Comandantes Marco Antonio Yon Sosa y Luis Turcios Lima

 

Por Oliverio Mejía

La guerrilla del Movimiento 13 de Noviembre tiene su origen en el alzamiento militar en esa fecha de 1960 dirigido por los tenientes coroneles Marco Antonio Yom Sosa y Luis Turcios Lima, entre los principales. Este articulo hará un breve análisis de la Declaración de la Sierra de las Minas, publicada en enero de 1965, producto de las discusiones dentro del Movimiento Revolucionario del 13 de Noviembre (MR13N) .

El nacimiento del MR-13 de Noviembre

El alzamiento esperaba lograr un golpe de Estado contra el corrupto gobierno del también militar Idígoras Fuentes con la suma de varias bases militares, pero resulto un fracaso; obligando a los oficiales y soldados involucrados a huir hacia Honduras o refugiarse en las selvas del noreste de Guatemala. Yon  Sosa y Turcios habían sido entrenados en fuerzas especiales rangers del ejercito gringo, pero pesaba en ellos cierta conciencia nacionalista de la época de la revolución con Jacobo Arbenz, además  influyo por otro lado la participación de Guatemala en el intento fallido de invasión a Cuba ese mismo año,  ya que aquí fueron entrenadas las tropas mercenarias, generalizando un repudio de esa franja de militares a ese intento intervencionista.

En 1962 tras el fraude del idigorismo en las elecciones municipales de medio termino, un fuerte levantamiento popular acaudillado por el estudiantado universitario y de secundario en marzo y abril, pone en jaque al gobierno.  Pero  la dirigencia reformista del Partido Guatemalteco de los Trabajadores (PGT) influido por el estalinismo y la socialdemocracia de origen arbenzista, orientaron apoyar al expresidente Juan José Arévalo para las elecciones presidenciales de 1963, las cuales no se realizaron por el golpe de Estado reaccionario del ministro de defensa, Enrique Peralta Azurdia, con el respaldo yanqui. Por otro lado, la insurrección popular no logró coordinar con los militares alzados que estaba en la clandestinidad, en ese momento.

El golpe militar de Peralta enmarcado en la Doctrina de Seguridad Nacional de los Estados Unidos dentro de la guerra fría, obliga a un giro guerrillero, creándose las primeras Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) conformadas por el MR13N, el PGT y el efímero Movimiento 12 de Abril, conformado por estudiantes de marzo y abril.

La presencia del POR en el MR-13

Militantes del Partido Obrero Revolucionario (POR) de México, como David Aguilar Mora, Eunice Capiran, entre otros,  con la participación del guatemalteco Francisco Amado Granados,  se vincularon al MR13N, influyendo en una orientación marxista revolucionaria. La presencia del POR, una corriente trotskista dirigida de J. Posadas (Homero Cristalli) y Adolfo Gilly, con formación teórica marxista, fortalecieron programáticamente a la guerrilla, al adoptar el MR13N un programa de lucha por la revolución socialista.

A pesar de adopta un programa de lucha por la revolución socialista, el MR13N le otorgaba un papel fundamental a la lucha armada. Por este punto polemizaron y cuestionaron la estrategia etapista que pesaba en el PGT. Esas discusiones y diferencias generaron un rompimiento en el MR13N: Turcios Lima se separó conformando el Frente Guerrillero Edgar Ibarra (FGEI),  que junto al PGT se mantienen dentro de las FAR. Estos últimos abanderan una concepción de revolución por etapas  influida por  el estalinismo,  lo cual consideraban primero realizar una revolución democrática donde se priorizaba la alianza con algún sector patriótico  de la burguesía que acompañara las tareas de liberación nacional como se decía en esos años.

El trotskismo se caracterizas por tener muchas corrientes en su seno, a veces con diferencias abismales. El POR  tenía como principal ideólogo a Posadas, provenía del trotskismo aregntino, pero se diferenciaba de otras corrientes que por esos años coincidían  en el Secretariado Unificado (SU) de la Cuarta Internacional reunificado en 1963. Sin embargo, dentro del SU, también se generaron divisiones precisamente por la actitud ante el método de lucha de las guerrillas y su programa, como, por ejemplo, sobre políticas a seguir con los movimientos de liberación nacional en las colonias, excolonias y semicolonias, o respecto a la caracterización de la Unión Soviética y Cuba.  De hecho, el posadismo se alejó de los postulados de León Trotsky, se separó muy tempranamente en 1962, conformando una agrupación denominada la Cuarta Internacional Posadista, una degeneración sectaria del trotskismo, que a la postre tuvo una corta vida.

La perspectiva estratégica de la Declaración

A contrapelo, el MR13N consideraba en los hechos la contrarrevolución de 1954,  como un indicativo de la clausura de esa fase “democrática”, entrelazan las tareas de democráticas con las socialistas, formulando que correspondía a la clase obrera en alianza con el campesinado pobre quien llevaría ese proceso permantistamente, bajo el planteamiento de Programa de Transición de la Cuarta Internacional, fundada por León Trotsky en 1938, el gran organizador del Soviet de Petrogrado, de la revolución bolchevique de 1917 y fundador del Ejercito Rojo.

La declaración de la Sierra de las Minas claramente prioriza el papel de la clase obrera y del campesinado pobre, llamando a conformar comités populares como base para una insurrección revolucionaria que derrocara al Estado Burgués militar, para establecer un Estado transicional al socialismo, con soporte en esos comités. Sin embargo, no hacia ningún planteamiento de la necesidad de un partido que organizara ese entretejimiento de las tareas democráticas con las socialistas, coordinara los comités y la insurrección y fuera fundante del nuevo Estado.

La perspectiva plasmada en la Declaración de la Sierra de Las Minas centraba su accionar en la lucha armada como el eje articulador, que aunque no se identificaban con el foquismo guerrillero, puesto de moda por el Che Guevara, que años después se elevó a teoría en el libro de Regis Debray. El MR13N impulsaba las FAR como central, si priorizaba la lucha armada, aunque articulada con la lucha de masas. Paradójicamente eso coincidía con el PGT donde se daban importantes debates sobre la primacía de la lucha armada.

