Por Oliverio Mejía

Entre los meses de marzo y abril de 1829 se producían los sucesos que ponían fin a la primera guerra civil entre dos facciones de las clases dominantes centroamericanas, disputada por los bandos fiebres o exaltados contra los moderados o cacos, pero a su vez por las disputas entre aquéllas desde el control de los Estados de El Salvador y Guatemala y en menor medida Honduras.

Debates historiográficos

Estos bandos, caracterizados como proto-partidos, para la  historiografía eran las facciones que posteriormente se denominarían liberales y conservadores; sin embargo, algunos enfoques recientes, según Rodolfo Galeotti, ambas estaban identificadas con las ideas liberales, configuraciones que tienen su raíz tras las posturas asumidas después de la independencia tanto de España en 1821 como la separación de México en 1823, en torno al comercio con el Imperio Británico y otras potencias, del cual eran partidarios de una liberalización total sin importarle la pequeña producción artesanal.

Por otro lado, los Aycinena, asentados en Guatemala dueños de algunas haciendas agrícolas, se habían convertido en los intermediarios para exportar la producción agrícola de las distintas provincias hacia la metrópoli española, generando discrepancias sobre todo con los latifundistas de añil de El Salvador. Tras la independencia, estos se sumaron al carro del libre comercio, sabiendo la posición ventajosa que este clan había adquirido monopolizando el comercio en la recién creada República Federal de Centroamérica, desde Guatemala, que se mantenía como capital federal.

Otra situación que es importante destacar es que, en los recientes enfoques historiográficos se resalta que estas facciones se afincan en distintas ciudades, hecho que, según historiadores como Luis Pedro Taracena, convirtió estos conflictos en disputas entre ciudades, trasformando éstas como el actor principal de la guerra, sobre todo Guatemala y San Salvador, centros de poder de las distintas facciones en pugna; mientas que otras mas pequeñas fueron subsidiarias de tales poderes principales.

Otra característica que resaltan los nuevos enfoques historiográficos y es mencionada por Taracena, es el hecho de que surgieron nuevos sujetos en la disputa existente entre los comerciantes terratenientes de Guatemala y los productores de añil de El Salvador, los mineros en Honduras y ganaderos en este país y en Nicaragua; por ejemplo, con el surgimiento del Ejército Aliado Protector de la Ley (EAPL) al mando del general José Francisco Morazán Quezada.

Éste retoma la bandera de los fiebres, los cuales son obligados a agruparse tras el control político que los cacos, en contubernio con el presidente de la Federación, Manuel José de Arce y Fagoaga, asumen, al desplazar a los primeros del control del Estado de Guatemala, fortaleciéndose entonces los fiebres en el Estado de El Salvador con el apoyo de las élites de Tegucigalpa, las cuales, a diferencia de las de Comayagua, apoyan a los cacos.

Estas disputas de hegemonía territorial se reproducirán entre las élites de los otros Estados, y, aunque periféricas al conflicto central, generan luchas, por ejemplo, entre León y Granada y la emergencia de Managua en Nicaragua; y entre Heredia y Cartago y la emergencia de San José en Costa Rica. Disputas que determinarán la configuración de los centros políticos dominantes en estos Estados y de cara posteriormente a la separación de éstos y el desmembramiento de la Federación.

Pero volviendo a la emergencia del EAPL, éste estuvo conformado por una base de indios, mestizos, mulatos y pardos que se suman al ejército morazánico con la promesa de ser considerados iguales en derechos bajo las ideas liberales y de revindicar sus necesidades por el acceso a la tierra, aunque los liberales nunca avanzaron en un programa de justicia social redistributiva como sí impulsaron facciones de éstos en otros países como la de José Artigas en Banda Oriental (Uruguay) o Ezequiel Zamora en Venezuela.

Es más, la falta de sensibilidad ante esa problemática, debida a los intereses de clase de la facción exaltada posteriormente liberal en lo que respecta a las reivindicaciones por la tierra de las masas campesinas, fue otro factor principal para el desmoronamiento de la Federación. Con el hecho que, para finales de la década de los treinta del siglo XIX, estas masas se sumaron al bando anteriormente conocido como moderado ahora conservador, que con el caudillo Rafael Carrera al frente de un ejército en Guatemala, puso fin a la presidencia de Morazán y separó al Estado de Guatemala de la Federación.

Un caso especial fue el de Mariano Gálvez al frente del Estado de Guatemala que, a finales de la década de los treinta, impulsó un proyecto de registro de propiedad agraria para obtener recursos fiscales. Muchos pueblos de Los Altos –en su mayoría indígena- no querían eso porque les ponía en riesgo de perder control sobre sus ejidos y permitía la entrada de ladinos y terratenientes en sus tierras.

La guerra se fue configurando cuando el presidente de la Federación, el salvadoreño Manuel de Arce, en contubernio con los cacos guatemaltecos, sobre todo el clan Aycinena, disuelve el Congreso Federal y el Senado en 1826 dominado por los fiebres, esto en el contexto del asesinato del exaltado Cirilo Pérez en Quetzaltenango, vicepresidente del Estado de Guatemala el cual era odiado por la población maya por ser representación del terrateniente explotador, fracción de las élites que buscan convertir la región occidental de Guatemala, en el sexto Estado de la Federación y eran enemigas de las élites guatemaltecas especialmente moderadas. La muerte de Cirilo también fue un ajuste de cuentas, porque era partidario de las elites exaltadas federales; así durante la guerra, la región de Los Altos fue la retaguardia política y económica de los serviles de Guatemala.

Los hechos de la primera guerra civil

La acción de Manuel de Arce acelera el enfrentamiento y genera la emergencia del EAPL como nuevo actor con Morazán a la cabeza, que en alianza con los sectores que dirigían el Estado de El Salvador buscaban reequilibrar la situación rota por los moderados y por de Arce. Estos, a su vez, una vez roto ese equilibrio para lograr asegurar la retaguardia, realizaron un golpe de Estado en el Estado de Guatemala imponiendo un gobierno caco nombrando a Mariano de Ayicenena y Piñol como presidente de Guatemala, logrando asimismo controlar el congreso estadual de Guatemala.

De tal forma que una vez impuesto este nuevo gobierno inicia la persecución contra los exaltados tanto de la Ciudad de Guatemala como de Quetzaltenango; los primeros logran refugiarse en Antigua, que se convierte en su baluarte, convirtiéndose en una ciudad fundamental al momento de la invasión del EAPL en 1829.

El primer enfrentamiento se dio en territorio hondureño, donde las disputas de las ciudades y la toma de partido por los bandos en pugna fue el catalizador para el conflicto. En Comayagua, la capital del Estado simpatizaba con Morazán y sus pares de San Salvador, así el ejército federal encomendó al general José Justo Milla destituir al gobierno de Dionisio de Herrera, las tropas federales tenían el respaldo de las élites asentadas en Tegucigalpa, que disputaban el control del Estado con las élites de Comayagua.

