Por Nicolas Lebrun

A lo largo de los últimos ocho años los trabajadores europeos y las masas de este continente han enfrentado una brutal ofensiva en contra de los derechos adquiridos y de su nivel de vida.

Esta ofensiva no es nada novedosa, desde hace décadas las burguesías imperialistas europeas reunidas bajo el manto de la Unión Europea, han visto la forma de arrebatar paulatinamente las conquistas arrancadas por décadas de movilizaciones organizadas por las organizaciones sindicales, políticas y populares.

Contrarrevolución económica y migración

La época en las que la burguesía hacía concesiones alimentadas por el boom económico de la post guerra y de la necesidad de detener el avance de la revolución en los países de la Europa Central se han terminado. La caída del muro abrió al imperialismo europeo una oportunidad sin precedentes de encontrar la forma de bajar los costos de producción y de someter a las masas de estos antiguos estados obreros a condiciones de miseria y sobrexplotación jamás imaginadas. Millones de personas provenientes de estos países se han venido a instalar donde los parientes ricos, ahí donde los salarios bases puede triplicar o cuadriplicar los que se pueden obtener en esos otros países. Pero no todos tienen esta oportunidad, una buena parte de entre ellos logran obtener trabajos no declarados, con todas las consecuencias que esto implica. Pero esto ha provocado también que se dé el fenómeno del dumping social, como una forma de ejercer una gran presión sobre los salarios y las condiciones de trabajo que a pesar que no son la panacea, son muy superiores a las que tienen los trabajadores en la mayor parte del planeta.

Esta no es la primera ola de migración que se da en el continente para suplir un déficit de la mano de obra nativa. En los primeros años de la post-guerra, decenas de miles de trabajadores italianos, españoles y portugueses fundamentalmente se instalaron en las regiones industriales y mineras de varios países de la Europa Central. Posteriormente el capital promovió la llegada de trabajadores de antiguas colonias como Argelia o Marruecos para hacer frente al faltante. Uno de los tantos objetivos al impulsar esta nueva ola de migración proveniente de estos países, fue la de debilitar el peso de las organizaciones sindicales. Una gran parte de estas personas eran provenientes de lugares rurales donde no tenían acceso a la educación básica y que se encontraban inoculados contra el virus sindical. Pero esto no duró por mucho tiempo. Poco a poco estos trabajadores se fueron integrando a las organizaciones clasistas y en la actualidad son un componente más de estas estructuras y protagonistas combativos en las luchas.

Un fantasma populista y reaccionario recorre Europa

El triunfo del Brexit, no es más que uno más en una larga cadena de eventos políticos donde la derecha ha venido teniendo triunfos significativos sin que hasta el momento se haya logrado imponer categóricamente en alguno de ellos. Este es el resultado de una larga ofensiva patronal que ha venido dejando en el limbo el viejo sistema de bienestar que gozaron las masas de estos países por varias décadas.

La unidad de Europa es una vieja consigna que los socialistas revolucionarios hemos levantado durante muchas décadas sobre todo en un continente que ha sido desangrado por dos grandes conflictos en el siglo pasado y que durante varios siglos más las divisiones entre los pueblos han sido aprovechadas por los explotadores para aumentar su dominio sobre otras burguesías y repartirse el botín entre los ganadores de los conflictos.

Sin embargo, la unidad de la Europa concebida por los burgueses tiene un doble carácter. Por un lado, existen ciertas libertades democráticas como la desaparición de las fronteras y la libre circulación, la posibilidad de gozar de los subsidios de desempleo en otros países de la unión. Por otro lado, la entrada en vigor de la moneda única ha conllevado a una pérdida acentuada del nivel de vida para las clases populares. Los aumentos en los productos básicos, así como de la vivienda han sido superiores al 100% en todos los casos mientras que en el mismo lapso el crecimiento de los salarios reales solo ha alcanzado un 5%. Por eso el sentimiento de que antes del euro, con las monedas locales y los mercados “locales” se vivía mejor tiene una parte de realidad, aunque no es un factor absoluto.

Los populistas reaccionarios quieren hacer creer y han convencido a un sector importante de la clase trabajadora, que bajo los explotadores nacionales y expulsando a los trabajadores inmigrantes, los “locales” van a poder vivir mejor y van a recuperar lo que antes tenían. Nada más falso y demagógico que este postulado que a todas luces es imposible de alcanzar. Es la demagogia que preparan los herederos de los verdugos de antaño para mantener viva la llama ante un posible conflicto armado.

En Hungría, por ejemplo, el gobierno reaccionario de Víctor Orban prepara ya un referendo para contestar la cuota de refugiados impuesta por la Comisión el año pasado. Luego de haber rodeado el país de alambres de púas y movilizar a todas las fuerzas armadas para impedir el paso de la ola de refugiados por la ruta de los Balcanes, ahora enarbola la bandera nacionalista para llevar agua hacia su molino electoral.

Luego de unas reñidas elecciones en Austria, donde el partido de la de la ultra derecha perdiera las elecciones ajustadamente, un fallo de la corte constitucional les devuelve la posibilidad de hacerse del poder. Este fallo, lejos de ser imparcial, demuestra cómo el avance de sectores burgueses dentro de las instituciones, es palpable.

Este panorama no es una excepción en medio de todo este panorama político. El avance del Frente Nacional en Francia, que, de no ser por los complejos sistemas de la democracia burguesa para proteger el bipartidismo, podría haber tenido una representación más importante en las últimas elecciones regionales. Todo esto también antecedido por las nutridas movilizaciones en contra del derecho de las parejas homosexuales al matrimonio.

