El 18 de enero el Tribunal Supremo Electoral convocó al proceso electoral 2019, cuya primera vuelta se realizará el 16 de junio, luego de tres meses de campaña electoral.

1.- Estos comicios se llevarán a cabo en medio de una grave crisis institucional, en la que el gobierno de Jimmy Morales y organismos del poder ejecutivo se resisten a acatar las disposiciones de los organismos de justicia superiores, como la Corte de Constitucionalidad (CC) y el Ministerio Público (MP), en torno a la permanencia en el país de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). La resistencia del gobierno a respetar el andamiaje institucional representa el intento de instaurar un régimen autoritario que concentre el poder en manos del Ejecutivo, en detrimento de la CC y el MP; la Corte Suprema de Justicia tiene una mayoría de magistrados favorables al gobierno, nombrados durante el período de Otto Pérez Molina mediante acuerdos entre el entonces partido gobernante y el opositor LIDER. El oficialismo cuenta ya con alianzas que le dan mayoría en el Congreso de la República, y sin duda buscará cooptar la Contraloría General de Cuentas en la próxima elección de Contralor.

Este resquebrajamiento del Estado de Derecho es resultado de la tenaz resistencia de sectores corruptos de la burguesía, a ser investigados, enjuiciados y condenados por los delitos que han cometido. Estos grupos emergentes se formaron alrededor de militares en retiro que se enriquecieron durante la guerra interna por medio de negocios ilícitos con el Estado, la usurpación de tierras de comunidades indígenas, el tráfico de drogas y el crimen organizado. Constituyeron la base del Partido Patriota, pero al ser perseguido y enjuiciado el gobierno de Otto Pérez Molina, se unieron al actual partido de gobierno, logrando fortalecerse. La relación de estos grupos emergentes con la oligarquía tradicional y otros grandes empresarios es compleja, pues no se trata de grupos homogéneos ni cerrados. A la par de rivalidades por el control de los negocios con el estado, puede haberse dado acuerdos a otros niveles. Lo cierto es que cuando las investigaciones de la CICIG y el MP sacaron a flote los manejos ilícitos de los grupos de la oligarquía, que condujeron a encarcelamientos y procesos judiciales de conocidos empresarios, la cúpula empresarial organizada en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), empezó a dar un giro y finalmente ha dado su respaldo al gobierno en el conflicto contra la CICIG.

Las elecciones generales 2019 tendrán lugar en este momento crucial, y sus resultados pueden afianzar o frenar el autoritarismo impulsado por los exmilitares corruptos de ultra derecha en alianza con la oligarquía.

2.- El proceso electoral 2019 tendrá lugar en un contexto económico de franco estancamiento. Según las autoridades en materia económica del gobierno, el crecimiento del Producto Interno Bruto en 2018 fue de un 3%, apenas por encima del de 2017, que alcanzó un 2.8%. Esto es poco relevante en un escenario en el que la economía guatemalteca en los últimos cinco años ha crecido un promedio de 3.4%. Las exportaciones tuvieron un retroceso del 2.6%, debido a la caída de los precios de los principales productos de exportación: café, azúcar, caucho y palma africana; solamente la exportación de vestuario creció, pero no se avizora una mejora en los precios de los productos de la agroindustria en 2019. La inversión extranjera directa cayó un 12% al tercer trimestre de 2018 con respecto al mismo período de 2017, y las perspectivas para 2019 no son buenas, tanto para la inversión extranjera como para la que proviene de los capitales nacionales. Un año electoral siempre causa incertidumbre, y el creciente conflicto interinstitucional entre el gobierno, la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Constitucionalidad, el Ministerio Público y la CICIG añade elementos de zozobra para los inversionistas.

Pero no se trata solamente de una situación coyuntural. Mientras la población económicamente activa crece cada año a razón de 200,000 personas, se crean solamente entre 30 y 40 mil empleos formales al año. El resultado de una economía disfuncional, que durante años no logra crecer más del 3.4%, mientras la población crece a un ritmo de 2.4% anual, es una tasa de informalidad del 70.6 por ciento, y una tasa de desempleo del 2.8% al primer semestre de 2018, con un 59.5 por ciento de personas (10 millones) en situación de pobreza y extrema pobreza. La tasa de desempleo abierto entre los jóvenes de 15 a 29 años es del 5.2 por ciento, y en el área urbana asciende al 11.7 por ciento. Esta dramática situación coloca a nuestra juventud en la disyuntiva de migrar hacia el norte o integrarse a las pandillas violentas, para poder sobrevivir. Por ello el volumen de las remesas que envían nuestros trabajadores en el extranjero no cesa de  incrementar, convirtiéndose un uno de los motores de la economía, sobre todo en el interior del país. Las divisas que entraron en concepto de remesas crecieron un 13.3 por ciento con respecto a 2017, alcanzando la cifra de US$ 9.28 miles de millones.

A pesar de esta grave situación de pobreza, el gobierno de Jimmy Morales, atendiendo la solicitud de la oligarquía, decidió no incrementar el salario mínimo para 2019, dejándolo en Q 2, 992.37 para actividades agrícolas y no agrícolas y Q 2, 758.16 para actividades de maquila y exportación. Sin embargo, la canasta básica alimentaria alcanzó en 2018 los Q 3, 559.84, mientras que la canasta básica ampliada que incluye los servicios básicos llegó a Q 8, 219.44. Basta comparar las cantidades para comprender la grave situación que atraviesan los trabajadores y la población en general.

3.- Para el proceso electoral 2019, la inusitada cantidad de 27 partidos políticos se encuentran vigente. Dado que las reformas electorales del año 2016 estipulan que las organizaciones políticas deben participar en las elecciones con candidatos a la presidencia o diputados en más de la mitad de los 13 distritos que están vigentes, so pena de ser cancelados, tendremos una enorme cantidad de candidatos en los próximos comicios.

Resultaría engorroso y extenso hacer aquí una semblanza de cada uno de estos partidos; bastará para nuestros propósitos agrupar a los más importantes según su orientación en el espectro ideológico. En la extrema derecha, con los planteamientos más conservadores, vinculados con exmilitares y aliados del gobierno de Jimmy Morales encontramos al Partido de Avanzada Nacional, Valor, Todos, Movimiento Reformador, Partido Unionista, Partido Liberal de Guatemala, Avanza y al partido oficialista Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), Visión con Valores (Viva).

En el centro derecha podemos ubicar a la Unidad Nacional de la Esperanza, Bienestar Nacional, Unión del Cambio Nacional, Victoria, Compromiso Renovación y Orden (Creo) y otros menos importantes.

En el centro izquierda, con ideología socialdemócrata moderada están Encuentro por Guatemala, Movimiento Semilla y Libre. El Movimiento Semilla representa la conjunción de varios de los movimientos democráticos de las capas medias urbanas que surgieron durante las movilizaciones anticorrupción de 2015.

Todos estos partidos están a favor del sostenimiento del orden burgués y la economía capitalista y se diferencian por un mayor o menor respeto del andamiaje del Estado de Derecho, la institucionalidad burguesa y el respeto de los derechos ciudadanos establecidos en la Constitución de la República. La oligarquía tradicional, como ha sido su costumbre, no apuesta por solamente uno de los partidos, sino que reparte dinero y recursos entre varias opciones, buscando garantizarse el derecho de opinión y decisión tras bambalinas, sea cual sea el partido ganador. Indudablemente la oligarquía tiene su propia agenda que buscará imponer al próximo gobierno; en primer lugar, la estabilidad política indispensable para que marchen sus negocios, y, en boca de los representantes de la Cámara de Industrias de Guatemala, recuperación de la infraestructura y la red vial, la implementación de la flexibilización laboral y el trabajo a tiempo parcial, y la inversión público-privada en áreas claves como carreteras, puertos, aeropuertos y transmisión de energía.

4.- Es necesario comentar dos novedades en el contexto electoral. El primero es la intención de la ex Fiscal General Thelma Aldana de lanzarse como candidata a la presidencia de la república, aprovechando la enorme popularidad que ganó al frente del Ministerio Público persiguiendo y encarcelando funcionarios y empresarios corruptos. Al no contar con un partido político, desde hace meses Aldana se ha enfrascado en negociaciones con diversas corrientes de centro izquierda como el Movimiento Semilla y de la izquierda exguerrillera como la URNG, sin llegar a acuerdos concretos; y presentando como candidato a vicepresidente al director del diario La Hora Oscar Clemente Marroquín. Lo más probable es que sea candidata del partido Encuentro por Guatemala.

