Por Oliverio Mejía

El primero de julio de 1944 renunciaba el dictador Jorge Ubico Castañeda, tras una serie de movilizaciones populares, las cuales le obligan a dejar el cargo, asumiendo el poder un triunvirato militar conformado por los generales Eduardo Villagrán, Buenaventura Pineda y encabezado por Federico Ponce Vaides.

Estos generales de línea ubiquista debían esperar a que el Congreso convocara a nuevas elecciones para que estas se realizaran, pero las tropas al mando de un coronel por órdenes de Ponce Vaides, quien fue calificado como continuador de la dictadura sin Ubico­, mandó a intervenir y clausurar el Poder Legislativo, el cual de por sí era una farsa al servicio de la dictadura.

Esto continuó la situación de crispación social y movilización por unos meses más, aunque con mayor control y represión de la dictadura, hasta que una asonada militar dirigida por los coroneles Javier Arana y Jacobo Árbenz se levantó contra tal gobierno, apoyado por una movilización popular, instaurando la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG). Este fue realmente el primer gobierno de la revolución el 20 de octubre de 1944, conformada por estos dos militares y el civil Jorge Toriello, que representaba un ala democrática de la burguesía emergente antioligárquica.

Cómo Ubico se encumbró en el poder

Ubico tomó el poder en 1931, después de un periodo de gobiernos con cierta fachada democrática, producto de la caída de otro dictador, Manuel Estrada Cabrera en 1920, en una insurrección cívico-militar dirigida por el Partido Unionista. Los gobiernos subsiguientes continuaron con la dependencia con el imperialismo estadounidense, como el mantenimiento de las concesiones a empresas trasnacionales fruteras en las costas de Guatemala. Existió una relativa atmósfera de ejercicio de las libertades, por ejemplo, aumento de la participación gremial, se organizaron más sindicatos, los cuales realizaron luchas laborales de importancia, formando las primeras centrales sindicales influidas por el Partido Comunista de Guatemala (PCG) y su matriz regional el Comunista Centroamericano, aunque también por otras expresiones como el anarcosindicalismo y corrientes ligadas al sindicalismo pro patronal.

De igual forma se organizó el movimiento estudiantil universitario, donde la universidad pública sufrió una metamorfosis, estableciendo cierta autonomía; así, junto a la naciente Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), se fue dando vida a otras asociaciones de facultades más antiguas y dando vida a otras nuevas. Así también, influido por los sucesos de la Reforma Universitaria de Córdoba en Argentina, se sintió esa onda, exigiéndose los pilares de ésta como el autogobierno estudiantil y otros elementos, organizándose movimientos de esa índole que fueron suprimidos durante el gobierno de Ubico. La autonomía universitaria se conseguirá con la Asamblea Constituyente de 1945 y el gobierno de la JRG.

El gobierno de Ubico asume poderes totalitarios después de unas accidentadas elecciones donde obtiene la mayoría legislativa en una elección calificada de fraudulenta. Ubico reflejaba los intereses de la burguesía agro exportadora, que se mostraba ansiosa por la crisis capitalista mundial de 1929 y la subsecuente caída de los precios del café. De hecho, las fraudulentas elecciones en el vecino El Salvador y la insurrección campesina e indígena de 1932 orientada por los comunistas, encendieron las alarmas en el dictador, lo cual llevó a una feroz represión hacia el movimiento sindical y estudiantil, así como al descabezamiento del Partido Comunista, el cual será reconstruido hasta 1949.

Durante el gobierno de Ubico se fueron suprimidas las deudas impagables de los jornaleros, procedentes de las comunidades indígenas en su mayoría, en las fincas cafetaleras para la exportación en 1934, suprimiendo el Reglamento de Jornaleros de 1877. Pero para seguir garantizando la fuerza de trabajo forzada se elaboró las leyes de Vagancia y Viabilidad, las cuales obligaban a los campesinos con poco o nula tierra a trabajar para las fincas y en obras públicas viales.

Esto provocó rebeliones indígenas después de muchos años de cierta pasividad, estas de carácter local como fueron las de Nebaj en 1936 y Tacaná en 1937, y la de Patzicía en 1944, promovida por militares ligados a Ponce Vaides durante el gobierno revolucionario. El tema del localismo de estas rebeliones consideramos que se debe a dos factores, uno el carácter encuadrador del modelo de la finca agroexportadora y su necesidad de fuerza de trabajo, y lo otro a los aspectos comunitarios de los pueblos mayas. En el caso de la rebelión de Patzicía los indígenas, aprovechando el contexto nacional de derrocamiento a Ubico, se levantaron contra los ladinos que monopolizaban el poder político local y que se sumaron a apoyar al gobierno revolucionario.

Jornadas de Junio: marchas contra el general Ubico

En junio de 1944 el magisterio organizó una manifestación de repudio al régimen represivo del general Jorge Ubico Castañeda. El Decano y el secretario de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional fueron destituidos y se nombró en su lugar a personas afines a la dictadura. Esto último provocó una reacción estudiantil de repudio, que añadió fuerza al movimiento. Se declaró la huelga general en la Facultad, hasta que fueran satisfechas las demandas enunciadas. En esa forma, como lo aseveró Manuel Galich, `habían comenzado las jornadas de junio'.

Los estudiantes plantearon tres demandas al gobierno de las cuales se aceptaron dos: el Ideario Universitario, que era una declaración de principios entre los que se incluía la autonomía de la Universidad, entre otros postulados cívicos y políticos; y, por otro lado, un decreto en el que se declaraba a los miembros del magisterio nacional como integrantes de la AEU.

Los abogados se solidarizaron públicamente con el movimiento, así como otros grupos de profesionales, intelectuales y del sector productivo, que también apoyaron abiertamente la huelga general y, específicamente, la terminación de la dictadura. La Historia General refiere: “El sábado 24 de junio, a las 11 de la mañana, con las manos juntas a la espalda, los estudiantes desfilaron por las principales calles de la ciudad, hasta la Legación de Estados Unidos de América (hoy 12 calle y 8ª. avenida zona 1). A las cuatro de la tarde, se presentó al Presidente de la República un memorial en el que se pedía el inmediato restablecimiento de las garantías constitucionales. El documento se conoció como Memorial de los 311, por el número de ciudadanos que lo suscribieron, con firmas legibles, y sus efectos fueron demoledores en la moral del dictador y la de sus cercanos colaboradores, no sólo por su contenido sino por la representatividad política y social de los signatarios”.

