Por Armando Sosa

Las pasadas elecciones en Alemania significó el retiro de la escena política nacional e internacional de la Canciller Ángela Merkel.

Los resultados de este escrutinio dan como vencedor al partido socialdemócrata alemán liderado por Olaf Scholz. El escaso margen (25,7% versus 24,1%) con el que ha vencido a su principal oponente, el candidato Armin Laschet de los cristianos demócratas, tuvieron el peor resultado desde 1949, por debajo de la barra del 30%. En el tercer lugar, el partido de los Verdes de Annalena Baerbock llegan en tercer lugar recogiendo 14,8%. Los liberales la siguen con 11,7% de los votos.

Este panorama como bien se ve, no le permite al SPD llegar solo al gobierno para declarar canciller a Sholz. En este caso, una frágil coalición tendría que formarse. Ya en el pasado, la coalición SPD-CSU-CDU le permitió a Merkel asegurar su último mandato en 2018.  Sin embargo, esta nueva negociación que se abre, es todavía más álgida. La fuerza que representaba la figura de Merkel en todos los ámbitos no puede ser asegurada por ninguno de los actuales candidatos a su sucesión.

La burguesía alemana, la más fuerte de Europa, siendo este país la “locomotora” económica del viejo continente, se encuentra sometida a enormes presiones para asegurar su enorme plusvalía.

Durante la era Merkel, la continuación de las reformas anti obreras emprendidas desde el gobierno socialdemócrata de Schröder generaron enormes ganancias para los empresarios y un empobrecimiento de los trabajadores alemanes.

“La adopción de la llamada Agenda 2010, un paquete de medidas para flexibilizar el mercado laboral, reducir gasto público y restringir acceso a ayudas impulsada por el canciller Gerhard Schröder, sentó los pilares de esa recuperación, pero también contribuyó a un aumento de la precariedad laboral, una tendencia que empieza tras la caída del muro de Berlín. Mientras la riqueza se acumula en cada vez menos manos privilegiadas, Alemania también ha visto una polarización de salarios en el mercado laboral donde crecen los empleos mal remunerados. Aquejados por el empobrecimiento del sistema de pensiones, cada vez más jubilados necesitan un empleo parcial para subsistir. Desde el 2010, esa necesidad se ha disparado hasta un 22%. La gran mayoría de ellos también dependen de ayudas del gobierno.

Pero, aunque, como apuntan los índices macroeconómicos, la locomotora europea es cada vez más próspera también es más injusta y polarizada. Según el último informe de la OCDE, el 10% más rico posee el 60% del patrimonio privado mientras que el 40% más pobre no tiene casi nada. Una creciente brecha que convierte a Alemania en uno de los países más desiguales de Europa.” (El Periódico 18/09/2018)

Estos datos explican en parte la forma como el ataque a las conquistas sociales de la clase trabajadora que consiste entre otras cosas el seguro de desempleo, la inversión en el sistema de salud y de educación, representan una salvaje expropiación del salario social para pasar de los bolsillos de los trabajadores a los bolsillos de los accionistas de las grandes empresas.

En 2015, Alemania repartió cerca de 30 923 mil millones de euros a sus accionistas, ocupando el segundo lugar en el ranking europeo, solo por detrás de Francia que en el mismo periodo distribuyó 42 497 mil millones de euros.  Esta medida se hace por medio del Hendreson Global Index, que toma en cuenta las 1200 empresas más importantes por capitalización, es decir que colocan acciones en la bolsa, el sistema especulativo del capitalismo.

Para este año, el mismo índice reporta que “El segundo trimestre es el período más importante para los dividendos europeos, y la región ha visto la los dividendos totales aumentan en 66,4%, es decir, un aumento del 20,1% en términos subyacentes. Francia y Suecia registraron la recuperación más fuerte; Alemania, la Suiza y Noruega se quedaron atrás.

La recuperación de dividendos es mucho más sólida de lo esperado. Janus Henderson ahora planea que los dividendos llegarán a 1390 mil millones de dólares en 2021, hasta en 2,2 puntos porcentuales por informe a la última edición de JHGDI publicado en mayo de 2021; estas noticias los pronósticos son solo más bajos en un 3% hasta el pico registrado antes de la pandemia.  El monto total de dividendos debe ahora aumenta un 10,7% en 2021, que corresponde a un crecimiento subyacente del 8,5%”

La sed de ganancia no se detiene ante nada. Las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos de diferente composición, social demócratas, liberales, ecologistas y otras denominaciones, se pliegan a los designios del gran capital. La reforma del código de trabajo en Francia, Alemania, Bélgica y muchos otros países de la UE van en el mismo sentido: maximizar las ganancias y aumentar las cadencias de explotación de los trabajadores. A la par de esto, los trabajadores jóvenes se encuentran en situación de precariedad laboral para así aumentar el ejército de reserva que representan los desempleados.

La crisis política en Alemania es el reflejo de esta desaceleración de la economía que no logra retomar el ritmo de antes de la crisis provocada por la pandemia.

“El instituto de investigación económica responsable de IFO ha reducido su estimación del crecimiento del PIB alemán en 0,8 puntos hasta el 2,5% en 2021 y ha elevado su estimación para 2022 en 0,8 puntos hasta el 5,1% ". La economía alemana está actualmente dividida. Como industrias de servicios intensivas en contacto recuperarse con fuerza de la crisis del coronavirus, el valor agregado en la fabricación está disminuyendo debido a los cuellos de botella en el suministro de productos intermediarios clave de la industria”, comentó IFO.  Explica que la alta tasa de crecimiento en 2022 se debe en gran parte al bajo nivel de producción de bienes y servicios en 2021. Se espera que Alemania vuelva a una tasa de crecimiento normal en 2023: + 1,5%.” (capital.fr 09/2021)

Como quedó demostrado durante la crisis, lejos de todo el discurso de las élites, los que producen la riqueza son los trabajadores. Durante el confinamiento, los accionistas no pudieron hacer crecer sus inversiones. Los dividendos en muchas industrias, fueron anulados para el año pasado. Esto no es difícil de comprender y por eso la presión  que ejercen y ejercieron los sectores empresariales para aligerar las medidas de salud para permitirles recuperar las inversiones, todo esto a costa de la salud de los miles de trabajadores que perdieron la vida por la contaminación en los sitios de trabajo o bien en los trayectos hacia los mismos.