En la primera potencia económica de la zona, las movilizaciones que empezaron hace dos años de la extrema derecha aglutinada por el movimiento Pegida, hizo salir de la sombra a las organizaciones neo-nazis que encontraron un eco en sectores de la población, llegando aglutinar una buena decena de mil en los momentos mas importantes de estas manifestaciones. Pero esto ha dado como resultado la aparición de un partido nacionalista de derecha en el panorama político alemán. La AfD (siglas en alemán, Alternativa para Alemania) quienes en las elecciones regionales de marzo pasado obtuvieron entre 10 y 23% de los votos en tres regiones, derrotando en algunas de ellas al partido de la canciller Merkel y al SPD.

En las últimas elecciones en España, la derecha logró avanzar, no lo suficiente para conformar un gobierno por si sola, pero ganando unos escaños más para recomponer un poco su situación deteriorada por los escándalos de corrupción y de la crisis mayor del régimen español luego de las anteriores elecciones legislativas.

El caso inglés es un caso más en este paisaje gris. El bipartidismo de los Conservadores y los Socialistas han llevado a la más brutal contra reforma económica del viejo continente. El camino emprendido por la Tatcher fue seguido por todo el resto de los gobiernos desde el actual, pasando por el de “socialista” Blair que acaba de ser sancionado por su complicidad en la falaz orquestación de la invasión de Irak en el 2003.

El deterioro de los servicios sociales y de los subsidios de desempleo han llevado a la miseria a importantes sectores de la población. Este caldo de cultivo ha sido el que ha aprovechado la derecha del UKIP, que demagógicamente ha puesto en el lomo de los migrantes y de la élite de la UE, la responsabilidad de todo el descalabro social que se vive. Esta falacia ha sido ya claramente demostrada desde el primer dia luego del referendo, cuando el líder de UKIP, Nigel Farage, se desdijera en público de su principal promesa de campaña al negar que el dinero que iba a los organismos europeos fuera a ser utilizado para financiar el sistema de salud en crisis de la Gran Bretaña.

Los esfuerzos de los conservadores para lograr dirigir este proceso sin que se les saliera de las manos fueron infructuosos, ni la presencia de Boris Johnson, hombre de confianza de la City en el campo del no, lograron evitar la crisis política y económica en la que se encuentra el Reino Unido.

La izquierda reformista se enreda en sus propios mecates

Hace un año, luego de la elección de Alexis Tsipras a la cabeza del gobierno griego y en medio de las negociaciones del “rescate económico “impulsado por le troika, se desarrollaba un referendo en contra de las imposiciones de la CE, el BCE y el FMI. El pueblo griego se manifestó apabulladoramente por el NO. Sin embargo, luego de esta valerosa demostración, el gobierno de Syriza, no ha dejado de aplicar los dictados de la troika. Esto no es obra de la personalidad de Tsipras solamente, obedece a los cambios que se fueron operando en los diferentes congresos del partido y que llevaron a la postre a establecer un programa claro de colaboración de clases, además de crear expectativas en soluciones dentro del marco del sistema capitalista. Pero el grado de la crisis es tanto, que aun esas tímidas reformas no son posibles sin poner en duda el grueso del sistema.

En esta misma longitud de onda se mueve el partido Podemos encabezado por Rafael Iglesias. Luego de suavizar su imagen y la de su partido, con una plataforma que contempla una serie de propuestas sobre reformas parciales al sistema, todo con la ambición de lograr el “sorpasso”, es decir sobrepasar la cantidad de votos en las anteriores legislativas y aumentar el número de escaños en el congreso. Sin embargo, no hubo nada de eso, los votos fueron casi iguales a los anteriores, a pesar de contar con la alianza con Izquierda Unida. Esto puede ser el síntoma de un cansancio del movimiento de masas y de la falta de confianza en estas alternativas que proponen, dentro del marco del sistema, reformas de forma, pero no cambios en el contenido. Las poderosas movilizaciones de hace unos años se han disipado y no han encontrado su equivalente en el concierto político actual. Estos malos resultados electorales han provocado una crisis al interior, que Iglesias trata de evitar de forma burocrática al evitar hacer un congreso de balance en el corto plazo y posponerlo para el año siguiente.

En Francia el Frente de Izquierda encabezado por Melenchon, ha obtenido buenos resultados en las encuestas. Este frente no es nada diferente en lo sustancial de las versiones griega y española.

Todo estos son nada más que síntomas de la crisis que se venía dando desde antes y que se agrava con el Brexit.

Derrotar la austeridad para construir una Europa de los trabajadores

La resistencia se hace presente en casi todos los países de la zona. Esto no es una novedad, desde hace varios lustros las movilizaciones no cesan. Sin embargo, el plan económico de la troika se ha venido imponiendo poco a poco. Esto no es la culpa de los trabajadores que se han tirado a la calle a defender las conquistas que les quedan. Esto ha sido la responsabilidad de las direcciones sindicales y de los partidos reformistas que no han llamado a la unidad consecuente para enfrentar estos planes. Estas direcciones han privilegiado la concertación con el gobierno, el diálogo social y otros eufemismos para defender la claudicación ante los patrones y sus representantes en el gobierno.

Los gobiernos han sabido jugar con las divisiones y las direcciones burocráticas han tratado de asfixiar las iniciativas de las bases, llevándolas en algunas ocasiones a morder el polvo como en el caso de los agentes penitenciarios que fueron aislados y derrotados por el gobierno liberal belga.

Es necesario por lo tanto construir una alternativa clasista, democrática y de lucha que logre promover y dirigir las movilizaciones. Esta es una tarea urgente e indispensable para hacerle frente a la troika, pero también para cerrarle el paso a los neo fascistas que asoman de nuevo sus cabezas desde los partidos de la derecha por toda Europa.


