Una vez más el pueblo de Honduras, ha sido engañado y traicionado por sus dirigentes tradicionales, a pesar de la heroica lucha en las calles y barricadas, en las que hubo decenas de muertos y centenares de luchadores capturados, verdaderos presos políticos. La lucha contra el fraude electoral tuvo su auge en la semi insurrección de finales de noviembre e inicios de diciembre del 2017, un estancamiento a finales de ese mismo año, para entrar en pleno declive a inicios del 2018.

Pero la culpa de este desastre no recae en las masas, que siempre han luchado, sino en la conducción de Salvador Nasralla y Mel Zelaya, así como en el conjunto de la cúpula del partido Libertad y Refundación (LIBRE) y de la Alianza de Oposición contra la dictadura.

Los giros oportunistas y la traición de Nasralla

En las pasadas elecciones nos negamos a llamar a votar por Nasralla, porque la trayectoria política de éste nos indicaba que, a pesar de su popularidad y su discurso radical, en determinado momento terminaría traicionando la decisiva lucha contra el continuismo y la reelección de Juan Orlando Hernández (JOH).

A pesar de nuestra advertencia, la mayoría del pueblo confió en Nasralla y le dio su voto, metiendo en aprietos el proyecto reeleccionista de JOH, pero al final Nasralla despreció ese respaldo popular.

El primer giro oportunista se produjo cuando Nasralla, por presiones de la Organización de Estados Americanos (OEA), firmó un acuerdo de tres puntos, el pasado 29 de noviembre del 2017, llamando a “esperar en calma y en paz el escrutinio de la elección del pasado 26 de noviembre”, alimentando la confianza en los resultados electorales, cuando era más que evidente que la maquinaria del Partido Nacional estaba trabajando a toda marcha, borrando datos de los servidores del Tribunal Supremo Electoral (TSE), creando nuevas actas, escaneando firmas de fiscales de los partidos, en fin, montando un sofisticado fraude electoral. Nasralla primero había llamado a la protesta nacional para defender su victoria electoral, pero inmediatamente después estaba firmando el acuerdo con la OEA para luego negar su firma.

Incluso, en momentos cruciales, Nasralla desapareció de la escena política, creando todo tipo de rumores sobre su separación de la Alianza que encabezaba Mel Zelaya y el partido LIBRE. Nasralla viajó a Estados Unidos a negociar con el departamento de Estado de los Estados Unidos el reconocimiento de su victoria electoral. Para presionar al imperialismo, la Alianza de Oposición contra la Dictadura organizó una marcha frente a la embajada norteamericana en Tegucigalpa, en donde Nasralla informó a sus seguidores los frutos amargos de sus  negociaciones en Washington: “Hemos tenido un viaje con reuniones y he estado en conversaciones con la Organización de Estados Americanos, (OEA), y con la Unión Europea, porque la decisión de quién es el presidente de la república todavía no está tomada (…) la opinión emitida por el Tribunal Supremo Electoral, (TSE), es solamente una opinión porque ese proceso está viciado y lo comprueba la Organización de Estados Americanos. Ya ganamos, pero estos ladrones quieren que se lo demostremos otra vez (…) Seguiremos protestando para que se me nombre presidente o se repitan las elecciones (….) Estados Unidos no puede mandarnos a la señora Fulton a imponer un fraude porque no lo aceptamos (…) La OEA comprobó que el proceso electoral esta viciado (El Heraldo 21/12/2017)

El discurso de Nasralla mostraba las inconsistencias de su estrategia política: por un lado, ejercía presión con el movimiento de masas en las calles, pero, por el otro, mantenía confianza ciega en que la decisión del imperialismo norteamericano le favorecería. Y como reaseguro, por si acaso, al final de su discurso criticó a un funcionario de menor jerarquía, como era la señora Fulton, quien ya había reconocido a JOH como el triunfador.

Nasralla le dio el tiro de gracia a la lucha de masas contra el fraude electoral, que todavía se batía en las calles contra las fuerzas represivas del Estado, cuando, después que el gobierno de Estados Unidos oficializó el reconocimiento de la supuesta victoria electoral de JOH,  declaró en una conferencia de prensa lo siguiente: “(…) Al no ser miembro de un partido, porque participé en la Alianza como candidato independiente, en el momento que Estados Unidos, que es quien decide las cosas en Centroamérica, le da el apoyo a Juan Orlando Hernández, prácticamente está decidiendo el futuro de la Alianza que fue formada con fines electorales. Ahora, nuestra lucha a favor del pueblo hondureño contra la dictadura continúa, lo que pasa es que las instancias de impugnación o de nulidad que nosotros hemos presentado, ya pasó lo mismo en el año 2013. Es el mismo tribunal electoral que me robó medio millón de votos el que va a decidir si da lugar o no a la nulidad, y después de esa instancia sigue la Corte Suprema de Justicia (…) a lo mas que podemos aspirar es convocar al Consejo Permanente de la OEA para aplicar la Carta Democrática, ese proceso continúa. Cuando yo hablo que me estoy retirando, si esta causa ya está perdida, local e internacionalmente, yo ya no tengo nada que hacer en política, pero el 80% del pueblo que está a mi favor va a continuar la lucha. Yo apoyo esa lucha (…)”.  (desgrabación en France24)

Las declaraciones de Nasralla varían dependiendo del medio de comunicación. Ante El Heraldo, dijo “He concluido mi etapa como candidato de la oposición. Llegó el momento de luchar como una fuerza nacional que incluya a la gente buena de las fuerzas armadas, a los empresarios honestos, a los jóvenes, a los honestos, a los gremios, a todas las personas que luchan porque en Honduras exista Estado de Derecho para restituir la democracia” (El Heraldo, 23/12/2017)

La noticia del retiro de Nasralla, creó un fuerte roce con Mel Zelaya, quien se encontraba al frente de LIBRE, un partido presionado por el movimiento de masas que quería continuar la lucha contra la reelección de JOH.

Estos giros oportunistas de Nasralla se produjeron durante el mes de diciembre del 2017, y contribuyeron enormemente a la desmovilización.

Se perdió una gran coyuntura favorable

La política es el arte de aprovechar las coyunturas favorables, pero el oportunismo y las estrategias y tácticas erróneas de Nasralla y de Mel Zelaya, dejaron pasar la coyuntura en que el gobierno de JOH se encontraba debilitado por la enorme rebelión popular en su contra, la sublevación de una parte de los mandos policiales, y un entorno internacional favorable a la lucha contra el fraude electoral, al grado que hasta la propia OEA, ese ministerio de colonias del imperialismo norteamericano, se pronunció por la realización de nuevas elecciones.

Tanto Salvador Nasralla como Mel Zelaya son políticos burgueses, que pelean contra las otras fracciones de la burguesía, por el control y administración del Estado, que es la fuente del enriquecimiento y de los privilegios personales y de grupo. Aunque el partido LIBRE tiene una base social popular y de clase media, la conducción de esta agrupación es netamente burguesa, por su programa político y por sus actuaciones. Nasralla y Mel Zelaya nunca tuvieron como objetivo central el derrocamiento de JOH por la vía revolucionaria, y la de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, sino la de convencer al imperialismo norteamericano que ellos habían ganado las elecciones y que garantizarían la aplicación de los mismos planes de modernización del Estado que estaba aplicando JOH. Y para convencer a los indecisos, promovieron inicialmente las protestas populares, pero cuando estas se transformaron en una semi insurrección popular, echaron marcha para atrás, llamando a la calma y a las protestas pacíficas, desmontando la enorme rebelión popular, pero amenazando con reanudarla mas adelante.

Con esa manipulación del descontento popular, lo que hicieron fue mojar la pólvora, y dejar que JOH recuperara la iniciativa política.

El Partido Nacional se garantizó la mayoría de diputados y alcaldes

Mientras Nasralla y Mel Zelaya se concentraban en pelear la presidencia de la república, es decir, el poder ejecutivo que nombra a ministros y altos funcionarios y maneja el presupuesto nacional, el Partido Nacional se garantizó 61 diputados, mientras LIBRE obtenía apenas 30 diputados y el Partido Liberal bajaba hasta 26 diputados, garantizándose de esta manera el control del PN en la directiva del futuro Congreso Nacional.