En Alemania, esta gestión de la crisis que fue durante mucho tiempo puesta como ejemplo en Europa, no fue del total agrado de sectores de la burguesía que o dudaron en movilizar a los sectores más retardatarios de la extrema derecha para cuestionar inclusive la existencia de la pandemia.

Evidentemente muchos de estos dividendos no pasan por la caja del fisco. Como lo han demostrado los Panamá Papers y los Pandora Papers, los millonarios utilizan los sistemas de “optimización fiscal” para esconder sus fortunas en los paraísos fiscales para no pagar ni un céntimo de impuestos. Toda esta sangría que se calcula en miles de millones de euros amplificando todavía más la polarización social y la destrucción del sistema de seguridad social.

Triunfo del SPD: ¿esperanza de cambio para los trabajadores?

Como lo hemos expuesto anteriormente, los partidos socialdemócratas del viejo continente se han transformado en una correa de transmisión del gran capital. Las alas derechas de los mismos han tomado el control y su discurso proclive a las reformas neoliberales ha pasado a la acción en los  países del área. Este es el caso del SPD, del PS francés, sumido en su máxima crisis desde su creación, el PSOE en España, que ha aumentado la edad de la pensión a los 67 años y restringido el acceso a la pre pensión para millares de personas con empleos precarios, sobre todo mujeres; etc. La lista, así como quedó también al descubierto el ex primer ministro laborista Tony Blair y sus maniobras para esconder al fisco una importante suma de dinero por la transacción de la compra de su mansión. En Noruega, el partido Laborista votó favorablemente una ley reaccionaria de inmigración impulsada por el partido del Progreso de la ultra derecha. 

Estos partidos que viven de la renta de la época en los que el movimiento de masas obtuvo muchas de sus conquistas, se deshace en demagógicas promesas electorales que luego abandonan una vez instalados en el gobierno con el pretexto de las concesiones que se hacen a los otros miembros de la coalición gubernamental o bien simplemente porque su programa político va en ese sentido.

Por otro lado, las burocracias sindicales que controlan estas importantes organizaciones son controladas por los partidos en el gobierno o por personajes afines a los mismos y están muy lejos de organizar una resistencia consecuente contra los planes de austeridad y pobreza generalizada.

Urge entonces que la unidad de las bases de los trabajadores y sectores populares se amplíe fuera de las fronteras nacionales y se traduzca en un plan de acción unitario para detener este asalto al nivel de vida de las masas trabajadoras.

Esta es la única salida que tenemos los asalariados para enfrentar al gran capital y sus socios en los partidos del gobierno.

El ejemplo de los obreros que se movilizan contra los cierres de las empresas y los otros sectores que dan la pelea por lograr el mejoramiento de las condiciones de trabajo son muy valiosos y demuestran que la lucha tiene su mérito y sus resultados.


Por Armando Sosa

A principios del mes de mayo, se realizaron las elecciones autonómicas en Madrid. España.  Estas votaciones tomaban un giro bastante particular, debido a varios aspectos, entre los cuales se destacaban la participación como candidato a la presidencia del vicepresidente del gobierno del estado Español, Pablo Iglesias. Iglesias que era también el presidente del partido Podemos, que gobierna en coalición con el PSOE desde hace dos años, se jugaba una carta importante. Esta decisión lo llevó a la postre a renunciar a todas las actividades políticas y abandonar todos sus cargos en el seno de su partido. Esto por supuesto, lo analizaremos luego.

Los resultados

Uno de los puntos más importantes de este resultado, es la debacle del partido reformista de Iglesias. Fundado en 2014, luego de las poderosas movilizaciones que se levantaron en contra de los brutales planes de austeridad impulsadas por el gobierno del PP con Mariano Rajoy a la cabeza. Los diktats de la UE hicieron que el desempleo se disparara, los salarios fueron reducidos en algunos casos a casi la mitad, los desalojos de propietarios de apartamentos y otros bienes se multiplicaron. Dentro de este contexto, los círculos de ciudadanos, trataron de canalizar las aspiraciones de las masas por la vía electoral.

“En la izquierda, Más Madrid mejoró sus resultados de 2019 e incluso adelantó al PSOE, con quien empató en escaños, 24 cada fuerza, pero con más votos que los socialistas. Su cabeza de lista, Ángel Gabilondo, anunció dos días después del proceso electoral que no recogerá su acta. Unidas Podemos también amplió sus asientos en el parlamento regional pero quedó relegado a la última fuerza de la Cámara. Su líder y candidato, Pablo Iglesias, dejó la política tras la debacle del bloque de izquierdas. Vox, por su parte, obtuvo 13 escaños, solo uno más que en 2019.” (El país 8/05/2021)

Este resultado pone a las puertas un acuerdo entre el PP de Díaz Ayuso y Vox, sin embargo, esto no significa que por lo tanto la crisis política pueda extenderse en el periodo de las negociaciones para confirmar una coalición de gobierno autonómico.

Por otro lado, este voto que puede considerarse como un voto de castigo y un referendo luego de la caótica gestión de la crisis por parte del gobierno de coalición PSOE-Podemos.

La pandemia ha puesto de manifiesto en los distintos países la verdadera cara de la política neo liberal, sus consecuencias sobre las condiciones de trabajo y de salud de la población. Los enormes beneficios que han obtenido sectores de burguesía son todo lo opuesto a la gran degradación de las condiciones de vida de la clase trabajadora. Salarios reducidos o desempleo abierto mientras los grandes empresarios distribuyen beneficios a los accionistas parasitarios del sistema productivo.

Este proyecto reformista fue seguido por varias corrientes de la izquierda revolucionaria que se dejó impresionar por los resultados obtenidos por la agrupación. Desde nuestra corriente, no hemos dejado de advertir de los peligros que representa la formula reformista se desprende de la dirección del partido.

Los hechos más candentes de la lucha de clases han permitido trazar las líneas de demarcación con mayor claridad que los discursos retóricos. Uno de ellos ha sido la crisis catalana y el movimiento independentista. En ese momento, el discurso de Iglesias y de la cúpula de Podemos fue en el sentido de respetar el pacto del 78. Ese pacto, le permitió al franquismo y a la burguesía plasmar el plan de transición hacia un régimen democrático burgués sin que la estructura y la infraestructura sufrieran grandes cambios. Esto llevó por ejemplo a acordar un grado mayor de autonomía a los gobiernos autonómicos, pero sin que por ende pudieran sobrepasar la línea roja de la independencia y la configuración del estado español.

