Por Emma Largaespada.

La crisis económica global afectó simultáneamente  a todos los países desarrollados, los mercados de exportación se estrecharon. Debido a que se desarrolló simultáneamente en muchos países, la crisis económica puede regresar en su conjunto con una fuerza extraordinaria, pues la recesión de cada país individualmente agrava la recesión de otros y todos se combinan para agravar la crisis mundial. Con ello se demuestra una vez que el capitalismo es un sistema mundial.

Se acabó la prosperidad de unos pocos

El deterioro del estado económico del sistema capitalista internacional puede apreciarse a través de dos fenómenos que se han producido a una escala sin precedentes: la expansión del desempleo y el rechazo de los grandes monopolios financieros a reanudar las inversiones estimuladas solo por los incentivos monetarios. Ya no se arriesgan, lo que profundiza más la crisis. En el sistema capitalista la inversión productiva de grandes trust depende tanto de las tendencias del mercado como de las fluctuaciones de la tasa de beneficios.

La prosperidad del sistema capitalista depende de dos condiciones: una ascendente tasa de ganancia y un mercado en expansión. Las inversiones productivas no se van a presentar en la medida que no aparezcan signos de una tendencia que permita anunciar un cambio en los dos factores mencionados. El boom económico posterior a la segunda guerra mundial finalizo en los años 70 y ahora esta realidad de comprueba con la agudización de la crisis económica mundial.

El endeudamiento de la primera potencia imperialista

La proyección es que la deuda pública de Estados Unidos ascienda a 16.2 billones de dólares en 2012. Es un agujero que preocupa a los inversionistas extranjeros, como China, principal acreedor de Estados Unidos, y que resta valor al dólar como moneda de reserva. Esta montaña de deuda podría con facilidad convertirse en el detonante de la próxima crisis, que se encuentra en la sombra de la recaída de las burbujas financieras creadas en los mercados de especulación, en las bolsas de valores y en la pobre confianza del dólar. China al ser el mayor poseedor de reservas monetarias extranjeras, ha reiterado su exigencia de un dólar estable y una diversificación del sistema monetario internacional. La emergente potencia capitalista de China ha insistido en adoptar una nueva moneda de reserva internacional para reemplazar el dólar, en un sistema que está bajo la egida del FMI. 

Ahora bien, el déficit fiscal estadounidense a finales de 2009 era de 1.42 billones de dólares, 10% del PIB de la potencia norteamericana. Para darnos una idea, la Unión Europea exigen que el déficit fiscal de los países de la eurozona sea inferior al 3 %. Un déficit cada vez más grande, difícil de financiar y ello implica un alza de intereses para atraer compradores de bonos y papeles norteamericanos. Intereses más altos dificultan la recuperación económica y generan inflación, otro efecto inflacionario es el gigantesco aumento en la masa monetaria que implico la inyección de billones a los bancos mas todos los flujos monetarios virtuales y de valores. 

La especulación financiera

La recién pasada crisis hizo presión sobre las tasa de ganancia, lo que arrastró a la quiebra a un número considerable de empresas, se produjo una baja general en el volumen de las inversiones, una reducción de la producción, despidos en masa, que por su efecto acumulativo crean una baja de la producción y de la productividad económica, y una concentración de enormes stocks de mercancías no vendibles. Pero el fantasma de esta crisis y una posible recaída se manifiesta en primer lugar en los mercados de valores. Es la punta del iceberg.

En el mundo financiero es donde está sólidamente afincada la creencia de que la inteligencia genera riquezas. Los que se consideran más listos o informados inician un movimiento comprador de determinadas acciones en la Bolsa. De esta manera se produce un movimiento que confirma las expectativas creadas. La euforia dura hasta que alguien advierte que hay una sobrevaloración de esos activos y comienzan a vender. La tendencia se auto refuerza y llega un momento que todos intentan escapar, lo que resulta imposible porque no hay compradores, sólo hay vendedores. La burbuja se pincha y el precio de las acciones se derrumba.

Estos ciclos de auge y caída se producen periódicamente. Esto es debido a que, según Galbraith, la memoria del público sobre los peligros de las burbujas financieras no alcanza más allá de un par de décadas. Por consiguiente, los ciclos se repiten. Los que participan en este juego y pierden se revuelven contra los “especuladores”. Son los profesionales quienes salen bien parados de la crisis, porque debido a su experiencia han tenido la capacidad e intuición para adelantarse a los acontecimientos. Pero en ocasiones, cuando son fondos de gran tamaño, más que prever los acontecimientos, los provocan.

Las crisis empobrecen a unos y enriquecen a otros.

 La historia registra casos divertidos del encantamiento que produce en las personas la creencia de que tienen a su alcance la posibilidad de enriquecerse. Alrededor del año 1593 el embajador austríaco en Holanda, llevó a este país una serie de bulbos provenientes de Turquía. Eran los famosos tulipanes, que hicieron furor entre los holandeses por la vistosidad que daban estas flores a los jardines. El precio de los bulbos comenzó a subir y cuanto más subían, más convencidos estaban los inversores de que aquella era una buena inversión.

El pasado 5 de agosto los principales índices bursátiles europeos han caído con fuerza ante el regreso del temor a un estancamiento de la economía mundial. Fráncfort ha perdido el 5,82% (su mayor caída desde la catástrofe de Lehman Brothers a finales de 2008); Milán, el 6,15%; París, el 5,48% (también la mayor desde Lehman). El Ibex ha sido al final una de las plazas mejor paradas y aun así se ha dejado el 4,7%, su segundo mayor retroceso del año, quedándose en 8.317 puntos.

Pero la preocupación es generalizada, las Bolsas internacionales y el Ibex de forma destacada, se han desplomado este 4 de agosto de 2011 por el aumento de las dudas sobre una eventual recaída de la economía en recesión.

La jornada se ha cerrado con fuertes descensos en EE UU, del 4,3% en el Dow Jones, del 4,8% en el S&P 500 y de casi el 5,1% en el Nasdaq.La desaceleración ya está aquí, como lo apuntan la mayoría de datos macroeconómicos que paulatinamente se van presentando sobre el segundo trimestre, pero lo que ahora se cotiza es que la ansiada recuperación se seguirá debilitando durante la segunda mitad del año. Tras el batacazo, el selectivo abrió la mañana del 5 de agosto, por primera vez desde junio de 2010 por debajo de los 9.000 puntos. También está registrando importantes pérdidas Wall Street, que a media tarde se dejaba un 2,32%.

En la deuda, la prima de riesgo española, que es el sobreprecio que los inversores exigen por sus bonos a 10 años frente a los alemanes, los más seguros, ha puesto fin al alivio que venía registrando por la mañana y, tras la intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, ha recuperado la tendencia al alza de la mano de la italiana. Así, tras llegar a bajar a primera hora hasta los 360 puntos básicos, 25 menos que ayer, al cierre de las Bolsas rozaba sus máximos (398 frente a 407 puntos básicos). El presidente del BCE ha cumplido con las expectativas y, si por un lado ha dejado inalterados los tipos de interés en el 1,5%, por el otro ha dado algunos mensajes para tratar de aliviar el acoso a España e Italia, aunque con escaso éxito.

Decadencia permanente del capitalismo

"No me sorprendería que antes del final de esta rueda de prensa vean ustedes algo en los mercados". Las palabras de Trichet han tenido un impacto inmediato aunque efímero en los mercados. En la deuda, las primas de riesgo han bajado, sobre todo la italiana, mientras en la renta variable se han moderado las pérdidas previas a la intervención del político francés. No obstante, a los pocos minutos, las primas recuperaban la tendencia al alza -todas menos la irlandesa- y las Bolsas agudizaban las caídas con recortes superiores al 2% en los parqués de referencia del Viejo Continente. El hecho de que hasta el propio instituto emisor admita de manera tan evidente que el futuro a corto plazo se anuncia complicado ha reavivado el temor de los inversores a la desaceleración económica internacional. El resultado ha sido dramático: fuertes descensos y mínimos anuales para el Ibex y el resto de Europa.