Por Nicolás Lebrum

A partir del primero de abril, los estudiantes y jóvenes franceses se dieron la tarea de organizarse y crear diferentes redes para difundir un mensaje de contestación y de lucha contra un sistema que no les ofrece mas que la inseguridad en el empleo y un sistema social que se hace añicos.

1.- Francia: movilizaciones contra la ley El Kohmri

Dentro de este contexto, se reúnen primeramente en la Plaza de la Republica en Paris, para luego extenderse como un polvorín en todas las ciudades del hexágono. El movimiento Nuit Debout, se consolida a pesar de la férrea oposición de las cámaras patronales, el MEDEF en Francia y la prensa burguesa que tienden a recordar al gobierno que se encuentran en un estado de urgencia, decretado luego de los atentados del 13 de noviembre en el Bataclan y en otros puntos de la capital francesa. Un estado de urgencia que mostro su verdadero carácter represor de las luchas que se vislumbraban en medio de las movilizaciones contra la COP 21 de diciembre pasado, cuando varios activistas fueron objeto de un arresto domiciliario y las concentraciones de los activistas fueron reprimidas brutalmente por los batallones de los CRS.

El elemento aglutinador de esta bronca ha sido el proyecto de ley de trabajo denominado ley El Kohmri, apellido de la ministra de trabajo del gobierno social demócrata de Hollande y su primer ministro Manuel Valls. Durante el grueso del quinquenio Hollande, las crisis políticas no han dejado de hacer mella en esta administración. En el 2012 el discurso del candidato Hollande fue de enfrentar el capitalismo salvaje del gobierno Sarkozy y las medidas de austeridad impulsadas por el mismo. Luego de la caída de su antiguo primer ministro Jean-Marc Ayrault,   quien ocupa actualmente el ministerio de Asuntos Extranjeros, se produce un reacomodo en el cual el ala derecha del PS se impone. LA cristalización de este ascenso es el nombramiento de Manuel Valls como primer ministro y la nominación del tecnócrata Emmanuel Macron como ministro de Economía.

El giro en el discurso y en el conjunto del programa es radical. Las medidas económicas vislumbradas hacían pasar al gobierno de Sarkozy como un gobierno moderado, siendo el centro de esta, la famosa ley del trabajo que pretende flexibilizar a ultranza el mercado laboral a niveles de la época liberal del siglo XIX.

Los métodos del gobierno son cada vez mas bonapartistas con dos objetivos, golpear al movimiento obrero y popular, pero a la vez cerrar las puertas al avance de la extrema derecha, encabezada por el partido Frente Nacional de Marine Le Pen. Los resultados que obtuvieron en las pasadas elecciones regionales, hicieron tambalear la estructura bipartidista que ha venido alternándose en el poder en los últimos decenios.

Este giro no ha pasado sin ocasionar un desgaste en el mismo seno del PS. Posteriormente a los atentados de Paris y como un signo de conciliación  con el electorado de la extrema derecha, Valls intentó pasar la ley de perdida de la nacionalidad en caso de delitos relacionados con el terrorismo. Este proyecto fue un fiasco y tuvo que ser retirado sin pena ni gloria, no solo porque era una aberración desde el punto de vista de los derechos mas fundamentales, si no que también ocasionó la salida de la ministra de Justicia, Christine Taubira, representante del ala izquierda y una de las pocas sobrevivientes del gobierno Ayrault. 

La ley El Khomri debía ser discutida y votada en la Asamblea, bajo un procedimiento normal, pero debido a la crisis política en el seno mismo del PS, donde un grupo del ala izquierda se ha opuesto públicamente a la misma, Valls apostó por utilizar un mecanismo excepcional, el 49.3. Este articulo permite hacer pasar el proyecto sin la aprobación de la Asamblea y la única manera de impedirlo dentro de este marco de la democracia burguesa, es de hacer caer el gobierno por medio de una moción de censura.

La adopción de esta medida fue la que catapultó la entrada en escena de la poderosa central obrera, la CGT que también viene de estar en una crisis política. Durante la segunda vuelta electoral de 2012, la CGT llamó a votar Hollande para impedir el triunfo de Sarkozy. Luego de esto, un cambio en la cúpula de la burocracia sindical llevó a la renuncia de Thierry Lepaon, luego de un escandalo de corrupción en el seno de la central y remplazado por el representante de un ala mas “dura” de la burocracia, Philippe Marinez, antiguo militante del PCF.

Las movilizaciones no han dejado de sucederse en todo el territorio, los bloqueos de los depósitos de carburantes mas la paralización de los ferrocarriles han creado una situación propicia para que la estas se profundicen. Sin embargo el gobierno ha echado mano no solo de la represión policial, los incidentes de brutalidad policial no cesan de aumentar; si no que también de las centrales sindicales amarillas como la CFDT que ha aprobado el proyecto de ley.

Tal como en el caso griego, esta ley de trabajo no es ni mas ni menos que parte de un diktat de la Comisión Europea que, en palabras del presidente, el luxemburgués envuelto en los escándalos de corrupción de lavado de dinero, Jean-Claude Juncker “es lo mínimo que él (Valls) puede hacer” (Le Figaro 26/05/2016)

2.-Bélgica: movilizaciones contra la Ley Peeters y la racionalización del gobierno Michel-NVA

Hace dos años la entrada en escena de una coalición de gobierno (como lo establece el sistema belga) de la derecha liberal flamenca y francófona, la derecha nacionalista flamenca de la NVA provocó de hecho importantes movilizaciones en defensa de las conquistas sociales adquiridas por la clase obrera a lo largo del siglo pasado.