En este sentido, los golpes que empezaba a llevarse la política de conciliación de clases de la dirección de Podemos empezó a hacer aguas. En los hechos, al no cuestionar y denunciar el fondo de las medidas represivas desencadenadas por el aparato judicial y militar del gobierno del PP de Mariano Rajoy con el aval del PSOE encabezado por el actual presidente Pedro Sánchez, Podemos quedó en el bando de la reacción. La aplicación del artículo 155 y del encarcelamiento de los Jordis, presos políticos del estado, solo produjeron algunos lacónicos tweets como reacción al atropello a la decisión de las masas de realizar el referendo del 1 de octubre.

Sin embargo, todavía desde el punto de vista político, la agrupación no había tocado fondo en el proyecto reformista.

Luego de una crisis política casi sin parangón desde la caída del franquismo, el PSOE gobernaba en funciones desde diez meses, cuando el gobierno de Rajoy cayó producto de una moción de censura basada sobre los numerosos y escandalosos escándalos de corrupción en el gobierno y el PP.

Las negociaciones que se dieron para la conformación del gobierno, giraron básicamente a los puestos y algunos puntos del programa de gobierno, en el cual Podemos aspiraba la vice presidencia, que fue obtenida, y una serie de puntos a resolverse en el transcurso del gobierno, como la reforma del código de trabajo que todavía no ha logrado plasmarse.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaba con bombos y platillos la entrada en vigencia de las reformas para este año, sin que por lo tanto se modifiquen los nefastos cambios introducidos por el gobierno de Zapatero. En lugar de esto, la ministra anuncia con un discurso ambiguo que deja sin lugar a dudas de la debacle programática del partido.

“ No nos centraremos en la reforma del 2012. Podemos ir al 2012 y no vamos arreglar la situación. Es una reforma que va a suponer una revolución en el empleo. Este país necesita tejer un nuevo contrato social” (La Vanguardia 02/05/2021)

Es claro que lo que menos queda claro es en qué consiste la esencia de este nuevo contrato social y quién va a ser el ganador con todo este andamiaje.

Luego en la misma entrevista todo parece precisarse. El marco de esta reforma va en el sentido de una especie de New Deal a la gringa.

“sigo con muchísima atención las políticas de Biden, y también del secretario de Trabajo estadounidense; me veré con él. Lo más maravilloso de Biden es que ha desplegado sin complejos un programa de estímulos y un programa de actuación social que va a cambiar el paradigma. Y digo sin complejos. Esto es clave. Yo creo, y aquí hablo como Unidas Podemos, si me permiten, el gran reto de civilización en la gran crisis mundial es que tengamos ciertas valentías. Por ejemplo, yo estos días observo el debate interesantísimo en Estados Unidos, con Biden a la cabeza, en materia de ingresos públicos, sin rubor, diciendo lo que he dicho antes: “Mire usted, para tener lo que necesitamos, que es empleo, que es sanidad, que son un montón de cosas, tenemos que tener ingresos públicos, impuestos”, y lo hacen con naturalidad y a la ofensiva, y yo escucho a candidatos en Madrid que nos dicen que ahora no toca. Hay vientos de cambio en la UE y habrá debates interesantísimos sobre qué hacemos con los programas de estabilidad, un montón de cosas.” (ídem)

Esto por supuesto puede tener un efecto en el mejoramiento momentáneo de las condiciones de trabajo de ciertos sectores de la clase trabajadora, siempre y cuando, la CE, la BCE le den el visto bueno al plan, cosa que no está asegurada a pesar de las cuantiosas sumas de dinero que representan el plan de reactivación, unos 140 000 millones de euros. 

Todos los países de la UE deben presentar un plan de asignación de los fondos ante la Comisión, la cual al final dará el visto bueno para la ejecución y desembolso de los fondos.

Una vez más queda claro que las riendas están en manos de la oprobiosa troika que ha dejado en la calle y en el desamparo a casi toda una generación de habitantes del estado español.

El ascenso de Vox

Inexistente hasta hace unos cuantos años, la agrupación fascista liderada por Santiago Abascal ha obtenido una votación récord en las últimas elecciones nacionales y las elecciones autonómicas en Madrid.

Este ascenso de la ultraderecha refleja no solo la polarización social producto de la crisis económica y política en la cual se encuentra sumida España en particular y la UE en su conjunto. Los resultados electorales de los partidos de corte fascista en el seno de la UE no han dejado de aumentar en el último periodo. La política de los partidos de gobierno en varios de los estados que componen la unión, ha hecho enormes concesiones a las alas derechas de la burguesía y de sus propias agrupaciones.

El desmantelamiento de las conquistas sociales por parte de los partidos social demócratas a lo largo de las últimas décadas, ha hecho posible que el desencanto de sectores de la población hacia las agrupaciones que se reivindicaban de izquierda se haya incrementado. Por otra parte, el ascenso de las agrupaciones de corte reformista como Podemos, La Francia Insumisa o el caso más grave de Syriza en Grecia que terminó aplicando a rajatabla el plan de austeridad de la troika, no han terminado de agrupar a los sectores que han salido a luchar bajo un programa revolucionario. El objetivo de todas estas direcciones de estas organizaciones ha sido de canalizar dentro de la institucionalidad burguesa las aspiraciones del movimiento de masas. Todo esto más bien recuerda la vieja socialdemocracia de a principios del siglo pasado.

Como si fuera un reprise de lo que se vio en el siglo pasado, pero con la gran diferencia que en ese entonces el estado obrero de la URSS daba un punto de impulsión a las generaciones de luchadores que aspiraban a la destrucción del capitalismo y la instauración de estados obreros en todos los países de Europa Occidental. Evidentemente este proyecto fue acabado con el control de la burocracia estalinista de todos los partidos comunistas y la ejecución no solo por parte de los servicios de la policía política de la burocracia, sino que también bajo las balas de las hordas fascistas.

La única manera de hacer frente al ascenso de Vox es la construcción de un partido revolucionario, que en unidad de acción con los diferentes sectores que defienden las libertades democráticas puedan movilizar a las masas bajo este eje y por la defensa de las conquistas sociales que las pasadas generaciones legaron.

De otra manera, los discursos encendidos en los hemiciclos del parlamento serán solo palabras que se las llevará el viento y a la postre dejaran el campo para que este tipo de personajes se instalen poco a poco en las instituciones democráticas burguesas para luego dar el zarpazo final e instaurar la dictadura fascista. 


Por Armando Sosa

Después de unas elecciones amañadas que dieron un nuevo mandato al dictador Alexander Lukashenko, las movilizaciones no han dejado de producirse en este país, a lo largo y ancho del territorio.

