Por Leonardo Ixim

Para la implementación de los Acuerdos de Paz, firmados en diciembre de 1996, se generó una serie de instancias estatales para democratizar el Estado burgués. Estas instituciones, en su devenir, lograron implementar algunos programas sobre todo en temas de la distribución agraria sin cuestionar el modelo. Pero las fuerzas conservadoras se dedicaron a torpedear este proceso, además de que no fue acompañado por ningún tipo de movilización social para por lo menos cumplir estas reformas mínimas.

En ese sentido, por presión de la sociedad civil, se buscó que Naciones Unidas implementara una instancia internacional que, junto al Ministerio Público (MP), se dedicara a desmantelar los denominados Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CIACS), estructuras enquistadas dentro del Estado para actividades ilegales. De tal forma se conformó en 2006 la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), la cual tendría que trabajar con una unidad especial para desmantelar los CIACS del MP, la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI).

La CICIG fue apoyada financiera, organizacional y logísticamente por las potencias imperialistas, sobre todo Estados Unidos, vinculándose con la agenda gringa de combatir la corrupción y crímenes trasnacionales. En un primer momento parecía que solo iba a atacar a sectores molestos para las fracciones oligarcas de la burguesía, pero en el proceso de fortalecimiento de los CIACS, estos como los catalogó la misma CICIG, se conformaron en redes políticas de aprovechamiento de los recursos públicos, borrando con esto las fronteras entre las actividades de estas distintas fracciones.

De ahí que, en la dirección imprimida, Iván Velázquez al frente de la CICIG y el actual jefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval, atacaran actos ilícitos de personajes provenientes de las familias de la burguesía local. Esto adquirió fuerza desde 2015 y a raíz de esa situación, los grupos del capital más poderoso junto a organizaciones ultraderechistas como Guatemala Inmortal y la Fundación Contra el Terrorismo, se dedicaron a desprestigiar las acciones de Velázquez y Sandoval y a montar una patética campaña de nacionalismo anti-gringo reaccionario.

Durante el gobierno de Jimmy Morales dirigió por breve tiempo la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), ente encargado de recolectar impuestos, entre algunas cosas más, Juan Francisco Foppa. Él venia de trabajar en el MP y coordinar con la FECI algunas acciones contra los corruptos y tenía el aval estadounidense; además tiene parentesco con figuras de la izquierda como la poetisa Alaide Foppa, desaparecida por ejército en la guerra interna.

Durante su gestión obligó a pagar a Aceros de Guatemala unos Q800 millones por evasión fiscal e iniciar procesos contra otros grupos oligarcas que hacen de esa forma de operar, una práctica común. Foppa fue sacado de la SAT cuando el rumbo del gobierno de Morales fue mostrando su verdadera cara, acosado por procesos penales a raíz de actos de corrupción de sus familiares y delitos electorales cuando fue candidato, lo cual a la larga fue el causal de no renovar el mandato de la CICIG.

Con el gobierno de Giammatei, el proceso de cierre de espacios democráticos adquiere más fuerza. El desmantelamiento de las instituciones de la paz, el control total de la Corte de Constitucionalidad, el compromiso de la actual fiscal general Consuelo Porras con las fuerzas más reaccionarias y el acoso constante de ésta y otros actores a la FECI.

Recientemente un abogado, Otto Rolando Gómez interpuso un recurso de inconstitucionalidad contra el acuerdo de creación de la FECI en la CC, el cual fue aceptado. De igual forma, fue detenido Foppa junto a otras personas, algunos ex miembros de la CICIG, por participar en la formación de un partido político en 2020, bajo cargos de falsificar ciertas actas de constitución partidaria; sin embargo, el verdadero motivo, es la venganza de los grupos oligárquicos, por su accionar al frente de la SAT.