Por la tarde de ese día hubo otra manifestación de estudiantes, maestros, profesionales, comerciantes, obreros, amas de casa, e inclusive niños, refiere el texto. “Los establecimientos comerciales cerraron sus puertas, aunque no se produjeron enfrentamientos directos. Con el objeto de intimidar a la población, el gobierno destacó contingentes de policías y soldados armados, que agredieron a pacíficos ciudadanos en varias zonas de la ciudad, con cauda de numerosos presos, heridos y varios muertos”.

El 25 de junio, había nuevas marchas en el hoy Centro Histórico. Hubo detenidos y golpeados. Un nuevo intento de manifestación del pueblo -una procesión de mujeres de las principales familias, que salieron del Templo de San Francisco- había sido disuelta en una forma mucho más dura que la de la mañana… El saldo de ese día fue una mujer muerta, la profesora María Chinchilla, por arma de fuego, y otras personas heridas o quemadas de modo grave.

A pesar de la restricción de las garantías constitucionales, el lunes 26, y los subsiguientes hasta el 30 de junio, muchos profesionales, estudiantes, obreros y comerciantes, hombres y mujeres de las familias más conocidas de la ciudad suscribieron memoriales dirigidos a Ubico, en los que se denunciaban los acontecimientos y se planteaba como única y urgente solución la renuncia del gobernante.

La caída de Ubico

Producto del ambiente de derrota del fascismo tras finalizada la Segunda Guerra Mundial, y de las llamadas cuatro libertades, se organizan grupos inspirados en el ideal democrático, tal como el Partido Social Democrático, formado por intelectuales, profesionales y pequeños empresarios que no se beneficiaban del modelo agroexportador. Los maestros iniciaron las protestas debido a que Ubico decretó un incremento salarial a los empleados públicos del 15%, pero solo para aquellos que ganaban menos de Q 15 mensuales, lo que dejó fuera a los docentes.

De igual manera, intervienen los estudiantes como sector organizado, estos procedentes sobre todo de las capas medias, primordialmente de las Facultades de Derecho y Medicina, las más longevas y con asociaciones estudiantiles más añejas. Estos estudiantes reorganizaron sus asociaciones y le dieron nuevamente vida a la AEU, aun en un ambiente represivo, la cual fue suprimida durante Ubico.  Estos formaran por su parte el partido Frente Popular Libertador (FPL) con una clara orientación revolucionaria democrática, que será sostén de los gobiernos revolucionarios de Juan José Arévalo y Árbenz.

Otro sector que se suma a la rebelión son los estudiantes de educación media, de la Escuela Normal para Varones para formación docente, el Instituto Central para Varones y el Instituto Normal Central para Señoritas Belén con las mismas características del primero, que exigirán al gobierno de Ponce Vaides la desmilitarización de estos y cuyos lideres más sobresalientes también forman parte del FPL.

Estos sectores protagonizaran junto los militares jóvenes la rebelión del 20 de octubre, con la toma del cuartel de Matamoros en la Ciudad de Guatemala, que llevará a la JRG al poder y la cual instalará la Asamblea Nacional Constituyente que promulgará una Constitución que reconocerá los derechos políticos y civiles de la mayoría, se fomentara la organización sindical y campesina y avanzara a la solución de problemáticas estructurales desiguales como fue la reforma agraria, interrumpida por la contrarrevolución de 1954.

El surgimiento de nuevos partidos

Durante los años de la revolución caracterizada como democrática burguesa,  se conformaran un sinfín de partidos políticos, el Libertador Progresista del ubiquismo desparecerá pero los sectores derechistas organizaran sus propios partidos los cuales fueron impopulares. Del lado de la revolución y por ende del oficialismo, ademas del FPL ya descrito, se formara el Frente Nacional Revolucionario, el Partido de Acción Renovadora formado por maestros y que sera el mas afin a Arevalo, el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) refundado por los comunistas, el Partido Revolucionario Democrático, la Vanguardia Democrática Guatemala, Partido Renovación Nacional que represento al ala burguesa de la revolución, el Partido Revolucionario Guatemalteco que fue un intento del gobierno de Arbénz de unificar a todos los partidos gubernamentales; así como el Partido Revolucionario Obrero Guatemalteco el cual fue efímero y fue un intento de actores comunistas que buscaron mantener cierta independencia a los gobiernos de la revolución sin haber sido de la oposición conservadora.

Por Melchor Benavente

El siglo XIX fue un periodo de gestación y consolidación de Estados Unidos como nueva potencia imperialista. En 1848 Unidos invadió México para arrebatarle el 55% de su territorio (California, Nevada, Utah, Nuevo México, las mayores partes de Arizona y Colorado, y partes de las actuales Oklahoma, Kansas, y Wyoming). Al finalizar la guerra civil (1861-1865) la industria del norte de Estados Unidos experimentó un gran desarrollo. Al iniciar al siglo XX, la industria de Estados Unidos estaba ávida de mercados y materias primas.

En el siglo XIX se formuló la doctrina Monroe sintetizada en la famosa frase “América para los americanos” (léase “América dominada por Estados Unidos) cuyo principal objetivo era desalojar al imperialismo inglés, su principal rival, del continente americano. También se formuló la doctrina del “destino manifiesto” por medio de la cual Estados Unidos debía ser la potencia dominante.

En 1898, Estados Unidos declaró la guerra a España, otrora una potencia colonial ya en plena decadencia, apoderándose de Cuba y Puerto Rico, convirtiéndolas en neocolonias, ejerciendo un control militar sobre el mar caribe

Invasiones militares previas a la primera guerra mundial

En 1903 Estados Unidos arrebató la provincia de Panamá a Colombia, creando un nuevo país, directamente influenciado por Washington, para construir el canal interoceánico. En 1909 invadió Nicaragua para derrocar al gobierno nacionalista del general Jose Santos Zelaya. En 1914, entre abril y noviembre, intervino en la guerra civil en México, tomándose el puerto de Veracruz. En 1915 intervino militarmente en Haití y en 1916 invadió militarmente a Republica Dominicana.

Todas estas invasiones e intervenciones militares tienen un denominador común: son países con costas en el mar caribe.

Guerra civil en República Dominicana

Todas las invasiones militares de Estados Unidos en ese periodo eran justificadas con el argumento de defender a los ciudadanos y empresas norteamericanas.

República Dominicana, para garantizar el pago de su deuda externa, suscribió con el gobierno de Estados Unidos un convenio, aprobado por el Congreso Nacional en 1907, que le daba el control de las aduanas a los banqueros norteamericanos.

El 19 de noviembre de 1911 fue asesinado el presidente Ramón Cáceres, y el país entro en una situación de inestabilidad y confrontación política entre los diversos grupos de la oligarquía. Entre 1911 y 196, República Dominicana tuvo ocho gobiernos débiles y de corta duración

El plan Wilson.

