Por Oliverio Mejia

La visita de Nancy Pelosi, presidente de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos y tercera en la línea de mando en ese país, quien aterrizó en Taiwán, ha ocasionado las alertas en el mundo por un nuevo posible conflicto mundial, enfrentándose directamente la República Popular de China y Estados Unidos.

Pese a que públicamente el gobierno de Joe Biden desaconsejo a Pelosi que visitara lo que Beijing considera una isla rebelde y que las agencias de inteligencia gringas también lo hicieran, lo cierto es que Pelosi llego a Taipéi (capital de Taiwán) en un avión de la fuerza área estadunidense y fue recibida por la primera ministra de la isla, Su Tseng-Chang, del Partido Democrático Progresista (PDP) abiertamente pro-independentista. Eso hizo reaccionar a la dirigencia china y a la burocracia del Partido Comunista China (PCCH) y al Ejército Popular de Liberación (EPL) realizando una serie de ejercicios militares y cortando los vínculos de cooperación con EU, ante esta clara provocación gringa.

Disputas territoriales

El ascenso político de China como potencia imperialista emergente después del giro capitalista de esta tras las reformas de Deng Xioaping en la década de los setenta, donde la burocracia del PCCH conformada tras la revolución socialista de 1959 y el gobierno de Mao Tse-tung, se convirtiera en una nueva burguesía, sin dejar el monopolio del poder como si paso en la URSS y en los países influenciados por esta, choca contra los intereses geopolíticos de Estados Unidos como potencia hegemónica imperialista y sus intereses en el pacífico.

En los últimos días se habían llevado ejercicios militares entre EU y Indonesia, esto en un contexto en que China despliega una serie de flotas pesqueras ilegales en el mar del Sur de China, ante la falta de una clara demarcación de los límites territoriales con una serie de países en el sur-oeste asiático y la creación de islotes artificiales para reclamar tales aguas, generando discrepancias con sus vecinos de la Asociación de Naciones del Sud-Oeste Asiático (ANSEAN).

Por otro lado, EU trata de mantener vínculos políticos y económicos con estas naciones ex colonias europeas que formaron parte de la órbita gringa en la guerra fría y otras como el mismo Vietnam que busca mantener un equilibrio entre ambas potencias. De esa forma Washington está preocupado,  por el establecimiento de una base militar china en Cambodia, la cual sería su segunda a nivel global comparada con EU que tiene varias en todo el orbe.

Rivalidad geopolítica

El ascenso imperialista chino está marcado,  además de esta política agresiva a sus vecinos, del mantenimiento de relaciones comerciales y políticas, por medio del establecimiento de la llamada Red de la Seda, una forma de expandir sus capitales, así como la inversión en estos países vecinos por medio de acuerdos de libre asociación. Esta emergencia china es para EU una amenaza a sus intereses, reflejada desde el gobierno de Barak Obama con el lanzamiento del pivote del pacifico y con Donald Trump en su guerra comercial con China, lo cual generó en la dirigencia china, el  ascenso de un  nacionalismo chino y que se marca en el control total de Xi Jinping al frente del Estado, gobierno y del PCCH.

EU mantiene dos estrategias para neutralizar el ascenso chino, uno la creación de estados centinelas con los países de la ANSEAN, a lo cual estos buscan mantenerse en equilibrio cada vez más inestable; y dos, revitalizar las alianzas militares de la época de la guerra fría, así  en 2021 junto a Australia y Reino Unido estableció la  denominada AUKUS, en el marco de lo que este país y recientemente la Organización del Tratado del Atlántico Norte refirió sobre China y Rusia,  como  rivales estratégicos; sin duda una forma de detener el ascenso chino y de mantener a estas potencias emergentes en una situación neo-colonial.

A tal alianza se incluyó recientemente Japón con el giro militarista del recién asesinado primer ministro Shinzo Abe y están en pláticas con Corea del Sur con el nuevo gobierno abiertamente derechista. Por otro lado buscan desplegar que India se incluya, la cual tienen una añeja rivalidad con China -aunque buenas relaciones con  Rusia- atenuándose levemente en el espacio de los BRICS, pero cada mayor a partir del espinoso tema de los límites fronterizos en la cordillera de los Himalaya y el apoyo cada vez mayor de China a su principal rival, Pakistán.

Otro ejemplo de la rivalidad interimperialista es el intento estadunidense a que China no desarrolle tecnología relacionado con los sectores de punta del capitalismo, la inteligencia artificial, industria aeroespacial y a la trasmisión de datos, a lo cual esta ha sido pionera en lo que respecta a la 5G y ahora busca conquistar la 6G. Pues, aunque aún China sigue dependiendo de los centros tradicionales tecnológicos occidentales en algunas áreas –por ejemplo en la fabricación de microchips- vitales para este tipo de tecnología y en el desarrollo del denominado know how, la nación asiática cada vez asume la vanguardia.

El conflicto sobre Taiwán

Ahora abordaremos el otro elemento que reaviva las rivalidades entre estas potencias, el tema de la Republica de Taiwán. Denominada anteriormente como Formosa, esta fue colonizada desde 1895 por Japón, existiendo una pequeña población nativa que hoy es cerca del 5 por ciento. Tras las revolución socialista de 1949 el Partido Nacionalista Chino (Kuomintang o KMT) rival del PCCH con el apoyo gringo, estableció una república capitalista en esta isla,  los comunistas aceptaron esto como una forma de reducir la rivalidad con EU.

Por la influencia gringa en el seno de la ONU,  Taiwán tuvo la representación de la nación china hasta 1971,  cuando es reconocida la RPCH  manteniendo un puesto en el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, tras los acuerdos entre Mao y Richard Nixon y la rivalidad entre Beijing y Moscú por la guía del campo socialista burocrático mundial. En la actualidad tan solo pequeñas naciones como Guatemala, Honduras y Paraguay en América Latina reconoce a Taipéi.

A partir de los acuerdos entre Mao y Nixon, EU asume una política de ambivalencia, reconociendo a Beijing en consonancia con el establecimiento de las grandes transnacionales gringas en la década de los 80s, ante la conversión de varias ciudades chinas en grandes plazas industriales para el capitalismo global y manteniendo una oficina en Taipéi de menor rango,  pero apoyando militarmente al ejército de esta isla ante cualquier posible invasión china. En esta isla al igual que en Corea de Sur , EU instala una dictadura militar la cual genera  una reforma agraria similar a la de esos países  para generar base social; pero en la década de los ochenta se realizaron  movilizaciones en pro de la democracia liberal, de eso surge el PDP con un programa social-liberal  fuertemente capitalista, a diferencia del antiguo partido gobernante el KMT que refleja la antigua burguesía que huyó de China continental y que paradójicamente es quien restablece los lazos con el PCCH,  el PDP por otro lado refleja una burguesía emergente que asume el discurso de la independencia de la isla.