"Las protestas no tienen precedentes en su escala, ya que la gente en decenas de ciudades, pueblos e incluso aldeas se ha levantado y pide que Tikhanovskaya, quien tuvo que huir al exilio, sea reconocida como la ganadora de las elecciones presidenciales del domingo (9 de agosto NDLR)". www.bbc.com 9/08/2020

De hecho, estas elecciones, la sexta desde la caída de la URRS y de la independencia en 1991, no han sido sorpresivas desde el punto de vista de los resultados. El denominado “último dictador de Europa” se mueve a manera de equilibrista en el plano internacional, donde hace malabares entre el campo del presidente ruso Vladimir Putin, las potencias de la UE y los E.E.U.U.

A lo interno, una férrea dictadura ha impedido hasta entonces la más mínima disensión. Las purgas, desapariciones, torturas de miembros de la oposición han sido la moneda corriente de este régimen.

La caída de la URSS y ascenso de Lukashenko

El joven Alexander Lukashenko logra tomar el poder en 1994, luego de unas elecciones en las cuales la crisis marcada por la salvaje terapia de shock implementada por los restos de la burocracia estalinista para restaurar el capitalismo en los antiguos estados obreros.

El sector neo burgués liderado por Lukashenko, hizo que de nuevo se nacionalizaran sectores importantes de la economía como la banca y la industria, además de reintroducir el salario mínimo y otras series de medidas. Esto no suponía una vuelta atrás en el sentido que la propiedad volvía a ser parte de la colectividad, si no como en otros países capitalistas en los cuales las empresas estatales permiten a sectores de la burguesía enriquecerse a su costa, fraguando en la mayoría de los casos, negocios que les permiten enriquecerse rápidamente y de esta manera acumular capital.

“El modelo económico único ha podido perdurar gracias a varios factores. Para empezar, la ausencia de privatizaciones masivas y el mantenimiento de métodos organizativos heredados de la época soviética que fueron menos ineficientes de lo esperado han preservado a Bielorrusia de la trampa de los oligarcas que aparecieron en otros países de la CEI. A pesar de un proceso de reforma gradual, el estado sigue controlando la economía, ya sea en términos de empleo o propiedad (49,9% de la economía y 65,7% del sistema bancario en 2014 contra 58, 6% y 78% respectivamente en 2009). Contra todas las expectativas, este control no sofocó toda la competitividad (producción de tractores o camiones) e incluso permitió que floreciera un cierto espíritu empresarial (en el sector de las tecnologías de la información en particular). El modelo económico bielorruso, finalmente, también y sobre todo ha podido mantenerse gracias al alquiler ruso pagado a cambio del apoyo leal de Minsk. Bielorrusia se beneficia de los ingresos relacionados con el tránsito de productos energéticos rusos. También ha negociado acuerdos bilaterales que le permiten importar gas y petróleo de Rusia a precios significativamente más bajos que el mercado y se encarga de su transformación o refinación antes de exportarlos a precios internacionales, liberando así un margen importante. »www.vie-publique.fr 30/06/2019

Este modelo tiene sus límites. Desde el punto de vista económico, las crisis del 2008 como la provocada por la pandemia de la Covid19 han hecho mella en el país. Sumado a esto, el conflicto en Ucrania tampoco ha favorecido la estabilidad del régimen.

“Sin embargo, este modelo bielorruso parece estar llegando a sus límites. El deterioro de las relaciones entre Rusia y Bielorrusia desde la anexión de Crimea, que Minsk se niega a reconocer, ha provocado un descenso significativo del comercio entre los dos países (-62,7% entre 2015 y 2016). , luego un cuestionamiento, por parte de Moscú, de la renta energética. Sin embargo, esto representa casi un tercio de los ingresos presupuestarios del estado bielorruso, lo que resulta en un aumento sin precedentes de la deuda, lo que debilita todo el sistema. Así, la deuda externa de Bielorrusia ha caído del 8% del PIB en 2007 al 38% en 2018. Este deterioro de las cuentas públicas ya ha tenido consecuencias sociales: una serie de subvenciones en beneficio de la mayoría los pobres se han reducido (en cuanto al acceso a la vivienda o la educación superior); se ha aumentado la edad de jubilación; Los despidos fueron pronunciados (especialmente en el sector primario, sobre endeudado), debilitando de facto las bases del contrato social bielorruso. idem

La situación geo política hace que el país ocupe un lugar estratégico en concierto de naciones que se encuentran en el límite de la Europa central y el este del continente.

Esto ha provocado que las potencias imperialistas, tanto de la UE como los Estados Unidos hayan adaptado su política exterior en función de esta situación. Lukashenko ha sido un socio indiscutible de Damas, como lo  fue de Bagdad durante la época de Hussein. Como un equilibrista, el régimen dictatorial busca mantenerse a flote utilizando esta situación como moneda de cambio.

De la condena a las negociaciones “adaptadas”

Bielorrusia no forma parte del Consejo de Europa debido a que en el país la pena de muerte sigue vigente. Las condenas del Consejo y de la UE no han impedido que las negociaciones y tratados con el país sigan su curso.

“En el lado europeo, finalmente, el enfoque ultra-normativo promovido por la Estrategia de Seguridad Europea de 2003 parece haber fracasado. Al fijarse el objetivo de promover la resiliencia incluso más que el de la democracia, la Estrategia global de la UE sobre política exterior y de seguridad (2016) es novedosa. Allana el camino para una cooperación nueva y más eficaz de la que Bielorrusia  podría beneficiarse, especialmente a nivel técnico. www.vie-publique.fr 30/06/2019

Por otro lado, la diplomacia francesa por ejemplo, una de las más fuertes del viejo continente, llama a repensar la nomenclatura  de los países del eje oriental, es decir Bielorrusia, Ucrania, Moldavia y Azerbaiyán.

“Estos "estados intermedios" son ni más ni menos los países socios de la política de Asociación Oriental de la UE. El documento propone que ambas partes definan un "nuevo status quo que todas las partes acuerden" . Los tres países "más avanzados" podrían forjar vínculos económicos con la UEE (y viceversa). La UE, Estados Unidos y Rusia se comprometerían, a través de "garantías de seguridad multilaterales", a renunciar a la fuerza contra estos Estados ya cualquier injerencia en sus asuntos internos. En este marco, Rusia se comprometería a "aceptar (y no socavar) las instituciones euro-atlánticas". Con Occidente, podría delinear "incentivos para 'estados intermedios'" adoptando un marco de integración no alineado www.vie-publique.fr 30/06/2019

 Este principio de “realpolitik” traduce el cinismo de las potencias agrupadas en la UE. Por un lado, denuncian, pero por el otro le abren la puerta, aun con ciertas condiciones al régimen dictatorial.