Desde inicios del sistema capitalista  hace menos de trescientos años, el mundo ha experimentado constantes crisis. Para la ciencia joven, la economía (en ese entonces en las manos de burgueses liberales), y para el mundo en transición, las crisis eran cosas nunca antes vistas. En ninguno de los anteriores modelos de producción económica se habían experimentado estas llamadas crisis. Lo que por lógica primero y luego por demostraciones de la ciencia económica (que evoluciona como ciencia al ser estudiada ya no solo por los burgueses que negaban las crisis y creían en el libre mercado y la autorregulación del sistema) y por los diversos aportes de científicos como Carlos Marx, nos advierten que las crisis son inherentes al sistemas capitalistas y por tanto inevitables, dejándonos entrevisto que el sistema capitalista contiene el germen de su  propia destrucción, que no es el sistema adecuado para el progreso de las naciones y menos para el desarrollo humano.

neofascismo

Por Adrián Laurel

Los efectos de la crisis económica en la que se encuentra sumido el mundo capitalista, bajo la estela del neoliberalismo, conducen a crisis e inestabilidad de las sociedades democráticas. La clase dominante, desesperada, busca una salida rápida que responda a sus propios intereses: la implementación de rigurosos planes de austeridad o ajuste económico como el aprobado el mes pasado en Grecia.

A consecuencia de la crisis económica, las tradicionales democracias burguesas europeas se debilitan, se fragmentan y empobrecen aún más los estratos sociales, causando malestar generalizado en la población que sufre con cierta resignación las directrices económicas dictaminadas por los gobiernos de la Unión Europea. Existen sectores de la población que acatan sin mayores deliberaciones las decisiones tomadas por los líderes de la burguesía. No obstante, existen otros sectores que se rebelan por la izquierda, como el Movimiento de los Indignados en España, pero también existe otros sectores que se rebelan por la derecha y optan por la radicalización de consignas contra la decadente democracia burguesa y optan por la movilización activa con ciertos rasgos fascistas.

Neofascismo: efecto de la decadencia del capitalismo

Tanto en Europa como en Estados Unidos, y acaso en ciertos países de Latinoamérica, se ha visto el surgimiento de grupos ultranacionalistas que hacen uso de discursos xenófobos, racistas, de amplio sentido de intolerancia. Hacen énfasis en las contradicciones políticas y económicas del sistema capitalista vigente, y perciben las libertades políticas de la democracia actual como un ente esclavizador que beneficia solamente a unos pocos, sobre el conjunto de la nación. Debido a que la globalización utiliza una mascarada democrática, la contra respuesta es la negación de las conquistas democráticas- El fascismo exige mano dura para salir de la crisis económica y con ese discurso gana muchos adeptos.

Por definición es en el viejo continente donde dichos movimientos neofascistas se encuentran más consolidados y arraigados. Se pueden identificar en agrupaciones locales que actúan bajo un perfil marginal (grupo británico Blood and Honour (Sangre y honor), grupo de jóvenes del BBET (Sangre, Tierra, Honor y Fidelidad), de Bélgica, Guardia Húngara, Forza Nouva en Italia) y así están diseminados por todo el territorio europeo.

Son grupos tradicionalmente hostiles al socialism. Lla ultraderecha europea predica un feroz nacionalismo xenófobo, rechaza la sociedad multicultural, los inmigrantes -o los extranjeros en general-, se opone a la globalización, al liberalismo y a las organizaciones supranacionales como la Unión Europea y la OTAN. (La nación. Com.ar)

Por lo general, los miembros aglutinantes de estas agrupaciones neofascistas son personas pertenecientes a sectores de gran margen de vulnerabilidad, en desempleo y participan como fuerzas de choque o brazo armado de los partidos de extrema derecha, en sus respectivas naciones. Hacen uso de sus propios símbolos de mutuo reconocimiento (prohibidos desde la caída del nazismo), consignas y códigos de cómo establecer relaciones interpersonales. Bajo su propuesta, Europa deja de ser un término geográfico y se considera un término biológico.

El significado de los atentados terroristas en Oslo

El pasado viernes 22 de julio, Noruega vivió el mayor disturbio civil después de la finalización de la segunda guerra mundial (el país nórdico fue ocupado por los alemanes, sin poner resistencia). Primeramente se perpetró un atentado con coche bomba en el corazón del barrio de los ministerios en Oslo, que dejó siete muertos y nueve heridos graves. Simultáneamente, el autor de los hechos, identificado posteriormente por la policía noruega como Anders Behring Breivik de 32 años, se dirigió a un campamento de verano de las juventudes laborista (partido oficialista socialdemócrata) en la isla de Utoya, a 40 Km al oeste de la capital.

La actuación de este “loco” es apenas una primera manifestación del neofacismo que resurge en Europa. El asesino utilizo de móvil a los jóvenes políticos no para hacer reaccionar a los Estados europeos, ante la supuesta pérdida del patrimonio cultural de las naciones del viejo continente, sino más bien para estimular el crecimiento y desarrollo de las tendencias fascistas que subyacen en la decrepita democracia burguesa.

Desde un punto de vista sociológico, Noruega no es un lugar que de permisividad al advenimiento o surgimiento de grupos o personas con claras tendencias ultranacionalistas o fascistas. Siendo considerado el país más pacífico del mundo, donde la tasa de criminalidad está por debajo de la media, y fue calificado en 2010 por ser el país con mejor índice de desarrollo humano, los atentados terroristas de Oslo es una campanada de alerta del peligro que significan las tendencias fascistas en boga, producto de la crisis económica y de que todavía la clase trabajadora y la izquierda no se constituyen en una alternativa de poder

Dentro de los países nórdicos, Noruega cuenta con el partido más xenófobo y radical , el Fremskrittspartiet (FRP) o Partido del Progreso, que en las últimas elecciones legislativas de septiembre del 2009 logró el 22,9% de los votos y 41 escaños en el Parlamento. La coalición de centro izquierda encabezada por la socialdemocracia de Jens Stoltenberg logró la reelección, impidiendo un escenario que tenía horrorizados a muchos noruegos: un gobierno liderado por un partido ultranacionalista y xenófobo. (La vanguardia.com)

Crecimiento electoral de las corrientes fascistoides

El surgimiento de partidos de tendencias fascistas, posterior a la segunda guerra mundial, obviamente no es un fenómeno reciente. Ciertas células fascistas han permanecido trabajando en el anonimato, aun dirigidos por ex mandatarios nazis. No debemos olvidar el caso de la organización ODESSA, a finales de la segunda guerra mundial, cuyo rango de acción abarcaba desde Alemania, hasta Chile y su objetivo era mantener el legado del Tercer Reich y proteger a ex militares de la wermacht para que no fuesen capturados por los cazadores de nazis.

Si bien es cierto estos grupos fascistas se habían debilitado en las últimas décadas, el neofascismo ha encontrado apoyo social en las personas afectadas por la crisis económica (desempleo en un 10% en los 16 países que conforman la eurozona)

No solo Noruega ha visto crecer los índices porcentuales de sujetos a favor de ideologías políticas ultranacionalistas y fascistas. En Francia, el partido Frente Nacional, ahora bajo la dirección de Marine Le Pen, cosechó un 15% de los votos, progresa a una marcha uniformemente acelerada, en una última encuesta. El 45% de votantes del actual presidente Sarkozy esa en consonancia con la extrema derecha. (El país.com)

La causa de tan desmesurado auge de una fracción política que hace años se consideraba muerta, se debe "En primer lugar, por la mala marcha de la economía y por el mal humor y el pesimismo francés. Aquí la crisis se ve con más exasperación y protesta que en España, por ejemplo", explica Pascal Perrineau, director del Centro de Investigaciones Políticas de Sciencies Po y experto en extrema derecha. (El país.com)

Igualmente en Italia, el gobierno de Berlusconi tiene en el partido de extreme derecha, la Liga del Norte uno de sus más grandes aliados. El país transalpino sufre constantemente la inmigración ilegal de miles de refugiados norafricanos que desembarcan en la isla de Lampedusa, con destino al territorio continental de la “bota”. Hecho que no es bien visto por la ya mencionada fracción ultranacionalista que ha pretendido suspender su apoyo a la presidencia de Berlusconi (que ha implantado un modelo llamado “mano dura” ante la inmigración) si no toma medidas fuertes ante las crecientes oleadas de inmigrantes. Ante el aumento de la criminalidad y la inseguridad ciudadana, han sido las propias masas enardecidas las que toman sus propias iniciativas, como en el caso de las quemas de campamentos gitanos en Nápoles en 2008, acusados por la población napolitana como los causantes de los incrementos de criminalidad y desempleo.