La otra novedad es el surgimiento de un nuevo partido de izquierda, el Movimiento Para la Liberación de los Pueblos (MLP), brazo político del COMITÉ DE DESARROLLO CAMPESINO -CODECA- organización campesina que ha mostrado gran combatividad en los últimos años. El MLP plantea un programa antioligárquico, no anticapitalista, buscando la creación de una economía mixta, combinando la propiedad estatal con el funcionamiento del mercado basado en la pequeña y mediana empresa. Hasta el momento el MLP tiene fuerza en el campo, y en las ciudades ha logrado sumar a sectores de la intelectualidad de izquierda, aunque no tiene bases sólidas.

5.- Los partidos que podemos considerar de izquierda con ficha electoral, en su mayoría surgidos de las filas de los exguerrilleros, hasta el momento no han definido estrategia electoral. Incluimos aquí a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), el Movimiento Político WINAQ, Convergencia y el MLP. La URNG incluso coqueteó con la idea de apoyar la candidatura de Aldana, sin lograr consenso en sus filas. Mientras las dirigencias barajan nombres de posibles candidatos y posibles alianzas, a nivel de las bases se ha dado la unidad entre algunos de los cuatro partidos para impulsar candidaturas a ciertos gobiernos municipales o diputados departamentales.

Estos cuatro partidos de izquierda no tienen grandes diferencias programáticas. Ninguno tiene un programa claramente anticapitalista, pero sí tienen planteamientos y postulados que significan la ampliación al máximo de las libertades y derechos democráticos; todos agrupan en diversos niveles, a dirigentes comunitarios, campesinos y sindicales; y ninguno tiene el apoyo o vínculo de grupos de la burguesía.

6.- Por tanto, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) considera que en el momento político actual es prioritaria la formación de un frente electoral que agrupe a la URNG, Convergencia, WINAQ y al MLP, y que arrastre tras de sí a las organizaciones campesinas, indígenas, sindicales, estudiantiles, de mujeres, jóvenes y populares. Este frente es el indicado para dar la batalla en las urnas y en las calles contra la amenaza que representa el avance de la extrema derecha, que busca instaurar un régimen autoritario bonapartista, coartando las libertades y derechos democráticos básicos. Instamos a las organizaciones populares a presentar a este frente electoral sus candidatos a puestos de elección popular escogidos entre los más entregados luchadores y defensores de los derechos del pueblo. Enarbolando un programa que amplíe al máximo las libertades y derechos democráticos, e impulse la salud y educación gratuitas y de calidad, reforma agraria, el respeto a los territorios de las comunidades indígenas, vivienda digna, transporte eficiente y barato, empleo pleno y salarios justos, seguridad social, y que promueva la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente Plurinacional e Incluyente.

 

Centroamérica, 21 de enero del 2019

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)


 

Como era de esperarse, el gobierno Jimmy Morales chocó nuevamente contra la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y la Organización de Naciones Unidas (ONU), con motivo de la detención ilegal por 25 horas del investigador Yilen Osorio en el Aeropuerto Internacional La Aurora, cuando éste procedía a ingresar a Guatemala. Recordemos que desde hace unos meses el comisionado Iván Velázquez, titular de la CICIG, se encuentra fuera de Guatemala a raíz de las acciones del gobierno de negarle el ingreso y querer expulsarlo definitivamente.

Ante la orden del Ministerio Público de liberar al investigador Osorio, cumpliendo con la decisión de la Corte de Constitucionalidad (CC), que obligó al Estado a garantizar el trabajo de la CICIG y sus investigadores, el gobierno respondió denunciando unilateralmente el acuerdo de creación de la CICIG, dando un plazo de 24 horas a sus funcionarios para abandonar el país. No bastando con eso, el presidente Jimmy Morales demandó al Ministerio Público que investigue supuestas anomalías cometidas por la CICIG, acusó a magistrados de la Corte de Constitucionalidad de inmiscuirse en asuntos que no les competen y desconoció las sentencias de varios jueces.

Estas acciones del gobierno profundizan la grave crisis institucional provocada por su aversión hacia las instituciones que investigan los casos de corrupción, poniendo en peligro el statu quo del Estado de derecho alcanzado después del golpe de Estado, conocido como el Serranazo en 1993. Los últimos actos del gobierno de Jimmy Morales representan un intento de instaurar por la vía de los hechos un régimen autoritario, bonapartista, que pretende concentrar amplios poderes en el Ejecutivo, desconociendo a los otros poderes e instituciones del Estado, específicamente la Corte de Constitucionalidad y el Ministerio Público. Con ello, Jimmy Morales y el grupo de poder que representa pretenden, aprovechando la mayoría que ha logrado construir en el Congreso de la Republica, cooptar en el futuro inmediato a la Corte Suprema de Justicia y la Contraloría General de la Nación, entre otras instituciones, al mismo tiempo que busca incidir en las elecciones que se realizarán el 16 de junio del 2019.  

La reciente salida del país de casi todos los investigadores de la CICIG, así como el traslado de archivos a la embajada norteamericana en Guatemala, indican que estamos ante el inicio de la instauración de un régimen político autoritario o bonapartista, que tiene sustento social entre la cúpula militar.

Los sectores burgueses emergentes, formados alrededor de militares en retiro que se enriquecieron durante la guerra interna mediante negocios oscuros con el Estado, el robo de tierras de las comunidades indígenas masacradas y el narcotráfico, lejos de haber sido derrotados con la defenestración del gobierno de Otto Pérez Molina y el Partido Patriota en 2015, lograron fortalecerse actuando como el principal soporte del gobierno de Jimmy Morales. Desde esa trinchera han combatido ferozmente contra todos los intentos de las instituciones de justicia y la CICIG por llevar a los tribunales a los funcionarios y empresarios culpables de corrupción, resquebrajando en el proceso la institucionalidad del Estado burgués. Los grupos burgueses oligárquicos tradicionales, aunque en algún momento se vieron afectados por la competencia desleal de los grupos emergentes que monopolizaron los negocios con el Estado, al final terminaron apoyando a Morales y su gobierno, pues las acusaciones de la CICIG y el MP pusieron al descubierto su naturaleza igualmente corrupta.   

El reciente comunicado del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), que representa a la cúpula empresarial, constituye un apoyo público a la decisión del gobierno de Jimmy Morales de desconocer el tratado internacional de la CICIG. La oligarquía y el conjunto de la burguesía han superado sus diferencias y han cerrado filas con el gobierno de Morales, lo que pone al descubierto la naturaleza del capitalismo en Guatemala, basado desde la época colonial en un esquema de corrupción y saqueo de las arcas del Estado y de las comunidades indígenas, algo que perdura hasta nuestros días. Las investigaciones de la CICIG han puesto al descubierto la participación de los grupos económicos en el reparto del botín de las finanzas públicas, incluyendo el hecho que la burguesía guatemalteca es la que menos paga impuestos en América Latina.

Mientras los partidos y grupos de la pequeña burguesía democrática, así como algunos organismos de la sociedad civil, llaman a defender a la CICIG y el “estado de derecho”, debemos recordar que  la Corte de Constitucionalidad y el Ministerio Público son en el fondo organismos represivos que hacen parte del andamiaje del Estado burgués y que tienen un historial de haber condenado a luchadores populares y favorecer a empresarios. La CICIG es un organismo creado por del imperialismo norteamericano y la ONU, que obedece a intereses particulares, y que siempre ha estado dispuesto a negociar los temas de corrupción, a cambio de algunas reformas que, aunque son democráticas, reflejan la estrategia y los intereses de Estados Unidos.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) considera que la lucha contra la corrupción y el saqueo del Estado debe ser asumida y encabezada por los trabajadores y las masas populares de Guatemala y Centroamérica. Ante la intentona bonapartista de Jimmy Morales y del reagrupamiento de la burguesía y la oligarquía, es el momento luchar por la defensa las libertades y los derechos políticos amenazados por el gobierno de Jimmy Morales y sus cómplices en el Congreso.