En este trascurrir el Estado nunca fue reformado, lo cual era casi una imposibilidad. Las fuerzas de izquierda y sociales creyeron el cuento del democratísimo y centraron su estrategia en la defensa de personajes e instituciones burguesas. Nosotros consideramos, que el ataque a la FECI y la detención de Foppa atentan contra las libertades democráticas; por ende, urge la conformación de un frente común contra ante estas amenazas que pesan contra los derechos políticos de la clase trabajadora y luchar por una Asamblea Constituyente Originaria y Plurinacional, como órgano de poder para los pueblos y la clase trabajadora. 


Por Oliverio Mejía

La Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Publico detuvo a 12 militares y policías responsables de graves crímenes a los derechos humanos durante la guerra interna sufrida en Guatemala, en base a hechos acaecidos entre 1983 y 1985. Los delitos imputados a los capturados figuran en el denominado Diario Militar, poniendo a la orden del día la exigencia de justica para los perseguidos por el Estado.

El Diario Militar o “Dossier de la Muerte” es un documento revelado en 1999 por medio de la organización estadunidense Archivo Nacional de Seguridad y la experta en archivos Kate Doyle. Este documento evidencia cómo una estructura de inteligencia del ejército de Guatemala conocida como El Archivo, adscrita al desarticulado en 2003 Estado Mayor Presidencial (EMP), controló, infiltró, siguió, torturó, violó sexualmente, desapareció y asesinó a opositores políticos. El documento registra cómo 183 personas fueron secuestradas, torturadas y ejecutadas

Estas estructuras militares desarticularon redes de organizaciones insurgentes y clandestinas de izquierda, quienes habían conformado en 1982 la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). Según investigadores, en el Diario Militar se detalla los mecanismos usados contra militantes de estas organizaciones, centradas sobre todo en dos: el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) y la Organización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA). Pero también contra organizaciones sociales, con algún vinculo con estas organizaciones clandestinas.

Entre los detenidos por estos delitos figuran el general retirado Marco Antonio González Taracena, quien dirigió en ese momento El Archivo; así como sus ex subalternos y especialistas del EMP, Edgar Corado Samayoa, Enrique Cifuentes de la Cruz, Eliseo Barrios Soto, Mavilio Aurelio Castañeda Betancourt y Rony Rene Lara. Otros de los detenidos fueron los agentes de la Dirección de Inteligencia militar, José Daniel Monterroso Villagrán y Edgar Virgilio de León Sigüenza y el excomandante de la zona militar del departamento de Chimaltenango en ese momento, Víctor Augusto Vásquez Echeverría.

También fueron detenidos el primer jefe del Departamento de Investigaciones Técnicas (DIT) Gustavo Adolfo Oliva Blanco y el primer jefe de la Brigada de Operaciones Especiales de la Policía, Juan Francisco Cifuentes Cano, ambos integrantes de la extinta Policía Nacional (PN), eliminada con la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, y Jacobo Salán Sánchez, quien ya está siendo procesado por una millonaria defraudación al Ministerio de Defensa en 2001. La PN fue intervenida por el ejército previo a 1996, como parte de las operaciones contrainsurgentes, concebidas dentro de la Doctrina de Seguridad Nacional, impulsada por el imperialismo estadunidense, en las disputas en la guerra fría; situación que los ejércitos dentro de la órbita gringa usaron para afianzar su poder político.

Tales acciones represivas llevadas a cabo por el ejército, fueron contenidas en el Plan Nacional de Seguridad en Democracia (PNSD), tras el golpe de estado de marzo de 1982, el cual contó con varios planes de campaña bajo la tónica de la militarización de la sociedad, divididos en los siguientes: Plan Victoria 1982, Plan Firmeza 1983, Plan Rencuentro Institucional 1984 y Plan Estabilidad Nacional 1985.

El PNSD fue la respuesta gubernamental ante el avance de las fuerzas revolucionarias a finales de los años setenta e inicios de los ochenta; un remozamiento del régimen político militar que estaba debilitado por el empuje de la lucha de clases, con la directriz de desarticular toda oposición, considerada el enemigo interno, como todos las y los héroes contenidos en el Dossier de la Muerte y militarizar las regiones donde operaba la guerrilla. Para darle paso a la Constitución Política actual en lo que Moreno denomina, reacción democrática.

