Por Armando Tezucún

La semana del 10 a 14 de noviembre organizaciones de campesinos, pobladores y de trabajadores de la salud salieron a las carreteras y calles de las ciudades a protestar y exigir sus demandas al gobierno. En el caso de los campesinos, los bloqueos y protestas fueron continuación de las movilizaciones iniciadas en agosto por la derogación de la Ley de Protección a las Obtenciones Vegetales, que culminaron con un triunfo al lograr eliminar dicha ley. A mediados de septiembre los compañeros de nuevo tomaron carreteras e hicieron marchas en la capital exigiendo la aprobación de unas leyes y la derogación de otras. El 18 de septiembre, en el Congreso algunos diputados apoyaron a los campesinos proponiendo la aprobación de la Ley de Desarrollo Rural, pero el intento fracasó debido a que la Junta Directiva rompió el quórum. Los partidos burgueses en el parlamento aprovecharon para desviar las protestas proponiendo una mesa de diálogo para discutir reformas a dicha ley, pendientes desde 2012, con el resultado de que los jefes de bloques dejaron plantados a los representantes campesinos el 22 y 24 de septiembre.

En referencia al desaire hecho por los diputados a los campesinos, el dirigente Aparicio Pérez declaró: “Es una falta de respeto y una payasada lo que hacen estos partidos políticos en el Legislativo, ya que solo responden a los intereses de los ricos y de las grandes empresas nacionales y las transnacionales” (Prensa Libre 12/11/14).

A partir del 11 de noviembre los compañeros retomaron las protestas exigiendo la aprobación de la Ley de Desarrollo Rural Integral, la Ley de Radios Comunitarias, la Ley de Monumentos Sagrados; además la derogación de la Ley de Túmulos y la Ley de Telecomunicaciones, y la no aprobación de la Ley de Inversión y Empleo.

En el caso de los trabajadores de la salud, desde el 6 de noviembre los paros en los centros hospitalarios y de salud se extendieron por todo el país. Los compañeros exigen el pago de sueldos atrasados a casi 18 mil trabajadores y el abastecimiento de medicinas, insumos y equipo a los hospitales, que se encuentran dramáticamente desabastecidos.

La Ley de Desarrollo Rural Integral

Una de las principales leyes cuya aprobación demandan los campesinos es la Ley de Desarrollo Rural Integral, que ingresó al Congreso en mayo de 2005. Esta es una ley no confiscatoria, realizable dentro del marco de la economía de mercado y que en realidad no atenta contra los latifundios. Sin embargo, ha sido adversada encarnizadamente por la oligarquía y sus representantes en el Congreso. La ley recibió un dictamen favorable en el año 2009, pero ha permanecido engavetada desde entonces. En marzo de 2012 las organizaciones campesinas realizaron una multitudinaria marcha para demandar la aprobación de la ley, y otras exigencias, pero después de infructuosas reuniones, el gobierno logró que la movilización quedara en nada. En noviembre de ese año, bajo la presión de fuertes movilizaciones campesinas, el gobierno trató de presentar la ley ante el pleno del Congreso, pero una vez más los diputados la enviaron a discusión. En septiembre de este año los diputados engañaron de nuevo a los campesinos haciéndoles creer que la aprobarían.

Inician las movilizaciones

El lunes 10 de noviembre trabajadores de la salud y el Frente Nacional de Lucha empezaron los bloqueos en la carretera a El Salvador en el cruce a Cuilapa, Santa Rosa, mientras continuaba el cierre de las consultas externas en varios hospitales. En Huehuetenango los compañeros realizaron una marcha de protesta. Luis Lara, dirigente del principal sindicato de salud declaró: “Estamos pidiendo al Congreso que despolitice el problema de la salud y que lo vea con una mirada de solidaridad, porque no se puede jugar con el hambre de los trabajadores y tampoco se puede jugar con la vida de los niños y las mujeres” (Diario La Hora 12/11/14).

A partir del martes 11, cientos de compañeros pertenecientes a las organizaciones indígenas y campesinas iniciaron los bloqueos de carreteras en al menos 21 puntos, que se sumaron a los realizados por compañeros de salud. A la vez, en la capital representantes de varias organizaciones, entre las cuales destacan el Comité de Unidad Campesina, el Comité Campesino del Altiplano, el Consejo de Autoridades Ancestrales, compañeros de la resistencia de La Puya, y la Coordinación y Convergencia Nacional Maya Waqib´ Kej, con el apoyo de otros grupos y estudiantes universitarios (alrededor de 200 personas), organizaron un plantón frente al Congreso de la República, exigiendo entrevistarse con los diputados para plantearles las demandas en torno a las leyes mencionadas. Los compañeros mantuvieron el plantón día y noche frente al Congreso hasta el jueves 13.