Esto se explica que tanto China continental, como los territorios ex coloniales de Hong Kong y Macao, así como Taiwán son capitalistas, la diferencia que en la primera existe un capitalismo fuertemente influenciado por el Estado, producto de la revolución socialista de 1949. De tal forma que la dirección del PCCH en el gobierno de Deng Xiaoping, impulsara  el proyecto de una nación y dos sistemas.

Tal situación se ha mantenido aunque inestablemente en los últimos años, donde China completo su retorno al capitalismo como una nueva potencia que se resiste a ser nuevamente colonizada y una ideología que evoca los años de dominación colonial con razón,  como una época negra pero montano un nacionalismo cada vez más reaccionario; donde el interés de la burguesía burocrática continental, ya no está en ser solamente la fábrica de las trasnacionales capitalistas occidentales,  sino el de generar su propia industria y tecnología de cara construir una potencia,  que se enfrenta inevitablemente  a la supremacía occidental. De tal forma que entre Taiwán y China hay una serie de vasos comunicantes de industrias en ambos lados del estrecho y a lo cual el KMT refleja eso.

Un ejemplo de esto,  es el principal monopolio de fabricación de chips Taiwán Semi Conductor Manufactur Company (TSMC), de capital taiwanesa tiene sus principales plantas en el territorio continental, EU que pese a ser en un primer momento pionero en la  fabricación de chips, ese lugar ya hace tiempo que no lo es,  con los efectos respectivos para la industria y sobre todo para la de la defensa que implica. En ese sentido el país del norte ha intentado que TSMC instale una planta en Arizona así como renovar su propia industria, algo que China está logrando también.

Como dijimos Taiwán fue colonia desde finales del siglo XIX, posteriormente un satélite gringo apoyado ambivalentemente desde los acuerdos entre Nixon y Mao. Con la visita de Pelosi,  EU daña esta tradición política pero queda la duda si el establecimiento imperialista gringo quiere romper totalmente con eso. Así de parte de China se muestra una cada vez más  agresiva política exterior de romper con la línea de una nación y dos sistemas, como lo hemos visto con el movimiento democrático en Hong Kong, el cual después de la represión china asumió un tinte separatista y derechista.

Por ultimo esta un tema importante para las izquierdas y el marxismo mundial, el cual desde el establecimiento de la URSS ha sido fundamental,  como es el derecho democrático a la autodeterminación, pero el cual no siempre repercute en la creación un estado independiente,  en ese sentido está el tema de  la nacionalidad taiwanesa. Un paralelo a esto es el de la nacionalidad ucraniana, la cual existe y tuvo mayor despliegue en tiempo de la URSS, a lo cual Putin no reconoce y donde Zelensky como títere de la OTAN la pone en duda.

En Taiwán ¿existe como tal? Lo cierto es que la revolución de 1949 tuvo el logro de plantear la unificación nacional rota por el colonialismo europeo, ahora bien Taiwán existe desde esa fecha, generando un problema mayúsculo a la hora de establecer políticas, situación que sintetizaremos al  ultimo.

Escalada militar en medio de la crisis

La provocativa visita de Pelosi a Taiwán genero la reacción de la dirigencia china, así desde inicios de agosto el EPL movilizo tropas al sur-oeste chino, además inicio una serie de ejercicios militares en el estrecho de Formosa, por medio de buques y aviones de guerra que llegaron a sobrevolar el cielo de la isla, lanzando misiles sobre esta, llegando hasta  aguas territoriales japonesas, con lo cual Tokio hizo un protesta diplomática. Esto obviamente genero temor en la población taiwanesa y en el gobierno de ese país, a su vez el secretario de Estado gringo Antony Blinken y el jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrel pidieron a China calma y calificaron las acciones de Beijing como extremas.

El peligro a otra guerra y que involucra a potencias directa o indirectamente genera preocupación en la población mundial, más cuando estas están cargadas de armas nucleares, no sabemos cuáles pueden ser los pasos a seguir por China; si solo fue un amague (en el momento de escribir este artículo los ejercicios siguen),  buscaran un invasión a la isla lo cual tendría las posibilidades de un enfrentamiento directo con EU o utilizarían una operación quirúrgica atacando las defensas militares de la isla, pero los escenarios están abiertos.

Esto en un contexto de crisis economía donde el FMI anuncia un magro crecimiento a nivel global provocado por el fenómeno de la inflación, un enfrentamiento entre China y EU llevaría al desfiladero la globalización, la cual resiente debido al estancamiento en las cadenas de valor mundial, afectados aún más por los cierres masivos en varias ciudades china por el COVID-19 que genero mucho descontento  y a la guerra de Ucrania. Así ambas potencias entrarían en una situación de mayor retroceso económico, en el caso de Estados Unidos ya está en recesión aunque los niveles de desempleo son bajos aun y en el caso de China, pese a que no ha sido aun golpeada con fuerza por el  entorno inflacionario mundial, sufre un sobreendeudamiento de la economía, una abierta burbuja inmobiliaria a lo cual muchos trabajadores chinos han tenido que entregar sus vivienda y recientemente, en la ciudad de Henan hubo  retención de parte de los ahorros de los usuarios bancarios generando fuertes protestas.

China asiste desde los años recientes a una verdadera movilización de los trabajadores de las industrias, así como a protestas de índole ambiental, a su vez EU está sumergido en una serie de huelgas obreras y ha aflorado como nunca antes el sindicalismo. Ambos países enfrentaran en los próximos meses importantes procesos políticos, en EU las elecciones de medio termino donde se renovara el Congreso a lo cual los republicanos pareciera que tomaran el control; y en el gigante asiático se acerca el nuevo congreso del PCCH a lo cual Xi Jinping espera renovar por un tercer mandato la jefatura en las más altas instancias chinas y con ello,  mantener el control sobre la burocracia del partido, a contrapelo de la línea de los sucesores de Mao que impusieron limites, tras los deriva burocrática de este en la revolución cultural en 1968.

Consideramos por nuestra parte que la nacionalidad china es una y nos oponemos a cualquier separación de esta, sin embargo es la clase trabajadora en ambos lados del estrecho quien debe luchar por la implantación de la democracia obrera y conquistar sus  derechos democráticos contra la burguesía burocrática del PCCH y  contra de la oligarquía capitalista taiwanesa.  Porque el ascenso de la clase obrera al poder en estos Estados capitalistas al igual que en todas las potencias mundiales, serian un avance para el socialismo a nivel global.

 

Por Nicolas Lebrun

En los últimos días, la salud económica de la segunda potencia económica del mundo se reporta con grandes dificultades. Esta crisis ha provocado y está por provocar numerosos efectos sobre la economía capitalista mundial y por consecuencia sobre los trabajadores y la población en general.

El gigante económico mundial, que luego de haber relanzado su economía luego de los efectos de la pandemia durante el año 2020 como consecuencia del draconiano lock down impuesto por el PC, parecía recuperar la senda del crecimiento, muy por delante de sus principales competidores. Estos últimos, lograban levantar cabeza y proyectarse por la senda de la recuperación. Sin embargo, este escenario optimista se ha visto torpedeado por el enfriamiento de las previsiones de recuperación de la economía china, de la cual todos son tributarios, debido a las complejas y diversas ramificaciones de la economía globalizada.