En el año 2005, familiares aglutinados en la Asociación de Familiares y Desaparecidos Detenidos de Guatemala (Famdegua), ante la negación de justicia, interpusieron una denuncia ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. En diciembre de 2012 la Corte IDH, dicta sentencia en torno a exigirle al Estado medidas de garantía para la no repetición, la investigación de los hechos, la verdad de lo sucedido y la responsabilidad de posibles señalados.

Nos sumamos a las muestras de solidaridad con los familiares de detenidos y desparecidos por el Estado de Guatemala, al que exigimos que haga cumplir con la justicia, para lograr que los altos personeros ex militares, paguen por los crímenes cometidos contra el pueblo.


Por Armando Tezucún

En las últimas semanas el pleno de diputados al Congreso de la República ha avanzado a pasos acelerados en la aprobación de decretos que hacen parte del paquete de reformas legales para la reactivación de la economía, luego de desastroso retroceso en el Producto Interno Bruto de 2020 que dejó la pandemia del Covid-19. Por supuesto, estas reformas han sido acordadas no con las centrales sindicales y campesinas ni organizaciones de trabajadores, sino con los representantes del gran capital guatemalteco y otros poderes que controlan los negocios y la economía del país. Sin embargo, los poderes ejecutivo y legislativo han tratado de quedar bien con dios y con el diablo, metiéndose a líos al querer complacer a todos los grupos de interés.

Las reformas a la Ley de Zonas Francas

El 25 de febrero de 2016 el Congreso aprobó el decreto 19-2016, un paquete de reformas a las leyes de maquilas y zonas francas, eufemísticamente llamado “Ley Emergente para la Conservación del Empleo”. Las reformas se hicieron para cumplir con la exigencia de la Organización Mundial del Comercio de garantizar una competencia igualitaria entre empresas de los distintos países. La ambigüedad de las anteriores leyes, vigentes desde 1989, había permitido que una serie de empresarios registraran sus negocios al amparo de las mismas para obtener la exención del pago de impuestos. Entre estas empresas estaban marcas reconocidas como Bimbo, Monsanto, Nestle, Kern´s, Mahler, Bolik y Disagro. El decreto 19-2016 restringía el tipo de empresas beneficiadas a maquilas de vestuario y textiles, y servicios de call y contact centers, liberándolas del pago del Impuesto Sobre el Valor Agregado, de Importación e Impuesto Sobre la Renta.

En septiembre del mismo año, los entonces diputados Carlos Chavarría Pérez, Óscar Chinchilla y Carlos Fión, introdujeron una iniciativa de reforma a la ley (Iniciativa 5174), invocando el retiro de inversión extranjera y la consecuente pérdida de empleos provocados por el decreto 19-2016, expresando que “se estima conveniente mantener las actividades que originalmente fueran establecidas en la Ley de Zonas Francas, Decreto No.65-89 del Congreso de la República, al momento de su emisión agregando algunas actividades adicionales, para evitar el riesgo de retiro del territorio nacional de la inversión extranjera, con serias implicaciones en empleos y en tributos al erario nacional que se dejarían de percibir” (https://www.congreso.gob.gt/detalle_pdf/iniciativas/2577).

No está de más recordar por enésima vez que la oligarquía guatemalteca ha fortalecido su poder económico durante décadas mediante dos pilares: la negación sistemática a pagar impuestos justos y la evasión fiscal, y el pago de salarios de miseria y condiciones laborales precarias para sus trabajadoras y trabajadoras. El resultado ha sido un Estado extremadamente débil y el 60% de la población en situación de pobreza y extrema pobreza. 

La discusión de las reformas en 2021

La iniciativa 5174 entró a discusión en el pleno del Congreso, pero quedó en segundo debate desde enero de 2018. Este año la alianza oficialista se propuso aprobarla antes que finalizara el primer período de sesiones ordinarias, pues ahora parece ser importante para la reactivación de la economía. De acuerdo a la Comisión de Finanzas, a partir de 2016 las áreas de zonas francas se redujeron de 17 a seis, reduciéndose el número de empresas de 282 a 172, con la pérdida de 6 mil empleos directos y 9 mil indirectos.

