José Raúl Moulino y Mari Carmen Aponte, embajadora norteamericana en Panamá

Por Olmedo Beluche

(Edición de las palabras pronunciadas en evento organizado por la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, el 15/5/2024).

En primer lugar, queremos recordar que este evento se realiza el día que conmemoramos un año más del fusilamiento de El Cholo Guerrillero, Victoriano Lorenzo, en 1903. Durante la Guerra de los Mil Días, Victoriano y sus huestes representaron la lucha indígena y campesina contra la oligarquía latifundista panameña que le arrebata sus tierras y explotaba inmisericordemente. Su fusilamiento fue una venganza de la oligarquía panameña por atreverse a confrontar el orden social existente en nuestros campos, así como una advertencia a quien se atreviera a manifestarse ante la traición que estaba a punto de consumarse con la separación de Colombia y el Tratado Hay Bunau Varilla.

Entre Weber y Marx

Entrando en materia electoral, uno tiene que preguntarse: ¿Cómo hacer para no caer en la unilateralidad? Cómo hacer este balance sin parcializarse a uno de los dos extremos posibles: ser tan optimistas, que caigamos en la ingenuidad. O ser tan sectarios, que nos lleve al pesimismo de creer que “nada ha cambiado”, “todo sigue igual”.

Como estamos entre sociólogos y sociólogas, creo que podemos recurrir a los enfoques teórico-metodológicos de dos grandes de las ciencias sociales: Max Weber y Carlos Marx. Como siempre digo a mis alumnos, teorías distintas se pueden combinar en el análisis, siempre que se haga con cuidado.

Para analizar los resultados de las elecciones del 5 de mayo pasado podemos tomar de Weber su “sociología de la acción social”, según la cual, la sociología debe buscar “el sentido” con el que las personas orientan su acción social, ¿cómo explican o justifican sus actos? Aunque, hay que aclararlo de salida, el enfoque weberiano era individualista, no lo usaba para explicar fenómenos colectivos, sino casos particulares. De modo que, aquí estamos estirando a Weber más allá de sus límites.

El análisis de los hechos electorales requiere del aporte de Carlos Marx: quien propone el análisis de las estructuras profundas, sociales y económicas, que explican a cada sociedad concreta. La estructurada política, económica y social organizada para asegurar la explotación de clase. Mientras se mantengan las estructuras del capitalismo, las relaciones políticas son un producto de la lucha entre las clases, en que los oprimidos pueden lograr victorias parciales, ventajas democráticas o atenuación de la explotación económica, pero en esencia el régimen político más democrático sigue siendo la junta directiva de los intereses de los empresarios.

El enfoque weberiano, nos coloca en el plano del “imaginario”, de las creencias, de la cultura política, que pueden ayudarnos a comprender por qué votó como lo hizo el pueblo panameño el 5 de mayo. El enfoque marxista nos conduce al análisis estructural profundo para saber qué efecto tienen los resultados electorales en la formación económico – social panameña.

¿Qué sentido le dio a su voto la ciudadanía el 5 de mayo?

El primer hecho que salta a la vista es que la gente salió a votar masivamente: 78% de participación electoral. Las personas acudieron entusiastamente a las urnas con deseos de expresar algo, de dar un mensaje con su voto. ¿Con qué “sentido” orientaron esta acción social? La respuesta no deja lugar a dudas: expresar su rechazo al gobierno de Laurentino Cortizo, a su vicepresidente y candidato presidencial, José G. Carrizo, y al partido oficialista, el PRD.

El deseo de repudiar o castigar al gobierno saliente es fácil de verificar hablando con los votantes, o viendo los resultados electorales: el PRD, de ser el principal partido político del país fue llevado al borde de la extinción, obteniendo menos del 6% de los votos. Pasando de una bancada con mayoría casi absoluta a una representación diezmada en la próxima Asamblea Nacional.

Un voto castigo claro, pero disperso

Ese descontento o voto castigo se expresó a través de diversas alternativas, según el segmento social al que pertenece el electorado:

Los más golpeados por la situación económica desastrosa que deja el gobierno PRD y su gestión de la pandemia de la COVID-19, en especial el 60% de trabajadores en el desempleo o la informalidad, parecen haber creído en la promesa de la nómina de José R. Mulino (R. Martinelli) de que pondrán “más chenchen en su bolsillo”. Un cómodo 34% del electorado se decantó por esta candidatura del partido RM, con la esperanza de que su situación mejore.

El 25% del electorado, al parecer de capas medias ilustradas, votó por la nómina de Ricardo Lombana y su partido (MOCA), que tuvo como eje la denuncia de la corrupción de los partidos tradicionales. Otro segmento, una buena parte de votantes tradicionales del PRD no lo hicieron con esta sigla sino con la candidatura de Martín Torrijos (PP) o la diputada Zulay Rodríguez, por libre postulación, 16% y 6% respectivamente. Tan solo el 11% eligió a Rómulo Roux, abogado de la minera canadiense First Quantum M.