Esto queda más claro con estas declaraciones

“El principal diplomático de la UE, Josep Borell, advirtió que no se debe permitir que Bielorrusia se convierta en una "segunda Ucrania" y dijo que era necesario tratar con Lukashenko, de 65 años, el líder europeo con más años en el poder.”  www.france24.com 23/08/2020

Si bien este escenario en el cual Bielorrusia pueda convertirse en una nueva Ucrania es posible, aunque en menor grado, el principal temor es que la contestación social y política se salga de las manos y se expanda hacia los países limítrofes, incluyendo Rusia.

El gobierno de Putin ha dado un compás de espera para que su aliado logre desarmar la revuelta antes de enviar sus fuerzas represivas para aplacarla.

La movilización no cede

Luego de casi un mes de intensas movilizaciones y de una salvaje represión, las protestas no ceden ni en su cantidad ni en su intensidad. Los métodos de movilización involucran a sectores obreros, estudiantiles y populares. Los dos primeros han decretado la huelga para enfrentar el fraude electoral y pedir la salida del dictador y su régimen. Los estudiantes que empezaban los cursos el primero de septiembre han sido particularmente reprimidos. Los activistas han sido arrestados dentro de los recintos educativos.

Una de las fábricas más importantes del país, MTZ y MZKT que fabrica camiones y tractores se ha declarado también en huelga. Esto ha valido que los dirigentes hayan sufrido también la represión de la dictadura.

“Serguéi Dilevsky y Olga Kovalkova, arrestados a la entrada de la icónica fábrica de tractores de MTZ, en Minsk, según sus colegas, por haber organizado una huelga ilegal, según las autoridades. Dilevsky es también presidente del Comité de huelga de la fábrica.

Su par de otra importante fábrica, la de producción de vehículos pesados MZKT, Alexander Lavrinovich, fue arrestado este domingo por la policía en momentos en que recogía firmas a favor de una nueva interrupción laboral, informaron a la AFP trabajadores de la planta. El copresidente del Comité de huelga de Belaruskali, empresa productora de potasa, Bokun Anatoli, también fue detenido en esta jornada en Soligorsk, ciudad industrial a unos 135 km al sur de Minsk.” www.dw.com 6/09/2020

Cabe señalar que estos dos sectores, la de maquinaria pesada y agroquímicos son los estandartes de las empresas estatales.

Las dirigentes que encabezaron la papeleta electoral de la oposición han sido forzadas al exilio o bien han sido secuestradas como lo ha sido recientemente María Kolésnikova junto con otros miembros de la coordinadora de la oposición  . Cabe señalar que la política de género de Lukashenko se caracteriza por la más amplia misoginia y homofobia. 

Desde el PSOCA estamos del lado de las masas y el movimiento obrero para lograr que las libertades democráticas sean una realidad en este país agobiado por casi tres décadas de férrea dictadura, sin contar el pasado bajo el régimen estalinista.

Sin embargo, también advertimos sobre las trampas que pueden abrirse para llevar este valeroso movimiento hacia una salida que no responda a las aspiraciones de las masas. Estas no solo son de índole político, sino que también responden al deterioro del nivel de vida, ya de por si precario. Como toda burguesía, Lukashenko ha descargado el peso de la crisis sobre la espalda de los trabajadores. 


Por Armando Sosa

Europa se convirtió en el epicentro de la gran pandemia que ha asolado el planeta en los últimos meses.

Los países miembros de la UE, no lograron en un principio ponerse de acuerdo con las medidas a tomar para evitar la propagación del virus, perdiendo un valioso tiempo que a la postre ha costado miles de vidas a lo largo y ancho del continente. Sin decirlo claramente, los gobiernos, salvo algunas excepciones, apostaron por la inmunidad de rebano.

Un repliegue nacionalista tomó el relevo, lejos de los discursos encendidos por la unidad de la zona para enfrentar la pandemia. Este se refleja en un simple hecho. No existen como tal estadística que engloben la UE. Solo existe la adición de los diferentes datos aportados por los estados. Como dice el dicho, lo que no se cuenta no cuenta.

El discurso de algunos responsables de la salud como que esto no era más que “una pequeña gripe” o bien que alentaban como el presidente Macron a ir al teatro y otros eventos masivos, mostraban con elocuencia el cinismo de estos dirigentes que buscaban a todo costo que la producción se mantuviera a toda máquina, con manifiesto desprecio por la vida de los trabajadores. Esto no es de extrañar. Los multimillonarios recortes en los presupuestos de salud, educación, investigación y todos los sectores considerados por el gran capital como superfluos, apuntaban ya a que, en cualquier momento, el sistema podría verse sometido a una implosión.

Al mismo tiempo, mientras los trabajadores de la salud sufrían las consecuencias de los recortes y manifestaban contra estas, los gobiernos de turno en toda la UE otorgaban enormes regalos fiscales a las grandes compañías y a las grandes fortunas mediante la supresión del impuesto sobre la fortuna y otros mecanismos con el pretexto de “lanzar la producción y el crecimiento económico”. Resultado, los trabajadores fueron reprimidos, gaseados y vilipendiados por los partidos en el poder y sus aliados mientras que los grandes capitalistas transferían en toda impunidad los grandes beneficios a los paraísos fiscales.

Confinamiento y desescalada: las cámaras patronales los verdaderos amos de la situación

Conforme la pandemia se expandía en todo el continente y que la mortandad crecía vertiginosamente, las cámaras patronales trataban de mantener a velocidad de crucero las empresas y comercios.  En ciertos sectores, como el automotriz, los obreros se pusieron en huelga para exigir el paro de las actividades en vista de que las condiciones de seguridad sanitaria no estaban garantizadas.

Sin embargo en otros sectores como el turismo, las actividades que pudieron anularse como las vacaciones de carnaval que mueve millones de personas sobre todo a las estaciones de esquí, no lo fueron. Miles fueron a estos centros vacacionales, tomaron aviones y se encargaron de esparcir a diestra y siniestra el virus. Esto no es la responsabilidad de todos estos vacacionistas, ni siquiera el único factor de propagación, pero es una muestra que el sector empresarial del turismo mantuvo a pesar de todo las actividades despreciando las normas más elementales de seguridad en estos casos. Por otro lado, miles de turistas fueron abandonados a su suerte por estos mismos empresarios. Barcos de crucero se transformaron en parias y cementerios flotantes debido entre otros aspectos, a la legislación tan flexible de la que se aprovechan para hacer funcionar estos barcos. Al final no saben a dónde pertenece el barco, la tripulación ni bajo que legislación laboral son sujetos los trabajadores.  Un verdadero acto de piratería moderna consentida por los gobiernos de la UE.

