Por Armando Tezucún

El 16 de abril fue desarticulada la extensa red de defraudación aduanera conocida como La Línea. La gravedad de la existencia y desmantelamiento de esta red es que estaba liderada por altos funcionarios del gobierno y de la misma Superintendencia de Administración Tributaria (SAT); su máximo dirigente era nada menos que el secretario privado de la vicepresidencia, Juan Carlos Monzón, y miembros importantes eran el superintendente de la SAT Omar Franco y su antecesor Carlos Muñoz. Otro cómplice de relevancia era Francisco Javier Ortiz, conocido también como Teniente Jerez, quien en los años 1990s estuvo ligado a la red de contrabando aduanero liderada por el fallecido Alfredo Moreno. 22 sospechosos fueron capturados en total.

El hecho de que la desarticulación de la red fue producto de un año de investigaciones de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público, añade otro elemento polémico, pues el mandato de la primera estaba por vencer este año, y el presidente Pérez Molina había manifestado durante meses su renuencia a solicitar a la ONU una nueva prórroga, ello a pesar de que la investigación inició a pedido del propio gobierno.

Cómo operaba la banda

La estructura criminal funcionaba a través de un número telefónico, vinculado a la SAT, al cual debía comunicarse el importador que quisiera pagar menos impuestos, iniciando la negociación con la banda. La red contaba con elementos en los puestos claves de la SAT y las siete principales aduanas del país, que controlaban los detalles del proceso, y que utilizaban tarifas tributarias alternas. Mientras que la red recibía el 30% de comisión y el importador pagaba un 30% del impuesto que originalmente debía haber pagado, el Estado dejaba de recibir un 40% del tributo.

El actual gobierno ha pasado por una constante crisis de recaudación fiscal prácticamente desde su primer año en 2012, caracterizada por el incumplimiento de las metas de recaudación acordadas entre la SAT y el gobierno. La red liderada por Monzón por momentos detenía sus operaciones, para no evidenciar tanto la caída en los ingresos. La recaudación en las aduanas bajó en 2013 de Q 15.8 millardos a Q 15.3 millardos, y se desaceleró en 2014; lo mismo sucedió con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre las importaciones. Las brechas fiscales en estos años ascienden a unos Q 7 mil millones, que han sido suplidos mediante la emisión de bonos del tesoro y la contratación de préstamos, incrementando la deuda pública. La crisis financiera llevó al gobierno a contemplar la creación de nuevos impuestos a la telefonía, cemento y actividades mineras para financiar el presupuesto 2015, de los cuales el primero se encuentra suspendido provisionalmente por la Corte de Constitucionalidad.

La burguesía está implicada en la defraudación

El descubrimiento y desmantelamiento de la red La Línea aparentemente da la razón a las cámaras empresariales que aglutinan a la burguesía, que desde hace años sustentan su negativa a pagar más impuestos en la fuerte propagación del contrabando y corrupción, así como en la existencia de un extenso sector informal de la economía que no tributa; reiteradamente han dicho que esta es la causa del bajo nivel de la tributación, y que en ellos deben enfocarse las políticas gubernamentales. Pero esto oculta los efectos negativos que tienen sobre el presupuesto estatal las exenciones fiscales de que gozan sectores del empresariado y la bajísima carga tributaria que existe en el país, que beneficia a la burguesía.

Al enterarse de las capturas, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) y la Cámara de Comercio Americana en Guatemala (AMCHAM), anunciaron complacidos “Consideramos fundamental que se establezcan todas las vinculaciones en esta red, a efecto de poder determinar a fondo las autorías materiales e intelectuales de estos hechos … es importante asegurar todas las evidencias materiales necesarias para que estas acciones concluyan en condenas efectivas … (el contrabando y la defraudación son) un cáncer que ha lesionado el patrimonio del Estado y ha afectado gravemente a los empresarios formales, cumplidores de la ley y todos los guatemaltecos sobre quienes pesa la carga fiscal.” (Siglo XXI 16/04/15).

Para que exista corrupción se necesitan dos, el funcionario gubernamental y el particular que se beneficia. Las investigaciones calculan en un millar los empresarios que entraron en negocios con La Línea para evadir el pago de impuestos. La hipocresía del CACIF no puede ocultar la complicidad del empresariado en esta estafa al erario público. Las investigaciones deben llevar también a poner al descubierto a los empresarios implicados en el caso y ponerlos a disposición de los tribunales.

