzas del régimen, pero también por las milicias pro iraníes, de las cuales Soleimaini y Al Mohandes eran los jefes indiscutibles.

Esta milicias se han ido formando en el contexto de  la lucha contra DAESH. Las Fuerzas de Movilización Popular cuentan con cerca de 140 000 milicianos. Tienen un armamento que incluye vehículos blindados y armamento de todo tipo.

“El parlamento iraquí le dio reconocimiento oficial al PMF como “unidades autónomas” del ejército iraquí y le asignó un fabuloso presupuesto de 2.160 millones de dólares. Los tres principales grupos que conforman estas fuerzas, el Hezbollah, Asaib Ahl al Haq y las Brigadas Badr, tienen a su vez representación parlamentaria.infobae.com 4/1/2020 »

Pero el poder de estas milicias no llega hasta ahí. En un aspecto vital como lo es el control del espacio aéreo, esta se perfila como un competidor al dominio de los cielos por parte de los yanquis.

“Hasta tal punto ha llegado el poder de estas milicias y el apoyo de la clase política iraquí que Faled al Fayah (comandante en jefe de la milicia y asesor de seguridad nacional iraquí) ha iniciado a través de Abu Mahdi al Mohandes (jefe adjunto de la milicia) la creación de una fuerza aérea para la Coalición de las Fuerzas de Movilización Popular con prerrogativas dadas por el Primer Ministro iraquí atendiendo al interés público del pueblo de Irak sometiéndose a la orden Nº79 de 2014. Esto da a Salah Mahdi Hantoush la responsabilidad sobre la nueva unidad aérea. Otralectura.com 8/09/2019”

Estas manifestaciones también tenían como eje rechazar la presencia de las tropas yanquis que a pesar del repliegue anunciado en 2012 por la administración Obama, no ha llegado a ser efectivo en su totalidad.

« En la actualidad, Estados Unidos tiene más de 5.000 soldados en Irak que han desempeñado un papel decisivo en la liberación de las principales ciudades de ISIS. Las milicias, leales a Irán, son hostiles a las fuerzas estadounidenses. En mayo, el secretario de Estado estadounidense de visita, Mike Pompeo, dijo a los líderes iraquíes que si no ejercían más control sobre los combatientes de la milicia, Washington respondería con fuerza. »(https://israelnoticias.com/medio-oriente/irak-milicias-chiitas-iran-ejercito/ 3/07/2019)

Las reacciones por parte de las diferentes potencias luego del inicio de las movilizaciones fueron tardías y escuetas. Las primeras reacciones de la Casa Blanca se dieron cerca de cuarenta días después que las manifestaciones empezaran, lo que denota que las movilizaciones no son la taza de té preferida de la burguesía imperialista. El mismo Ministro de Asuntos Exteriores francés, Yves Le Drian, estando de visita en el territorio iraní en el mes de octubre fue incapaz de pronunciarse sobre la represión ejercida por las fuerzas policiales y las milicias en contra de los manifestantes.

Por su lado, el ayatola Khameini, han ido en el sentido de denunciar las manifestaciones como un complot contra Iraq y así poner en tela de juicio la legitimidad de las manifestaciones. Esta retorica utilizada por los gobiernos burgueses para justificar luego la represión no tiene ningún sentido. En el caso iraquí, la mayor parte de los manifestantes son jóvenes nacidos luego de la invasión yanqui en el 2003. El desempleo, la falta de educación y la escasez de oportunidades han sido el detonante.

Irán, una nueva potencia en el Medio Oriente, busca afianzarse en el tablero internacional

Luego del triunfo de la revolución iraní, dirigida por los ayatolas, las contradicciones con el imperialismo yanqui no se hicieron esperar. El régimen del Sah, aliado incondicional del imperialismo fue derrocado por esta nueva burguesía que implementó un estado confesional.

La guerra civil en Siria ha sido un elemento que le ha permitido al régimen de Teherán de buscar ampliar su influencia.

En este terreno, la puerta se abrió para que varias potencias del área jugaran un papel protagónico, empezando por Rusia que buscaba a toda costa mantener su base naval en el Mediterráneo y torcer el brazo al rival norteamericano. El apoyo incondicional de los rusos a la dictadura de El Asad fue determinante para alzarse con el triunfo. Pero un activo protagonista fue Irán. Miles de combatientes iraníes fueron a engrosar las milicias que enfrentaron a los rebeldes y al Estado Islámico.  Por otro lado, las milicias de Hezbolah sostenidas y financiadas por Irán pusieron también a sus hombres a combatir al lado de la dictadura.