La polémica se centró en la estimación del monto de impuestos que el Estado dejaría de recibir de aprobarse la iniciativa. Según un dictamen de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), con fecha de marzo de 2017, “…su aplicación representaría un sacrificio fiscal del Q 4 mil 110 millones, razón por la cual, desde el ámbito de competencia de la Administración Tributaria no se considera procedente su aprobación” (Prensa Libre 11/05/2021). Sin embargo, la Comisión de Economía del Congreso recibió otro documento trabajado por el Ministerio de Economía y la SAT, de marzo de 2021, en que se afirma que, si se aplican algunas enmiendas, el impacto fiscal se reduciría a Q 110 millones y Q 300 millones por año.

A pesar de las dudas de las bancadas de oposición, se hizo evidente el acuerdo entre las bancadas oficialistas, las cámaras empresariales, el Ministerio de Economía y la SAT para aprobar las reformas. El 12 de mayo, con 84 votos a favor, fue aprobado el decreto 6-2021, que reforma la Ley de Zonas Francas. De acuerdo al oficialismo, se crearán 32 mil empleos y se atraerá una inversión de US$ 300 millones, creándose una serie de controles y requisitos para evitar que empresas no calificadas para recibir los beneficios se cuelen en las zonas francas. Entre las empresas que ahora podrán instalarse gozando de exenciones fiscales estarán las dedicadas a manufactura de plásticos, medicamentos, aparatos electrónicos y electrodomésticos, centros de recreación y hoteles. El decreto 6-2021 ahora está a la espera de su ratificación por el presidente Alejandro Giammattei.

Las reformas a la Ley de Contrataciones

En contraste con el alborozo general con que fue recibido el decreto 6-2021 entre el gobierno, el legislativo y el empresariado, la aprobación de reformas a la Ley de Contrataciones del Estado ha causado serias desavenencias en los círculos de poder.

Con la presencia de un contingente de alcaldes situados en el palco del salón de sesiones del Congreso, el 28 de abril 88 diputados de la alianza oficialista aprobaron el decreto 4-2021, que reformó aspectos de la Ley de Contrataciones del Estado. Uno de los cambios más polémicos es el que elevó de Q 90 mil a Q 200 mil el monto de las compras consideradas de baja cuantía, que no requiere la presentación ofertas, ni bases para presentarlas, ni competencia entre varios oferentes, sino que la compra queda a discreción del funcionario que necesita realizar el gasto. Además, la cotización antes se utilizaba para compras por hasta Q 900 mil, y las licitaciones para compras que superaran ese monto; ahora las cotizaciones se podrán hacer hasta por Q 2 millones y las licitaciones cuando se pase de esa cantidad.

En las reformas a la ley y el procedimiento de aprobación se hizo más que evidente que los diputados y el presidente Giammattei estaban cumpliendo compromisos pactados con alcaldes, que constituyen un verdadero poder en el interior de la república y son una base de respaldo para el gobierno en caso de necesidad. Por ello los jefes ediles que estaban en el palco legislativo actuaron como una barra en un partido de fútbol, aplaudiendo y gritando con cada artículo aprobado.

Las municipalidades del interior derivan su poder, en gran parte, del hecho de que representan fuente de enriquecimiento no solamente para los alcaldes, sino para los diputados distritales que con harta frecuencia están vinculados a empresas que hacen jugosas ganancias con las obras de infraestructura y otras inversiones realizadas por las alcaldías; esto aparte de los lazos que muchos alcaldes cultivan con las redes del narcotráfico. Otra reforma esencial para los empresarios que lucran de los recursos del Estado, es que se eliminó la prohibición de que puedan ser contratistas del Estado personas que hayan sido condenadas por delitos contra la administración pública, como defraudación tributaria, contrabando y defraudación aduanera. 