De igual manera, a nivel de alcaldes el Partido Nacional ganó 173 alcaldías, el Partido Liberal gano 89 alcaldías, mientras que el partido LIBRE, soporte de la Alianza de Oposición contra la dictadura, ganó apenas 31 alcaldías. ¿El fraude electoral fue solo a nivel presidencial? ¿No hubo fraude en las elecciones a diputados y alcaldes?

La situación adversa ha sido aprovechada por JOH para continuar avanzando. El día 21 de Enero, la aplanadora del Partido Nacional, con los votos de los partidos minoritarios colaboracionistas ( APH, DC, PAC y UD), escogieron a la Junta Directiva Provisional del Congreso Nacional, garantizando con ello la hegemonía del Partido Nacional en la elección de la Junta Directiva, avanzando en el control del poder legislativo.

La nueva trampa: el Diálogo Nacional

Una vez que JOH fue ungido por el gobierno de Estados Unidos como el nuevo presidente de Honduras, éste dejó de estar a la defensiva, y siguiendo el guión asignado llamó a un Diálogo Nacional con la oposición. Todas las Iglesias protestantes, incluida la Iglesia Católica, el mismísimo Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) y una infinidad de organismos de la llamada sociedad civil, burócratas sindicales y dirigentes populares, apoyaron la propuesta de JOH. Necesitaba ganar tiempo hasta colocarse nuevamente la banda presidencial. Para garantizarse mayoría dentro del futuro Diálogo Nacional “incluyente”, JOH resucitó a los mismos organismos de la sociedad civil que Micheletti usó en su momento en la lucha contra el golpe de Estado del 2009.

Pero la traición más grande se produjo cuando Nasralla aceptó el llamado al Diálogo Nacional hecho por JOH. Utilizando el mismo lenguaje contradictorio de siempre, no pero si, si pero no. Nasralla declaró a su regreso de Estados Unidos, en respuesta al llamamiento de Diálogo de JOH: “Que bueno que está llamando a un diálogo, por supuesto que acepto. Todo lo que sea diálogo es bienvenido, con todo gusto. Llego mañana y podemos empezar el diálogo mañana mismo en la tarde” (Once noticias, 20/12/2017). No obstante, ese mismo ajustó un poco el sentido de sus declaraciones, al afirmar que “El diálogo al que yo aludo en mi comunicación, es a un diálogo basado que gané yo, me reuniré con él solo si acepta que perdió en el conteo, que yo gané y que tenemos que ir a unas nuevas elecciones, de lo contrario no hay diálogo”. (La Tribuna, 20/12/2017)

A partir de esta aceptación contradictoria, toda la agenda política en Honduras comenzó a girar en torno al Diálogo, en detrimento de la lucha popular que se resiste a morir. Por su parte, Mel Zelaya, un viejo zorro de la política, fue más cuidadoso y declaró que “si el candidato electo (Salvador Nasralla) quiere dialogar con él, yo no tengo ningún problema con eso, yo respeto la decisión del candidato, pero antes de ir a ese diálogo nosotros pondríamos condiciones” (Once noticias, 20/12/2017).

El problema es que Zelaya tiene pequeñas diferencias tácticas con Nasralla, sobre cómo participar en el Diálogo, pero no se opone tajantemente a la maniobra política que pretende darle legitimidad democrática a la nueva presidencia de JOH.

Por otro lado, el Partido Liberal apoyó desde el inicio la propuesta de Diálogo Nacional. Yuri Sabas, jefe de bancada del Partido Liberal se manifestó a favor del Diálogo Nacional: “Somos un partido de diálogo, pero queremos que sea un diálogo, no un monólogo. Por lo general cuando invitan a un diálogo ya están todos los temas y solo quieren que sirvan en una pieza de ajedrez, quiero que escuchen a la gente que anda en la calle, necesitamos buscar la paz y el orden”. (Proceso, 19/12/2017)

Inicialmente, Luis Zelaya, ex candidato presidencial del Partido Liberal, se opuso a la propuesta de Diálogo, pero posteriormente en un comunicado oficial, se ratificó la posición de participar en el Diálogo Nacional: “Por eso el Partido Liberal está dispuesto a sentarse a la mesa para dialogar, pero con la condición de que sea con todos los sectores y previo a ello que renuncien los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), que por su accionar son los principales responsables de esta convulsa situación. Por ello pido incluir en el diálogo a todos los partidos políticos, obreros, iglesias, es decir, a toda Honduras, pero quiero aclarar que no atenderé el llamado que ha hecho el presidente Hernández. Sin embargo, estoy dispuesto a un diálogo siempre y cuando haya condiciones igualitarias”. (El país, 20/12/2017). Si pero no, no pero si.

El ambiente de las fiestas navideñas y de fin de año, bajaron los niveles de lucha popular, pero ya en enero del 2018 existe una coyuntura totalmente distinta, desfavorable a la lucha popular, en la medida que todas las fuerzas políticas, incluido el partido LIBRE, comenzaron a definir políticas en torno al Diálogo Nacional.

A mediados de enero, las diferencias tácticas entre Nasralla y Mel Zelaya habían desaparecido. La Alianza apareció nuevamente unida en torno a que se podía participar en el Diálogo Nacional, siempre y cuando existiera un garante internacional. Al parecer Mel Zelaya ha olvidado la amarga experiencia del Diálogo de Cartagena de Indias, que condujo a la firma de los Acuerdos de Cartagena, que tuvo como garantes al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y al entonces canciller venezolano, Nicolás Maduro. Al final de cuentas, ¡los garantes internacionales no garantizaron nada!

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) rechaza absolutamente el Dialogo Nacional con el gobierno de JOH, porque se trata de una maniobra distractora para calmar el descontento popular, crear un listado de promesas sobre posibles reformas o cambios democráticos, que el nuevo gobierno de JOH se comprometerá a implementar, pero que no hará o lo hará a medias, ya que el objetivo central del nuevo gobierno es una continuidad del anterior: Modernizar el aparato represivo del Estado, restablecer el orden y la estabilidad económica, a costa de los derechos democráticos y de las pocas conquistas económicas que aun tienen las masas populares.

¿Por qué fracasó el paro nacional del 20 al 27 de enero?

Para ocultar la cadena de errores políticos, la conducción de Nasralla y Mel Zelaya convocaron a un paro nacional de 7 días, que iniciaría el día 20 de enero y terminaría el día 27 de ese mes, con el objetivo de evitar que JOH tomara posesión del cargo de presidente de Honduras.

Debido a que se desaprovechó la coyuntura favorable de la semi insurrección de finales de noviembre y comienzos de diciembre del 2017, y que la dirección de Nasralla y Mel Zelaya, con giros y contra giros, han contribuido a la desmovilización, los resultados del paro nacional programado para el 20-27 de enero han resultado en un verdadero fracaso.

Lo primero que debemos señalar es que este paro fue convocado por las conducciones políticas de Nasralla y Mel Zelaya, pero sin tomar en cuenta a las organizaciones de trabajadores, ni a las organizaciones sociales y populares, ni a los luchadores que han estado firmes en las barricadas. Las declaraciones de Nasralla, sobre su retiro de la actividad política y la aceptación del Dialogo nacional con el gobierno de JOH, con las mil y una condiciones que ha puesto, han desmoralizado al movimiento de masas. La pólvora ha sido mojada tantas veces, que ya no puede encender, al menos por el momento.

Todavía se mantienen en pie de lucha pequeños grupos de luchadores, una vanguardia combativa que se resiste a abandonar la lucha contra el fraude electoral. Hacia ellos nuestro respeto y admiración. Son el ejemplo a seguir. Pero debemos evaluar correctamente la situación, para evitar que el heroismo y sarificio de la lucha popular sea utilizada como mecanismo de presión de Nasralla y Mel Zelaya en la mesa de negociaciones con el gobierno de JOH. Estos grupos son quienes soportan la brutal represión del Ejercito y de la Policía. La represión ha sido tan intensa, que varios organismos internacionales han sonado las alarmas por las constantes violaciones a los derechos humanos en Honduras.

¡A organizar la resistencia!

A como esta la correlación de fuerzas, todo indica que la toma de posesión de JOH como nuevo presidente de Honduras es un hecho casi consumado. Pero la lucha contra el continuismo debe continuar. El régimen político en Honduras ha sufrido una peligrosa metamorfosis. El bipartidismo en crisis ha dado lugar a la hegemonía del Partido Nacional, a un bonapartismo que tiende a convertirse rápidamente en un régimen dictatorial, que no respeta la voluntad popular.