En algunos lugares la población agregó otras demandas a las planteadas por los campesinos y trabajadores de salud, como en Totonicapán, donde se protestó contra los cobros elevados por el servicio de energía eléctrica que realiza la empresa Energuate, además de que se manifestó la oposición a la instalación de torres de cableado eléctrico. En San Cristóbal Totonicapán y San Jerónimo, Baja Verapaz, se sumaron a los bloqueos y protestas campesinos pertenecientes al programa de incentivos para pequeños poseedores de tierras de vocación forestal o agroforestal, exigiendo al gobierno el pago de incentivos forestales por Q 21 millones, que adeuda a unos 18 mil beneficiarios de todo el país.

La burguesía exige al gobierno represión

Ese mismo martes, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) planteó un amparo ante la Corte de Constitucionalidad para que ésta ordenara el desalojo de los bloqueos. La CC otorgó el amparo a los empresarios y ordenó al Ministerio de Gobernación y a la PNC liberar las carreteras. El presidente del Cacif, Hermann Girón argumentó: "Lo que más preocupa es que en los pasos bloqueados participan entre 15 y 20 personas, obstruyen el paso de cientos y miles de personas en las carreteras del país, afectan la oportunidad no tanto de los grandes empresarios, sino de los pequeños empresarios y agricultores" y “Creemos que bloqueos extendidos como los que han anunciado algunos líderes irresponsablemente son un gran daño para la sociedad, principalmente para los pequeños y medianos empresarios y agricultores” (Prensa Libre 12/11/14). Como siempre, los capitalistas se escudaron tras la cantaleta de que las protestas ponen en peligro empleos: “Nos preocupan los miles de empleos que se ponen en riesgo con estas acciones”, dijo hipócritamente Carla Caballeros, directora ejecutiva de la Cámara del Agro, y “Lo que más nos preocupa son los empleos que están en riesgo con el bloqueo de carreteras”, gimió Hermann Girón (Prensa Libre 14/11/14).

Al empezar la intervención de la policía, en algunos lugares se dieron enfrentamientos, en especial en el Km. 51 de la ruta al Atlántico, en Sanarate, El Progreso, y Santa María Xalapán, Jalapa, con el resultado de cinco policías heridos de bala y uno atacado con un machete. Los compañeros campesinos, conociendo los métodos violentos que usa la PNC, decidieron llegar a los bloqueos preparados para enfrentarlos. Para el miércoles 12 los agentes represivos habían desalojado 7 puntos de bloqueo, aunque las acciones de protesta continuaban en al menos nueve lugares. A pesar de los desalojos, los compañeros volvían a ocupar los lugares. Según las informaciones de los diarios, las acciones de desalojo dieron como resultado 8 policías heridos, un campesino fallecido (Luis Alfredo Vásquez Cruz) y 16 manifestantes detenidos.

La dirigencia magisterial se presenta al Congreso

Mientras campesinos, pobladores y trabajadores de la salud se continuaban movilizando, el dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (Steg), Joviel Acevedo, llegó al Congreso a reunirse con los jefes de bloque, a quienes demandó la aprobación de los bonos del tesoro por Q 4 mil millones y el presupuesto del gobierno para 2015. Acevedo amenazó con sumarse a las protestas si los diputados no aprueban ambas cosas:  “Nosotros venimos a proponer, responsablemente, antes de que el magisterio salga a manifestaciones, a solicitar que aumenten el presupuesto, así como proponer al Congreso, porque al fin de cuentas ellos son los que aprueban las leyes, que se mejore la estrategia de recaudación fiscal, porque hay crisis en todo el Estado, y una de ellas es el magisterio”, y exigió “Q 15 mil millones para el Ministerio de Educación” en el presupuesto 2015 (Siglo XXI 12/11/14). Sin embargo, pese que Acevedo prácticamente intercedió por el gobierno ante los diputados, éstos no se inmutaron y continúan su negativa a aprobar los bonos.