El proceso político siguiente

Las acciones armadas del MR13N y el FGEI, el papel organizador de estos grupos y del PGT, así como la cada vez mas evidente acciones populares, como algunas huelgas ligados a la Federación  Sindical Guatemalteca  (FASGUA) cercano al PGT, van debilitando al gobierno de facto de Peralta Azurdia; tal como mencionaba la Declaración, no existían centrales sindicales y muchas federaciones eran cooptados por un sindicalismo pro patronal auspiciado por Estados Unidos. La FASGUA fue una excepción.

El debilitamiento del gobierno militar obliga a las clases dominantes y al mismo ejercito a relegitimarse tomando como marco la Asamblea Constituyente de 1965, donde solo participan partidos identificados con el anticomunismo y conforma una Constitución muy restringida en materia de derechos fundamentales. Uno de esas agrupaciones el Partido Revolucionario que se autodenominaba de centro izquierda, sorpresivamente gana las elecciones presidenciales en 1966 con Mario Méndez Montenegro sobre el partido del oficialismo militar, el Institucional Democrático. Las FAR llaman a votar por ese candidato mientras el MR13N critica esa política y llama a la abstención.

Sin embargo, este gobierno civil rápidamente hace un pacto con los militares y  le da vía libre a los militares para lanzar una feroz represión. Poco a poco los militares van controlando su gobierno. La represión hizo desaparecer a 23 lideres populares y de izquierda ligados a las FGEI, PGT y al MR13N, entre ellos a Campiran, Mora  y Granados, caracterizado como el primer caso de desaparición colectiva en el continente americano. Por otro lado, los militares lanzaron una feroz represión en el oriente guatemalteco contra las bases de apoyo de las organizaciones guerrilleras y sectores organizados dirigidos por el jefe de la base militar de Zacapa, Carlos Arana Osorio, posterior presidente en 1971.

Las divergencias entre trotskistas y estalinistas, sobre la naturaleza de la revolución socialista en los países atrasados, como Guatemala, no fue resuelta de manera democrática, sino por medio de falsas acusaciones y desprestigio, llegando a catalogar a las mentes criticas como “agentes del enemigo”.

La corriente posadista llego a al extremo de la locura política al afirmar que Fidel Castro había mandado a morir al Che Guevara a Bolivia. El castrismo, que tenía mucha influencia política sobre las guerrillas, obligó a Yon Sosa y otros compañeros a romper con el POR, a lo que sumo un supuesto desvió de dinero, que estaba destinado para la guerrilla, de parte de los posadistas para financiar sus actividades en México. La brutal represión y las divisiones internas fueron debilitando el programa socialista del MR13N que quedo plasmando en la Declaración de la Sierra de las Minas. EL MR13N nuevamente se incorporó a las segundas FAR; formándose tras el rompimiento del PGT con el FGEI,  este ultimo asumio el nombre de Fuerzas Armadas Rebeldes. Yon Sosa fue asesinado por el ejercito mexicano en Chiapas, el 20 de mayo de 1970, pese a que este se había entregado.  Fue ejecutado y su cadáver enterrado en Tuxtla Gutiérrez.

Rendimos homenaje a Yon Sosa por adoptar el programa de la revolución socialista. De igual manera, rendimos homenaje a centenares de dirigentes y cuadros de la guerrilla, que murieron heroicamente defendiendo sus concepciones

Por Oliverio Mejía

El 28 de agosto de 1524 se iniciaba la rebelión Kaqchiquel contra la dominación española recién instaurada en el territorio denominado Coactemalan en el idioma hablado por los pueblos  Nahuatl o Iximuleo como era conocido por los mayas.

Esta fecha se toma como punto de partida para este artículo, sin embargo, tiene como marco los 500 años de la invasión hispana a este territorio y al que se conocía como Cuscatan, el actual El Salvador.

Se dice Coactemalan que era como conocido este territorio porque en el momento de la conquista, el Nahuatl era el idioma franco gracias a la influencia política y económica que tenía el Imperio Azteca o Mexica y era la lengua del grupo dominante de ese Estado, sin embargo tal idioma era hablado en lo que hoy es el centro de México, eso en  el escenario cultural de lo que  ahora se denomina Mesoamericana.

De hecho, los aztecas en un primer momento tribus nómadas que se movían en el norte de México, entran al área cultural mesoamericana y se civilizan en términos antropológicos, adoptando las prácticas agrícolas y calendáricas por ejemplo ya existentes, pero convirtiéndose en un periodo de un poco más de un siglo en un imperio centralizado y con una extensión considerada.

El contexto geopolítico

La situación del territorio de Ixumuleo o Coactemalan, estaba dominando por la Confederación Kiche, el cual estaba en un proceso de expansión sobre otros pueblos mayas tales como Ixiles, Kaqchiqueles, Mam, Tz’ikinajay o también conocidos como Tzutujiles, por territorio y tributos sobre todo para extender prácticas agrícolas y comerciales.

Por otro lado la forma de organización de estos era por medio de una confederación, donde había uno o más linajes dominantes, por ejemplo con los Kiches estaban los K’oyoi, Nijab, Nima, pero el dominante era el Kaweq. Con los  Kakchiqueles quienes tan solo un poco más de un siglo habían roto con la Confederación Kiche, el dominante era Xajil, pero también estaba el Sotz’il y el Tukuche, ademas  existían el de Chajoma que era una formación estatal autónoma. En el caso de Tzi’iknajay estaba conformado por el linaje de los Malaj.

Linaje es un grupo familiar basado en la propiedad y posesión de la tierra y el territorio como organización básica del modo despótico tributario, cuyas cabezas se hacen el grupo dominante de una forma estatal y social, en lo que Gordon Childe denominó Unidad Dirigente.

Por su parte en el caso de los Castellanos aunque en sus fuentes ya se denominaban españoles,  como Estado España estaba en formación y que por los acuerdos entre las coronas de Castilla y Aragón que fue el embrión de lo que se conoció como la monarquía hispana, Aragón le tocaba administrar territorios conquistados en el mar Mediterráneo, mientras Castilla le tocaba hacerlo allende del Océano Atlántico, gracias al Tratado de Tordesillas con que se repartieron con Portugal los territorios colonizados. Estos reinos a su vez estaban en un periodo de transición de un modo de producción feudal a uno que se encaminaba al capitalismo en su fase mercantil y recién desalojaban de la península ibérica,  la presencia musulmana con el último reducto en Granada.