De la misma manera que lo hicimos en la lucha contra el golpe de Estado del año 2009, y bajo el espurio gobierno de Roberto Micheletti, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los sindicatos, centrales obreras y campesinas, así como a los jóvenes luchadores populares, a organizar la resistencia contra el gobierno ilegitimo de JOH. Esta resistencia pasa por organizar comités, de todos aquellos que se opusieron al fraude electoral, para continuar la lucha casa por casa, calle por calle, organizado primero pequeñas acciones (luchas salariales, por mejoras en los barrios, en los colegios y universidades, mítines y jornadas de protesta, etc) hasta concluir en un movimiento nacional de masas que permita crear las condiciones para organizar una huelga general que permita el derrocamiento del gobierno fraudulento e ilegitimo.

Es necesario construir una nueva dirección revolucionaria

Los acontecimientos relacionados con la lucha contra el fraude electoral confirman, una vez más, que es necesario construir una nueva dirección revolucionaria, en un proceso de unidad de acción con aquellos sectores que estuvimos luchando contra la reelección presidencial. Para poder aplastar a la dictadura que se está gestando en Honduras, necesitamos sacar las lecciones de estas jornadas de lucha, y con la discusión fraternal, superar errores, corregir defectos, desarrollar los aspectos positivos, y fomentar la unidad entre los revolucionarios, para librar la batalla política contra las direcciones burguesas que, como Nasralla y Mel Zelaya, engañan y confunden de manera permanente a los trabajadores y al pueblo

 

Centroamérica, 22 de enero del 2018

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)


 

El telón ha caído. La obra bufa del recuento electoral ha terminado. El pasado 17 de diciembre, teniendo como contexto una creciente oleada de protestas y tomas de carreteras, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras finalmente dio el veredicto final, confirmando a Juan Orlando Hernández (JOH) como ganador de las elecciones del pasado 26 de noviembre, con el 42,9% de los votos y colocando en segundo lugar a Salvador Nasralla con el 41,4% de los votos.

La minoría se impone sobre la mayoría

JOH se ha auto coronado nuevamente como presidente de Honduras, violentando la Constitución de 1982 y la voluntad de la mayoría de los ciudadanos (los votos de la Alianza y del Partido Liberal son una mayoría de más del 60%, según los datos oficiales del TSE) que son su voto rechazaron la reelección presidencial. Con una diferencia de apenas un 1,5% de los votos, según los datos del TSE, más que un triunfo electoral del Partido Nacional, tendríamos un empate técnico, que fue provocado por la desaparición o anulación de votos en favor de Salvador Nasralla. En cualquier otro país, lo ajustados de los resultados electorales, obligarían a una segunda vuelta electoral, es decir, a nuevas elecciones. El hecho que la minoría se imponga sobre la mayoría, no solo se debe al fraude electoral, sino, sobre todo, al actual sistema electoral antidemocrático de mayoría simple que prevalece en Honduras.

Nunca hemos confiado en las misiones de observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE), porque en todo momento trataron de corregir sobre la marcha las deficiencias estructurales del sistema electoral, para confirmar la validez de las elecciones del 26 de noviembre. Pero los abusos y manipulaciones fueron tales que fracasaron en sus objetivos de maquillar los resultados electorales, produciendo declaraciones contradictorias.

La UE avala los resultados fraudulentos ..…

Al comienzo de la revisión de actas, la jefa de la Misión de Observadores de la UE, Marisa Matías, mantuvo una actitud crítica, pero sin haber publicado su informe final la misión, se lavó las manos y declaró que no corresponde a la misión validar los resultados electorales en Honduras, ya que no forma parte del mandato (…) solo las instituciones hondureñas tienen la potestad de tomar las decisiones que modifiquen el actual curso del proceso electoral” (La Tribuna, 18/12/2017). En una declaración de la oficina de prensa, después de la proclamación del ganador de las elecciones, de la Misión de Observadores de la UE, en su parte final concluyó que: “(…) La MOE-UE seguirá analizando cualquier recurso que, contra la misma, pudiera ser interpuesto ante el TSE o la Corte Suprema de Justicia. (…)”. Con ello, la misión de la UE esta indicando a la Alianza de Oposición contra la Dictadura, que debe recurrir ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ), controlada mayoritariamente por el Partido Nacional

La OEA toma distancia

Por su parte, la Misión de Observadores de la OEA, al inicio de la revisión de actas, mantuvo una actitud colaboracionista con el TSE y con el gobierno del Partido Nacional, recomendado esto y aquello, pero al final, la obscenidad del fraude electoral era insostenible, por ello, en lenguaje sibilino, concluyó que “(…) la MOE considera que ha observado un proceso de baja calidad electoral y por ende no puede afirmar que las dudas sobre el mismo estén hoy esclarecidas”.

La OEA dio tiempo para una salida negociada, pero la obcecación del Partido Nacional en mantener los resultados fraudulentos, obligaron al propio secretario de la OEA, Luis Almagro, a distanciarse de la proclamación de JOH como ganador, para poder tener autoridad política en los acontecimientos que se avecinan. Almagro dijo que “(…) la Secretaría General de la OEA no puede dar certeza respecto al resultado de las elecciones celebradas el 26 de noviembre. Como ya fue informado por la MOE, el proceso electoral estuvo caracterizado por irregularidades y deficiencias cuya entidad permite calificarlo como de muy baja calidad técnica y carente de integridad. (…) El ciclo electoral que el TSE dio por cerrado hoy, claramente no lo ha sido. Por todo lo explicado, y ante la imposibilidad de determinar un ganador, el único camino posible para que el vencedor sea el pueblo de Honduras es un nuevo llamado a elecciones generales”. (17/12/2017)

Para poder presionar a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, solo para citar dos ejemplos, Luis Almagro y la OEA deben aparecer como campeones de la democracia.

El Partido Nacional brama y amenaza

JOH nunca espero que los resultados electorales fraudulentos fueran cuestionados por los observadores internacionales, mucho menos por la OEA, cuya labor estaba destinada a bendecir su proclamación como presidente reelecto. Con ello la crisis política se agudiza aún más, el triunfo de JOH ya está manchado por las dudas y cuestionamientos de la OEA, ese ministerio de colonias del imperialismo norteamericano, lo que indica que se esta gestando un consenso continental contra el fraude electoral en Honduras.

Como era de esperarse, los dirigentes del Partido Nacional, igual que lo hizo el golpista Micheletti en su momento, cuando la OEA condenó el golpe de Estado del año 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, han denunciado las injerencias extranjeras en los asuntos nacionales, exacerbando sentimientos nacionalistas (no se confunda con el Partido Nacional)

Oswaldo Ramos Soto, dirigente del Partido Nacional, ha declarado que “el Partido Nacional considera totalmente inaceptable repetir las elecciones”. Esto es comprensible porque volverían a perder las elecciones, y con un margen de mayor desventaja todavía

Cocinando salidas institucionales

Las declaraciones de Luis Almagro, proclamando la necesidad de nuevas elecciones, así como la insinuación de la UE de que la oposición debe recurrir ante la Corte Suprema de Justicia, nos indican que el imperialismo norteamericano y europeo no descansan en conspirar como burlar la voluntad del pueblo de Honduras, y preparan sus propias salidas en caso de desbordamiento popular.

De antemano, no se puede descartar que Luis Almagro, siguiendo instrucciones de su amo imperial, intente llevar el caso de las elecciones fraudulentas de Honduras al seno de la OEA, para tratar de evitar una insurrección popular en ese pedazo de Centroamérica. De igual manera, la UE intentará una salida en el marco de las instituciones del Estado controladas totalitariamente por el Partido Nacional.

Alertamos que estas maquinaciones no están destinadas a hacer prevalecer la voluntad democrática, sino evitar que la dinámica de los acontecimientos conduzca a una insurrección popular y a un derrumbe del Estado.

¿Y que hacen los diputados de oposición en el Congreso Nacional?

Mientras los imperialismos norteamericano y europeo preparan posibles salidas institucionales, la oposición burguesa, tanto el Partido Liberal como el Partido LIBRE, permanecen paralizados, anonadados. La división prevalece en momentos críticos, en la medida en que el Partido Liberal llama a su propia movilización contra el fraude, en jornadas apartes de las ya convocadas por LIBRE.

