Por Fabio Marucci

La crisis social, política y económica que atraviesa Europa es la viva y más patética representación de la crisis global de un sistema capitalista imperialista en crisis. Se trata de una crisis global que abarca a todo el mundo pero que tiene su epicentro, por primera vez en el post 2da guerra mundial como centro a los EEUU y Europa.

Esta crisis es enfrentada por el capitalismo sin medias tintas, con ajustes al nivel de vida de los trabajadores y el pueblo, recortes a los sistemas de salud y pensiones, ataques a todo el servicio público como la educación e intentando privatizar todos las empresas en mano del estado. En resumen, intentaran hacer pasar un brutal plan neoliberal como el que ya vimos en Argentina en la última década del siglo pasado.

Este ataque viene precedido de un par de décadas de reformas reaccionarias, introducción del sistema de sociedad por acciones en algunas empresas estatales, implantación del trabajo precario sobre todo en los primeros empleos, pérdida del poder adquisitivo del salario, deslocalización de empresas, explotación de la inmigración, etc. Es todo lo que han intentado hacer desde el gobierno los dos polos fundamentales de este último régimen político que agoniza, el representado por la derecha (Berlusconismo, Liga Norte, AN, etc) y socialdemocracia (DS, después PD y aliados).

Ante la inviabilidad de que el recorte final pueda ser llevado adelante por el gobierno de Berlusconi, los representantes del régimen político cierran filas y se ponen de acuerdo en elegir un gobierno “técnico” presidido por un representante del riñón de la banca financiera internacional, Mario Monti. Desde fines del año 2011 este gobierno intenta llevar adelante un terrible plan de ajuste recortando el presupuesto del estado en salud, educación, servicios, etc. (La deuda pública representa el 118,10% del PBI). El ataque, a nivel del movimiento obrero, intenta asestar un golpe a su línea de flotación, acabando con el artículo 18 del estatuto de los trabajadores que impide despedir por injusta causa. Por este articulo todo trabajador que es despedido sin motivo (En muchos países generalmente se paga una indemnización) puede hacer un juicio y ser reincorporado, cosa que ocurre en la mayoría de los casos. De este modo este artículo garantiza el puesto de trabajo si el trabajador no incurre en faltas propias del trabajo o de índole disciplinario. El escenario que viene de ajustes y privatizaciones no permite contar con una legislación de este tipo. Ya vimos en Argentina lo que significan las privatizaciones: despidos en masa. Si bien ya existe mucho trabajo sin contrato, precarios, y para estos trabajadores no rige ni siquiera el subsidio por desempleo, la masa laboral que está bajo el paraguas de este articulo y ni hablar a nivel del estado, es una mayoría aplastante. El otro ataque fundamental a venir por el lado de las jubilaciones y pensiones. La tasa de crecimiento en Italia es levemente positiva gracias a la inmigración en medio de un población que tiene un 20,3% de personas mayores a 65 años (12 millones aprox.) y una fuerza laboral de 25 millones (un jubilado cada 2 trabajadores). La tasa de desempleo, según datos del 2011, es de 8,4%.  La tasa de desempleo entre la juventud es del 26%. La tasa de crecimiento está entre 0 y 1%. Italia vive una recesión que ya tuvo en 2009 y 2010 dos capítulos depresivos. Si bien los datos sobre suicidios abarcan muchos motivos y los de índoles económicas no sean los mayoritarios es curioso percibir que por este motivo haya una media de casi 1 al día en los últimos tres años. Todo esto representa un coctel explosivo que tiene mechas listas a encenderse en cualquier momento.

La crisis del Euro

Claro, la crisis no es solo italiana. La crisis es Europea, es mundial, es la crisis del sistema capitalista que nos puede llevar a una catástrofe planetaria y humana, a un barbarismo difícil de imaginar. En particular, la crisis del euro vino construida sobre una telaraña cuyos epicentros son Francia y Alemania. Efectivamente, si vemos la relación de estos países con el resto de Europa saltan a la vista la importancia que tienen. En el caso de Italia, la principales importaciones provienen de Alemania 16,68% y Francia 8,82%, mientras sus principales exportaciones van a… Alemania 12,6% y Francia 11,57%. La cuarta parte del comercio exterior italiano es con ellos. El Euro y la BCE manejan las finanzas, el endeudamiento, todo en la economía de los países europeos, así como el mercado laboral que el capitalista utiliza para bajar el salario de los trabajadores. Los prestamos usurarios, el estrangulamiento de la deuda hace que veamos que haya países, cuyo mayor ejemplo es Grecia, a los que les “reestructuran” la deuda solo para que sigan pagando. Esto es la Unión Europea, una exprimidora de economías para que los principales grupos económicos imperialistas no pierdan su nivel de ganancias.

La lucha contra el pago de la deuda publica es uno de los ejes del proceso italiano y europeo.

La crisis del régimen y del gobierno

Estas dos décadas de reformas y ajustes ha llevado a un desgaste y una ruptura que por falta de alternativa política solo se reflejaba en un segundo plano, pero presente y persistente. Se veía en las grandes movilizaciones de los movimientos sociales, también en la ruptura en las sombras de una clase obrera cada vez más escéptica en los partidos o en el abstencionismo electoral de un sector de la población. Tal vez el mayor error haya sido no haber construido con claridad en todo ese tiempo una alternativa nítida y separada del centroizquierda sin caer en la trampa de hacerle el “juego a la derecha” que pregonaban sus dirigentes pero al mismo tiempo unitaria entre todas las fuerzas de la izquierda, construyendo un perfil diferente de los partidos del régimen tanto en la política exterior como en la domestica.