Las características de la conquista

La llegada hispana a estos lares no fue más que un choque entre civilizaciones muy distintas, donde los primeros aprovechando la fragmentaciones entre Estados y sociedades del  área de Mesoamerica logrando el respaldo de diferentes pueblos que estaban sojuzgados por el Imperio Azteca y que acompañaron en la conquista los señoríos mayas, xincas, nahua-pipiles y lencas.

De hecho acompañando a los hermando Alvarado, donde sobresalía Pedro, quien tuvo el cargo de Adelantando y que eran lugartenientes de Hernán Cortés que había ocupado la capital azteca y fundando sobre la ruinas de ese imperio el Virreinato de la Nueva España, el grueso de las tropas invasoras fue  un contingente de pueblos tlaxcaltecas, choluleños y demás pueblos de habla nahuatl como queda marcado en el Lienzo de Tlaxcala, por lo menos en la conquista de lo que hoy es Guatemala y El Salvador.

Con respecto a la  destrucción de la  Confederación Kiche, se conoce por los estudios de las fuentes que los Kiches fueron informados de la presencia y destrucción de Tenochtitlan (la capital mexica) por los invasores, eso debido a la presencia de emisarios aztecas llamados Pochtecas que actuaban tanto como comerciantes y espías; además ya había presencia de enfermedades contagiosas que trajeron los españoles y empezaban a generar altísimas tazas de mortandad en la población indígena,

Ya en territorio de Coactemalan el ejército invasor, al cruzar rio Suchiate tuvo el primer enfrentamiento como las tropas del señorío Kiche en San Francisco Zapotitan dirigido por Tecum Uman, el 08 de febrero de 1524, esta es una zona ubicada en tierras bajas de cara al Océano Pacifico, donde está el camino hasta la fecha hacia las tierras altas, especialmente a la ciudad Xelaju Noj,hoy Quetzaltenango.

Sobre Tecun Uman es importante destacar que mucho se ha discutido sobre la veracidad de este y más por el uso desde el nacionalismo reaccionario que se le ha dado. Pero algunas fuentes indígenas como el Titulo K’oyoi entre otras se le menciona y lo que se sabe es que Tecun era el nombre del capitán de los ejércitos, emparentando con los linajes gobernantes de la Confederación Kiche y Uman era un título de guerra.

Xelaju Noj a su vez,  unas décadas antes había sido conquista por los Kiches a costa de los Mayas- Mam en un proceso de expansión  de los primeros ante la necesidad de suelos ricos para la agricultura ubicados en las tierras bajas, pues los kiches habían establecido  inicialmente su señorío en las tierras altas del altiplano centro-occidental guatemalteco y cuando la llegada de los castellanos, estos estaban en expansión en guerra con otros pueblos ya mencionados.

En marzo de 1524 las tropas españolas con el auxilio de los otros pueblos indígenas asolaban y destruían la capital Kiche, Q’umarkaj en el altiplano occidental asesinando a los Ajpop (señores) de la confederación Oxib-Keh  y al señor electo Beleheb-Tzy al engañarlo con un supuesto tratado de paz. La población sobreviviente fue trasladada a lo que hoy es Santa Cruz del Quiche, hoy una cabecera departamental. En las acciones contra los Kiches este contó el respaldo de la Confederación Kaqchiquel cuyas tierras estaban ubicadas más al centro en el departamento de Chimaltenango y los Tzi’ikinajay  ubicados al sur del departamento de Atitlán y en parte de la boca costa por el lago del mismo nombre.

Sin embargo estos rápidamente se rebelan ante las practicas injustas de exigencia de tributos  y el despojo total de las tierras al linaje principal y a los linajes secundarios donde confluía el grueso de la población,  generando protesta y levantamiento. Alvarado derrota a estos en la batalla de Técpan Atitlán el 18 de abril de 1524, destruyendo además la capital Chiya en inmediaciones del volcán Choyjuyub hoy San Pedro, trasladando la capital hacia lo que hoy es Santiago Atitlán,  todo a orillas de este lago de origen volcánico.

Posteriormente las huestes invasoras bajaran nuevamente a tierras bajas al territorio de Ixcuintepeq un señorío de origen Nahua-Pipil el cual es derrotado en dos importantes batallas y al territorio Xinca, el cual era el único grupo de origen no mayense En 1525 iniciara la invasión al señorío de Cuscatan con la batalla de Acajatla y el inicio de la conquista a los señoríos pipiles, Pokomanes orientales, Chortis y lencas.

Rebeliones indígenas

Sin embargo, las rebeliones no se hicieron esperar, al igual que los Tzutijiles, los Kaqchiqueles se levantan contra la exigencia de tributos inhumanos, el despojo sobre todo de los linajes superiores y los malos tratos a la población en general. Estos abandonan su capital Iximche y empiezan a hostigar a los españoles que habían fundado cerca de ella Tecpam lo cual los obliga a trasladarse ya con el nombre de Santiago de los Caballeros a lo que hoy es Ciudad Vieja. Sin embargo, el cansancio de los kaqchiqueles, la evangelización cristiana a otros grupos, así como los ataques contantes españoles obligaron a los señores Kaqchiqueles a rendirse y la población es dispersada en varias ciudades del altiplano central. Otras rebeliones se dieron en la región como las de los Ixiles o la de los pipiles, pero fueron totalmente sofocadas.

Dos elementos que actuaron como atenuantes de la rebeldía fue, la adopción del cristianismo de parte del cabeza de linaje y el reconocimiento de tierras algunos de ellos, aunque muchas veces tuvieron que defenderla ante las cortes hispanas y las institucionales coloniales; además del aparecimiento de una fracción aristócrata minoritaria de origen indígena, aunque menor que en Nueva España o en el Virreinato del Perú.