Estas reformas, por tanto, han venido a dar carta blanca a las estructuras de corrupción que amalgaman a diputados, alcaldes y empresarios en el interior, y que durante décadas han defraudado al Estado. Y tanto los 88 diputados que votaron a favor, como el presidente, se olvidaron de que la esta ley no solo se refiere a las compras de las municipalidades, sino de todas las dependencias del Estado, haciendo la ejecución del gasto público aún más vulnerable.

Las cámaras empresariales protestan

La aprobación del decreto 4-2021 vino a atizar las viejas rivalidades entre los bloques empresariales tradicionales y los emergentes advenedizos que les han hecho competencia desleal con las contrataciones del Estado aprovechando influencias y vínculos con funcionarios.

El 7 de mayo el Comité Coordinador de Asociaciones Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), realizó un foro para discutir las reformas a la Ley de Contrataciones del Estado, criticando que ponen en riesgo la transparencia, desincentivan la aplicación de metodologías competitivas, entre otras cosas. El presidente del CACIF, Hermann Girón dijo que la ley tiene que ser reformada en su totalidad, “tiene que existir visibilidad, competencia, y responsables que sufran las consecuencias de no actuar con transparencia” (Prensa Libre 08/05/2021). Otros expositores en el foro afirmaron que “Esta ley es simplemente una ampliación de montos de procesos de compra por excepción. En realidad, es un enorme retroceso que dejará paso a la corrupción…el presidente de la República hoy tiene un rol importante y es el de no sancionar la ley…sería un mensaje de liderazgo presidencial cuestionarse sobre las bondades de esta Ley de Contrataciones” (Ídem).

El 12 de mayo las Cámaras de Comercio y del Agro se pronunciaron contra las reformas, y solicitaron al presidente Giammattei que las vete, mientras que la Cámara de la Construcción y la Cámara de Industria solicitaron lo mismo el día 18.

El presidente tiene ahora una brasa ardiente en sus manos, con la decisión de sancionar o no el decreto 4-2021. Tendrá que decidir si su lealtad está con los alcaldes o con el empresariado. El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) propone que el gasto público sea fiscalizado por sus beneficiarios directos, el pueblo trabajador representado por sus organizaciones sindicales, campesinas e indígenas. 


Por Leonardo Ixim

Los magistrados de la nueva Corte de Constitucionalidad (CC) denegaron un amparo puesto por varias Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y algunos diputados, después de que la anterior CC los amparara provisionalmente en marzo del 2020. La alianza oficialista en el Congreso de la República había aprobado las reformas a la ley de ONGs y al Código Civil el 11 de febrero de 2020, reformas que fueron sancionadas por el presidente Alejandro Giammattei el 27 de ese mismo mes.

Esta reforma es otra pieza más del armado que las fracciones de la clase dominantes y las élites políticas corruptas, con el gobierno de Giammattei a la cabeza, pretenden imponer, para cortar la organización popular, pues limitan, como dicen los ponentes del amparo, los derechos a libertad de pensamiento, de asociación y de acción.

Esto como parte de un proceso de centralización del poder y de bonapartización de éste en Centroamérica (tal como han hecho Ortega en Nicaragua, Hernández en Honduras, y en El Salvador Bukele lo pretende también con respecto a este tipo de normas). En Guatemala asume esa centralización no tanto una figura o partido, sino una coalición de fuerzas conservadoras y retrogradas, que, a diferencia de la idea de ilusa de la cooptación del Estado, lo que hacen es reposicionarse en este para defender sus intereses.

Los argumentos de estas fuerzas y de sus títeres en el Congreso, son que las ONGs no tienen control ni fiscalización, pero eso es rebatible porque estas actualmente deben inscribirse en instancias como la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), la Contraloría General de Cuentas (CGC), si reciben recursos públicos, y la Superintendencia de Bancos (SIB); además de los requisitos que piden a los donantes extranjeros, las cuales ya se realizan. El amparo cuestiona que estas instancias adquieren potestades invasivas y extrañas a su función.