Pero el punto fundamental fue que el peso del confinamiento y de la crisis ha recaído en las espaldas de los trabajadores y del pueblo. Millones de trabajadores fueron lanzados al paro parcial perdiendo como mínimo el 30% de sus ingresos. Toda esta masa de desempleados ha sido cargada sobre la seguridad social existente, sin que los empresarios y sus accionistas hayan aportado prácticamente ni un céntimo. Para colmo de males, son estos mismos capitalistas y los fondos de inversión los que va a ser nuevamente favorecidos con las ayudas de salvamento prometidas por la UE y sus consortes. En ningún momento, se les ha exigido, que para obtener estos recursos deben garantizar el empleo de todos los trabajadores que estaban empleados antes de la crisis.

Sectores como la de la gran distribución aprovechando la crisis han aumentado sus márgenes de ganancia en cerca del 6%. Para los hogares, los costos de alimentación han aumentado en casi el mismo porcentaje. Los que no han podido conservar los ingresos han tenido de recurrir a los bancos alimentarios administrados por organizaciones caritativas. Estos han visto la explosión de la demanda aumentar casi en un 30%. Las filas de hambrientos se suceden en las principales ciudades y capitales del continente. Sin embargo, estos bancos alimentarios no pueden hacer frente al aumento de la demanda. Los stocks prácticamente se funden, revelando otro aspecto: la masa de trabajadores indocumentados que no pueden acceder a las ayudas sociales. Este contingente del que se aprovechan los empresarios de la construcción y de la restauración entre tantos, para sobre explotarlos y someterlos a brutales condiciones de trabajo son los que más resienten la parada de las actividades.

Los diferentes ministerios en los distintos países de la región no han hecho que ser mamparas de los dictados de las cámaras patronales. Al poner la pandemia en evidencia las graves desigualdades de esta sociedad, las medidas no han sido que paliativos para moribundos. Como contrapartida a esta flagrante situación de desigualdad social, las fuerzas policiales se han convertido en el garante del orden burgués. En los barrios y comunas obreras, las bravuras policiales han estado a la orden del día. Golpizas, multas e inclusive asesinatos, todo esto amparado por los poderes especiales votados por los distintos parlamentos. 

El manejo de la crisis sanitaria ha sido catastrófico. Las contradicciones, actos fallidos y otras falencias no dejan de mostrar la ineficacia de estos administradores del estado burgués. No han sido capaces siquiera de garantizar el equipo mínimo de protección para el personal de salud entre otras tantas muestras de mediocridad y cinismo. El testeo masivo fue descartado para focalizarse en otras estrategias como la que no se atreven a admitir públicamente como la de la inmunidad de rebaño. La industria farmacéutica en Europa representa una de las fuentes más grandes de ingresos. No por ende significa que los gobiernos se hayan volcado a exigir a estos gigantes industriales que proporcionen los insumos básicos para el testeo masivo. Han sido incapaces inclusive, por omisión o por clara intencionalidad de dotar a los hogares de adultos mayores estas pruebas y otros equipos que pudieron haber evitado la muerte masiva de la población de estos hogares. En varios de estos países casi la mitad de los fallecimientos se dieron en estas estructuras.

Por otro lado, las cifras gubernamentales no dejan de provocar dudas. El recuento de los casos de contaminación, así como el de las victimas están lejos de reflejar la realidad. Esto básicamente porque los criterios que han seguido son los mismos de antes. Austeridad y opacidad. En países como Bélgica, la comunidad científica ha expresado sus diferencias y critica abiertamente a los organismos oficiales del gobierno por la falta de claridad de las medidas adoptadas, así como del clivaje que se ha producido entre estas y los criterios científicos. En otras palabras, ponen en evidencia el manejo mercantil de la crisis. En España también ya hay voces que se alzan en el mismo sentido, al cuestionar el pobre manejo de las cifras, no con el ánimo de asustar, si no más bien para poder adoptar una estrategia clara y límpida, con rigor científico para abordar la desescalada. Queda en evidencia una vez más la falta de criterios elementales en el manejo de la crisis.

La desescalada ha comenzado en la mayoría de países sin que, de nuevo, una concertación entre los diferentes organismos de salud y otros expertos científicos se hayan pronunciado. La voz cantante ha sido de nuevo la de las cámaras patronales que quieren que la maquina productiva se encienda a toda velocidad, cueste lo que cueste.

Pasando por encima de los criterios de la comunidad científica y orquestando toda una campaña mediática para convencer a la población de adoptar este plan, la desescalada puede convertirse en una nueva trampa mortal para los trabajadores. Es como si les dieran a escoger entre la peste y el cólera. Desempleo o ser sacrificados en el altar del PIB.

La crisis que se viene va ser de enormes proporciones. La caída del PIB según la BCE se aproxima al 8% en un escenario optimista y del 12% en el más pesimista todo dependiendo de cuándo acabara el confinamiento, sea en mayo o en junio. De ahí la premura con que los gobiernos avanzan en las medidas de desescalada.

La salida económica también corresponde a estos criterios nacionalistas. La Comisión Europea propone a través de su presidenta Ursula von der Leyen, un paquete de 750 mil millones de euros de los cuales 500 mil millones no serían recuperables y 250 mil millones corresponderían a préstamos. Esto por cuanto el denominado club del norte, principales acreedores de las deudas de los países del sur de Europa, no han querido que la CE otorgue ayude financieras sin garantías que sean devueltas. En otras palabras, los buitres quieren maximizar las ganancias a costas de la salud y las vidas de los ciudadanos de la Unión. Estos mismos se han opuesto a la mutualización de las deudas por los mismos motivos.

Que los efectos de la pandemia y la crisis los paguen los millonarios y las grandes empresas

Luego de la crisis del 2008, los trabajadores europeos vieron como el dinero público le fue entregado en bandeja a los grandes empresarios y a los bancos con la falsa promesa de que eso salvaría el empleo y relanzaría la producción. Doce años más tarde el panorama es todo lo contrario. Las más elementales conquistas que obtuvo la clase trabajadora a lo largo del siglo pasado ha sido atacada, disminuida o desaparecida. Los trabajadores hemos perdido una buena parte de nuestro poder adquisitivo, acompañada de la privatización de servicios elementales.