El periodo de sesiones de la cuarta legislatura del Congreso Nacional, en el periodo 2014-2018, finalizará hasta el 20 de enero del 2018. Aunque el mandato de los actuales diputados está a punto de finalizar, mientras no se instale un nuevo Congreso Nacional, los diputados de la oposición, que en el fondo son la mayoría, se puede librar una batalla contra la reelección, abriendo un juicio político a JOH, por organizar el fraude electoral que es un irrespeto a la voluntad mayoritaria del pueblo de Honduras. De antemano sabemos que los diputados de la oposición no alcanzan los 96 votos para destituir a JOH, pero al menos daría lugar a movilizar al pueblo al Congreso Nacional.

Si el actual presidente del Congreso Nacional, el nacionalista Mauricio Oliva, se niega abrir un periodo de sesiones, los diputados pueden auto convocarse e iniciar el juicio político contra JOH, llamando al pueblo a movilizarse en esa perspectiva. De esta manera se abriría otro frente de lucha contra el fraude electoral.

De igual manera, los diputados de oposición pueden aprobar un proyecto de ley, que, aunque se vetado por JOH, sería una declaración política declarando nulas las elecciones del 26 de noviembre y llamando al pueblo a defender la convocatoria de nuevas elecciones. Toda acción que ayude en la lucha contra el fraude será bienvenida, aunque lo fundamental es si ayudan a la movilización popular.

Paro Nacional y Huelga General de trabajadores

La proclamación de JOH como ganador de las elecciones se produjo en medio de protestas, paros locales, tomas de puentes y carreteras, bloqueo de calles y avenidas. Manuel Zelaya, el coordinador del partido LIBRE, ha llamado a “la movilización inmediata a las plazas públicas” para luchar contra la proclamación de JOH como ganador. También ha llamado a que en cualquier lugar del país se junten los anti-JOH y se tomen las calles.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) coincide en que es muy importante desarrollar la más amplia unidad de acción en la lucha contra el fraude electoral, pero advertimos que este será derrotado solo si generaliza el Paro Nacional que, de manera intermitente y parcial, se ha producido en los pueblos y ciudades, especialmente en el interior de Honduras. Llamamos a la constitución de comités de barrios, como organismos encargados de dirigir la lucha de resistencia popular, de garantizar la seguridad en los barrios, el abastecimiento y la defensa contra las arremetidas represivas de las Fuerzas Armadas y de la Policía.

No basta paralizar la circulación de vehículos, se requiere que los sindicatos y centrales obreras y campesinas realicen asambleas informativas en todo el país, para convocar a una Huelga General de los Trabajadores, tanto del sector público como del sector privado, para paralizar la producción, circulación y venta de productos, hasta lograr la convocatoria de un nuevo proceso electoral.

De igual manera, del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a la desobediencia civil contra el gobierno de JOH, a no pagar impuestos, a cerrar voluntariamente los pequeños y medianos negocios, a no realizar ninguna actividad que pueda permitir la sobrevivencia de este gobierno, que se asentó en el fraude electoral del año 2013 y que quiere perpetuarse en el poder con el reciente fraude electoral.

No disparar contra el pueblo

De igual manera, en las jornadas de luchas que se avecinan, llamamos a los soldados de las Fuerzas Armadas de Honduras, y a los efectivos de la Policía Nacional y demás cuerpos policiales, a no disparar contra el pueblo que en las movilizaciones y en las barricadas defiende la democracia.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los soldados y policías a no obedecer las ordenes de represión, de ningún tipo, a realizar asambleas donde elijan democráticamente a sus oficiales, y a formar comités que se coordinen con los comités populares en los barrios.

La lucha no ha terminado, apenas comienza

Aunque hayan proclamado a JOH como ganador de las elecciones, y el TSE haya publicado El Acuerdo No. 22-2017 en La Gaceta, la lucha contra el fraude electoral y la reelección presidencial no ha terminado, ni ha sido derrotada todavía, simplemente estamos entrando a una etapa de mayor polarización y confrontación con las fuerzas de la reacción. La ventaja esta del lado del pueblo.

Centroamérica, 18 de diciembre del 2017

 

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)


Dada la importancia de la lucha contra el fraude electoral en Honduras, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) somete a consideración de la vanguardia que aun lucha contra la reelección presidencial, y el resto de la vanguardia revolucionaria y de izquierda en Centroamerica, el siguiente análisis sobre la situación actual en Honduras, y las propuestas para derrotar el fraude electoral.

I.-

La situación política en Honduras ha cambiado drásticamente. Hemos pasado de una situación reaccionaria, iniciada con la derrota pacífica de la resistencia contra el golpe de Estado del 2009, que permitió la consolidación del gobierno de Porfirio Lobo (2010-2014) y sentó las bases para la instauración del régimen bonapartista de Juan Orlando Hernández (2014-2018), a una situación directamente revolucionaria, marcada por el despertar de las movilizaciones populares contra el fraude electoral del pasado 26 de noviembre del 2017.

Pero, es conveniente recordarlo, ninguna situación prerrevolucionaria o revolucionaria permanece abierta por mucho tiempo. En política no existe el vacío, sin una dirección revolucionaria firme, con influencia de masas, las movilizaciones, por muy combativas que estas sean, pueden terminar siendo derrotadas.

II.-

De manera contradictoria, la decadencia económica y social de Honduras ha creado un pretexto o “justificación” para impulsar el proyecto bonapartista del presidente Juan Orlando Hernández (JOH), quien ha trabajado afanosamente creando consensos entre diferentes facciones de la burguesía, y teniendo una feroz oposición por parte de otros sectores, especialmente aquellos ligados al liberalismo. Estos sectores que se oponen al bonapartismo intentaron en varias ocasiones contener la ofensiva de JOH.

Los fuegos se rompieron en abril del 2015, cuando JOH logró que la Sala Constitucional dictara una sentencia que declaró inaplicables los artículos pétreos de la Constitución de 1982 que prohibían tajantemente la reelección presidencial. El estallido de la corrupción en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en 2014, y la sentencia a favor de la reelección en 2015, se combinaron para que se produjera un estallido de indignación social, que se reflejó en las marchas de las antorchas que que demandaban la creación de una Comisión Internacional de Lucha Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), pero estos sectores burgueses que incentivaron las movilizaciones, al final salieron derrotados. JOH terminó negociando directamente con el imperialismo norteamericano la instalación de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), la que tuvo un radio de acción muy limitado, siendo incapaz de atacar a los grupos de poder atrincherados en las instituciones del Estado.

III.-

Bajo estas condiciones, de triunfos importantes para la consolidación del proyecto bonapartista, que adquiría la forma de la reelección presidencial, se produjo la convocatoria de las elecciones primarias en 2016 y elecciones generales en el 2017. La oposición burguesa que mas luchó contra el proyecto reeleccionista de JOH estaba encabezada por el partido LIBRE que dirige el expresidente Mel Zelaya y por el Partido Anticorrupción (PAC) que dirigía Salvador Nasralla. Estas fueron las fuerzas políticas emergentes de la campaña electoral del año 2013, que pusieron fin de manera formal al bipartidismo, aunque este subsistió en el bloque nacionalista-liberal dentro del Congreso Nacional. Mientras LIBRE manejó un discurso populista de izquierda, acorde a las tradiciones del liberalismo radical de donde proviene, Nasralla mantuvo un discurso populista de derecha, focalizando siempre sus denuncias a la corrupción imperante y profundizada por los funcionarios del Partido Nacional, su discurso reflejaba el sentimiento de la clase media urbana y la constitución de una nueva derecha en Honduras.

Tras varios fallidos intentos, la unidad de la oposición para frenar a JOH no pudo concretarse por la deserción del Partido Liberal (PL), quien en los hechos ha sido un importante bastión aliado del Partido Nacional para sostener el régimen post golpe, con el único argumento ya aburrido de que todo sea “por la gobernabilidad del país” y por el hecho que Nasralla perdió el control del aparato del PAC, siendo entregados los sellos a Marlene Alvarenga, aliada de JOH. Al final, solamente LIBRE y el PINU, más la solitaria, pero sí muy popular personalidad de Salvador Nasralla, fueron quienes constituyeron la “Alianza de Oposición contra la Dictadura” como un bloque electoral de cara a las elecciones de noviembre del 2017.

Aunque la “Alianza de Oposición contra la Dictadura” aprobó un programa de gobierno, en realidad las principales fuerzas, LIBRE y el grupo de Nasralla, abandonaron sus postulados ideológicos y se unieron en torno a un solo punto: detener la inminente reelección de JOH.