El jueves 13 los trabajadores de salud y el Frente Nacional de Lucha realizaron una multitudinaria marcha partiendo de la sede del Ministerio de Salud hasta llegar al Congreso, donde coincidieron con las organizaciones campesinas que mantenían su plantón. El dirigente de salud Luis Lara declaró que exigirían a los diputados la aprobación de los Q 4 mil millones en bonos que solicita el gobierno, y una ampliación presupuestaria de Q 212 millones en el área de salud, para que se soluciones la crisis en los hospitales y se pague los sueldos atrasados a los trabajadores.

El Congreso ignora a los campesinos

En el Congreso las demandas de las organizaciones campesinas en torno a las leyes no lograron respaldo. Según dirigentes, algunas bancadas minoritarias como Winak, Urng, Encuentro Por Guatemala y algunos diputados de la Une los respaldan, pero el resto de bancadas muestra un rechazo, velado o abierto, en especial a la Ley de Desarrollo Rural Integral. En cambio, los jefes de bloques parlamentarios recibieron a los representantes de los trabajadores de salud.

Al finalizar el día 13 de noviembre, las organizaciones campesinas decidieron suspender las acciones de bloqueos y el plantón frente al Congreso, a pesar de que no lograron ser escuchados.

Tanto el Frente Nacional de Lucha como las organizaciones campesinas, por aparte, anunciaron que realizarán asambleas para decidir las acciones que realizarán a continuación.

Las autoridades de salud reaccionan

El Ministerio de Salud anunció que el 12 de noviembre empezó el pago de salarios atrasados a los trabajadores, utilizando Q 107 millones trasladados por el Ministerio de Finanzas, pero un ritmo extremadamente lento y no a la totalidad de empleados. De igual manera anunció acuerdos con las empresas farmacéuticas para que reanuden el abastecimiento de insumos, como resultado de una reunión encabezada por la vicepresidenta Baldetti. Según el acuerdo alcanzado, de una deuda de Q 557 millones, el gobierno realizará dos pagos durante el mes de noviembre, que sumarán Q 100 millones; sin embargo, el total de la deuda será cancelado hasta en el primer cuatrimestre de 2015. El director de la gremial de Farmacéuticos dijo que después de los primeros pagos podrían empezar a proveer medicamentos y materiales, pues por el momento no cuentan con recursos.

El Sindicato ha dicho que no abandonará las acciones de protesta hasta que se satisfagan las demandas por completo. El 18 de noviembre, 500 trabajadores de la salud de Huehuetenango salieron de nuevo a protestar exigiendo el pago de 8 meses de salarios atrasados y el abastecimiento de medicinas e insumos. Las consultas externas continúan carradas en 7 hospitales del país.

Replantear la lucha campesina

En cambio, las organizaciones campesinas se han topado con una negativa total. No se trata de una postura racista de parte de los diputados, como piensan algunos compañeros dirigentes campesinos. Como hemos señalado desde 2012, el gobierno ha logrado algunos acuerdos con los principales sindicatos de educación y salud, porque las demandas de estos sectores dependen del presupuesto del propio gobierno y el Estado es el patrono de los maestros y salubristas. Sin embargo, las demandas de los campesinos tienen que ver con aspectos estructurales sensibles para la oligarquía y la gran burguesía (acceso a la tierra, avance despiadado de los cultivos de agroexportación y agroindustrias, construcción de hidroeléctricas y minas); y en estos puntos las clases dominantes guatemaltecas no están dispuestas a ceder ni un milímetro.

Serán necesarias nuevas movilizaciones, buscando una nueva forma de plantear las demandas, quizá una ley a la vez, para lograr una unidad semejante a la que se logró contra la “Ley Monsanto”. Hace falta incorporar a otras organizaciones campesinas que también tienen peso, y generar mayor solidaridad de parte de otros sectores, como el movimiento estudiantil universitario, y los mismos trabajadores de la salud.


Por Armando Tezucún

La falta de fondos del gobierno, la crisis más grave de un gobierno desde 1986 según algunos analistas, está adquiriendo proporciones alarmantes. El colmo se dio el pasado 29 de octubre, cuando la presidenta en funciones de la Corte Suprema de Justicia presentó un amparo en la Corte de Constitucionalidad contra el presidente Pérez Molina y el ministro de Finanzas Dorval Carías por incumplimiento de pago. Según la funcionaria, se debe al organismo judicial Q 153.6 millones, y solo han sido transferidos 45 millones. Para pagar los sueldos de octubre se recurrió a tomar Q 80 millones de los fondos privativos, pero en noviembre no es posible hacer lo mismo. El 4 de noviembre el Sindicato de Trabajadores del Organismo Judicial se sumó al amparo, y promovió un antejuicio contra el ministro de Finanzas por incumplimiento de deberes, violación a la constitución y abuso de autoridad.