En un primer momento, Milla logra tomar Comayagua haciendo dimitir a Herrera, posteriormente con el avance del ejército morazánico, éste logra derrotar el ejército federal en la batalla del Valle de Trinidad y asegura su posición tomando las dos principales ciudades del Estado, poniendo nuevamente al frente de Honduras a Herrera, aunque posteriormente en noviembre de 1827 es nombrado Morazán presidente del Estado de Honduras. De esa forma se aseguraba una importante retaguardia, vital para avanzar sobre Guatemala y con ello las fuentes de ingresos del Estado de Honduras, sobre todo en los rubros de minas y tabaco.

Ante esa victoria, las facciones dominantes en el Estado de El Salvador, intentan entrar en territorio guatemalteco en marzo de 1827 para socavar el poder de los moderados, pero no contaban con que la ciudad de Sonsonante, situada al occidente salvadoreño, que controlaba el importante puerto de Acajutla, iba a unirse al bando guatemalteco. Tal situación hace que tropas guatemaltecas y federales logren repeler la invasión salvadoreña y los derroten, imponiendo un gobierno provisional en San Salvador afín a los moderados al mando del general Manuel de Arzú.

Ante ese panorama, Morazán tiene que cambiar la estrategia y se encamina desde Honduras hacia El Salvador, entrando por el oriente salvadoreño, derrotando a las tropas mandadas por Arzú desde San Salvador en la hacienda El Gualcho en Nueva Granada, Usulután. Desde Usulután y la ciudad de San Miguel, Morazán se hace fuerte y, ante un intento de Arzú de mover contingentes hacia Honduras para reagrupar a los afines al bando moderado en ese territorio, Morazán, ubicado en el Rio Lempa por San Vicente, avanza hacia San Salvador, cuando se entera que las tropas de Arzú se rinden en Mejicanos ya en las orillas de la capital salvadoreña.

El 23 de octubre de 1828 entra triunfante Morazán a San Salvador, de donde rápidamente se enfila hacia Ahuachapán, donde derrota a las fuerzas moderadas, encaminándose hacia el Estado de Guatemala. Ante esas noticias, el jefe de Estado de Guatemala, Ayicenena y Piñol, pretende negociar con el EAPL, pero Morazán se niega y continúa por el oriente de ese Estado, derrotando la resistencia de ciudades salvadoreñas afines al bando de los cacos.

Pese a no contar con todos los hombres que necesitaba y pretendía que el Estado Salvadoreño los facilitara, con 2000 mil soldados al mando del coronel José Prem, ingresa a la ciudad de Chiquimula, la cual Morazán consideraba era una base fuerte de aliados, logrando tomarla a finales del diciembre de 1828. En Guatemala se le encomienda a Vicente Domínguez salir al encuentro de las tropas morazánicas y el 15 de enero de 1829 se enfrentan en Zacapa, que se suma al bando morazánico, venciendo al ejército guatemalteco y federal en tal ciudad. 

En Antigua Guatemalteca se organiza un gobierno afín a Morazán e inicia el cerco a la ciudad de Guatemala. Por su parte, éste, con el grueso de su ejército, se instala en un primer momento en Santa Catalina Pínula, con el fin de que, desde esos dos puntos, bajo la estrategia de pinza, logre tomar Guatemala ciudad.

La estrategia de Morazán posteriormente fue mover el grueso de tropas hacia el occidente para que con el respaldo de Antigua avanzar por esa dirección, mientras que las que se quedaron en Pínula se dedicaran a desgastar la defensa de la ciudad con pequeñas escaramuzas. Sin embargo, el 15 de febrero de1829 el grueso de tropas morazánicas son derrotadas en Mixco, a las puertas de la ciudad; eso fue aprovechado por el ejército federal, que pretendió desde El Tejar avanzar sobre las tropas morazánicas acantonadas en Antigua, pero la operación falló y son derrotados el 6 de marzo.

Consecuencias de la guerra

De tal forma que el EAPL avanza en su ofensiva final derrotando a los federales en la hacienda de Las Charcas en las entradas de la ciudad. Ayicenena ordenó el 18 de marzo de 1829 que se aplicara la pena de muerte a todo aquel que ayudara al enemigo, hizo una proclama en la que invocaba la defensa de la “santidad de los altares” y emitió una disposición legal por la que los líderes exaltados fueran declarados enemigo de la patria.

El EAPL sigue avanzando hasta ingresar a la ciudad, la cual se rinde el 12 de abril de 1829, inmediatamente ordena que el presidente Arce, Mariano Aycinena, Mariano Beltranena, y todos los funcionarios moderados que habían tenido algún papel en la guerra fueran enviados a prisión; con respecto al Clan Aycinena, impone la pena de muerte a todos los miembros de éste que se hubieran involucrado en la guerra.

Morazán gobierna de facto por tres meses, hasta que se conforma un nuevo Congreso Federal que elige 26 de junio a Juan Barundia presidente de la Federación, siendo éste, un exaltado vinculado a las élites latifundistas de las provincias, y enemigo acérrimo de los comerciantes terratenientes monopolistas de los Aycinena. Posteriormente Morazán asumirá la presidencia federal en 1831 y cambia la capital de Federación a San Salvador, a su vez se generarán nuevos conflictos entre estas facciones ya autoidentificadas como liberales y conservadores, lo cual dará inicio a la larga segunda guerra civil que ensangrentará la naciente nación y agotará sus recursos económicos.

 

Por Jose Maria Artola

La desgracia para los pueblos Nahuat-Pipil inician con la invasión española comandada por  Pedro de Alvarado, quien el 6 de junio de 1524, atraviesa el río Paz y para el 8 de junio se estaría librando en Acaxual la primera batalla de Resistencia comandada por el héroe Nahuat-Pipil Atonal, quien hirió  de muerte a Pedro de Alvarado, para el 13 de junio se estaría librando una segunda y sangrienta batalla en Tacuzcalco, el 17 Alvarado   llega a Cuzcatan, desde estos acontecimientos  los invasores españoles y sus descendientes han venido aprovechándose del principal medio de producción: la tierra. 

De igual manera los pueblos originarios   Nahuat-pipil en los ya casi 500 años de invasión han mantenido una fuerte resistencia y  constantes luchas contra los continuos despojos, la opresión y la sobrexplotación  realizados por los diferentes gobiernos, una de estas es la insurreccion Nahuat-pipil de 1932, en la cual tuvieron participación otros sectores  sociales como el proletariado agrícola, campesinos, el proletariado de la ciudad así como sectores de la clase media.