En este articulo trataremos de dar algunos elementos para el análisis de esta situación. Quedarán otros que posteriormente podrán aunarse para profundizarlo.

La burbuja inmobiliaria del banco Evergrande Real State Groupe

Este banco es un gigante de la construcción y de otras actividades.  “Evergrande Real Estate Group es un desarrollador inmobiliario chino, el segundo más grande del país. Fundada en 1996, la compañía experimentó un ascenso meteórico hasta su cotización en la Bolsa de Valores de Hong Kong en 2009. Evergrande recauda 7.600 millones de euros mientras China está en pleno frenesí inmobiliario. A su cabeza, Xu Jiayin (también llamado Hui Ka Yan) es un hombre hecho a sí mismo que salió de la pobreza para convertirse en el hombre más rico de Asia en 2017. Lejos de estar satisfecho con la construcción, Evergrande multiplica las inversiones en vehículos eléctricos, turismo, agua embotellada e incluso fútbol, convirtiéndose en un gran conglomerado del país. Por su parte, Xu Jiayin está viviendo la vida de los nuevos multimillonarios chinos, con su yate y jet privado de 60 millones de dólares ( bfmtv.fr).

Este nuevo rico, afín al partido comunista chino, es una muestra de la voracidad y de la volatilidad de la situación económica. Su empresa inmobiliaria se encontraba ya en dificultades desde hace un tiempo, llegando a acumular deudas por un monto de 260 millardos de euros.

En un proceso similar al ocurrido en el 2008, cuando el gobierno de Obama y lo gobiernos de los países imperialistas básicamente se dedicaron a transferir millonarias sumas de dinero para rescatar los bancos que ese entonces fue afectado por la hecatombe provocada por la quiebra del Lehamn Brothers, el gobierno chino ha decidido también intervenir. Este último aspecto es de vital importancia para el conjunto de la economía global. El gobierno no ha tardado en girar órdenes para que el banco tome medidas para evitar el naufragio total. Esto sin embargo no impediría que se eviten los daños.

“Las preocupaciones en torno a Evergrande no son nuevas. La empresa lleva años endeudada. En 2012, la firma Citron Research ya se mostró alarmista por la situación del grupo considerado "insolvente" y acusado de presentar información fraudulenta a los inversores. Citron Research finalmente será condenado en un tribunal de Hong Kong por difundir noticias falsas. Pero el aumento de la deuda de Evergrande continuó, en particular en 2015, cuando China atravesaba una crisis financiera. Evergrande luego tiene que pedir prestado nuevamente para evitar el incumplimiento. Llueven miles de millones, pero Evergrande lucha por reducir su deuda después. El año pasado, la crisis del Covid-19 asestó un nuevo golpe al grupo con el cierre forzoso de los centros comerciales que gestiona. Finalmente, la empresa está bajo presión del gobierno para que salde su deuda vendiendo parte de estos activos, sin encontrar compradores.  Más allá de China, muchos inversores extranjeros le han prestado dinero a Evergrande. En caso de quiebra y reestructuración de la deuda, indudablemente serán indemnizados en último lugar. (ídem)

Este remezón es de gran envergadura debido al peso que tiene el sector de la construcción en el PIB chino y sus consecuencias sobre el crecimiento de la economía.

“El principal riesgo interno sería un deterioro duradero del sector inmobiliario, con impactos indirectos en otros sectores importantes de la economía china. De hecho, la demanda final generada por el sector inmobiliario representa el 25% del PIB chino, y la vivienda residencial representa el 78% de los activos de los hogares chinos, prueba del peso de este sector en la economía china. Además, el principal riesgo externo es geopolítico y se refiere a la reactivación de las tensiones con Taiwán y Estados Unidos. La probabilidad de un conflicto comprobado sigue siendo baja y Euler Hermes anticipa un statu quo con respecto a las barreras arancelarias entre Estados Unidos y China, aunque las barreras no arancelarias podrían endurecerse.” (eulehermes.com)

Una crisis con ramificaciones mundiales

La salud de la economía china es de preocupación de todos los sectores productivos capitalistas del orbe.  La posición de China como exportador y exportador a nivel del orbe son de gran importancia

“Los mercados miran con recelo la evolución de la situación sanitaria en China ", explica Jeffrey Halley, analista de Oanda, citado por AFP. Estos datos" alimentan la preocupación general por la ralentización de la recuperación "del segundo consumidor y del mundo. mayor importador de rugosidad, señala.”(latribune.fr)

A pesar que las autoridades chinas quisieron mostrar al mundo que el manejo de la pandemia había sido ejemplar y por ende controlada, la realidad se ha mostrado de otra manera. Las cifras comunicadas por el aparato estatal chino nunca han sido transparentes debido al férreo control de los medios de comunicación y de las redes sociales. Llama la atención como lo dice el analista citado anteriormente que la evolución de la crisis sanitaria es preocupante. Han sido varios los eventos deportivos y de otra índole que han sido suspendidos por el aumento de los casos, sobre todo con la dispersión de la variante delta.

Por otro lado, la disminución del consumo y de las exportaciones podrían afectar las previsiones totales del crecimiento esperado. El consumo al detalle ha sufrido una baja considerable pasando de 11,5% a 8,5%. Esta variación en un país de las dimensiones de China es de mucho peso para el conjunto de la economía del planeta, desde los países que exportan bienes de consumo industriales o de alto valor agregado hasta los países agroexportadores.

“Como resultado, los expertos de Euler Hermes han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento del PIB para China: + 7,9% en 2021 (-0,3 puntos respecto a la última previsión) y + 5,2% en 2022. (-0,2 puntos). El endurecimiento de las políticas públicas y la persistencia de la variante delta han frenado la actividad económica, pero se espera que estos factores se desvanezcan gradualmente. Por otro lado, se está iniciando la recuperación del sector servicios, aunque la vuelta a la normalidad llevará mucho tiempo. Por último, pero no menos importante, el fortalecimiento de los controles regulatorios mantendrá bajo presión la actividad industrial y el sector inmobiliario. Se pueden esperar más incumplimientos entre los promotores inmobiliarios. No obstante, las autoridades públicas tienen los medios y la intención de hacer lo necesario para evitar una crisis sistémica. (eulehermes.fr)

De persistir esta baja que podría llegar a 2% según los cálculos de la OCDE, el impacto a nivel general seria de medio punto del crecimiento global.

Por más que la economía china pueda despegar, si el conjunto de los países no puede seguir estos pasos, este avance puede ser ilusorio.