Los banqueros norteamericanos estaban preocupados por el creciente endeudamiento del gobierno dominicano y su poca capacidad de pago. En 1914, el presidente Woodrow Wilson presentó un plan “para el restablecimiento de la paz y el establecimiento del orden en Santo Domingo”, demandando la renuncia del entonces presidente el General José Bordas Valdez y elegir un nuevo gobierno mediante elecciones vigiladas

El plan Wilson estableció la “libertad para los Estados Unidos de intervenir en la cesación de los movimientos revolucionarios que puedan afectar al gobierno constitucional”. Bajo el gobierno de Juan Isidro Jimenes (1914-1916), Estados Unidos, para garantizar el pago de la deuda, exigía que un ciudadano norteamericano fuese nombrado superintendente de Hacienda, Controlador de los gastos nacionales y encargado de presupuesto. Además, exigía la reducción del ejército.

Levantamiento del General Desiderio Arias

Las condiciones impuestas por Estados Unidos eran humillantes, provocando el levantamiento encabezado por el general Desiderio Arias, jefe militar de Guerra y Marina Desiderio Arias en contra del gobierno de Jimenes. Este se vio obligado a renunciar el 7 de mayo de 1916, profundizando el caos

Estados Unidos desembarcó tropas en la parte este de la isla, el 15 de mayo de 1916, con el objetivo de combatir a los insurrectos. El día 16 se tomaron la capital, Santo Domingo y continuaron avanzando por todo el país

En plena ocupación militar norteamericana, se formó un gobierno provisional llamado “Consejo de Secretarios”, quienes eligieron a Francisco Henríquez y Carvajal como presidente del mismo, el 31 de julio de 1916.

La presión militar de las tropas norteamericanas obligó a las fuerzas del general Desiderio Arias a replegarse a la zona montañosa e iniciar una guerra de guerrillas contra los invasores. Su movimiento se disolvió, pero la resistencia armada contra los invasores, continuo bajo otras formas y con otra conducción.

El control militar del mar caribe

Si bien es cierto que uno de los motivos de la invasión fue garantizar el pago de la deuda de república dominicana, en realidad el motivo central fue que, habiendo estallado la primera guerra mundial en 1914, Estados Unidos necesitaba garantizar las rutas marítimas de su industria, así como la seguridad del canal de Panamá. Querían evitar que alguna de las potencias involucradas en la guerra, especialmente Alemania, apoyara a los rebeldes nacionalistas encabezados por el general Desiderio Arias.

La intervención militar norteamericana se mantuvo durante ocho años, de 1916 a 1924, quedando el poder real en manos de cuatro gobernadores militares: Harry Sherpard Knapp (1916-1918), Tomás Snowden (1918-1921), S.S. Robinson (1921-1922) y Harry Lee (1922-1924). Entre 1916 a 1924 ni siquiera hubo gobiernos títeres, sino que eran directamente los gobernadores militares quienes decidían todo.

La “danza de los millones”

Una de las primeras medidas que tomaron los ocupantes fue la suspensión del comercio con Alemania, afectando a muchos comerciantes que vendían manufacturas de origen alemán. El comercio debía realizarse directamente con Estados Unidos.

La primera guerra mundial elevó el precio del azúcar que se producía en republica dominicana, ante el declive de los sembradíos de remolacha de azúcar en Europa. El resultado fue cierto boom económico, entre 1918 y 1922, que no se tradujo en beneficio para los sectores populares. A este corto periodo de crecimiento de las exportaciones, algunos historiadores le llamaron la “danza de los millones”.

La creación de la Guardia Nacional

El viejo ejercito fue disuelto por las tropas ocupantes. Estas no solo combatieron militarmente a los rebeldes, sino que, al mismo tiempo, en abril de 1917 crearon un nuevo cuerpo militar, llamado “Guarda Nacional Dominicana” (GND). Los primeros jefes, obviamente, fueron oficiales norteamericanos. Para no comenzar desde cero, la GND volvió a contratar a los soldados del viejo ejército. Las tropas de la GND fueron entrenadas para combatir los residuos de los rebeldes. Entre los nuevos reclutas de 1918 estaría Rafael Leónidas Trujillo, quien posteriormente se convertiría en dictador y amo de Republica Dominicana

En junio de 1921, la GND cambio su nombre por Policía Nacional Dominicana (PND).

Los gavilleros: guerrilla campesina contra la ocupación

A pesar del crecimiento de las exportaciones bajo la ocupación norteamericana, la mayoría de la población continuaba viviendo en el campo, en la absoluta pobreza.

Había dos tipos de resistencia: una a nivel político y otra a nivel militar. Al disolverse el movimiento del general Desiderio Arias, surgió otro llamado despectivamente “los gavilleros”.

Los ocupantes castigaban a quienes participaban en la resistencia armada, no solo encarcelándolos, sino confiscando sus tierras, lo que produjo un enorme descontento social en el campesinado, que servía de apoyo a la resistencia armada contra la ocupación.

La lucha por la defensa de la tierra se mezcló con la lucha contra la ocupación militar norteamericana que mancillaba la soberanía e independencia nacional. Los jefes guerrilleros más importantes de los gavilleros fueron Vicente Evangelista, Ramón Natera y Martín Peguero. El 6 de julio de 1917, mediante un traidor, las tropas norteamericanas lograron capturar a Vicente Evangelista y casi de inmediato lo fusilaron, su cuerpo nunca fue encontrado. La resistencia campesina continuó a pesar de la superioridad militar del invasor.

Sin una conducción clara y centralizada, el movimiento gavillero se fue extinguiendo lentamente. Al final, el gobernador norteamericano impuso el desarme general de la población. La resistencia había sido derrotada, pero la resistencia continua en las ciudades.

Resistencia y solidaridad latinoamericana

La resistencia en las ciudades adquirió la forma de protestas pacíficas, dirigidas por intelectuales y sectores de clase media. Para 1919, algunos gobiernos de América Latina expresaron su preocupación por la prolongada ocupación de república dominicana.

En 1920 se creó la Unión Nacional Dominicana (UND), formada por intelectuales, para organizar la resistencia civil a la ocupación

El Plan Hughes –Peynado

Em 1921. Warren Gamaliel Harding asumió la presidencia de Estados Unidos y nombró a Charles Evans Hughes, como nuevo Secretario de Estado, quien elaboró un plan para retirar gradualmente las tropas de ocupación en republica dominicana. A pesar de la oposición de los nacionalistas que demandaban la retirada inmediata, después de intensas negociaciones con el abogado Francisco José Peynado, representante de los grupos de poder dominicanos, se acordó instalar un Gobierno Provisional cuyo presidente sería electo por los principales líderes de los partidos políticos y el Arzobispo de Santo Domingo.