Lo que está en juego para los trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, mujeres, jóvenes y sectores populares es la coartación de las libertades básicas y los derechos ganados en nuestras luchas, a manos de un gobierno de extrema derecha con pretensiones autoritarias y militarizantes.  Por ello llamamos a la más amplia unidad de acción en defensa de las libertades democráticas, a la movilización permanente de las organizaciones populares contra el gobierno, en primer organizando un paro general de 24 horas desde los sindicatos y los barrios populares, es la única manera de detener este golpe de Estado a plazos que, bajo el pretexto de combatir la injerencia de la CICIG, en el fondo pretende instaurar un régimen autoritario o bonapartista, que puede conducir a corto plazo a la reinstauración de las dictaduras militares que ya hemos conocido en la historia de Guatemala.

¡ABAJO EL GOBIERNO DE JIMMY MORALES!

¡PARO GENERAL DE 24 HORAS!

 

Centroamérica, 8 de enero del 2019

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)


Han trascurrido más de 8 meses, desde aquel 19 de abril del año 2018, cuando el gobierno Ortega-Murillo decidió masacrar la protesta estudiantil, provocando un masivo levantamiento popular que estuvo en condiciones de imponer un cambio de gobierno. Muchos acontecimientos importantes han ocurrido en estos meses. El cambio de la situación, el aplastamiento de la insurrección desarmada, puede hacernos olvidar las principales lecciones de estas gloriosas jornadas de lucha.

1.- Estallido social y ofensiva revolucionaria de las masas

En ese momento, después de soportar durante 11 años un régimen bonapartista que se transformaba rápidamente en una dictadura, finalmente las masas rompieron las cadenas de la opresión y estaban a la ofensiva, mientras la dictadura se colocaba a la defensiva. De repente se abrió una situación revolucionaria en donde estuvo a la orden del día el problema de quien detentaría el poder.

En las calles, la mayoría de la población exigía la renuncia del gobierno Ortega-Murillo, reflejando una creciente radicalización de la clase media y los sectores populares. Las marchas contra el gobierno agrupaban a decenas de miles de manifestantes enardecidos.

1.1.- La ACDJ y el Dialogo Nacional: el fracaso del “aterrizaje suave”

Los empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), la Cámara de Comercio Americana Nicaragüense (AMCHAM) y la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) antiguos aliados estratégicos del gobierno Ortega-Murillo, dieron un bandazo, se pasaron a la oposición, y temerosos de ser desbordados por el movimiento de masas, impulsaron la creación de la Alianza Cívica por la Democracia y la Justicia (ACDJ) con algunos sectores de la sociedad civil y diversas organizaciones estudiantiles que fueron creadas al calor del estallido social.

El principal propósito de la ACDJ era imponer una negociación política al gobierno Ortega-Murillo, a través de un Dialogo Nacional, con el objetivo de lograr el llamado “aterrizaje suave”, es decir, la salida voluntaria del matrimonio presidencial, para convocar a elecciones anticipadas y que todo volviese a la normalidad. En pocas palabras, lograr la transición hacia un sistema político basado en las instituciones represivas del orteguismo, pero sin la odiada figura de la pareja presidencial.

Presionado por la movilización en las calles, el gobierno Ortega-Murillo accedió a convocar al Dialogo Nacional, aceptó que la Iglesia Católica fuese la mediadora, realizó todo tipo de maniobras para ganar tiempo, esperando señales de cansancio de las masas.

Pero el “aterrizaje suave” fue abortado, no tanto por la obcecación de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que se resistían a hacer concesiones, sino por la movilización de masas que impidió la concretización de los acuerdos secretos entre la dictadura y los principales grupos económicos y la oligarquía financiera y bancaria.

1.2.- El rol de dirección de los movimientos sociales

Tras 11 años de control absoluto sobre la sociedad, el régimen bonapartista de Daniel Ortega y Rosario Murillo, no solo habían establecido las bases de una dictadura dinástica, ilegalizando a los partidos políticos opositores, destituyendo a sus diputados, sino que había mantenido arrinconados a los movimientos sociales, con las únicas excepciones del movimiento campesino anti canal y de algunos movimientos feministas, los que había logrado desarrollar importantes movilizaciones.

El estallido social o insurrección de abril generó un amplio proceso de auto organización de las masas, especialmente del sector estudiantil, que durante décadas había estado bajo el control absoluto de la Unión Nacional de Estudiantes de Secundaria (UNEN).

Antes de abril se había conformado discretamente la Articulación de Movimientos Sociales (Articulación), que agrupaba a la mayoría de ONGs y movimientos sociales. Ante la ausencia de sindicatos de trabajadores beligerantes, y de la inexistencia de fuerzas y grupos de izquierda, el vacío de dirección fue llenado por los movimientos sociales. Una parte de este vigoroso proceso de autoorganizacion fue captado por los movimientos sociales que participaban en la ACDJ, pero la mayoría de estos movimientos sociales, engrosados con la movilización popular, se organizaron alrededor de la Articulación, que se convirtió en los hechos en la dirección de las movilizaciones que tumbaron el “aterrizaje suave”.

En este proceso de fortalecimiento de la Articulación, debemos anotar que los aparatos de los ONGs fueron rebasados por el refrescante proceso de auto organización de las masas en los territorios y en los diversos sectores sociales. Este espontaneo proceso de autoorganizacion de las masas encerraba, no obstante, una enorme debilidad: carecía de una dirección centralizada. Por su propia naturaleza, los movimientos sociales no son conspirativos ni centralizados, características que se convertían en debilidad al momento de enfrentar al aparato represivo de la dictadura orteguista.

Con todas las cualidades y debilidades anotadas, la Articulación no solo se convirtió en el aglutinante del proceso de auto organización de las masas, sino también el objetivo principal de la represión de la dictadura.

1.3. El aplastamiento de la insurrección desarmada

La instalación del Dialogo Nacional fue una maniobra distractora de la dictadura. Duro solo un mes, del 16 de mayo al 16 de junio. El inicio del Dialogo Nacional coincidió con un proceso de establecimientos de tranques (barricadas en las carreteras y caminos) y con barricadas en las principales ciudades.

Los meses de mayo y junio reflejaron el proceso culminante de una insurrección popular desarmada, que se enfrentaba sin armas al aparato represivo de la dictadura, y que tenía como únicas armas los morteros caseros, los tranques y barricadas, que llegaron a semiparalizar la economía.

En la medida en que se acrecentaba la represión, los tranques y barricadas se convirtieron en el baluarte de la insurrección. La autoorganización popular giraba en torno a la defensa de los tranques y barricadas. Las ciudades o barrios liberados se defendían con tranques y barricadas. Este proceso reflejó un incipiente poder dual que no llegó a desarrollarse ni centralizarse, ni a convertirse en una Junta de Gobierno Provisional, por la ausencia de una dirección revolucionaria que orientara a las masas. Incluso, en muchos casos la realidad obligó, a pesar del discurso pacifista de la ACDJ, a la creación de milicias de autodefensa, pero no llegaron a generalizarse. La destrucción de estos embriones de poder dual, junto con tranques y barricadas, se convirtió en una prioridad para la dictadura.

La terminación del Dialogo Nacional el 16 de junio, marcó el inicio de la contraofensiva militar de la dictadura orteguista contra la revolución desarmada y los tranques y barricadas. Durante un mes, hasta proclamar su victoria militar en la celebración del 19 de julio, Daniel Ortega dirigió a las tropas especiales de la Policía Nacional, apoyados por grupos paramilitares encapuchados, en el proceso de aplastamiento militar y recuperación gradual de los pueblos y ciudades insurrectos, masacrando a quienes ofrecían resistencia. El objetivo era claro: destruir a balazos las expresiones de poder dual en los pueblos y ciudades.

El resultado de dos insurrecciones, la primera que fue reprimida en abril, y la segunda que se desarrolló posteriormente entre mayo y junio, y que fue aplastada militarmente entre junio y julio, fue de más de 500 muertos, más de 2,000 heridos y centenares de desaparecidos.

