Por Maximiliano Fuentes

La policía y el ejército cumplen roles muy significativos al interior del Estado burgués: por un lado, protegen la propiedad privada, reprimen los movimientos sociales que luchan por transformaciones o cambios sociales y contribuyen en la perpetuación y el ejercicio del poder por parte de los grupos que ostentan el poder político y económico. En una palabra, la Policía y el Ejército actúan como fuerzas represivas que sostienen el orden social que se acentúa en la desigualdad y la miseria que genera la cruenta explotación del sistema capitalista.

Sin embargo, en Centroamérica y México la policía y el ejército han empezado a cumplir otras tareas, dado que se encuentran ampliamente vinculadas al crimen organizado. No es casual, que en la región de Centroamérica y México la Policía haya institucionalizado la criminalidad, dado que asesinatos por sicariato, extorsiones, secuestros y narcotráfico son actividades ejercidas desde la institucionalidad del Estado, vinculando en muchos casos, secretarias de Estado y desde luego organismos de la Policía y el Ejercito.

Sin lugar a dudas, las primeras décadas del nuevo siglo han dado paso al surgimiento de una nueva forma de Estado capitalista periférico en Honduras: el Estado narco, cuya manifestación externa es la de un régimen político neoliberal con una fuerte presencia de representantes del crimen organizado en sus distintos gobiernos, la economía y las finanzas. Este Fenómeno es parte de la crisis actual del capitalismo global, la cual ha tomado la forma, en el caso de la sociedad hondureña, de una profunda crisis sin crecimiento económico y un déficit de legitimidad institucional. Esto ha llevado al país a altos niveles de violencia e inseguridad pública sin precedentes en la historia reciente de Honduras, así como a la militarización del aparato de Estado en una supuesta lucha contra la criminalidad y el narcotráfico.

La lucha por la depuración

Desde el asesinato del hijo de la Rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, Julieta Castellanos y posteriormente el asesinato de Alfredo Landaverde, se reveló ante la luz pública la naturaleza delictiva de la copula y de la alta jerarquía de la Policía. Durante el gobierno de Porfirio Lobo Sosa hubo un desfile de Comandantes Generales que ocuparon el puesto de Director General de la Policía, evidentemente, todos ellos vinculados al crimen organizado, tal y como lo revelo el New York Times (2016) en su artículo Tres Generales y un cartel: violencia policial e impunidad en Honduras.

De acuerdo al artículo al General Arístides González lo mandaron a matar dos directores generales de la policía de Honduras que dirigieron la institución entre 2010 y 2013, los generales José Luis Muñoz Licona y José Ricardo Ramírez del Cid, que según la investigación de la propia policía, trabajaban para el Cartel del Atlántico junto con más de dos docenas de oficiales de diversos rangos. Recibieron la orden, organizaron el asesinato, lo ejecutaron y lo encubrieron. El poco control del Ejecutivo a la policía se explica por los nexos del Ex mandatario con el narcotráfico, dado que su propio hijo fue capturado en Haití en una operación en conjunto con la Agencia Internacional Antidrogas (DEA)

La presión ejercida por este medio de comunicación de los Estados Unidos, se da en el marco de proceso de depuración y destabilización del crimen organizado, sobre todo, de aquellos sectores vinculados de forma directa con la institucionalidad del Estado de Honduras. Desde luego, esto obedece a la orientación de la casa blanca con la región centroamericana, quien pretende depurar y limpiar los Estados nacionales para asegurar un cumplimiento efectivo y de esa manera evitar estallidos sociales o procesos revolucionarios en su zona de influencia y control político y económico.

Carteles políticos

Es tan grande la vinculación de los funcionarios del Estado de Honduras que el Ex Director de la Policía Ramón Sabillón reveló que un narcotraficante hondureño ya extraditado le cuestionó, luego de su captura, por qué no perseguían a miembros del Partido Nacional coludidos con el tráfico de drogas. De la misma manera, dejo entrever la vinculación con el narcotráfico de Tony Hernández, hermano del Presidente de la República Juan Orlando Hernández.