“El comercio internacional aún no se recupera de la pandemia, ni de los aglomeramientos en los puertos. Por su parte, en China ya se resolvió el tráfico de los puertos más grandes a mitades de septiembre del 2021, mientras que el puerto de Savannah y los puertos de California en EUA sigue congestionado con barcos llenos de mercancías asiáticas. El mercado mundial se debe reactivar en todas partes. Si sólo una de las partes soluciona su problema, las cadenas de valor no se volverán a eslabonar y continuará el problema en la cadena de suministros” (france24.Com)

¿Cuáles son las repercusiones en América Latina?

Evidentemente el impacto sobre América Latina puede ser consecuente.

“Para América Latina existe un riesgo si no se resuelven los problemas del comercio internacional y si se desacelera la economía china. El principal mercado de las materias primas latinoamericanas es el gigante asiático. Si hay una crisis económica que disminuya el ritmo de consumo de insumos latinoamericanos, los precios irán a la baja, y afectarán las balanzas de pagos y el crecimiento de la región.” (obela.org)

Las organizaciones de la clase trabajadora deben seguir de cerca el desarrollo de esta crisis mayor del sistema capitalista. Hemos tenido la experiencia que, después de la crisis del 2008, los gobiernos al servicio del capital metieron la mano en los bolsillos de los trabajadores recortado beneficios donde los había o aumentando la miseria de millones de personas alrededor del planeta. 

El fardo de la economía de mercado pesa sobre las espaladas de las masas trabajadoras que son subyugadas por la vorágine capitalista. La desigualdad que se acrecienta sobre la base de una salvaje expropiación de los salarios y de las ganancias son una parte de las consecuencias de este sistema.

Debemos por ende preparar la resistencia para enfrentar nuevas arremetidas de nuestros gobiernos.


Por Marcelino Serrano

El imperialismo yanqui, luego de la caótica retirada de sus tropas en Afganistán, tras veinte años de invasión y de trillones de dólares gastados, busca recomponer el equilibrio de fuerzas.

Esta vez, el resultado ha sido la conformación de un tratado de cooperación militar conocido como AUKUS, por las iniciales de los países que la conforman: Australia, Reino Unido (UK) y los Estados Unidos (US). 

El inicio de este tratado provocó también un cisma en el complejo tablero de las relaciones entre los gobiernos de las potencias imperialistas. El gobierno australiano suspendió un millonario contrato de venta de submarinos con Francia para optar por la compra de submarinos nucleares estadounidenses. La reacción de los franceses, como potencia menor en el gran concierto de naciones, no pasó de unos aspavientos, que luego fueron aplacados durante el encuentro entre Biden y Macron en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas. Los franceses han tenido que contentarse viendo el juego desde el banquillo. 

Un acuerdo estratégico

“El imperialismo, que es el capitalismo en la fase de desarrollo en la que dominan los monopolios y el capital financiero, ha adquirido gran importancia la exportación de capital, comenzó el reparto del mundo por los grupos internacionales y terminó el reparto de la Tierra entre los países capitalistas más importantes” (Lenin, El imperialismo, fase superior del capitalismo)

El imperialismo chino ha venido asestando golpes estratégicos en distintos lugares del planeta por la vía de múltiples mecanismos. Uno de ellos es la exportación de capital financiero.  Con esto, el gobierno de Pekín busca asegurar como las otras potencias imperialistas, de dominar y establecer de relaciones semi coloniales con los países que reciben este tipo de empréstitos. Por otro lado, los intercambios comerciales con el continente africano, donde China es el principal socio comercial representan cerca de 170 000 millones de dólares anuales. 

“El Eximbank, uno de los dos grandes bancos institucionales chinos, anunciaba un aumento del 37% en sus préstamos en curso en el primer semestre del año, en comparación con el mismo periodo del año anterior. (El País, septiembre 2018)

“En países absolutamente estratégicos para Pekín, como Etiopía o Angola, ha invertido más de 10.000 millones de dólares desde principios de siglo en préstamos a los Gobiernos. En países también relevantes, como Kenia o Sudán, esa cifra oscila entre los 5.000 y 10.000 millones.” (elordenmundial.com)

La pandemia mundial del Covid 19 ha sido aprovechada por los países imperialistas para aumentar el nivel de endeudamiento, sin el cual las economías de los países pobres no podrían levantar sus economías. Esto evidentemente sucede en detrimento de los escasos derechos laborales y sociales de las frágiles economías de los países denominados tercermundistas. A mediano plazo, si no que los es antes, estos empréstitos asfixiaran las frágiles economías. Los chinos como cualquier potencia, no da regalos a ninguno de sus “clientes”

“Analistas notan que los préstamos sin intereses representan sólo una mínima parte de los créditos exteriores presumido por China. Según algunos informes de prensa, los chinos han fijado después de los límites para la renegociación de la deuda con los países en dificultad. Por ejemplo, es difícil que préstamos favorecidos por la  EximBank y por la China Development Bank, sean cancelados o revisados. La cancelación integral de las deudas está excluida; mucho más probable la suspensión del pago de los intereses o una restructuración de los préstamos con el alargamiento de los tiempos de restitución.”(asianews.it 18/06/2020)

En Djibuti, país donde los chinos poseen la única base naval fuera de sus fronteras hasta el momento, el monto de la deuda con este país, representa cerca del 80% del PIB. La trampa está completamente tendida y ejecutada.

Esta sed expansionista china no se detiene en el continente africano. Como ya lo hemos visto, en la nueva relación de fuerzas en el continente asiático, los chinos tienen también la voluntad de asegurar la “nueva ruta de la seda”. Para este fin también han forjado importantes acuerdos político-comerciales y en perspectiva militares para asegurar el transporte y abastecimiento de los productos de su potente industria, así como de proveer las materias primas para las mismas. En este sentido los tratados con países como Sri Lanka, Pakistán, o los que podrían poner en marcha con el reciente gobierno talibán, no son del agrado de las otras potencias imperiales como los Estados Unidos y sus aliados.

LA respuesta de los yanquis no es nueva. La administración Trump hizo uno de sus ejes el combate contra la creciente expansión del imperio de oriente. Lejos de ser parte de los constantes y variados problemas de orden mental que pudo evidenciar el ex presidente Trump, el asunto de fondo sigue siendo un punto clave de la política exterior de los E.E.U.U.  Un corresponsal de la CNN en la Casa Blanca lo resume de la siguiente forma “En Washington ahora todo comienza y termina con China… es el único tema en el cual demócratas y republicanos partidarios de Joe Biden o de Donald Trump pueden ponerse de acuerdo ” (CI 1612)

Los aliados angloparlantes, que desde tiempo atrás han venido desarrollando acuerdos de cooperación en diferentes campos como el militar y el de inteligencia, perciben la amenaza china de otra forma que los aliados de la UE.