Este Gobierno crearía las condiciones legales para la realización de elecciones y reorganizar el régimen municipal y provincial y modificaría la Constitución de la República para dar cabida a las reformas que fuesen necesarias.

El Gobierno Provisional organizaría las elecciones con la reorganización y el surgimiento de los partidos políticos.

Se había acordado una transición ordenada que transferiría el poder a los grupos oligárquicos. El día 23 de septiembre de 1922, Horacio Vásquez, Federico Velázquez y Elías Brache hijo, en representación de los partidos Horacista, Velazquista y Jimenista, respectivamente, firmaron el plan “Hughes –Peynado”, ante la presencia del propio Evans Hughes, Francisco J. Peynado y monseñor Adolfo Alejandro Nouel.

El 1 de octubre de 1922, el rico comerciante Juan Bautista Vicini Burgos fue juramentado como presidente provisional, tomando el cargo el 21 de ese mismo mes. El gobierno estaba formado con ministros de los partidos políticos existentes

El 15 de marzo de 1924, se celebraron elecciones para elegir al Presidente de la República y a los miembros del Congreso, saliendo ganador Horacio Vásquez con la Alianza de partidos llamada “Alianza Nacional Progresista”, frente a su contendor Francisco J. Peynado quien fue el candidato presidencial de la Coalición Patriótica de Ciudadanos.

El 12 de julio de 1924 fueron juramentadas las autoridades electas. Ese mismo día las tropas norteamericanas se retiraron de república dominicana, dejando instaurada a la GND-PND como una prolongación de la ocupación militar.

Roque Dalton (1935-1975)

Por: Alberto Castro        

En el marco del 88 natalicio y conmemoración de los 48 años del asesinato del poeta Roque Antonio Dalton García, concurren más incógnitas sobre su muerte que registros sobre su vida y obra, por lo que honrar su memoria nos obliga a resolver todos los enigmas alrededor de su oscura ejecución en manos de sus propios compañeros de armas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), organización guerrillera que integró al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Han transcurrido los años, pero muy poco se ha esclarecido aquella pugna en la dirección del ERP en el año de 1975, que terminó en la ejecución de dos de sus miembros; además de Dalton también fue “ajusticiado” José Armando Arteaga. Posteriormente hubo una escisión del ERP que luego conformó la Resistencia Nacional (RN). En lo que respecta a las acciones tomadas contra estos miembros del ERP, destaca la calumnia y los vicios de un juicio sumario interno que culminó con la condena y posterior ejecución de Dalton y Arteaga, todavía se desconoce el destino final de sus restos mortales. Existen muchas dudas sobre la desaparición física de Roque Dalton, que no han sido resueltas. Ha habido escaso interés de la justicia del Estado salvadoreño por resolver su asesinato, a pesar que ya existen acciones legales realizadas para que esas ejecuciones se configuren como “crimen de lesa humanidad”.

Vida y obra de Roque Dalton    

A Dalton se le conoce por sus creaciones literarias donde destaca su aporte a la poesía revolucionaria, y en un menor grado se le conoce como víctima de las purgas de una organización político-militar. El papel del aparato del FMLN en el adoctrinamiento ideológico ha distorsionado muchos acontecimientos. Para los jefes guerrilleros, Dalton fue ejecutado dentro de un proceso interno, y ya, no hay más que discutir, así como sucedió con el extraño suicidio de Cayetano Carpio y otros casos más, como la matanza de guerrilleros del Frente Paracentral Clara Elizabeth Ramírez.

Los principales hechos han quedado ocultos y las dudas e interrogantes se diluyen con el paso del tiempo. Roque Dalton fue un intelectual revolucionario que se destacó por ser parte de una nueva lírica literaria latinoamericana que alzó la voz por la lucha de los pueblos y por el socialismo. Destaca su labor como periodista militante. Por ello no podemos hablar de un solo género literario, sino de una actividad revolucionaria dentro de la creación de literatura, así tenemos por ejemplo, algunas de sus obras: ’’Miguel Mármol’’ (testimonio), ’’Pobrecito poeta que era yo’’ (novela), ’’Un libro Rojo para Lenin’’ (poesía), ’’Revolución en la revolución y la crítica de derecha’’ (ensayo político), ’’El salvador’’ (monografía), etc.

Para 1961 ya se destacaba en su praxis política que le llevó a ser visto e identificado como un peligro durante la dictadura militar, bajo el gobierno de José María Lemus, para ese entonces militaba en el Partido Comunista Salvadoreño (PCS), en donde se había incorporado en 1957. En 1962 partió al exilio teniendo varios destinos: México, Checoslovaquia, la Unión de Repúblicas Soviéticas (URSS), un breve regreso a El Salvador y un viaje a Cuba, donde se involucró en la vida social y cultural de la isla. Ahí además de pulir su estilo literario recibió formación militar tras la victoria militar de la revolución cubana contra los invasores en Bahía de Cochinos. Durante su estancia en Cuba alcanzó la mayor producción literaria, casi al final entre un breve paso nuevamente por México, regresó otra vez a Cuba en 1973, y después regresó a El Salvador. Su retorno marcará su último destino.     

De poeta destacado al guerrillero condenado   

Regreso a El Salvador en un periodo de los primeros grandes esfuerzos de organización popular, en pleno auge del movimiento de masas que ya había alcanzado experiencia y en pleno apogeo de las vanguardias revolucionarias, de cara a la guerra civil que se venía. Dalton inició una nueva faceta de compromiso revolucionario, dejó su máquina de escribir y pasó a ser un comandante guerrillero, un cambio abrupto pero necesario.

Algunos investigadores afirman que en Cuba recibió la orientación de integrarse a una de las organizaciones político militares, es decir, se incorporó cumpliendo esa misión, no lo hace por sí mismo ni por sus propios medios. En su trayectoria militante se tienen registros de haber sido crítico con la dirección reformista del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) de finales de los 60’s y principios de los 70’s, y por eso rompió totalmente con dicho partido. Cuando la lucha armada aparecía en el horizonte, el PCS seguía enfocado en la vía electoral.

Podemos constatar sus aportes críticos contra esa línea reformista del PCS, en dos obras: ’’Un libro levemente tedioso’’ y ’’Un Libro rojo para Lenin’’. Tras abandonar el PCS, renunció a la “Casa de las Américas” a través de una emotiva carta hacia sus compañeros del Partido Comunista Cubano, de fecha 7 de agosto de 1970. Para inicios de 1970, por fuera del PCS, existían organizaciones revolucionarias de gran importancia. Entre ellas podemos mencionar a las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), que estaba más vinculada con las organizaciones obreras, campesinas y estudiantiles. Desde 1973, el ERP arrastraba pugnas internas en su dirección política, donde había un sector que daba más prioridad al aspecto militar que al fortalecimiento de las masas populares. En 1974 surgió el Frente de Acción Popular Unificada (FAPU), como movimiento de masas al interior del ERP, brazo Armado del Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS).