Daniel Ortega, José Azcona Hoyos, Vinicio Cerezo, Oscar Arias y José Napoleón Duarte

Por Melchor Benavente

A inicios de la década de los años 80 del siglo pasado, la situación revolucionaria que sacudió a Centroamérica, tenía como epicentro a Nicaragua, porque allí había triunfado la insurrección popular el 19 de julio de 1979.

Aunque el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) constituyó inicialmente una Junta de Gobierno en alianza con la burguesía opositora, el país había logrado liberarse de las garras del imperialismo norteamericano, conquistando su independencia política. La primera administración de Ronald Reagan (1981-1985), respondió con el inicio en marzo de 1982 de la guerra de guerrillas de los contras, un ejército mercenario financiado y armado por los Estados Unidos, que tenía sus principales bases de operación en territorio de Honduras. Al mismo tiempo apuntaló a los ejércitos de El Salvador y Guatemala, para resistir los ataques de las guerrillas.

Caracterizando que la guerra de los contras podía ser una primera fase de la intervención militar directa de Estados Unidos, como un mecanismo de autodefensa,  el gobierno sandinista no solo inició la movilización general de la población, sino que estableció una coordinación con las guerrillas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador y la guerrilla de la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG).

El Grupo de Contadora

El peligro de una guerra civil regional aterrorizaba a la burguesía latinoamericana, que temía la generalización de la revolución en el continente. En marzo de 1982, el gobierno de México propuso un plan de desmilitarización, la firma de acuerdos de no agresión entre los países de Centroamérica y la negociación política. Su propuesta cayó en saco roto. No obstante, en enero de 1983, los gobiernos de México, Panamá, Colombia y Venezuela crearon el “Grupo de Contadora”, que propugnaba por una negociación política que evitara el incendio revolucionario en la región.

En su Declaración, el Grupo de Contadora, aparecía como una fuerza neutral, expresaron su “(…) profunda preocupación por la injerencia foránea -directa o indirecta- en los conflictos de América Central, y al advertir que resulta altamente indeseable inscribir esos conflictos en el contexto de la confrontación Este-Oeste, coincidieron en la necesidad de que se eliminen los factores externos que los agudizan (...) respetando los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos”.

El discurso del Grupo de Contadora era agradable para el gobierno sandinista y las guerrillas de la región, pero no tenían confianza que pudiese contener la agresividad de la administración Reagan. La labor diplomática dio algunos frutos. En mayo de 1983, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) emitió la Resolución No 530 haciendo, “un urgente llamamiento a los Estados interesados para que cooperen con el Grupo de Contadora, e instó a que no escatime esfuerzos para encontrar soluciones al problema de la región y a que mantenga al Consejo de Seguridad informado de los resultados de esos esfuerzos”.

El Documento de Objetivos de Contadora

Mientras la ofensiva contrarrevolucionaria de Reagan continuaba contra el gobierno sandinista y las guerrillas, en septiembre de 1983, los cancilleres del Grupo de Contadora, reunidos en Panamá, aprobaron el “Documento de Objetivos” que contenía 21 puntos básicos para la pacificación de Centroamérica. Como dicho documento no tuvo ningún efecto práctico, en Diciembre de 1983 aprobaron otro documento titulado “Normas para la Ejecución de los Compromisos Asumidos en el Documento de Objetivos”, que fue entregado a todos los gobiernos de Centroamérica pero que, de igual manera, no tuvo ningún efecto real.

El Acta de Contadora

Después de realizar consultas con todos los países de Centroamérica, en junio de 1984,  el Grupo de Contadora presentó su proyecto de acuerdo regional, titulado “Acta de Contadora para la paz y la Cooperación en Centroamérica”.

Las negociaciones se paralizaban en el tema de la seguridad. Nicaragua insistía en el desarme y desmovilización del ejercito contra, mientras que los países restantes, influenciados por Estados Unidos, insistían en el control de armamentos del gobierno de Nicaragua.

No hubo acuerdos entre los gobiernos de Centroamérica, y el Acta de Contadora no fue suscrita, lo que obligó a presentar una nueva versión conocida como “Acta Revisada de Contadora”, la cual fue aceptada por el gobierno sandinista, pero rechazada por los gobiernos restantes.

El Acta de Tegucigalpa

Reunidos en Tegucigalpa, Honduras, los cancilleres de El Salvador, Honduras y Costa Rica, (Guatemala se opuso) presentaron una propuesta distinta, conocida como “Acta de Tegucigalpa” o Bloque de Tegucigalpa. Las negociaciones continuaron tensas.

En enero de 1985, el canciller de Costa Rica anunció su retiro de las negociaciones promovidas por Contadora, Honduras hizo lo mismo. La crisis del Grupo de Contadora era tan grave, que los gobiernos de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay crearon el llamado “Grupo de Apoyo” a las negociaciones de Contadora. Casi todos los gobiernos de América Latina estaban preocupados e involucrados por la dinámica de los acontecimientos en Centroamérica

Acuerdos de Esquipulas I

Como parte de la estrategia contrainsurgente de Estados Unidos, las elecciones de 1985 dieron el triunfo a Vinicio Cerezo, poniendo fin a las dictaduras militares en Guatemala. El gobierno de Cerezo promovió, en mayo de 1986, en el poblado de Esquipulas, una cumbre presidencial con el objetivo de reactivar las negociaciones regionales.

El resultado final fue la Declaración de Esquipulas I, en la que se acordó formalizar las reuniones de presidentes centroamericanos, la creación del Parlamento Centroamericano (PARLACEN), “(…) sus integrantes serán electos libremente por sufragio universal directo, en el que se respete el principio de pluralismo político participativo (…) una Comisión Preparatoria deberá preparar el proyecto del Tratado Constitutivo del citado Parlamento, en un plazo no mayor de noventa días después de su integración (…)”

Un cambio en la correlación de fuerzas

El 27 de junio de 1986, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una sentencia a favor de Nicaragua, condenando a Estados Unidos a pagar una indemnización de más de 17 mil millones de dólares, por el sus actividades militares y paramilitares contra Nicaragua. Fue una rotunda victoria política para Nicaragua, lo que tuvo repercusiones posteriores en el Congreso de Estados Unidos, que se dividió y paralizó el financiamiento del ejercito contra.