El deseo de cambio y castigo que la gente expresó el 5 de mayo también explica el éxito de las candidaturas de la coalición Vamos, en la libre postulación, que lograron la mayor bancada en la nueva Asamblea Nacional, con 19 curules, así como una multiplicidad de representantes de corregimiento, y algunas alcaldías, aunque no indicaron el voto a la Presidencia de la república.

Un núcleo duro del movimiento sindical, popular y la izquierda se decantó por la candidatura de Maribel Gordón y Richard Morales, poco más del 1%. Aunque hay personas que fotografiaron al sistema TER del Tribunal Electoral que, en algún momento de esa noche, le atribuyó 85 mil votos a la profesora Gordón, y luego los rebajó a 25 mil, de manera inexplicable.

No tenemos que creer en la total pureza de estos resultados dada la gran cantidad de irregularidades que siempre presenta el sistema electoral panameño, pero de manera exacerbada en este año: desde la demora en impugnar la candidatura de Martinelli, cuando ya estaba condenado por blanqueo de capitales, hasta la postulación irregular de Mulino, pasando por las disputas en el conteo y asignación de curules en circuitos plurinominales, la asignación desigual de recursos entre los partidos y la libre postulación, y un largo etc.

¿Cómo se explica el voto mayoritario a candidatos de la derecha?

Así como el voto castigo al PRD es casi incuestionable, lo es también que la población vota sistemáticamente por candidatos ubicados a la derecha y extrema derecha del espectro político y teme votar por candidaturas situadas a la izquierda. En algunos casos, aún manifestando simpatías por las candidaturas y programas de izquierda, algunas personas terminan dejándose llevar por el llamado “voto útil” o al que puede ganarle al oficialismo, la gente le llama “votar a ganador”. Lo que habla de un bajo nivel de conciencia política.

Al ser Panamá una excepción en Latinoamérica donde no existe representación política de la izquierda a nivel parlamentario, esto nos habla de un problema histórico y, por ende, estructural que tiene que ver con su condición de formación económico social transitista, con escasa industrialización, volcada a los servicios, con desempleo crónico e informal.

Esa estructuración “transitista”, nacida como apéndice del sistema militar norteamericano en 1903, ha producido una población que flota entre la informalidad, sobreviviendo de cualquier “rebusca”, a otra estructurada pero dependiente de un puesto como funcionarios del estado, por ende, víctimas del clientelismo político. La debilidad de la clase obrera industrial y el hecho de que, aún cuando existe, es mayoritariamente estacional o temporal, como en la construcción, son a nuestro entender parte del problema de la conciencia política de la población panameña. Esa realidad social tiene su correlato en la conciencia de clase dispersa.

A lo cual se suman arrastres históricos desde las propuestas de la izquierda panameña: por un lado, un sector significativo vinculado al Partido Comunista (del Pueblo) que ha terminado absorbido por el PRD, siguiendo el supuesto proyecto “torrijista” que la dirección de ese partido perdió hace rato; por otro lado, problemas fraccionalismos sectarios que han retardado el surgimiento de una propuesta creíble y unitaria.

Pero también influye la degeneración de la democracia liberal mundial

Panamá no escapa tampoco al proceso de degeneración y crisis del sistema capitalista mundial y de su régimen político preferido: la democracia liberal. La pauperización creciente, incluso en países europeos y en Estados Unidos, llevan a enormes contingentes de la población mundial a descreer de las promesas de una vida mejor y más democrática por parte del sistema político liberal burgués.

Los gobierno y partidos políticos tradicionales rápidamente se desgastan y pierden el respaldo popular, cada vez mayores contingentes de votantes eligen candidatos ubicados fuera o recién llegados al sistema político (“outsiders”) generalmente provenientes de la extrema derecha, aupados por los medios de comunicación de masa y que le echan la culpa de la crisis social a un supuesto “enemigo” (migrantes o comunistas) al cual prometen acabar.

Esta realidad internacional, que explica fenómenos como Trump, Bolsonaro, Bukele o Milei, no es ajena a Panamá, donde la extrema derecha “martinelista” que eligió a Mulino ha pretendido focalizar la culpa de la situación en la “migración”, aunque aquí el fenómeno es solo muy parcial, porque somos país de paso no de llegada. Aquí ese voto antisistema expresado hacia un derechista es de Ricardo Martinelli, a quien parte del electorado lo considera el instrumento para castigar la corrupción de los políticos tradicionales, no importa cuantas acusaciones por delitos graves tenga. Martinelli es nuestro Donald Trump.

Mulino, al igual que Lombana, prometieron “mano dura”, es decir, represión y eso también encanta a un sector del electorado que ingenuamente cree que la inseguridad se acabará con más policías y menos estado de derecho.

Una consideración aparte merece el hecho de que, no sólo en Panamá, a la izquierda le cuesta mucho atraer el voto popular o ganar el imaginario popular, y en ello influye la situación social de proyectos como la crisis profunda que atraviesa Cuba producto del bloqueo, o la pauperización que se vive en Venezuela y, peor aún, la degeneración dictatorial del sandinismo en Nicaragua.