Desde el PSOCA, llamamos a los trabajadores y campesinos organizados, a las organizaciones obreras y sindicales a conformar brigadas de autodefensa, ya que es la única forma de proteger la vida y los medios de subsistencia de los más desfavorecidos. Por otro lado, es necesario refundar el país bajo una nueva constitución a beneficio de los más pobres y expropiar los bienes de aquellos que se han enriquecido derramando sangre inocente.

 

Por Ricardo Velásquez

El primero de mayo debe servir como un catalizador de unidad en la clase trabajadora de Honduras. Los golpes asestados por Juan Orlando Hernández, han tenido como objetivo principal de imponer el neoliberalismo, mandato ordenado por el imperialismo y sus organismos de crédito internacional. Las medidas económicas neoliberales habían sido imperceptibles hasta antes del golpe de estado del 2009, sin embargo, una vez que el golpe consolidó al Partido Nacional en el engranaje del gobierno, las medidas se fueron volviendo más drásticas contra la clase trabajadora.

Para arremeter contra el sector laboral, se violentó la ley y convenios internacionales, al reprimir, despedir, suspender u hostigar a los que se ponían enfrente para movilizar y luchar contra la arremetida. El primer sector derrotado fue el magisterio; no escatimó esfuerzo el gobierno de Porfirio Lobo primero y seguidamente el de Juan Orlando Hernández. Reprimieron y asesinaron compañeros como fue el caso de la maestra Ilse Ivania Velásquez, docente de lucha que se desmayó en una movilización que fue reprimida, cayó al suelo producto de los gases lacrimógenos y una tanqueta de las que lanza gas pimienta le pasó por encima del cuerpo.

Para terminar de doblegar al magisterio después de que fue reprimido hasta atemorizarlo, pusieron al frente del Ministerio de Educación a Marlon Escoto, quien, violentando la ley en múltiples ocasiones, ordenó disposiciones totalmente ilegales, que son aplaudidas por la comunidad internacional y la empresa privada del país que siempre vio con recelo a los maestros. Tal es la derrota sufrida por los maestros, que ya son 7 años los que han pasado desde la última vez que se gozó de un aumento salarial en el 2009.

Al derrotar al magisterio, se le volvió fácil para el gobierno doblegar a cualquier sector trabajador. De esa forma iniciaron la escalada en contra de aquellas instituciones donde se encontraban los sindicatos fuertes en la lucha y que no escatimaron esfuerzo en la lucha contra el golpe de estado del 2009. Así el turno le siguió a los empleados de la Unah en todos los niveles, a los del Infha, Enee, Sanaa, y en los casos más recientes a la Dei y la Secretaría de Transporte.

En todos estos casos de arremetida neoliberal contra los trabajadores, el que menos ha importado es el trabajador mismo. Y ha sido tan grande la derrota que no ha existido ningún intento de aglutinar a todos esto trabajadores despedidos o suspendidos en un solo objetivo de lucha: la defensa del empleo. Los Secretarios Generales de las Centrales Obreras brillan por su ausencia, los dirigentes sindicales temen se les despida si convocan a asambleas. El ejemplo más patético es el del magisterio donde se emitió un oficio prohibiendo cualquier tipo de reunión o de asamblea en los centros educativos y amenazando de despedir a los directores que prestaran las instalaciones físicas para tales actividades.

Toda esta andanada de acciones contra los trabajadores nos evidencia un plan estratégico muy bien elaborado y ejecutado por el gobierno de Juan Orlando Hernández para aplicar el neoliberalismo y destruir el sindicalismo como referente de lucha organizada.