La oligarquía cafetalera y la expropiación de tierras comunales y ejidales

La colonia española  fue con objetivos  capitalistas, pero no  originaron un sistema de producción capitalista, debiendo desarrollar por lo tanto relaciones de producción  esclavistas, semi esclavistas y feudales, conviviendo también la propiedad privada de los españoles junto a la propiedad comunal de los pueblos Nahuat-Pipil. Aun siendo indepedientes los criollos salvadoreños mantuvieron dichas relaciones al igual que la producción y  comercialización del añil. Mientras los  criollos añileros se verían golpeados y reducidas sus ganancias por la caída de los precios internacionales del añil, otro sector emergente de los criollos buscaba nuevas formas o productos  para articularse con el capitalismo a nivel internacional, siendo este producto: el café,  introducido su cultivo en El Salvador en  1846 por el Presidente Eugenio Aguilar, e intensificado en el gobierno del Liberal  Gerardo Barrios en el periodo comprendido entre 1861 y 1863, posicionándose  como principal producto agrícola  de exportación. Al aumentar el precio del café  los gobiernos obligarían a que se cultivara mas  en las tierras ejidales y comunales  que todavía eran  propiedad de sus legítimos dueños. Vale señalar que el cultivo del café inicialmente fue   en tierras altas  sobre todo en la zona occidental  en donde se tenían mayor concentración de tierras comunales y mayores poblaciones Nahuat-Pipil.

Para 1876 llegaría  a la Presidencia  Rafael Zaldívar quien entre 1881 y 1882 promulgo una serie de Leyes para expropiar y apropiarse de  las tierras ejidales que eran propiedad de las municipalidades y las tierras comunales propiedad de los pueblos indígenas las que según autores como  Rafael Menjivar podrían rondar en el  40 % del territorio. Casi Lograron terminar  con la propiedad comunal, pero estas no  fueron distribuidas  a los indígenas y campesinos en calidad de propiedad privada individual, sino que pasaron a ser propiedad privada individual de los cafetaleros quienes terminaron adueñándose de la mayor parte del territorio.

Dichas Leyes vinieron a legalizar las usurpaciones de hecho realizadas por los productores de café ejemplo: caso de Zalcoatitán 1858, en donde el general Francisco Salaverría amplió el cultivo del café usurpando las tierras comunales. Fueran de hecho o de derecho dichas medidas provocaron descontento en los indígenas y campesinos  llevando a recurrentes levantamientos de los mismos como fueron los del 12 de agosto de 1872, 16 de marzo de 1875 … 14 de marzo de 1875, 2 de enero de 1885 y 14 de noviembre de 1898.

Una vez el indígena sin propiedad comunal, estaba condenado a ir perdiendo su ideología e identidad, la expoliación y saqueo  continuó en el siglo  XX,  para el 11 de abril de 1907 el poder legislativo aprobó la Ley agraria de la República de El Salvador, la  cual contaba con   el capítulo IV relacionado con  Terrenos baldíos, ejidales y comunales. Estableciendo en   el artículo 93 “…Quedan extinguidos los derechos que la nación o los municipios por cesión de ésta, tengan o puedan alegar sobre terrenos ejidales, comunales ó baldíos  poseídos en la actualidad por particulares los cuales serán tenidos como dueños, perjuicio de derechos de tercero. Quienes habitaran en dichos propiedades debían solicitar por escrito al Alcalde la legalización de los mismos, debiendo probar dicha posesión. Las legalizaciones no eran tan factibles para los indígenas y los campesinos.  Estableciendo también  la subasta de aquellos terrenos baldíos, ejidales y comunales que no estaban poseídos.   Esta Ley estableció  la policía agrícola quienes tenían la responsabilidad de perseguir constantemente en los campos, caminos, hatos, haciendas, heredades,… a los jornaleros quebradores, jugadores de juegos prohibidos, ebrios de profesión vagos de todo género calificados de tales por las leyes de policía común… asegurando de esta forma la mano de obra barata formando así parte de las grandes masas de jornaleros quienes además debían inscribirse en las Alcaldías.

Indígenas,  campesinos y proletariado

La sustitución del café por el añil como producto de sostén de la economía salvadoreña monoagroexportadora, trajo consigo la consolidación de una nueva fracción dentro de la clase dominante constituida por criollos y extranjeros: la oligarquía cafetalera. Asi mismo se operaba un  cambio en las relaciones de producción dejando las formas extraeconómicas y pasando a la sobrexplotación de la mano de obra. Al apropiarse de las tierras ejidales y comunales los cafetaleros, unidos a la sobrexplotación iniciarían un proceso de acumulación.  En cambio, los indígenas y campesinos que poseían tierra para su cultivo serian despojados de las mismas, quedando obligados a vender su fuerza de trabajo para poder sobrevivir. Para 1907 la Ley  Agraria de la República de El Salvador definía como jornalero a todos los que se ocupen en un trabajo ajeno mediante estipendio diario que se llama jornal, en otros términos este sería el proletariado, en mayoría agrícola.  Para los años de 1920 otra parte de la población se empleaba en  talleres artesanales, la industria textil hacia su aparición,  existían Compañía de Alumbrado Eléctrico,  Compañía inglesa  de servicios ferroviario, no habiendo mayor desarrollo industrial, todavía el clásico proletariado industrial era escaso, pero este sector de trabajadores en esos años  se organizaron,  surgiendo asi varias organizaciones sindicales.

Laboristas y comunistas

Todo lo anterior unido la crisis del capitalismo  y a la caída de los precios del café a nivel internacional  llevó a que la oligarquía decidiera no cortar  las cosechas  del café, las personas que trabajaban en ello quedaron sin trabajo, los que trabajaban en la ciudad verían reducidos sus salarios, las capas medias sufrirían bajas y retrasos en el pago de sus salarios. La  crisis había golpeado y la oligarquía la había recargado en el pueblo trabajador llevándolo a la pauperización.

En materia política para esos años ya se tenía  las noticias de la Revolución Mexicana y el triunfo de la Revolución   Volchevique. Para  1930 se había constituido el Partido Comunista Salvadoreño  (PCS) y el Partido Laborista con ideología socialdemócrata, conformado por campesinos, trabajadores y sectores populares, recogiendo demandas de estos ofreciendo nacionalización de la tierra…entrega de parcelas al campesinado…y apoyo a las luchas reinvidicativas de los obreros. Por la otra parte planteaba un modelo capitalista diversificador e industrializante  el cual representaba una amenaza para la oligarquía cafetalera.