La UE en declive y con importantes inversiones en China, está atada de manos para jugar un rol relevante en esta nueva etapa de acomodo del imperialismo. Esta pugna ha sido puesta en evidencia con el giro emprendido por los australianos, pero no es nueva. Como también lo caracteriza y resume el corresponsal de CNN “ Barack Obama fue el primero en operar el “giro asiático”, Joe Biden preside él una verdadera fiebre hacia el continente asiático…los aliados tradicionales de los Estados Unidos no tienen otra opción que adaptarse” (Ídem)

Cuando el presidente Trump empezó a exigir que los aliados de la OTAN en Europa fueran más consecuentes con el aporte financiero para sostener la coalición era dirigido en este sentido. El gasto militar debería aumentar considerablemente para mantener la máquina de guerra en condiciones de repeler la amenaza china  y rusa de la región. Los gobiernos de la UE por su lado han declarado como en caso de Macron de crear una fuerza militar europea. Los alcances de esta declaración y de este objetivo no dejan de ser quiméricos en cuanto a las posibilidades reales de la propuesta dada la fragilidad política de la Unión Europea, que también ha quedado demostrada durante la crisis del 2008 y con la presente crisis sanitaria. La ruptura del contrato australiano no ha sido más que un bajonazo de las nubes en las cuales flotaba el imperialismo francés fragilizado en el plano militar por el fracaso de la operación Barcan en el Sahel, de donde se han visto obligados a retirarse.

La crisis en la OTAN con respecto a los conflictos armados en curso, sea en Siria o en Libia,  demuestran también las grandes diferencias que existen entre ellos. Podemos también citar la crisis iraní luego de la puesta en vigencia de las nuevas sanciones luego que el gobierno de Trump denunciara el tratado nuclear.

“Este pacto nos asegura más seguridad? Xi decidió de convertir China en una potencia regional agresiva, dictando a otros lo que pueden y no pueden hacer como nosotros lo vemos en el mar de China del Sur alrededor de Taiwán y de su manera de utilizar el comercio como un arma contra Australia…..Australia toma su lugar como pieza central en la lucha entre los Estados Unidos y China por el dominio del siglo XXI” (Sídney Mornig Herald)

La estrategia del “collar de perlas” con la cual China busca hacerse del control de puertos estratégicos a lo largo de las costas de Asia y África, representan un peligro para los yanquis.

Los chinos evidentemente no han visto con buenos ojos el anuncio del cambio de submarinos convencionales por submarinos nucleares.

Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Exteriores chino reaccionó de manera categórica en contra de esta nueva alianza

“Los Estados Unidos llevan su política de alianza hasta la histeria. Nos como los Estados Unidos lo afirman que para Australia solo se trata de pasar a la propulsión  nuclear al arma nuclear, esta afirmación no es confiable, y estos submarinos son armas estratégicas” (Ídem)

El enfrentamiento imperialista del siglo XXI

Los trabajadores del planeta estamos haciendo frente a múltiples situaciones que agravan nuestra futuro.

Por un lado, los capitalistas han puesto en obra desde hace décadas de un vasto plan de expropiación de nuestras conquistas por más leves que estas sean. La reducción de los salarios, de las pensiones, la debacle del sistema de salud como ha quedado demostrado con la pandemia no son que una parte de esta nueva fase de sobre explotación de la mano de obra. Las privatizaciones en curso buscan dar el puntillazo final a este plan criminal. Las decenas de miles de muertos ligadas a la pandemia, así como las que se suman por la degradación de la naturaleza como parte de la vorágine imperialista demuestran la inviabilidad de este sistema.

Además de todo esto, la amenaza de un conflicto armado a escala pende como una espada de Damocles sobre las cabezas de los trabajadores del planeta, en la cual serian de nuevo la carne de cañón, como durante la primera guerra mundial y en los distintos conflictos que ha desencadenado los países imperialistas bajo diversas excusas con el fin de proteger sus intereses.

La necesidad vital de deshacerse de este sistema que nos promete hambre, desempleo y guerra es más que evidente, de ahí de la necesidad imperiosa de construir una internacional revolucionaria que continúe con el combate para destruir desde la raíz el capitalismo que ha demostrado con creces su faz criminal.


Por Armando Sosa

Hace justo 20 años, el gobierno imperialista yanqui dirigido entonces por Georges W Bush, se lanzó, con el apoyo de las fuerzas de la OTAN, a intervenir militarmente en Afganistán.

Talibanes y Al Qaeda

Los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas en New York fue la excusa que tuvo para justificar esta operación punitiva, que según el discurso de entonces, buscaba eliminar la amenaza terrorista que representaba la organización Al Qaeda liderada en ese momento Osama Bin Laden.

Este antiguo aliado del imperialismo yanqui durante la guerra contra la invasión soviética durante la década de los ochenta del siglo pasado, había vuelto las armas y los recursos financieros en contra de su antiguo amo.

El gobierno encabezado por los talibanes fue acusado de albergar y proteger a esta organización. El enfrentamiento directo con las fuerzas talibanes produjo la caída del mismo. Las fuerzas de ocupación pusieron en su lugar un gobierno títere que no alcanzó a legitimarse delante las masas afganas que vivían bajo la sombra de los atentados terroristas de las fuerzas yijadistas y los escabrosos casos de corrupción por parte de los miembros del gobierno y de las fuerzas armadas.

Los recursos empleados por el imperialismo fueron enormes. En el apogeo de la intervención en el 2011, 110 000 soldados estadounidenses fueron movilizados. Los demás miembros de la OTAN aportaron también tropas, las cuales se dedicaron a misiones de combate. Luego del 2014, con el retiro eufemístico de la organización, mantuvieron cerca de 14 mil efectivos para la capacitación de las fuerzas armadas y en la intervención en operativos anti terroristas. El año pasado, tan solo 4000 efectivos estadounidenses estaban presentes.

El negocio de la guerra

Sin embargo, en las guerras modernas, los contratistas privados representan también un contingente importante en el desarrollo de las operaciones. 

“También fue desplegada una cantidad significativa de contratistas privados de seguridad en Afganistán. Eso incluyó más de 7.800 ciudadanos estadounidenses hasta el último trimestre de 2020, según una investigación del Congreso de EE.UU.” (BBC.com)

En cuanto a los recursos financieros, las sumas son astronómicas. La gran mayoría del gasto en Afganistán ha sido asumido por EE.UU. “Entre 2010 y 2012, cuando en un momento EE.UU. tuvo a más de 100.000 soldados en el país, el costo de la guerra creció a casi US$100.000 millones anuales, de acuerdo con las cifras del gobierno estadounidense.

A medida que el ejército de EE.UU. cambió el foco de operaciones ofensivas para concentrarse más en la capacitación de las fuerzas afganas, el costo cayó marcadamente.

Para 2018, el gasto anual era de unos US$45.000 millones, según informó un alto funcionario del Pentágono al Congreso de EE.UU. ese año.

De acuerdo con el Departamento de Defensa de EE.UU., el gasto militar total en Afganistán (desde octubre de 2001 hasta septiembre de 2019) había alcanzado US$778.000 millones.