Los iraníes y los rusos no han sido los únicos que han tomado ventaja en esta situación. Los turcos aprovecharon la coyuntura para avanzar y tomar la ciudad kurda de Afrin, lo que ayudó también a consolidar al electorado nacionalista fiel a Erdogan. Cabe recordar que las bases militares turcas, miembro de la OTAN han sido estratégicas para las intervenciones militares yanquis en la región. El reciente acuerdo ruso otomano para intervenir y patrullar en norte de Siria es un elemento más en esta dirección.

La “real politik” de las autoridades iraníes es bastante concreta. Luego de las primeras intervenciones militares rusas en Siria declaraban que “la intervención de las fuerzas de Putin como “razonables y pragmática” para más adelante señalar que “ si la iniciativa político militar rusa con el apoyo de Teherán logra la colaboración de los países de la región y de la comunidad internacional, será la única solución para salir del impasse” “(Courrier International n°1301). Esta caracterización se vio confirmada por la realidad. Las fuerzas del régimen del El Assad en conjunto con las fuerzas rusas pudieron aplastar y masacrar  prácticamente a la rebelión . Los otros países imperialistas solo confiaron el rol de gendarme a las fuerzas rusas apoyadas también por las milicias chiís y el ejército turco por el norte.

La región no deja de tener múltiples conflictos como el de Yemen, donde se enfrentan las fuerzas huties influenciadas por Teherán combaten al régimen apoyado por la monarquía wahabita de Arabia Saudita. En ese país por ejemplo las poblaciones de origen chií representan en Arabia Saudita entre un 12 a un 20 por ciento. Pero las mayores reservas y la más grande cantidad del tráfico de petróleo transita por sus territorios.  De ahí la importancia para los saudíes para mantener el control en la península. Una crisis militar o política de mayor envergadura, podría hacer que los precios del petróleo se fueran por las nubes. La producción de Arabia Saudita equivale a unos 103,3 millones de barriles al día. Si esta producción se detuviera por varios días, el precio podría llegar a los 200 dólares o mas. (TheDaily Telegraph 4/01/2016). Los ataques contra los pozos petroleros en el territorio saudí no han sido en vano. El objetivo es dañar la infraestructura de su principal enemigo en el área que a su vez mantiene sus pretensiones imperiales en distintos escenarios como en el norte de África, siendo Libia uno de sus principales teatros de operaciones militares sin contar el conflicto en la península.

El antiguo presidente del gobierno  ruso, Boris Medved, declaraba con respecto al conflicto en Siria“ Debemos preservar a Siria como un estado unido y evitar su disolución… el mundo no podría sobrevivir otra Libia, Yemen o Afganistán. Las consecuencias de este escenario serian catastróficas para el Oriente Medio. La implementación de estas medidas debe ser conducidas por Rusia y los Estados Unidos. Quiero hacer énfasis en que la clave es el trabajo diario de los militares de Rusia y Estados Unidos. Hablo de un trabajo regular …trabajo diario, el trabajo de todos los días”  (Voltaire Network 13 de febrero de 2016)

Existen otros ejes en donde la rapiña de las grandes potencias imperialistas y las potencias imperialistas de segundo orden buscan afianzar sus posiciones en vista de ganar influencia estratégica sobre todo en el Mediterráneo y en el Oriente Medio. Este es el caso de Libia donde casi todos los actores presentes en Iraq, Siria y Yemen se encuentran aliados o enfrentados en los dos bloques que se disputan el poder en el país, que recordemos posee las más grandes reservas de petróleo en el continente africano.

“Las partes que combaten en la guerra civil libia solo pueden luchar entre sí porque reciben apoyo militar del extranjero. Tenemos que detenerlo para que Libia no se convierta en la nueva Siria”, ha considerado el ministro de Exteriores alemán Heiko Maas el domingo. El borrador del texto que el domingo se negocia contempla en su punto seis que “nos comprometemos a abstenernos de interferir en el conflicto armado de Libia y exigimos a todos los actores internacionales a que hagan lo mismo”, según el texto filtrado a la prensa alemana. (El País 19/01/2020)

¿La tercera guerra mundial?

Es claro que la perspectiva de un conflicto a gran escala no aparece al orden del día por el momento. Los ataques y contra ataques de las diferentes potencias no dejan ver que esa salida sea la que privilegian por el momento.