Ante la embestida neoliberal solo unidad popular

Si el gobierno logró imponerse ante los trabajadores, entonces solo la unidad y una fina estrategia de lucha podrá oponerse y detener los planes de JOH. La dirigencia sindical hondureña cometió el gran error de la burocratización en las direcciones sindicales, de esa forma se involucró en muchas de las situaciones nacionales del país, como la elección de los nominados a la Corte Suprema de Justicia que se eligió en el 2009 y que legalizó el golpe de estado del 2009; lo mismo hicieron en la elección de los nominados del 2016 y donde los mismos Secretarios Generales propusieron como candidatos a abogados que habían actuado en contra de los derechos de los trabajadores.

Otro caso emblemático es el de latrocino hecho al Instituto Hondureño de Seguridad Social, en que los trabajadores tenían representación en la mesa directiva del IHSS y nunca supieron (aducen los representantes de las centrales) del millonario saqueo al Ihss.

Teniendo este panorama, no le queda a la base más que asumir y elaborar jornadas de discusión y análisis para conformar una estrategia de lucha que se oponga a JOH. La recién creada Plataforma del Movimiento Popular “Berta Cáceres Vive” debe ser fortalecida con la incorporación del sector laboral, desde ahí se puede iniciar la construcción de un gigante que detenga a JOH.

Solo la unidad y la sapiencia podrá detener la arremetida neoliberal de JOH, iniciemos defendiendo el empleo y movilizándonos por un aumento general de salarios.

Por Justo Severo

La intención del titular del ejecutivo de no realizar elecciones internas en los partidos políticos en marzo del 2017, parece avanzar cada vez más. JOH ha preparado toda una maniobra para consumar su proyecto reeleccionista, proyecto que ha contado con la venia de todos los partidos políticos.

¿Qué obliga a JOH a promover la no realización de las elecciones primarias?

En primer lugar, JOH se mantiene con bajo perfil para no desgastar su imagen, ante su eminente candidatura reeleccionista. El mandatario actúa con sigilo al no establecerse todavía una resolución por parte del Congreso Nacional y la Corte Suprema de Justicia sobre la legalidad de la reelección. Anteriormente lo que hubo fue una sentencia que terminó con la prohibición constitucional para discutir sobre el tema de la reelección. En este caso, el presidente Hernández espera el momento preciso para que estos dos poderes, que él maneja y controla a su antojo, den luz verde para que se contemple la reelección, en un momento en que no haya opción de desaprobar ni revertir tal ordenanza.

En segundo lugar, está abstenerse de brindar todos los recursos económicos que puedan financiar estas elecciones internas; con ello garantiza fondos para continuar con su proselitismo político al financiar proyectos populistas que sangran las arcas del Estado.

Los líderes de los partidos de oposición no quieren internas.

Según la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas, en el artículo 113 sobre la realización de las primarias, los partidos políticos están obligados a practicar elecciones primarias para la escogencia de sus candidatos a cargos de elección popular, excepto cuando no haya movimientos internos. Al parecer en el partido LIBRE existe una estira y encoge entre el coordinador Manuel Zelaya y el diputado Rassel Tomé quien aspira a la presidencia de la República. Zelaya anunció la decisión de hacer todo lo posible para consensuar candidaturas y realizar internas por fuera del TSE en aquellos lugares donde no exista consenso; Tomé denuncia las verdaderas intenciones de Manuel Zelaya, “paradójicamente en Libre hay oposición a que haya elecciones internas sobre todo por parte del oficialismo y eso es lamentable y aparentemente eso es porque desde Casa de Gobierno, no quieren.” (La tribuna 30/3/16).

El ex presidente Zelaya anda promoviendo en todo el país su propuesta de realizar elecciones sin supervisión del TSE “¿Qué es lo que pretende el oficialismo? Imponer un candidato a través de elecciones oscuras que no tendrán credibilidad y no serán transparentes. Quieren llevar las urnas a casas de habitación y que sean manipulados los resultados por el oficialismo.” (El heraldo, 19/4/2016).