Otras dependencias que se encuentran en crisis y hacen malabares para por cumplir con los pagos de salarios de sus trabajadores son el Congreso de la República, la Universidad de San Carlos, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, el Ministerio de Gobernación debe, la Unidad de Atención al Enfermo Renal Crónico (UNAERC), el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el Ministerio de Desarrollo, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, con deudas a sus proveedores y grandes dificultades para pagar sus planillas.

Como ya hemos señalado en artículos anteriores, la falta de fondos se debe al bajo desempeño de la recaudación tributaria, que no logra llegar a la meta fijada por el gobierno para poder cubrir sus necesidades. En el lapso de enero a septiembre los ingresos esperados ascendían a Q 38,028.3 millones, pero lo recaudado fue Q 36,768 millones.

El gobierno continúa esperando que el Congreso apruebe la emisión de bonos del tesoro por Q 4 mil millones como su tabla de salvación, a pesar de que los diputados han estado más ocupados en urdir acuerdos para elegir la Junta Directiva del Congreso para el próximo año y en cuestionar el presupuesto 2015, además de que la mayoría de bancadas se niegan a aprobarlos. El destino de los bonos es tan variado que probablemente no alcanzará para todo: Q 3,400 para el pago de la deuda externa; Q 500 millones para la Policía Nacional Civil y el pago de deuda de combustibles del Ministerio de Gobernación, así como cámaras y mantenimiento de helicópteros; pago de salarios atrasados del Ministerio de Salud y la deuda que éste tiene con las empresas farmacéuticas; Q 100 millones para la UNAERC; pago a empresas constructoras que ejecutaron obras del Ministerio de Comunicaciones y no se les ha cancelado; y un largo etcétera.

Cabe señalar que los bonos representan para el Estado una opción de obtener dinero rápido, media vez los apruebe el Congreso. Se colocan a través del mercado de valores en 8 ó 10 días, comprados casi en su totalidad por los bancos. La desventaja es que el plazo es menor, y las tasas de interés son más altas que los préstamos provenientes de organismos internacionales. Al final quienes ganan son los bancos, porque compran los bonos con el dinero que captan a un interés promedio del 5%, mientras que el Estado les paga entre un 8 ó 9 % de interés.

El 27 de octubre el ministro de Finanzas Dorval Carías declaró que se estaba evaluando la opción de emitir letras del tesoro para solucionar los problemas de liquidez. Esta es una opción arriesgada porque no es seguro que haya fondos para pagarlas. Por ello, el ministro reconoció dos días después que las letras serían un “plan Z”, al que recurrirían en caso de una “crisis severa”.

Lo que el ministro no ha dejado de hacer es pagar los compromisos de deuda externa, que en 2014 se elevan a Q 3,400 millones. Carías no tuvo empacho en declarar que el dinero de la recaudación tributaria que fue presupuestado para el funcionamiento de las instituciones estatales está siendo utilizado para pagar la deuda con los organismos financieros internacionales. “La deuda la estoy pagando, no tengo préstamos ni bonos —aprobados—, ¿de dónde estoy sacando el dinero?, de la recaudación. Si yo tuviera el financiamiento para el pago de la deuda con bonos o préstamos, esos ingresos tributarios los estaría asignando a las entidades”… “Estoy tomando esos ingresos, que deberían estar financiando el gasto de secretarías o ministerios, para pagar deuda.” (Prensa Libre 31/10/14).

Ante la grave crisis financiera del Estado, exigimos al gobierno que suspenda de inmediato el pago de la deuda externa y traslade los fondos a las instituciones que brindan servicios esenciales a la población. Además, debe elaborar un plan de impuestos directos a las ganancias de los bancos, financieras y los grandes grupos corporativos, para financiar servicios públicos de calidad.


Por Úrsula Pop

Luego de que la asamblea general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala del 23 de octubre decidiera dar 15 días al Ministerio de Salud para pagar sueldos atrasados, la situación en esta área vital para la población no da muestras de mejorar.