El gobierno Monti define que tanto la centroizquierda como la derecha “son lo mismo”. Esto quedó clarísimo a la población que veía como se entronaba un gobierno bajo el ala protectora de los principales partidos del régimen. La respuesta del movimiento de masas se dio apenas ésta pudo expresarse: en la elecciones administrativas del 6 y 7 de mayo. En esas elecciones, la paliza que recibieron los grandes partidos fue estrepitosa. Una parte de su electorado se abstuvo, otra fue a apoyar un nuevo movimiento, el “5 estrellas” de Beppe Grillo. Según un análisis del instituto Cattaneo hecho en 24 ciudades de las disputadas publicado en el Corriere della Sera del 9 de mayo, la Liga Norte perdió el 67% de sus electores del año 2010, La Italia dei Valori (IdV, Di Pietro) perdió el 58%, il Partido de la Libertad (PdL, Berlusconismo) el 44%, el Partido Democratico (PD, centro izquierda) el 33%, Sinistra ecologismo e Libertad (SEL) y la Federazione della Sinistra (FS) el 16%. http://www.corriere.it/politica/12_maggio_09/pdl-lega-idv-dimezzati-perdono-anche-democratici-dino-martirano_d55f9960-999f-11e1-85ab-3c2c8bfb44fd.shtml

Fue un verdadero terremoto político. El movimiento de Grillo logra ganar la ciudad de Parma. El centro izquierda pudo disfrazar la derrota ya que pudo arribar en varias ciudades al ballotage y ganarlas incluso, gracias al abstencionismo y la pérdida de votos del PdL. Pero más allá del hecho electoral está el hecho que el principal golpeado es el gobierno Monti, porque el movimiento de masas, le asestó un golpe mortal a todos los partidos que lo sustentan, que le hacen de escuderos a un gobierno que todavía no aplicó lo fundamental del ajuste. El gobierno de Monti, como el de sus predecesores, se tiene que apoyar en la traición de la poderosa burocracia sindical italiana representada en sus tres históricas organizaciones, la CGIL-CISL e UIL.

“La storia corre veloce”

Así dice Beppe Grillo, la histórica corre muy rápido. Es verdad, muchos personajes políticos ya son historia y la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Sin caer en un sofisma podemos afirmar que lucha de clases corre veloz. Si uno consulta la pagina de la comisión de garantías de huelgas (en Italia hay que avisar con mucha antelación el llamado a una huelga) estaban programadas 150 huelgas por sector entre el 16 de junio y el 15 de setiembre en plena época de vacaciones! Ver datos en http://www.commissionegaranziasciopero.it/scioperoList . Esto es solo para ver que luchas a nivel sindical hay, incluso en verano. Pero también están la luchas en defensa del medio ambiente, como aquella contra las obras del TAV (Tren de Alta Velocidad) o de los “indignados” italianos y de los estudiantes. También se vio una importante lucha de transportistas en Sicilia que casi embiste nacionalmente el gobierno. La lucha por la defensa de las empresas estatales o comunales como por ejemplo, el agua o el transporte están a la orden del día.

Marcha en defensa de la empresa de transporte del Comune de Firenze

Hay centenares de conflictos que van a la deriva solos. Porque si la crisis por un lado empuja a la lucha y la movilización, en el otro extremo de la realidad objetiva, existe una dirección burocrática traidora que no los unifica y al mismo tiempo una debilidad extrema de una dirección independiente, clasista y combativa capaz de elevarse a la altura que las circunstancias lo reclaman. No está el problema en el nivel de consciencia u organización del movimiento de masas sino en su dirección. La crisis de los partidos políticos tradicionales es la crisis social, económica, ética que lleva de por sí el capitalismo. Si la situación no fuese tal no habría razón para que el movimiento de masas le dé la espalda. La crisis de dirección revolucionaria en cambio es política.

Por un lado la izquierda “radical” está representada en una miscelánea de partidos donde en la mayor parte reina el sectarismo. Luego del fracaso de Refundación Comunista, cuya cabeza dirigente central (el Bertinottismo) le hacia el juego al PD y en su final entró al último gobierno de Romano Prodi, muchas organizaciones abandonaron ese partido. Por otro lado los grandes movimientos antiglobalización como el que se movilizó contra el G8 en Génova 2001 o en Florencia 2002 en el marco del FSE o en cuanta movilización se hiciera contra la guerra no terminó nunca de constituirse en una alternativa política para gobernar un país que es lo concreto para cualquier clase, sea la obrera, la media, etc. Al contrario en muchos casos se hizo campaña contra todos los partidos y la participación no solo electoral sino política. El sindicalismo de base, en su epopeya heroica de lucha contra los sindicatos burocráticos, no supera su propia fragmentación y auto referencia, y en algunos casos sin propuestas de tipo político para superar la crisis. De todos modos el conjunto de estas fuerzas representa un gran sector de vanguardia presente en las luchas. Muchos serán actores activos del próximo devenir, incluso puede haber un movimiento que impulse una gran movilización.

¿Por dónde comenzar? Saber intervenir en esas luchas que se vienen es lo decisivo, allí está la materia prima para construir una nueva dirección sindical, social y política. Apoyarlas y dotarlas de una política para que triunfen esas luchas es la base para ganar a lo mejor de su vanguardia y construir una organización revolucionaria.