Los factores políticos son los que priman para que esta situación no se dé. Aun con el auge e ímpetu con el cual la administración yanqui se desenvuelve, el equilibrio y el apoyo hacia el ^presidente Trump no son unánimes como para que todos estos se pongan a respaldarlo en el caso de una nueva aventura militar al estilo de la de los Bush (padre e hijo) y las guerras en Golfo Pérsico.

Por otro lado, los rusos tampoco pueden darse el lujo de abrir un nuevo gran frente. Los conflictos en los que intervienen hasta ahora, el Dombas, Siria tampoco hace la unanimidad en la población que a la vez se ve enfrentada cada vez mas a la austeridad y las privaciones producto del embargo impuesto por la UE y los Estados Unidos.

Por otro lado, la UE golpeada por la salida del Reino Unido, tiene que redefinir su política militar y de seguridad en una situación en la cual no todos hablan el mismo lenguaje. Las divergencias entre los países miembros y fundamentalmente entre los dos colosos Alemania y Francia hacen un poco más difícil esta opción.

Pero el riesgo de un gran conflicto sigue vigente mientras el capitalismo exista como sistema político y económico.  Los bandidos imperialistas no ven otra opción para imponer su ley a lo largo y ancho del planeta. Las contradicciones presentes en los distintos escenarios o puntos calientes como el Medio Oriente y África son elocuentes. Estas no son mas que la antesala de los conflictos de mayor envergadura, así como la Guerra de los Balcanes lo fue antes de la primera Guerra Mundial. El resurgimiento de los grupos fascistas en los países metropolitanos no es solo un asunto anecdótico. Es la prueba de como la burguesía empieza a preparar el terreno intoxicando a las masas con los discursos patrioteros y racistas.

En todo caso queda a los socialistas revolucionarios nos queda la gran tarea de construir el partido internacional que combata el problema de raíz, el oprobioso sistema capitalista y el imperialismo 

POR EL TRIUNFO DE LAS MOVILIZACIONES CONTRA EL GOBIERNO CORRUPTO DE BARHAN SALI

CONTRA LA AGRESION IMPERIALISTA: FUERA TROPAS DE LA OTAN DEL SUELO IRAQUI


Por Rómulo Sosa

Hace cerca de una semana, las tropas del ejército turco atravesaron la frontera siria para comenzar una de las tantas ofensivas que tropas extranjeras ejecutan el territorio sirio desde el inicio de la guerra civil en el 2011.

Sin embargo, este último ataque contra la región norte de Siria, donde se asienta la minoría kurda en el suelo sirio representa algo más. Es el puntillazo para que el régimen de Bachar El Asad logre colorar el aplastamiento por la fuerza de la revolución siria. Una revolución que no ha dejado de tener serias contradicciones y fenómenos grotescos como la aparición del  autodenominado Estado Islámico (DAESCH su acrónimo).

Estas contradicciones han sido también apuntaladas por las diferentes potencias imperialistas que han intervenido o intervienen en el marco de este conflicto que ha dejado hasta el momento un saldo de cerca de cuatrocientos mil muertos hasta el principio de este año. Cerca de una cuarta parte de las víctimas son civiles, de los cuales hay una quinta parte de menores de edad. Sin embargo, esta cifra podría alcanzar los seis cientos mil muertos y desparecidos de todos los bandos. En los calabozos del dictador genocida sirio cerca de cien mil personas han perecido víctimas de las torturas infligidas por los cuerpos de represión. (Deutsche Welle 15/03/2019)

Las tropas de Daesch, financiadas por las potencias sunitas como Turquía y los países del golfo Pérsico, enemigos del clan Asad pero también de los kurdos, se ensañaron con la población de esta “minoría” .

La retirada de las tropas yanquis de las ciudades controladas por la alianza de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza entre los kurdos y sectores árabes opositores a El Asad fue el banderazo de salida para que las tropas del presidente Recip Tayyik Erdogan atravesaran la frontera. Esto ha implicado toda una serie de ajustes de la política de los países imperialistas que se reparten el control de la estratégica zona. Las viejas y nuevas potencias se han repartido los roles todo en función de no perder su parte del botín que representa la región.

La cuestión kurda

El pueblo kurdo es uno de los que ha sufrido las consecuencias de las diferentes reparticiones que han hecho los imperios en la región.