Dalton en un principio hizo esfuerzos por incorporarse en las FPL, pero no fue aceptado por Cayetano Carpio. Solo le quedaba el ERP. Desde Cuba se hicieron los contactos con Alejandro Rivas Mira, para su incorporación como asesor de comunicaciones y de estrategia político militar. La definición de la estrategia fue la principal causa de las discrepancias que no fueron resueltas por los debates, sencillamente porque en las guerrillas predominaba el centralismo por encima de la discusión sobre temas políticos. El estalinismo, maoísmo y castrismo influían tanto en las organizaciones de vanguardia salvadoreñas, que estás reprodujeron sus peores desviaciones. Estas corrientes stalinistas resolvían las diferencias políticas liquidando físicamente a quienes se atrevían a cuestionar la línea oficial. El centralismo democrático leninista propugnaba por la más amplia discusión de los problemas políticas, y la máxima centralización al momento de la acción. El centralismo en la guerrilla liquidaba la necesaria discusión política. No existía debate donde la dialéctica de las ideas resolviera las contradicciones internas, en cambio utilizaron la matonería y la calumnia como contrapeso al argumento, así han justificado muchas ejecuciones de quienes trataban de impulsar una política diferente.      

¿Dalton: ¿Agente de quién?                     

No se ha corroborado las acusaciones de que Roque Dalton haya sido agente de la CIA. Es muy raro que un gran propagandista revolucionario, que dejó muchas obras literarias que inspiraban la lucha revolucionaria, haya sido un agente del enemigo. En el viciado juicio sumario que le montó la cúpula del ERP, fueron aportados como argumentos la inexplicable fuga de una cárcel de Cojutepeque en 1964. Se sabe por documentos nacionales de los Estados Unidos de América, desclasificados posteriormente al asesinato de Dalton, que la CIA intentó reclutarlo en el marco de una estratagema contra la Dirección General de Inteligencia de Cuba (DGI). Para encestar golpes certeros a la DGI, la CIA había trazado el plan de reclutar a comunistas de alto nivel y agentes traidores de la DGI, para tener información total de las operaciones cubanas en Centroamérica, ya que les preocupaba el auge de las guerrillas en la región. Al parecer, la CIA había identificado a Roque Dalton como un agente cubano a partir de la revelación del traidor Vladimir Rodríguez Lahera.

En otras versiones se dice Dalton fue acusado por la cúpula del ERP de ser un agente cubano durante el juicio sumario, pero la versión de que fue agente cubano, no coincide con real influencia que Cuba tenía sobre todas las direcciones de las guerrillas. La versión más difundida por la cúpula del FMLN fue que era un agente de la CIA, pero nunca se presentaron las pruebas.

Otra de las acusaciones sobre Dalton fueron los señalamientos de indisciplina: promover desobediencia y la deserción, pero esta acusación no era creíble dada su enorme trayectoria revolucionaria. Por donde quiera que lo veamos había una intención previamente trazada por quitarle la vida, por su pensamiento crítico.       

Insolvencia moral e impunidad

Los autores intelectuales del cobarde asesinato de Dalton fueron Alejandro Rivas, Vladimir Rogel Jorge Meléndez y Joaquín Villalobos. En aquel entonces nadie sospecharía que estos embusteros, la historia les desnudaría. Rivas huyó sospechosamente con 3 millones de dólares pertenecientes al ERP después del congreso de fundación del PRS, quien después fue señalado como embaucador por los asesinatos de Dalton y Arteaga. En el congreso la dirección se lavó las manos señalando a Rivas y condenando a Rogel como su cómplice. Meléndez fue nombrado titular de la Dirección de Protección Civil, por los gobiernos de Mauricio Funes y Sánchez Cerén, hasta que fue destituido en 2019 por Nayib Bukele por su vinculación en el asesinato de Dalton.

El ”radical” de Villalobos, quien ahora es un plumífero reaccionario que se da la gran vida como asesor de presidentes de las derechas en Latinoamérica, admitió en 1993 en una entrevista periodística de Juan José Dalton, hijo de Roque Dalton, haber participado junto a Meléndez en su ejecución con tres más.

De esta manera, el 10 de mayo de 1975 cuando tenía 39 años de edad, Roque Dalton fue asesinado por sus propios compañeros. La justicia salvadoreña aún no resuelve ni el esclarecimiento de la verdad, ni la justicia que reclama la familia Dalton. Ante la denuncia formal interpuesta por los familiares en 2010, en 2012 la FGR solicitó el sobreseimiento, petición que fue aceptada por el Juzgado Noveno de Paz de San Salvador. La apelación no obtuvo ninguna notificación diferente. El 9 de enero la Cámara Tercero de lo Penal de San Salvador falló sobreseyendo a los responsables. En el 2011 este proceso fue llevando ante la CIDH y a mediados de junio de 2022 se notificó a los abogados y familiares que existe un desfase entre la admisión del expediente y la admisión de las partes.

Queda mucho por saber la verdad y ver cumplida la justicia, pero lo que no debemos dejar es de asimilar esto como una dura experiencia de las prácticas más aberrantes que puede existir dentro de los procesos revolucionarios.

Por Oliverio Mejía

El 14 de abril de 1920, en la denominada “Semana Trágica”, una heterogénea fuerza de distintos sectores civiles y militares derrocaba al dictador José Manuel Estrada Cabrera, tras una serie de enfrentamientos con las fuerzas represivas leales a la dictadura, instaurando una serie de gobiernos de apariencia democrática hasta la instauración de otra dictadura, la de Jorge Ubico, en 1931.

Los antecedentes

Estrada Cabrera, conocido como Racaraca, fue un abogado formado en el Partido Liberal, que instauró un régimen político oligárquico desde 1871. Fue funcionario de los gobiernos de Justo Rufino Barrios, quien gobernaba desde 1873, así como del gobierno de José María Reina Barrios, siendo secretario de éste en la cartera de gobernación y justicia. Estos gobiernos, producto de la reforma liberal de 1871, rompieron con el orden instaurado por los conservadores y el gobierno Rafael Carrera en 1838 y modificaron el modelo económico, insertando a Guatemala en la división imperialista del trabajo.

Los liberales se caracterizaron por expropiar tierras de la iglesia y las órdenes católicas, así como de las comunidades indígenas (pilares del régimen conservador), cuyos ejidos se privatizaron, quedando algunos en mano de las municipalidades, pero la mayoría en manos de particulares. El objetivo de esto fue acelerar el cultivo de café, con el cual se buscaba competir en los mercados internacionales ante lo cotizado de este producto.