Por otro lado se necesita tener política para los nuevos fenómenos. El “grillismo” es uno de ellos. En él se reflejan muchos honestos luchadores y sectores desencantados por los partidos pero que sin embargo lo ven como algo totalmente diferente a lo visto hasta ahora, diferente a la “vieja política” de casta. Esto es importante porque ignorar el fenómeno es permitir que se abra una brecha para dialogar con el movimiento de masas y su vanguardia. Además porque permite ir dando las propias propuestas. Por ejemplo, ¿Estaría de acuerdo con una gran movilización nacional en defensa del art 18? ¿Por qué no le exigimos juntos a la CGIL-CISL-UIT una huelga general contra el gobierno? Es decir utilizar una táctica de unidad-enfrentamiento que permita ir desenmascarando el verdadero programa. Si empuja la movilización mejor, sino solo es un charlatán. Pero para eso se necesita tener políticas y tácticas especificas. Lo mismo se puede aplicar con el SEL o la FS. Y ni hablemos si participamos en un sindicato como la FIOM o cualquiera de la CGIL, CISL o UIL. Estas políticas de exigencia y de unidad de acción o de unidad enfrentamiento son fundamentales. Desde ya que impulsar la movilización pasa por defender la democracia obrera y su auto organización, los obreros pueden desbordar a su propia dirección y eso se va a ver mucho.  Pero eso es algo concreto, es parte de la lucha, no se inventa.

Ningún proceso revolucionario se repite exactamente, puede haber muchos puntos de contacto, o al decir de la lógica aristotélica, géneros próximos, pero también muchas diferencias específicas. Es importante haber interpretado bien los procesos revolucionarios del pasado, pero mucho más importante es poder, intentar, interpretar los nuevos procesos. Es lo más difícil sin duda. Muchas veces se llega por aproximaciones sucesivas. La realidad política nos plantea muchos desafíos, pero podemos ir sacando conclusiones. Una es la que nos brinda la realidad griega. El crecimiento de Syriza en sólo dos años muestra que es posible construir alternativas políticas unitarias y fuertes en base a un programa contra los ajustes y recortes como el del gobierno Monti. La izquierda italiana tiene una enorme responsabilidad en comenzar a construir una alternativa absolutamente independiente  del centroizquierda y que esté al servicio de empujar la movilización y las luchas de los trabajadores. Existen diversas organizaciones que pueden convocar a esto poniendo un programa de unidad al servicio de esta construcción, un programa común por sobre las distintas tradiciones políticas y que sirva como una guía para la acción cotidiana de propaganda, actividades, etc. Que se enriquezca de las diferencias lógicas sin que estas sean un obstáculo para construir un sujeto político indispensable para la clase trabajadora y el pueblo explotado. Que sepa abrir las candidaturas a dirigentes sindicales y sociales independientes, al mundo de la cultura, a los nuevos dirigentes que surgen de las luchas, de los movimientos sociales. Es importante que esta tarea se inicie lo antes posible, convocando al dialogo a las distintas organizaciones, movimientos, etc. Hay que apoyarse en las experiencias como la de Syriza, pero también como las del PSOL en Brasil o el NPA en Francia, no porque sean experiencias perfectas, sino porque son laboratorios de política en donde se cometen también muchos errores y se puede aprender mucho de esas experiencias sabiendo que las realidades de cada país no son las mismas.

La crisis de los partidos y el régimen está provocando un vacío político en movimiento, muy dinámico, pero relativo ya que es llenado inmediatamente por nuevos fenómenos. El pueblo italiano, su extraordinaria historia, su extensa cultura, su tradición de lucha, merece la concreción de una salida política. La vanguardia mundial, especialmente las organizaciones revolucionarias que pueden aportar desde su humilde experiencia vamos a estar a su lado.

Por Nicolas Le Brun

Hace un par de meses, el periódico inglés The Guardian indicaba la polarización que se estaba dando en el seno de la sociedad griega, de una forma imprecisa políticamente hablando. El artículo en cuestión hablaba del peligro de una guerra civil en Grecia, luego de las protestas contra el último plan de austeridad votado por el parlamento bajo el designio de la Troika de Bruselas, FMI y BCE.

Sin embargo, el principio de base era correcto, una creciente y fuerte radicalización y polarización de las masas y la sociedad que ha enfrentado los violentos planes de austeridad desde hace casi un quinquenio.

Las últimas elecciones dieron una fotografía del movimiento que se produce en la sociedad griega. De un lado la izquierda denominada radical, en relación con el PASOK, de Syriza encabezó la votación de este escrutinio anticipado del seis de mayo. Por otro lado la aparición de la derecha fascista de la Aurora Dorada, hace que el panorama cierre en sus aristas.

Pero como se menciona anteriormente esto no es más que una fotografía de una situación mucho más compleja. La contrarrevolución económica que busca seguir el camino de la austeridad a toda marcha y seguir hundiendo a las masas en la pobreza más absoluta y poner a Grecia en un situación similar a las colonias o semicolonias del Tercer Mundo avanza impulsada por el voraz capital europeo.

La crisis se profundiza

Lejos de dar signos de mejoría, la situación en Grecia va rumbo al abismo. La crisis política es el reflejo de la degradación de la situación estructural  del país.

Presa de los fondos especulativos, este país debe hacer frente a las “obligaciones” contraídas con los inversionistas que vieron ahí una oportunidad de hacer fortuna a partir de los altos intereses que se ofrecían en la bolsa. Muchos países y bancos europeos se prestaron al juego especulativo hasta llevar a la economía hasta las cuerdas, esto en conjugación con la crisis del 2008 y la burbuja inmobiliaria.

Hace un mes, Grecia anunció el desembolso de 436 millones de euros para cumplir con los intereses de los denominados fondos “de rapiña”, que son los bonos comprados por los “inversores” que ven una oportunidad en los bonos que salen a la venta cuando un país está al borde de la quiebra. Estas compañías compran los bonos en el mercado secundario, por debajo del valor nominal y luego se niegan a cualquier reestructuración de la deuda, para así cobrar el valor nominal del bono, con todo e intereses.