La gente votó castigo, pero sin cambio real

Si bien la intención de castigo al gobierno saliente y su partido es bastante clara, el hecho es que la mayoría del electorado se “equivocó” si creía que votando a Mulino o Lombana iba a producir un cambio de fondo. Al menos el tercio de los votantes que lo hicieron por José R. Mulino, eligió un candidato que dará continuidad a las políticas neoliberales y así quedó expresado en la conformación de gabinete ministerial, claramente conformado por representantes de la oligarquía financiera.

Se destaca ahí Felipe Chapman en el Ministerio de Economía, un agente de los gremios empresariales y defensor de la mina de First Quantum. La Cámara de Comercio y el Consejo Nacional de la Empresa Privada, así como la embajadora de Estados Unidos, celebran su triunfo: nada ha cambiado, sólo las caras, el sistema funciona.

El voto consecuente con un deseo de cambio, aparte del 1% de la nómina Gordón-Morales. 

El voto hacia los candidatos de la coalición Vamos, fue un voto por el cambio, por cuanto eran candidaturas por fuera de los partidos (libre postulación), eran jóvenes que no han sido parte del sistema, eran críticos a la corrupción imperante, la mayoría participó de las movilizaciones anti mineras de 2023. Pero la debilidad de la coalición Vamos es no tener una concepción clara de la formación económico social panameña, ni un programa de transformaciones, sino que todo lo reducen al tema de la corrupción y que “deben gobernar los mejores”. Esta ingenuidad política unida a una falta de disciplina partidaria pronto producirá fisuras internas. La prueba de fuego empezará cuando deban decidir sobre: si pactan con otras facciones la composición de la directiva de la Asamblea, sobre la reforma al sistema de jubilaciones, la ampliación de la cuenca del canal o la continuidad de la mina.

Se viene un gobierno oligárquico, antipopular y represivo

Lo dicho por Mulino, durante la campaña electoral, en sus discursos posteriores a su triunfo, así como con la escogencia de sus ministros, no hay lugar a dudas: el suyo será un gobierno “empresarial”, cargado de medidas económicas neoliberales y claramente represivo.

El respaldo de los gremios empresariales, los medios de comunicación de masas y las calificadoras de riesgo como Fitch son un mal augurio para el pueblo panameño. No se olvide que las calificadoras de riesgo lo que miden es la posibilidad de que los bancos y dueños de los bonos de la deuda soberana del país cobren su plata por encima de todo. Y en el marco de crisis fiscal esto significa sacrificio al gasto social y a los salarios de los empleados públicos, para asegurar el servicio de la deuda, que ya este año se come entre el 18 y el 20% del presupuesto gubernamental.

Sólo el Plan para una Vida Digna, de Gordón/Morales, propuso una alternativa para enfrentar los retos económicos sin más sacrifico popular: una reforma fiscal para que paguen más impuestos las grandes empresas, revisar las exoneraciones fiscales que son un subsidio a los ricos y perseguir la evasión fiscal.

Los empresarios y los medios ya empezaron su campaña por la reapertura de la mina de Donoso, con la excusa de la crisis del empleo. “Abrir para cerrar” es el cuento. Mientras, la empresa francesa sigue controlando la mina. La solución del problema debe empezar por la expulsión de First Quantum M. y la nacionalización de sus propiedades.

El tercer problema grave es el de las jubilaciones y la Caja de Seguro Social. El centro de la propuesta de los grupos empresariales es mantener y generalizar las “cuentas individuales”, así como desguazar la entidad separando la parte administrativa y de salud, y aumentar las medidas paramétricas (edad de jubilación, cuotas, etc.).

El movimiento sindical, CONATO y CONUSI, han defendido la vuelta al sistema solidario que funcionó bien desde que se creó la institución hasta 2005, cuando las reformas de Martín Torrijos separaron los programas. Así como el combate a la evasión y robo de las cuotas por parte del sector empresarial. La movilización en defensa de la Caja llama a la puerta.

El movimiento popular: a prepararse para la lucha y dar continuidad al proyecto político

Al mostrar sus cartas el presidente entrante, más de lo que ya hizo Cortizo, con el añadido de amenazas de represión, el movimiento popular y sindical debe saber a qué atenerse. Es el momento de reforzar las conquistas organizativas de la lucha de julio de 2022: la Alianza por una Vida Digna y ANADEPO. Es más, habría que pensar en la fusión de ambas alianzas superando las diferencias.

En el plano político, no cabe duda de que la candidatura de Maribel Gordón y Richard Morales, permitió dar pasos significativos, duplicando el caudal de votos de las elecciones de 2014 y 2019 al Frente Amplio por la Democracia (FAD) y la del profesor Juan Jované por libre postulación en 2014. Estructurar un proyecto político entorno a esta candidatura es una necesidad. Debe ser una propuesta política amplia y democrática, que permita sumar a otros actores del movimiento social panameño.

La situación objetiva de crisis estructural capitalista y del régimen político panameño reclama un programa de transformaciones como el expresado en el Plan por una Vida Digna.

Por Polo Ciudadano

1. Tomado de conjunto el resultado electoral, incluyendo la alta participación ciudadana, solo cabe una conclusión: el pueblo panameño asistió en masa para emitir un contundente rechazo al gobierno Cortizo-Carrizo.