Geert Wilders en Holanda se ha reconocido mundialmente como un bastión del ideario que combate contra el islam. Desde el partido Liberal holandés pretendió prohibir la construcción de mezquitas y el uso de burkas en suelo neerlandés. Se ha ganado la simpatía de personas que comparten el mismo descontento. Estrenó en 2008 un film de 17 minutos donde analiza el Corán, la piedra angular de la religiosidad del islam y lo califica como un libro que “apoya las conquista y supresión de las libertades de expresión”

Aplastar al fascismo con la movilización anticapitalista

Todas las crisis del capitalismo conducen a la polarización política y social. La democracia burguesa se debilita aceleradamente y surgen en su seno corriente fascistas que pretenden imponer el orden a garrotazos. Mientras la clase trabajadora no construya una dirección revolucionaria, la crisis del capitalismo puede ser aprovechada por corrientes fascistas.

Los atentados terroristas de Oslo son solo la primera gran advertencia de lo que está por venir. La clase trabajadora y la izquierda debemos prepararnos para librar esta inminente batalla.

indignados

Por Nicolás Le Brun

Lejos de terminar, la crisis de la zona euro se extiende como una nube radioactiva. Cada vez más el efecto de la crisis de un país hace estremecer otro y algunos que no habían entrado en escena de la crisis lo hacen ahora.

Sin embargo el sello distintivo de toda esta crisis es el acento en las medidas de recorte, de planes de austeridad cada vez más atroces en contra de los trabajadores y el pueblo.

Esto ha despertado una resistencia muy diversa en la mayor parte de los países más afectados. Sin embargo estas protestas han sido insuficientes, no porque los trabajadores hayan echado marcha atrás, sino porque la ofensiva es dura y la organización insuficiente. En un marco donde las decisiones las toman los gobiernos burgueses de la zona en conjunto, liderados por Francia y Alemania, las luchas son atomizadas en las fronteras nacionales, salvo algunos valiosos intentos por unificar como los realizados por el movimiento de Indignados y algunas organizaciones de la izquierda.

Desgraciadamente los llamados no han sido hasta el momento tomados por el conjunto de la clase. Las organizaciones sindicales han dejado en el aire las amenazas y los discursos encendidos en contra de la austeridad quedan en eso, discursos. Esto le permite evidentemente a los patronos y los banqueros tomar más aire y golpear de nuevo.

Los vientos de la crisis se extienden a velocidad meteórica

La crisis de la deuda pública está aumentando en Europa. Después Grecia le toca el turno a Italia estar en el ojo de la tormenta. La semana pasada, las tasas de interés (diez años) de la deuda italiana saltó del 5 al 7%, más del doble de lo requerido por los mercados financieros de la deuda alemana. En el proceso, el Parlamento italiano votó, el 15 de julio, un plan de austeridad de 48 millones de euros, incluyendo un plan de privatización, congelamiento de salarios y de contratación de empleados públicos y el aumento gradual de la edad de jubilación.

En la zona del euro, la crisis se ha agravado en los países más débiles por la introducción de la moneda única, un banco central al servicio de los mercados financieros. Durante diez años, después de no poder devaluar sus monedas, han sido capaces de limitar el crecimiento de los salarios y el déficit.

La deuda externa de los países más pobres ha seguido creciendo, antes de explotar en el año 2007. Mientras tanto, las reducciones de impuestos para los ricos también ha hecho que el peso de la deuda recaigo sobre la espalda de los ciudadanos de a pie.

Por lo tanto hoy los planes de austeridad son de una dureza extrema en estos países una violencia sin precedentes para poder seguir pagando los acreedores, principalmente bancos privados que engordan a través de los déficits creados por ellos y su juego especulativo.

Esto se traduce en un menor nivel de vida de los trabajadores y la liquidación de las restantes empresas públicas, en un claro proceso de expropiación del salario social para ser servido en bandeja de plata a las transnacionales, como en el caso de Grecia.

Estos planes también tienen en la mira países de los denominados fuertes como Francia. Un estudio de Natixis1 12 de julio, Francia comparte con Grecia y Portugal, la punta de los países europeos, cuya dinámica de la deuda pública es el más explosiva. En esto, los gobiernos denominados de izquierda, como los de los partidos socialistas, no hacen mucha diferencia con los partidos de derecha a la hora de aplicar a rajatabla la austeridad. En el caso de España y el “socialista” de Zapatero, Papandreu en Grecia, Di Ruppo en Bélgica son ejemplos de lo que hace o pretenden hacer los socialistas.

La pre candidata presidencial del PS Medeleine Aubry prometió la semana pasada para honrar el compromiso de Francia para reducir su déficit público del 3% del PIB en 2013 (frente al 7% en 2010) aunque se manifiesta en relación a la imposición de medidas contra los especuladores y las transacciones financieras que dejan enormes fortunas en las manos de los bancos y sus socios.

Cumbre Europea

Los líderes europeos se reunieron el 21 de julio para una cumbre extraordinaria sobre la crisis de la deuda pública.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) por su parte, anunció que su nuevo director, el francés, Christine Lagarde, asistirá a la cumbre de la UE.

Los máximos dirigentes de la zona del euro, a mediodía del jueves, se proponen completar el segundo nivel de préstamos prometidos a Grecia con el fin de evitar la quiebra. Se llegará a una cantidad similar en la primera decidió en la primavera de 2010 (110 millones de euros).

La mayoría provendrá de los nuevos préstamos de Europa y quizá en el FMI, quese puede utilizar como una toma de control de los mercados de deuda griega con el fin de disminuir el volumen (unos 350 millones de euros en total). Un impuesto sobre los bancos y una reestructuración de la deuda también están previstas.

Sin embargo las expectativas para los trabajadores y el pueblo son muy poco favorables. Este plan se puede resumir en un tira y encoje entre las grandes potencias que buscan proteger las inversiones de sus bancos en el país. Por lo tanto Grecia se convierte en un laboratorio de ensayo de los planes de ajuste que se irán extendiendo en el resto de los países europeos.

La crisis ni deja de ser preocupante para el resto de los países imperialistas. El jefe de las finanzas de los Estados Unidos, el secretario del Tesoro Timothy Geithner exhortó a la zona euro de “contener el riesgo de una escalada de la crisis”. El FMI criticó a los jefes de Estado reunidos en Bruselas de “no tener un plan coherente” para salir de la crisis.

El mismo Obama habló por teléfono con la canciller alemana. "Estuvieron de acuerdo en el hecho de que era importante para hacer frente a esta crisis de manera eficaz para apoyar la recuperación económica en Europa y la economía mundial", aseguró la Casa Blanca, en una señal de impaciencia creciente en Washington.

Asimismo el presidente del ejecutivo de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, ayudó a poner un acento más fuerte en la gravedad de la situación al afirmar que “nadie debe hacerse ilusiones, la situación es muy grave”

Es decir que todavía no llega lo más duro, que sería la propuesta de tener un sistema presupuestario unificado, que controlara a todos los países, bajo la lupa de los más poderosos y sus organizaciones financieras.