La ofensiva contrarrevolucionaria de Reagan se manifestó en la creación del ejercito contra, en el apoyo militar a la dictadura salvadoreña y en la utilización de Honduras como base de operaciones militares. No obstante, para finales de 1986 el ejército sandinista había logrado contener y replegar la ofensiva militar de los contras, la guerrilla salvadoreña controlaba una parte de ese país, y la guerrilla de la URNG se había fortalecido. La ofensiva de Reagan había cumplido, en términos generales, la misión de debilitar al ejercito sandinista y las guerrillas, pero no había logrado una victoria militar sobre ellos, lo que tuvo un profundo impacto en las mesas de negociaciones

La Declaración de Esquipulas I fue parte de este reacomodo, en que los gobiernos títeres de Estados Unidos comprendieron la necesidad de fortalecer las negociaciones regionales, es decir, que los conflictos políticos y militares no serían resueltos en cada país, sino de manera conjunta entre todos los presidentes. Este cambio sustancial fue lo que permitió pasar de las Actas de Contadora, a las reuniones de presidentes centroamericanos, inauguradas con Esquipulas I.

El Grupo de Contadora fue la antesala que preparó las negociaciones de Esquipulas II y posibilitó los posteriores Acuerdos de Paz de 1992 y 1996.

El Plan Arias y la firma de Esquipulas II

El 15 de febrero de 1987, en una cumbre de presidentes centroamericanos, realizada en San José, Costa Rica, a la que no asistió Nicaragua, Óscar Arias presentó el “Plan de Paz de San José”, conocido como “Plan Arias”, que planteaba el cese al fuego, una amnistía general, reconciliación nacional y elecciones libres. Inicialmente Nicaragua se opuso por considerarlo una intromisión en los asuntos internos, pero tras una ronda de negociaciones secretas que modificaron la versión inicial, especialmente con el presidente Vinicio Cerezo, estuvo de acuerdo con los planteamientos generales del Plan Arias

Fue así que, después de cinco años de iniciada la contraofensiva de la administración Reagan, los presidentes de los cinco países de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica), adoptaron los Acuerdos de Esquipulas II, iniciándose el periodo de retroceso de la revolución en Centroamérica.

Nicaragua aceptó el reto porque en el fondo era un reconocimiento al gobierno sandinista, ya que el ejército contra tendría que desarmarse y disolverse, una vez que se haya convocado a elecciones generales. No obstante, este acuerdo perjudicó a las guerrillas del FMLN y la URNG porque las obligó a negociar con los gobiernos existentes.

Esquipulas II creó una Comisión Internacional de Verificación y Seguimiento (CIVS), integrada por los secretarios generales de la ONU y OEA, los cancilleres de Centroamérica, del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo, encargada de vigilar el cumplimiento de los Acuerdos

Las negociaciones con la contra

En diciembre de 1987, el gobierno sandinista inició, en Santo Domingo, República Dominicana, las primeras negociaciones directas con la contra. En marzo de 1988 se produjeron conversaciones y acuerdos en Sapoa, puesto fronterizo entre Nicaragua y Costa Rica

El 14 de febrero de 1989 los presidentes centroamericanos firmaron, en El Salvador, la Declaración de Costa del Sol, comprometiéndose a elaborar en “un plazo no mayor de 90 días un plan conjunto para la desmovilización, repatriación o reubicación voluntarias, en Nicaragua y en terceros países, de los miembros de la resistencia nicaragüense y sus familiares”. El ejército contra sería disuelto.

En agosto de 1989, y después de que el Consejo de Seguridad de la ONU, expreso su apoyo al Acuerdo de Esquipulas II, se firmaron en Honduras, los Acuerdos de Tela.

Las elecciones de 1990

Aunque Esquipulas II reconoció al gobierno sandinista, la revolución estaba exhausta después de casi 8 años de guerra de agresión imperialista. Entre 1987 y 1990 la hiperinflación en Nicaragua llegó al 32,000%, la más alta del mundo en ese momento. El cansancio por la guerra, el hambre y las penurias, se tradujeron en una alta votación contra el FSLN. Fue el final formal de la revolución de 1979.

La administración Reagan había logrado derrotar la revolución, no en el campo de batalla, sino en las urnas electorales. Las guerrillas del FMLN y la URNG fueron arrastradas al abismo por la derrota de la revolución nicaragüense.

El imperialismo norteamericano había logrado imponer un nuevo statu quo.

Por Melchor Benavente

El 19 de julio de 1979, es una fecha imborrable en la historia de Nicaragua y Centroamérica. Ese día, el empuje de la insurrección popular y la ofensiva de las columnas guerrilleras, derrotaron militarmente a la Guardia Nacional (GN) y derrocaron a la dictadura somocista, que había mantenido la represión y el terror durante 43 años (1936-1979).

Después del triunfo de la revolución cubana en 1959, se produjo un auge de los movimientos guerrilleros en América Latina. En Centroamérica, surgieron guerrillas en todos los países, como un fenómeno de lucha contra las dictaduras militares en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, menos en Costa Rica en donde había un régimen democrático burgués con un “Estado de bienestar” que hacia concesiones a las masas trabajadoras.

En Centroamérica, la guerrilla guatemalteca fue una de las más poderosas y antiguas. No obstante, fue la guerrilla nicaragüense del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), fundado en 1961, la que logró montarse sobre la dinámica insurreccional de las masas y repetir casi al carbón el triunfo militar de la revolución cubana.

Tradición de lucha guerrillera

Las guerrillas casi siempre surgen como un método de lucha defensivo, contra dictaduras o ocupaciones militares extranjeras. En el periodo 1927-1934, el general Augusto C Sandino libro una guerra de guerrillas, apoyándose en las masas campesinas del norte de Nicaragua, contra la ocupación militar norteamericana. Era una lucha defensiva contra un enemigo militarmente superior. La base social de esta guerrilla fue masacrada después del traicionero asesinato del general Sandino el 21 de febrero de 1934.