IV.-

A finalizar el proceso electoral del 2013, que proclamó ganador a JOH, a pesar de las denuncias de fraude electoral, la misión de observadores de la Unión Europea (UE) hizo algunas recomendaciones con el objetivo de aprobar una reforma electoral que evitara la repetición de las anomalías denunciadas en un próximo proceso electoral. Obviamente, JOH quien logró controlar la mayoría de diputados en el Congreso Nacional, al captar a los diputados del PL, nunca estuvo interesado en aprobar las reformas electorales.

Durante los años 2016 y 2017, una de las grandes banderas que LIBRE agitó en el Congreso Nacional fue la necesidad de aprobar un combo de reformas electorales, pero no logró reunir los votos necesarios para impulsarla.

A finales del 2016 se aprobó en primera legislatura la reforma de los artículos 51, 52 y 54 de la Constitución de 1982, con el objetivo de ampliar el número de magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), de tres a cinco, para darle un magistrado al partido LIBRE y uno al PAC en el TSE y Registro Nacional de las Personas (RNP), pero la aprobación en segunda legislatura fue bloqueada por un acuerdo entre el Partido Nacional y el Partido Liberal.

En septiembre del 2017, a escasos días de la realización de las elecciones generales, Mel Zelaya escribió:

“(…) Lo que deberíamos de estar discutiendo son las reformas electorales para tener elecciones limpias, libres y democráticas. El Partido Nacional dice que no hay tiempo para aprobar la huella, para depurar el censo, para que la Alianza tenga representantes en el TSE y RNP, o sea están diciendo que no hay tiempo para democratizar a Honduras y ¿Quieren que perdamos tiempo discutiendo en el Congreso algo que es ilegal?

La posición de la Alianza es clara: no hay elecciones si no hay reformas electorales” (Criterio, 04/09/2017)

De igual manera se expresó Salvador Nasralla:

“Si no nos dan el representante en el TSE nos vamos a preparar para una movilización total (…) Todo ya está consensuado, ya lo hemos discutido con Mel, Xiomara y Guillermo Valle. No vamos a participar si no hay cambios” (Tiempo, 04/09/2017).

A pesar de que LIBRE y el PAC amenazaron con incendiar Honduras, o no participar en el proceso electoral de noviembre del 2017, al final tuvieron que participar bajo las condiciones antidemocráticas, debido a que la incondicionalidad de la cúpula del Partido Liberal – bien llamada el “lado oscuro” y dirigida por el ex presidente Carlos Flores Facussé (1998-2002)- garantizaba la reelección de JOH sin mayores obstáculos.

V.-

Con pocos recursos económicos, pero explotando al máximo el perfil de Salvador Nasralla, la “Alianza de Oposición contra la Dictadura se enfrentó al tremendo aparato electoral clientelista del Partido Nacional, que había sido fortalecido tras dos sucesivos gobiernos “cachurecos”.

La estrategia de reelección presidencial de JOH contemplaba un panorama fácil: una alta abstención y la división del liberalismo en dos candidaturas: por un lado, Luis Zelaya del viejo tronco del Partido Liberal, y por el otro el candidato Nasralla, apoyándose en el debilitado aparato del partido LIBRE.

La figura de Nasralla logró atraer el voto juvenil, el voto de la clase media, un sector del mismo Partido Nacional, sectores sociales que han sido muy golpeados por las políticas económicas neoliberales impuestas, y a un importante sector de votantes del Partido Liberal que votó fiel a su partido a nivel de diputados y alcalde, pero a nivel presidencial votó de manera cruzada a favor de Nasralla. Este voto cruzado provocó el hundimiento de la votación del PL, que nuevamente quedó en un lejano tercer lugar.

El descontento popular se reflejó en la votación a favor de Nasralla, convirtiéndose en un fenómeno político y electoral. Las masas creyeron que a través del voto a Nasralla podían lograr lo que la oposición burguesa fue incapaz: detener la reelección presidencial de JOH. Y, en cierta medida, lo lograron. Si tomamos la elección del 26 de noviembre como un referendo sobre la reelección del actual presidente, JOH resultó aplazado, a pesar de la enorme propaganda a su favor.

Las declaraciones de Nasralla, al proclamarse vencedor, con el 50% de las Mesas Electorales Receptoras (MER), y la repuesta de JOH al declararse también vencedor, abrieron una crisis política sin precedentes y un enorme forcejeo y lucha por el poder, que aun no ha concluido con un claro vencedor.

VI.-

Las elecciones en Honduras nunca han sido transparentes. Cada elección, y dependiendo de la cantidad de votos, daba inicio a un forcejeo y a un complejo proceso de negociación secreta sobre las cuotas de poder. En las elecciones del 2005, solo para citar un ejemplo, Mel Zelaya logró imponerse sobre el candidato Porfirio Lobo con apenas 73,210 votos. El antidemocrático sistema electoral de Honduras está diseñado para ganar por mayoría simple, es decir, por 1 voto por encima del rival más cercano.

En las elecciones del 26 de noviembre del 2017, fue visible el manoseo del Partido Nacional. El conteo del último 50% de las MER reflejó nuevamente una manipulación del Partido Nacional sobre los resultados electorales. El 5% de ventaja que inicialmente llevaba Nasralla fue disuelto y revertido a favor de JOH. Los hechos son conocidos: apagón de energía eléctrica, varias horas que el sistema estuvo paralizado, incertidumbre, temor, etc. Después de dos conteos especiales (de 1,000 y 5000 MER) se produjo un fenómeno estadísticamente imposible: que JOH ganara las elecciones con un 1.6% de los votos.

Los resultados finales del TSE arrojan que JOH obtuvo 1,412,055 votos (42,98%)   Salvador Nasralla obtuvo 1,359,610 Votos (41,38%) y Luis Zelaya 484,056 votos (14,73%). Incluso, otorgándole el beneficio de la duda a JOH, que por cierto no se lo damos, el margen de votos con el cual pretende ser proclamado ganador es tan pequeño (52,445 votos), que viéndolo en perspectiva podemos afirmar que tiene a más de la mitad del país en su contra, porque el voto para Luis Zelaya también fue voto anti JOH. Esta polarización política es la base de la crisis política que tiende alargarse en el tiempo con resultados imprevisibles.

El escandaloso fraude montado por el Partido Nacional, pasa desde la compra de representantes de los otros partidos llamados “bonsái”, con las cuales al ponerse de acuerdo llenaron las urnas con votos para JOH, o bien adulteraban las actas de resultados finales, cambiaron urnas cuando estas eran trasladadas por el Ejército de regreso al TSE, etc, hasta la manipulación descarada del sistema de transmisión de datos. Se habla incluso de manoseo de urnas dentro de las mismas bodegas donde mantienen las urnas con los votos y actas de cierre. Todas estas denuncias y señalamientos han sido corroboradas por Marcos Ramiro Lobos, magistrado suplente del TSE.

El fenómeno electoral a favor de Nasralla sobrepasó toda esta maquinaria fraudulenta montada por el PN desde el mismo TSE, pero aun así no le permitió, según los datos desde el mismo TSE, obtener una mayoría arrasadora, incuestionable, de esta manera JOH y el Partido Nacional tuvieron la oportunidad de revertir los resultados y consumar un fraude electoral.

VII.-

Como hemos señalado, el fenómeno electoral anti JOH se produjo solo a nivel de la votación presidencial. Al haber finalizado la revisión de todas las MER, el TSE confirma (lamentablemente son los únicos datos que existen) que el Partido Nacional obtuvo la mayoría relativa dentro del Congreso Nacional con 61 diputados (47,66%), LIBRE obtuvo 30 diputados (23,44%) y el PL obtuvo 26 diputados (20,31%). Los partidos minoritarios, marionetas de JOH, suman 11 diputaciones.

A nivel de municipalidades, el Partido Nacional obtuvo 172 alcaldías (57,72%), el Partido Liberal obtuvo 90 alcaldías (30,2%), y el partido LIBRE quedó en un tercer lugar con 31 alcaldías (10,4%). Los partidos minoritarios suman 5 alcaldías.

Estos resultados reflejan que los aparatos electorales clientelistas del Partido Nacional y el Partido Liberal tienen todavía control sobre los territorios –fortalecidos con los programas clientelistas como la bolsa solidaria, bono 10,000, bono tecnológico, con chamba vivís mejor, etc.-, y que el fenómeno electoral era fundamentalmente contra la reelección de JOH.