La canciller alemana Angela Merkel ha sido clara en los objetivos del gran capital y aduce que la crisis puede ser superada “bajando el endeudamiento y mejorando la competitividad de los países en dificultad” Es decir que los planes de austeridad deben todavía recortar más las garantías y derechos laborales para “aumentar la competitividad” en los términos eufemísticos de los grandes capitalistas. Y mientras todo esto pasa, los bonos de la deuda de los países en problemas siguen en ascenso especulativo.

Sólo la movilización democrática puede garantizar la derrota de la austeridad

Los capitalistas solo tiene un lenguaje: austeridad y más austeridad. Los tiempos de salarios buenos y una gran cantidad de garantías y subsidios a la clase trabajadora y el pueblo, están tocando a su fin desde su óptica.

Pero para esto necesitamos un plan político con puntos claros y que pueda ser defendido en las calles, mediante la movilización unificada de los trabajadores, desempleados, estudiantes y en general todo el pueblo.

Los trabajadores centroamericanos vemos con preocupación este recorte de los derechos porque representan una amenaza también a nuestras conquistas. Vemos con simpatía y externamos nuestra solidaridad con los que luchan porque creemos que es el camino correcto para defenderlos.

Desde el PSOCA proponemos los siguientes puntos para que sean discutidos en un debate movilizador para defender los derechos de la clase trabajadora europea.

1.         No al pago de la deuda: que los gobiernos de los países afectados por los planes de austeridad como el caso de Grecia declare un moratoria indefinida del pago de la deuda.

2.         No a la disminución ni congelamiento de los salarios. Que los salarios crezcan de acuerdo a la inflación. Por un salario mínimo digno! No a los empleos interinos precarios.

3.         No al recorte en los sectores sociales como subsidios de desempleo, subsidios de alquiler y otros. Que se graven las transacciones bancarias de los grandes capitales para mantener los planes sociales.

4.         Por la defensa de la educación pública. No al recorte presupuestario ni al aumento de los costos de la educación.

5.         Por una huelga general de todos los países de la Eurozona. Que las centrales sindicales, las organizaciones de base como los Indignados y las organizaciones de luchadores y la izquierda convoquen a un encuentro para definir la fecha de esta importante movilización.

-nueva-huelga-general-

Por Nicolás Lebrun

Amparados en la crisis de hace tres años, la Santa Alianza de la banca, los organismos financieros internacionales y los partidos políticos de derecha e “izquierda” socialdemócrata, han impulsado los planes de ajuste estructural más osados de la historia reciente. Estos planes sólo pueden emularse a los llevados a cabo a inicios de la década de los 80 por los gobiernos conservadores de Tatcher, Reagan y sus acólitos en los diferentes países del mundo, principalmente en la América Latina.

El plan económico

En toda Europa, los países más golpeados por la crisis, Grecia en primer lugar, pero detrás de ella todos los demás países han sido sujetos de planes de ajuste para lograr lo que los economistas liberales llaman el “equilibrio de las finanzas públicas”.

Este eufemismo no es ni más ni menos el recorte de las garantías y derechos laborales que han disfrutado los trabajadores y habitantes del viejo continente durante las décadas que siguieron a la guerra. Ahora, estas garantías conquistadas a través de las luchas obreras son el objetivo estratégico para poder introducir los modelos de sobreexplotación basados en la pauperización de las condiciones de trabajo y de los salarios, incluyendo el salario social comprendido en los subsidios de desempleo, maternidad y otros.

Pero el caso griego representa uno de los eslabones más débiles de la cadena del capital especulativo y financiero mundial. Desde el año 2008 las manifestaciones y protestas en Grecia han sido frecuentes. Los estudiantes en primer lugar y luego la clase obrera y el movimiento popular.

El PIB griego ha disminuido por tercer año consecutivo: -2% en el 2009; -4,5% en el 2010 y -3,1 previsto para el 2011.   En este mismo lapso, el desempleo se ha disparado a un 16%. Los economistas ilustres de la UE y del FMI no previeron el hecho que el estado griego no podrá realizar préstamos hasta el año entrante. En pocas palabras el plan de salvamento para Grecia fue un enorme fracaso.

Antes de su implementación, la tasa de interés de los préstamos a dos años plazo era de 6,5%. A principios del 2011, pasó a 12%, en abril 20% y 30% en los últimos días de junio. Pero en todo esto los que ganan son los especuladores que han visto en la situación griega una oportunidad de enriquecerse en forma rápida. Si bien la cancillera alemana, Ángela Merckel ha realizado llamados para que los acreedores participen en la reestructuración de la deuda no han sido más que palabras al viento porque no existe ninguna base legal para esto. Conclusión, mientras unos, los grandes se comen la piña, a los de abajo le duele la panza.

El plan de ajuste a la griega

Entre las medidas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) se incluyen:

Reducción del déficit: Se prevé que los números rojos en las cuentas públicas pasen del actual 13,6% del PIB al 8,1% en el 2010 y, de forma paulatina, lleguen al 2,6% en el 2014. La reducción del gasto público afectará al crecimiento, que se contraerá un 4% del PIB en el 2010, el doble de lo previsto, un adicional 2,6% en el 2011 y volverá a terreno positivo en el 2012 con un 1,1%.

Empleados públicos: Los salarios de los funcionarios se congelarán durante al menos tres años, y se eliminará su 13ª y 14ª paga para aquellos que ganen más de 3.000 euros. Los que ganen menos de esa cifra recibirán un bono de 1.000 euros. Las contrataciones de empleados públicos también se paralizarán y se reducirán los diferentes "extras" salariales.

Pensiones: Los jubilados griegos perderán también la decimotercera y decimocuarta paga, si sus pensiones superan los 2.500 euros mensuales. Se establece una edad mínima de jubilación de 60 años y un nuevo cálculo para las pensiones relacionado con toda la vida laboral y no con los últimos años, como hasta ahora. Además, se aumentará de forma gradual hasta el 2015 los años de cotización necesarios, que pasarán de 37 a 40 para obtener la pensión completa.

Impuestos: Se aumentará el IVA en dos puntos adicionales hasta el 23%, después de que en marzo ya subiera otros dos, hasta el 21%. Se incrementarán en 10 puntos porcentuales los impuestos sobre tabaco, alcohol y combustibles. Se creará un impuesto especial a las empresas con grandes beneficios y se establecerán nuevas medidas impositivas a compañías relacionadas con el azar, los productos de lujo y la propiedad inmobiliaria.

Liberalización del mercado laboral: Se liberalizarán profesiones cerradas por distintas reglamentaciones gremiales, como la de los taxistas, y se facilitará el despedido, con una indemnización menor a la hasta ahora existente.

 

Privatizaciones: El Estado deberá vender o reducir su presencia en empresas semipúblicas o públicas y se liberalizarán los sectores de la energía y el transporte.

Reforma administrativa: Se reduce el número de municipios y entidades administrativas locales de 1.300 a 340 para ahorrar costos operativos.

Apoyo a la banca: Para el sector financiero, los sacrificios no serán los mismos. El Estado inyectará 17.000 millones de liquidez a la banca, y con el consejo del FMI, Bruselas y el Banco Central Europeo, creará un fondo para evitar ataques especulativos sobre las acciones bursátiles de las entidades.

Como se desprende del conjunto del plan de ajuste, los sectores golpeados son los trabajadores y el pueblo. Por un lado se bajan los salarios, se despide a un enorme grupo de funcionarios públicos, se bajan los perfiles beneficios de pensión y otros.

En la misma tónica las privatizaciones bien conocidas en el Nuevo Mundo y sus nefastas consecuencias para la población porque traslada el costo operativo directamente a estos últimos reduciendo subsidios a los sectores con menor capacidad de pago y beneficiando a los grandes grupos con tarifas preferenciales para “incentivar la productividad”

Al mismo tiempo los bancos reciben una enorme cantidad de euros para que sigan financiando la reconversión productiva, en otras palabras dando dinero a los grandes grupos que van a comprar las compañías del estado y otros bienes y que aprovechen esta oportunidad de hacerse con “el dorado” griego.