1.4.-Estados Unidos, la OEA y la Unión Europea cerraron los ojos

Mientras duró la fase de ascenso revolucionario de las masas, la actitud del gobierno de Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA), así como de la Unión Europea (UN) fue de condenar la represión y llamar al Dialogo Nacional. Las declaraciones de condena fueron subiendo de tono conforme se conocieron los resultados oficiales de la misión de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH), pero en este periodo, cuando más se necesitaron acciones reales que debilitasen a la dictadura orteguista y evitasen la masacre, ningún gobierno se atrevió a romper relaciones diplomáticas con Nicaragua, todos se negaron a que las sedes diplomáticas diesen asilo a los activistas perseguidos.

Todos los gobiernos del mundo apostaron a que la dictadura terminaría aceptando la auto reforma del régimen político y que tarde o temprano se materializaría la negociación política, pero al darle un margen de tiempo a la dictadura, permitieron en los hechos que esta aplastase militarmente a la insurrección desarmada, creando un cambio en la correlación de fuerzas.

Un dato alarmante de este periodo es que mientras la dictadura asaltaba militarmente a los tranques y barricas, los grandes contribuyentes (grandes grupos económicos) siguieron pagando puntualmente los impuestos, y con ello contribuyeron a que la dictadura tuviese los fondos necesarios para pagar los salarios de las tropas policiales y los grupos paramilitares.

En los hechos, no en los discursos, los gobiernos del mundo coincidieron con los grupos económicos de Nicaragua, en la necesidad de evitar el derrocamiento revolucionario de la dictadura orteguista. Todos, sin excepción, desee diferentes puntos de vista, temían profundamente a que se repitiese un triunfo revolucionario como el ocurrido el 19 de julio de 1979.

1.5.- Una oportunidad perdida.

Las posibilidades reales de que se produjese el derrocamiento revolucionario de la dictadura orteguista, estuvieron presentes durante los meses de mayo y junio, el momento más álgido de la movilización popular, cuando la dictadura estaba acorralada. Las ilusiones que la ACJD mantuvo en el Dialogo Nacional, le dio el tiempo necesario a la dictadura para recuperar el aliento.

En la fase de ascenso revolucionario, los empresarios del COSEP, AMCHAN y FUNIDES fueron muy prudentes. Presionados por las masas, fueron obligados a convocar a paros nacionales de un solo día, verdaderos lockouts. En total hubo 3 paros nacionales: miércoles 13 de junio, viernes 13 de julio y viernes 7 de septiembre. Los dos primeros paros fueron convocados en momentos de ascenso, pero el ultimo ya fue convocado en el periodo de resistencia, cuando la dinámica de las masas tendía a disminuir

Debido a la ausencia de una dirección revolucionaria, reconocida por las masas (como lo fue el FSLN en 1979), los paros nacionales se diluían en la nada. En la etapa de ascenso revolucionario, la convocatoria a un paro nacional indefinido, una verdadera huelga general, hubiera cambiado radicalmente la situación, en los momentos en que la dictadura estaba a la defensiva.

Y vino lo inevitable: el aplastamiento de la insurrección desarmada, que no contó con el apoyo material o militar de un solo gobierno. La desaparición de tranques y barricadas marcó el inicio de una fase de reflujo gradual del movimiento de masas. Después de haber realizado la labor sucia, la dictadura disolvió a los grupos paramilitares, pero la represión continuó, esta vez desde las instituciones del Estado.

2.- Se inicia el reflujo del movimiento de masas

Las masacres y la represión generalizada, ante la pasividad de la comunidad internacional, obligó a las masas a replegarse. Se abrió una nueva fase de retroceso de la movilización.

2.1.- Represión generalizada y repliegue de las masas

Una vez que la dictadura recuperó el control de los pueblos y ciudades insurrectos, la represión se centró contra los movimientos sociales agrupados en la Articulación, que eran el ala más beligerante de la movilización popular.

Como los estudiantes universitarios fueron el detonante de la insurrección desarmada, la dictadura orteguista centró la represión contra la dirigencia estudiantil universitaria, que ha sido la vanguardia de la lucha democrática. Una parte de la vanguardia estudiantil y popular ha sido asesinada, otra parte está en el exilio, otra parte ha sido capturada y procesada penalmente en juicios amañados impulsados por la dictadura.

En los últimos meses, dos movimientos sociales han sido duramente golpeados o desarticulados: las nuevas organizaciones estudiantiles universitarias que surgieron después de la masacre del 19 de abril, y el Movimiento Campesino anticanal que durante años fue el baluarte de la movilización popular.

El descenso de la actividad de las masas fue gradual, pero con una tendencia muy marcada hacia la desmovilización total. Aun así, hubo pequeñas marchas que fueron nuevamente atacadas a balazos, hasta que finalmente cesó la movilización popular. Ortega impuso a sangre y fuego un cambio en la correlación de fuerzas, iniciándose la fase de retroceso en la movilización popular.

Para consolidar los avances obtenidos, en el mes de octubre la dictadura prohibió cualquier tipo de manifestación pública, violentando abiertamente las libertades democráticas consagradas en la Constitución. Las personas que en solitario marcharon con banderas de Nicaragua para desafiar a la dictadura, fueron encarceladas y enjuiciadas bajo la acusación de terrorismo.

2.2.- Crisis de la ACDJ, golpes a la Articulación y surgimiento de la UNAB

El reflujo de la movilización popular metió en crisis a los movimientos sociales que participaban en la ACDJ, golpeando con especial énfasis a la Articulación, ya que está organización registrada la mayor cantidad de dirigentes muertos, presos o en el exilio.

Incluso, el retroceso de las masas hizo también retroceder a los empresarios del bloque COSEP-AMCHAM-FUNIDES a las posiciones originales del “aterrizaje suave”. En estas condiciones, a inicios de octubre se conformó la Unidad Nacional “Azul y Blanco” (UNAB) como una alianza entre la ACDJ y la Articulación, más otros grupos independientes. Los empresarios se negaron a participar, por considerar que estaba dominada por “grupos de izquierda” y en los hechos boicotearon cualquier posibilidad de realizar acciones conjuntas para desarrollar la movilización popular. La UNAB nació moribunda, en medio de la desmovilización popular.

3.- La estrategia de la dictadura Ortega-Murillo: prolongar el conflicto para crear una nueva negociación favorable

En estos meses de lucha la estrategia de la dictadura Ortega-Murillo ha sido muy clara. Durante el periodo de ascenso revolucionario de las masas, se colocó a la defensiva y convocó a Dialogo Nacional, para entretener a la ACDJ. Después, cuando lo consideró oportuno, rompió el Dialogo Nacional e inició una brutal contra ofensiva militar contra los tranques y barricadas, masacrando a los luchadores populares.

A partir del aplastamiento de la insurrección desarmada, la dictadura Ortega-Murillo considera que puede resistir hasta el año 2021, cuando termina el periodo presidencial. A pesar que hace concesiones parciales, aquí o allá, en el fondo procura resistir el mayor tiempo posible para reanudar la negociación política en condiciones más favorables.

La dictadura trabaja afanosamente para crear condiciones para una nueva versión de Dialogo Nacional, pero esta vez con los viejos partidos políticos aliados del régimen y directamente con las cámaras empresariales, apartando a organismos como la ACDJ, la Articulación y la UNAB.  Sin la presencia de las masas en las calles, estas fuerzas reaccionarias pretenden negociar reformas mínimas al régimen político para crear un orteguismo sin Ortega-Murillo.

Pero la instalación de una nueva mesa de negociaciones no es asunto fácil. Recientemente el informe de la CIDH catalogó las masacres en Nicaragua como “crímenes de lesa humanidad”. Las sucesivas condenas de organismos internacionales por violaciones a los derechos humanos, crean un panorama adverso a la dictadura Ortega-Murillo, a pesar del triunfo parcial obtenido al haber aplastado la insurrección desarmada. La dictadura está aislada, apoyada únicamente por los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

3.1.- La base económica de la resistencia dictatorial: las interrelaciones con el ALBA-TCP

¿Cuál es el origen de la enconada resistencia de la dictadura Ortega-Murillo para reformar el régimen político? En estos 11 años de gobierno sandinista, se produjo un acelerado proceso de acumulación originaria y extraordinaria de capital, a partir del convenio petrolero con Venezuela, que redituó en un monto de alrededor de 5,000 millones de dólares.