2. Ese rotundo rechazo, se expresó a través de diversas candidaturas dependiendo del sector social del que proviene el o la votante: la mayoría de los sectores populares más golpeados por la crisis se expresaron a través del voto a J. R. Mulino (R. Martinelli) y su promesa de “más chenchen”; sectores de capas medias lo hicieron a través del voto a R. Lombana – MOCA; sectores juveniles, principalmente, apuntalaron el espectacular triunfo electoral de las candidaturas de la coalición Vamos; mientras que Martín Torrijos y Zulay Rodríguez, ante la evidente fractura interna del oficialista PRD, ambos lograron capturar una parte significativa de esos votos (superando con ello al propio candidato Carrizo del PRD); y, finalmente, un sector muy de vanguardia respaldó la candidatura de Maribel Gordón – Richard Morales.

3. El resultado es producto de un voto disperso, pero que tomado de conjunto ha sido un voto de rechazo masivo contra el oficialismo del PRD, que ha sufrido la peor derrota desde 1,989.

4. Diferimos de las evaluaciones despectivas contra el pueblo que ha votado a J. R. Mulino (34% de los votos), que generalmente provienen de sectores de capas medias de la sociedad. Es cierto que la gente es frecuentemente engañada en los procesos electorales, que funcionan como la publicidad que vende un producto cuya imagen no coincide con la realidad. Como también es cierto que la conciencia (aunque sea falsa conciencia) es construida por sus experiencias personales, no por un razonamiento “científico”, así que la gente se basa en sus recuerdos y sentido común. La campaña de Martinelli- Mulino apeló a ello recordando la “prosperidad” (basada en endeudamientos), para atraer el voto de las víctimas de la política del actual gobierno en especial desde la pandemia de la COVID.

5. Tal y como ha pasado otras veces, la ilusión popular en el gobierno de Mulino durará lo que tarde en incumplir sus promesas. La erosión de la credibilidad en el nuevo gobierno puede llegar pronto: si impone la “austeridad” que piden las instituciones crediticias; si reprime a quien protesta como ha prometido; cuando se mantenga el pacto MUCA en favor de la impunidad y corrupción; o cuando tenga que decidir el futuro de la mina de Donoso y sobre los afluentes de Río Indio.

6. Más complejo es el hecho de que en un sector significativo de la sociedad y de la juventud han calado las propuestas de MOCA y Vamos, que inyecta sangre joven y (aún) no corrupta al sistema, por lo cual crea la ilusión de que es posible resolver los problemas del capitalismo decadente del siglo XXI, si “gobiernan los buenos”. Y, aunque ambos sectores se colocan en “oposición” al gobierno de Mulino y como aspirantes al futuro recambio político, habrá que ver su comportamiento cuando estallen las crisis que están por venir.

7. La candidatura de la profesora Maribel Gordón y Richard Morales, logró un avance significativo respecto a las propuestas político - electorales de la izquierda, que le antecedieron. Un avance que se expresó en la recolecta de las firmas (más de 170 mil) y durante toda la campaña, pudiendo dar a conocer una real propuesta alternativa diferente a la de los siete candidatos y candidata del continuismo y la burguesía a todo el país, a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales, como en los recorridos y caminatas comunitarias. Los más de 24,500 votos obtenidos (si no hubo trampa) expresan a un sector social más consolidado, con una conciencia política clasista y de pensamiento crítico al sistema. Se mantuvo una presencia nacional que logró sacar votos en casi todas las mesas del país, desde Darién a Bocas del Toro, así como en los territorios indígenas.

8. De la experiencia vivida en torno a la candidatura Gordón-Morales, de hecho, es importante hacer un balance; pero también como Polo Ciudadano proponemos la necesidad insoslayable de la continuidad, de consolidar este proyecto político ya iniciado, que permita sostener los avances logrados e invitar a más sectores importantes y activos del movimiento social, a consolidar y caminar juntos unitariamente.

9. La propuesta alternativa en la política panameña que expresa las demandas económicas, sociales, democráticas, culturales y de respeto a los derechos humanos, sin ningún tipo de discriminación, ya ha nacido y debe ser fortalecido. Más temprano que tarde, la crisis y degradación del capitalismo corrupto y decadente que vivimos llevará a la mayoría de nuestro pueblo a romper con las ilusiones en políticos que le han mentido, con lo cual, las propuestas realistas y consecuentes de un proyecto político popular estarán presentes y serán mayoría.

Panamá, 10 de mayo de 2024.

José Raúl Mulino y Ricardo Martinelli

Por Olmedo Beluche

Nos parece que las lecturas negativas y derrotistas de los resultados electorales del domingo 5 de mayo de 2024, son esencialmente equivocadas. Para ciertos analistas la interpretación de la votación es que la gente se inclinó por proyecto de derechas, corrupto y con ribetes fascistoides. Creo que hay que diferenciar entre las candidaturas, sus programas y el imaginario con que los votantes han acudido a las urnas.

El resultado electoral debe leerse en clave positiva: la gente acudió en masa a expresar su repudio al gobierno de Laurentino Cortizo, a su vicepresidente y candidato presidencial, José Gabriel Carrizo, y al oficialismo encarnado en el Partido Revolucionario Democrático (PRD). La ciudadanía le dio una paliza fenomenal a un gobierno de derechas, antipopular, antinacional, al servicio de los banqueros y de la embajada de Estados Unidos, encabezado por Cortizo.