El escándalo ha sumido al gobierno en una grave crisis

La presencia de altos funcionarios gubernamentales en La Línea ha puesto en graves aprietos al gobierno y al Partido Patriota, en un año electoral. Al momento de realizarse las capturas Juan Carlos Monzón se encontraba en Seúl, Corea acompañando a la vicepresidenta Roxana Baldetti en un viaje privado para recibir un doctorado honoris causa. Una serie de declaraciones confusas y contradictorias, han dejado más dudas que aclaraciones en el asunto. Baldetti dio declaraciones hasta el domingo 19, siendo que todo demuestra que arribó al país el viernes 17; ella afirma que al enterarse del caso, Monzón no se encontraba con ella y lo despidió de su cargo vía telefónica, procedimiento inusual y no apropiado. Ahora Monzón se encuentra prófugo, al parecer en Honduras.

La cercanía de Monzón a Baldetti, y el aval de Pérez Molina al nombramiento de Muñoz y Franco, cada uno en su momento, como superintendentes de la SAT, no puede más que levantar profundas sospechas de la implicación de los funcionarios en la red de corrupción. El rastreo de las redes de corrupción hasta los años 70s involucra a gran cantidad de exmilitares, miembros de los organismos de inteligencia, que están vinculados a Pérez Molina. La presencia de Ortiz en La Línea indica claramente la continuidad de las redes, que nunca fueron totalmente destruidas (ver el artículo El Caso de la SAT: Legado de la Inteligencia Militar, Centro de Medios Independientes, 17/04/15).

Como resultado, el Partido Patriota ha empezado a desmoronarse. Su precandidato presidencial, Alejandro Sinibaldi, representante del sector empresarial en el PP, confirmó el 19 de abril los rumores sobre su renuncia. En los días siguientes diputados y alcaldes, algunos de ellos importantes financistas, anunciaron también su salida del PP. Esto ha sido un golpe mortal para el partido de gobierno, que tendrá que elegir apresuradamente nuevos candidatos; pero en medio del escándalo y el desprestigio, sus probabilidades de reunir una cantidad significativa de votos en las próximas elecciones se han reducido enormemente.

Las organizaciones de la burguesía han rechazado sus vínculos con el gobierno, al renunciar la Cámara del Agro y la Cámara de Industria de Guatemala a su participación en la Comisión Nacional Para la Prevención y Combate a la Defraudación Aduanera y el Contrabando, en la cual los representantes gubernamentales eran precisamente Carlos Monzón y Roxana Baldetti. Con este gesto la burguesía abandona al gobierno a su propia suerte.

La CICIG sale fortalecida

Quien ha salido beneficiada con el escándalo de la SAT es la propia CICIG. El presidente Pérez Molina, había manifestado que no pediría la prórroga de su mandato, afirmando que el gobierno y el MP debían arreglárselas solos; la extrema derecha hacía una vociferante campaña en contra de la CICIG también. Todo evidenciaba el temor a que la Comisión revelara asuntos oscuros en las alturas el gobierno, embarrando al mandatario. Pérez ordenó la formación de una comisión que investigara el desenvolvimiento de la CICIG e hiciera recomendaciones sobre la necesidad o no de su permanencia en el país.

Pero la revelación de la red de defraudación aduanera dejó al desnudo la incapacidad del Estado para perseguir las estructuras de corrupción. A un solo coro, las embajadas de los países imperialistas, las ongs de derechos humanos, los organismos de la “sociedad civil”, los académicos, etc. clamaron por la necesidad de la permanencia de la CICIG. Hasta el Cacif, que había estado dudoso, se sumó en conferencia de prensa con la presencia de los presidentes de todas las cámaras empresariales, a la petición de la permanencia de la Comisión. Pérez Molina ya no pudo negarse, y después de que la comisión investigadora diera un dictamen favorable, anunció solemnemente en presencia del cuerpo diplomático y sus ministros, que solicitaría la prórroga, para beneplácito de todos.

La intelectualidad de clase media, las ongs y demás incautos olvidan que la CICIG es un organismo impulsado por el imperialismo norteamericano y la Unión Europea para garantizar el buen funcionamiento de las instituciones del Estado burgués guatemalteco; para eliminar la corrupción y garantizar la estabilidad jurídica que permita que las inversiones nacionales y foráneas puedan rendir ganancias en un entorno de orden y eficiencia.