El amparo indica, sobre el procedimiento de aprobación parlamentaria, que éste necesitaba mayoría calificada y solo se contó con 86 votos a favor, obligatoria para hacer cambios en leyes orgánicas de las instituciones públicas. Además de otros vicios, tales como el hecho de que se negó la palabra a congresistas críticos y que la forma de conocerlo en el pleno (en el momento de tercera lectura) fue manipulado.

Sin embargo, lo más preocupante de estas reformas es, primero, que crea un registro específico denominado de las Personas Jurídicas (REPEJU), a cargo del Ministerio de Gobernación, que puede a discreción reconocer o no la inscripción de ONGs. Segundo, que les limita las actividades a labores de beneficencia y altruismo, afectando con esto a organizaciones de derechos humanos, de lucha contra la impunidad, que representen sectores sociales o de base; de esta manera, obstaculizan la fiscalización de parte de estas asociaciones hacia las instancias públicas y lo que es peor, poniendo cortapisas al derecho a la organización y a libertad de expresión, hecho que viola pactos y acuerdos internacionales de derechos humanos.

Este REPEJU por su parte, puede cancelar organizaciones si considera que existe “alteraciones del orden público” sin especificar, como dice el amparo qué significa eso, ni establecer procedimientos para esa cancelación, ni órgano jurisdiccional competente. Tal situación por ende responde al hecho de que la alteración del orden público es otra siniestra figura para rescatar la concepción del enemigo interno y establecer un derecho penal del enemigo.

La resolución que rechazó el amparo fue respaldada con los votos de los magistrados: Roberto Molina Barreto, Dina Ochoa y Leyla Lemus, María Cristina Fernández y José de Mata Vela, estos dos últimos emitieron votos razonados concurrentes. Recordemos que la CC que acaba de conformarse tiene una mayoría afín a la alianza oficialista de derecha.

El problema desde nuestro punto es que las organizaciones sociales y no gubernamentales, se acomodaron a defender ciertas posturas o posiciones de funcionarios e instituciones con alguna postura progresista, se durmieron en la defensa de las instituciones de la transición democrática, para lo cual tampoco existió una defensa militante de estos espacios; pero posteriormente a la impugnación del régimen político en 2015, los factores reaccionarios se afianzaron en el control de Estado, el cual nunca perdieron.

Las organizaciones perdieron el norte de cuestionar el Estado, el cual nunca dejó su carácter dependiente y oligarca. Ante esta embestida de cierre de espacios se requiere una articulación  para la defensa de los derechos mínimos y establecer un proyecto alternativo al actual régimen político y al Estado capitalista actual.


Por Armando Tezucún

La implementación de nueva política migratoria de la administración Biden marcha a pasos acelerados. Un elemento clave es la participación de un aliado esencial del imperialismo estadounidense, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Este camaleónico personaje no tuvo problemas con inclinarse servilmente ante el expresidente Donald Trump para ser cómplice de la criminal política anti-inmigrantes aplicada durante el anterior gobierno gringo, creando incluso la odiada Guardia Nacional para reprimir a los trabajadores migrantes centroamericanos de paso por México hacia EE. UU.; ahora no tiene problemas con colaborar en  el desarrollo de una política totalmente contraria, mostrando su disponibilidad para servir sin discusión al amo del norte, sea quien sea el que esté en el gobierno.

Durante una reunión virtual sostenida con la vicepresidenta Kamala Harris, López Obrador no tuvo empacho en afirmar “Ahora son mucho mejores. Nos vamos a seguir entendiendo, tenemos muchas cosas en común y estamos de acuerdo con la política que ustedes están emprendiendo en materia migratoria. Nosotros vamos a ayudar, pueden contar con nosotros” (El País 07/05/2021), haciendo borrón y cuenta nueva de su colaboración con Trump y sus medidas represivas, por la que tendrá que rendir cuentas ante los pueblos centroamericano y mexicano. 