Este gobierno ha avanzado en este sentido, aumentando la edad de la pensión y congelando los salarios entre otros planes de recorte de los gastos del sector publico. Entre ellos la reducción de la planilla ha sido uno de los puntos mas fuertes dentro de este plan, aumentando la carga laboral en el personal restante. Este plan ha encontrado la mas fuerte resistencia dentro de los trabajadores penitenciarios que llevan, al momento de escribir este articulo, un mes de huelga.

La Ley Peeters, apellido del ministro de Trabajo belga perteneciente al partido liberal flamenco CD&V, no es mas que la copia al carbón de la ley El Khomri. La desregularización del mercado de trabajo, el aumento de la jornada laboral de 38 horas por semana a 45 además de otros mecanismos que impiden la negociación colectiva de las condiciones de trabajo, ponen de manifiesto la intención de la burguesía de barrer con las conquistas sociales para aumentar la plusvalía.

Las dos principales centrales sindicales, la FGTB, ligada al PS belga y la CSC ligada a la democracia cristiana, han entrado en una concertación social de la cual han obtenido unas cuantas migajas. A pesar de esto y de las multitudinarias movilizaciones de entre 60 a 120 mil personas a lo largo de estos dos años, se han negado a profundizar las medidas de lucha y se han contentado de abrir la válvula de escape para dejar que la presión se escape un poco.

Pero esto ha despertado la rebelión de las bases. Los agentes penitenciarios de Valonia y Bruselas por ejemplo se opusieron al acuerdo pre negociado por la cúpula sindical desde hace mas de un año y han tenido que tragarse ya varios borradores de acuerdo que no satisfacen las aspiraciones de la base.

Este impulso de este sector ha hecho que las bases de los trabajadores valones y bruselenses del ferrocarril decretaran una huelga salvaje en contra de la circular de la administración que hace que pierdan los días de recuperación por las horas de trabajo adicional.

Esto ha generado que del lado Valon y de la región de Bruselas, las centrales de trabajadores de empleados públicos hallan decretado la huelga indefinida a partir del martes 31 de mayo.  Cabe mencionar que los sindicatos del sector flamenco se mantienen al margen de este movimiento, acentuando la diferencia entre las regiones y las comunidades por encima de la solidaridad de clase. La inversión publica ha sido mayor en el norte que en el sur cada vez mas empobrecido por la crisis y el desempleo.

A pesar de esto, delegaciones de huelguistas se han desplazado a los centros de trabajo del norte para dialogar con las bases y explicar le necesidad de unidad contra el gobierno liberal de Michel.

El gobierno Michel a través del ministro de Justicia Koen Geens, también de los demócratas cristianos flamencos, anuncia la supresión del pago de los huelguistas de todo el mes de mayo. Esta medida debe ser contestada de facto por un llamado a la huelga general de todos los sectores. Una derrota de los agentes penitenciarios seria un duro golpe en contra de todos los demás sectores que se decidan entrar a luchar mas adelante.

Las huelgas deben unificarse como lo han venido haciendo en la práctica las bases, pero esta unidad debe profundizarse. Por esto el llamado de las dos centrales al conjunto de los trabajadores no debe tardar.

Quebrar la resistencia de la clase obrera franco-belga es fundamental para la burguesía europea para poder avanzar en las negociaciones del TTIP que pretende alcanzar lo que estos proyectos de ley representan y mas aún.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) manifestamos toda nuestra solidaridad con los trabajadores en lucha y llamamos a que, en los países de la Unión Europea, de América Latina y del mundo, se hagan jornadas de solidaridad con estas luchas.


Por Ben Céspedes

En medio de un dispositivo de seguridad sin precedentes para una cumbre de este tipo, los presidentes y los ministros de casi 150 países del mundo se encuentran en Paris para discutir de la crisis ambiental en la que se encuentra sumida nuestro planeta.

La COP (por sus siglas en inglés, conferencia de las partes) es organizada por las Naciones Unidas

En los últimos diez años se han producido ya varias cumbres “ de la Tierra” para tratar de lograr un acuerdo y así disminuir las emisiones de CO2 y otros aspectos sin llegar a nada.. Esta cumbre parisina parece que levanta algunos entusiasmos pero de hecho la realidad es más compleja que pasar de cumbre en cumbre.

El capitalismo como modelo de producción anti- ambiente

En estas últimas cumbres, se ha producido un nuevo fenómeno donde las grandes transnacionales han copado el espacio para llevar adelante una estrategia de marketing y asi presentarse como una alternativa verde, sostenible, una capitalismo verde que podría resolver la crisis en la que se encuentra el ambiente.

Sin embargo nada más lejos de la realidad que la presión de estos lobbys de las transnacionales. Para dar un ejemplo de las contradicciones flagrantes de esta cumbre, entre los patrocinadores oficiales de la misma se encuentran los siguientes grupos industriales Engie (ex GDF Suez), EDF, Renault Nissan, Suez Environnement, Air France, ERDF, Axa, BNP Paribas, Air France, LVMH, Ikea. Todos estos grupos enfrentan serios cuestionamientos por su papel en la polución y el recurso a energías fósiles más contaminantes para mantener y aumentar sus márgenes de ganancia.

Los escándalos que han puesto en relieve los métodos fraudulentos con los cuales las compañías logran burlar los controles (controles que muchas veces han sido diseñados sobre medida por los mismos ) y así pasar mercaderías defectuosas y peligrosas para el ambiente y la salud de las personas. El caso de VW, con el cual lograron alterar los sistemas electrónicos de los automóviles para que las emisiones fueran menores a las reales, no es si no uno de muchos que se han venido produciendo desde hace siglos. Este caso como se vio luego, no fue el único dentro de la industria del automóvil.