No solo es el problema de los sueldos atrasados, sino la carencia casi permanente de materiales, medicinas e insumos. El 6 de noviembre los médicos y personal del Hospital San Juan de Dios de la capital, decidieron suspender la atención de emergencias. La falta de cosas básicas como gasas, guantes, mascarillas, jeringas, guantes, micropore, mascarillas, pañales, jabón para lavar las manos, hace que sea imposible atender adecuadamente a los pacientes. La falta de camillas y sillas de ruedas obliga a los enfermos a permanecer en los pasillos acomodados de forma improvisada. Faltan cunas para los bebés, y a falta de respiradores los pacientes son atendidos con aparatos manuales, razón por la cual ya fallecieron 7 personas. En el área de lavandería las máquinas están casi paralizadas, generando montañas de ropa sucia, mal olor, y peligrando que se generen enfermedades.

El ministro Monterroso afirmó que fueron liberados Q 1.5 millones del fondo rotativo para iniciar las compras, cantidad que será insuficiente. El presidente Pérez Molina, haciendo gala de su ignorancia en asuntos de medicina dijo “Que no tengan insumos no quiere decir que ellos no trabajen, pueden atender a la gente que está allí” (Siglo XXI 7/11/14).

En el interior del país los compañeros han llevado a cabo acciones: en Quetzaltenango, Hospital Rodolfo Robles por el atraso en los sueldos y desabastecimiento de medicinas; en el Hospital Nacional de Amatitlán los trabajadores cerraron la consulta externa desde el 5 de noviembre, amenazando con tomar otras medidas; en el Hospital Nacional de Chimaltenango las enfermeras y el personal suspendieron la atención de la consulta externa, exigiendo el pago de salarios atrasados desde hace cinco meses; una situación similar se vive en Jutiapa, Cuilapa Santa Rosa, Zacapa, Petén, El Progreso y Huehuetenango.

El ministro Monterroso ha tratado de lavarse las manos, primero tratando de inculpar a un trabajador del sistema informático de sabotear el pago de sueldos, acusación que no pudo ser probada; echó la culpa al anterior director del Hospital San Juan de Dios por no administrar adecuadamente Q 400 millones asignados a ese centro, sugiriendo que fueron malversados (Prensa Libre 6/11/14); culpó a la administración del anterior ministro de comprar por Q 2.5 millones una caldera de segunda mano para ese mismo hospital, que se arruinó después de un mes. El gobierno está acusando al anterior ministro Jorge Villavicencio, de un desfalco por Q 427 millones, utilizándolo de chivo expiatorio. Sin embargo, el nuevo ministro Monterroso no tuvo empacho en cambiar el equipo de asesores, contratando seis más y aumentando Q 6 mil al sueldo de cada uno (El Periódico 7/11/14).

Para el 8 de noviembre la crisis en los hospitales no daba visos de solución. El ministro anunció que buscaría obtener ahorros despidiendo personal, cerca de 500 empleados, del área financiera y administrativa del ministerio, medida que a todas luces es injusta y fue rechazada por los sindicatos.

Mientras fue nombrado un nuevo director del Hospital San Juan de Dios, que prometió empezar a solucionar los problemas, dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala se reunieron con autoridades del Ministerio de Salud, acordando el pago de los sueldos atrasados y los nombramientos de plazas temporales a permanentes. El ministro les entregó una carta de compromiso indicando que iniciarían el pago de Q 107 millones en sueldos atrasados (Siglo XXI 8/11/14). Lo que no está claro es de dónde sacará ese dinero el ministro, además no hay ningún acuerdo sobre el abastecimiento de insumos y medicamentos.

No sería raro que los dirigentes sindicales inicien una romería por el Congreso para presionar a los diputados a que aprueben los bonos solicitados por el gobierno, haciéndole el favor a Pérez Molina y sus ministros.

Es evidente que no hay ninguna garantía de que el gobierno cumplirá el compromiso de pagar los sueldos y abastecer los centros hospitalarios. El SNTSG anunció una marcha para el 13 de noviembre. Esta marcha no debe ser para auxiliar al gobierno demandando a los diputados la aprobación de los Q 4 mil millones en bonos. Se debe exigir el pago inmediato de sueldos atrasados y el abastecimiento de los hospitales, contra el gobierno y contra los diputados. Rechazamos desde ya cualquier colaboración, aunque sea velada, con el gobierno de Pérez Molina. Rechazamos también el despido masivo de empleados administrativos del Ministerio de Salud.

¡Hay que preparar un paro general nacional de trabajadores de la salud!