El resultado electoral, el peor en la historia del otrora poderoso PRD, muestra a las claras que la ciudadanía acudió en masa a votar, el mayor porcentaje de participación en décadas, para emitir un VOTO CASTIGO al gobierno responsable del desastre social, económico, ambiental y político en que está el país.

El pueblo CASTIGÓ como merecen a Cortizo, a Carrizo y al PRD por 5 años de miseria agravada por la gestión desastrosa de la pandemia de la COVID-19, por la pérdida de decenas de miles de empleos, quiebra de pequeñas y medianas empresas, por la generalización del desempleo y la informalidad, por la crisis de la salud y educación públicas, por la falta de agua en enormes zonas del país, por el pésimo servicio eléctrico y de recolección de basura.

El pueblo le dio el CASTIGO merecido a un gobierno corrupto que intentó regalar la riqueza natural y mineral a First Quantum M., a un gobierno que ha duplicado la deuda pública sin que se vean las obras, y que ahora nos quiere condenar a la “austeridad” para pagarle a sus amigos banqueros y financistas. El pueblo CASTIGÓ a un gobierno corrupto que ha agravado la crisis de la Caja de Seguro Social y de las jubilaciones, y que se negó a darle un aumento a los pensionados.

El pueblo panameño expresó ese castigo electoral a través de diversas candidaturas. Los sectores más golpeados por el desempleo y la pobreza castigaron al gobierno votando por José R. Mulino y su promesa de “más chenchen”. Sectores de capas medias expresaron su castigo votando por Ricardo Lombana. La juventud que luchó contra el contrato minero expresó su castigo votando con los candidatos de Vamos, lo que explica su enorme éxito electoral. Los torrijistas y perredistas hartos de este gobierno castigaron votando con Martín Torrijos o Zulay Rodríguez. Una fracción más conservadora castigó votando a Rómulo Roux y el panameñismo.

Una vanguardia popular que luchó en estos años contra las imposiciones del gobierno Cortizo-Carrizo-PRD, expresó su Voto Castigo con la nómina Maribel Gordón – Richard Morales, la cual duplicó la cantidad de votos obtenidos por anteriores propuestas electorales de la izquierda panameña, consolidando una alternativa bien estructurada a nivel nacional con mucho futuro.

Por supuesto, la mayoría del electorado escogió erróneamente emitir el castigo a través de candidatos que, por pertenecer a diversas facciones de la burguesía nacional, en realidad van a actuar contra las expectativas de la gente y contra sus propios intereses sociales y económicos de las clases populares. Pero ese es el problema de cómo se forma la conciencia política de la gente, basado en el sentido común que madura en base al ensayo y error, no en base a un razonamiento completamente lógico o científico.

¿Cuánto va a durar la “luna de miel” con el gobierno de Mulino por parte de un sector del pueblo panameño? Creemos que poco, porque la crisis económica y las recetas neoliberales pronto lo pondrán en ruta de choque contra el pueblo. Pero hay otra parte significativa de la población, dos tercios, que no votó a Mulino y lo identifica como una fracción corrupta de la burguesía nacional dirigida por el nefasto Ricardo Martinelli. Ese sector mayoritario de la ciudadanía ya somos oposición a Mulino antes de que se siente en la silla.

¿Qué papel va a jugar Lombana y los diputados/as independientes de Vamos en el próximo período cuando empiecen a plantearse las reformas a la Caja o decidir el futuro de la mina de Donoso, o el despido de empleados públicos? Ya se verá. Pero es claro que la lucha consecuente contra las medidas neoliberales conduce hacia una ruptura con el sistema político capitalista y corrupto.

La crisis global del capitalismo, sus rasgos cada vez más antidemocráticos, para imponer todavía más desigualdad social en el país y el mundo, no dan mucho margen para sostener ilusiones en que esto se solucione sin luchas y porque simplemente se “elijan a los mejores”.

Por esa razón, la trocha abierta por la candidatura presidencial de la profesora Maribel Gordón y Richard Morales tiene futuro, porque la necesidad de luchar por una Vida Digna seguirá estando vigente para el pueblo panameño. El trabajo unitario, democrático y paciente va dando resultados, poco a poco, pero de manera inexorable.

Por Olmedo Beluche

El gobier-Nito, presidido por Laurentino Cortizo – PRD – Molirena, se lleva el “mérito” de ser el peor entre tantos malos gobiernos neoliberales de los últimos treinta y tantos años. Por donde se mire el desastre social y económico es total: altos índices de desempleo y subempleo, pobreza galopante, carestía, enormes segmentos de población con mal suministro de agua potable, colapsada la recolección de basura en todas las ciudades, escuelas que literalmente se caen a pedazos, deficientes servicios de salud, frecuentes cortes en el suministro de electricidad, inseguridad, etc.