Pero esto es solo un síntoma de la forma como el capitalismo traduce su relación con la naturaleza. Los datos que se tienen demuestran que, este modo de producción, no es compatible con la naturaleza. Lejos de esos, la reduce a una simple mercancía de la cual obtiene todo el beneficio posible hasta llevar al agotamiento del recurso y así mantener al máximo la tasa de ganancia.

El imperialismo impuso en sus diferentes estadios una explotación anárquica de los recursos en todos los continentes. Los recursos saqueados a los países coloniales y semi coloniales no se ha detenido, siendo el petróleo uno de los recursos vitales, junto con otros combustibles fósiles para mantener la producción de forma barata y sin tener que invertir en el desarrollo de otras formas de energía que impedirían su control hegemónico. El caso de la energía nuclear como fuente de energía y como fuente de poder militar refleja el estado de las relaciones de poder la burguesía y del imperialismo.

En el aspecto que corresponde a las emisiones de efecto invernadero, a la cabeza se encuentran los países que concentran el grueso de la producción industrial del planeta. En la primera posición se encuentran China, con un 25,4% de las emisiones, seguido por los Estados Unidos, con un 14,4% . En la tercera posición se encuentra la Unión Europea, con un 10,2% .

Pero cuando se ve las emisiones per cápita; la lista sufre ligeras modificaciones en el orden, siendo los Estados unidos los que encabezan la lista con un 19,9 toneladas por cabeza por año, seguido por Rusia, con 16,2; Japón con 10,5; Irán con 9,4 y la Unión Europea con 8,8 toneladas per cápita. (datos tomados del World Ressources Institute)

De estas emisiones los porcentajes que son relacionados con las actividades industriales del capitalismo no dejan lugar a dudas sobre su rol. Desde cerca ya tres siglos, estas emisiones no dejan de aumentar. El 76% de estos gases de efecto invernadero son del CO2 provenientes de la actividad industrial y comercial, ligadas principalmente al transporte y la quema de combustibles fósiles. En segundo lugar el metano representa el 16% de las emisiones. Estas son producidas por la agricultura industrial, la producción de petróleo y otros combustibles fósiles así como las boñigas y otros desechos animales.

Este hecho hace que las dudas sobre la efectividad de la COP21 se diluyan conforme la hora de firmar un acuerdo se acerca.

¿Es posible un capitalismo verde?

Muchas organizaciones dentro del campo ecologista presentan un plan reformista para solucionar el problema ambiental. Las multinacionales, los gobiernos de los países industrializados no dejan de enarbolar y tomar medidas en ese sentido, con tal de demostrar que son ecológicamente correctos. Sin embargo el núcleo del que parte todo este problema es el sistema de producción. No es de extrañar que en vista de la magnitud del problema, hasta el Vaticano se haya manifestado por medio de la Encíclica Laudato Si. En esta el papa Francisco concuerda con varios de los grupos que no ponen en cuestionamiento el modo de producción y cae en el discurso de “cambiar hábitos de consumo” y evitar el consumismo, además de apuntar otras generalidades sin llegar a la raíz del problema.

Por otro lado, el discurso oficial apunta al individuo y sus hábitos de consumo que lo convierten en un contaminador por sus escogencias. Esto revela el cinismo de la burguesía que aprovecha para crear mercados alternativos y etiquetar productos “bios” para satisfacer la demanda del mercado. En otros sectores, grupos organizados ofrecen alternativas “verdes” para el consumo. Sin embargo todo esto tiene un carácter elitista debido que los precios son determinantes para el acceso a ese tipo de productos mas amigables con el ambiente, sin que por eso lo sean totalmente.

En este discurso también existe el componente ideológico que hace que la burguesía siga empoderando su percepción de mundo en todos los aspectos de la vida. Marx decía que “no es cierto que el trabajo sea la fuente de toda riqueza, es solamente el padre, la naturaleza es la madre” (Crítica al programa de Gotha)

Para poder acceder a una planificación de la economía con base en las necesidades de la población y del respeto del ambiente para que este no se transforme en nuestra principal amenaza, es necesario entonces que la naturaleza, propiedad privada de la burguesía sea liberada también del yugo burgués. Esto nos deja de nuevo ante el dilema que ha sido esbozado desde hace tiempo pero que cada hora se hace más elocuente: socialismo o barbarie no es una consigna solamente, es el dilema que afrenta la humanidad cada día.


Por Nicolás Lebrun

En el momento de escribir este artículo, un enorme despliegue policial y militar se produce en Francia y Bélgica luego de los atentados del 13 de noviembre en la capital francesa.

El atentado reivindicado por DAESCH, el grupo que ha autoproclamado el Califato del Medio Oriente, ha producido hasta el momento 130 víctimas mortales y cerca del doble de heridos.

Los autores materiales de los hechos y los autores intelectuales son ciudadanos franceses y belgas salidos de la emigración magrebí en estos países. Luego de la masacre una cacería se ha desatado sobre todo en Bruselas, donde se supone que uno de los terroristas se ha escondido. En esta ciudad, la capital de Europa, se ha decretado un nivel de alerta 4, el máximo de la escala de la lucha anti terrorista.

Pero los hechos policiales son una sola parte del desarrollo de estos acontecimientos. En otro frente, un debate político e ideológico se ha establecido entre las corrientes de todo género y dentro de la misma izquierda. El objetivo de este artículo es de tratar de aportar en este sentido.

Las amalgamas

La derecha y la ultra derecha representada por varias corrientes desde Los Republicanos del ex presidente Nicolas Sarkozy hasta el Frente Nacional de Marine Le Pen, claman por endurecer la política represiva contra las redes terroristas. Para justificar esto su discurso hace una mezcla de conceptos para atizar sus propósitos racistas y xenofóbicos. Este discurso no es evocado en vano. Las encuestas previas a las elecciones regionales de diciembre confirman el aumento en las intenciones de voto del FN.