Esto agilizó el proceso de acumulación capitalista -durante los gobierno conservadores habían preservado las formas coloniales de producción-, lo que implicó un verdadero calvario para los pueblos mayas, convirtiéndose en un despojo más, porque además de la expropiación de los ejidos en manos de los denominados ladinos, implicó un sistema para garantizar el trabajo indígena en las fincas cafeteras de la Boca Costa del Pacifico, bajo formas laborales serviles pre capitalistas, así como para mantener fincas de mozos en la región occidental, que en cierta parte del año se volvían jornaleros. A éstos se les adelantaba parte de su salario endeudándolos, y obligándoles así a trabajar en la época de cultivo y de corte en las fincas del sur del país.

Surgió la figura del ladino que, producto del mestizaje entre indígena y europeo, fueron ubicándose por fuera de los llamados Pueblos de Indios de la época colonial. Con apoyo de las autoridades gubernamentales liberales, los ladinos se fueron apropiando de las tierras comunales, convirtiéndose en el sujeto dominante de la época liberal, que por medio de la expropiación fue adquiriendo propiedades comunales. Para sostener esta forma de producción, se instauraron dictaduras como la de Rufino Barrios y Reina Barrios, así como se formó un ejército profesional.

En 1897 se generó un golpe de Estado cívico-militar conocido como la revolución quetzalteca, porque sus instigadores provenían de la ciudad de Quetzaltenango, ante el intento de Reina Barrios de relegirse, hecho que violaba la Constitución de 1871, convocando a una nueva Asamblea Constituyente para eso. Para detenerlo, este movimiento asesinó al dictador; se ha comentado si Estrada Cabrera participó en la conspiración, pero lo cierto es que la aprovechó, pues había sido designado presidencial anteriormente, y, aunque no era ya parte de ese gobierno, logró que el consejo de ministros lo designara presidente provisional. Una de sus primeras acciones fue decretar amnistía a los participantes de la revolución quetzalteca.

La dictadura de Estrada Cabrera

En 1898 Cabrera convoca a elecciones donde participan otros tres candidatos; recordemos que en estas elecciones no participaba la mayoría de la población, sino solo los hombres que podían acreditar propiedades. En estas los opositores denunciaron persecución política, así como el hecho que los partidarios de Cabrera y personal militar cercano a éste, votaron varias veces. La entronización de este abanderado de la Unión Liberal fue tan evidente, que al terminar el evento electoral los otros tres candidatos, dos liberales disidentes y uno del Partido Conservador, tuvieron que huir al exilio.

Su gobierno se caracterizó por una clara restricción de los derechos y las libertades básicas, continuando con la tradición liberal de encabezar dictaduras con asambleas legislativas supeditadas al dictador. Así, el descontento se hizo patente, pues tan solo en los primeros dos años de su gobierno hubo dos rebeliones militares e intentos de invasión de parte de liberales opuestos a Racaraca. Otro ejemplo fue prohibir la recientemente inaugurada Huelga de Todos los Dolores, un desfile bufo de sátira política protagonizada por estudiantes universitarios.

Su dictadura se caracterizó por relegirse, con el respaldo de la Asamblea Legislativa, por tres periodos, 1905, 1911 y en 1917, en elecciones fraudulentas, llegando al grado del ridículo que la cantidad de votantes era mayor que la población guatemalteca de esta época, además con el agravante de que eran antidemocráticas como ya se mencionó más arriba.

En 1901 hubo un amague de guerra con El Salvador, gobernado por Tomas Regalado, por el intento de hegemonizar una unión centroamericana a la fuerza. En 1906 hubo otro intento de invasión de exiliados liberales desde México, en 1907 Cabrera sufrió un atentado terrorista por anarquistas guatemaltecos (los hermanos Echeverria, una familia acomodada). En 1908 un grupo de cadetes, aprovechando las procesiones de semana santa, donde estos iban a participar, ideó un golpe de Estado que fue rápidamente desarticulado. Ese mismo año un cadete, en venganza por el destino de sus compañeros, le disparó a quemarropa, pero, salvándose el dictador, reaccionó fusilando a la compañía de cadetes y disolviendo la Escuela Militar.

Otra característica de su gobierno fue el entreguismo a los intereses imperialistas; por un lado la continuación del despojo de tierras comunales a poblaciones indígenas entregando tierras a emigrados alemanes y belgas en menor medida, para cultivar café en la región de Las Verapaces en el norte del país, que lograron generar una alta productividad, a diferencia de las fincas de la Boca Costa. Por otro lado, en su gobierno inició la concesión de tierras en el departamento de Izabal, en el Atlántico, a empresas productoras de banano de capital gringo, que, en la segunda década del siglo anterior, se concentró en la tristemente célebre United Fruit Company, con presencia en toda la costa Atlántica centroamericana. Se otorgó el derecho a construir una línea de ferrocarriles hasta Puerto Barrios en ese océano a esta empresa, dando origen a la Internacional Railways of Central America y así como brindar energía eléctrica en la ciudad capital a una empresa también de capital estadunidense.

El derrocamiento del dictador Estrada Cabrera

El declive de Estrada Cabrera vino a raíz del terremoto del 17 de noviembre de 1917, que afectó gravemente la ciudad capital y las ciudades del centro del país, así como a raíz de la entrada al territorio de la llamada fiebre española, la primera pandemia globalizada, en parte debido a las consecuencias de la Primera Guerra Mundial.

Recordemos que a nivel mundial, tras finalizar la Primera Guerra, y como consecuencia de la revolución bolchevique en la Rusia zarista, se instauró la primera revolución socialista, sucediéndose en varias partes del globo revoluciones sociales y políticas; además más cerca del país, se vivía la revolución mexicana, que había derrocado a Porfirio Diaz, un dictador de las mismas características, pero que para ese momento se consolidaban las facciones burguesas dirigidas por los constitucionalistas de Venustiano Carranza en el vecino país.

Todos estos hechos políticos y naturales, repercutieron en el ánimo de las masas cansadas del servilismo, la represión, el despotismo de Estrada Cabrera, que como se dijo, se había religado una cuarta vez en 1917, generando mucha oposición. Además, la naciente clase obrera, que en su mayoría eran trabajadores artesanales y de una que otra industria, como la de Textiles en Cantel o la de cerveza en la capital, que en 1917 había protagonizado una huelga por mejoras salariales, y en 1919 contaba con 39 organizaciones obreras.