Para manejar discrecionalmente semejante cantidad de dinero, Ortega-Murillo asaltaron todas las instituciones del Estado, y establecieron primero un régimen bonapartista y después una dictadura cuyos principales sostenes son el Ejército y la Policía Nacional. Esta última dejó de ser un organismo civil para convertirse en un pequeño ejército paralelo, encargado de ejecutar la represión contra el pueblo.

Con ese cuantioso capital proveniente del acuerdo petrolero con Venezuela han podido montar los monopolios en energía e hidrocarburos, así como otras redes de empresas, Ortega-Murillo.

La dictadura Ortega-Murillo tiene participación en un enorme conglomerado de negocios transnacionales que se han creado bajo la sombra del ALBA-TCP, cuyo principal sostén es la riqueza petrolera y minera de Venezuela.

El ALBA-TCP fue creado por Hugo Chávez en el año 2004 como una alternativa ante el ALCA promovido por Estados Unidos. El ALBA-TCP fue justificado con el discurso y la ideología latinoamericanista del libertador Simón Bolívar.

Sin embargo, lo que ocurrió en la realidad fue algo diferente. De la misma que a nivel interno de Venezuela, el chavismo utilizó la riqueza petrolera para consolidar su base social y su clientela electoral, a nivel latinoamericano los convenios petroleros fueron utilizados para atraerse aliados, especialmente a los Estados más pobres o pequeños.

Venezuela es altamente dependiente de los precios del petróleo y de las compras de productos en el extranjero. El chavismo en vez de modificar ese esquema de dependencia del petróleo y de subsidiar su agricultura y su propia industrialización, prefirió montar una red de negocios con la burguesía de otros países, ayudando a crear su propia “Boliburguesía”.

El subsidio petrolero a los países que conforman parte del ALBA-TCP forma parte de esa red de negocios transnacionales, por medio de la cual la Boliburguesía ha sacado enorme cantidad de recursos de Venezuela, invirtiendo en otros países, como Cuba y Nicaragua, países seguros donde sus inversiones teóricamente no corren ningún riesgo. En la última década se ha producido una interrelación económica entre los países que forman parte del ALBA-TCP. Los intereses económicos de Venezuela en Nicaragua, son cruciales tanto para la Boliburguesia como para la burguesía sandinista. La interrelación económica se transforma en interrelación o dependencia política.

Un abrupto cambio de gobierno alteraría este esquema de negocios, por ello la dictadura Ortega-Murillo cierra filas con Venezuela, y no se atreve a realizar una negociación por separado que ponga en peligro la red de negocios transnacionales creados bajo la sombra del ALBA-TCP.

3.2. Las sanciones de Trump pretenden retomar la iniciativa política e incidir en la conformación de un nuevo gobierno

Desde el estallido revolucionario de abril del 2018 en Nicaragua, la administración Trump manejó una política prudente, dándole tiempo a la dictadura para que iniciase la reforma del régimen político.

Pero la dinámica de los acontecimientos en Nicaragua, aceleró los planes del imperialismo norteamericano. El pasado 1 de noviembre del 2018, John Bolton, asesor del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) del gobierno de Estados Unidos, anunció nuevas sanciones económicas contra dos países del ALBA-TCP, específicamente contra Cuba y Venezuela, pero hizo una excepción con Nicaragua, abriendo un compás de espera. Tres semanas después, Donald Trump firmó una Orden Ejecutiva, catalogando al gobierno de Nicaragua como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, sancionando a la vicepresidenta Rosario Murillo y a Néstor Moncada Lau, asesor de seguridad de Daniel Ortega. Las sanciones simbólicas contra el anillo de acero de Daniel Ortega, marcaron un giro en la política hacia Nicaragua.

Después de dos años y medio de discusión en el Congreso de Estados Unidos, el consenso bipartidista permitió finalmente la aprobación de la Ley de Derechos Humanos y Anticorrupción de Nicaragua 2018, conocida como NICA ACT, la que acaba de ser sancionada por Donald Trump. Esta ley tiene efecto extraterritorial, obliga a los delegados de Estados Unidos en organismos multilaterales, como el BID y el Banco Mundial, a bloquear préstamos a Nicaragua. Además, permite enjuiciar y castigar en los tribunales norteamericanos a los funcionarios nicaragüenses señalados de corrupción y violación a los derechos humanos.

La administración Trump tiene ahora dos poderosas armas para presionar al gobierno Ortega-Murillo, con el objetivo de forzarlo a que acepte una negociación política que permita adelantar las elecciones.

Es importante señalar que la Orden Ejecutiva de Trump y la NICA ACT no se produjeron cuando estaba la fase de ascenso revolucionario, o cuando Ortega estaba asaltando los tranques, sino que fueron creadas cuando existe un retroceso del movimiento de masas en Nicaragua, es decir, cuando ha pasado el peligro que las masas pudieran derrocar a la dictadura y establecer su propio gobierno. El imperialismo norteamericano comienza a intervenir abiertamente cuando ha pasado el peligro de un triunfo revolucionario.

El principal objetivo de estas sanciones, o de las que puedan venir en el futuro, es que Estados Unidos retome la iniciativa política, incida sobre las fuerzas opositoras, incluidos los movimientos sociales, para influir en la conformación de un nuevo gobierno, sea por medio de elecciones anticipadas o por un golpe de Estado o autogolpe. Las presiones de Estados Unidos se centran sobre el Ejército y la Policía Nacional, para que estos abandonen a la pareja presidencial y con ello permitan establecer una negociación política.

3.3. La dictadura responde intensificando la represión

Como la relación del FSLN con las masas se ha debilitado, la dictadura Ortega-Murillo ya no pueden usar con éxito el discurso antiimperialista y por eso responde a las sanciones de Estados Unidos intensificando la represión contra los movimientos sociales, revocando arbitrariamente la personalidad jurídica de organismos como CISAS, CENIDH, CINCO, POPOL-NA y otros, asaltando y silenciando los medios de comunicación independientes, (Confidencial, Canal 10, Canal 100% noticias) a quienes acusa de ser aliados del imperialismo norteamericano. Incluso, la dictadura expulsó a la CIDH, al GIEI y al MESENI, por los demoledores informes sobre violación de derechos humanos.

Desde el mes de julio en adelante en Nicaragua se vive un Estado de Excepción en los hechos, por medio del cual se han anulado progresivamente los derechos constitucionales y las libertades democráticas, con el objetivo de evitar un reinicio de las movilizaciones.

3.4. El ajuste sigue pendiente

Bajo esta tensa situación de represión generalizada, continúa exacerbándose la crisis económica, situación que ya venía produciéndose antes de la insurrección de abril, pero que se ha agudizado desde entonces. Todos los indicadores económicos están a la baja.

Sigue pendiente la solución al desfinanciamiento del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). Los recortes al presupuesto nacional anuncian nuevos despidos en sector público, y la quiebra generalizada de pequeños negocios, lo que elevará los niveles de desempleo Las inevitables medidas de ajuste de la economía puede desencadenar un nuevo estallido social.

3.5.- Democracia, dictadura y antiimperialismo

No es una casualidad que Nicaragua y Venezuela están siendo gobernados por regímenes políticos similares, que evolucionaron del bonapartismo a dictaduras. Al disminuir los ingresos de la renta petrolera, el PSUV y su aliado el FSLN, ya no se apoyan en la movilización de masas, tienen pocas migajas que repartir, sino en las fuerzas armadas que han reprimido rebeliones populares en sus respectivos países.

Los gobiernos dictatoriales de Nicaragua y Venezuela, ya no representan los intereses del conjunto de la nación, sino los intereses específicos de sectores burgueses emergentes, que para mantener y defender los procesos de acumulación de capital han tenido que limitar las libertades democráticas y recurrir a la dictadura.

Entonces, se nos presenta una terrible ironía de la historia: gobiernos supuestamente “socialistas” y de “izquierda” reprimen salvajemente el descontento popular, echándole la culpa al imperialismo norteamericano de promover las “guarimbas” en Venezuela y un “golpe de Estado” en Nicaragua.