El surgimiento del FSLN en 1961, rescató la bandera de lucha del general Sandino, y se planteó como tarea central el derrocamiento de la dictadura somocista a través de la lucha armada. A diferencia de la guerrilla del general Sandino, el nacimiento del FSLN reflejó un fenómeno de radicalización de la clase media urbana, que irónicamente había florecido bajo la bonanza económica de la dictadura somocista.

Entre 1961 y 1977, la guerrilla del FSLN intentó implantarse en el campo, donde Sandino había tenido su base social, pero fue una tarea imposible. Muchos de sus dirigentes cayeron heroicamente en combate, incluido su fundador, Carlos Fonseca Amador.

Las sucesivas derrotas militares de la guerrilla provocaron una crisis dentro del FSLN y el surgimiento de tres corrientes: la llamada “Tendencia Proletaria” en 1975, en oposición a la corriente dominante que preconizaba la Guerra Popular Prolongada (GPP), intentando copiar el modelo chino y vietnamita. En contraposición a estas dos corrientes, surgió en 1976 una tercera, llamada “Tercerista” o “Insurreccional” que se planteaba el desarrollo de la insurrección popular en las ciudades como método principal de lucha para derrotar a la dictadura somocista.

La corriente Tercerista, rescató la experiencia del Movimiento 26 de Julio (M-26): política de amplias alianzas, incluso con sectores burgueses, y combinar la guerrilla con la insurrección de masas. Casi al carbón, en un contexto mundial diferente, la corriente Tercerista reprodujo una parte de la experiencia cubana.

La crisis de la dictadura y la pugna interburguesa

La reconstrucción de Managua, después del terremoto de 1972, rompió el equilibrio que existía entre la dictadura y los otros grupos burgueses, agrupados en el Consejo Superior de la Iniciativa Privada (COSIP), que posteriormente se transformó en COSEP.

La dictadura somocista comenzó a invadir las áreas económicas de otros sectores burgueses, copando todo el negocio de la reconstrucción de Managua, iniciándose un conflicto interburgues, que aceleró la crisis de la dictadura después del infarto de Anastasio Somoza Debayle, a mediados de 1977. A nivel interno, había condiciones excepcionales para la creación de una fuerte alianza contra la dictadura somocista.

Un contexto internacional favorable

La corriente Tercerista detectó el conflicto interburgues y planteó abiertamente una política de alianzas a nivel nacional con los sectores burgueses de oposición y a nivel internacional con los partidos y gobiernos “progresistas”, para dar al traste con la dictadura somocista.

Esta combinación de factores, dio excelentes resultados: la socialdemocracia europea comenzó a apoyar económicamente la lucha contra el somocismo. Carlos Andrés Perez, presidente Venezuela (1974-1979), proporcionó armas y municiones, lo mismo hizo Omar Torrijos, Presidente de Panamá, quien ofreció también su territorio para entrenamientos.

México siempre había sido aliado de la dictadura somocista, comenzó a distanciarse y a colaborar discretamente, tolerando la presencia de dirigentes de la guerrilla en su territorio. Un factor decisivo, fue la colaboración del gobierno de Rodrigo Carazo Odio, presidente de Costa Rica (1978-1982)

La hegemonía del Tercerismo

La política que levantó la corriente Tercerista o Insurreccional, encabezada por los hermanos Daniel y Humberto Ortega Saavedra, fue un éxito: logró conformar el “Grupo de los 12” en octubre de 1978, conformado por intelectuales, sacerdotes y empresarios de familias oligárquica, que plantearon por primera vez que sin el FSLN no había ninguna salida posible ante la crisis de la dictadura.

El primer ataque u ofensiva militar, desatado por la corriente tercerista, fue en octubre de 1977, atacando cuarteles militares en ciudades importantes. Era la primera vez que la guerrilla realizaba ataques espectaculares en las ciudades.

Los ánimos se caldearon, la población comenzó a inclinarse por la guerrilla del FSLN, por su larga tradición de sacrificios y lucha contra la dictadura. Antes de los ataques de octubre de 1977, la dictadura comenzó a modernizar sus fuerzas armadas, con la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EBBI), creando una fuerza elite en la lucha anti guerrilla.

A partir de octubre de 1977, la corriente Tercerista se amplió en todo el territorio nacional, llegando a convertirse en la corriente hegemónica del FSLN, por su audacia en los ataques militares contra la dictadura

El asesinato de Pedro Joaquín Chamorro

Después de la traición de Fernando Agüero en 1967, quien pacto con la dictadura somocista en 1972, Pedro Joaquín Chamorro, propietario del diario La Prensa, se elevó como el único dirigente honesto de la oposición burguesa. Fue asesinado el 10 de enero de 1978, a manos de mercenarios de la dictadura. Este asesinato provocó una semiinsurreccion a nivel nacional, que fue aprovechada por la corriente Tercerista para desencadenar ataques militares en las ciudades de Masaya y Granada.

Los empresarios del COSEP convocaron a un Paro Nacional en Enero-Febrero de 1978, en realidad fue un Lock-Out patronal,  para presionar a Somoza para que renunciara, pero después de un mes este logro imponerse. Pero la popularidad de la guerrilla continuaba creciendo, y se fortalecía con camadas de luchadores populares.

Insurrecciones y represión genocida

En agosto de 1978 se produjo el espectacular asalto al Congreso dentro del Palacio Nacional, manteniendo de rehenes a todos los diputados, hasta que Somoza cedió y libero a los presos políticos.

Ese mismo mes, se inició una insurrección en la ciudad de Matagalpa, conocida como la “insurrección de los niños” y en septiembre de ese mismo año, se produjo la llamada “primera ofensiva general” de la guerrilla, en varias ciudades del país, la que fue derrotada militarmente por la EEBI. La ciudad de Estelí ocupó un lugar destacado, porque la guerrilla mantuvo el control por varias semanas

La represión genocida provocó que decenas de miles de jóvenes se unieran a la guerrilla, antes de morir asesinados en las calles por las patrullas de la EBBI

Fracaso de las negociaciones y ofensiva final

La dictadura rechazo cualquier tipo de negociación política, dejando a la oposición burguesa sin otra salida que no fuese apoyar económicamente y militarmente a la guerrilla del FSLN. La obcecación de Somoza, de mantener en el poder, dejo a la burguesía sin opciones políticas creíbles. Poco a poco, el sandinismo se convirtió en la dirección indiscutible de la lucha revolucionaria, con un enorme prestigio y autoridad moral sobre las masas.