La realidad del Partido Liberal es otra. Después del golpe de Estado, el partido se resquebrajó totalmente y perdió credibilidad con la mayoría de su base. Hasta ahora no emerge un líder que pueda arrastrar, recuperar y reorganizar este instituto político. Tremenda sorpresa ha causado la reunión entre diputados del Partido Liberal y Manuel Zelaya, todo con el fin de consensuar una posible alianza entre Liberales y Libres que posibilite revivir al agónico Partido Liberal, en vista de que se sienten sin respaldo en las próximas elecciones. Así lo demuestran las declaraciones de Víctor Sabillón “Le planteamos al presidente (Mel) que si no nos unimos será difícil ganarle al Partido Nacional y por eso le expusimos que la base liberal y de Libre piden y exigen que nos unamos para las elecciones de 2017” (La tribuna, 14/4/2016).

Nasralla el rey

En el PAC todo está claro, Salvador Nasralla se opone a las internas: “El pueblo hondureño no puede permitirse gastar dinero en elecciones internas”, y calificó como positiva la decisión de Libre de no participar en los comicios primarios supervisados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) (La tribuna 12/4/2016).

En el caso del Partido Nacional todo está claro también, existe un solo discurso, llevar a una tercera victoria al partido, para lo cual se determinará en los próximos meses al candidato que representará a este instituto político. Todo parece que será JOH. Finalmente, JOH ha ejecutado otra maniobra, inscribir a través del Tribunal Superior Electoral a cinco partidos políticos más; esto le asegura garantizar las credenciales para un posible fraude en caso que no exista interna y logre competir con figuras como Salvador Nasralla, Mel Zelaya y Mauricio Villeda. Además, fragmentaría el caudal electoral en la próxima contienda. El PSOCA alerta a toda la clase trabajadora de no dejarse engañar por la aparente democracia burguesa, esta no representa los intereses del pueblo, más bien lo hunde en la pobreza y miseria.


Por Domingo Izaguirre

La política del imperialismo norteamericano en la región centroamericana empieza a desmontar algunas de las estructuras del crimen organizado que se encuentran afianzadas en los Estados nacionales del Triángulo Norte. La MACCIH es una institución creada e impulsada por el gobierno de los Estados Unidos, por cierto, a regañadientes de Juan Orlando Hernández, para controlar los excesos de la cúpula policial y militar, quienes por décadas han controlado negocios ilícitos vinculados al crimen organizado. No fue casual la negativa de JOH en aceptar la propuesta de creación de una Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), organismo paralelo y similar a la CICIG de Guatemala.

Lo anterior no quiere decir que el imperialismo pretenda depurar todas las instituciones del Estado, porque tienen buenas intenciones y desean que la sociedad hondureña se desarrolle e institucionalice procesos de gestión administrativa de forma transparente. No, lo hace para tener instrumentos creíbles al momento de reprimir las rebeliones populares.

Como economía hegemónica y potencia imperialista desean que su espacio de control e injerencia no se convierta en una zona libre para el desarrollo de los carteles del crimen organizado, que compiten por quedarse con la mayor tajada de los negocios ilícitos. La intención de Estados Unidos es desarticular los grandes negocios que realizan los administradores del Estado en Honduras, que merman las finanzas públicas, y de esa manera tener recursos e instituciones sólidas que permitan evitar convulsiones sociales o procesos revolucionarios por las grandes desigualdades creadas por la aplicación del modelo neoliberal. La excesiva corrupción es uno de los daños colaterales de la dominación imperialista.

Larga historia de corrupción policial

El vínculo de la alta cúpula de la Policía Nacional de Honduras con el crimen organizado y el narcotráfico, es algo que todos sabíamos o intuíamos, el algo mas que evidente. Las extorsiones, secuestros, sicariato y narcotráfico se ha organizado desde con la complicidad de la Policía y el Ejercito. Se ha descubierto en diversas ocasiones, la estructuración de bandas en las postas policiales y la existencia de sicarios formados en el Ejercito y Policía, asesinando a líderes políticos, fiscales y personal vinculado con el proceso de depuración como Julián Arístides Gonzales asesinado en el 2009 y Alfredo Landaverde, asesinado en el año de 2011.