Bajo ese esquema, el descontento y las rebeliones sociales no son producto de la crisis económica y de la ausencia de libertades democráticas, sino que son fraguadas por un complot perverso del imperialismo norteamericano. Esta teoría de la conspiración, que repite una buena parte de los partidos reformistas de izquierda (que en su mayoría reciben fondos “solidarios” del chavismo) no solo justifica y glorifica a los gobiernos dictatoriales de Nicaragua y Venezuela, sino que embellece la postura hipócrita del imperialismo al cederle plenamente las banderas de la democracia.

Esta visión simplista y maniquea del chavismo y del sandinismo, pretende encubrir una contradicción fundamental: la lucha antimperialista es esencialmente una lucha democrática. Es absolutamente falso que el antimperialismo niega la lucha por la democracia. Al contrario, están íntimamente ligadas. Entre más amplia es la democracia, las masas tienen mayores posibilidades de desarrollar luchas y una movilización independiente, no solo para defender sus intereses particulares y auto determinarse ante la burguesía, sino para constituirse como la vanguardia de la nación oprimida, en la lucha por conquistar y sostener la verdadera independencia política en relación al imperialismo.

La crisis del sistema capitalista en Nicaragua y Venezuela niega los derechos democráticos, por eso la defensa de los mismos se transforma en una lucha contra el sistema, adquiere un carácter transicional.

Sin lugar a dudas, cada vez que se produzcan revueltas populares, el imperialismo intervendrá de múltiples formas para pescar en rio revuelto. La administración Trump pretende convertirse en campeona de la defensa de las libertades y derechos democráticos, con el claro objetivo de debilitar a los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, con el propósito de sustituirlos por gobierno cipayos.

Otro error que comete la izquierda reformista es amarrar la defensa de la independencia política con el destino de los actuales gobiernos dictatoriales en Nicaragua y Venezuela. La lucha antiimperialista no depende de la suerte de alguna dictadura, sino de la movilización independiente de las masas. Darle la espalda a las masas que luchan por sus derechos democráticos, debilita la lucha antiimperialista.

3.6. Las ineficaces sanciones de Trump

Las sanciones imperialistas de Estados Unidos, producidas en diferentes momentos, contra altos funcionarios del gobierno de Venezuela y de Nicaragua, abren un debate en torno a cuál debe ser la actitud de los revolucionarios.

En el caso particular de Nicaragua, la Orden Ejecutiva de Trump y la NICA ACT se limitan a restringir préstamos internacionales y a sancionar a altos funcionarios de gobierno. Estas últimas son medidas simbólicas y de poco efecto práctico. La reducción de préstamos puede tener efectos en la economía, pero no pone en peligro de caída inmediata a la dictadura. El 95% del presupuesto nacional de Nicaragua, se recauda de los grandes contribuyentes, es decir, de los grandes grupos económicos, quienes siguen pagando puntualmente los impuestos.

Los socialistas centroamericanos repudiamos las ineficaces sanciones de la administración Trump y la vigencia de la NICA ACT porque crean la ilusión nefasta que no es la lucha de las masas en las calles sino Estados Unidos quien va a resolver el problema, y porque en la realidad no ayudan a la lucha democrática, sino que solo pretenden tener mayor injerencia política para inmiscuirse y arrebatar a las masas la capacidad de decidir democráticamente la composición de un futuro gobierno.

La solidaridad internacional es necesaria, pero no debe confiarse en la diplomacia burguesa, sino en la desinteresada solidaridad de los sindicatos y demás movimientos sociales. Necesitamos medidas reales que ayuden a las masas en resistencia a derrocar a la dictadura, como la ruptura de relaciones diplomáticas, el cese de cualquier abastecimiento militar, ejercer presión internacional para la liberación de los más de 700 presos políticos, y brindar apoyo material a las víctimas de la represión y a las organizaciones que luchan contra la dictadura.

4.- Organizar la resistencia popular hasta derrocar a la dictadura y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.

A veces el camino de la victoria está empedrado de derrotas. La vanguardia estudiantil y popular que ha estado al frente de la movilización, y que se ha visto obligada a replegarse por la represión, debe sacar las lecciones de estos 8 meses de lucha.

1.- Debemos organizar y crear condiciones para la convocatoria de un Paro Nacional Indefinido, que no dependa de la voluntad de los empresarios del COSEP-ANCHAM y FUNIDES. Para frenar la represión y lograr la liberación de los presos políticos, este paro debe ser convocado desde abajo.

2.- Para ello debemos superar la etapa de dispersión, y organizar la resistencia popular ante la brutal represión de la dictadura, rescatando la experiencia de los Comités Cívicos, en todos los barrios y centros de trabajo, de manera tal que se conviertan en un aglutinante de la comunidad.

3.- Antes las maniobras de los empresarios y del gobierno de Estados Unidos que pretenden negociar un orteguismo sin Ortega, y ante la ausencia de una dirección revolucionaria centralizada, los movimientos sociales aglutinados en la Articulación tienen el desafío de crear una alternativa política que haga frente a las nuevas versiones del aterrizaje suave que ya se están cocinando.

4.- La principal tarea del momento sigue siendo el derrocamiento de la dictadura, por la vía de la movilización popular, a través de un gran paro nacional indefinido, y la convocatoria inmediata de una Asamblea Nacional Constituyente, libre y soberana.

Centroamérica, 22 de diciembre del 2018

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)


El próximo 3 de febrero del 2019 se realizarán las elecciones presidenciales en El Salvador. En esta ocasión, competirán solamente 4 partidos políticos, lo que marca un debilitamiento del sistema de partidos políticos. Dada la importancia de esta elección, por la crisis que arrastran el FMLN y de ARENA, es necesario analizar en la coyuntura actual, el programa de los partidos y sus candidatos, y que intereses representan cada una de las propuestas.

Para las elecciones del 2019, por primera vez, los candidatos presidenciales fueron escogidos en elecciones internas, lo que significó un leve avance en la participación popular en los asuntos políticos, pero la democratización del sistema electoral y de partidos políticos sigue siendo una aspiración. En la mayoría de casos los procesos de elecciones internas, con excepción del FMLN, solo sirvieron para legitimar y legalizar las propuestas impuestas por las cúpulas a sus bases. Ante las manipulaciones, la repuesta de las bases fueron el ausentismo, el voto nulo y papeletas en blanco.

Las próximas elecciones presidenciales se realizarán en el contexto de una profunda crisis económica y social, aumento de la migración en masa en búsqueda de trabajo y un enorme descontento popular. El desengaño y la decepción después de dos gobiernos del FMLN, ha creado un enorme vacío político, sin precedentes. Miles de activistas se han retirado del FMLN, surgiendo una enorme cantidad de pequeños grupos de izquierda, críticos al reformismo y aburguesamiento del FMLN.

Incapacidad para resolver la crisis financiera, violencia y delincuencia

Existe un estancamiento prolongado de la economía. Las remesas se han convertido en la principal fuente de ingresos, distorsionando la economía. Los gobiernos del FMLN prefirieron cargar la crisis financiera sobre la clase trabajadora, en vez de obligar al gran empresariado a pagar impuestos de acuerdo a sus ganancias. Llegaron, incluso, al extremo de echar mano a los fondos de pensiones.

La población salvadoreña demanda una salida al problema de la violencia y delincuencia crónicas, más y mejores trabajos con salarios dignos. Los partidos políticos de la burguesía manipulan dichas necesidades con la finalidad de atraer votos.

Ante el problema de la alta criminalidad, las formulas represivas aplicadas por los gobiernos de ARENA y del FMLN mostraron ser ineficaces, ya sea porque maquillaron los problemas o porque sencillamente no pudieron combatir las causas de la marginalización de grandes sectores de la población.

Ante la incapacidad de los gobierno del FMLN, surgieron propuestas demagógicas como la de Guillermo gallegos, dirigente de GANA, en el sentido de implementar la pena de muerte: “…para mí es muy importante pedir desde aquí la aplicación de la pena de muerte para los pandilleros terroristas…”(EDH.22/01/2018). La solución al problema de la violencia y delincuencia no pasa por la masacre de un sector de la población marginalizada, sino que pasa por solucionar los problemas de desempleo y bajos salarios, para resolver la pobreza y la pobreza extrema que arroja a muchos jóvenes de las masas populares a la vida delincuencial, al servicio del crimen organizado.