Por Marcial Rivera

No cabe duda de que los 'Estados de Prevención', no han hecho otra cosa más que agudizar los nichos de conflictividad social que existen en distintos lugares del territorio Guatemalteco. El caso de San Juan Sacatepéquez es paradigmático, fundamentalmente porque durante el gobierno actual la conflictividad social en relación a la instalación de la empresa cementera en este lugar, no ha hecho sino acentuarse ante la presencia de efectivos militares que bajo el estado de excepción se han instalado en este lugar.

La ampliación por 15 días más del último estado de prevención no se dio, en esencia por la presión que recibió el gobierno central. Hay que hacer hincapié en que el conflicto en este lugar también tiene implicaciones a nivel de grupos paramilitares que operan al margen de la ley, aunado a la criminalización de la protesta social; estos grupos han llevado a cabo ejecuciones extrajudiciales, y han colaborado con el encarcelamiento de líderes y lideresas que se han dedicado a luchar para detener la contaminación del medio ambiente, proteger los recursos naturales, el derecho a la tierra de las familias, y la defensa del territorio.

Lucha comunal

La conflictividad que se vive en la comunidad de Los Pajoques, municipio de San Juan Sacatepéquez, departamento de Guatemala, ha tenido altibajos; hay que recordar que desde finales de julio del año pasado, cuando se anunció la construcción de la planta de producción de cemento 'San Gabriel', aumentó la conflictividad entre la Cementera y la población. Los diferentes gobiernos han apoyado incondicionalmente a la familia Novella, dueña de la única empresa cementera del país, causante del conflicto en San Juan Sacatepéquez; el gobierno del Partido Patriota no es la excepción, recordemos que en ocasión de la inauguración de esta planta cementera, Otto Pérez Molina dio su espaldarazo a la misma, siempre en el entendido del 'necesario desarrollo del país', además de la carretera de más de 14 kms. exclusivos para la cementera, lo que confirma el espíritu de pleno sometimiento a los intereses de los grupos oligárquicos por parte del gobierno de Guatemala. Desde este anuncio, se han dado distintos interludios de represión, y evidentemente los estados de prevención responden a la lógica de reprimir a la población y no de combatir la violencia y criminalidad a través de la Policía Nacional Civil.

Mediante el acuerdo gubernativo 11-2014, el estado de prevención llegó a su fin, luego de dos prórrogas de dicho estado, dejando más de 80 habitantes sanjuaneros, fuera de sus viviendas, justamente por el ambiente de zozobra que reina luego de los hechos de violencia que se vivieron a finales de septiembre en este municipio. A pesar del fin del Estado de prevención la presencia del ejército y la PNC continúa en el lugar con 300 soldados y 450 agentes de la policía. Hay que señalar que la presencia policial significa mayor control social hacia la población, sobre todo a quienes ejercen liderazgos y están envueltos en la lucha por la defensa del territorio. Lo que debe señalarse es que el tema de la cementera se ha salido de las manos del gobierno actual, inexcusablemente por la incapacidad del mismo para manejarlo; es evidente además que la conflictividad sigue, y el gobierno se amparará en cualquier estallido de violencia para decretar nuevos estados de excepción, con mayor duración de tiempo, lo que no hace sino demostrar el espíritu represivo del gobierno y la falta de gobernabilidad que existe en Guatemala.

Tema Estructural

El tema de la utilización de explotación de recursos naturales, debe abordarse de forma democrática, el uso de los mismos no debe estar sometido bajo el control del gobierno, sino de la clase trabajadora y el campesinado, son ellos quienes deben decidir la forma en que se usan los recursos. El desarrollo no debe pasar por encima de lo que los pueblos decidan para sí mismos, ni sobre comunidades enteras, más bien debe respetarse la opinión que ellos emitan a través de sus consultas populares. Por otro lado, las consecuencias ecológicas y económicas de la edificación de la planta cementera, así como de la carretera exclusiva, y la producción de cemento, serán catastróficas para la naturaleza, el medio ambiente y la población.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) se considera que la construcción de la cementera debe detenerse de inmediato, y el apoyo de distintos sectores a la lucha popular en contra de la edificación de la misma, se hace cada día más necesaria. Exigimos el retiro inmediato de los soldados y policías que aún permanecen en la región, así como la liberación inmediata de los detenidos.