El jefe de la CICIG, el colombiano Iván Velásquez, no lo pudo expresar mejor: “La CICIG se compromete con el Estado y con la sociedad a realizar todos los esfuerzos en el apoyo a las aspiraciones guatemaltecas por la consolidación de sus instituciones; ofrecer análisis coyunturales a través de informes temáticos; formular propuestas de reformas normativas que permitan consolidar instituciones; continuar con la persecución penal que desarrollamos hombro a hombro con el Ministerio Público … La justicia reivindicará a la sociedad en su misión de la construcción.” (Siglo XXI 24/04/15).

Sin embargo, la corruptela sigue campeando ante las propias narices de la CICIG. Después de dos audiencias, la jueza a cargo del caso, Marta Sierra, benefició con arresto domiciliario y pago de multa a seis de los 22 implicados, entre ellos Francisco Javier Ortiz (el Teniente Jerez) y Salvador González. Después de hacer el perjuicio, la jueza tranquilamente busca separarse del caso solicitando el traslado del expediente a una judicatura de alto impacto. No cabe duda de que la corrupción también campea a nivel del organismo judicial.

Las protestas

El sábado 25 en horas de la tarde se realizó una concentración en la Plaza Central de la capital guatemalteca, convocada por las redes sociales, para pedir la renuncia de Pérez Molina y la Baldetti. La convocatoria, lanzada anónimamente, anunciaba que no habría discursos ni partidos políticos, rechazando acciones como quema de llantas y otras acciones “…que puede interpretarse como desorden público…” La agenda sería reunirse a las 15:00, cantar el himno nacional a las 15:45 y a las 16:00 retirarse. El primer contingente de personas era gente de clase media acomodada, en la línea de los camisas blancas que protestaron en el mismo lugar contra el gobierno de Álvaro Colom durante la crisis por la muerte del abogado Rosenberg, muy obedientes de los lineamientos, expresando el descontento de los sectores medios contra el gobierno corrupto. Pero este grupo se vio pronto rebasado por una enorme avalancha de estudiantes universitarios, miembros de los grupos de izquierda y algunos representantes de organizaciones campesinas. Este nuevo grupo diversificó las demandas, denunciando a la oligarquía, el sistema en general, a las instituciones estatales en su conjunto y a todos los funcionarios del gobierno. La aglomeración de gente llegó a varios miles que hicieron retumbar la plaza, empezando a diluirse cerca de las 16:30. En varias ciudades del interior hubo protestas similares.

Para el martes 28 de abril fue convocada una Asamblea Social y Popular, de parte de organizaciones campesinas, indígenas, de mujeres, jóvenes, sindicales, derechos humanos, religiosos, académicos y sociales, para unificar y articular puntos de vista y propuestas ante la crisis actual. En este artículo ya no podremos comentar el resultado de dicha asamblea, de la cual esperamos que surja un planteamiento independiente, de clase, frente a la salida que proponga la oligarquía.

Que se castigue a todos los culpables

La investigación de la CICIG ha conducido hasta ahora a la captura de algunos miembros de la banda La Línea. Pero sabemos que también se encuentran implicados numerosos empresarios que se prestaron al juego de la corrupción; ellos deben ser también capturados y llevados a juicio. Todos los implicados deben devolver el dinero robado al fisco y sus bienes deben ser confiscados. La CICIG debe aclarar también hasta dónde están implicados el presidente y la vice. Aún más, ambos y el gobierno en su conjunto deberían presentar su renuncia por su notable y probada incapacidad para administrar el Estado. Los asuntos del fisco y la SAT deben ser puestos bajo la supervisión y control de las organizaciones campesinas, sindicales y populares. El podrido andamiaje de las instituciones estatales debe ser reformado de pies a cabeza por una Asamblea Nacional Constituyente que transforme el país en beneficio de los desposeídos; esto después de una reforma a la Ley Electoral que permita la elección de delegados verdaderamente representativos del pueblo a dicha Asamblea.