Dicho partido era  dirigido por Arturo Araujo quien logra llegar a la presidencia en marzo 1931 y derrocado mediante golpe de estado el 2 de diciembre del mismo año, arribando en 1932  al poder el General Maximiliano Hernández Martínez quien habiendo consolidado el ejército estratégicamente permitió las  elecciones municipales en las cuales participa el PCS con sus candidatos, pero el gobierno  se roba los triunfos en las zonas de influencia del PCS, lo anterior genera descontentos. Los primeros días de enero de 1932  se dieron constantes movilizaciones y protestas  contra el fraude, huelgas, etc. las cuales eran reprimidas, existía un asenso del movimiento de masas y una situación revolucionaria lo cual llevaría a PCS a lanzarse a la toma del poder,  después de varias discusiones  decidieron  el  21 de enero. Por su parte Araujo proyectaba una invasión desde Guatemala la cual coincidiría con  un levantamiento agrario  en zona occidental que preparaban los líderes laboristas.

Mientras para el 22 de enero los pueblos originarios Nahuat-Pipil estaban insurreccionados. Resultado de lo anterior  fueron más de 30 mil personas asesinadas en su mayoría de los pueblos originarios Nahuat-Pipil, esto traería grandes repercusiones en los pueblos Nahuat-Pipil ya que  los obligaría a negar su propia identidad como una forma de preservar la vida, lo relacionado a la identidad Nahuat-Pipil fue perseguido(espiritualidad, idioma, vestimenta, etc). Todo apunta que el objetivo principal de la represión eran los indígenas, por ser con quienes la oligarquía cafetalera traía contradicciones históricas.

La  oposición laborista y  los comunistas también fueron golpeados por el General Martínez ganándose con ello el apoyo del imperialismo norteamericano y de la oligarquía salvadoreña.

Por Javier Recinos

El 16 de enero de 1992, en Chapultepeque, México, se firmaron los Acuerdos de Paz entre la gueriĺla del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN) y el Estado salvadoreño  administrado por el gobierno de la ultraderecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Entre los firmantes de los Acuerdos de Paz en representación de las cinco  organizaciones político-militares  integrantes del FMLN  (PCS, FPL, RN, ERP, PRTC), estuvieron: Cmdte. Schafik Handal, Cmdte. Francisco Jovel, Cmdte. Salvador Sánchez Cerén, Cmdte. Joaquín Villalobos, Cmdte. Eduardo Sancho. Roberto Cañas, Dagoberto Gutierrez, María Marta Valladares, Ana Guadalupe Martínez, Salvador Samayoa. En representación del gobierno salvadoreño estuvieron Alfredo Cristiani, Dr. Oscar Santamaría, Cnel. Juan Martínez Varela, Gral. Mauricio Ernesto Vargas, Dr. David Escobar Galindo, Dr. Abelardo Torres, Dr. Rafael Hernán Contreras. Y en el  Secretario General  de las  Naciones Unidas Boutros Boutros-Ghali.  Con la firma de dicho Acuerdos se estava cerrando una etapa más  de las históricas luchas del pueblo Salvadoreño por su liberación y contra las clases dominantes.

Heroicas luchas del pueblo Salvadoreño

El pueblo salvadoreño ha mantenido una constante lucha en diferentes períodos de su historia, en los cuales han existido  momentos de descensos y ascensos  los cuales ha sabido asimilar,  trayendo consigo el surgimiento de diferentes organizaciones de masas,  políticas y hasta organizaciones políticos-militares como fueron las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) “Farabundo Martí’( 1/04/ 1970), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)  (2/03/1972, Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN) (1975), Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC) (1976)  y el  Partido Comunista Salvadoreño (PCS) ( 1930) siendo esta la organización política con mayor trayectoria en la izquierda salvadoreña, dichas organizaciones  tenían sus respectivos frentes de masas. Existían diversidad de diferencias políticas e ideológicas  entre dichas organizaciones, las cuales tácticamente lograron encubrir  y crear “unidad” fue así como el 10 de octubre de 1980 integraron el   Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Una vez conformado el FMLN buscaron  seguir  el ejemplo del heroico pueblo de Nicaragua y  el 10 de enero de 1981 lanzaran la primera  ofensiva final con la finalidad de la  toma del poder, la situación no salió como lo planeado, el pueblo salvadoreño no siguió el ejemplo de Nicaragua, la estrategia guerrillerista había fracasado y el movimiento de masas pasaría a engrosar las filas guerrilleras, entrando así a una guerra civil.

Desde su creación el FMLN, no gozo de unidad política e ideológica y muchos menos programática, existían intereses diferentes por parte de las responsables de las organizaciones políticos-militares, lo que llevaría a una  la lucha interna por el control del aparato político-militar del FMLN y la hegemonía política,  basta ver el  giro  de la plataforma del Gobierno Democrático Revolucionario (GDR), sostenido hasta 1984, y cambiado a plataforma del Gobierno Provisional de Amplia Participación (GAP) después de la muerte Cayetano Carpio,  “Comandante Marcial” (1983), máximo líder de las FPL, a la vez que desató en el interior del FMLN una cacería interna sobre quienes difirieran con dicha línea. Toda anunciaba la hegemonía política  del PCS en el interior del FMLN lo que llevaría a una salida negociada a la guerra civil.

La trampa del dialogo

Siempre existió disposición al diálogo por parte de los jefes de las diferentes organizaciones integrantes del FMLN aunque con diferentes propósitos a partir de sus concepciones políticas e ideológicas, para una seria nada mas una estrategia para acumular fuerzas y para otros un medio para negociar.   Para el 5 de octubre de 1982 se había lanzado ya  la primera Propuesta de diálogo del Frente Democrático Revolucionario (FDR) y del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), proponiendo que el FDR y el FMLN) por una parte, y por la otra el Poder Ejecutivo, Asamblea Nacional Constituyente y las Fuerzas Armadas de El Salvador, iniciemos prontamente un diálogo directo sin condiciones previas, orientado a encontrar caminos que conduzcan al establecimiento de la paz y la justicia social …designado a Delegados Plenipotenciarios, por el Frente Democrático Revolucionario a Guillermo Manuel Ungo, Eduardo Calles, Rubén Zamora. Por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional: Salvador Cayetano Carpio, Joaquín Villalobos, Shafick Jorge Handal, Roberto Roca, Fermán Cienfuegos.  