Este hecho ha provocado también la evolución de los índices de endeudamiento del país con respecto al PIB. Éstos no han dejado de crecer en forma exponencial desde hace casi 20 años, pasando de un 100% en el año 1995 a un 175% aproximadamente en el primer trimestre del año 2012 aproximadamente.

Esta situación se ve todavía más complicada si otros detentores de la deuda griega, que detentan cerca de 6 mil millones de euros en títulos, se oponen a cualquier variación en las obligaciones de la deuda y los pagos a estos “hombres de negocios” que lucran a partir del hambre del pueblo griego. Estas agencias, Dart y Elliot Associates, también participan en el mercado de países de América Latina con el mismo procedimiento.

Si a esto se le adiciona la expatriación de capitales de la burguesía y la alta pequeña burguesía griega, el panorama se hace todavía más complejo. En los últimos dos años los depósitos bancarios en Grecia pasaron de 240 mil millones a 160 mil millones y la caída sigue en proceso. Muchos de los millonarios europeos buscan otros paraísos fiscales más seguros o bien invierten en economías que consideran más seguras como la de Gran Bretaña, donde en los últimos tiempos las compras de bienes inmuebles de lujo se ha disparado. En los bancos griegos y el resto de los bancos europeos, el problema se presenta por la capacidad de mantener la liquidez. En un día, el 14 de mayo, los bancos griegos sufrieron el retiro masivo de cerca de 700 mil millones de euros durante la jornada. El efecto que tienen estas situaciones es un efecto dominó; cuatro días más tarde, del Banco Santander en Inglaterra, fueron retirados cerca de 250 millones de euros. Todo esto representa un gran problema de liquidez para los bancos, aún tomando en cuenta los planes de rescate que ha realizado el BCE.

De acuerdo con el Wall Street Journal, sólo en España, el 30% de los depósitos en los bancos pueden ser retirados de un día para otro, 21% en Portugal y un 48% en Italia.

Este escenario se ve agravado con la reciente pérdida en la calificación de España para sus bonos de estabilización, lo que hace que expone a este país a una caída más fuerte de lo que ha venido resintiendo, aún con el intento del gobierno del Partido Popular por escapar a nuevos planes de ajuste y ver erosionado en corto plazo el impulso de la reciente victoria electoral.

El problema es que los mercados financieros sólo avistan una solución al problema de la crisis, y es la austeridad a todo costo para garantizar, como lo mencionamos al principio del apartado, el pago de los intereses y del principal a los acreedores del capital especulativo, y a la vez, del dinero que ha sido prestado por millones de millones a los bancos europeos para seguir especulando en zonas como Grecia.

El futuro de Europa se juega en Grecia

Esta frase, que está lejos de ser retórica, es un punto fundamental para el movimiento de masas en la perspectiva de poder enfrentar los planes de austeridad, lejos del espejismo electoral.

El viraje electoral en Francia, que puso a la cabeza de una de las principales economías de la zona euro un gobierno de la socialdemocracia, ha llenado de esperanzas a vastos sectores del movimiento de masas que han creído en las promesas electorales que hizo François Hollande, de enfrentar a los grandes bancos y al capital.

Pero esto no debe llevar a engaños y creer que los bancos y los organismos financieros internacionales van a flexibilizar las posiciones y dejar el pago de la deuda al garete.

El mensaje de Cristine Lagarde, la presidenta del FMI, proveniente del gobierno saliente de Sarkozy, ha sido claro al demandar a los griegos cumplir “con sus obligaciones”. Es decir, seguir dentro de la austeridad. Otros gobiernos de Europa, como el español de Rajoy y el italiano de Monti empiezan a distanciarse prudentemente de la canciller alemana Merkel, en vistas de las próximas elecciones en Alemania donde los resultados obtenidos por el partido del gobierno en los Lands han sido negativos. Distancia para no quemarse como se “quemó” Merkel al apostar por Sarkozy de forma abierta en la recién terminada campaña francesa. Pero no significa que de la noche a la mañana hayan decidido cambiar de bando. El proyecto de lanzar el crecimiento en Europa no deja de tener en la mira las conquistas de la clase trabajadora como una forma de reducir los costos de producción y como eufemísticamente llaman aumentar la competitividad. Es decir apostar por hambrear las masas y reducir la calidad de vida.

Las próximas elecciones en Grecia del 17 de junio ponen en el tapete la discusión del poder muy a pesar de los deseos del Partido Syriza.

El programa que ha llevado adelante la izquierda radical ha sido muy importante para poner en la discusión la ilegalidad de la deuda y, como lo expresa Sofia Skorafa, diputada, en una entrevista dada al periódico La Vanguardia “pedimos una auditoría internacional de deuda. Es el pueblo griego el que paga la deuda. Se le ha dicho que está endeudado pero nadie sabe como se ha llegado a esto ni qué es lo que se paga realmente. También tiene que haber una investigación política: ¿se ha gastado el dinero como se ha dicho?” 

Este propósito tiene que ser acompañado de lo mismo que ha abierto las puertas al resultado electoral de Syriza, la movilización de las masas y la preparación para que las organizaciones sindicales y populares asuman el poder y decreten la moratoria indefinida de la deuda inmoral.

De lo contrario el futuro, luego de cinco años de recesión, no será el mismo que han vivido actualmente, sino mucho peor, largas jornadas de trabajo, Grecia es el país en Europa con más horas trabajo por hombre, pero con los salario más bajos, cerca 200 euros como salario mínimo.

Un gobierno de Syriza es la puerta para que las masas puedan organizarse y no perder de vista la amenaza fascista que busca la oportunidad para frenar las movilizaciones y aplastar al movimiento de masas y garantizar la aplicación de los planes de ajuste.