Este segmento del electorado también es perseguido por Los Republicanos, sin embargo dada la situación actual, el discurso guerrerista de François Hollande no dejaría de atraer ciertos segmentos de este grupo. El giro a la derecha del PS en todos los aspectos de la vida política y económica del país no hace más que tratar de acoplarse al tono derechizante de la sociedad gala. La promulgación del estado de excepción por tres meses es la concreción de una parte del plan para restringir las libertades civiles y los derechos democráticos conseguidos por las luchas del movimiento de masas y de la clase trabajadora en el último siglo. El plan de reconversión productiva, de flexibilidad laboral necesita de estos mecanismos anti democráticos para poder aplicarlos con la menor resistencia posible.

Esta oportunidad ha sido aprovechada por el conjunto de la derecha, que como Sarkozy, presidente de Los Republicanos propone “una solución inmediatamente operacional: llamar a la reserva de la gendarmería y de la policía. Esto representaría inmediatamente varios miles de efectivos suplementarios aguerridos y formados.” (Le Monde 18 de noviembre).

En el artículo escrito a principios de este año sobre los atentados de Charlie Hebdo, tratamos de explicar el fenómeno de la radicalización de la juventud de las áreas sub urbanas, mayoritariamente de origen inmigrante. Una política de discriminación y de exclusión de esta población, sobre todo de la mas joven ha sido el caldo de cultivo de las corrientes islamistas para reclutar. De la misma forma en que los fascistas del FN sacan al aire declaraciones como las de Marion Maréchal-Le Pen, candidata del FN en la región del Vaucluse y diputada del Parlamento Europeo, que "Hay que aceptar definir y reivindicar cuál es nuestra herencia y nuestra identidad. Eso pasa por la afirmación de nuestra herencia grecorromana y cristiana." (Agencia EFE, 23/11/2015).

El campo de acción para los fascistas, es entre los cristianos y los musulmanes. La polarización se da por el enfrentamiento entre estos dos campos y es fácil hacer entrar las masas en esas dos categorías preparando una nueva cruzada reaccionaria.

La burguesía no desaprovecha estas oportunidades que le dan los movimientos terroristas de cualquier índole para reforzar sus planes de recorte de las libertades, sobre todo en una coyuntura de crisis económica y política como la que vive el viejo continente.

La izquierda y la teoría del complot

La izquierda también hace sus amalgamas, pero mas peligroso, enarbola la teoría del complot. En esta teoría cabe todo y nada a la vez. El campo se divide entre los complotadores y los complotados. Organismos de inteligencia superpoderosos al estilo de las películas de espionaje, logran manipular a la población, terroristas y demás para llevar agua a sus molinos. Dejan de lado el método marxista de análisis de la realidad, donde se trata de identificar a los actores, su origen de clase, sus intereses y sobre todo las contradicciones en el seno de los diferentes campos.

Hace unos ochenta años, la burguesía imperialista tenía como principal objetivo la derrota del primer estado obrero de la historia de la humanidad. Esto pesar de la reacción interna que encabezó Stalin dentro del partido bolchevique y que encerró la revolución dentro de las fronteras nacionales, llevando, luego de desastrosas y criminales políticas, a la derrota física del movimiento de masas en varios países entre ellos Alemania.

El régimen nazi contó en un primer momento con la simpatía y apoyo de todas las otras potencias imperialistas, que veían en los nazis la posibilidad de aplastar al estado obrero. Los contratos entre las empresas alemanas y de las otras potencias no imposibilitaron, luego que las contradicciones entre ellos desataran la Segunda Guerra, que tácticamente el imperialismo yanqui armara al Ejército Rojo para derrotar a los nazis. Estas contradicciones fueron bastante agudas y en un periodo de la historia con un conflicto a escala mundial que costó la vida a millones de personas.

Ahora el conflicto en el Medio Oriente trata de ser simplificado de una manera caricaturesca. Por un lado se trata de poner en el bando de los progresistas y de las victimas del complot inter imperialista al régimen de Assad. Pero la realidad histórica muestra que este régimen también tiene las manos manchadas de sangre y ha sido cómplice de las políticas llevadas por el imperialismo en contra de los procesos revolucionarios en la región y sobre todo en contra del pueblo palestino.

La primavera árabe ha sido una oleada revolucionaria que reivindicó derechos democráticos burgueses, pero también asuntos económicos en contra de las burguesías de estos países. Assad ha sido tan progresista como Hussein en Irak en cuanto a que no han sido regímenes confesionales, pero eso no los hace democráticos ni progresivos ad eternum. Tampoco estos partidarios de la teoría del complot hacen referencia a los lazos entre el régimen de Teherán y el régimen sirio. Ponen como retrógrados a los sunitas, las monarquías wahabitas del Golfo pero olvidan, qué casualidad, al régimen fundamentalista de Irán. El mismo que reprime las manifestaciones culturales y políticas que no están en consonancia con la sharia.

La alianza entre las milicias

Las intervenciones sirias en el Líbano han tenido el objetivo de mantener el statu quo y no de cuestionar los tratados que dieron origen a estos estados nacionales diseñados por las potencias imperialistas. Las compañías petroleras como Total, de capital francés, han estado presentes en Siria desde hace mucho tiempo.

“La principal compañía francesa, presente en el país desde 1988, había conseguido la licencia de Deir Ez Zor para operar (petróleo) y Tabiyeh Gas (gas), por un total de casi 40.000 barriles por día en 2010. Ese año, la producción total de petróleo fue de alrededor de 14.000 barriles de petróleo crudo extraído por día desde territorio sirio, sólo el 1% de toda su producción.” (Le Monde 29/08/2013).