En la actualidad entre veinticinco y cuarenta y cinco millones de kurdos se encuentran esparcidos en los territorios de varios países. En Turquía, donde representan cerca del 50%, cerca del 25% en Irán, más del 15% en Iraq y solo el 5% en Siria. Las estimaciones de esta población son muy difíciles de efectuar dada la dispersión dentro de estos estados nacionales que a la vez se han encargado de oprimirlos. Las zonas kurdas del sur este de Turquía por ejemplo se encuentran bajo un estado emergencia y son el teatro de enfrentamientos con las tropas del ejército. Algunas de los poblados que se encuentran en esta parte han sido “vaciadas” como método de limpieza étnica practicado por el régimen de Ankara. Pero las medidas del gobierno turco también van más allá. Varias de estas zonas han sido sujetas a un embargo gubernamental. El objetivo es “limpiar” la zona para ocuparla militarmente y posteriormente “colonizarla”.

Esto ha provocado un enorme éxodo interno dentro del territorio turco, pero no solamente. Los países de Europa Central acogen una fuerte comunidad kurda. Alemania que acoge una de las comunidades con nacionalidad turca en esta parte del continente, sobre los 2,5 millones declarados, cerca de un millón son kurdos, un porcentaje que representa la situación interna en el país. (www.7sur7.be 14/10/2019) De hecho en el territorio germano ya se han producido enfrentamientos entre manifestantes kurdos y turcos. Cabe recordar que en las pasadas elecciones presidenciales turcas, el presidente Erdogan realizó una gira por varios países del centro de Europa donde viven asentada una fuerte e influyente comunidad turca. El éxodo de esta población, la población musulmana más importante de la región después de los árabes y los turcos, alcanza también países como Egipto, Líbano e inclusive en el Turquestán chino.

El Kurdistán balcanizado, cuenta por el momento solo con una región que goza de autonomía. Esta se encuentra en Iraq, donde también fueron masacrados por el régimen de Saddam Hussein. En todos estos países sus derechos fundamentales han sido obstruidos. El idioma kurdo fue prohibido tanto en forma escrita como oral, desde el inicio de la república hasta el año 1991. Esto no significa por lo tanto que el idioma sea incluido en los programas educativos o bien utilizados en la programación radial y televisiva. Esto sigue siendo prohibido. (Nezan, Kendal. « Les Kurdes rêvent encore d’un État », Les Cahiers de l'Orient, vol. 96, no. 4, 2009, pp. 131-138. )

La ascensión al poder del partido AKP, nacionalista turco, ha profundizado la represión y la opresión contra los kurdos. 

En Irán, la condición de esta minoría no es nada halagadora. A pesar de contar con algunos diputados originarios de esta etnia, la persecución contra estos por parte del régimen de los ayatolas no es diferente que la que pueden encontrar en Turquía. Su situación como población de origen no persa, sunitas pero de tendencia laica, hace que el régimen de Teherán se ensañe contra ellos prohibiendo la utilización del idioma, encarcelando y ejecutando a los líderes políticos, artistas e intelectuales.

Bajo el régimen de El Asad, antes de la guerra civil, su situación no se diferenciaba de la de los otros países. La interdicción de la lengua kurda y su enseñanza en el sistema escolar fue también de aplicación por parte del clan El Asad. Cerca de 300 000 kurdos Vivian sin tener acceso a la ciudadanía siria, con el objetivo de realizar una depuración étnica en las zonas fronterizas entre Siria, Iraq y Turquía. El régimen sirio movilizó grupos árabes para crear los que denominarían una “cintura árabe”. Esta realidad de presión nacional y de racismo institucionalizado contrasta con el discurso oficial de la pre-guerra donde se presentaba al país como un gobierno progresista, respetuoso y en armonía con las minorías nacionales. (óp. cit)

A finales de la Primera guerra Mundial, en los acuerdos de la conferencia de paz en Paris en el 1919, la delegación kurda propuso una frontera que abarcaban la casi totalidad del territorio actual. Sin embargo, las potencias vencedoras tenían otros planes para la región. El desmembramiento del Imperio Otomano, derrotado en el conflicto, hizo que los antiguos territorios fueran repartidos entre las potencias vencedoras. Los ingleses y franceses se distribuyeron sendos protectorados casi trazados con regla ignorando las aspiraciones nacionales de varios grupos que se encontraron divididos a lo largo de estas fronteras artificiales. En ese entonces, la principal potencia imperialista del globo era el Reino Unido, con un vasto imperio colonial en todos los continentes. La marina de guerra y la marina mercante controlaban prácticamente todas las rutas. El control del canal de Suez les proporcionaba también una ventaja estratégica para la nueva fuente de energía, el petróleo y sus derivados que remplazarían progresivamente al carbón y el vapor.