Por Etienne Balibar, Michael Lowy, Eleni Varikas

La situación de Grecia en estos momentos no tiene precedentes desde el fin de la ocupación alemana en 1944: reducción brutal de los salarios y de las jubilaciones. Paro de los jóvenes en un 50%. Empresas, pequeños comercios, periódicos, editoriales, en quiebra. Miles de mendigos y de sin techo en las calles. Impuestos extravagantes y arbitrarios y recortes repetidos de los salarios y las jubilaciones. Privatizaciones en serie, desmantelamiento de los servicios públicos (salud, educación) y de la seguridad social. Los suicidios se multiplican. Se podría continuar la lista de la devastación producida por el Memorándum.

En cambio, los banqueros, los armadores y la iglesia (el mayor propietario de tierras), por su parte, siguen sin pagar impuestos. Se decreta la reducción de todos los presupuestos sociales pero no se toca el gigantesco presupuesto de la “defensa”: se obliga a Grecia a continuar comprando un material militar de miles de millones de euros a proveedores europeos que son también –pura coincidencia- quienes exigen el pago de la deuda (Alemania, Francia).

Grecia se ha convertido en un laboratorio para Europa. Se hacen pruebas con cobayas humanas de los métodos que serán luego aplicados en Portugal, en España, en Irlanda, en Italia y muchos más. Los responsables de esta experiencia, la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, FMI) y sus asociados de los gobiernos griegos no estaban inquietos: ¿se ha visto alguna vez a cobayas de laboratorio protestar contra un experimento científico? ¡Milagro! Las cobayas humanas se han rebelado: a pesar de la feroz represión llevada a cabo por una policía infiltrada en gran medida por los neonazis, reclutados durante los últimos años, las huelgas generales, las ocupaciones de plazas, las manifestaciones y las protestas no se han parado desde hace un año. Y ahora, colmo de la insolencia, los griegos acaban de votar contra la continuación de la “experiencia”, reduciendo a la mitad el resultado de los partidos de gobierno (la derecha y el centro izquierda que, en contra de su programa, firmaron el Memorándum) y multiplicando por cuatro el apoyo a Syriza (coalición de la izquierda radical).

No hay necesidad de pertenecer a la izquierda radical para ver en qué medida los remedios neoliberales de la Troika son catastróficos; Paul Krugman, premio Nóbel de economía no deja de decirlo: ¿cómo “sanear” las finanzas de Grecia si se pone el país de rodillas, en recesión, lo que evidentemente, no puede más que reducir los ingresos y desequilibrar el presupuesto? ¿Para qué han servido los “generosos” préstamos de Europa y del FMI? Para pagar… la deuda a los bancos, a costa de endeudarse de nuevo. Los “expertos” de la Troika tienen el capitalismo como religión (W. Benjamin 1921): una religión cuyas divinidades –los mercados financieros de decretos imprevisibles, arbitrarios e irracionales- exigen sacrificios (humanos).

Haciendo de la arbitrariedad, del secreto y del miedo un verdadero modo de gobierno, una tal política de brutal avasallamiento de un pueblo no podía sino provocar reacciones de rabia, de angustia, de cólera. Una parte de esta cólera fue canalizada por una siniestra fuerza racista, antisemita y xenófoba, el grupo neonazi Alba Dorada. Pero los indignados, por su parte, han aportado en su gran mayoría su apoyo, por primera vez desde 1958, a la izquierda radical. Esta izquierda es profundamente europea. No tiene ninguna intención de abandonar el euro, pero rechaza categóricamente el Memorándum impuesto por la Troika, y aceptado por los gobiernos griegos que se han sucedido los últimos años: el PASOK, la Nueva Democracia, y el de “unidad nacional” con la extrema derecha. Propone alternativas concretas, realistas e inmediatamente aplicables: una moratoria sobre la deuda, seguida de una auditoría internacional para verificar su legitimidad; la puesta bajo control social de los bancos; la supresión de las medidas antisociales tomadas por los gobiernos firmantes del Memorándum. Apoyada en un amplio espectro de la izquierda democrática, de los movimientos sociales, de los indignados, de los trabajadores en lucha, de las redes de defensa de los inmigrantes, de grupos feministas, queer, ecologistas, ha conseguido convertirse en la segunda fuerza política del país. “No sabían que era imposible, y por tanto lo han hecho”, diría Mark Twain.

Un segundo escrutinio tendrá lugar en junio. Algunos sondeos dan a la izquierda radical como primera fuerza política en Grecia. Para nosotros, está claro que el futuro de Europa se juega en Grecia. Los portavoces del capital financiero, José Manuel Barroso o Wolfgang Schäuble lo han comprendido, amenazando a los griegos con todo tipo de represalias si se atreven a no votar a los candidatos avalados por los bancos y el FMI. El nuevo gobierno francés, que se mantiene en un prudente silencio, debería afirmar alto y claro que respetará las decisiones del pueblo griego, y rechazará toda propuesta de excluir a Grecia de Europa o de la zona euro.

Es urgente apoyar a la izquierda radical griega, y el impulso democrático, antifascista y unitario que la impulsa. Está, en estos momentos, en la punta del combate para sacar a Grecia, y como consecuencia, a Europa, de la pesadilla de la austeridad neoliberal.

El futuro de Europa se juega en estos momentos en Grecia.

Por Nicolás Le Brun

Las pasadas elecciones en Francia, que pusieron fin al mandato de Nicolás Sarkozy, candidato de la derecha liberal del UMP, dieron como ganador al social demócrata François Hollande con un margen muy estrecho, el mayor en 31 años.

Por otro lado, en la Grecia que ha conocido durante casi un quinquenio duros planes de ajuste que han llevado a la destrucción de las conquistas sociales, se llevaron a cabo elecciones legislativas donde el frente de izquierda Syriza obtuvo cerca del 17% de los votos, constituyéndose en la segunda fuerza en el parlamento.