Alejandro Giammattei se reúne con el presidente mexicano

El 3 y 4 de mayo el mandatario guatemalteco realizó una visita oficial a México para reunirse con representantes del gobierno de ese país, principalmente con el presidente López Obrador. Esto en el marco de las respuestas a la problemática migratoria, tema que preocupa enormemente al gobierno estadounidense, y para cuya solución se ha propuesto involucrar a los gobiernos del Triángulo Norte y a su aliado mexicano. La vicepresidenta gringa Harris, delegada por Biden para hacerse cargo del problema, está espoleando a sus peones del área para encontrar soluciones. Uno de los principales acuerdos fue la implementación en Guatemala de programas que ha puesto en marcha el gobierno mexicano para desincentivar la migración hacia el norte, proveyendo fuentes de ingreso en las regiones más pobres para mejorar la situación socioeconómica de la población. Los cancilleres guatemalteco (Pedro Brolo) y mexicano (Marcelo Ebrard) firmaron una Carta de Intención en materia de cooperación bilateral que “permitirá que Guatemala y México pongan en marcha diversos proyectos de cooperación y programas sociales para contrarrestar las causas que generan la pobreza y la migración…” (La Hora, 04/05/2021).

Los programas que se implementarán

Uno de estos programas se llama “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Este es un proyecto que en México apoya a más de 330 mil aprendices con 4,310 pesos mexicanos mensuales (unos US$ 215 o Q 1,659)  para que hagan pasantías en las empresas; involucra a jóvenes entre 18 y 29 años que no estudian ni trabajan, vinculándoles con empresas y negocios donde desarrollan hábitos laborales y competencias técnicas para futuros empleos. Este tipo de políticas ya se ha implementado en Guatemala, y los trabajadores y organizaciones sindicales deben estar vigilantes, pues se prestan para crear empleos precarios, con sueldos abajo del mínimo; esto casa a la perfección con el reclamo de la burguesía guatemalteca de aprobar la reglamentación del Convenio 175 de la Organización Internacional del Trabajo, que permitiría a los empresarios crear empleos a tiempo parcial con bajos sueldos y sin las prestaciones de ley. 

El otro programa se llama Sembrando Vida. En México emplea a más de 450 mil campesinos para sembrar mil millones de árboles frutales y maderables en 1 millón de hectáreas, con una inversión de US$ 1,400 millones. Los beneficiarios deben poseer propiedades de 2.5 hectáreas disponibles para el proyecto y reciben apoyo técnico e insumos para sembrar milpa intercalada entre árboles frutales y maderables; el programa otorga 5 mil pesos mexicanos mensuales a los beneficiarios (US$ 250 o Q 1,960). Según el Instituto de Recursos Mundiales, este programa no tiene como objetivo la restauración forestal ni la reforestación, sino que es una estrategia de productividad destinada a áreas en pobreza para reactivar la economía local. Más bien tuvo un impacto negativo en las coberturas forestales y el cumplimiento de las metas de mitigación de carbono de México durante su primer año de implementación, pudiendo haber incentivado una pérdida de coberturas forestales de 72,830 hectáreas en 2019. Se ha alertado que hay campesinos que deforestan sus tierras para inscribirlas en el programa (BBC News Mundo 23/04/2021). Este programa ya se está implementando en Honduras y El Salvador, y López Obrador propuso a Biden que Washington apoye su ampliación en el sureste de México y en Centroamérica “para sembrar 3 mil millones de árboles y generar 1.2 millones de empleos (Prensa Libre 05/05/2021).

Kamala Harris se reunió virtualmente con grupos de la sociedad civil

Como parte de su campaña en pro de la nueva política migratoria de la administración Biden, la vicepresidenta de Estados Unidos sostuvo una reunión virtual con varias asociaciones y ongs guatemaltecas el pasado 27 de abril. Al parecer estuvieron presentes las mismas asociaciones que se reunieron a inicios de abril con el enviado especial Ricardo Zúñiga; entre otras, la Embajada de Estados Unidos mencionó: la Asociación para Investigación y Estudios Sociales (Asies), Acción Ciudadana, Fundación Libertad y Desarrollo, la empresarial Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), Unidad de Protección a Defensores de Derechos Humanos de Guatemala (Udefegua), Plataforma de Mujeres Indígenas, Justicia Ya, Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades) y el Movimiento Cívico Nacional.