Además, el Departamento de Estado de EE.UU. -junto con la Agencia de Desarrollo Internacional (USAID) y otras agencias del gobierno- invirtieron US$44.000 millones en proyectos de reconstrucción.

Eso lleva el costo total -basado en datos oficiales- a US$822.000 millones entre 2001 y 2019, pero no incluye el gasto en Pakistán, que EE.UU. utiliza como base para las operaciones relacionadas a Afganistán.” (ídem)

Todo este arsenal y todos estos recursos no impidieron que los talibanes luego de dos décadas de enfrentamientos armados con la mayor potencia militar del orbe, lograran en pocos días después del retiro de las fuerzas de ocupación yanquis, adueñarse de las principales ciudades del país. Las escenas que comparaban la caída de Hanoi durante la guerra del Vietnam con la caída de Kabul, aunque extrapoladas, no dejan de relevar el golpe mayúsculo que la administración Biden se ha llevado, dejándolo durante todo este tiempo grogui, adaptándose al desarrollo de los acontecimientos, lo que en términos de una potencia imperialista como les E.E.U.U es desconcertante, puesto que planifican su política y sobre todo la defensa de sus intereses geopolíticos a mediana y a muy largo plazo.

Los yanquis por su lado han mostrado una política encaminada por un lado al retiro de sus tropas. El pasado gobierno de Trump organizó una conferencia de paz con los talibanes para negociar el retiro de las tropas y mas condiciones para la instalación de un nuevo gobierno de unidad nacional. Sin embargo a estas negociaciones, los representantes del entonces gobierno y de sus fuerzas militares no fueron invitados, minando así las confianza y el respaldo en el proceso.

Esto podría ser la causa, que hubiera llevado al ejército y a las autoridades políticas de no mostrar casi ninguna resistencia al avance de las tropas talibanes. El resultado es el que conocemos hasta ahora. El gobierno se desplomó como un castillo de naipes, convirtiendo la retirada en una dramática  escapatoria.

Un nuevo escenario del enfrentamiento Inter imperialista

Los dos grandes conflictos en los cuales bloques imperialistas se enfrentaron en el siglo pasado, dando lugar a las dos guerras mundiales que cobraron la vida a millones de seres humanos a lo largo y ancho del planeta no han hecho desaparecer las causas que los pueden llevar a nuevos enfrentamientos directos. Los personajes pueden cambiar, asi como la composición de los bloques, pero las causas materiales de los mismos ya habían sido enunciados por Lenin antes del estallido de la Primera Guerra Mundial de 1914-1918.

“Qué otro medio que no sea la guerra puede haber bajo el capitalismo para eliminar las discrepancias existentes entre el desarrollo de las fuerzas productivas y la acumulación de capital, por una parte y el reparto de las colonias y de las “esferas de influencia” entre el capital financiero, por otra? (Lenin, El imperialismo fase superior del capitalismo)

En esta etapa, los enfrentamientos armados, han sido básicamente por las zonas de influencia, especialmente en el Oriente Medio. El conflicto en Siria ha sido un escenario donde los intereses de los diferentes bloques han llevado a la presencia de fuerzas militares de potencias antagonistas como lo son los yanquis y los rusos. Los bloques imperialistas recogen a su lado también países que buscan en función de sus recursos e intereses, sacar provecho de la situación. Al lado de los rusos, los iraníes y los chinos comparten intereses comunes a pesar que estos no son homogéneos. Por otro lado, los yanquis junto a las viejas potencias imperialistas de la UE, formalmente con Turquía en el marco de la OTAN, representan otro grupo con intereses comunes y divergentes al mismo tiempo. 

La guerra civil, catapultada por las enormes movilizaciones en contra de la dictadura del carnicero de Bachar Al Assad, se vio empantanada por la intervención imperialista dejando de lado las legítimas aspiraciones de las masas, ahogadas a sangre y fuego por los bombardeos rusos y las tropas iraníes, por un lado. Por otro lado, las fuerzas yanquis han privilegiado el apoyo a facciones retrogradas y conservadoras, bloqueando el acceso a recursos militares y logísticos a las masas para hacerle frente a las huestes del régimen asesino.

En el caso de Afganistán, los intereses económicos y militares de las nuevas potencias imperialistas también están manifiestas.

Los chinos, que han sido los primeros en recibir a representantes del nuevo gobierno talibán, reconociéndolo implícitamente de esta manera, sin que de esta manera les dieran un cheque en blanco.

“Contrariamente a las preocupaciones occidentales por el futuro de los derechos humanos en Afganistán, Rusia y China ya han lanzado intentos de reconciliarse con los talibanes, los nuevos amos del país. El día después de la captura de Kabul el domingo, Beijing tomó la delantera al afirmar querer forjar "relaciones amistosas" con el movimiento islamista. Como muestra de buena voluntad, la diplomacia china incluso indicó que su embajada en el país "seguía funcionando con normalidad". "Debemos dialogar con los talibanes, de lo contrario es el más radical quien ganará"  Misma actitud, o casi, del lado de Moscú. El embajador ruso en la capital afgana se reunió el martes con un representante de los talibanes y describió una reunión "positiva y constructiva". El mismo día, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, particularmente benévolo y optimista, había acogido "un proceso positivo en marcha en las calles de Kabul, donde la situación es tranquila y donde los talibanes garantizan el orden público".(L’Express 19/08/2021)

Las cosas son mucho más explicitas. Los intereses económicos son bastante importantes. Los yacimientos de tierras raras, componentes esenciales para el desarrollo de las nuevas tecnologías son muy importantes en el suelo afgano.  

“algunos funcionarios chinos describen Afganistán como una "mina de oro a la espera de ser explorada", según el portal en línea chino The Paper. "Es el mejor momento para la cooperación y el beneficio mutuo si las empresas chinas ingresan al mercado afgano en este momento", dijo el martes el ex viceministro de Comercio, Wei Jianguo.”(PoliticoChina Direct.eu, 19/08/2021)

Estas tierras raras representan según las estimaciones entre un trillón y tres trillones de dólares en 2020. Estas declaraciones no son incondicionales. De hecho, ambos buscan que los talibanes puedan convertirse en socios para frenar a los grupos armados islamistas que no se encuentran bajo su control y que puedan controlar por la fuerza o por otros medios para que no representen una amenaza a ambos países. En el caso de China, estos comparten una frontera común de 76 km.

“El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, dijo el miércoles.  Llamamiento a los talibanes 2: cortar los lazos con terroristas que podrían dañar a China. Zhao continuó: "También esperamos que los talibanes repriman resueltamente todo tipo de fuerzas terroristas, incluido el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental, y cumplan seriamente con su compromiso de no permitir que ninguna fuerza use el territorio afgano para amenazar la seguridad de los países vecinos".  (politicochinadirect.eu, 19/08/2021)

La dirección de los talibanes: un sector burgués integrista

En el pasado gobierno talibán, las masas afganas fueron sometidas a un gobierno teocrático de la peor especie. El futuro no se presenta muy diferente a pesar que los representantes del gobierno talibán juran y perjuran lo contrario.