Pero al mismo tiempo, la ultraderecha, los partidos fascistas, xenofóbicos y antiobreros también han obtenido votaciones importantes. En el caso de Francia el Frente Nacional, dirigido por Marine Le Pen obtuvo un 20% de los votos y en Grecia los neo nazis del Amanecer Dorado  obtuvieron un 7%.

Este escenario, en medio de movilizaciones y una gran ofensiva de los patrones, la banca y la Unión Europea, da como resultado esta polarización, que por el momento sólo se manifiesta en el terreno electoral, pero que posteriormente puede marcar el desarrollo de los enfrentamientos futuros en el seno de la sociedad europea.

¿Hollande representa el cambio?

Como mencionamos anteriormente, el margen con el que llegó Hollande al poder, con el Partido Socialista, es el más estrecho en los últimos tiempos. Obtuvo un 51,67, mientras el que el presidente saliente Sarkozy un 48,33.

La campaña francesa estuvo marcada por el impulso dado a la figura de Le Pen, cuyo discurso populista hizo mella en sectores de la clase trabajadora decepcionados de reformas y recortes en todos los sectores de la sociedad. Además, un desempleo que ronda cerca del 10%, el deterioro del poder adquisitivo, que aumentó solamente en un 1,2 en el 2010  mientras que los precios al consumidor se disparaban como en caso de los artículos de primera necesidad y la vivienda. En este caso los precios han aumentado casi al 90% poniendo una larga brecha para la obtención de la vivienda propia. El otro indicador es  el ridículo aumento en el salario mínimo, que ha crecido únicamente en 121% en 15 años. Es decir que a lo largo de las administraciones tanto de la derecha como de la socialdemocracia, el objetivo ha sido claro, expropiar la riqueza de los que tienen menos para dárselas a los que más tienen.

Este fenómeno tiene dos caras contrastantes. Por un lado, la izquierda estalinista del Partido Comunista Francés y el Partido de Izquierda, conforman la base del Frente de Izquierda, dirigido por Jean Luc Mélenchon, ex militante del PS y ex ministro de Educación Profesional durante el gobierno de Jospin, obtuvo un 11,11 de los votos, que representan casi 4 millones de voces. Esto también es producto de la entrada al Frente de Izquierda de varios partidos salidos de una serie de variables reformistas y de ecologistas. Los partidos trotskistas del Nuevo Partido Anticapitalista y Lucha Obrera obtuvieron un 1,15 el primero y 0,5 el segundo, muy lejos de los resultados en los años 80 y 90 de Lucha Obrera, que lograba tocar el 5% de las voces.

En total la izquierda en su conjunto llega a un 13%, lejos de la ultraderecha del  Frente Nacional (20%).

Esto se debe también a varios fenómenos. La derechización de la sociedad francesa es un hecho. El discurso xenofóbico y fascista ha hecho su surco a lo largo de varios años, donde el desempleo y el aumento de la pobreza es atribuido a las masas que llegan a trabajar a los países ricos, provenientes de la periferia o del norte de África, de la África sub Sahariana y en menor medida de la América Latina Los empleadores han utilizado esta mano de obra para presionar el mercado hacia la baja en los costos. Además de eso, la mayoría de la empresas de manufactura se han deslocalizado en otros países donde los costos de la mano de obra es mil veces inferior, como en China, el Maghreb y otros.

La ofensiva del gobierno de Sarkozy contra los inmigrantes fue muy fuerte. Primero contra los gitanos, luego el cuestionamiento de los franceses según su origen que trajo como consecuencia el aumento en los trámites para miles de personas para obtener sus papeles, y otras más.

Durante la campaña en su primera fase, varios asesinatos atribuidos a un supuesto miembro de Al Qaeda pusieron más agua en los molinos de la derecha, comprendido Zarkozy y Le Pen que aprovecharon para provocar el pánico de la amenaza islamista.

Otros actos muy simbólicos, pero que denotan el rumbo a seguir para la derecha, es el papel de los sindicatos y las organizaciones sociales. Por primera vez en la historia de Francia, la derecha hace un acto paralelo al desfile de los sindicatos y la izquierda. Zarkozy llamó a festejar el día del “verdadero trabajo” y su enfrentamiento con la dirigencia sindical se hizo patente durante toda la campaña.

Pero el toque de entrada para que el Frente Nacional entre a jugar un papel más preponderante no es tan inmediato. La derecha del UMP no está dispuesta a ceder el terreno, porque en sí hay diferencias de fondo como en el papel de Francia en el seno de la UE. Los lepenistas abogan por la salida de la UE y el fin del euro, mientras que la UMP no lo ve así. Por el momento la burguesía francesa no quiere dar toda la manija a los fascistas, pero ya los tienen en reserva. De ahí la consigna de voto en blanco levanta por el Frente Nacional y el hecho de que el discurso de la UMP buscara robarle el electorado al FN.

Mientras tanto, en el campo de Hollande, las promesas de campaña lograron arrastrar a un electorado joven que es el sector más afectado por la crisis no solo en Francia sino en toda Europa. El porcentaje de desempleo prácticamente se duplica en los menores de 25 años, muchos de los cuales se ven confrontados a ganar el salario mínimo o bien al empleo parcial en condiciones cada vez más duras de trabajo producto de la flexibilización laboral.

El enfrentamiento contra la política de austeridad levantada por la troika y el dúo Merkozy no cuestiona la raíz de la misma. Es una diferencia interburguesa que busca no dejar relegados a sectores que se ven amenazados por la injerencia y creciente preponderancia del capital germano. El peso de las importaciones alemanas, además del peso en la estructura de la banca europea, hacen que sea objeto de controversias. El modelo germano de desarrollo implica la baja en los salarios y la precarización creciente del empleo. Este descontento burgués no es sólo sentido y combatido por los franceses sino que también por otros sectores en los países más golpeados por la especulación de los bonos de la deuda y las medidas de austeridad.