La huelga general

La huelga general de 48 horas decretada por las direcciones sindicales para el 28 de junio fue seguida por enormes contingentes de la clase obrera. El 100% de las refinerías, los puertos, astilleros, transporte público, aeropuertos. Las empresas públicas y los bancos el porcentaje de participación fue de un 80%.

Junto a ellos, el movimiento de los indignados griegos que ha ocupado, durante cinco semanas la plaza Sintagma en Atenas se convirtió en un importante sustento para las movilizaciones que fueron extendidas a otros centros de población.

La represión desatada por el gobierno socialdemócrata de Papandreu, actual presidente de la Internacional Socialista (IS), ha sido feroz. Para enfrentar a las grandes movilizaciones ha utilizado sin discriminación las fuerzas represivas del estado burgués. Los MAT, fuerzas especiales anti disturbios, desalojaron momentáneamente a los manifestantes de la plaza Sintagma que se encuentra frente al parlamento. Estos desalojos fueron precedidos por provocaciones realizadas por elementos de la ultra derecha y policías que en algunos casos coincidían.

Sin embargo la plaza era retomada a cada arremetida y sobre todo para el 29, día de la votación del plan de ajuste. Este día fue todavía más feroz, cerca de 700 personas atendidas por los cuerpos de socorro producto de los gases y bastonazos propinados por las fuerzas represivas. Querían a todo costo tener la plaza despejada para evitar votar “en caliente”. Para esto entraban inclusive en los cafés circundantes. Pero la determinación de los manifestantes fue tal que no pudieron, los represores, lograr su cometido.

Las consecuencias de la crisis

La reestructuración griega podría tener un efecto dominó, como en 2008, cuando la crisis de hipotecas de alto riesgo se multiplicó. Para evitar tal escenario, los líderes subrayaron la idea de que la reestructuración debe hacerse "sobre una base voluntaria." Al menos esa es la voluntad del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet. Pero la interpretación de naturaleza "voluntaria" de la reestructuración está en manos de una asociación internacional (ISDA), integrada por banqueros y financieros. Se puede sacar las conclusiones del caso. Eso se llama legislar en beneficio propio.

La aceleración de la crisis griega se da en una coyuntura muy tensa. En España, a principios de junio, el banco más grande del país (Santander) ha logrado poner sólo la mitad de su emisión de bonos de mil millones de euros. Unos días más tarde, Telefónica tuvo que cancelar la salida a bolsa de sus filiales. En las últimas semanas pasada, los valores del gobierno belga y el italiano, fueron degradados por las agencias calificadoras. La crisis va a continuar.

Es urgente que se dé una unidad de acción entre las organizaciones sindicales y políticas sobre la base de la cancelación de las deudas ilegítimas. Al mismo tiempo se debe exigir la penalización y confiscación de los capitales especulativos de la banca que buscan únicamente enriquecer a los grandes y empobrecer a los trabajadores y el pueblo.

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Por Valerio Arcary *

Revista Herramienta

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Traducción de Aldo Casas

Hubo algo de formidable y emocionante, pero también algo de terrible en la historia del PT. Utilizando vocabulario acuñado por los clásicos griegos, tuvimos el momento epopeya, el momento tragedia y hasta un poco de comedia en la trayectoria a lo largo de la cual el petismo se transformó en el lulismo.

El PT fue el mayor partido en la historia de la clase trabajadora brasileña en el siglo XX. En los años 80, Lula y la dirección del PT (que organizaron la corriente interna Articulación) fueron capaces de aferrarse a un partido que, en diez años, evolucionó de una organización de unos pocos miles a otra con cientos de miles de activistas. Y que pasó de obtener el 10% de los votos en 1982 para gobernador en San Pablo (y en promedio menos de 3% en los otros estados), a librar una pelea muy cerrada en el segundo turno de las elecciones presidenciales de 1989, contando sólo con aportes voluntarios.

El PT de 2011 es, evidentemente, otro partido, aunque la fracción dirigente sea esencialmente la misma. En tres décadas, el PT eligió muchos miles de concejales, algunos centenares de diputados estaduales y federales, alcanzó el gobierno de más de mil intendencias, muchos estados y está por tercera vez a cargo de la presidencia. El PT de 2011 es la máquina electoral más profesional de Brasil, integrada evidentemente a las instituciones del régimen y asociada, estrechamente, a algunos de los más poderosos grupos empresariales. Paradójicamente, la autoridad de Lula no disminuyó.

El PT como sorpresa histórica

La explicación del prestigio de Lula descansa, en primer lugar, en la historia del PT. No hay razón para no recordar que en 1979/1980 la formación de un PT sin patrones, que evolucionó y ganó influencia de masas rápidamente en las grandes ciudades del estado de San Pablo, liderado por un dirigente huelguista metalúrgico, sin relaciones internacionales sólidas, fue un fenómeno político admirable y, también, imprevisto. El PT no fue un accidente histórico, pero sí una sorpresa.[1] A fines de los años 70, la mayor parte de la burguesía brasileña y los líderes políticos de la dictadura todavía temían, seriamente, el espacio político que podrían ocupar cuando llegara la amnistía el Partido Comunista Brasileño (PCB) por un lado y por el otro, Brizola y Arraes. Era la etapa histórica de la guerra fría. Un tiempo de anticomunismo primitivo.

El PT y Lula son hoy muy sobreestimados, pero sería injusto no recordar que cuando aparecieron en la vida política nacional, en 1979/1980, fueron subestimados. Tan desdeñado fue el PT hasta 1982 que un sector de la prensa y de los medios de la época no prestaron mucha atención al impresionante liderazgo de Lula entre los obreros del ABC [2] y, por eso, le facilitaron una visibilidad política que nunca fue concedida, por ejemplo, a Prestes.[3]

Sin embargo, después de la fundación de la Central Unitaria de Trabajadores(CUT) en 1983, la política de la burguesía y de los medios respecto al PT cambió. El proceso de transición democrática que la dictadura perseguía estaba siendo amenazado por las apariciones de Lula y por el rol del PT alentando al proletariado de todo el país a lanzarse a la lucha sindical y política de un modo independiente. Ser petista era sinónimo de ser un igualitarista, un radical. Cuando comenzó a sentirse el peso de una vanguardia de algunos cientos de miles de activistas, sobre todo durante la campaña por las "Directas",[4] el PT pasó a ser considerado seriamente como un enemigo y Lula como un peligro. Después de la elección de Erundina a la Intendencia de San Pablo, en 1988, se creó el segundo turno en las elecciones mayoritarias para prevenir la amenaza de nuevas victorias petistas. La militancia petista marcaba una diferencia en las huelgas, en las ocupaciones y, también, en las elecciones.

El PT que nació de las huelgas de 1979/1981

No parece ser muy polémico sostener que el PT nunca fue un partido revolucionario, pese a que muchos luchadores honestos que combatían por la revolución brasileña hayan militado con abnegación y sacrificio en sus filas. Un análisis sobrio permite concluir que el PT surgió como un partido obrero con un proyecto de representación independiente de la clase trabajadora, pero con un proyecto político predominante, en su dirección, de reformas para la regulación del capitalismo brasileño.

En diez años, entre 1979 y 1989, en función de la decisión política de ser opositores a la apertura lenta, gradual y controlada de la dictadura militar -la estrategia de transición a la democracia que adoptaron los gobiernos Geisel y Figueiredo, bajo la inspiración del general Golbery-, el Partido de los Trabajadores logró ser un polo de atracción para lo mejor de la generación de activistas sociales que estuvieron al frente de los mayores movimientos de masas de la década, disminuyendo la autoridad del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) de Montoro y Tancredo cuando éstos fueron electos gobernadores en San Pablo y Minas Gerais en 1982, y desplazando la influencia que hubiera podido ser atraída por el liderazgo de Brizola, electo el mismo año gobernador de Río de Janeiro, e incluso la del PCB de Prestes, cuando éste volvió del exilio.