Para el 5 de junio de 1983 a   escasos meses  de la muerte de Salvador Cayetano Carpio (6 de abril 1983) la comandancia del FMLN  y el Comité Ejecutivo del FDR presentaron la  Propuesta de cinco puntos del FMLN-FDR para una solución política del conflicto bélico en El Salvador, en donde proponían….iniciar un proceso de diálogo dirigido a facilitar una negociación real entre el FDR/ FMLN y los Gobiernos de El Salvador y los Estados Unidos… manifestado que los cuatro gobiernos latinoamericanos conocidos como el Grupo de CONTADORA pueden proporcionar un Foro en el que el proceso de diálogo y negociación entre las partes puede llevarse a cabo...seguidamente se inició una serie de reuniones para dialogar entre  gobierno y la guerrilla del FMLN, siendo la  primera reunión con la Comisión de Paz del gobierno del Presidente Magaña el 29 de agosto  de  1983 en la cual acordaron iniciar el diálogo el 29 de septiembre en San Salvador,  la cual  fue trasladada a Colombia.  Para 1984 ĺlegaria al gobierno Napoleón Duarte del Partido  Demócrata Cristiano (PDC),  con quien sostuvieron una serie de diálogos: La Palma(15/10/1984), Ayagualo (30/11/1984), Sesori (19/09/ 1986) La Nunciatura, (4/10/1987).

En ese periodo de diálogos  se realizaron  una serie de reuniones entre los Presidentes de Centroamérica entre los que estuvieron los Presidentes de Nicaragua (Daniel Ortega), El Salvador (Napoleón Duarte), Guatemala (Vinicio Cerezo), Honduras (José Azcona) y Costa Rica (Oscar Arias) se reunieron y  firmaron  los Acuerdos de Esquipulas I. (1986), Esquipulas II (1987). A pesar de ello la comandancia del FMLN/FDR, lanzaría el 11 de noviembre de 1989 la ofensiva hasta el tope en la cual  muchos heroicos guerrilleros ofrendaron sus vidas, en realidad dicha ofensiva no buscaba la toma del poder por la vía revolucionaria más bien era una medida de presión hacia el gobierno con miras a lograr sus objetivos.

Para  1989 llego al  gobierno Alfredo Cristiani del partido ultraderecha de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), en este gobierno se   paso del dialogo a la negociación llegando a acuerdos como son los Acuerdos  Ginebra (4 de abril de 1990).  San José (26 de julio de 1990),  México (27 de abril de 1991)    y de Nueva York (25 de septiembre de 1991) hasta llegar a la firma de  los Acuerdos de Paz  en Chapultepec México el16 de enero de 1992.

Acuerdos de Paz: bipartidismo y privatización

Los Acuerdos de Paz entre la guerrilla del FMLN y el gobierno más que dar solución a las causas estructurales que habían llevado al conflicto,  en realidad tenían el propósito de…terminar el conflicto armado por la vía política al más corto plazo posible, impulsar la democratización del país, garantizar el irrestricto respeto a los derechos humanos y reunificar la sociedad salvadoreña. Con dichos Acuerdos se cerraba  una etapa más de las luchas del pueblo Salvadoreño, quien había experimentado la vía guerrillerista promovida por la dirección del FMLN,  como método para la toma del poder, pero al final termino encausado dicha fuerza a la vía electoral.  Entre los Acuerdos tomados estuvieron:

Fuerza Armada:   se daría un cambio de doctrina, tendría como misión  la defensa de la soberanía del Estado y de integridad del territorio. Así mismo se acuerda depurarla, reducir  número de efectivos, supresión de la  Guardia Nacional (GN) y la Policía de Hacienda (PH),  batallones de infantería de reacción inmediata y Defensa Civil y suspender los reclutamientos forzosos.

Policía Nacional Civil (PNC): este sería el único cuerpo policial armado y tendría la misión de… proteger y garantizar el libre ejercicio de los derechos y las libertades de las personas, la de prevenir y combatir toda clase de delitos, así como la de mantener la paz interna, la tranquilidad, el orden y la seguridad pública, tanto en el ámbito urbano como en el rural. Además de civiles dentro del personal aseguraron la incorporación de ex-combatientes del FMLN y de ex-miembros de la Policía Nacional,  en iguales proporciones.

Sistema Judicial:  al respecto tenemos que el Consejo Nacional de la Judicatura estará integrado de manera que se asegure su independencia de los Órganos del Estado y de los partidos políticos, en este apartado se creó la Procuraduría Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos.

Sistema Electoral y participación política del FMLN: se realizarían una serie de reformas al Código Electoral, de las cuales surge el Tribunal Supremo Electoral (TSE). En lo referente a la participación política del FMLN lograron uno de los objetivos fundamentales de la comandancia como era garantizar medidas que permitieran la plena participación política electoral del FMLN,  legalizaron al  FMLN como partido político, vía  Decreto Legislativo, y lograron …medidas especiales de seguridad para la protección de los dirigentes del FMLN…  pudiendo organizar su propia seguridad.

El FMLN estaba pasando de ser un  aparato político-militar a una maquinaria electoral, la vía electoral había triunfado,   lo cual  abrió  en las entrañas del FMLN, una nueva lucha por el control de dicha maquinaria con la finalidad de optar a cargos de elección popular, los intereses personales eran más obvios. Con dicho acuerdo el FMLN lograría monopolizar la izquierda salvadoreña presentándose como la única y todo esfuerzo que se atreviera a salir seria desprestigiado o absorbido.

Tema Económico y Social: en este tema se abordo la tenencia de la tierra en las zonas del conflicto en la cual las personas que las ocupaban serian sus propietarios, existía el compromiso de créditos para el sector agropecuario,   la Micro y Pequeña empresa. Por su parte el gobierno de ARENA  logro meter el tema de la privatización de los servicios públicos manifestando…La política de privatización fomentará la participación social en la propiedad, promoviendo el acceso de los trabajadores a la propiedad de las empresas privatizadas. Asimismo, evitará prácticas monopólicas, al tiempo que garantiza la libertad empresarial y la protección del consumidor, este no era un término desconocido para la comandancia del FMLN. En  este mismo tema se hablo de la conformación  del el Foro de Concertación Económico y Social… con la participación igualitaria de los sectores gubernamentales, laboral y empresarial, con el objeto de lograr un conjunto de amplios acuerdos tendientes al desarrollo económico y social del país, en beneficio de todos sus habitantes.. para atacar los problemas económicos y sociales que se habrán de derivar de la finalización del conflicto y otros propios de la reconstrucción. Por otra parte el gobierno acordaba proponer  al Foro…la revisión del marco legal en materia laboral para promover y mantener un clima de armonía en las relaciones de trabajo, sin detrimento de los sectores desempleados y del público. Así como estaba de urgida la comandancia  de legalizar al FMLN como partido político, así también estaba de urgido el gobierno de privatizar. Después de dicho lo acuerdo lo que devino fue un desmontaje del movimiento sindical, el poco desarrollo  económico y social en gran  parte fue solo para los representantes del gobierno y parte de las comandancias.

Cese del enfrentamiento armado: este comprendía  cese del fuego, separación de fuerzas,   fin de la estructura militar del FMLN y la reincorporación de sus integrantes, dentro de un marco de plena legalidad, a la vida civil, política e institucional del país, lo cual debía ser verificado por la Naciones Unidas.