En marzo de 1979, las tres tendencias del FSLN se unificaron en lo que se llamó Dirección Nacional conjunta., coordinando todas sus fuerzas para desencadenar la llamada “ofensiva final” en junio de 1979.

El fortalecimiento militar del FSLN fue posible, no por el dinero que aporto la socialdemocracia o la burguesía opositora, sino porque miles de jóvenes se sumaron a la lucha insurreccional en diferentes ciudades en el transcurso de 1978.

Esta relación dialéctica entre insurrección de masas y guerrilla, fue reconocida posteriormente por el comandante Joaquín Cuadra, al declarar: “Estallaban miniinsurrecciones espontáneas que demostraban una gran combatividad y una extraordinaria firmeza por parte de las masas, mientras que las estructuras políticas y militares de vanguardia experimentaban un notorio retraso”.

El propio comandante Humberto Ortega dijo: “ ... el peso fundamental de la lucha armada lo llevó nuestro pueblo... Podríamos decir que las masas estuvieron permanentemente insurrectas... La insurrección popular en Nicaragua... fue un fenómeno que parió todo el pueblo y fundamentalmente nuestros más humildes, más explotados y oprimidos trabajadores del campo y la ciudad... Fueron nuestras masas las que le dijeron a su vanguardia, el Frente Sandinista: ‘¡Esta es la forma de lucha!’. Nosotros, la vanguardia, no hicimos más que ponernos al frente de esa voluntad, de esa decisión, de esa actividad popular” (Centroamérica entre dos fuegos, Norma, Bogotá, 1981, p.p.. 33-35).

Después de dos meses de intensa lucha militar, la insurrección de masas, encabezada por la guerrilla del FSLN, produjo el triunfo el 19 de julio de 1979.

Un triunfo espectacular que tuvo consecuencias en toda Centroamérica y América Latina. Lo que vino después, los aciertos y desaciertos del FSLN durante la revolución (1979-1990) por su importancia y extensión, debe ser analizado en un estudio posterior. Lo que no podemos olvidar son las tradiciones revolucionarias que fueron construidas con el sacrificio y sangre de miles de jóvenes que ofrendaron sus vidas por una nueva Nicaragua.

Por Oliverio Mejia

El 29 de mayo de 1978 efectivos del ejército masacraban a un grupo de campesinos mayas-kekchis en el municipio de Panzos, departamento de Alta Verapaz durante el gobierno del general Kjell Eugenio Laugerud García. La cifra oficial fue de 30 persona asesinadas. Sin embargo, testimonios de las población local reportan hasta más de 100 asesinados,  así como el gran número de desplazados y heridos que provoco tal masacre.

Antecedentes

Tras la reforma liberal de 1871 el presidente Justo Rufino Barrios, aplico el Decreto 170 (de Redención de Censos) en lo cual expropiaba las tierras comunales indígenas y las que quedaban en manos de la iglesia católica. La aplicación de ese decreto en la cuenca del rio Polochic donde se encuentra el municipio de Panzos, consistió en traspasar por medio del expolio, grandes cantidades de tierras a inmigrantes alemanes y belgas en menor medida, que estaba en posesión de las comunidades Kekchis y Pocomchis, para desarrollar el monocultivo de café y cardamomo en cantidades menores. Estos europeos tenían conexiones con capitales europeos sobre todo alemanes que fortalecían la exportación de estos productos a las capitales europeas.

Con la reforma agraria de 1952 bajo el gobierno de Jacobo Arbenz, las comunidades mayas del Polochic procedieron a organizarse en Comités Locales de Tierra, iniciando un proceso en que fueron beneficiadas en el otorgamiento de tierras que anteriormente estuvieron en manos suyas, pero que habían sido expropiadas por los gobiernos liberales a favor de los grandes finqueros.  Sin embargo tal proceso fue interrumpido por la contrarrevolución de 1954 financiada y organizada por el gobierno de Estados Unidos;  procediendo a devolución de  las fincas a los propietarios privados anteriores y generando una persecución política contra liderazgos comunitarios.

En la década de los 60s del siglo pasado, el Partido Guatemalteco del Trabajo (comunista) inicio un proceso de organización y vinculación con las poblaciones indígenas por la defensa del derecho al acceso a la tierra aunque estaba presente desde la época de la reforma agraria;  por esos años en 1962 se crea el Instituto de Nacional de Transformación Agraria (INTA), que buscaba repartir tierras baldías sin tocar los intereses de los grandes finqueros. En los años 70s, las elites conformadas desde los gobiernos militares – el denominado generalato – empezaron a acumular capital, en lo que se denominó por esas épocas la burguesía burocrática. En ese sentido el ejercito identifico regiones como la del Polochic o la Franja Transversal del Norte, situada más al norte, para la explotación maderera, agropecuaria, petrolera  y minera por medio de concesiones a empresas extranjeras, a partir del Decreto 60-70 del gobierno del general Carlos Arana Osorio.

Las comunidades indígenas junto a la Federación Sindical Autónoma de Guatemala, donde el PGT tenía influencia exigían al INTA la entrega de tierras, sin embargo, ante la negativa de los militares, fueron radicalizando sus exigencias y sus métodos de lucha. Además, se enfrentaron contra empresas como la  Explotación Minera de Izabal (EXMIBAL) de capital canadiense, las petroleras Basic Resource (francesa), las estadounidenses Shenandoah y Gettin Oil Company y  la española Hispanoil, que ubicaban a Guatemala como importante en el proceso de acumulación extractiva.

Por su parte en 1976 inicio la construcción de la Planta Hidroeléctrica Chixoy sobre el rio del mismo nombre, en manos del Estado, finalizada en 1983, con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo, que implico una masacre a varias comunidades en 1978, quienes se oponían a su traslado y la inundación de poblados y sitios arqueológicos mayas.