La revolución bolchevique también jugó un rol importante en la modificación de las relaciones de fuerza. La proclamación de las repúblicas socialistas soviéticas que le dio, en la época de 1917 hasta el golpe thermidoriano de Stalin, una autonomía y libertades sin precedentes a todos los grupos étnicos anteriormente oprimidos por el régimen zarista y posteriormente por el estalinismo.

El caso más grave con respecto a la cuestión kurda por parte del estalinismo, fue la traición efectuada apenas terminada la segunda guerra mundial.  Con la proclamación en 1946 de la Republica de Mahabad en Irán, la cual duró solo diez meses. Sus dirigentes fueron ahorcados y el general Mustafá Barzani, ministro de la defensa del efímero estado, huyó hacia la URSS con algunas de sus tropas. Durante la segunda guerra, soviéticos y británicos ocuparon Irán en virtud del aprovisionamiento de recursos energéticos durante el conflicto.  La ola que siguió luego del aplastamiento del nazismo en Europa también tuvo su eco en la región. El gobierno Popular del  Azerbaiyán del Sur fue proclamado en 1945. La política de status quo del estalinismo, pactada en el marco de la ONU, le negó esta vez la posibilidad a los kurdos de constituir su primer estado nacional. Stalin justificó la represión ejercida por el gobierno iraní al afirmar que “la continuidad de la resistencia armada (de los kurdos y azeríes NDLR) es inoportuna y desventajosa” (Russia Beyond 4/09/2019)

Barzani regresó a Iraq para en el año 1970 retomar la lucha armada contra el gobierno iraquí apoyado por Teherán y Washington, los que cinco años más tarde lo dejarían caer.  Es decir que las experiencias de los kurdos con el “apoyo” a su causa por parte de las potencias imperialista o regionales han siempre terminado en lo mismo.

La sombra del regreso del régimen de Al Asad

El retiro de las tropas yanquis ha favorecido el rol de gendarme y mediador de los rusos.

Putin y Erdogan han cerrado tratados comerciales y militares de gran envergadura. Por otro lado, el rol de aliado militar en el terreno de los rusos, lo hace ser el principal sostén del régimen asesino del El Asad. La intervención rusa, entre otros aspectos, ha servido para inclinar la balanza en la relación de fuerzas hacia el régimen de Damasco.

En este sentido, la táctica del gobierno de Trump ha sido la de favorecer una operación de limpieza por parte de las tropas turcas como la de la ciudad de Afrin, donde ninguna potencia levantó un dedo, mientras que la dirección de YPG negocia con el régimen sirio su regreso y posterior control de este bastión que ha logrado construir una forma autónoma de gobierno. Esto no fue logrado por las buenas, sino más bien fue el fruto de la derrota de Daesch, quienes también buscaban su aniquilación.

La hipocresía de la UE

Los gobiernos de la UE derraman ahora lágrimas de cocodrilo sobre la suerte de los kurdos. Sin embargo, no logran ponerse siquiera de acuerdo para un embargo de armas, que a la postre sería algo menos que simbólico, puesto que en el pasado no se han sonrojado siquiera por la venta de armas al régimen de Ankara. En el contexto de una derechización del discurso de los gobiernos de la Unión en contra de los derechos de los migrantes, la amenaza de Erdogan de abrir las fronteras a los millones de refugiados que se encuentran hacinados hace que reculen y acepten salvo con notas al pie de página la intervención.

Por el derecho a la autodeterminación del pueblo kurdo

Desde el PSOCA llamamos a sostener la lucha del pueblo kurdo por su liberación. Las direcciones de las organizaciones nacionalistas han mostrado un camino equivocado que a la postre costará la sangre de miles de personas. La confianza en las diferentes potencias imperiales no ha dejado nada. La única vía de la autodefensa del Kurdistán será por la independencia política de sus dirigentes con respecto al imperialismo y por la más amplia democracia en las bases.

La movilización y lucha de toda la comunidad kurda y las organizaciones anti imperialistas se impone como una tarea urgente para tratar de revertir la suerte del pueblo kurdo y de la revolución siria.

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