VIII.-

Lo que no esperaban JOH y el Partido Nacional era la repuesta de las masas: se produjo un verdadero estallido social. Ante la incertidumbre y al observar que efectivamente se estaba produciendo una manipulación del verdadero resultado electoral, las masas salieron espontáneamente a las calles a defender lo que consideraban era una victoria contra la reelección. Es importante recalcar que mas que simpatías hacia Nasralla, que efectivamente existen, lo que predomina es un sentimiento contra la reelección de JOH.

Mientras Mel Zelaya y el partido LIBRE guardaban silencio esperando los resultados que nunca serían publicados, los días 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre las masas tomaron la iniciativa y salieron a las calles, a tomarse los puentes, carreteras, caminos, entradas principales de los barrios, en fin, a protestar contra el fraude electoral. Como todo movimiento espontaneo, era anárquico, sin conducción ni fines establecidos, pero reflejaba la resurrección del movimiento de masas que había sido derrotado después de la firma del Acuerdo de Cartagena del año 2011. Era una semi insurrección popular. El 1 de noviembre, el gobierno infiltró las movilizaciones e incitó a provocar el saqueo de diversos centros comerciales en las principales ciudades del país; San Pedro Sula y Tegucigalpa, fue evidente observar que en ningún momento hubo el intento por detener los saqueos ni reprimir a los saqueadores por parte de los militares y policías, estos hechos le dieron la excusa perfecta al gobierno para dar una repuesta brutal: represión y toque de queda. El resultado de la represión fue más de una decena de muertos y más de un centenar de detenidos.

Los saqueos fueron en realidad actos aislados, magnificados por los grandes medios de comunicación. Estos saqueos fueron provocados, en su mayoría, por infiltrados que incitaron a esa gran población marginal que vive en la miseria. El hecho que fuera un operativo preparado por los órganos de inteligencia del régimen no evitó que reflejaran la rabia acumulada de grandes sectores sociales que han sido marginados por el neoliberalismo. Pero también reflejaron que, ante la falta de conducción revolucionaria, los elementos lúmpenes de los barrios marginales tomaron el control e impusieron sus propios métodos, así quedó demostrado con la toma y control de las calles en todo el país. En algunos barrios de ciudades como Tegucigalpa y San Pedro Sula, las maras o pandillas se sumaron a la lucha y mantuvieron el control sobre esos territorios.

En las principales ciudades prevalecieron las manifestaciones, y en los pueblos y ciudades del interior prevalecieron las tomas y bloqueos de carreteras. El domingo 3 de diciembre se produjeron dos enormes manifestaciones de protesta en Tegucigalpa y San Pedro Sula, también las hubo en otras ciudades del país como El Progreso, Copán, Santa Bárbara, Tocoa en el departamento de Colón, Choluteca o en el departamento de Lempira, lugar de origen de JOH. Es de señalar que en ciudades como El Progreso, Tocoa o La Lima se han dado fuertes enfrentamientos, donde los manifestantes destruyron las famosas casetas de peaje.

En las tomas y piquetes es visiblemente notorio la participación de los estudiantes universitarios, los mismos que pasaron los últimos tres años luchando contra la rectora Julita Castellanos, la réplica de JOH al interior de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

IX.-

La resurrección del movimiento de masas produjo una crisis y división dentro de la Policía Nacional. Una de las unidades del batallón de Cobras, comandos elites para reprimir al pueblo, al comprender la magnitud del movimiento social de protesta, se negó a salir a reprimir a las masas. Otros cuerpos de la Policía se le sumaron. De pronto, una parte del aparato represivo estaba paralizado.

En este fenómeno de ruptura de la disciplina en la Policía intervinieron dos factores. El primero, el mas importante, es la presión del movimiento de masas. No es lo mismo reprimir un grupo de estudiantes de la UNAH, que reprimir miles de personas en todas las ciudades y pueblos de Honduras. Pero también hay otro factor no menos importante: los viejos cuerpos de la Policía están en conflicto con el gobierno de JOH, que ha creado nuevos cuerpos policiales, como la Policía Militar del Orden Público (P. M.O. P), al mismo tiempo que ha tenido que impulsar una política de depuración que golpea a los altos mandos y al cuerpo de oficiales de la vieja y corrupta Policía Nacional.

En la rebelión de un sector de la Policía, se mezclaron demandas propias, como salarios y aguinaldo, pero también los factores que hemos señalado anteriormente. Si bien es cierto debemos impulsar una política que rompa el control de la oficialidad sobre los elementos de base (asambleas y elección democrática de la oficialidad, etc), tampoco debemos fomentar ilusiones en una institución como la Policía Nacional, cuya naturaleza siempre será represiva, hasta que sea disuelta por acción del movimiento de masas, se debe recordar que en el 2009 cuando el golpe de Estado y cuando aún no existía la P.M.O.P. sucedió la misma situación; la Policía Nacional se acuarteló para exigir una mejora salarial, en ese entonces Michelleti inmediatamente complació las peticiones de los policías y éstos, nuevamente saltaron a reprimir al pueblo.

X.-

El gran ausente de estas movilizaciones de protesta son los trabajadores organizados. Esto no es casual. Después de la derrota de la lucha contra el golpe de Estado, las organizaciones sindicales perdieron todas sus conquistas, fueron anulados los Estatutos, provocando una enorme desorganización y desmoralización de las organizaciones sindicales. En este retroceso influyen las direcciones que, lejos de organizar la resistencia obrera, se pasan de traje entero al campo patronal, debilitando aún más a los sindicatos. La clase obrera industrial o maquilera, permanece aún dormida. Es de señalar que las direcciones siguen siendo las mismas desde hace décadas, o en su defecto, son los herederos de los anteriores dirigentes.

Los únicos sectores que han salido a pelear contra las políticas económicas del gobierno de JOH, han sido un sector de los trabajadores públicos, especialmente del sector salud (enfermeras y médicos), y los estudiantes universitarios de la UNAH. El único sector que estaba luchando bajo el panorama adverso de las elecciones fueron los médicos, los que por cierto se anotaron una victoria parcial.

Lo que ha prevalecido en las movilizaciones de protesta son los sectores populares, las barriadas, y por eso tenemos una movilización con una fuerza explosiva, porque estos sectores son tradicionalmente espontáneos y desorganizados.

XI.-

Las masas han salido a defender el voto a su manera, sin ninguna orientación del partido LIBRE. Hasta que se calmó la semi insurrección del 1, 2 y 3 de diciembre, el partido LIBRE llamó a organizar una marcha nacional y un paro nacional, pero en diferentes momentos. Con ello, desaprovecharon la coyuntura especial creada con el paro espontáneo desde las bases.

La conducción de Mel Zelaya, Nasralla y el partido LIBRE ha sido errática. O no esperaban una victoria electoral o fueron rebasados por la situación creada con el fraude electoral. LIBRE primero exigió el recuento de 1000 mesas electorales, después el recuento de 5,000 mesas electorales, después Nasralla llamó a la anulación de las votaciones, lo cual es acertado, pero después cambió el discurso y exigió que se le proclamase candidato ganador, y así sucesivamente.

La situación se agrava en la medida en que Mel Zelaya y el partido LIBRE no cuestionan el conjunto de los resultados electorales a nivel de diputados y alcaldes. De las 125 impugnaciones existentes ante el TSE, LIBRE presentó solamente 10 impugnaciones para diputados y 14 a nivel de alcaldes, aceptando parcialmente los resultados de estas dos elecciones. Y aunque ha impugnado los resultados de la elección presidencial, mientras no presente las actas en su poder, donde se demuestre que el Partido Nacional cambió los datos, es casi seguro que la impugnación será rechazada.

El problema es que el partido LIBRE acepta parcialmente los resultados y no ha tenido una política clara desde el inicio, para luchar contra el fraude electoral, exigiendo la nulidad de las elecciones y la convocatoria de un nuevo proceso electoral. Mientras las bases que luchan contra la reelección de JOH convocaron a un Paro Cívico Nacional el día lunes 11 de diciembre, la dirección de la Alianza de Oposición contra la Dictadura se ha visto muy tímida ante la participación de la militancia y por eso no es de extrañar que la participación de las masas fue mínima, porque ya se había desaprovechado la oportunidad inmediatamente después de las elecciones.