Los representantes de los países imperialistas lloran lágrimas de cocodrilo sobre la situación de los derechos humanos en este país. Si bien son capaces de acuerpar al estado sionista de Israel y su política de apartheid, o bien a las monarquías fundamentalistas del golfo que al igual que los talibanes someten a la población al rigor demencial de las leyes coránicas; en ambos casos, esto no es señalado ni por asomo.

Si bien, los talibanes han logrado expulsar hasta el momento a la casi totalidad de los ocupantes del suelo afgano, esto no los hace forzosamente progresivos en todos los frentes. Los socialistas revolucionarios, los sindicatos y las organizaciones políticas y gremiales de la clase obrera, las mujeres y otros grupos marginados están en la mira de este grupo fundamentalista.

El escenario a la iraní puede cobrar más fuerza. Un gobierno fundamentalista, controlando todos los aspectos de la vida del país, que se mantiene en el poder, con la gran diferencia que los recursos energéticos de Irán son más lucrativos por el momento que los recursos de los talibanes basados en gran parte en el tráfico internacional de las drogas.

golpe

Por Nicolás Lebrun

El golpe de estado de la Junta Militar birmana ha derrocado el gobierno de la presidenta Aung San Suu Kyi, luego que poderosas manifestaciones pusieran al menos formalmente el fin de un gobierno militar producto del golpe dado en el año de 1962.

Esta antigua colonia británica que obtuvo su independencia en 1948 ha conocido como en casi todas las excolonias, gobiernos autoritarios que van desde las dictaduras militares hasta gobiernos bonapartistas. Esta situación se debe, entre muchos otros factores a las contradicciones interburguesas, la crisis económica y las movilizaciones populares que ponen en entredicho el sistema post colonial que ha mantenido los privilegios económicos de las antiguas potencias colonizadoras.

Los cambios en el tablero internacional también juegan un papel importante en el dinámico proceso de la lucha de clases y de las contradicciones interburguesas e inter imperialistas. Este aspecto será abordado posteriormente en el presente artículo.

En los últimos setenta años, el declive del imperio británico y el ascenso de las nuevas superpotencias como China y en un grado similar de Rusia, han cambiado la configuración de la geopolítica del área.

Un ejército enclavado en el poder

Desde la independencia, el ejército ha controlado el poder en casi la totalidad de este lapso. Salvo algunos episodios muy cortos, como el que acaba de terminar con el presente golpe, los militares controlan todos los aspectos de la vida en el país.

Los militares ya han enfrentado enormes movilizaciones populares reclamando mayores libertades democráticas, como en 1988, las cuales fueron salvajemente reprimidas.

Esto dio pie a la celebración de elecciones en 1990, en las cuales la Liga Nacional por la Democracia (LND) con Aung Suu Kyi a la cabeza, lograron obtener el triunfo. Sin embargo, el resultado de estas elecciones no fue reconocido por la junta militar. Esto hizo que los militares pusieran por casi una década a la candidata vencedora bajo arresto domiciliario. 

Una nueva ola de movilizaciones en el 2007, esta vez encabezada por los monjes budistas, que luego han jugado un atroz papel en la represión de la minoría rohinyá, fue a su vez reprimida fuertemente por la junta. Un año después, los militares adoptaron una constitución hecha a la medida por ellos mismos.

En 2010, la presidenta electa Suu Kyi fue liberada y en el 2011 una administración civil toma el control, no sin escapar al control de los militares. La LND de hecho pacta con los militares dentro de un marco de reacción democrática que les permite quedarse en el poder mientras la junta así lo considere.

Unas nuevas elecciones se produjeron en 2015 que dieron a la postre la formación de un gobierno en el cual Suu Kyi se convierte en la presidenta con un legado nada halagador.

En el 2017 se desata en Birmania una feroz represión y expulsión de la minoría étnica rohinyá. Los militares apoyados por la presidenta Suu Kyi, aplican una política de tierra arrasada, violaciones de mujeres y otros crímenes de guerra que serán defendidos por la presidenta delante de la ONU en el 2019.

En noviembre del año pasado, una nuevas elecciones se producen en las cuales la LND resulta vencedora.  El partido de los militares temía que su poder fuera modificado por la LND mediante reformas constitucionales.

“Puede que, en las elecciones de noviembre, el Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo (USDP, por sus siglas en inglés), respaldado por los militares, haya ganado solo una fracción de los votos, pero el ejército aún tiene una gran influencia sobre el gobierno gracias a la controvertida Constitución de 2008, redactada durante el gobierno de la junta militar. (BBC 1°/02/2021).

Esta famosa constitución, le garantiza por ejemplo la cuarta parte de los escaños además del control de ministerios claves. En medio de acusaciones de fraude infundadas, el ejército al mando del genocida Ming Aung Hlaing, conocido por sus exacciones durante la campaña contra los rohinyás y la represión contra la disidencia que incluye torturas y asesinatos de los opositores, se ha quedado con el poder.

Una nueva generación sale a las calles

Las protestas que se han multiplicado a lo largo y ancho del país recogen el sentimiento democrático de la población. Los luchadores esta vez pertenecen en su mayoría a un contingente de jóvenes radicalizados.

“Esta vez se ven muchos adolescentes o veinteañeros participando. Es la primera vez que viven una situación igual” 5southeast Asia Globe 8/02/2021)

Además de este cambio cualitativito, se ha producido también un cambio cuantitativo. Las centrales sindicales, otras organizaciones estudiantiles, de agricultores y otros sectores han hecho el llamado a la huelga general, la cual ha sido masiva. La de la semana pasada tuvo el nombre 22222 en relación con la fecha.

“Nueve importantes federaciones llamaron a "detener por completo y de forma prolongada la economía" a partir de este lunes. "Ha llegado el momento de actuar", dijeron. Permitir que la actividad económica continúe ayudaría al ejército que "reprime la energía del pueblo birmano", advirtieron en un comunicado conjunto.

Ante este llamado, las fábricas del sector textil –que funcionaban a régimen pleno antes del golpe de Estado del 1 de febrero–, los centros comerciales, los bancos y los correos cerraron este lunes. La junta ha advertido a los funcionarios que quienes no se reincorporen al trabajo a partir del lunes serán despedidos.

Sobre las barricadas que buscan frenar las cargas de la Policía en Rangún, este lunes aparecen coloridas hileras de longyi, una falda tradicional birmana, para conmemorar el Día de la Mujer.” (DW 22/02/2021)

Los métodos de represión de la junta han ido en aumento. De los gases lacrimógenos han pasado a tirar balas reales. Las detenciones de opositores se han multiplicado y según las organizaciones humanitarias en este momento se encuentran cerca de dos mil personas en las mazmorras de la junta. Las victimas mortales no dejan de aumentar.

El imperialismo juega todas las cartas

Luego de la salida de los británicos de Birmania, las relaciones entre las diferentes potencias imperialistas y los gobiernos militares birmanos han pasado por diferentes etapas.