Los trabajadores y la izquierda revolucionaria debemos plantear una salida al problema de la violencia, no debemos permitir la instrumentalización de violencia como oferta electoral. Si fuese necesario, cualquier diálogo o negociación con las maras debe ser público, de cara a la nación, ante los medios de comunicación, para que sea el pueblo quien conozca y decida cuales son las medidas más adecuadas a tomar para terminar con la violencia y la criminalidad.

Clase trabajadora ha cargado con la crisis

Desde los gobiernos de ARENA hasta los gobiernos del FMLN la clase trabajadora ha retrocedido en sus conquistas históricas. Basta recordar los despidos de trabajadores realizados en el contexto de las privatizaciones, lo cual continúo empeorándose bajo los gobiernos del FMLN. En resumen, a los empleados públicos les han sido arrebatas muchas conquistas y prestaciones.

La mayoría de los trabajadores del sector público no ganan un salario según su nivel académico o especialidad.  La clase trabajadora del sector privado también ha visto un descenso del nivel y calidad de vida, ya que no ha existido un aumento y nivelación salarial real. Los aumentos del salario mínimo son risibles.

Los gobiernos de ARENA y también del FMLN han culpado a los empleados públicos, principalmente a los de salud y educación, de no brindar un buen servicio, pero en realidad han sido los diferentes gobiernos los que no brindan las condiciones necesarias para que los trabajadores ejerzan sus labores adecuadamente.

Sistema político antidemocrático

Actualmente, a pesar de algunas pequeñas reformas democráticas, en la práctica continua vigente un antidemocrático sistema electoral, el cual se pone al servicio de los intereses del bipartidismo, ahora en crisis. Basta ver como otorgan o cancelan personalidades jurídicas, o mantienen partidos políticos de manera artificial, según su conveniencia.  A pesar de las pequeñas reformas las condiciones excluyentes continúan iguales. Todavía existen insuperables requisitos para constituir nuevos partidos políticos, lo mismo ocurre con la inscripción de las candidaturas independientes y los complicados procesos para la inscripción de las mismas.

El sistema electoral no facilita la libre participación política de todos los sectores, siempre excluye a los más pobres. No han sido aprobados e incorporados mecanismos de participación en los asuntos políticos como el referéndum, revocatoria de mandato, tampoco ha sido otorgado el derecho democrático elemental que los ciudadanos tenga iniciativa de Ley.

La partidocracia continua imperante. Los Diputados son quienes eligen a los magistrados del órgano judicial, así mismo son quienes eligen al Fiscal General, Procurador General, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, etc.  Debe ser el pueblo quien elija democráticamente a los altos funcionarios, contemplando además que cuando un funcionario no cumpla debe ser removido del cargo.

Corrupción e Impunidad

La mayor parte de los candidatos de los partidos en la contienda presidencial, han sido señalados de apropiarse de dinero del pueblo, unos han sido juzgados, a otros se les ha exonerado y otros continúan en la impunidad. La lucha contra la corrupción se ha convertido como un arma en la lucha entre los diferentes grupos de la burguesía. Cada fracción busca como desgastar a las otras, pero ninguna, cuando están en el gobierno, han logrado devolver el dinero robado.

Esto en gran parte se debe al hecho que el órgano judicial, los funcionarios de alto nivel, son producto de negociones de cuotas de los partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa. Desde que asumen los cargos llevan compromisos con los partidos que los nombraron.

No existe opción para los trabajadores y el pueblo

Para las elecciones presidenciales del 2019 participaran:  Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) unidos a Nuevas Ideas y VAMOS.  Es necesario analizar los diferentes partidos y sus candidatos, los cuales en mayoría han sido impuesto por las cúpulas, así mismo es necesario analizar la actuación de estos, su composición social e ideológica: 

Alianza Republicana Nacionalista (ARENA): es un partido conservador que encabeza una coalición electoral derechista denominada “Alianza por un Nuevo País” a la cual se han unido el Partido Democracia Salvadoreña (DS), Partido de Concertación Nacional (PCN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC). Esta coalición representa los intereses del gran empresariado salvadoreño, en coyunturas ha adoptado ciertas posiciones demagógicas para atraer a los sectores en lucha, ya sea para desgastar a su contrincante político o para buscar votos. El candidato Callejas fue impuesto por el Consejo Ejecutivo Nacional (COENA) de ARENA, lo cual no fue bien visto por sus bases, quienes prefirieron no asistir a las elecciones primarias, dándose casos de votos nulos y votos en blanco lo que mostró un rechazo a la forma como el COENA manejó el proceso electoral interno. Por su parte, la candidata a la Vicepresidencia, Carmen Aída Lazo, proviene del PCN, partido de gobierno bajo las dictaduras militares.

Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN): es un partido que proviene de la antigua guerrilla del FMLN, que logró aprovechar el capital político acumulado por las anteriores organizaciones guerrilleras que le dieron origen. Después de dos periodos presidenciales continuos, ha decepcionado a decenas de miles. Si bien ha realizado algunas reformas, estas han sido insuficientes, ha aplicado dictados de los organismos financieros internacionales contra la clase trabajadora. Hugo Martínez fue elegido candidato presidencial del FMLN porque las bases rechazaron al candidato de la cúpula partidaria.

Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA): es un partido que se autodefine de centro derecha, conformado en el año 2010 por una disidencia de ARENA. GANA fue parte del Movimiento Unidad (GANA-PCN-PDC) que en el año 2014 lanzó la candidatura presidencial de Tony Saca, el mismo que ahora está siendo enjuiciado por desvió o robo de 300 millones de dólares del erario público durante su mandato presidencial (2004-2009).

El candidato de GANA, Nayib Bukele, disidente del FMLN, es la figura pública del Movimiento de Nuevas Ideas. Al no poder inscribir dicho movimiento como partido político, en último momento logró inscribirse como candidato presidencial de GANA, resultando ganador en las elecciones internas, pero con alto nivel de ausentismo, debido al rechazo de las bases de GANA por su imposición. GANA es un partido de derecha cuyos principales referentes ideológicos han sido el discurso radical-represivo contra las maras y las pandillas.

Bukele se ha presentado como el redentor del pueblo salvadoreño, lanzando duras críticas al FMLN y ARENA, lo que ha permitido ganar mucha popularidad hasta convertirse en una alternativa real para las elecciones del 2019.

La candidatura Bukele-GANA busca consolidar una alternativa de “derecha popular” como ellos mismos se autodenominan, para reemplazar a la vieja derecha de ARENA. El surgimiento de una nueva opción de derecha debilita a ARENA, y le da una bocanada de aire fresco al FMLN. Con este giro, Bukele se bajó del pedestal en que había sido colocado por el gueto de la izquierda salvadoreña, del que antes había sido referente. Sin lugar a dudas, el ascenso de Bukele debilita a ARENA.

VAMOS: Este partido participará por primera vez en elecciones presidenciales, se define como un partido de centro, su candidato presidencial es el empresario Josué Alvarado. Al igual que los demás, no representa una opción para las grandes mayorías.

Promesas, solo promesas

Las expectativas sobre quién debe ser el presidente de El Salvador superan la oferta electoral, debido a que todos los partidos giran alrededor de una misma agenda neoliberal, coincidiendo con los organismos financieros internacionales de reducir los beneficios públicos y cargar sobre la clase trabajadora y las masas populares la crisis crónica del Estado burgués en El Salvador. Ninguno de los actuales candidatos y sus partidos plantea un cambio estructural alterno al neoliberalismo, sino que son vertientes del mismo breviario, por lo que, con toda seguridad, ante la ausencia de candidaturas de los trabajadores, el próximo presidente se convertirá en el séptimo gobernante de este extenso y agobiante periodo neoliberal.