La gente asocia este desastre social con otro concepto que usan para retratar al gobierno: corrupción. Una encuesta publicada por el diario La Prensa (10/2/24) preguntó por los cinco (5) problemas que más preocupan al electorado. En orden de importancia respondieron: el primero el desempleo, segundo el alto costo de la vida, tercero la corrupción, cuarto el abastecimiento de agua y en quinto lugar la seguridad pública.

Desempleo, pobreza y una juventud sin futuro dejan 30 años de neoliberalismo

La percepción que refleja la encuesta coincide con las estadísticas sociales: para 2024 se espera que el desempleo abierto escale del 7 al 8 o 9 % de la fuerza laboral, mientras que el “empleo” informal (una forma de desempleo encubierta) sobrepasa el 50% de la fuerza laboral. Tan solo un tercio (30%) y poquito más de los asalariados tiene un empleo e ingresos estables.

La pobreza, es decir, las familias que no pueden pagarse la Canasta Básica General están por encima del 21%, según el Banco Mundial. La Pobreza Extrema, o sea, quienes no pueden pagar una Canasta Básica de Alimentos oscila entre el 11 y el 15% de las familias panameñas. En las comarcas la pobreza general y la extrema escalan hasta el 80 y 90%. Es probable que esta situación sea peor, ya que son cuestionables algunos criterios usados por los técnicos que hacen estas estimaciones.

Panamá tiene el “honor” de estar entre los 15 países de todo el mundo con la peor desigualdad social a decir del PNUD (marzo de 2023). La diferencia entre los que más ganan y los de menor ingresos es abismal, con un índice de Gini de 50,9 para 2021, según el Banco Mundial. La desigualdad también se refleja en la recuperación del crecimiento económico (7% en 2023) y altas ganancias declaradas por los bancos (B/. 2,249.5 millones a octubre de 2023), pero sin generar empleos. En otras palabras, la riqueza solo va hacia un lado de la sociedad, los capitalistas.

El desempleo estructural, la gran desigualdad social y el endeudamiento permanente del estado panameño son lacras de un modelo económico basado en el transitismo, empeorado por las políticas neoliberales de la post invasión y llevado a la enésima potencia por un gobierno corrupto e indolente como el actual. Sólo un cambio de criterios hacia una Vida Digna, nos llevarán de vuelta a la creación de empleos estables con salarios justos, basados en la protección e incentivo de la agricultura y la industria nacional, sin romper con los beneficios de la posición favorable al tránsito del Istmo, pero sin someter el país a ella.

Basta de subsidiar a los ricos mediante el endeudamiento del país

No es necesario aportar evidencia sobre lo que salta a la vista: proliferación de “pataconcitos” por todas partes, habitantes de las comunidades cerrando calles para exigir servicios públicos eficientes como: luz, agua, escuelas, transporte, calles, etc.

Todo esto producto de un gobierno que en 5 años pidió más préstamos que todos los anteriores, duplicando la deuda del estado hasta sobrepasar los 40,000 millones de balboas. En febrero de 2023, casi en su penúltimo acto de gobierno acaba de emitir bonos de deuda por otros B/. 3,100 millones. ¿En qué se va a ir esa plata? En pagar deuda con deuda. No se va a invertir ni un centavo en el país en crear empleo y riqueza. Todo directo al bolsillo de financistas y banqueros, que es para quiénes han trabajado Laurentino Cortizo y su ministro de Economía, Héctor Alexander.

¿A dónde fueron a parar los 20,400 millones de dólares de deuda nueva adquirida por la administración Cortizo? Ese dinero no se ve reflejado ni en obras, ni en servicios básicos, ni en empleos. ¿Dónde está la plata? Los medios de comunicación y los políticos al servicio de los grandes empresarios dirán que se gastó el dinero en “subsidios” a los pobres, en “programas de transferencias”, como el “bono solidario”, “120 a los 75”, beca universal, etc. Esos programas de transferencias sumaban anualmente unos B/.1,600 millones en 2022 pero se han recortado cada año.

La realidad es otra: El alto endeudamiento del país, la manía de los gobiernos de financiar obras públicas con préstamos del estado, constituyen un subsidio a los ricos, a las grandes fortunas y a las empresas. El endeudamiento se usa para tapar tanto la evasión fiscal, como las enormes exoneraciones que gozan las empresas de los sectores punta de la economía y la baja aportación de quienes más ganan.

Se requiere una reforma fiscal para que los que más ganan tributen

El director de la Dirección General de Ingresos, Publio Cortés, reconoce que la evasión fiscal oscila entre 156 y 300 millones de balboas anuales (julio de 2023), lo que sumado en 5 años sería superior a los subsidios sociales anuales.

Pero lo que no dice el director de la DGI es que además hay una baja aportación empresarial. Por ejemplo, el sector marítimo, que en 2015 representaba el 33.5% del Producto Interno Bruto (PIB), con 25,780 millones de balboas, apenas tributaba 603.4 millones, o sea, el 2.3% de su capital. Por el lado contrario, el aporte en impuesto sobre la renta (ISR) de un educador anda en promedio por el 7.35% de su salario, y si le suman el seguro educativo, puede alcanzar a tributar el 8.6% del sueldo.