El panorama electoral todavía no está cerrado en el país galo, las elecciones de junio, las legislativas, ponen de nuevo en el tapete los ejes de la campaña. Nada garantiza al PS que pueda contar con la mayoría, aunque en los últimos años, a lo largo de los diversos comicios, los socialdemócratas han ido aumentando su fuerza, al punto de controlar una institución emblemática de la derecha como el Senado.

Grecia entre las movilizaciones y la anestesia electoral

Si bien el resultado electoral es una muestra de la fuerza que ha logrado levantar la izquierda en las movilizaciones contra la austeridad, esto no garantiza que, dentro del marco de la institucionalidad burguesa el plan de rigor pueda ser derrotado.

La alianza que compone el frente de izquierda es algo parecido a lo existente en Francia. La diferencia es que el enfrentamiento en Grecia ha sido casi permanente. El programa de Syriza levanta los siguientes puntos

“Estamos comprometidos a dar el apoyo y movilizar a la gente, para cancelar el memorando de entendimiento, los acuerdos de préstamo, el estado de la tutela por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional y para detener el camino destructivo que mata a la sociedad y el saqueo del país.

Nos comprometemos a iniciar un nuevo proceso doloroso pero necesario de la recuperación y la reconstrucción de la sociedad griega y la economía con criterios sociales y ambientales, y conducido a los muchos más que a los intereses de unos pocos.

Nos comprometemos a promover una serie de medidas de alta prioridad para aliviar a los vulnerables, los desempleados, los pensionistas, las personas sin hogar, medidas de defensa de los bienes públicos, por lo que nuestra gente puede venir a la crisis.

Nos comprometemos a detener el descenso antidemocrático y una voz que hoy no lo hacen.

Se nos dice que no hay recursos. ¡Mentira! Los recursos pueden ser liberados:

•        Con la suspensión del servicio de la deuda, la negociación para la eliminación de gran parte del resto y el desarrollo y prestación de servicios de empleo

•        Con la tributación adecuada de la riqueza, las grandes fortunas y las rentas

•        Con la reducción de armas

•        Con lucha contra la corrupción

Este es un requisito previo para la reconstrucción del país, para producir nueva riqueza.”

Este programa es en principio correcto, pero sólo puede ser garantizado por la movilización de las masas y por el control de la sociedad por la clase trabajadora y las organizaciones populares. Este fenómeno importante debe servir para profundizar la toma de conciencia que han hechos las masas. La única salida para toda Europa, es que todos se movilicen para garantizar este programa, sin levantar ilusiones que dentro de este sistema se pude llegar a vivir mejor.

Por Nicolás Le Brun

Las recientes elecciones llevadas a cabo el pasado domingo en la Federación Rusa dieron como vencedor al candidato oficialista Vladimir Putin con un 64% de los votos emitidos.

Esta campaña se vio marcada por una ola de protestas en centros urbanos, fundamentalmente en Moscú, lo que puso en cuestión el punto de las libertades democráticas en el país y otros asuntos como la política exterior rusa en el conflicto sirio.

Hace 20 años, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se derrumbaba y abría paso a la desaparición del Estado Obrero surgido de la revolución de 1917, y que la burocracia estalinista había controlado desde finales de los años 20 del siglo pasado. Este hecho llevó inexorablemente a la restauración del capitalismo tal y como lo había previsto Trotsky en su obra “La Revolución Traicionada” del año 1936.

Los comicios del domingo permitieron que  la sociedad rusa proyectara en forma refractada las contradicciones inter burguesas a lo interior y al exterior de la potencia económica y militar rusa, que busca consolidar su papel como potencia mundial en una situación de grandes contradicciones y enfrentamientos.

El legado de la restauración capitalista

La destrucción del Estado Obrero Soviético fue un hecho de primer orden en la correlación de fuerzas en la lucha de clases a nivel mundial.

La restauración en  los otros estados obreros europeos que surgieron posteriormente a la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, minó no sólo lo que antes mencionamos sino también el papel de la nueva burguesía, proveniente casi en su totalidad de la antigua burocracia en el poder.

La restauración no fue un proceso paulatino y mesurado, al contrario, significó la pérdida acelerada de las restantes  conquistas de la revolución y por ende fueron hechas de manera muy violenta en el contenido.

Los ejes fundamentales de la contrarrevolución fueron supervisados por el FMI, de la misma manera que los planes de ajuste en los demás países del planeta. Dentro de estas medidas las tres principales son las siguientes: privatización de las empresas del Estado; liberalización de los precios y estabilización monetaria.

Estos ejes causaron un impacto profundo en la sociedad rusa. Menos de un año después de la declaración del final de la URSS, el 80%  de los precios al por mayor y el 90% de los precios al detalle estaban ya liberalizados.

Pero el golpe en los ingresos y en los precios, además en el empleo fue todavía mucho más grave y demoledor en este período restaurador. En 1992, los salarios representaban el 70% de los ingresos familiares, cuatro años más tarde éstos representaban solamente el 38%. Entre 1992 y 1993, los precios se multiplicaron por 250%, mientras que los salarios sólo lo hicieron en un 120%. Según el Labor Market Study de 2001 del Banco Mundial, el empleo oficial pasó de 71 millones a 58 millones entre octubre de 1992 y octubre de 1998, mientras que el número de desempleados era sólo de 4,9 millones, es decir 8 millones de personas “desaparecieron” del mercado laboral. En ese mismo período, la norma era que los salarios eran pagados con un promedio de 4,5 meses de atraso, lo que impulsó importantes sectores de la clase trabajadora a tener que arreglárselas con medios como el contrabando, el cultivo en pequeña escala y otras formas de sobrevivencia.  