 

Por Arnulfo Fuentes

Los partidos políticos de derecha en Guatemala, más que ser una opción democrática para el pueblo y los desposeídos, son parte de una red de saqueadores y ladrones que están enquistados en todas las estructuras del Estado. Ellos actúan en contubernio con los grandes empresarios tradicionales, los nuevos empresarios que han emergido en los últimos años gracias a contrataciones sucias de sus empresas con el Estado (la mayoría de ellos militares), narcotraficantes (muchos de ellos también militares), las empresas transnacionales, que son las saqueadoras de nuestros recursos naturales y los banqueros que también se benefician con las grandes cantidades de dinero que se mueven producto del saqueo y la explotación.

Es por esta razón que los partidos políticos no cuentan con una ideología en beneficio de las clases populares y los más desposeídos. Ellos sólo son el medio que utilizan los explotadores del pueblo y de nuestros recursos, para legalizar todos sus sucios negocios.

Dentro de los partidos no hay democracia y ni siquiera los partidos de izquierda se escapan de esto. Las asambleas no son democráticas ni representativas y las candidaturas se venden como mercancía al mejor postor. Realizan encuestas falsas donde cada agrupación política asegura tener ventaja y realizan campañas anticipadas que además son sexistas, pues utilizan a la mujer como objeto de placer sexual (la UNE, el PP y LIDER recibieron cada uno, una sanción de US$ 600 mil por este tipo de faltas).

¿Cuánto le costará al pueblo este circo democrático?

El Estado de Guatemala gastará 500 millones de quetzales, para el proceso electoral 2015, los cuales ya fueron trasladados del Ministerio de Finanzas al Tribunal Supremo Electoral (TSE). Los comicios generales y del Parlamento Centroamericano se realizarán el domingo 6 de septiembre y de darse una segunda vuelta, se realizará el domingo 25 de octubre. La convocatoria para los comicios se tiene prevista para el 2 de mayo y el TSE tiene previsto empadronar a 8.2 millones de personas.

El TSE recibe intimidaciones debido a sanciones

El TSE ha suspendido a 11 partidos políticos por campaña anticipada e impuso una multa histórica de Q 1.9 millones de quetzales al partido patriota por realizar propaganda en bolsas con víveres en Huehuetenango. Lo que ha provocado dos solicitudes para retirarles la inmunidad a tres de los cinco magistrados titulares.

La primera fue interpuesta por la Fundación Identidad (Fidenti) y la Asociación de Juristas por la Nación (Jurnac) contra los magistrados Julio René Solórzano Barrios, María Eugenia Mijangos Martínez y Mario Ismael Aguilar Elizardi. Y el segundo por Rudy Brooks Hernández contra Solórzano, Mijangos y Aguilar, por la misma razón.

Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia, rechazó de forma in limine, es decir sin entrar a conocer a detalle, las dos solicitudes de antejuicio presentadas en contra de los tres magistrados titulares.

El Partido Patriota se desmorona vertiginosamente

El escándalo de la defraudación en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), descubierto por una investigación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), que vincula a personas de confianza de la pareja presidencial, desencadenó un caos en el Partido Patriota (PP), y provocó la huida del hasta entonces inminente candidato a la presidencia por éste partido, Alejandro Sinibaldi, exministro de Comunicaciones. También desertaron del partido, diputados y varios alcaldes, entre los que se encuentra Antonio Coro, un importante miembro del PP, y se prevé la salida de más miembros del partido, quienes cual prostituta errante, se venderán al mejor postor. Con lo que queda en suspenso quienes serán los candidatos a la presidencia y vicepresidencia.

A río revuelto, ganancia de pescadores.

Uno de los más beneficiados de este relajo, será el Partido Lider quien seguramente postulará a Manuel Baldizón como candidato Presidencial y a Edgar Barquín, expresidente del Banguat, como vicepresidenciable.

Otro de los partidos beneficiados es la UNE, eligió a su binomio, con Sandra Torres como candidata a Presidenta y Mario Leal Castillo, como candidato a Vicepresidente. Este último es un empresario representante del sector azucarero y dueño del Ingenio Magdalena y que además fue financista del PP en los comicios pasados.

Los demás partidos de derecha también afinan los detalles para participar en esta farsa democrática y de la misma manera incluyen a personajes nefastos que se han enriquecido con el dinero y la sangre del pueblo, tal es el caso de Zury Rios Sosa, la hija del genocida Efraín Rios de Sangre Mont.