Aquellos fueron los años en que la dirección del PT y Lula ganaron su prestigio político. Defendieron las huelgas, apoyaron el nacimiento del Movimiento de Trabajadores rurales Sin Tierra (MST), ayudaron al movimiento estudiantil, acogieron el movimiento de mujeres, protegieron al movimiento popular urbano de lucha por viviendas, auxiliaron al movimiento negro y, lo que no es menos importante, enfrentaron a la dictadura, lanzaron la campaña por las "Directas" y denunciaron el acuerdo que culminó en el Colegio Electoral que permitió, finalmente, la toma de posesión de Sarney. Pero, después de 1988, cuando asume la Intendencia de San Pablo, el PT comenzó a cambiar. Comprender estas presiones remite a la historia de la lucha de clases trabajadora como clave para entender el destino del PT.

Un proletariado joven y combativo, pero políticamente inexperto

Fue a lo largo de esos treinta años cuando se desarrolló la experiencia de miles de huelgas de las más diversas categorías de trabajadores, que revitalizaron los sindicatos. Se dio también el gran aprendizaje de las huelgas generales en los años 80. Estuvieron los imponentes actos de Lula en 1989, con centenares de miles de personas en la calle. La lucha de los jubilados después del plan Zelia/Collor conmovió al país. Sin olvidar la histórica huelga de los petroleros de 1995, la marcha del MST de 1997 sobre Brasilia un año después de la masacre de Eldorado de Carajas y muchas otras luchas populares. Pero en esos combates parciales, la clase trabajadora brasileña siempre fue más radical en sus acciones que en sus reivindicaciones. Movió montañas, pero reclamando muy poco.

Solamente en dos ocasiones, durante ese intervalo histórico de tres décadas de creciente confianza en la dirección de Lula, del PT y de la CUT, las masas populares lograron irrumpir en la escena política con la inmensa fuerza de su movilización política en las calles, amenazando al gobierno de turno. Su programa, incluso cuando actuaba con métodos revolucionarios -voltear gobiernos en las calles es una acción revolucionaria, incluso si las movilizaciones son pacíficas-, era reformista.

La movilización por objetivos políticos fue, por lo tanto, algo poco común, inusitado. Y para voltear gobiernos odiados, fue excepcional. Las masas populares y la juventud descubrieron en las "Directas" y en el "Fuera Collor"el poderío de su acción. Pero quedó claro también, con la asunción de Sarney (1985) y de Itamar (1992), que era más fácil juntarse contra Figueiredo y contra Collor que unirse a favor de un proyecto anticapitalista. El socialismo, una vaga referencia para millones, no era sino una aspiración de mayor justicia. Salieron a las calles expresando lo imponente de su fuerza, la de una inmensa mayoría de pobres, desheredados en un país enorme, urbanizado en pocas décadas, muy joven y casi sin instrucción.[5]

El PT y las fluctuaciones de la relación de fuerzas entre las clases

La CUT el PT y Lula se legitimaron en ese proceso, pero la clase trabajadora no estaba ni social ni políticamente al frente de la mayoría popular explotada. No dirigía, era acaudillada. Ni las "Directas" ni el "Fuera Collor" fueron construidas con una plataforma que destacase las reivindicaciones de clase. El programa que llevó a la lucha de millones no era sino democrático. No sorprende que los grandes combates se dieran en los límites de alianzas con disidencias burguesas, como el MDB de Ulysses Guimaraes y Tancredo Neves en 1984 u Orestes Quercia y Brizola en 1992.

En 1992, cuando ya poseían una influencia mayoritaria en la clase trabajadora, el papel de Lula y del PT fue regresivo: llegaron a las calles con atraso, y les tocó el papel de bomberos, asegurando la asunción de Itamar que, más allá del estado de Minas, era un ilustre desconocido, pese a ocupar casi accidentalmente la vicepresidencia.

A pesar de la presión de inercia reaccionaria en un país culturalmente muy atrasado, donde el miedo a las represalias siempre fue muy efectivo para neutralizar la acción colectiva del pueblo, y poco organizado políticamente, la mayoría de la clase trabajadora organizada en los sindicatos fue evolucionando a la izquierda en los años 80. Llegó a protagonizar dos huelgas generales, en 1987 y en 1989 que, pese a ser parciales, alcanzaron dimensión nacional. De las ilusiones en el PMDB la clase trabajadora giró a la oposición al gobierno de Sarney y llevó a Lula hasta el segundo turno en 1989. También las clases medias urbanas evolucionaron a la izquierda en los años finales de la dictadura, pero después se dividieron: la mayoría se desplazó hacia el apoyo a Collor en 1989 y después apoyó eufóricamente al plan Real. Tras la devaluación de la moneda, en 1999, los sectores medios se alejaron lentamente del gobierno de Fernando Henrique Cardoso y del PSDB, que se desangraba con sucesivos escándalos de corrupción, aproximándose a Lula al mismo tiempo que el PT giraba la derecha desvergonzadamente. Terminaron por encontrarse en 2002.

La mayoría del pueblo desorganizado se mantuvo como base electoral de los partidos burgueses, herederos de Arena y del PMDB, a lo largo de los veinte años que van de 1982 a 2002, cuando fue electo Lula. Resumiendo: primero, en los años 80 los sectores organizados del proletariado y la juventud estudiantil, pero después, con el pasar de los años y en el cambio de siglo, una parte de la clase media y también parte de las masas populares semiproletarias apostaron al cambio de sus vidas mediante la representación política que el PT y Lula ofrecían. Una promesa de reformas con escasos riesgos de confrontación con los poderosos intereses del capital.

Cuatro crisis

En este proceso, el PT enfrentó muchas crisis, pero fueron cuatro las que marcaron su historia. La dinámica política de su evolución no fue lineal. El criterio para definir cuáles fueron las crisis más importantes es polémico. La hipótesis de este artículo es que una crisis es significativa cuando un partido sale de la misma cualitativamente diferente de lo que antes era. En los años 80, por ejemplo, cuando la situación política evolucionaba hacia la izquierda por la movilización más activa de los trabajadores y la juventud, el PT tuvo una primera ruptura por la derecha, pero fue indolora, tanto en la vanguardia más orgánica como en el área de la influencia electoral.[6]

La primera gran crisis vino con el gobierno Erundina al frente de la Intendencia de San Pablo. La cuestión central que se planteaba era la relación con el régimen democrático: aceptar o no los límites legales de la constitucionalidad. Erundina y otros intendentes petistas, como Diadema en el ABC de la región metropolitana paulista, se vieron frente al dilema de ocupaciones de tierras públicas y privadas por los movimientos de lucha por vivienda, y frente a huelgas de empleados públicos. Apelaron a la represión, unos más y otros menos, y hubo incluso episodios con presos y heridos. En el partido no hubo ruptura, pero las placas tectónicas del PT se movieron. El PT pagó la deuda externa del municipio, escrupulosamente, y no vaciló en utilizar a la Policía Militar contra la lucha obrera y popular.

Al comienzo de los años 90, cuando la situación política evolucionaba hacia la derecha y las presiones burguesas por la estabilidad del régimen democrático eran más intensas, la dirección del PT convocó al Primer Congreso y decidió expulsar a Convergencia Socialista, una corriente trotskista que constituyó, tras unificarse con otras organizaciones marxistas, el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU).[7] Fue la segunda gran crisis. A partir de allí, las tendencias de izquierda que seguían resistiendo en el PT quedaron advertidas de cuál sería su destino en caso de desafiar a la dirección. Esta crisis no tuvo repercusión electoral, pero dejó una herida incurable: el ala revolucionaria había sido eliminada y las reacciones fueron declamatorias.