No queda más que el Voto nulo

Debido al antidemocrático sistema electoral, los trabajadores no han podido crear su propia alternativa política. No existe ninguna opción electoral que represente y defienda los intereses de la clase trabajadora, los campesinos, sectores populares e indígenas, por ello, como una medida defensiva, la única alternativa que queda es votar nulo o no asistir a las urnas, como expresión de rechazo activo al antidemocrático sistema electoral y a los partidos políticos de la patronal.

En las últimas elecciones, el voto nulo ha cobrado legitimidad. Es una forma activa de protestar, reflejaría una elevación del nivel de conciencia de los ciudadanos quienes se toman el trabajo de ir a las urnas a anular su voto.

Por el fortalecimiento de la CCVN

En las pasadas elecciones presidenciales se conformó la Coordinadora Ciudadana por el Voto Nulo (CCVN), la cual logró incidir en el llamado al Voto Nulo. Nuevamente hacemos el llamado a personas, núcleos y organizativos de izquierda revolucionaria, organizaciones sindicales, sociales y políticas a integrarse a la CCVN, para lanzar una campaña masiva por el voto nulo a la vez que se trabaja en la conformación de una organización revolucionaria de izquierda que retome las banderas de los trabajadores y el pueblo salvadoreño.

Por una oposición de izquierda revolucionaria

Ha quedado demostrado en estos dos periodos de gobierno del FMLN, que este partido ya no es de izquierda, y que no representa los intereses de los trabajadores y las masas populares. Ninguno de los partidos en contienda representa tampoco los intereses de las grandes mayorías. Por ello, debemos trabajar en la conformación de una organización que represente y defienda los intereses de los trabajadores públicos y privados, los campesinos, los indígenas y demás sectores populares del pueblo salvadoreño.

 

Nadie nos representa: Votemos Nulo

Anulemos la corrupción: Anulemos el voto

Ninguno cumple: votemos nulo

 

Centroamérica, 10 de diciembre del 2018

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

 

¡UNIDAD DE LUCHA Y AMPLIA MOVILIZACIÓN PARA DEFENDER Y AMPLIAR EL PRESUPUESTO DE LA USAC!

En los últimos meses se han manifestado, de manera preocupante y sistemática, los primeros síntomas de una profunda crisis financiera del Estado de Guatemala, la que se ha venido gestando durante años. Los resultados en la Universidad San Carlos (USAC) son la falta de pago en salarios de cientos de docentes y trabajadores, despidos arbitrarios de docentes, investigadores y trabajadores, aumento en las tasas estudiantiles por parte del Consejo Superior Universitario (CSU), --por ejemplo el Examen Vocacional, el Programa Académico Preparatorio (PAP)– y el posible aumento del costo de la matrícula anual de más de 200 mil estudiantes a nivel nacional.

La USAC no solo es la universidad más longeva, sino también la más grande de Centroamérica. La única universidad pública de Guatemala, sufre hoy día una seria crisis de desfinanciamiento –le hacen falta más de 600 millones para terminar el 2018–, que responde a varias causas: las más importante de todas es el incumplimiento sistemático de la asignación presupuestaria.

De manera reiterada, el Congreso de la República de Guatemala incumple con el mandato constitucional que textualmente ordena el Artículo 84º de la Constitución Política de la República de Guatemala: “Corresponde a la Universidad de San Carlos de Guatemala una asignación privativa no menor al 5% del Presupuesto General de Ingreso Ordinarios del Estado, debiéndose procurar un incremento presupuestal adecuado al aumento de su población estudiantil o al mejoramiento del nivel académico”.

El saqueo de las finanzas públicas por parte de los gobiernos de turno, la corrupción imperante en las administraciones que ha tenido la USAC, la poca trasparencia de esta y las administraciones de facultades, escuelas y centros universitarios, en la ejecución del menguado presupuesto, son factores que se combinan para agudizar la crisis financiera de la USAC, la que tendrá graves consecuencias contra toda la comunidad universitaria.

La propuesta de reducir aún más el presupuesto de la USAC, se produce en el contexto en que gobierno del FCN libra una lucha trasversal contra las fuerzas opositoras enmarcadas en la lucha anticorrupción y el plan de oxigenación del régimen dirigido por la embajada de los Estados Unidos (Plan Alianza para la Prosperidad) durante los últimos años.

Por ello, la pretensión de reducir aún más el presupuesto de la USAC se debe al creciente interés político de los diputados del Congreso de la República y del gobierno de Jimmy Morales de estrangular presupuestariamente a la USAC, para que la comunidad universitaria no se manifieste en oposición a las iniciativas que buscan la consolidación del Pacto de Corruptos.

Pero la crisis económica, que es también conlleva una crisis política, no solo toca a la puerta, sino que amenaza hoy más que nunca con profundizar el proyecto de privatización de los servicios de la USAC, para evitar que este desempeñe el mandato constitucional que tiene para con el pueblo, como única casa de estudios regidora de la educación superior nacional. Por medio del desfinanciamiento de la docencia, la investigación y la extensión universitaria, la USAC dejaría de estar al servicio de las grandes mayorías de las y los guatemaltecos, con menos bibliotecas, laboratorios, clínicas y menos programas educativos en todos los niveles.

Ante la agudización de la crisis fiscal del Estado, producto de la corrupción, la Comisión de Finanzas del Congreso de la Republica ha diseñado el presupuesto nacional del año 2019, reduciendo aún más la asignación de por si incompleta de la USAC, en 229 millones de quetzales. Esta es una maniobra más, que pretende que el desastroso gobierno de Jimmy Morales termine su periodo, sin ninguna oposición dirigida contra su gobierno desde las aulas universitarias.

La administración del ingeniero y Rector magnífico, Murphy Olympo Paiz, y el CSU han dado una respuesta equivocada a la cada vez más asfixiante situación financiera de la USAC, buscando por medio de acuerdos y un antipopular plan de ajustes, cargar sobre los estudiantes, la docencia, los investigadores y los trabajadores, la crisis financiera de la USAC, promoviendo el alza de los costos de estudio, el encarecimiento de servicios que la USAC le brinda a la población guatemalteca, la cancelación de carrera nuevas y el despido sistemático de cientos de trabajadores a nivel nacional, violentando sus derechos laborales y el derecho a la educación pública.

Por esto desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) exigimos al  señor Rector Murphy Olympo Paiz, como máximo representante de la USAC y al CSU como su órgano colegiado superior, que deben ponerse irrestrictamente al frente de la lucha, exigiendo al gobierno de Jimmy Morales y al Congreso de la Republica que cumplan con la asignación que constitucionalmente le corresponde a la USAC, así como elevar este presupuesto de  acuerdo al crecimiento de la comunidad universitaria y sus necesidades como única casa pública de estudios superiores, porque el artículo 84 de la Constitución establece la obligación de asignas por lo menos el 5%, lo que indica que la asignación puede y debe ser mayor.

Pero la comunidad universitaria no puede estar esperanzada en si el rector y el CSU cumplirán su deber o no, por ello, al mismo tiempo,  llamamos a desarrollar la más amplia unidad de acción entre todos los sectores de docentes, investigadores, trabajadores, organizaciones sindicales; estudiantes en general; a la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) y a las Asociaciones de Estudiantes de Facultades, Escuelas y Centros Regionales, a todos los Comités de Huelga a nivel nacional, cerrando filas para desarrollar acciones de movilización y protestas contra la pretensión de recortar. Nosotros unidos somos la única garantía de recuperar el presupuesto que corresponde a la USAC.

Solo la amplia movilización de los estudiantes, docentes, investigadores y trabajadores a nivel nacional podrá hacer que el gobierno de turno retroceda en su plan oscuro de estrangular sistemáticamente a la USAC, para debilitar su papel histórico como actor político de cambio en Guatemala.

¡POR UN PRESUPUESTO DIGNO PARA LA USAC!

¡POR EL 5% DE PRESUPUESTO NACIONAL PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICA!

¡POR EL 100% DE TRANSPARENCIA EN LA EJECUCIÓN DEL GASTO Y EL 0% DE CORRUPCIÓN!

¡UNIDAD EN LA LUCHA PARA DETENER EL ESTRANGULAMIENTO FINANCIERO DE LA USAC!

¡UNIDAD DE LUCHA Y AMPLIA MOVILIZACIÓN PARA DEFENDER LA USAC!

Centroamérica, 31 de octubre del 2018

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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