Por Marcial Rivera

El gobierno de Vinicio Cerezo supuso la transición hacia el régimen de democracia burguesa en Guatemala. Bajo la bandera de la Democracia Cristiana Guatemalteca, el ex presidente Cerezo condujo al Estado guatemalteco hacia la pacificación de la región centroamericana y en consecuencia de Guatemala, así como también a la transición democrática que se dio en este país centroamericano, producto de la cual nace la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que define algunos lineamientos sobre el sistema de partidos, el sistema electoral y demás. De hecho, la LEPP posee rango Constitucional, siendo criticada por distintos sectores de la sociedad -incluyendo los mismos partidos políticos- debido a que algunos de los preceptos que ahí se establecen han dejado de tener vigencia en el actual régimen democrático, o se hace necesario propiciar la modificación de la misma, en función de la realidad dinámica y cambiante.

La carencia de ideología a lo interno de los partidos políticos burgueses, y la falta de representatividad que generan a lo interno de los mismos, como de forma exógena, es precisamente el común denominador en los partidos políticos actuales en Guatemala. De esta cuenta puede aseverarse que existe una dinámica clientelar en el ejercicio del poder político; la configuración de la agenda de los partidos políticos reside en la necesidad de sectores poderosos, oligárquicos e influyentes de la sociedad, de configurar sus propias agendas de trabajo, que no son más que agendas con intereses económicos, empresariales y de otra naturaleza, de manera que los partidos políticos en Guatemala, son partidos tipo cartel.

Sobre los Partidos Cartel, Katz y Mair, consideran que la forma en que se dio paso al Partido Cartel, resultó de la acción de "Los líderes de los partidos tradicionales establecieron organizaciones formalmente parecidas a las de los partidos de masas (miembros permanentes, sedes, congresos, prensa de partido), pero que en la práctica, a menudo, seguían haciendo hincapié en la independencia de las actividades parlamentarias del partido. En lugar de enfatizar el papel del partido en el parlamento como agente de la organización de masas, subrayaron el papel de la organización de masas como un apoyo del partido en el parlamento. Igualmente significativo era el hecho de que, aunque estos partidos continuaban captando militantes, no quisieran limitar, y en términos prácticos no hubieran podido hacerlo, su oferta a ninguna clase en particular…". (Katz y Mair: 19-20)

Se sabe que en Guatemala los niveles de gobernabilidad democrática e institucionalidad política, son pobres. La transición hacia la democracia no arrojó transformaciones de fondo, en relación a los problemas estructurales que se viven en Guatemala, sino únicamente cambios de forma. Estos cambios de forma representan costos onerosos para el erario público; para este proceso electoral el Tribunal Supremo Electoral hizo una estimación de más de seiscientos millones de Quetzales.

Una de las principales críticas hacia el proceso de reforma a la Ley de Partidos Políticos, es que no se propicia la investigación del financiamiento de los mismos; esto porque es evidente que los partidos políticos no únicamente reciben financiamiento por parte del Estado en la llamada 'deuda política', sino también financiamiento privado. Pero independientemente del financiamiento privado que los partidos reciben, lo que debe entenderse es que los partidos son instituciones públicas, y en consecuencia objeto de auditoría y fiscalización por parte de la Contraloría General de Cuentas y la ciudadanía. Es precisamente a través del financiamiento privado que los grupos de poder, llámese oligarquía, burguesía emergente, crimen organizado o narcotráfico, controlan y utilizan para sus fines a los partidos.

Es evidente que los partidos políticos han perdido legitimidad frente a la ciudadanía. La lógica coyuntural bajo la que operan es la burlar al máximo la Ley Electoral, haciendo propaganda por medio de “Fundaciones”, o como el caso de Manuel Baldizón del partido Lider, que renunció al mismo para poder promover libremente su figura de cara a las próximas elecciones, antes de la convocatoria oficial a los comicios. El colmo es que una de estas fundaciones promovió un antejuicio contra tres magistrados del TSE, sin duda como revancha por las innumerables multas y suspensiones que el mismo ha tenido que ordenar ante las acciones de campaña anticipada y faltas a la Ley Electoral.

Las organizaciones sindicales y populares deben plantear una profunda reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que la democratice al máximo, arrebatando a los grupos de poder económico la virtual exclusividad de representación en los procesos electorales.


Por Armando Tezucún

En el marco de la reunión del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), realizada en Guatemala el 26 de marzo, visitó el país el ministro de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa, Serguei Lavrov. El canciller ruso dio inicio el 24 de marzo a una rápida gira por América Latina que incluyó Cuba, Colombia, Nicaragua y Guatemala.