Paradójicamente, con el impulso del "Fuera Collor" la corriente mayoritaria del PT -que había ido demasiado lejos en su viraje hacia la derecha en el primer congreso de 1991- se dividió, originándose la Articulación de Izquierda. Esta corriente, unida a las tendencias marxistas Democracia Socialista (DS) y Fuerza Socialista, entre otras, se impuso en el Encuentro Nacional del PT en 1993. La reacción, sin embargo, reveló ser "fuego de paja" y efímera. En el Encuentro Nacional de 1995, después de la segunda derrota presidencial de Lula en 1994, la Articulación liderada por Zé Dirceu recuperó la mayoría, en alianza con la tendencia Nueva Izquierda, liderada por Jose Genoino y Tarso Genro.[8]

En 1999, la dirección del PT, tras la tercera derrota electoral de 1998, concretó otro viraje más hacia la derecha: vetó la campaña "Fuera Fernando Henrique Cardoso" que venían siendo construida por la CUT y el MST, con el apoyo de la izquierda interna y externa al PT y había realizado en Brasilia un acto con 100.000 activistas. La campaña por "Fuera FHC" buscaba repetir lo que había sido la campaña "Fuera Collor" en 1992 y amenazaba crecer, en un contexto de intenso malestar provocado por la maxidevaluación del real en el primer mes del segundo mandato de Henrique Cardoso. La inflexible posición de la dirección del PT -Zé Dirceu condicionó su aceptación de la presidencia del PT a la derrota de la moción favorable al "Fuera FHC"- demostró al gobierno de Fernando Henrique Cardoso la disposición de bloquear cualquier movimiento social.

Coherente con la decisión de dar pruebas de su compromiso con la gobernabilidad, en julio de 2002 la dirección del PT preparó un manifiesto coincidente con el lanzamiento de la cuarta candidatura de Lula a la presidencia, teniendo esta vez como vice a Zé Alencar, uno de los más grandes empresarios del sector textil y senador por Minas Gerais. Este documento declaraba con todas las letras la decisión de honrar el pago de la deuda pública, interna y externa.

Finalmente, en 2003, luego de la elección de Lula, la dirección del PT no vaciló en expulsar a Heloisa Helena y a los diputados que luego formarían el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), nuevamente con la acusación de indisciplina, por haberse negado a votar en el Congreso la Reforma de la Seguridad Social. Fue la tercera gran crisis. Quedó comprobado que a la dirección del PT no le temblaría la mano para imponer el giro a la derecha.

Fue sin embargo en 2005 cuando el PT atravesó la crisis más seria de su historia. Una parte del núcleo duro de su dirección fue decapitada, políticamente, por la crisis abierta con las denuncias del mensalao.[9] Pese a la inocultable satisfacción de las fracciones mayoritarias de la clase dominante con el gobierno Lula desde su primer mandato, la oportunidad abierta por la crisis del mensalao precipitó una ofensiva política burguesa en el Congreso Nacional y en los medios, con algún eco en las calles, las fábricas y las universidades, que hizo tambalear a Lula en el Palacio de Planalto. El mensalao obligó al PT a sacrificar a Zé Dirceu y a decenas de líderes, desmoralizó al partido en los sectores más críticos del activismo obrero y popular, en buena parte de la vanguardia estudiantil más luchadora y en los medios más honestos de la intelectualidad de izquierda. Después de ocho años en el poder, el carácter de clase de la dirección del PT cambió. Las señales de rápido enriquecimiento pasaron a ser inocultables. El mismo partido cambió de naturaleza social. Pasó a la historia el partido obrero reformista. Luego de años en el poder, nació un partido con relaciones orgánicas con algunas fracciones de la burguesía brasileña.

El PT conservó, pese a todo, una influencia mayoritaria en el proletariado. Entre 2002 y 2010 Lula hizo un gobierno que recibió aplausos casi unánimes de lo que hay de más reaccionario en Brasil y en el mundo: desde Maluf a Delfim Neto, de Michel Temer a Henrique Meirelles, de Busch a Sarkozy, de Merkel a Putin, y no faltaron entre los mayores banqueros, empresarios y latifundistas voces dispuestas a admitir públicamente el deslumbramiento de las clases dominantes de todos los continentes con Lula y el PT. Por si eso no bastara y a pesar del impresionante descubrimiento del financiamiento electoral a través de obscenas relaciones con el empresariado -una rutinaria corrupción que el PT siempre había denunciado-, Lula sorprendió por la resiliencia de su autoridad en la clase obrera. Es verdad que las condiciones de crecimiento económico internacional beneficiaron a Lula y su gobierno. Pero no fueron solamente estas condiciones externas favorables las que pueden explicar la perdurabilidad de la influencia del PT en la clase trabajadora. Tampoco pueden hacerlo las más de diez millones de "bolsas familia" distribuidas.

La transformación del petismo en lulismo

Las posiciones políticas no son, sin embargo, el único parámetro para comprender al PT. Los partidos pueden ser juzgados por la historia de su línea política, las campañas políticas en que se compromete y sus luchas políticas internas; por la confrontación entre sus posiciones cuando están en la oposición y cuando están en el poder; por el programa para transformar la sociedad, o incluso por los valores e ideas que inspiran su identidad; por la composición social de sus miembros -militantes o simpatizantes- o de sus electores, o de su dirección; por el régimen interno de su funcionamiento; por las formas de su financiamiento o por sus relaciones internacionales. Todos estos criterios son válidos, y la construcción de una síntesis exige una apreciación de su dinámica evolutiva. Lo único que no es posible es juzgar a un partido por lo que él piensa de sí mismo.

Si se considera el ángulo político-sociológico, el PT nació como un partido obrero con influencia de masas minoritaria hasta 1987 y mayoritaria en la clase trabajadora a partir de 1989; con una corriente mayoritaria en la dirección, desde la fundación, liderada por un bloque político que unió a una fracción de la burocracia sindical con aspiraciones de clase pequeño burguesa y un colectivo de líderes provenientes de la intelectualidad militante de la generación del 68, o académica; un núcleo dirigente que aceptaba el papel de caudillo de Lula, simultáneamente, como portavoz público y como Bonaparte interno de sus distintas agrupaciones; un programa democrático-radical de reformas, o sea, de regulación social del capitalismo, que se convino en llamar democrático-popular; relaciones internacionales híbridas que unían el apoyo de un sector de la jerarquía católica, vía Holanda y Alemania (con relaciones institucionales minoritarias en el Vaticano), el apoyo de una fracción de la socialdemocracia internacional (vía Partido Socialista francés y SPD alemán), el apoyo de un sector del aparato estalinista internacional (vía Cuba y posteriormente de Alemania Oriental); y finalmente, pero no menos importante, con un ala izquierda muy fragmentada y en distintas organizaciones, con la peculiaridad además de la presencia de algunos miles de trotskistas. Este criterio lleva a considerar importante la relación de la CUT con los fondos de pensión estatales a partir de los años 90, en plena era de privatizaciones. La explicación de este proceso exige también una perspectiva histórica.

Cuatro etapas en la historia del PT

Otro camino para construir una historia del PT es un análisis histórico-político del partido. Las periodizaciones son discutibles, pero inevitables. Desde este ángulo, la historia del PT puede ser dividida en cuatro fases cualitativamente distintas:

a) Entre 1980 y 1985, el PT fue un partido de oposición al régimen militar y al gobierno Figueiredo, y principal impulsor de todas las luchas sociales contra la dictadura, con lo que conquistó el liderazgo de los movimientos sociales, pasando a ocupar el lugar que antes de 1964 pertenecía al PCB. Después de la elección de Sarney en el Colegio Electoral y luego de la elección de la Constituyente en 1986, pero sobre todo después de las elecciones municipales de 1988, el PT dejó de ser un partido de oposición al régimen, ahora un régimen democrático-electoral, pero siguió siendo un partido de oposición intransigente al gobierno;

b) Después de la derrota ante Collor de 1989 y de las elecciones para los gobiernos estaduales de 1990, bajo la presión de la nueva situación internacional abierta por la caída del muro de Berlín, el compromiso de la dirección del PT con la constitucionalidad llevó al partido a vacilar frente al gobierno Collor. Por eso se negó a asumir la iniciativa de comenzar una campaña reclamando "Fuera Collor" en 1991, en ocasión del Primer Congreso, pero después que la campaña, a pesar del PT, ganó apoyo de masas en las calles, en agosto de 1992, pasó a apoyarla;