Un desglose de la recaudación tributaria panameña a 2021 demuestra que el 44% está constituido por las cuotas de la seguridad social que, en su mayor parte pagamos los asalariados. Otro 14 % es el pago de impuesto sobre la renta (ISR) de personas naturales, es decir, asalariados en su mayoría. Mientras que el ISR de sociedades apenas aporta el 7% de todos los ingresos tributarios del país y el impuesto de propiedad apenas llega al 2%. Otro segmento importante es el ITBMS que constituye el 14% de todos los ingresos, pero que también pagamos la clase trabajadora cada vez que compramos algún bien o pagamos un servicio público.

Dicho de manera simple, estos números prueban la injusticia fiscal en que vive el pueblo panameño porque con sus impuestos está sosteniendo el presupuesto del estado y subsidiando la riqueza que los grandes empresarios dejan de tributar. Se desprende de esos datos la necesidad de romper con las políticas fiscales que subsidian a los ricos que han aplicados los gobiernos hasta hoy.

Se necesita que en Panamá se castigue la evasión fiscal severamente, incluyendo el robo de las cuotas obrero – patronales del Seguro Social (más de 400 millones de balboas), se eliminen las grandes exoneraciones fiscales que benefician al sector logístico (puertos, aeropuertos, Zona Libre de Colón, áreas especiales, etc.) y se aumenten los tributos a los que más ganan.

Se viene una “crisis” de la deuda para imponer “austeridad” a pobres y capas medias

Lo peor está por venir. El alto endeudamiento público de los últimos 30 años, empeorado por la irresponsabilidad de Cortizo y Alexander, ya se está traduciendo en un crecimiento exagerado del servicio de la deuda pública que se come el 18% del presupuesto nacional en 2024. Lo que se viene es un crecimiento de la deuda imparable e impagable que va a producir una crisis presupuestaria, parecida a los años 80, en la que los que lucran de los préstamos (banqueros y bonistas) van a exigir que de cada presupuesto anual se les pague a ellos a costa de recortar el gasto social.

Lo que se viene es un deterioro mayor de los servicios públicos por falta de presupuesto. No habrá suficiente para reparar escuelas, reparar calles, hacer acueductos, mantener hospitales, contratar empleados públicos, educadores, personal de salud, etc. En parte eso ya ha estado pasando con este gobierno y es lo que explica la crisis social.

Los políticos de los partidos tradicionales, los gremios empresariales y los medios de comunicación ya hablan de “austeridad”, de recortar el gasto y los subsidios en el próximo gobierno. Pero esa “austeridad” no será para los que lucran, sino para los pobres, los pobladores, los indígenas, las amas de casa, los estudiantes y, sobre todo, la juventud. La candidatura presidencial que hable de “austeridad” significa aplicará un ajuste fiscal contra el pueblo panameño.

Una sola alternativa frente a este drama: la nómina Maribel Gordón y Richard Morales

Lo que está en juego en las elecciones presidenciales del 5 mayo es asunto serio. Salvo la nómina presidencial de la profesora Maribel Gordón y el profesor Richard Morales, ninguna otra candidatura se propone cambiar el modelo de país que está colapsando, centrado en el transitismo, el subsidio a los ricos, las exoneraciones fiscales, en el alto endeudamiento público, la minería a cielo abierto, incluso a costa de “empeñar” o “hipotecar” el Canal de Panamá. Sólo la candidatura Gordón-Morales ha planteado un plan de gobierno centrado en devolver la dignidad a la vida de las personas, promoviendo empleos, salarios decentes, invirtiendo en salud y educación pública.

La pregunta que hay que hacer a las candidaturas presidenciales es: ¿Cómo va a financiar las obras que promete? ¿Con más deuda pública? Sólo la nómina presidencial de Maribel Gordón y Richard Morales ha propuesto reformas fiscales coherentes para financiar su compromiso de una Vida Digna para el pueblo de Panamá.

En el Plan para la Vida Digna de la nómina Gordón-Morales se propone:

-          Eliminación de ITBMS para artículos de primera necesidad y aumento a artículos de lujo.

-          Impuesto de importación para bienes de lujo.

-          Protección a la producción nacional agrícola e industrial con aumento en aranceles de importación e imposición de cuotas.

-          Sistema tributario progresivo: Impuesto Sobre la Renta mayores a los que más ganan, aumentar el de los accionistas de las empresas y volver a las tasas de 1991 que pagaban las grandes empresas.

-          Revisión de las normas de contabilidad para evitar que los ingresos de los gerentes se carguen a gastos empresariales.

-          Combatir la evasión fiscal

-          Impuesto especial a las grandes fortunas.

-          Que los comerciantes de Zona Libre de Colón contribuyan a la recuperación de la ciudad y la provincia aportando un ISR del 15%.

-          Restricción de los gastos innecesarios del gobierno.

-          Tope salarial en los funcionarios públicos, que ninguno gane más allá de 5 veces el salario mínimo.

Cualquier promesa electoral que no proponga la aplicación de medidas como estas es demagogia y engaño. Sólo hay una alternativa y un plan para salir de la crisis, el Plan para la Vida Digna que levantan Maribel Gordón y Richard Morales.