Guatemala ostenta actualmente la Presidencia Pro Témpore del SICA, entidad a la que pertenecen Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá y República Dominicana. La agenda de Lavrov incluyó la participación en la reunión ordinaria del SICA del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, órgano permanente del sistema, un diálogo político con cancilleres de Centroamérica en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y una reunión privada con el presidente guatemalteco Otto Pérez Molina.

Según el canciller de Guatemala Carlos Morales, Lavrov trajo “…una agenda de integración y coordinación para ver los temas de cooperación regional…Rusia tiene un gran interés de acercarse a toda Centroamérica. Toda Centroamérica ofrece una gran oportunidad para Rusia en términos políticos y de comercio y lo que quieren es formalizar ese contacto” (Prensa Libre 27/03/15).

Durante la reunión con el presidente guatemalteco los funcionarios abarcaron una variedad de temas: comercio, un acuerdo de extradición, seguimiento del tema de seguridad y lucha contra el narcotráfico, becas de estudio para estudiantes guatemaltecos, incrementar la visita de turistas rusos a la región.

Una parte esencial de los temas tratados fue la solicitud de Lavrov de que Rusia sea incluida como miembro observador extrarregional del SICA. Nueve países participan ya en el SICA como observadores regionales, y 14 como observadores extrarregionales, además de la Unión Europea.

¿Cuál es el marco en el que se da la visita de Lavrov a la región? Y ¿Cuál es el interés de fondo que motiva a Rusia en este movimiento diplomático? El intercambio comercial entre Guatemala y Rusia no es muy significativo; según el Banco de Guatemala, las exportaciones ascendieron a US$13 millones y las importaciones a US$39 millones. Los intereses comerciales y de cooperación son mucho más importantes entre Rusia y Nicaragua, y el gobierno sandinista ha reanudado los lazos que existieron durante el período revolucionario de los años 80s.

El final de la guerra fría entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética dio inicio a un cambio geopolítico en América Latina. En términos generales, el imperialismo estadounidense reenfocó su política exterior hacia otras regiones del globo, especialmente donde sus intereses petroleros estaban siendo afectados, dejando un espacio que potencias imperialistas emergentes, en especial Rusia y China han tratado de aprovechar. La crisis económica iniciada en 2008 ha acentuado la tendencia hacia un mundo multipolar, con varios países imperialistas tratando de influir en el escenario mundial. Los gobiernos nacionalistas burgueses surgidos en Latinoamérica en la primera década del siglo XXI, con el chavismo venezolano a la cabeza, han abierto las puertas a los negocios y cooperación con las potencias emergentes, y Rusia ha jugado un papel importante. Según datos del FMI, en 2013 el intercambio comercial entre la Federación Rusa y América Latina ascendió a US$13,300 millones.

Pero hay un interés coyuntural en el periplo de Lavrov. La crisis en Ucrania ha enfrentado a Rusia con la Unión Europea, que ha sido presionada por Estados Unidos a imponer sanciones económicas a Rusia y a movilizar tropas de la OTAN en la región. Es inevitable interpretar el movimiento diplomático ruso en América Latina como una respuesta a la injerencia de Estados Unidos en una región tan cercana a la Federación Rusa; y aunque obviamente no es una acción militar, el gobierno ruso envía el mensaje de que también puede tener presencia en el tradicional “patio trasero” de Estados Unidos y arrebatarle su influencia.

La ultraderecha gringa ya se percató de eso. La congresista republicana por el Estado de Florida, Ileana Ros-Lehtinen, declaró en su sitio web: "No es sorprendente que el régimen autocrático ruso esté trabajando para fortalecer sus relaciones con la Nicaragua de Ortega, la Cuba de Castro y otras naciones Latinoamericanas. Esta supuesta gira de buena voluntad no es más que una maniobra para aumentar su influencia en nuestra región. ..las actividades rusas en nuestra región socavan nuestra seguridad nacional...” (ros-lehtinen.house.gov 23/03/15).

Los trabajadores centroamericanos no debemos caer en la trampa de favorecer al imperialismo ruso en el conflicto interimperialista, como hacen los gobiernos de Nicaragua, Cuba y Venezuela. La izquierda revolucionaria centroamericana debe fortalecer la independencia de clase frente a cualquier imperialismo que se presente en la región.