El mismo Manuel Zelaya escribió una carta pública donde le planteó a Salvador Nasralla que sea él el que tome las decisiones a seguir en esta lucha, que le dejaba la vía libre para que asuma toda la responsabilidad. Por todos es conocidos que Nasralla obedece a su carácter burgués y que hará todo lo posible por no movilizar. De hecho, pareciera que las grandes movilizaciones de los días 3 y 10 de diciembre donde se han caminado muchos kilómetros, fueran con el propósito de que las personas no regresen.

Cada día de incertidumbre que pasa, va penetrando en la conciencia de las masas la idea que el fraude es irreversible y que ya nada puede hacerse. Ya el discurso no es que ganó Nasralla sino más bien que el fraude se impuso.

XII.-

Toda la estrategia de Mel Zelaya y la cúpula del partido LIBRE ha sido denunciar ante los observadores internacionales de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE), las manipulaciones del Partido Nacional y la complacencia del TSE. Han sito tan burdas las maquinaciones del fraude electoral, que estos observadores hicieron críticas al conteo de votos y transmisión de datos, creando la falsa expectativa que terminarían bridando un informe de condena al fraude electoral.

Pero esto es pedir peras al olmo. Estos observadores tienen la misión de bendecir la reelección de JOH. Todas las observaciones criticas que han hecho tienen el objetivo de corregir en la marcha de los acontecimientos las anomalías evidentes, para después concluir que se han superado los problemas, y que el proceso ha sido transparente. La intervención abierta y descarada de funcionarios de la embajada norteamericana en Honduras, reclamando que el TSE se pronuncie de manera definitiva, demuestran una vez que el imperialismo norteamericano y europeo temen profundamente el significado de esa inesperada votación a favor de Nasralla, porque en los hechos refleja un profundo odio de las masas populares al sistema político sostenido por ambos imperialismos.

XIII.-

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) no se cansará de insistir que el único camino posible para superar el actual estancamiento de la lucha contra el fraude electoral, no es pedir al TSE parcializado el recuento de todos los votos, actas y cuadernillos, como ha hecho Mel Zelaya y la conducción de LIBRE, sino exigir la nulidad total de las elecciones del pasado 26 de noviembre, para convocar a un nuevo proceso electoral.

El estallido espontaneo de masas de finales de noviembre, y la lucha que todavía sigue en las calles, ciudades y pueblos, debe centralizarse en un gran paro nacional. Emplazamos a Mel Zelaya y al partido LIBRE que convoque a todos los sindicatos y organizaciones populares para realizar este paro nacional, pero no como lo ha hecho: montando escaramuzas, movilizando y desmovilizando, con el claro objetivo de mostrar arraigo social, pero para negociar con el gobierno. De lo contrario, el TSE aprovechará los aires navideños para proclamar fraudulentamente a JOH como presidente reelecto. Incluso, aunque lo haga, siempre debemos convocar a este paro nacional, porque solo el movimiento de masas en las calles podrá evitar que le pongan nuevamente la banda presidencial a JOH.

 

Centroamerica, 14 de diciembre del 2017

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)


A raíz del fraude realizado en las elecciones del pasado 26 de noviembre, y de las constantes dilatorias del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se niega a reconocer el triunfo del candidato opositor, Salvador Nasralla, el escenario en Honduras avanza rápidamente a una situación revolucionaria, en donde la mayoría del pueblo rechaza la reelección del presidente Juan Orlando Hernández (JOH).

La semi insurrección popular en los barrios de casi todas las ciudades de Honduras, los días 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre, que se manifestó en la toma de puentes y bloqueos de carreteras, calles y caminos, pretendió ser contenida con la instauración del toque de queda y con el uso de las fuerzas policiales contra la población que desarmada realizaba acciones de protesta contra el fraude electoral. El resultado de la represión fue más de una decena de muertos y mas de un centenar de detenidos.

Los saqueos fueron en realidad actos aislados, magnificados por los grandes medios de comunicación. Estos saqueos reflejaron la rabia acumulada de grandes sectores sociales que han sido marginados por el neoliberalismo. El gobierno de JOH recurrió a las fuerzas policiales para frenar el estallido social y con ello creó grandes fisuras dentro de la policía.

Las gigantescas manifestaciones del domingo 3 de diciembre, tanto en Tegucigalpa como en San Pedro Sula, y otras ciudades menores pero importantes, demuestran que la mayoría de la población está en contra el continuismo y contra la pretendida reelección de JOH.

El día 4 de diciembre se produjo otro importante fenómeno político: el batallón de Cobras (fuerza policiales elite usada para reprimir manifestaciones) se rebeló contra las ordenes del ministro de seguridad, y como un juego de dominó, diferentes unidades policiales, metropolitana, preventiva, etc., se negaron a salir a las calles, argumentando que no pueden reprimir al pueblo, porque ellos son parte del pueblo.

En las escenas de los noticieros de televisión se ha podido ver a la población en resistencia, confraternizando con los policías, quienes en su mayoría provienen de los sectores mas humildes de la sociedad hondureña. Estas son escenas propias de un proceso revolucionario democrático en curso, que apenas está comenzando.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a todos los elementos de base de los diferentes cuerpos de la Policía a no reprimir las manifestaciones populares y a no disparar nunca más contra el pueblo.

De igual manera, llamamos a los policías a realizar asambleas para elegir a sus jefes y oficiales. La cadena de mando debe ser sustituida, y solo deben quedar los oficiales que no tienen manchadas las manos con sangre del pueblo, y aquellos que sean electos por los propios policías.

Los exhortamos a formar comités de policías en todas las unidades policiales, que se encarguen de vigilar que no haya más represión contra el pueblo. Debe ser, al contrario, en adelante los miembros de la policía que se han sublevado deben trabajar estrechamente con los comités de los barrios, y con los piquetes de protesta, coordinándose, para garantizar la seguridad de las manifestaciones, y para garantizar la seguridad ciudadana que tanto anhela el pueblo de Honduras. Solo así se podrán contener a los delincuentes e infiltrados que pretenden sabotear las movilizaciones de protesta.

Las reivindicaciones económicas de los policías de base sobre bonificaciones, salarios atrasados, etc, deben ser atendidas de manera inmediata, exigiendo al gobierno su cumplimiento. Pero la satisfacción de estas reivindicaciones, nunca debe servir para comprar conciencias o para volver a utilizar la policía en actos represivos contra el pueblo, como el pasado 1 y 2 de diciembre.

La negativa del TSE de reconocer el triunfo de Nasralla nos obliga a luchar por un nuevo proceso electoral donde se elija una Asamblea Nacional Constituyente, que reorganice al Estado en beneficio de los trabajadores, campesinos, indígenas y los más pobres.

Centroamérica, 4 de diciembre del 2017

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

 


Los acontecimientos se han desarrollado con rapidez en Honduras, a raíz de la realización de los comicios generales, el pasado 26 de noviembre del año 2017. De pronto, de una situación de retroceso y apatía en el movimiento de masas, tenemos una situación completamente diferente, caracterizada por una enorme polarización política, y una dinámica de manifestaciones y contra manifestaciones, que tiene al país en vilo.

El fenómeno Nasralla

No habían concluido las votaciones, cuando los dos principales candidatos, Salvador Nasralla, postulado por la Alianza de Oposición contra la Dictadura, (LIBRE y PINU) y el presidente Juan Orlando Hernández (JOH), candidato del Partido Nacional (PN) que busca imponer su reelección, estaban brindado declaraciones encontradas, proclamándose ambos como ganadores de los comicios.

Las declaraciones entusiastas de Salvador Nasralla coincidieron con el primer informe parcial brindado por el Tribunal Supremo de Electoral (TSE), en el que aparecía con el 42% de los votos de un total de 57,19% de las Mesas Electorales Receptoras (MER), mientras que el candidato oficialista Juan Orlando Hernández aparecía con el 40,21%, y el candidato Luis Zelaya, del Partido Liberal (PL), estaba relegado a un tercer lugar con apenas el 13,77% de los votos.

Había sobradas razones para estar alegres. La estrategia del Partido Nacional para imponer la reelección de su candidato, estaba basado en dos ejes importantes: una alta abstención y la división del liberalismo en fuerzas equidistantes.