Estas cifras no sólo demuestran un drama desde el punto económico sino que demuestra también la verdadera cara del capitalismo. Para funcionar y mantener la ganancia no tiene más que recurrir  a la  destrucción las fuerzas productivas, creando el desempleo para contar con un ejército de reserva para presionar la baja del salario y por supuesto concentrar la riqueza producida por el conjunto de la sociedad en las manos de la clase explotadora, la burguesía.

De las ruinas del PCUS salió la nueva clase capitalista

Sin embargo, la nueva clase burguesa rusa, como mencionamos anteriormente, sale de las estructuras del poder anterior. El resultado también es cuál de las fracciones que controlaban el estado obrero burocratizado se iba a hacer con el poder. Esta pugna se hace más intensa y toma ribetes mafiosos. Verdaderas mafias salen de las hordas del antiguo Comité de Seguridad del Estado (KGB sus siglas en ruso) y del politburó.

“El resultado final fue que la dirección y los empleados (insiders) recibieron la mayoría de las acciones de las respectivas empresas. A nivel jurídico la dominación de las empresas privatizadas por los insiders, es decir la dirección y los empleados era casi absoluta. Mientras tanto, el poder real era ostentado por los directores que se escondían detrás de la propiedad colectiva como un caballo de Troya” (Blasi, Krumova, Kruse 1997) .

Es decir: lo que los marxistas revolucionarios esgrimíamos desde décadas atrás y que fue defendido desde la Oposición de Izquierda y posteriormente por la Cuarta Internacional, vino a ser corroborado por los hechos y las posteriores autopsias del Estado Obrero.

Entre estos tenebrosos personajes que conforman las nuevas clases dominantes, sobresale el antiguo teniente coronel de la KGB,  Vladimir Putin, que después de una década se ha afianzado en el poder, alternado con su copartidario Medvedev en un caramboleo digno de la vieja burocracia.

Las elecciones 2012

El escenario anterior sirve para presentar la situación actual y el resultado electoral.

Entre los candidatos que lograron pasar el filtro del aparato electoral del régimen está el liberal multimillonario ligado a oscuros negocios,  Mikhail Prokhorov, quien fue señalado como un acólito del régimen, una candidatura tureca porque en el programa no se diferencia del rumbo del actual gobierno. No en balde, este personaje es el que tiene el segundo porcentaje de votación en Moscú con un 20% de los votos emitidos.  El otro fenómeno ligado a la capital rusa es el altísimo porcentaje de abstencionismo, cerca de un 50%. Moscú es una de las ciudades más pobladas de Europa con cerca de 10 millones de personas intramuros y 14 millones tomando en cuenta los suburbios. Además, la cuarta parte del Producto Interno Bruto de la Federación es producido en la capital.

El peso de la población moscovita es de  casi un 9% de la población del país, por lo que la indiferencia moscovita es el resultado de la escasa confianza en las elecciones, no sólo por la forma sino por el contenido. Así  vemos candidatos ligados al régimen haciendo el papel de oposición mientras se ponen de acuerdo con el régimen, tal y como lo manifiesta el mismo Putin: “todas nuestras propuestas van el en sentido del diálogo, tanto con los que nos apoyan como con los que nos critican”. A este porcentaje de abstencionismo obtenido en Moscú se puede también agregar el dato de San Petersburgo, la segunda ciudad en importancia del país, donde fue mayor con un 55%, en números redondos.

El primer lugar obtenido por Putin con un 64% de los votos, fue conseguido mayoritariamente en las zonas no urbanas.  El stalinista Partido Comunista Ruso, representado por Guennadi Ziuganov con un 17,2% de la votación pareciera reflejar algo importante, pero no hay que llenarse de ilusiones. 

Putin logra imponerse porque ha logrado enriquecer a una capa de la población, que luego del marasmo de la primera década de la restauración logran ver en él un dirigente que puede posicionar a Rusia en el concierto de las naciones emergentes con mayor fuerza y lograr una superioridad basado en la fuerza militar acumulada durante el período soviético.

Las manifestaciones anti Putín acaecidas antes de la elecciones muestran el desencanto con el gobierno pero no son lo suficientemente orgánicas como para establecer una base partidaria o revolucionaria que combata la política liberal del dúo gobernante. “La oposición aún con sus recientes triunfos permanece  incapaz de ganar las elecciones ni legislativas” 

Rusia: imperialismo emergente

Por otro lado, la nueva burguesía rusa ve en Putin también al personaje ideal que no permitirá que se pierda  la injerencia en las zonas de conflicto. La derrota de la guerrilla tchechena fue muy importante para asegurar la zona, rica en recursos energéticos, pero también como una forma de contener los movimientos nacionalistas-islámicos que combaten en el área.

Es por eso que los Estados Unidos, luego de anunciar la retirada de las tropas en Afganistán, establece el diálogo con los talibanes, esperando contar con su apoyo, ya que éstos fueron sus antiguos aliados durante la guerra para expulsar a los invasores soviéticos luego de su fallida invasión a ese país. De igual manera la alianza con el régimen de Al Assad  busca garantizar su presencia militar en esta estratégica zona.

Los socialistas revolucionarios dentro del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) creemos que la única forma de salir de esta derrota representada por la implantación del sistema capitalista, es de nuevo a partir de una movilización que remueva las bases de la explotación. El proletariado ruso ya hizo su experiencia de las “maravillas del capitalismo” que tanto anunciaban los pseudo profetas liberales.

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