Por Leonardo Ixim

El pasado 24 de marzo fueron detenidos en la Capital los líderes comunitarios Rigoberto Juárez y Baltazar Domingo, referentes del Parlamento Plurinacional de los Pueblos de Huehuetenango, instancia que articula a las comunidades de los pueblos q’anjob´al, chuj, akateko, popti’ y mestizo de 16 municipios de ese departamento.

Los compañeros se proponían poner denuncias en el Ministerio Público, la Procuraduría de los Derechos Humanos y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala, cuando sorpresivamente fueron apresados por miembros de la Policía Nacional Civil aparentemente sin orden de juez. Las denuncias que interpondrían giraban alrededor de la persecución contra líderes comunitarios (días antes ya había sido apresada Bárbara Díaz) quienes se han opuesto a la instalación de la hidroeléctricas y varios proyectos mineros sin la consulta comunitaria, como mandan los pactos internacionales sobre derechos humanos y derechos de los pueblos indígenas que Guatemala ha firmado.

De igual forma estos líderes sociales han llevado una lucha importante por la defensa al derecho de la libre expresión tras el cierre y posterior apertura de la radio comunitaria Snuq’ Jolom Konob que ha sido atacada por el alcalde municipal de Santa Eulalia, Huehuetenango, Diego Marcos Pedro. Esta radio abrió el campo de denuncia de los pobladores quienes se oponen a tales megaproyectos, por la falta de consulta y los efectos sobre todo de las actividades mineras a cielo abierto, contra los medios de vida naturales y sociales de esas poblaciones.

Con la entrada de la fiscal Thelma Aldana al frente del Ministerio Público se observa el incremento de una tendencia que es global en lo que respecta a los últimos gobiernos, hacia la criminalización de la protesta social en las luchas tanto en la defensa del territorio y los recursos naturales, como de otras índoles sindical y social. Esto por su parte responde a una lógica de incremento de las ganancias del capital sobre todo en la esfera extractivista, provocada por la cada vez más acuciante crisis orgánica capitalista y la necesidad del capital financiero mundial de invertir en materias primas para la producción industrial, pero sobre todo para la especulación y el respaldo del dinero ficticio creado por diversos mecanismos que juegan en los centros financieros internacionales.

La oposición y resistencia de parte del proletariado a estos megaproyectos ha ocasionado que el Estado de Guatemala responda tanto con la represión extra judicial -que de esto tiene experiencia- como con la represión legal, usando la criminalización a partir de los órganos de justicia, en su más puro fundamento como parte del Estado y su función de reproductor del capital. De parte la población organizada, afrontar este fenómeno es costoso porque desvía recursos y esfuerzos para hacerle frente a los vaivenes del legalismo burgués. Ello demuestra la falta de experiencia en ese sentido, tanto porque en el pasado el Estado de Guatemala privilegió la ejecución y desaparición forzada contra las organizaciones y sus miembros, como en la actualidad, donde formalmente existe un Estado de derecho liberal y un sistema judicial supuestamente garantista de los derechos humanos, y la sociedad civil consideró ingenuamente que después de la firma de los acuerdos de paz, se respetaría tales aspectos.

La tendencia en mención no puede ocultar lo que ilusamente se ha pretendido desde la sociedad civil, que con funcionarios probos al frente de algunas instituciones como Claudia Paz en el MP se inauguraba una nueva época de la independencia de la justicia y los derechos humanos. Así, el revés sufrido con la no reelección de Paz acentúo tal tendencia, que ni con ella se detuvo; se atenuó en algunos casos, pero predominó el peso de la legalidad burguesa y el compromiso con ella. El ataque se recrudeció con la nueva fiscal general, quien es cercana a poderes de la camarilla articulada en el Partido Patriota, la vicepresidenta Baldetti, y elementos ex militares y civiles que   utilizan la fuerzas represivas y de inteligencia en función de sus intereses en tanto facción burguesa.

Otra instancia es la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), por cuya vigencia presiona actualmente el imperialismo estadounidense, pues se trata de un organismo garante de las condiciones de estabilidad institucional necesarias para realizar inversiones seguras. Si el gobierno y los grupos de poder contrarios a renovar su mandato finalmente ceden a las presiones gringas, habrá que ver qué postura tomará en torno a la creciente criminalización social.    

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