Pero esto no es el punto más importante. Como se ha visto, el 1% de la producción podría ser poco. Lo más importante para el capital francés es que “Siria quiere jugar la carta de un país de tránsito (...) para compensar las pérdidas debido a la disminución de la producción. Para proporcionar una salida al Mediterráneo para el petróleo iraquí, Arabia Saudita y otros países del Golfo, acercándose así a estas áreas de mayor producción de sus mercados”, y “… convertirse en un centro de distribución de estos recursos a los países en la región (Turquía, Jordania, Líbano, Chipre)”(ídem)

Este era el panorama trazado desde el inicio de la sanciones en el 2012 como consecuencia de la represión desatada por el régimen de Assad. Al mismo tiempo, Assad mantenía la base naval rusa que le ha servido a Putin para afianzarse en su política imperialista para el área.

Por otro lado es importante señalar que los Estados Unidos se han transformado en el principal productor de petróleo del mundo. Esto debido a la utilización del fracking, que lo ha llevado a sobrepasar Arabia Saudita como principal productor mundial. La tendencia es que esto se mantenga y la dependencia energética de los yanquis del petróleo del Medio Oriente disminuya paulatinamente. Este no es el caso de las potencias europeas, que siguen dependientes de la producción de esta zona o de los hidrocarburos provenientes de Rusia.

El Estado Islámico es un Estado paria que busca afincarse en esta zona para expoliar los recursos naturales de la misma forma que cualquier burguesía, solo que combinando el fundamentalismo religioso como justificativo para su accionar. Las mismas contradicciones que han llevado al imperialismo a enfrentarse a sus aliados de antaño no es una causa para relativizar las consecuencias y crear nuevas amalgamas.

Los atentados de Paris ¿“un poco de su propia medicina”?

En este contexto, la mezcla que se hace entre la intervención militar en el Medio Oriente y la justificación por ende de todo atentado, es una burda simplificación del conflicto. Hace pocas semanas, en varias ciudades europeas, decenas de miles de personas se movilizaban baja la consigna “Bienvenidos los Refugiados“. Miles de activistas salieron a organizar plataformas ciudadanas para acoger a estas personas. Desde hace un tiempo las actividades en contra de la intervención militar y en contra del aumento del presupuesto de la defensa en detrimento de los gastos sociales se multiplican. Una resistencia en contra del conjunto de medidas político-económicas y militares se ha hecho presente. Sin embargo esto no ha sido tomado en cuenta porque la amalgama hace que se ponga en el mismo nivel a la población civil que al estado burgués intervencionista. Lo curioso es que en estas manifestaciones se condenan por un lado los atentados y por otro lado se utiliza que tienen un poco de su propia medicina. Esto es una inconsecuencia y deberían pronunciarse claramente. Esto, pronunciado de esta manera, no es más que una provocación que está lejos del método del marxismo revolucionario. Como dupla perfecta de esta provocación viene la relativización de la importancia de las víctimas de un atentado a otro.


Por Leonardo Ixim

El drama de la inmigración masiva que viene ocurriendo en el Mediterraneo y los Balcanes, con el niño sirio encontrado muerto en las costas italianas, los cuerpos de una decena de migrantes en una carretera austriaca o la violencia suscitada en la frontera húngaro-serbia cuando las autoridades del primer país cerraron esa frontera para detener el movimiento constante de refugiados, creando escaramuzas entre la policía y los refugiados, muestran la tragedia del capitalismo de nuestros días.

Ya desde hace años a través del Mediterráneo se dan oleadas de migrantes, y esta es solo una en el constante flujo, en la medida en que se agudizan los conflictos en Africa y Oriente Medio. Recordemos que hace tan solo unos meses, en los enclaves españoles de Ceuta y de Melilla hubo intentos masivos de migrantes africanos para entrar a ese territorio español enclavado en el norte de Marruecos. Posteriormente, con el conflicto libio comenzó otra oleada de barcos cargados de personas que naufragaban en las costas del sur de Italia, convirtiéndose el pequeño Estado insular de Malta, la isla italiana de Lampedusa y el lecho marino en territorios de paso, pero sobre todo en campos fúnebres para muchos migrantes que mueren en la travesía. Este año se calcula que entrarán 300 mil migrantes.

Los Juegos de Poder entre las Potencias

Las movilizaciones contra distintos gobiernos autoritarios en diversos países del Medio Oriente, desembocaron en los casos de Libia, Siria y Yemen en guerras civiles, y en el caso del primer país en la caída de Mahomer Gadaffi y la fragmentación de esta nación norafricana. La intervención de los imperialismos hegemónicos (EU, Francia y en menor medida Alemania, Reino Unido e Italia) en esas movilizaciones legítimas, espantaron tales conflictos o congelaron nuevamente el statu quo.

Estos movimientos se dieron contra gobiernos que en un momento de la historia post Segunda Guerra Mundial nuclearon una resistencia antiimperialista, pero que fueron degenerando en nuevas elites burguesas e implantando regímenes de terror. Este es el caso de los gobiernos de Gadaffi y Al Assad, que privatizaron las riquezas de estos países posteriormente a su nacionalización, por el primero y el partido Baash en el segundo, con las mismas trasnacionales imperiales que siempre desconfiaron de estos gobiernos y en el caso libio terminaron asesinando al primero. De igual forma descartaron, cuando ya no les sirvió, a Mubarak en Egipto y a los dictadores de Yemen y Túnez, y apoyaron la intervención militar Saudí en Bahrein y ahora en Yemen.