Después del triunfo de la revolución china, el gobierno birmano asumió un rol importante para la contención del proceso revolucionario dentro de sus fronteras nacionales. La burocracia del PC chino tampoco estaba por que su revolución se “exportara” fuera de sus fronteras, pero era celosa de mantener buenas relaciones con sus vecinos del sur. La presencia de tropas del Guomindang en suelo birmano fue el detonante de varios conflictos diplomáticos y escaramuzas militares en la frontera. Esto no impidió el acercamiento entre ambos gobiernos.

“El 16 de diciembre de 1949 el mismo U E Maung le dio una notificación al primer ministro chino, Zhou Enlai, expresando el deseo de su gobierno por establecer relaciones diplomáticas con el nuevo régimen de China. Dos días después, el Gobierno de la República Popular dijo que estaba dispuesto a establecer relaciones con su contraparte birmana bajo la premisa de que rompiera relaciones con el Gobierno del Guomindang. Ese mismo día los dirigentes birmanos dieron el reconocimiento diplomático a la República Popular de China. Después de un periodo de negociación, el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas se realizó el 8 de junio de 1950, con lo cual el Gobierno birmano llegó a ser el decimoquinto país en establecer relaciones con el nuevo Gobierno chino (Hinton, 1994).” (Germán Alejandro Patiño Orozco, Política exterior china en Myanmar: ¿presencia permanente e incontrovertible ? 2016)

El veto de sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU por parte del gobierno chino en contra de la junta militar y del gobierno anterior durante el genocidio de los rohinyás, tiene su explicación en la importancia que juega Birmania en varios aspectos: energéticos, geográficos y geopolíticos.

El nuevo emperador chino Xi Jinping ha manifestado su apoyo e interés en el mantenimiento de las relaciones entre ambos países.

“En el mensaje, Xi dijo que desde el establecimiento de relaciones diplomáticas hace 70 años, la tradicional amistad "Paukphaw" (fraterna) entre China y Myanmar ha sido tan firme como una roca a pesar del viento y la lluvia, y agregó que los dos pueblos se han beneficiado del desarrollo de las relaciones bilaterales y de la profundización de la cooperación en diversas áreas entre sus países.” (Xinhuanet.com 06/2020).

Pero los motivos que se esconden detrás de este lenguaje diplomático son bien concretos y vitales para la expansión y fortalecimiento del imperio chino. La nueva burguesía china, al igual que lo hicieron los yanquis en el continente americano, trata de controlar política y económicamente los denominados patios traseros para asegurar su estabilidad en una zona en la que se encuentran otros competidores de talla mayor como lo es la India.

“El sudeste de Asia es quizás la región de mayor importancia estratégica para China. La región cuenta con todas las rutas viables para el transporte de energía desde el Medio Oriente, África y el resto del mundo hacia China, por ello su importancia. En cuanto a la seguridad energética de China, el sudeste de Asia tiene un significado más allá del comercio y la seguridad del transporte, es también importante para la estructura de seguridad regional, además es una “clave” de China para asegurar una posición de influencia regional y mundial (Zhang, 2007), porque el Gobierno chino tiene intereses económicos específicos en esa zona y la considera un área de influencia natural.

Cabe mencionar que existen por lo menos una docena de estrechos estratégicos y cuerpos de agua en la región, como el estrecho de Sunda, el de Gaspar, el de Lombok, el de Makassar, el de Maluku y otros. Sin embargo, el canal más importante es el estrecho de Malaca.14 En primer lugar, porque es el camino más corto entre China, Medio Oriente y África y, en segunda instancia, ligado a lo anterior, porque el 80% de sus importaciones de petróleo son transportados por el estrecho de Malaca.

Las estimaciones afirman que la demanda china de petróleo se duplicó en la última década, pasando de 3.3 millones de barriles por día (bpd) en 1995 a 6.6 millones de bpd en 2005, y se prevé que aumentará a 13.6 millones de bpd para el año 2020. Una alta dependencia del estrecho de Malaca deja a China vulnerable no sólo ante las amenazas de la piratería y el terrorismo, sino también a expensas de otros poderosos competidores, como Estados Unidos, Japón e India, que buscan el control de estas líneas marítimas y que están tomando medidas correspondientes.” (óp. cit)

Los tibios llamados de la diplomacia imperialista china para que se retorne a la estabilidad no son más que notas al pie de página. Además de lo enunciado anteriormente, la eventual pérdida de poder de la junta militar luego de las elecciones de noviembre podría también acarrear la suspensión de un gran negocio financiado por los chinos. Una central hidroeléctrica en el estado de Kachin con un monto invertido cercano a los 3600 millones de dólares.

Por otro lado, los rusos también son socios importantes del gobierno birmano. La potencia imperialista, encabezada por Putin ya se ha manifestado en diferentes ocasiones en ese sentido.

“Rusia y Birmania están cumpliendo un vasto programa de cooperación en materia militar, según datos del Centro ruso de análisis del comercio mundial de armas, Birmania figuró entre 2009 y 2016 en el 17 lugar entre los importadores del material de guerra ruso, registrando en 2011 el indicador máximo, del 4,62%, en la estructura de las exportaciones militares rusas.

El titular de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, reunido con el comandante en jefe de las FFAA de Birmania, general Min Aung Hlaing, dijo que su país actúa como socio estratégico de Rusia en su región. Sostenemos que Birmania es socio estratégico de Rusia en la región del Sudeste asiático y Asia-Pacífico, la cooperación en materia militar es el elemento clave de todo el conjunto de las relaciones ruso-birmanas" (Sputnik 21/08/2018)

La pérdida de influencia de los yanquis y de la UE es importante, pero no por eso, estas potencias imperialistas han renunciado a seguir luchado por su parte de mercado y por mantener su influencia política en esta región.

Una asamblea constituyente para sacar a los militares del poder

El valor de las masas birmanas que enfrentan a pecho descubierto las fuerzas armadas no debe verse traicionado por acuerdo que busquen mantener el estatus quo. La experiencia que han hecho con el gobierno colaboracionista de Aung Suu Kyi ha dejado sus lecciones. Las fuerzas armadas deben de dejar el poder y el control de las instituciones políticas del país. Esto no podrá ser logrado si al frente de las movilizaciones, las direcciones del movimiento obrero organizado junto con las organizaciones estudiantiles y campesinas logran mantener esta consigna para derrocar a la junta asesina.

Los llamados tramposos de las potencias imperialistas no son mas que atolillo con el dedo.

Detrás de estas movilizaciones también se manifiesta la profunda crisis económica y el temor de hacer marcha atrás en términos de los escasos derechos laborales que tienen los obreros birmanos, como el salario mínimo, las jornadas de trabajo, que bajo la dictadura militar no existían.

Las organizaciones sindicales y los partidos políticas deben lanzar una campaña internacional de apoyo a la lucha del pueblo birmano.

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