En ese periodo, fue asesinado, el 23 de marzo de 2009, José Manuel Flores, --dirigente gremial y fundador del Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)-- en la colonia Pedregal de Tegucigalpa, espacio donde se encuentra ubicado la institución educativa para la que laboraba. De acuerdo a las declaraciones de los vecinos, los asesinos de Flores Arguijo se transportaban en vehículos doble cabina sin placas, mismos que emplean los agentes de la Dirección de Investigación Criminal, hoy Dirección Policial de Investigación.

Todo indica, por la forma en que fueron asesinados dirigentes, o personajes vinculados a la lucha contra el narcotráfico como el Fiscal y Coordinador de la Unidad contra Lavados de Activos Orlan Chávez, que fue la policía quien organizó, planifico y ejecutó los asesinatos. Por cierto, empleando las mismas tácticas y formas de ejecución, dado que las víctimas se conducían en sus automóviles y sujetos que se conducían en motos les disparaban hasta quitarles la vida.

La “depuración policial” y los grandes negocios de la corrupción

La pretendida depuración de la Policía Nacional ha funcionado como un distractor mientras los verdaderos responsables de la corrupción, extorsión y narcotráfico continúan ejerciendo el poder y controlando las actividades ilícitas al frente de esta institución del Estado. Existen denuncias sobre funcionarios del Estado, que fungieron como Ministros de Seguridad, de controlar espacios territoriales que sirven como corredores para desplazar la droga hacia los Estados Unidos y de utilizar a la Policía para salvaguardar sus intereses.

En más de alguna ocasión, la cúpula policial se ha enfrentado entre sí, por el control de los grandes negocios de la extorsión y del narcotráfico. Basta recordar las declaraciones de Ricardo Ramírez del Cid, Ex General Director de la Policía Nacional, quien culpaba al Juan Carlos Bonilla “Tigre Bonilla”, Director General de la Policía Nacional, durante el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, de haber organizado el asesinato de su hijo en la colonia Lomas de Toncontin, en el año de 2013.

Resultan evidentes los nexos de la Policía con el crimen organizado, es más, estas instituciones sirven como bastión de importantes grupos que ostentan poder político y realizan lucrativos negocios con actividades ilícitas.

Organizar Autodefensas

Por tal razón, desde el PSOCA hacemos un llamado a las organizaciones obreras y populares para organizar una jornada de movilización exigiendo la disolución de la Policía Nacional, y la conformación de Comités de Autodefensa Popular, encargados de preservar el orden. La única manera de asegurar los bienes y la vida de población más vulnerable, es por medio de la auto organización y conformación de autodefensas populares.

Ahí tenemos la experiencia de algunas zonas de México, donde la Policía estaba aliada con los carteles de la droga. Fueron los ciudadanos organizados en Autodefensas, los que lograron detener a los criminales e imponer el orden. Lo mismo podemos hacer en Honduras. El pueblo oprimido posee el total y legítimo derecho de organizarse para defenderse de la criminalidad orquestada desde instituciones como la Policía Nacional, que debemos disolver.


Por Sebastián Ernesto González

El día 3 de marzo fue vilmente asesinada la camarada Berta Cáceres, al igual en que han asesinado centenares de compañeros que dedicaron su vida a luchar contra el sistema capitalista y el régimen actual, que después del golpe de estado del 2009, arremetió con fuerza e impuso las políticas neoliberales y entreguistas a empresas transnacionales con la colaboración de empresarios hondureños.

La prensa mediática al servicio de Juan Orlando, con el propósito de invisibilizar la lucha revolucionaria de Berta Cáceres, ha señalado a la compañera como “ambientalista”, cuando nuestra camarada fue más que una luchadora para defender el medio ambiente.