La movilización de los trabajadores del continente contra la nueva contra ofensiva patronal debe estar al orden del día en la agenda de las direcciones sindicales. De manera atomizada, algunos hospitales y otros sectores anuncian medidas contra los recortes presupuestarios o bien por las condiciones insalubres de desescalada en sus centros de trabajo. La unidad nacional no es la bandera de la clase obrera. Nuestra bandera es la de la solidaridad de clase que se ha manifestado de múltiples formas a lo largo de esta crisis. Debemos apuntar nuestras armas, la movilización combativa para lograr expropiar el capital que los multimillonarios se han metido en sus bolsillos.

Debemos exigir que se imponga un impuesto al gran capital, no de manera puntual, si no que sea perenne para poder refinanciar los hospitales públicos, poder contar con un fondo para garantizar el pago completo de los salarios de los trabajadores en caso de un rebrote o de una nueva pandemia, cosa que no es de descartar con este sistema capitalista que devora los recursos naturales atentando contra nuestra salud.


Por Nicolas Lebrun

Mientras se escriben estas líneas, la cantidad de muertes por la pandemia del Covid-19 estarán rebasando límites insospechados para países desarrollados. España, Italia y Francia se dirigen a paso acelerado a un desastre de dimensiones apocalípticas.

Y mientras los gobiernos de turno, con lágrimas de cocodrilo,  glorifican al personal hospitalario y de la salud, por otro lado no les dan los recursos ni los equipos necesarios para enfrentar la crisis. En los últimos meses tanto en Bélgica como en Francia, los trabajadores de la salud se movilizaban para exigir mejores condiciones de trabajo, sobre todo ligadas con la falta de equipo y de personal suficiente para hacer funcionar los hospitales públicos. Ante esto, Macron no hizo más que enviar a los CRS a gasear y matraquear a las y los trabajadores, un contingente mayoritariamente conformado por mujeres.

Por otro lado, sectores importantes de la población sufre por las medidas de confinamiento y la disminución de sus salarios de más de 30%. Los empresarios han visto una oportunidad de oro para aplicar medidas de recorte sin que haya una reacción consecuente por parte de los partidos de izquierda y de las organizaciones sindicales. Las notas periodísticas donde algunos trabajadores, fundamentalmente mujeres cabezas de hogar, manifiestan sus dificultades e incertidumbre sobre lo que viven, alertan sobre la catástrofe social que se empieza a vivir cada vez más fuerte en estos países.

Crónica de una tragedia anunciada: la austeridad mata

Cuarenta años de neoliberalismo no son solo aspectos ideológicos como algunos centristas argumentan, son de forma concreta un golpe al conjunto de la clase trabajadora y de las masas populares. 

Esto se traduce de diferentes maneras. Una de ellas es que, en medio de un crecimiento de la población, sobre todo de un envejecimiento de la población del continente, la cantidad de camas disponibles ha venido en baja sostenida durante los últimos 30 años de contra reforma liberal. Como lo resume el economista del banco Belfius Arnaud Dessoy, en su estudio sobre los gastos de la salud, “Con respecto al presupuesto d cuidados médicos, estamos en el hueso” (RTBF 9/10/2019). Esto son los datos para un país que se encuentra en la quinta posición del ranking de Euro Health Consumer.

En los casos de España e Italia, donde el flagelo ha sido mayor, la disminución porcentual ha sido de 30% y 56% respectivamente (cifras tomadas de www.ocde.org). En Francia las cosas no son mejores. Si en ese mismo periodo la disminución representaba 30% solo entre 2003 y 2017, 69 000 camas de hospitalización a tiempo completo fueron suprimidas por los gobiernos de turno. Esto es casi el 15% de disminución. (www.ouest-france.fr 14/11/2019) Ya durante este movimiento, el personal de la salud advertía que en esa condiciones, una epidemia produciría “un recalentamiento del sistema” (ídem)

Estas mismas penurias tienen como origen la contención del gasto en el sector salud. Pese a que estos países pueden dedicar presupuestos enormes, en términos relativos son grandes, pero en los absolutos y en proporción a otros factores siguen la senda del debilitamiento progresivo.

En Bélgica por ejemplo, las “normas” de restricción presupuestaria han hecho que los gastos de salud no crezcan más allá del 1,5% anual, muy por debajo de las necesidades reales en el sector y de la población.

"… la evolución real per cápita de las intervenciones públicas para financiar la atención médica", dice Philippe Defeyt. Una curva que tiene dos vidas, en resumen: desde 1995 hasta la crisis financiera de 2008, tomó el 30%; luego, de 2009 a 2018, los recursos de acción pública disminuyeron antes de comenzar a aumentar ligeramente. "Durante este período, el crecimiento se ha limitado a menos del 1% en total .” (Le Soir, 3/04/2020) En todos los países del área, estos recortes han sido el fruto de las políticas de los gobiernos conservadores (llámense PP, LR u otros) o por los gobiernos socialdemócratas de los partidos “socialistas” que a lo largo de este período y aun antes , se dedicaron a meterle mano a las conquistas sociales arrancadas durante  décadas de lucha . Otro de los componentes de esta mercantilización es el jugoso negocio que han hecho las compañías farmacéuticas. El aumento más importante del conjunto de los gastos en el sector salud corresponde a los gastos por medicamentos. Mientras los demás gastos crecen de manera escalonada, los gastos en productos farmacéuticos proyectan un crecimiento de casi 30% en un país como Bélgica, lo que permite a los hospitales en términos de las políticas de “rentabilidad” exigidas por la norma de la troika, obtener un beneficio monetario a costas de los pacientes y del sistema de salud.  En Italia hace seis años la situación ya pintaba oscura para la población. La mercantilización de la salud se anunciaba como el estandarte de la troika que, con sus normas económicas, empujaban el carro de la privatización. “las restricciones presupuestarias (más de 20 billones de euros desde 2010) están afectando gravemente al sector, lo que lleva a un aumento del gasto de los usuarios, la pérdida de ciertos beneficios y una reducción de la accesibilidad, especialmente para los grupos. vulnerabilidad socioeconómica (reducción de atención especializada y prescripción de medicamentos). Según un estudio reciente, el 21% de los hogares informa una disminución en sus gastos de atención médica, el 10% informa un aplazamiento del tratamiento quirúrgico por razones financieras, el 26% informa una disminución en los gastos en casos de emergencia. En combinación con los efectos de la crisis en sí, las políticas fiscales actuales podrían empeorar los indicadores generales de salud y aumentar las desigualdades en el acceso a la atención y el bienestar. Además, como los líderes argumentan que el servicio nacional de salud ya no es sostenible, las reformas para una mayor "eficiencia" podrían de hecho cubrir mecanismos más radicales de privatización y mercantilización.” (www.maisonsmedicales.org 31/12/2014) En Francia la deuda del sector salud se acerca a los 30 millardos de euros mientras que el déficit llega casi al millardo de euros. Otros de los puntos en los que se basan los ajustes económicos criminales de la Comisión Europea y su comparsa, es la baja en los salarios del personal de la salud. Esto es consecuente cuando se trata de hacer bajar la calidad de los servicios para luego rematar lo que queda a los buitres de los fondos de inversiones que buscan comprar a precio de remate, el jugoso negocio que representaría el sector salud como monopolio privado. En Francia, por ejemplo, los salarios de los enfermeros se encuentran 5% por debajo del salario medio. Otros países donde los salarios son mejores, atraen los trabajadores de la salud de los países donde los salarios son pírricos, que como se dice “desvisten un santo para vestir a otro”