Los enfrentamientos armados entre la guerrilla del FMLN y las Fuerzas Armadas habían finalizado, el pueblo vería un suspiro de paz, pero las causas estructurales que y los  problemas históricos  no habían sido resueltos y los Acuerdos de Paz no tenían como finalidad resolverlos, aunque si logran en parte el respeto a ciertos derechos.

Heroico pueblo salvadoreño y papel histórico de FMLN

Vale citar un documento titulado Sobre el desarrollo del FMLN (comandancia general DEL F.M.L.N. Morazán, 28 de noviembre de 1983.) según el cual  en …la base del desarrollo del FMLN actúan vigorosos factores: 1) El poderoso y antiguo movimiento de masas salvadoreño, su gran fuerza orgánica y política…2) El despliegue de la lucha armada y su combinación con la lucha política y diplomática, teniendo como eje central la lucha armada como forma principal de lucha. 3) La riqueza orgánica, política e ideológica de las organizaciones que se integraron en el FMLN,..4) El persistente ejemplo, aliento y ayuda de Cuba Socialista y la cercanía geográfica e histórica de la Revolución Popular Sandinista,..5) La unidad de toda la izquierda revolucionaria.

En dicho documento se planteaba   que.. El papel histórico del FMLN se medirá por el logro de los siguientes objetivos: a) La toma revolucionaria del poder; b) La instauración de un gobierno anti-oligárquico y anti-imperialista; c) La creación del Partido Marxista-Leninista Unico; d) El aseguramiento del avance al socialismo del proceso revolucionario; e) Su contribución a la unidad de las fuerzas revolucionarias centroamericanas. A partir de dichos objetivos se puede determinar el papel histórico que ha jugado la dirección de la otrora guerrilla del FMLN, ya sea como dirección política-militar en donde no pudo tomar el poder por la vía revolucionaria, o como dirección política-electoral en donde logro obtener varios escaños en el Asamblea Legislativa y después de 17 años de los Acuerdos de Paz  logro derrotar a la ultraderecha de ARENA   llegar al gobierno y mantenerse por 10 años, pero teniendo todas las condiciones derivadas de  los Acuerdos de paz  fue incapaz de avanzar mas allá y democratizar el régimen político electoral debiendo asegurar mayores mecanismos de participación del pueblo y solo se dedico a ser simple administrador del estado burgués, plegándose a los dictados del imperialismo y de los organismos financieros internacionales  al igual que los demás partidos políticos. En materia de la Fuerza Armada  revirtió parte de lo pactado en dichos Acuerdos.

EL FMLN ha sufrido  su peor derrota  en las urnas, la frágil Democracia burguesa construida con los Acuerdos de Paz,  pudo haberse  consolidado al llegar el FMLN  con el apoyo de la mayoría del pueblo salvadoreño, de igual forma pudieron solucionar muchas de las causas estructurales que llevaron al conflicto armado, pero no lo hicieron. Treinta  años después el Acuerdo de Paz ARENA-FMLN mediante el cual finalizo la guerra civil  pareciera  ha llegado a su final junto  a sus artífices. De igual manera  la frágil democracia burguesa  surgida con los mismos   amenaza con degenera en una  Dictadura,  instituciones  como PNC, TSE, PPDDHH, surgidas con dicho Acuerdos corren el riesgo de desnaturalizarse, las Fuerza Armada cada vez mas avanzan en materia de seguridad pública. La vieja derecha e  izquierda agonizan en el parto del  engendro de la nueva derecha. Una nueva izquierda revolucionaria  habrá de gestarse y nacer en el seno de las luchas  del movimiento de sindical y popular salvadoreño.

Por Olmedo Beluche

El 9 de Enero marcó un punto de quiebre de la política norteamericana en Panamá. En esa fecha estallaron 60 años de contradicciones acumuladas, fue una verdadera revolución popular en el pleno sentido de la palabra. Allí se hizo añicos el sueño de riquezas que la oligarquía panameña había pintado en 1903 para imponer un estado "independiente" que en realidad era un "protectorado", es decir, una colonia norteamericana, así como el oprobioso Tratado Hay Bunau Varilla que entregó el canal a EE UU "como si fueran soberanos".

Hay que recordar que los abuelos de nuestra oligarquía, desde 1903, se sintieron cómodos con la situación colonial, creyéndose yanquis de corazón. A los sectores populares, en cambio, les costó encontrar claridad en la construcción un proyecto político propio, pero desde el principio pusieron el pecho en la defensa de la soberanía, porque comprendieron que la prosperidad del país y la propia dependía de ella.

En 1964 eclosionó la experiencia acumulada del pueblo panameño, dirigida por sus sectores más combativos, que habían enfrentado la presencia colonial imperialista: en la Huelga Inquilinaria de 1925, en el Movimiento Antibases de 1947, así como las grandes gestas del movimiento estudiantil de los años 50, la Operación Soberanía y la Siembra de Banderas, en un ambiente fermentado por el influjo de la Revolución Cubana.

El 9 de Enero, al conocerse de la agresión sufrida por los estudiantes del Instituto Nacional, de la bandera mancillada por los "zonians", de la brutal represión de la soldadesca yanqui, el pueblo panameño reventó de indignación y se hizo presente en masa, espontáneamente, para cruzar la cerca (nuestro "muro de Berlín") y plantar una bandera.

Allí, en la barricada o simplemente tumbados en el piso en torno a lo que hoy es el "Palacio Legislativo", miles se enfrentaron con valor a la metralla de los tanques, dirigidos por caudillos populares de las organizaciones de izquierda, desde algunas alas juveniles del Partido del Pueblo (Comunista) con Adolfo Ahumada o Víctor Ávila y otros, los de Vanguardia de Acción Nacional (VAN) de Jorge Turner y las huestes de lo que sería después el Movimiento de Unidad Revolucionaria (MUR)de Floyd Britton.

Un "pueblo" que socialmente era un "proletariado joven, vigoroso y en rápida expansión" (expresión del industrialismo de los 50-60), se organizó en los Comités de Defensa de la Soberanía. Esos comités fueron embriones de doble poder que llenaron el vacío de poder ante la ausencia del gobierno-estado oligárquico el cual se borró de las calles. Estos comités organizaron desde la consecución de armas, hasta la defensa y el ataque, y la organización civil que se expresó en donaciones de sangre y transporte de heridos a los hospitales. Al respecto, es recomendable leer: "Significado y consecuencias del 9 de Enero", José Eugenio Stoute, Revista Mujeres Adelante No. 13, enero, febrero y marzo de 1989. 