La movilización campesina alerto a los terratenientes y las empresas extractivas allí asentadas, lo cual llevo a que un contingente militar se instalara en el poblado de Panzos a inicios de mayo del 78, pese a eso las comunidades y FASGUA pensando la buena gestión del alcalde Walter Overdick García, le entregan un documento donde ponen sus exigencias.

La masacre

El 29 de mayo de 1978, para insistir en el reclamo de la tierra y manifestar el descontento ocasionado por los actos arbitrarios de los terratenientes y de las autoridades civiles y militares, campesinos de las aldeas Cahaboncito, Semococh, Rubetzul, Canguachá, Sepacay, finca Moyagua y barrio La Soledad, decidieron realizar una manifestación pública en la plaza de Panzós,  dirigiéndose  a la plaza de la cabecera municipal, cargando sus instrumentos de trabajo, machetes y palos.

Varios miembros del Ejército armados, algunos con ametralladoras, se encontraban en la puerta y también había francotiradores en el techo de la iglesia, el punto más alto de la aldea. El alcalde accedió a hablar, pero solo con cuatro representantes del grupo. Sin embargo, los ánimos estaban crispados y la presencia militar intimidaba, por ende, no se realizó.

Los disparos se realizaron durante unos cinco minutos, fueron hechos por las armas de reglamento que portaban los militares, así como las tres metralletas ubicadas a las orillas de la plaza. Varios campesinos hirieron con machetes a varios soldados, ningún soldado fue herido por arma de fuego. De inmediato, el Ejército cerró las principales calles de acceso y un helicóptero del Ejército sobrevoló el pueblo antes de recoger a los soldados heridos

Después de la masacre, los militares prohibieron entrar a la plaza. En la tarde, autoridades municipales ordenaron levantar los cadáveres,  metiéndoles en el recipiente trasero de un camión azul de la municipalidad. Los llevaron a un lugar cercano al cementerio público y, con un tractor ―posiblemente de propiedad del terrateniente Flavio Monzón― cavaron un hoyo, donde colocaron los cuerpos. Muchas de las personas que huyeron del lugar de los hechos se refugiaron en el barrio La Soledad, pero hasta allí los persiguieron los soldados, maltratando a los que encontraba en su avance. Otras personas, malheridas, murieron en la huida y sus cadáveres fueron encontrados más tarde en potreros o ahogados en el rio Polochic.

Repercusiones

Panzós quedó ocupada por el Ejército después de la masacre, registrándose un aumento considerable del número de soldados destacados en el pueblo. Por espacio de varias semanas los pobladores no regresaron a sus casas.

La masacre causó un gran impacto nacional e internacional, el 1 de junio de 1978 se realizó una numerosa manifestación de protesta en la capital, encabezada por la Asociación de Estudiantes Universitarios conocida como la Marcha de los Paraguas. Se demandó el acceso a Panzós de una comisión estudiantil, de la Cruz Roja y de la prensa nacional e internacional.  A partir de la masacre el Ejército inició en el Valle Polochic una represión selectiva contra los líderes comunitarios que reivindicaban tierras, activistas sociales y así también contra guías espirituales mayas.

Un comando armado vinculado al PGT de la Comisión Militar de este como mecanismo de venganza,  ataco en los días siguientes un convoy militar en la Ciudad de Guatemala, esta acción que no fue reconocida por el comité central de ese partido provoco un cisma al interior de la organización comunista, generando que importantes elementos del ala militar de tal partido, se separaran de ésta, creando una facción que se denominaba del partido pero realizando acciones armadas contra las fuerzas represivas del Estado.

Se puede considerar que esta masacre junto a la de las comunidades afectadas por la hidroeléctrica sobre el rio Chixoy ya mencionada, fue el preludio del accionar asesino del ejército. Aunque eso materializo en 1980, con la masacre e incendio de la embajada del Reino de España contra campesinos del occidente del país ligados al Comité de Unidad Campesino, que paradójicamente denunciaban la represión militar. A finales de 1981 en el gobierno militar de Romero Lucas García primero y en los gobiernos golpista militar de Efrain Rios Montt, la masacre contra población civil aumento.

Esto a la par de que la movilización popular adquirió vistos insurreccionares en el gobierno de Lucas García sobre todo en 1979 y 1980, pero fue derrotado por la represión y por los errores de la conducción política comandadas por el PGT y las direcciones guerrilleristas. Lo que dio paso a la acción descarnada contra las bases insurgentes campesinas e indígenas sobre todo ligados al Ejército Guerrillero de los Pobres, entre ellos el llamado genocidio ixil,  en el gobierno  de Rios Montt.

Acciones penales posteriores

El 29 de mayo de 1997, 19 años después de la masacre, el Comité de Viudas de la zona presentó la denuncia ante el Juzgado de Paz de Panzós. Pero hasta 2011 que Juzgado Primero de Alto Riesgo abre la etapa de instrucción convocado a testigos entre ellos el ex alcalde de la época Overdick, posteriormente no ha avanzado el proceso penal.

Por otra pare se realizó la exhumación de las víctimas de Panzós en septiembre de 1997, entregando un informe en junio de 1998 de parte de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, en su momento el personal de esta instancia civil denuncio amedrentamiento de ex miembros de las Patrullas de Autodefensa Civil de Panzos. Además, se recibieron siete declaraciones de testigos presenciales, en la elaboración de ese informe no hay sindicados de los hechos. 

En el Informe forense consta el hallazgo, en dos fosas, de 35 osamentas. De estas, sólo se logró la identificación tentativa de dos, debido a su mal estado de conservación o a la escasa información ante mortem disponible. La gran mayoría de los restos analizados correspondieron a personas de sexo masculino (26 masculinos y 3 posibles masculinos), la edad de la mayoría se situaba entre los 19 y los 29 años. De las osamentas encontradas, sólo dos presentaban heridas de proyectil de arma de fuego evidentes, pero sobre la base de la interpretación de las placas de rayos X se pudo determinar que 18 osamentas, esto es el 51% de las encontradas, presentaban fragmentos de proyectil de arma de fuego.

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