c) Después de la elección de Henrique Cardoso en 1994, hasta 2002, el PT mantuvo una postura de oposición parlamentaria, aunque negándose a movilizar su base social de apoyo para tratar de impedir que el gobierno de Cardoso gobernase, incluso cuando en 1999 se abrió la posibilidad de hacer contra este gobierno un movimiento semejante al realizado contra Collor. En este proceso se consolidó el liderazgo de José Dirceu. Finalmente, luego de la victoria de Lula o, más precisamente, después de la "Carta a los brasileños" de julio de 2002, cuando se transformó en partido de gobierno, el PT pasó a ser el principal soporte de contención social para garantizar la gobernabilidad de Lula. Fue el PT es que contuvo la posibilidad de que el desgaste social acumulado por el desempleo, la congelación salarial y las privatizaciones de los años de Henrique Cardoso se expresaran bajo la forma de movilización popular. Y es la presencia de Lula, sobre todo, lo que permite explicar por qué el régimen democrático en Brasil no atravesó una crisis como en la Argentina de 2001;

d) El PT fue el partido dirigente del gobierno de Lula que consiguió, entre 2002 y 2010 -sobre todo después de 2006- la estabilización política del régimen democrático electoral: ninguno de los gobiernos electos después de 1989, ni Collor, ni Itamar, ni Fernando Henrique Cardoso habían tenido tanto éxito en anular la protesta obrera y popular. Durante estos ocho años de mandato, el PT atravesó la crisis del mensalao en 2005 y salió de ella, otra vez, irreconocible: el escándalo expuso el desprecio de la dirección del PT por los límites éticos más elementales, aceptando el financiamiento ilegal en una escala apocalíptica de decenas de millones de dólares.

El PT frente a su futuro

Cada generación saca conclusiones reflexionando, comparativamente, en base a un repertorio de lecciones heredadas. La reelección de Lula en 2006 y la elección de Dilma Rousseff tuvieron sus cimientos en los vientos favorables de la situación económica mundial entre 2003-2008 y la recuperación del crecimiento en 2010: el mantenimiento de una baja inflación, el aumento lento pero constante del salario mínimo, la preservación del salario medio y la disminución del desempleo que permitieron el acceso al crédito, y la extensión de políticas públicas como el "Bolsa Familia".

Frente a circunstancias excepcionales, como fue la caída de la dictadura del Estado Novo (1937-1945) o de la dictadura militar (1964-1984), los trabajadores debieron encontrar un nuevo punto de apoyo político y/o sindical, como fue el proceso abierto por la derrota del nazi fascismo en la Segunda Guerra Mundial, que llevo a que el PCB se convirtiese en partido con influencia de masas desplazando al varguismo, o como fue el proceso entre 1978-1984 que originó al PT, substituyendo al PCB de Prestes.

La etapa de aprendizaje sindical-parlamentario -conocida en la tradición marxista como la estrategia alemana, por analogía con la historia de la socialdemocracia más poderosa del mundo- sólo se agota al calor de una situación revolucionaria que aún no se abrió. La colaboración de clases es un proyecto que renace una y otra vez, en tanto los trabajadores no hayan ganado suficiente confianza en sí mismos y su lucha. Las masas pueden abandonar al jefe de ayer, sin renunciar a las quimeras de su sueño. Pueden, también, reconciliarse con líderes que las decepcionaron.

Entre 1994 y 2002, vía fondos de pensión y a través de la participación en la gestión de los fondos públicos, la burocracia sindical de la CUT, que es aún el principal aparato de apoyo social de la dirección del PT, entró al mundo de los negocios. Después de la elección de 2002, el PT pasó a tener relaciones orgánicas con el gran capital brasileño, y pasó a aceptar con la crisis del mensalao el nuevo papel cesarista de Lula como líder incondicional. E insustituible. Lo que anuncia su ruina. Sin embargo, las ilusiones reformistas de los trabajadores no mueren solas. Serán aún necesarios acontecimientos extraordinarios, como en los ciclos históricos anteriores, para que una nueva dirección pueda afirmarse.

* Valério Arcary es historiador. Profesor de CEFET/SP, doctorado en Historia por la Universidad de São Paulo (USP), miembro de la dirección nacional del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) de Brasil.

 

Notas

[1] En la tradición marxista, un accidente histórico es un fenómeno transitorio, efímero por lo tanto. El antagonismo entre la necesidad y lo casual es uno de los temas teóricos más apasionantes en el terreno interdisciplinario de la filosofía y la historia.

[2] La sigla ABC alude a las ciudades que conforman la periferia proletaria de San Pablo, donde tienen asiento las mayores fábricas automotrices y metalúrgicas de la inmensa metrópoli.

[3] Legendario dirigente histórico del PCB.

[4] Se refiere a la exigencia de que las autoridades nacionales fuesen designadas mediante elecciones directas y no mediante una elección indirecta en un Colegio Electoral amañado por la dictadura, como finalmente ocurrió.

[5] Entre 1950/1980, Brasil en promedio duplicó el PBI en cada década. Fueron necesarios solamente treinta años para duplicar la población. En términos reales, la renta per cápita era en 1980 50% mayor que en 1950. Demoró, sin embargo, los últimos treinta años para duplicar el PBI de 1980. Y también demoró treinta años en duplicar la escolaridad media: en 2010 alcanzó una escolaridad media de siete años (para la población con 15 años o más), que es la mitad de la escolaridad en los países europeos del Mediterráneo.

[6] Tres diputados federales, Bete Mendes, José Eudes y Airton Soares rompieron con el partido en 1985 porque el PT no apoyó la Alianza Democrática que eligió, indirectamente, la lista Tancredo/Sarney en el Colegio Electoral de la dictadura, luego de la campaña por las "Directas" en 1984. Se fueron solos, sin arrastrar militantes ni afectar mayormente la influencia electoral que siguió creciendo. La trayectoria posterior de Soares fue errática: pasó por el PDT (apoyando en 1989 la candidatura de Brizola), el PSDB, el PPS (con

Ciro Gomes en 1998) y finalmente se afilió al Partido Verde (PV) apoyando a Marina Silva en 2010.

[7] Convergencia Socialista había sido una de las primeras tendencias presentes desde la fundación. Zé Maria de Almeida fue uno de los que defendió la idea de formar un PT en el Congreso de los metalúrgicos de Lins en 1979. En 1992, la acusación que fundamentó la expulsión de CS fue indisciplina, porque la tesis que defendía la necesidad de una campaña para intentar voltear a Collor había sido derrotada en el primer Congreso Nacional del PT de 1991, con el voto del 30% de los delegados. Convergencia Socialista orientaba el 10% de este bloque y llegó a tener dos diputados en el Congreso nacional. CS no aceptó la decisión y, apoyada en una influencia sindical y estudiantil que era superior a su presencia orgánica en el PT -15% en la CUT y 20% en la Unión Nacional de Estudiantes- apoyó en las calles el "Fuera Collor". El PSTU presentó como candidato a Zé Maria en las elecciones de 1998, 2002 y 2010, pero sin obtener representación parlamentaria. Fue la principal corriente de izquierda anticapitalista que impulsó la constitución de la Central Sindical y Popular/Coordinación Nacional de Luchas (CSP/CONLUTAS) que nació en 2005.

[8] La tendencia Nueva Izquierda surgió de la disolución en 1989 del Partido Comunista Revolucionario. El PCR nació en 1979 de una división del Partido Comunista de Brasil (PCdB), cuya historia remite a la escisión China-Unión Soviética de 1961. El PCdB compartió la línea maoísta defendida por Albania y estuvo al frente de la guerrilla de Araguaia a comienzos de la década del 70. El PCR fue parte de la oposición de izquierda en el interior del PT de los años 80. La Nueva Izquierda realizó el giro político más inverosímil a fines de los años 80: llegó a la conclusión que el estalinismo era indisociable del leninismo y del mismo marxismo.

[9] Gigantesco escándalo de coimas y sobornos a parlamentarios y prominentes figuras gubernamentales.

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