Por otro lado, círculos democráticos de la pequeña burguesía y de antiguas familias aristocráticas conservadoras venidas a menos, también exigían derechos democráticos, las cuales, junto al Comité Patriótico de Obreros formaron el Partido Unionista (PU) bajo un derrotero progresista y centroamericanista. Un sector fuerte de esto eran los estudiantes de la universidad pública, cuyo nombre Estrada Cabrera había cambiado, bautizándola con el suyo propio; en los universitarios se reflejaban las reformas de Córdoba, exigiendo una transformación democrática al interior y la autonomía para la universidad, demanda que se mantuvo durante toda la década posterior. Así se fueron generando Círculos Unionistas en las principales cabeceras y la Ciudad de Guatemala.

Por su parte, la Asamblea Constituyente legalizaría el 11 de marzo el PU, el cual convocó a una movilización que concitó el apoyo de toda la población de la capital, la cual fue respondida por disparos de elementos de la policía secreta, mas no así del ejército. El ocho de abril, en parte por la presión del gobierno de Carranza y el de Woodrow Wilson, la Asamblea Constituyente declaró mentalmente incapacitado a Cabrera, rompiéndose así el bloque cabrerista y estableciendo una alianza con los unionistas. Ese órgano eligió a Carlos Herrera, un conservador, como presidente.

El 8 y el 14 de abril de 1920 sucedió lo que la historiografía ha denominado como la Semana Trágica. Ante la negativa de Cabrera de renunciar, éste se refugia en su residencia en La Palma, y con el apoyo de los cuarteles de Matamoros y San José, atacó la base de los Unionistas en la finca El Zapote. Sin embargo, la población organizó barricadas y puestos de control en toda la ciudad, sucediendo una batalla cruenta con una gran cantidad de muertos y con el apoyo de soldados insurrectos que hicieron sublevar a Matamoros, y obligaron a los cabreristas reducidos en San José a rendirse. Así, Cabrera renunció y salió hacia México, mientras varios esbirros de la dictadura fueron linchados en las plazas públicas del país.

El gobierno de Herrera fue débil y asumió cierto discurso nacionalista, negándose a firmar la prórroga a contratos con empresas norteamericanas; por su parte, el Unionismo se desintegró por la incompatibilidad de intereses entre sectores burgueses y obreros; estos últimos aprendieron la lección, formando su propio partido, el Partido Comunista Centroamericano, matriz de los partidos comunistas iniciales en Guatemala, EL Salvador y Honduras y que se adhirió a la Internacional Comunista.

El gobierno de Herrera fue depuesto el 5 de diciembre por un golpe de Estado orquestado por la embajada gringa, imponiendo a un títere de ésta, José María Orellana.

Por Evelyn Ajpop López y Manuela Castro

Escribimos estas líneas desde Santa Cruz del Quiché, en donde el 31 de enero del presente año se conmemoró en un acto público la Matanza de la embajada de España del 31 de enero de 1980. En el parque central, mujeres ajq’ij ofrendaron una ceremonia maya por los hermanos campesinos, en su mayoría originarios del departamento del Quiché, que ocuparon pacíficamente la Embajada española, con la manta: «Ejército asesino fuera del Quiché» y como respuesta fueron quemados vivos junto a estudiantes del Frente Estudiantil Revolucionario Robín García, FERG.

Asimismo, se colocaron imágenes de hemeroteca y fotografías de campesinos que venían de Uspantán y la región Ixil, que junto a la primera generación de lideres y lideresas del Comité de Unidad Campesina del sur de Quiché, acompañaron esta toma pacifica, en los momentos más álgidos de la guerra. En honor a ellos, las fotografías fueron ornamentadas con claveles rojos, pino verde y se colocó la consigna: ¡PORQUE EL COLOR DE LA SANGRE JAMÁS SE OLVIDA!

Esta actividad fue promovida en el marco de la Asamblea Departamental Multisectorial Quiché —ADMQ—. Frente al edifico conocido como Torre de Gobernación, símbolo del triunfo del Estado finquero en la cabecera municipal, una torre de piedra, poco creativa y copiada de la arquitectura occidental. Fue inaugurada «con motivo del segundo aniversario de la toma de posesión del presidente José María Reina Barrios, en 1894», construida con piedras extraída de Q’umarkaj, después de su destrucción y de la «cantera que existió en el caserío de Xesic» [1]. En este sitio, María Toj Medrano, originaria de Xesic, realizó una reseña histórica, donde recordó a su compañero de trabajo Mateo López Calvo, de Cucabaj, «como formador de formadores» en los inicios del Comité de Unidad Campesina, CUC, que sale a luz pública el 15 de abril de 1978 [2].

En febrero de 1980, tan sólo dos semanas después de la Quema de la embajada de España, surgieron dos acontecimientos emblemáticos de la rebelión indígena: La Declaración de Iximché y la Huelga de «miles de machetes en alto como banderas» de la Costa Sur [3]. Estos tres acontecimientos: Quema de la embajada, Declaración de Iximché y Huelga de la Costa Sur, interrelacionados, sostenían demandas claras y contundentes contra los gobernantes dictatoriales y los «ricachones» de Guatemala.

La ADMQ, a través de su programa radial Chujk’astajoq («El despertar del pueblo», en castellano), profundizó estos acontecimientos y sus lecciones en presente. En el primer programa participo María Toj Medrano, y en el segundo Sergio Palencia Frener [4]. En estos dos programas se planteó una solución de continuidad que explica los momentos de rebelión y porqué el departamento de Quiché tuviera la carga más alta de represión del Estado contrainsurgente durante la guerra civil en Guatemala [1960-1996].

Sergio Palencia plantea que los 36 años de guerra no fueron homogéneos, y que en el año de 1980 «se cuestiona el orden finquero». Esta reorganización estatal, surge 100 años antes de estos tres acontecimientos, con la imposición a sangre y fuego de las Reformas Liberales de 1871. Con ello se estructura el Ejército y se legisla para despojar a las comunidades indígenas de sus tierras (comunales y ejidales), en el Altiplano, Costa Sur y la Boca Costa. Despojados de sus tierras son coaccionados como fuerza de trabajo destinada al circuito económico de la producción del café, luego al algodón y las plantaciones de banano.

Paralelamente, las reformas liberales construyeron el Estado-nación, la guatemaltequidad, esa forma en que nos imaginamos la nación hoy en día, con sus símbolos patrios, la bandera y sus monumentos. Como señalamos, la Torre de Gobernación de Santa Cruz del Quiché, se inaugura durante el gobierno de José María Reina Barrios, también durante su gobierno se inaugura la Avenida Reforma, una avenida que conmemora el triunfo liberal y el sometimiento de las comunidades indígenas.