Tales rebeliones fueron cooptadas por distintos tipos de islamismo sunnita, primero moderados como la Hermandad Musulmana, al que los militares egipcios no toleraron al ser sus enemigos históricos y posteriormente por grupos más sectarios y violentos como Al-Qaeda, Isis, etc. Pero aquí hubo una falta de acoplamiento entre la política de la administración demócrata de Obama, que en un primer momento busco derrocar a Al Assad mientras se entendía con los chiitas iraquíes aliados de Irán, para después tolerarlo medianamente y combatir a los sectores sunnitas más sectarios, reafirmando su alianza con los chiitas iraquíes y con los sectores más moderados de Irán, logrando un acuerdo para la supervisión internacional del programa nuclear iraní

Decimos falta de acoplamiento, pues con los giros de la política exterior gringa, Francia, Arabia Saudita, Israel, Turquia y Catar, cada uno desde sus propios intereses en lo que respecta a reducir la influencia regional iraní, pasan de apoyar primero a la Hermandad Musulmana, apartarse de los dictados gringos -aunque estos en última instancia los tienen que acompañar- a apoyar los grupos más sectarios como Isis.

Y porque más allá de los relatos paranoicos de la creación de estos grupos por parte de los servicios de inteligencia occidentales, lo cierto es que Isis nace de una alianza entre generales del antiguo ejército de Sadam Hussein e islámicos financiados por la monarquía saudita y catarí sobre todo, con el beneplácito de Turquía, Israel y Francia para tratar de derrocar a Al Assad y a los chiitas iraquíes que controlan el gobierno en Bagdad.

El gobierno de Enrodgan en Turquía, por mucho tiempo sostén político de la Hermandad Musulmana y con la sombra de los servicios de inteligencia francesa, se vuelven en los principales sostenes de Isis y otros grupos sectarios. Provocando inestabilidad en Iraq por un lado y el entrampamiento de la guerra civil en Siria, el debilitamiento de sus respectivos gobiernos y el fortalecimiento del terror islámico, provocando olas de refugiados sobre todo sirios, que se establecieron en campamentos en Jordania, Líbano y Turquía primero, que ahora junto a flujos de afganos, paquistaníes, kurdos, yemenitas y turcos, migran hacia Europa. Se calcula que por lo menos de Iraq y Siria han emigrado más de dos millones de personas por las guerras respectivas.

Todo este juego de redefinición de las fronteras del Levante impuestas artificialmente en 1918 por el colonialismo europeo está provocando un drama humano que le pasa la factura a la Europa civilizada. Y las agresiones saudíes contra el pueblo yemenita y turcas contra los kurdos acrecentarán estas oleadas. Por su puesto que en esta tragedia, el sectarismo chiita de Bagdad y la represión del ejército sirio sostenido por Rusia contra su población, tienen una gran cuota de culpabilidad.

El doble discurso europeo

El discurso de la Europa civilizada está puesto a prueba, la Europa de acogida de migrantes, lo que fue siempre de forma, muestra su falacia. No solo por los sentimientos xenófobos explotados por la extrema derecha de parte de sectores atrasados del pueblo europeo, que obliga a los gobiernos socialdemócratas y conservadores a imponer políticas restrictivas a la inmigración. Sino también por la voracidad de los grandes monopolios trasnacionales que abogan por la entrada dosificada de trabajadores baratos para mantener sus cuotas de ganancias y mantener a raya los sindicatos y las exigencias de los obreros autóctonos o de origen migrante, y con ello conservar a las burocracias sindicales que encuadran las luchas obreras.

Las acusaciones de Bruselas y Merkel contra la represión desatada por Víctor Orban y la policía húngara contra los migrantes, son lágrimas de cocodrilo pues pese a que Orban es un nacionalista xenófobo y católico que chantajea a Bruselas con Moscú y se postula como la defensa de los

“valores cristianos ante la oleada islámica”, sus señalamientos hacia la UE y las naciones mas ricas, sobre su responsabilidad, es real.

Pero las muestras de solidaridad vienen del proletariado y pueblo europeo, manifestaciones en Viena, Budapest, Londres, Madrid, Berlín etcétera, contra las políticas restrictivas de asilo; la adopción de migrantes en hogares de la lejana Islandia; la vía libre de los mismos gobiernos de Grecia, Macedonia, Serbia o Croacia; la entrega de alimentos y agua de las poblaciones griegas, macedonias, serbias, croatas, húngaras, austríacas a los migrantes y de turistas en las islas griegas de Lesbos y Cos, como las que nuestros hermanos centroamericanos reciben de familias mexicanas pese a la represión de las autoridades de ese país. Todo esto obliga a Berlín a proponer una distribución equitativa a todas las naciones de la UE sin que se haya tomado aún una decisión al respecto; pero diferenciando arbitrariamente entre migrantes y refugiados. Sin embargo la apuesta es siempre por militarizar aún más las fronteras y con el pretexto de combatir las mafias de trata de personas, atacar lanchas en el Mediterráneo y bombardear las costas libias si es necesario; el gobierno alemán está a la espera de que el Bundestag apruebe el uso de anfibios militares para tales operaciones.

El Psoca llama a todas las organizaciones, partidos, sindicatos, clasistas, socialistas y revolucionarios de Europa a movilizarse para derrotar las políticas intervencionistas en Medio Oriente y África. Además de obligar a los Estados a permitir la libre entrada de migrantes, que se combata a los grupos y partidos neo nazis, que se generen mecanismos para posibilitar el acceso a servicios básicos a migrantes y empleo para la clase trabajadora autóctona como de origen migrante y los migrantes recientes, reduciendo la jornada laboral a seis horas, con escala móvil de salarios y con prestaciones sociales.

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