Una columna enorme de gente, entre 40 y 60 mil personas, según Stoute, rodeó la Presidencia de la República exigiendo armas para enfrentar la agresión imperialista. El gobierno oligárquico de Roberto Chiari, hijo del ex presidente Rodolfo Chiari, que en 1925 pidió la intervención militar de EE UU para aplastar la Huelga Inquilinaria, decidió dos medidas contrapuestas: una, encuartelar a la Guardia Nacional, para que sus armas no fueran usadas por el pueblo en defensa de la soberanía; dos, tratando de apaciguar la furia popular, rompe relaciones diplomáticas con Washington, una medida desesperada que no da cuenta de ninguna vocación nacionalista de la oligarquía, sino del pavor que sentía el gobierno ante la insurrección que amenazaba con entrar a la fuerza en el Palacio de las Garzas.

Tres días duró el pueblo insurrecto en las calles de las ciudades de Panamá y Colón. Tres días en que las acciones no se limitaron a plantar banderas, sino a enfrentar, con las pocas armas de que se disponía, a las tropas imperialistas. Hubo varios muertos reconocidos por el "gobernador" de la Zona del Canal. Tres días en que todo símbolo o propiedad de empresas norteamericanas fue saqueado y quemado, desde el famoso edificio de la aerolínea Panamerican hasta las sucursales bancarias del Chase Manhattan Bank. Decenas de automóviles con placas de la Zona fueron volteados y quemados a lo largo de las calles de la ciudad.

El gobierno que cobardemente se había escondido empezó a sacar a la Guardia Nacional de los cuarteles hacia el 11 y 12 de Enero. Pero no lo hizo para defender a la nación agredida, sino para detener a los dirigentes populares de la insurrección, una gran cantidad de los cuales fue a parar a la cárcel Modelo. La labor represiva de los gobiernos liberales de Chiari y Robles seguiría en los años subsiguientes, cebándose contra el líder estudiantil colonense Juan Navas, que había sido herido durante la Gesta de Enero y había viajado a la Unión Soviética para recibir tratamiento médico. A su regreso de la URSS, en 1966, fue arrestado por la policía política del régimen, torturado, asesinado y tirado su cadáver en el Corredor de Colón. A todo lo cual siguió un juicio para inculpar a sus compañeros del Partido del Pueblo de aquella ciudad.

El sacrificio de los mártires y la insurrección popular de 1964 no fueron en vano, sino todo lo contrario, una victoria que se fue configurando en el tiempo y que hoy se siente sobre el país: se impuso el criterio, hasta ese momento sólo sostenido por sectores populares de izquierda, de que había que acabar con el estatuto colonial de 1903, derogar el Hay-Bunau Varilla y negociar un nuevo tratado sobre el Canal de Panamá, que eliminara la "Zona", las bases militares y traspasara la administración de la vía acuática en un plazo perentorio. El Tratado Torrijos-Carter de 1977 reflejó esas demandas, pese a sus enmiendas y al Pacto de Neutralidad.

La prosperidad económica que hoy campea sobre el país se debe, sin duda alguna, a la Gesta del 9 de Enero, porque está fundamentada en los ingresos que el canal está produciendo y que antes Panamá no recibía. Porque, contrario a lo que sostenía la oligarquía panameña que, hasta 1999, temía el retiro de las bases militares, se ha demostrado que: "la soberanía sí se come".

Lamentablemente la prosperidad que el canal produce está siendo apropiada en su mayor parte por una clase social, que se ha llamado los nuevos "zonians", que no es otra que los descendientes de la misma oligarquía que vendió al país en 1903, que durante cien años actuó como aliada interna del colonialismo norteamericano y que acusó de "comunistas" a los líderes populares del 64 y de "saqueadores y ladrones" a los Mártires. 

Esa apropiación de los beneficios del canal, que es lo contrario de lo sostenido por Omar Torrijos cuando afirmó que se le debía dar el "uso más colectivo posible", se debe al otro acontecimiento: la invasión norteamericana del 20 de Diciembre de 1989.

 


Por Olmedo Beluche

Érase una vez una empresa de capital francés que inició las obras para construir un canal por el istmo de Panamá, allá por 1880. Pero la Compañía Universal del Canal Interoceánico, como la llamaron, fue dando tumbos hasta que, en 1888, paralizó la construcción. 

¿Por qué? Los niños de primaria en Panamá saben que “la culpa fue del mosquito que producía la fiebre amarilla”. Los de secundaria, los que estudian, caen en cuenta que también le falló el diseño a Fernando de Lesseps, que intentó un canal a nivel que se estrelló contra el Corte Culebra. Muy pocos, a nivel universitario, se enteran de que hubo u tercer culpable: la corrupción. 

Sí. Los gerentes franceses de la compañía resultaron ser unos pillos que le robaron millones de francos a los incautos inversionistas de clase media en Francia que compraron acciones de esta empresa creyendo que el canal los inundaría de riquezas. El escándalo, que fue asociado al nombre de Panamá, llegó a los estrados judiciales siendo condenados a penas de cárcel varios directivos. 

Pero los pillos siguen siendo pillos y no se componen ni con la cárcel. Algunos de los directivos y accionistas mayoritarios idearon un plan para seguir chupándole la sangre al Canal de Panamá. En 1892 – 94, se dieron a la tarea de reorganizar la empresa bajo otro nombre, la Compañía Nueva del Canal Interoceánico. Lo primero que gestionaron fue una prórroga para terminar la obra. Una prórroga de diez años que culminaba en 1904. Anote la fecha. 

Pero un sinvergüenza nunca deja de serlo, así que estos señores nunca pretendieron, ni juntaron capital suficiente para completar la obra. Solo buscaban ganar tiempo para vender sus “derechos” a un tercero, y así sacar hasta la última gota del negocio. ¿Quién tenía interés, capacidad para comprarles las acciones y continuar la obra? El gobierno de Estados Unidos de América. 

En 1894, los franceses tuvieron la buena idea de contratar a uno de los abogados más influyentes en la política y en los negocios del naciente imperio norteamericano: William Nelson Cromwell. La firma Sullivan and Cromwell, que todavía existe, estaba bien ligada a capitalistas como J. P. Morgan, la General Electric y otros negocios de alto peso en Wall Street. De su seno salieron políticos influyentes como los hermanos Allan y John Foster Dulles, que dirigieron la Agencia Central de Inteligencia (CIA). 

Gracias a ese contrato que hizo la Compañía Nueva, y a que en manos de ese bufete estaban las acciones de la Panama Rail Road Co., o Compañía del Ferrocarril de Panamá, tanto Cromwell como la firma de abogados jugaría un papel inconfesable en los sucesos de 1903. 

La última década del siglo XIX se caracterizó por lo que se ha llamado fase imperialista del capitalismo, cuando las grandes potencias se repartieron el mundo para asegurarse fuentes de materias primas y mercados. Estados Unidos terminó de dar su salto con la Guerra de 1898 contra España a la que le arrebató sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Las Filipinas. Al poseer territorios e intereses en Asia, los norteamericanos se vieron compelidos a dar urgencia a la construcción de un canal que permitiera a su armada naval cuidar sus intereses en ambos océanos. 