Por Leonardo Ixim

El peculiar proceso para elegir jueces para la Corte de Apelaciones y magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), a cargo de Comisiones de Postulación conformadas por rectores y decanos de las universidades del país, representantes del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (Cang), miembros de la CSJ y de representantes de las Cortes de Apelaciones según la postuladora en cuestión, -magistrados de la CSJ si es para la de apelaciones y viceversa-, genera todo un sistema corporativo de preselección, pues en última instancia es el Congreso de la República quien finalmente escoge a estos funcionarios.

Este sistema, en el que prevalecen fuerzas políticas conservadoras vinculadas a grupos burgueses, es piedra angular del régimen político de apertura democrática o lo que Moreno cataloga como de reacción democrática. Después de 34 años de existencia de este régimen -como forma de renovar el Estado neocolonial- y de siete años de aprobación de una ley para regular la conformación de estas postuladoras, asistimos a su crisis y agotamiento.

Los grupos de poder detrás de la elección de magistrados

En esta ocasión en que se renueva por cinco años a los distintos jueces en cuestión, se evidenció descaradamente cómo los grupos más conservadores del país se apropiaron de la naturaleza corporativa del proceso. Se mostraron aglutinadas en tres grandes grupos, a saber: 1) el cercano al gobierno y a la burguesía burocrática de origen militar vinculada al enriquecimiento de la cosa pública; 2) el grupo de Roberto Villatoro apodado el “Rey del Tenis” individuo que se ha enriquecido por el tráfico ilegal de diversos productos, en torno a quien se aglutinan a) élites en departamentos del interior, quienes también se han enriquecido vía concesiones de obras públicas, b) grupos corporativos del Cang como los “abogados de Mixco” o abogados cercanos al ex rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) Estuardo Gálvez, quien controla al actual rector Carlos Alvarado. Éste presidió la postuladora para magistrados del CSJ, por el hecho de que la Usac tiene representación tanto por el rector como por el decano de la Facultad de Derecho, Avidán Ortiz. Este último tuvo participación en la postuladora para jueces de apelación y ha establecido componendas con el gobierno.

El tercer grupo es el que representa, vía abogados graduados en universidades cercanas al empresariado, a la oligarquía. Estos eran el grupo con menor margen de negociación y de elementos para ello y tiene vínculos con sectores de la gran empresa privada, que aunque no existe una discordia fundamental con el gobierno, tampoco lo consideran totalmente cercano a sus intereses. El grupo de Villatoro por su parte, tiene relaciones además con el partido Lider, que junto al Patriota jugaron el papel de terminar de desprestigiar todo el proceso. El gobierno por su parte tiene operadores cercanos a la vicepresidente Roxana Baldetti, señalados de pertenecer al crimen organizado como el narcotraficante y quizás protegido por la DEA Gustavo Herrera y al actual director del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, Juan de Dios Ramírez, ex militar de inteligencia señalado por ejecuciones ilegales y actualmente por malversar los fondos de la institución de seguridad social, así como de compras infladas de medicamentos.

El Partido Patriota y Lider se reparten los magistrados

Como dijimos, arriba, Lider y el PP terminaron de evidenciar la crisis del sistema al negociar un paquete de jueces que garantizaran inmunidad si ganara Baldizón la presidencia en 2015, e impunidad para los patriotas al salir del gobierno y con eso, la alianza de dos de los grandes grupos, el oficial y el de Villatoro. Afuera de la componenda quedaron el partido UNE quien tenía interés de meter algunos elementos, y el sector privado, pese a que en la etapa de las postuladoras, los decanos de las universidades privadas en su mayoría, trataron de neutralizar a algunos elementos, sobre todo del grupo oficial, para que no entraran, algo que solo parcialmente lograron.

El problema se destapó cuando la magistrada reelecta para la Corte Suprema de Justicia Claudia Escobar renunció a su cargo y denunció el tráfico de influencias para elegir magistrados, acusando específicamente a otro operador del Partido Patriota, el diputado Gudy Rivera. Esto se empalmó con una investigación de la Cicig sobre los mismos hechos. Además la magistrada fue respaldada por jueces de distintas instancias y organizaciones no gubernamentales que se especializan en estos temas. Sin duda esta mini rebelión de los jueces, que anunciaron paros de hecho si se mantenía el acuerdo en el congreso, tiene que ver con el cansancio de la población ante estas componendas, pero sobre todo con que estos jueces no ven la posibilidad de aspirar a cargos más elevados dentro del sistema de justicia, porque en la cúspide éste es cooptado por elementos foráneos al sistema y cercanos a los grupos de presión del Cang. Un señalamiento fue que las postuladoras no tomaron en cuenta las opiniones del Consejo de la Carrera Judicial, que regula el ascenso de jueces en instancias inferiores.