Berta Cáceres fue una permanente luchadora; en contra del sistema capitalista, en contra del imperialismo, en contra de los gobiernos entreguistas que hemos tenido, luchó contra los mandatos impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI), luchó por la defensa de la vida y de los trabajadores, fue una mujer que señaló y denunció la discriminación de la mujer hondureña, en consecuencia condenó el sistema patriarcal con claridad revolucionaria, porque siempre planteó primero la lucha de clases, señalando que al igual que habían hombres capitalistas explotadores también existen mujeres capitalistas explotadoras. Es así que la lucha de Berta no fue simplemente ambientalista, fue revolucionaria.

Berta Cáceres como coordinadora del Copinh, fue perseguida y vigilada por el régimen, fue judicializada por mantener la defensa del territorio indígena y por luchar contra las transnacionales que adquieren el territorio nacional para crear sus empresas capitalistas.

La lucha de Berta Cáceres fue revolucionaria y por eso la asesinaron, a más de un mes no se sabe nada de la investigación, no hay expectativa de que se haga una investigación transparente de parte de los operadores de justicia, y entre más avanza el tiempo; se teme que al igual que los centenares de asesinados que se dieron en el régimen post golpe, quede en el olvido.

El asesinato de Berta estremece al movimiento popular

La muerte de la compañera ha logrado que nuevamente confluya el movimiento popular, como en su momento confluyó en lo que fue la CNRP (Coordinadora Nacional de Resistencia Popular) o luego en el FNRP (Frente Nacional de Resistencia Popular). A los pocos días de asesinada la compañera se dio la primera reunión auto convocada y realizada en Siguatepeque, donde se definió y convocó a la primera Asamblea del Movimiento Popular Berta Cáceres Vive, en la ciudad de Tegucigalpa, el día sábado 9 de abril.

Si bien es cierto, que en esta primera Asamblea es evidente la articulación de las organizaciones populares, se convierte en un reto sumar a las organizaciones gremiales y sindicales, que son las capaces de paralizar las instituciones del Estado. Existe el señalamiento permanente a los líderes sindicales de gobiernistas, hecho que se verifica en sus decisiones, sin embargo; es necesario sumar a los sindicatos para una estrategia de lucha sistemática y paulatina.

En la actual coyuntura los trabajadores no levantan la cabeza, es razonable ya que el régimen no respeta ley para hacer despidos, suspensiones o judicializar. Sin embargo, con los gremios y sindicatos sumados a la Articulación del Movimiento Popular, también se puede ir construyendo una línea de lucha poco a poco, de tal forma que se proteja la estabilidad laboral.

Sin duda alguna que es un trabajo arduo y muy fino para volver a crear un movimiento de lucha en contra de las políticas neoliberales del gobierno de JOH, pero sobre todo se trata de sumar en base a la unidad, y esta debe ser detener a Juan Orlando Hernández y todas sus políticas entreguistas.

Cese a la criminalización de la lucha y la protesta

La participación de las instituciones represoras del Estado en asesinatos no es nueva en el país, los más de 300 luchadores asesinados y quedados en el olvido son una prueba fehaciente de tal hecho, en la que sin duda alguna participaron agentes de la policía o militares, como es el caso de nuestro camarada Manuel Flores Arguijo, asesinado el 23 de marzo del 2010 y sin esclarecimiento alguno.

Lo mismo han hecho con la camarada Berta y con muchos más, por ello en el punto 3 de la declaración final de la asamblea se expresa: “Demandamos el cese inmediato a la persecución, criminalización y judicialización de los líderes, liderezas y organizaciones populares”.

A la par de esta demanda hay que iniciar una estrategia muy sistemática pero que movilice poco a poco hasta que todos estemos nuevamente en la lucha.

Es la oportunidad para que el movimiento popular emerja nuevamente, más sólido, con más ímpetu, con más claridad que solo en la unidad radica la fuerza.

Más artículos…

Subcategorías

Hemeroteca

Archivo