El general Reina Barrios cuenta con su estatua ecuestre, cueste lo que cueste, porque la creación de la Avenida Reforma conllevó una crisis económica en el país. Esta estatua, símbolo del caudillismo y del Estado finquero, fue cercenada por la indignación popular, en otra conmemoración, la del 12 de octubre de 2021, que celebra la llegada de Cristóbal Colon al continente americano.  En su editorial del 3 de marzo de 2023, elPeriódico, señaló como «actos vandálicos» y «movidos por la ignorancia y la ceguera ideológica» esta indignación, reproduciendo una actitud racista e insultante hacia los pueblos indígenas, al señalarlos de ignorantes de su propia historia.

Sin embargo, la «Declaración de Iximché», escrita desde la antigua ciudad maya de Iximché, hace un recorrido por los agravios desde la llegada de Cristóbal Colon hasta la Matanza de la embajada de España, manifestando una profunda autoconciencia de los pueblos indígenas sobre su propia historia, que les permite no permanecer en silencio ante el uso brutal del terror estatal. La Declaración de Iximché es una crítica contra la finca y su sistema de dominación; señala la contradicción que supone que los indígenas del Altiplano viajasen hacía la Costa Sur en busca de mejorar sus condiciones de vida y regresaban con deudas.

María Toj Medrano comentó en el programa radial que una esperanza ante el orden finquero y la posibilidad de recuperar sus tierras ancestrales se vio con la aparición de la Reforma Agraria arbencista, pero esta esperanza murió con la contrarrevolución de 1954. Además de que los caudillos locales, Casimiro Gutiérrez Blanco, en el caso de Santa Cruz del Quiché, entorpecieron este proceso con artilugios legales o imponiendo a otros campesinos a disputar las mismas tierras. Fue el Decreto 900, lo que «le costó la salida al presidente Jacobo Árbenz», en opinión de María Toj Medrano.

Para los obreros agroindustriales y el campesino con poca o nula tierra, era latente que, a mayor enriquecimiento de las fincas, mayor pobreza los históricamente desposeídos. Es en este contexto que emergen las primeras protestas en la Costa Sur y el Altiplano, como la Huelga del Ingenio Pantaleón (mayo de 1976) o la marcha de los mineros de Ixtlahuacán (noviembre de 1977), entre otras. La singularidad de la gran Huelga de la Costa Sur es la capacidad de articulación entre las distintas modalidades de trabajo y fincas. Primero se detienen pocos rabajadores del corte de caña, luego llegan a 700 los que acuerpan al primer grupo. Después «el fuego se corre, como corre en la caña seca» a otras fincas. Y los que están en paro toman las carreteras para que no pase la caña de otras fincas, hasta paralizar más fincas, ahora también de café y algodón, estableciendo no únicamente una alianza entre las modalidades existentes de trabajo, sino la alianza obrera-campesina.

Lo cual nos deja importantes lecciones sobre la articulación. María Toj Medrano; señala que, ante el paso de una represión selectiva a una represión más generalizada, «lo que nos quedaba era la unidad y solidaridad», por se organizó la toma pacifica de la Embajada de España, pensando que, siendo una entidad internacional, el Estado no sería capaz de hacer lo que hacía en el interior del Quiché y para que los pueblos del mundo se solidarizarán con la causa: «Los compañeros iban preparados para varios días, con el objetivo de solicitar una comisión internacional que fuera a verificar lo que estaba sucediendo en el norte del Quiché, como dice la consigna íbamos tras la vida».

Cabe destacar que durante los años setenta se incrementa la organización social y las alianzas entre trabajadores rurales, urbanos y estudiantes organizados; marcando una tendencia insurreccional con las movilizaciones revolucionarias en toda Centroamérica, contra regímenes represivos y dictatoriales. Actualmente, 43 años después, el neoliberalismo ha generado un modelo basado en salarios bajos, sin prestaciones laborales, en informalidad, subempleo y desempleo para toda la clase trabajadora sin importar su origen étnico.

Las conmemoraciones, buscan contribuir en la comprensión de los acontecimientos históricos de Guatemala. Como mencionaba la canción en esos momentos: «en el pueblo del Quiché se está librando la guerra, en defensa de la tierra y el pan para no morir» [6] y ahora también, en defensa de la memoria histórica. De esta manera, acontecimientos que se mantienen en una memoria subterránea, cada vez más ocupan espacios en debates públicos locales.

Estas conmemoraciones públicas incorporan «el orgullo de haber tenido la valentía de enfrentar a los ricos y su estado racista y discriminador» [7], gracias a que comienza a surgir debates sobre memoria local y por los testimonios que reivindican la participación indígena consciente y activa. Con ello se van refutando las versiones académicas de «los dos fuegos» [8] o de indígenas manipulados, apolíticos e ignorantes. Esto mantiene viva la memoria y el diálogo respecto a conmemoraciones que hasta ahora se han centralizado en la ciudad de Guatemala. Naturalmente irán surgiendo nuevas preguntas y replanteamientos de las generaciones venideras de Santa Cruz del Quiché, que demandan respuestas a estas inquietudes y buscan reflexionar sobre estas experiencias para construir un mejor futuro.

Notas:

1. Cfr: https://www.sicultura.gob.gt/directory-directorio_c/listing/torre-de-piedra/. La Torre de gobernación fue decretada Patrimonio Cultural, según resolución No. AJ 102-2007. La estatua del presidente Reina Barrios fue derribada el 12 de octubre de 2021, en la ciudad capital.

2. La reseña fue transmita vía Facebook Live y puede verse en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/CUCquiche/videos/496769105945764

3. La imagen de miles de machetes en altos como banderas es de Cindy Foster. Forster, C. (2011). «‘Miles de machetes en alto’: Las luchas campesinas de la costa sur en el surgimiento de la revolución guatemalteca, 1970–1980». En: Guatemala, la infinita historia de las resistencias, 573-613.

4. Ambos programas pueden verse en los siguientes enlaces. «A 43 años de la masacre en la Embajada de España». (facebook.com/100085349205168/videos/551372106954004).

5. Editorial: «libre el acusado de decapitar a Reyna Barrios» (sic). Diario elPeriódico, 3 de marzo de 2023. Resulta curioso y contradictoria esta postura, sobre todo, ante sus actuales demandas de libertar de prensa ante el caso del periodista Rubén Zamora.

6. Canción «Pueblo Quiché», de Kin Lalat.

7. Véase el comunicado por el «Día de la dignificación de las víctimas de la guerra», publicado por la comunidad Primavera del Ixcán. 25 de febrero de 2023.

8. Fundamentales en la obra Yvon Le Bot y David Stoll, pero normalizadas por la prensa derechistas y los aparatos ideológicos del Estado.

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