Por Olmedo Beluche

Que las elecciones por sí mismas no van a resolver ninguno de los graves problemas de vida que aquejan al pueblo panameño, es algo que ya se sabe, pero nunca ha sido más cierto que en las elecciones generales de 2024. La incertidumbre que ha teñido todo el proceso electoral no es más que una manifestación de la crisis política que vive el país y que se profundizará luego del 5 de mayo. De la votación emergerá un gobierno débil, con su legitimidad cuestionada y, lo que es peor, mandatado por los poderes económicos criollos y del norte para aplicar un plan de “ajuste” más duro que el impuesto por Cortizo.

Según las proyecciones de las encuestas quien sea elegido el 5 de mayo tendrá, en el mejor de los casos, el 30% de los votos o menos. Aunque todos los candidatos presidenciales, menos la nómina Gordón-Morales, obedecen a los mismos intereses de clase (capitalista), a diversas fracciones de la burguesía financiera nacional, y son lacayos de la embajada de Estados Unidos, les costará mucho forjar ese “gobierno de unidad nacional” del que ya hablan algunos de ellos y que necesitan para imponer más “austeridad” al pueblo panameño.

Desde que Panamá es república ya se sabe que, en campaña electoral, los candidatos prometen hasta el puente para el río que no existe, así que nadie puede guiarse por las promesas electorales. Lo que le cuesta aprender a la vanguardia luchadora obrera y popular, es que el verdadero programa del gobierno que viene está hecho por las demandas de los gremios empresariales (Cámara de Comercio, CONEP, APEDE) e impuesto por los organismos financieros internacionales (embajada de EEUU, FMI, Banco Mundial).

Aquí no vale el voto “al mal menor”, ni el voto “útil” (voto inútil), porque el programa de gobierno, de ganar cualquiera de los siete candidatos de la burguesía, ya fue trazado cuando la “calificadora” Fitch le quitó el “grado de inversión” a Panamá: “austeridad” fiscal, que para ellos significa despido de empleados públicos y disminución del gasto social (educación, salud, agua, basura, programas de ayudas sociales), cuyo objetivo es pagar deuda pública como prioridad (la cual este año se come el 20% del presupuesto nacional).

La única propuesta que haría un plan económico distinto es la nómina Maribel Gordón – Richard Morales que, por provenir del movimiento social y popular, ha propuesto una reforma fiscal para que paguen más impuestos la burguesía evasora y exonerada. Aquí la pregunta no es si hay “crisis” o no, la pregunta es: ¿Quién debe pagar la crisis? ¿Qué sector social debe sacrificarse? Sólo el voto a la Casilla 11 indica y exige que la crisis la paguen los que más ganan, la clase empresarial. El voto a cualquier otra candidatura implica que la crisis la pague el pueblo

Lo otro que se viene es la burla al gran movimiento nacional y juvenil contra la minería metálica a cielo abierto: con la excusa de la crisis y el desempleo, van a renegociar con First Quantum Minerals la reapertura de la mina de Donoso (lo ha dicho reiteradamente su gerente, el Sr. Tristán Pascall).

Está claro que la única nómina que mantendrá consecuentemente la expulsión de First Quantum de Panamá, que la enfrentará debidamente en todos los juicios internacionales y que impedirá el surgimiento de otras minas del mismo tipo es la nómina Maribel Gordón – Richard Morales. No porque se haya comprometido electoralmente con eso, sino porque son los únicos candidatos que estuvieron en las calles acompañando la lucha dese mucho antes de octubre de 2023.

La juventud que necesita empleo sólo tiene una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Gordón y Morales, los demás candidatos son más de los mismo.

Los padres de familia y educadores que les preocupa el deterioro de las escuelas públicas sólo tienen una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Gordón y Morales.

Los pacientes que claman por mejor atención médica, por medicinas, por eliminar las listas de espera para especialistas y operaciones, por centros de salud y el hospital oncológico sólo tienen una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Maribel Gordón y Richard Morales.

La clase trabajadora que desea estabilidad, mejores salarios, respeto a las convenciones colectivas, derecho de huelga y a la sindicalización, que se oponen a la persecución financiera contra el SUNTRACS, sólo tienen una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Gordón y Morales.

La ciudadanía honesta que le preocupa la corrupción rampante de todos los órganos del estado y desea una Asamblea Constituyente originaria para eliminarla, sólo tiene una opción el 5 de mayo: la Casilla 11 de Maribel Gordón y Richard Morales.

Y, si después de todo lo dicho y sabido todo lo que se sabe, algún “genio” alega que la nómina de Maribel Gordón y Richard Morales “no va a ganar”, le decimos: aún los votos no se han emitido y no se han contado, así que nadie sabe por anticipado, porque sólo hay que razonar un poco para saber cuál es la única y verdadera opción ante los males que aquejan a la nación y actuar en consecuencia, con conciencia: la CASILLA 11.

Y, aunque no ganará el 5 de mayo, sólo el voto a la Casilla11 en la papeleta presidencial aportará fuerza al movimiento social y popular para enfrentar las luchas que se vienen en defensa de la Vida Digna para el pueblo panameño. El voto a la nómina de Maribel Gordón y Richard Morales es el presente y el futuro de otro Panamá que estamos construyendo.

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