Este encuentro se dio en el marco de la nueva orientación de la cooperación del gobierno estadounidense, según la cual, en virtud de la desconfianza hacia los gobiernos del Triángulo Norte por la corrupción y la mala administración imperantes, los fondos de asistencia serán canalizados a través de asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales, además de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID), del propio gobierno gringo.

El discurso de Harris se centró en que ahora su gobierno pondrá a la población guatemalteca en el centro de las soluciones al problema migratorio, y por ello se reúne con “líderes comunitarios”, que en realidad no lo son; si nos atenemos al listado de organizaciones presentes, en su mayoría son ongs financiadas por la cooperación europea o estadounidense, dirigidas por técnicos, profesionales, empresarios o políticos.

Entre otras cosas, dijo: “...estamos construyendo una estrategia integral que incluye dirigentes empresariales, dirigentes de fundaciones y dirigentes comunitarios como ustedes. Estoy convencida de que ustedes son las voces vitales de esta región” (Prensa Libre 29/04/2021). E insistió: “...la razón por la cual quería estar con ustedes y escucharles es: ustedes conocen a las personas detrás de estos números...conocen sus historias...sus luchas…y creo que pueden ayudarme a identificar cuáles comunidades tienen  más necesidad de apoyo...ustedes también pueden ayudarnos a entender cuáles áreas geográficas tienen más necesidad de ayuda...Y me encantaría conocer sus opiniones sobre...cuáles políticas estadounidenses...han funcionado y cuáles no en el pasado…” (Prensa Libre ídem).

Los medios no informaron sobre las repuestas de los presentes, pero la vicepresidenta dijo que se reunirá presencialmente con ellos durante su próxima visita en junio.

...Y con el presidente Giammattei

El día anterior, 26 de abril, la vicepresidenta estadounidense se reunió de forma virtual con el presidente guatemalteco Alejandro Giammattei. Harris ratificó el interés de su gobierno en trabajar junto al mandatario chapín para abordar las causas de la migración ilegal a Estados Unidos, dando una “esperanza” a la población, “habrá una oportunidad para ellos si se quedan en casa”; dijo que “EE. UU. planea aumentar la ayuda en la región y fortalecer la cooperación para gestionar una migración de manera efectiva, segura y humana”  (Prensa Libre 27/04/2021).

Durante este encuentro Harris anunció una ayuda adicional para los países del Triángulo Norte por US$ 310 millones. De ellos, US$ 255 millones será para ayuda humanitaria, desglosados en asistencia alimentaria de emergencia, protección de refugiados y solicitantes de asilo y servicios de salud y educación; el resto se destinará a fortalecer el sector agrícola, alfabetización y alimentación infantil.

La solución la tiene el pueblo trabajador

La nueva política migratoria del imperialismo gringo está destinada al fracaso. Básicamente porque la administración Biden, igual que la de Trump, no está dispuesta a atacar los problemas de fondo, que son las condiciones de miseria resultado un capitalismo deformado que beneficia únicamente a la oligarquía local y a las multinacionales. Al contrario, el gobierno gringo jamás romperá con estos mismos empresarios que sistemáticamente insisten en pagar salarios de hambre, no crean empleos porque solo invierten en sectores que les son rentables, se han negado por décadas a pagar impuestos creando Estados débiles y se oponen a la aprobación de leyes que brinden protección social al pueblo.

Es el pueblo trabajador centroamericano organizado el deberá enfrentar a los explotadores locales y extranjero, aglutinándose tras un programa democrático radical que garantice los urgentes cambios económicos y sociales que beneficien a los explotados y oprimidos.

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