Pero en estas elecciones la abstención disminuyó. Los centros de votación estaban abarrotados de gente. A diferencia de las elecciones del año 2013 y anteriores, en esta ocasión fue notorio un incremento en la participación de los votantes, especialmente de sectores juveniles que han manifestado abiertamente su repudio al continuismo de JOH. Todo indica que este nuevo sector de votantes se inclinó a favor de Nasralla, quien desde el año 2013 que irrumpió a la arena política, ha mantenido una denuncia constante y vigorosa contra el gobierno de JOH.

El derrumbe del Partido Liberal

Paralelo al fenómeno de Nasralla que logra cautivar a los sectores en contra del continuismo, se produjo otro fenómeno: el desplome de la votación del Partido Liberal. En las ultimas tres elecciones, el PL ha mostrado una tendencia hacia el suelo. Cuando fue electo Mel Zelaya como presidente, el PL obtuvo 999,006 votos, en 2009, después del golpe de Estado, y ya dividido, el PL obtuvo 817, 524 votos, en la elección del 2013 bajó a 632,320. En esta ultimo votación influyó, sin lugar a dudas, la irrupción de LIBRE como un nuevo partido.

Pero en esta elección del año 2017, el PL redujo su votación a mínimos a nivel presidencial: Hasta el momento tiene el 15% de los votos. Una parte importante de los votos tradicionales del PL, migraron hacia Nasralla, muy probablemente por considerar que el candidato que podía detener la reelección de JOH, debido a que en los últimos 8 años la cúpula del PL se ha dedicado a negociar cuotas de poder y no a luchar contra el gobierno nacionalista.

Aunque a nivel de diputaciones y de alcaldías, el PL mantuvo una parte de su caudal electoral, colocándose en segundo lugar a nivel nacional, por encima del partido LIBRE, lo que relativiza un poco su derrumbe electoral.

Los fraudulentos informe del TSE

De manera sospechosa, el TSE retrasó los informes preliminares argumentando que no habían llegado todas las actas, especialmente de provincia, en donde se supone que el PN tiene gran influencia. Un halo de misterio rodeó el edificio del TSE. Los observadores internacionales guardaron silencio, hubo declaraciones a favor y en contra de los datos preliminares, mientras el entusiasmo de las bases de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, comenzaron a salir a las calles protestando contra el fraude electoral.

El segundo informe parcial, del día martes 28, abarcó el 67,93% de las MER a nivel presidencial, y las cifras oficiales comenzaron a revertir lentamente la ventaja del 5% de que tenía Nasralla sobre JOH, quien logró subir a un 40,96% de los votos, mientras Nasralla comenzó a descender lentamente hasta 43,66% de los votos.

A partir de la tarde del día miércoles 29, cada informe parcial fue acortando la ventaja iniciar de Nasralla, hasta el punto que el TSE, con las actas del 80.79% de las MER, reconoció que JOH había obtenido el 42,21% de los votos (1,157,083) , mientras Nasralla quedaba atrás con el 42,11% de los votos (1,154,172)

Para el día jueves 30 de noviembre,  con casi el 90% de las actas de las MER, el TSE dio prácticamente como ganador a JOH, con un 42,48% de los votos, un escaso margen en relación a Nasralla que quedó con 41.71% de los votos.

El antidemocrático sistema electoral de Honduras esta basado en el principio de mayoría simple, es decir, con un solo voto cualquier candidato puede ganar las elecciones. Esta es la razón de fondo por la cual el PN nunca quiso cambiar la legislación Electoral. Todo está fríamente planificado.

El acuerdo con la OEA para frenar las movilizaciones

A pesar que Nasralla, llamó al pueblo a defender el voto, es decir, su victoria electoral, en las calles, casi al mismo tiempo que el TSE daba a conocer que JOH había superado a Nasralla en la votación, los medios de comunicación dieron a conocer la insólita noticia que JOH y Nasralla, por presiones de la Organización de Estados Americanos (OEA), habían firmado un acuerdo de tres puntos, para “esperar en calma y en paz el escrutinio de la elección del pasado 26 de noviembre”, al mismo tiempo que ambos candidatos se comprometían a “aceptar los resultados del escrutinio general definitivo del TSE (Tribunal Supremo Electoral) siempre que se hayan sumado todos los votos en todas las actas”.

En pocas palabras, si Nasralla se comprometió a aceptar los resultados oficiales del TSE, en el fondo estaba aceptando el fraude electoral que había denunciado en las calles, y perdía peso la denuncia de fraude electoral, y con ello estaba desmovilizando a las masas que habían dado un paso al frente cuando el llamó a defender el voto.

El silencio de Mel Zelaya y el partido LIBRE

Un dato importante de las elecciones del 26 de noviembre es que el partido LIBRE también perdió votos en relación a la elección del 2013, cuando Xiomara Castro, esposa de Mel Zelaya fue la candidata. En el año 2013, el partido LIBRE, en su inauguración como partido político electoral, ganó 896.498  votos, el 28,78% del total.

En las votaciones del 2017, el repunte de la votación se produjo con la candidatura de Nasralla, que llegó a ser un fenómeno político, pero a nivel de diputados y alcaldías, el partido LIBRE ha quedado en tercer lugar, como señalamos anteriormente.

Igual que en el año 2013, cuando el partido LIBRE hizo un tímido llamado contra el fraude electoral, en esta ocasión ha guardado silencio y no se ha desligado de la firma del acuerdo con la OEA, firmado por Nasralla.

El partido LIBRE tiene capacidad de convocar a grandes movilizaciones, en el contexto de la ebullición popular, pero se niega a hacerlo, permitiendo que se imponga en los hechos el plan de reelección de JOH.

¿Porqué llamamos votar nulo?

El fraude electoral lo viene montando el PN en los últimos 8 años, copando las instituciones del Estado, implementando programas de asistencia social a los sectores mas pobres, engrosando con ello la clientela electoral, fortaleciendo su aparato electoral, cerrando espacios a los partidos de oposición.

Por omisión, el partido LIBRE y el PL fueron incapaces de frenar a JOH en el Congreso Nacional, se limitaron a la oposición parlamentaria, se negaron a llamar a la movilización conjunta en las calles.

Bajo estas difíciles condiciones, y con un sistema electoral antidemocrático, se convocaron a las elecciones generales del 26 de noviembre, donde el oficialismo llevaba extrema ventaja y alevosía, con altas posibilidades de imponerse, manipulando a su clientela electoral.

En especial, alertamos que la candidatura de Nasralla no representaba los intereses de los trabajadores y los pobres de Honduras, y que en esas condiciones no quedaba otra opción que votar nulo. A pesar de nuestro llamado al voto nulo, un sector importante de la población votó por Nasralla, por considerar que podía vencer a JOH.

No obstante, nuestros recelos se han confirmado, porque el Acuerdo con la OEA, es un compromiso para desmovilizar, de la misma manera que Mel Zelaya lo hizo cuando regresó a Honduras, y con ello lamentablemente JOH terminará imponiendo su reelección.

Para luchar consecuentemente contra el continuismo de JOH se debe convocar a un Paro Cívico Nacional

A estas alturas solo falta que el TSE proclame a JOH como ganador, con el aval de los observadores internacionales. Esto equivaldría a una especie de golpe de Estado contra la voluntad popular. Pero todavía estamos a tiempo de detenerlo, no todo está perdido, todavía podemos derrotar el continuismo de JOH. No basta que ahora Nasralla reconozca que la firma del Acuerdo con la OEA fue un grave error político. No basta convocar a pequeños plantones que dispersan la fuerza de las masas, necesitamos manifestaciones de protesta a nivel nacional y departamental.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) exige a Nasralla y al partido LIBRE que convoquen a un Paro Cívico Nacional de 48 horas, como mínimo, para evitar que el TSE proclame a JOH como el nuevo presidente, y que este logre imponer su reelección.

Si se niegan a hacerlo, entonces el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los sindicatos, centrales obreras y campesinas, el movimiento campesino y popular, a ponerse a la cabeza de la indignación nacional contra la imposición de JOH. Llamamos a los médicos eh huelga nacional a sumarse a este amplio movimiento contra la reelección de JOH.

Si las elecciones fracasan en el intento de frenar la reelección de JOH, solo queda la lucha revolucionaria, la movilización de los trabajadores y el pueblo bajo una solo consigna: Fuera JOH!! No queremos reelección!!.

Este Paro Cívico Nacional debe ser el preludio de la anulación de las elecciones del 26 de noviembre, y de la convocatoria inmediata a una Asamblea Nacional Constituyente.

 

Centroamérica, 30 de Noviembre del 2017

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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