La CC suspende el proceso de elección

Esta situación presionó a la Corte de Constitucionalidad (máximo garante de la estabilidad burguesa) a que diera a lugar provisionalmente -está por verse la resolución definitiva- de un amparo para que suspendiera el proceso. Lo que falta ver es en qué momento la CC resuelve dónde iniciar el proceso y si continuarán en su cargo todos los jueces y magistrados actuales. Atrás de esta resolución está la presión internacional vía la Cicig-ONU, las embajadas de los países imperialistas y algunas ong´s.

A raíz de eso, sectores de la extrema derecha como la Liga Pro-Patria o la mal llamada Fundación Contra el Terrorismo, aducen maquiavélicamente que se produjo un golpe de estado técnico. Imbécilmente, el canal VEA, y es importante decirlo, por la audiencia que tiene y el posicionamiento a favor de comunidades y sectores que luchan por la defensa de sus recursos naturales, se une al corifeo del golpe de estado, teniendo como comparsa a un sindicalista del Organismo Judicial, sindicato controlado por una burocracia corrupta cercana a estos grupos conservadores mafiosos antes mencionados.

Algunos analistas ven en esto un parangón con la crisis de 1993, donde un autogolpe dado por el entonces presidente Jorge Serrano fue respondido por la oligarquía en su conjunto por otro golpe de Estado, en un clásico conflicto interburgués. En ese momento las organizaciones populares y de la sociedad civil se pusieron en su mayoría a la cola del empresariado; hoy unas parecen ir atrás de la decisión de la CC -que pese a que tiene elementos de derecho reales y de que es un golpe importante a las componendas entre el PP y Lider, favorece en última instancia al empresariado- o desastrosamente a favor de posturas de la extrema derecha.

De nuevo la propuesta de reformar la Constitución

En medio de la crisis en que cayó la actual elección de jueces y magistrados, se empezó a hablar de nuevo de reformar la Constitución de la República. El primero fue el propio presidente Pérez Molina, quien hace dos años hizo la propuesta, pero ante el revuelo que se armó decidió retirarla, con el pretexto de invertir los recursos de una eventual Asamblea Constituyente en la atención a las víctimas del terremoto ocurrido en el departamento de San Marcos. “Los procesos de selección para los magistrados de sala y de la CSJ han sido cuestionados. Creo que la solución no está en volver a repetir el proceso que ya se dio; yo creo que la solución para que no se vuelvan a repetir estas cosas es entrarle a conocer a fondo las reformas constitucionales que sean necesarias”, afirmó Pérez Molina (Prensa Libre 17/10/14). En esa ocasión la propuesta del ejecutivo era la creación de una cámara que administrara el poder judicial, separada de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, cuyos miembros serían electos por el Congreso, y que la Corte de Constitucionalidad debería elegir al presidente de la CSJ, entre otros cambios.

El tema volvió a levantar la discusión, pues aunque la propuesta presidencial de reforma se limita al tema judicial, muchos temen que se extienda a reformas sobre el período presidencial y otros temas que no gozan del consenso de los grupos de poder. Los partidos con representación en el Congreso se manifestaron favorables a una reforma constitucional en el tema del poder judicial, pero ninguno se atreve a presentar una propuesta, pese a que varios proyectos, incluido el del presidente han sido rechazados o archivados.

Una vez más el gobierno y los grupos de poder sugieren cambios a la constitución controlados desde arriba, y únicamente sobre los temas que a ellos les interesan. Al igual que en 2012, sostenemos cualquier cambio a la Constitución de la República debe reflejar no lo que les interese al gobierno, los partidos burgueses y sus diputados, sino cambios que expresen las necesidades del pueblo trabajador explotado.

Consideramos, como lo hemos mencionado anteriormente, que las organizaciones que dicen representar a los sectores populares y a la clase proletaria tienen que posicionarse en contra de uno u otro sector burgués y luchar por convocar una Asamblea Nacional y Popular Constituyente, junto la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, en función democratizar la participación y la desmonopolización del ejercicio de la representatividad, donde se centre la elección de magistrados por elección popular y la de instancias menores entre ellas apelaciones, en una fórmula mixta, elegidos popularmente y por medio de carrera judicial.

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