Entre 1894 y 1903 las autoridades norteamericanas negociaron con franceses, colombianos y nicaragüenses. Aquí es donde el papel de Cromwell se hizo clave. Por un lado, unió a un grupo de capitalistas norteamericanos para comprar en secreto un gran grupo de acciones de la Compañía Nueva, que estaba devaluadas.  Plan que denominó “Americanización del Canal”. Se afirma que invirtieron 3.5 millones de dólares por unas acciones que revenderían a su gobierno por 40 millones de dólares. Buen negocio, ¿verdad? 

La participación de prominentes empresarios y políticos norteamericanos en este negociado fue lo que en verdad inclinó la balanza a favor del canal por Panamá, y no como pinta el mito de las supuestas estampillas con volcanes de Nicaragua que habría regalado Bunau Varilla a los senadores. 

Una vez listo el grueso del asunto había que proceder con los detalles, así que Teodoro Roosevelt, buen amigo de Cromwell, exigió a Colombia el cese de la Guerra de los Mil Días, sentó a los dos partidos, liberales y conservadores, en la mesa y con su mediación salió el Pacto de Neerlandia y el del acorazado Wisconsin en noviembre de 1902. 

Siguiente paso, obligar al embajador colombiano a firmar un tratado sin mucha consulta con su país. El 22 de enero de 1903 se firmó el Tratado Herrán-Hay, que contenía: lo que se llamaría Zona del Canal con jurisdicción norteamericana; un pago de 40 millones de dólares a los accionistas “franceses” (y norteamericanos); 10 millones de adelanto a al estado colombiano, y Panamá por supuesto; y una anualidad de 250 mil dólares cuando el canal estuviera en funcionamiento. 

Los colombianos y panameños decentes de aquel tiempo sabían leer y sumar, y no eran menos listos que los actuales, así que empezaron con los cuestionamientos: ¿Cómo vamos a partir el Istmo por la mitad y ceder la soberanía a una potencia extranjera allí? ¿Eso no contradice la constitución y el derecho internacional? ¿Por qué a Colombia le tocan 10 y a los accionistas 40? ¿Con qué derechos si ellos solo poseen una concesión que vence en un año y un poco de chatarra en un hueco a medio excavar? ¿Pero si la Compañía del ferrocarril ya paga 250 mil de anualidad, ahora que se quedarán con ella y tendrán el canal seguirán pagando lo mismo? 

Todo esto se lo preguntaban panameños tan ilustres como los liberales Carlos A. Mendoza y Belisario Porras, y conservadores como Juan B. Pérez y Soto y Oscar Terán, entre otros. Esa era su opinión a mitad de 1903, al margen de si algunos cambiaron posteriormente. El crecimiento del rechazo al tratado, a nuestra manera de ver, llevó al juicio sumario y fusilamiento de Victoriano Lorenzo, el 15 de mayo de 1903, fue una advertencia para acallar cualquier intento de resistencia. 

Cuando Cromwell advirtió que podía fracasar el tratado en el Congreso colombiano, empezó a montar el Plan B: separar a Panamá de Colombia y nombrar una Junta de Gobierno leal a sus intereses que legitimara el tratado. Para ello recurrió a sus subalternos en la Compañía del Ferrocarril: José A. Arango, abogado residente de la empresa, y Manuel Amador Guerrero, funcionario a sueldo del ferrocarril. 

Prepararon el plan, pero dándole hasta el último momento la oportunidad al Congreso colombiano de aprobar el Tratado Herrán-Hay. La separación sólo sucedería si no se aprobaba el tratado y no tenía otro móvil que el tratado. Todo el cuento de que los colombianos nos tenían “olvidados” fue inventado después y no era verdad, éramos uno de los departamentos más importantes y con mayor influencia en Colombia. 

Cuando el senado colombiano resolvió no aprobar el tratado, sino proponer a Estados Unidos esperar hasta 1904, a que los franceses perdieran su concesión, sacarlos del medio, para que le pagaran 25 millones de dólares al estado colombiano, Cromwell empezó a ejecutar su Plan B y convocó a Amador Guerrero a Nueva York a finales de agosto. 

Esperaron para actuar hasta el 30 de octubre, cuando el Congreso colombiano cerró sus sesiones sin aprobar el tratado. En ese momento, Roosevelt dio la orden de mover sus acorazados al Istmo por ambos mares. Diez acorazados y miles de soldados norteamericanos invadieron Panamá desde el 3 de noviembre y días sucesivos. Detallito que no cuentan a los niños en la escuela. 

Quienes hacen frente a los soldados colombianos que llegaron a Colón la madrugada del 3 de noviembre, son el administrador yanqui de la Compañía del Ferrocarril, coronel Shaler y las tropas del acorazado Nashville, que instalaron nidos de ametralladoras. El 5 de noviembre fue decisiva la llegada del acorazado Dixie a Cristóbal con 500 soldados norteamericanos. 

Quien se imagina a los “próceres” dirigiendo al pueblo contra los “opresores colombianos”, mejor que deje de leer cuentos infantiles. La foto que describe el hecho es que la izada de la bandera panameña en Colón el 6 de noviembre estuvo a cargo de un oficial de inteligencia norteamericano vestido de gala, llamado Murray Black. 

La otra foto está dada por el Tratado Hay-Bunau Varilla, firmado no por casualidad 15 días después, que contenía todo lo repudiable del Tratado Herrán-Hay, pero empeorado. La otra foto la encontramos el artículo 136 de la Constitución de 1904, que permitía que Estados Unidos interviniera en todo el territorio ístmico con la excusa de imponer el orden público. 

Cromwell y sus socios obtuvieron los 40 millones de dólares, pero además él recibió del estado norteamericano otra cantidad millonaria por la Panama Rail Road Co. Para coronar sus ambiciones y probar su control sobre el gobierno panameño, fue nombrado como cónsul y agente fiscal de Panamá en Nueva York. A alguien del gobierno panameño se le ocurrió que de los 10 millones de dólares que le tocaban a Panamá, convenía separar 6 millones para crear un Fondo de la Posteridad, que sería invertido en bienes inmobiliarios y especulación financiera en Estados Unidos. Adivinen quién administró ese fondo por décadas. 

Es evidente que el 3 de noviembre de 1903, ni nos hicimos independientes ni soberanos, nos convertimos en colonia o protectorado de Estados Unidos. Situación contra la que tuvieron que pelear generaciones de panameños que sí lucharon por la independencia, como los jóvenes heroicos del 9 de Enero de 1964.

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