En el conjunto de países de la UE, las quejas de los trabajadores de la salud son las mismas. Falta de equipo, hospitales saturados o a punto de saturación. Como se ha señalado a lo largo del artículo, todo esto había sido advertido por los sindicatos y personal hospitalario. La combinación de todos estos factores hace que el peso de la carga de los cuidados recaiga cada vez más sobre la espalda de los trabajadores. Esto provoca que las incapacidades del personal se encuentren entre las más altas en Francia, lo que representa casi 10 días al año en promedio contra 8 días en el resto. (www.ouest-france.fr)

Todo este panorama explica en buena parte porqué el viejo continente se convirtió en el eje de la pandemia y es donde hasta el momento se registran la mayor cantidad de muertes.

Los miembros del cuerpo de salud se vieron desprovistos de los equipos de protección básicos. Las inversiones o renovaciones de los mismos no se hicieron, demostrando la indefensión del sistema de salud antes una crisis como esta. Francia, por ejemplo, está dotada de una gran reserva de gases lacrimógenos, de granadas y balas de caucho para reprimir a los manifestantes, pero se ha quedado casi sin mascaras FFP2 para el personal de primera línea en los centros de salud y las residencias de personas adultas mayores.

En estos últimos centros de cuido, se han registrado numerosas muertes, sin que a la fecha, en el país galo se hayan contabilizado como causadas por el Covid-19. Sin protección adecuada, los trabajadores y trabajadoras pueden contaminar o ser contaminados por el virus y causar estragos dentro de este sector de alto riesgo. Esta situación es similar en el resto de los demás países, donde los miembros del personal se ven sobrepasados por la situación ante la lentitud e indiferencia de las autoridades.

Estado de emergencia sanitaria: estado policial al servicio de los empresarios

Las medidas de confinamiento fueron imponiéndose poco a poco en la UE y otros países del continente. Sin embargo, al principio, los ministros de salud, presidentes o jefes de gobierno se quedaron impávidos viendo como la epidemia se expandía. Los trabajadores de algunas fábricas y otros centros poco a poco fueron imponiendo por la fuerza la supresión de actividades hasta que no se les garantizara las condiciones mínimas de protección para seguir laborando.

Sin embargo, el cierre de establecimientos tomó otra variante para ser aprovechada por los grandes empresarios para atacar el bolsillo y las conquistas sociales de la clase trabajadora.

En el mundo entero según la OIT, entre 5 y 25 millones de personas serán tocadas por el desempleo por causa del COVID-19. DE esos cerca de la mitad se producirán en los países industrializados. En Noruega, el desempleo pasó de 2,3% a casi 10% en menos de un mes. Suecia, en una semana se comunicaron 14000 preavisos de desempleo, cuando el promedio es de 3000 en un mes. En Bélgica, casi un millón de personas se encuentran en paro temporal, con 30% menos de su salario (puede ser mas según las categorías) (Le Monde 27/03/2020).

Ninguna de estas personas puede asegurar que van a recuperar sus empleos luego de la crisis. Las federaciones patronales lloran ahora para pedir al estado subsidios para, como en la crisis del 2008, llenarse los bolsillos y bajar las condiciones de trabajo, aumentando la flexibilización laboral y bajando los salarios reales. Cabe recordar que los diferentes gobiernos también les han acordado enormes exoneraciones a los empresarios. Macron apenas comenzando su quinquenio decretó la supresión del ISF para gran regocijo de los grandes patrones y empresas del CAC40.  De la misma manera, los bancos privados llenaron sus arcas del dinero de la BCE para su rescate y ahora estrangulan a los trabajadores con sus créditos.

Este panorama no significa que sea una condena para los y las trabajadoras. Es la realidad de las intenciones de los empresarios y sus gobiernos a la cual hay que combatirla por medio de la movilización.

El estado de emergencia sanitaria decretado en países como Francia y Bélgica le otorgan super poderes a los gobiernos. Esta situación ya se ha vivido antes, luego de los atentados terroristas del 2015 y 2016 que se prolongaron en el tiempo y que fueron utilizados sin miramientos por el gobierno de Hollande y de Macron para reprimir a las manifestaciones y movilizaciones. Matraca, gas, granadas y balas de goma en contra de los y las luchadoras. En el caso francés, las medidas de emergencia podrían perennizarse para la gran alegría del gobierno. Esto podría detener las luchas en contra de la reforma de las pensiones que había provocado grandes movilizaciones. Este estado policial que, a punta de multas y desmanes de las fuerzas del orden, tratan de contener el descontento en contra del gobierno que ha sido completamente sumergido por la ola de la epidemia.

La unidad nacional a la que apelan no cala en la población porque con base en la experiencia reciente han visto que el macronismo es un movimiento político de los empresarios y que busca desaparecer con todo lo que pueda de las conquistas sociales existentes.

El reformismo agacha la cabeza

Fuera de los grandes discursos, en los hechos los partidos reformistas se han plegado a los gobiernos, en el clima de unidad nacional.  Si hacemos un recuento, Unidas Podemos es el furgón de cola del PSOE, cuyos gobiernos se han encargado de imponer en el pasado los planes de la troika y que por ende han llevado a esta masacre sanitaria en el país.

“Unidas Podemos presiona para que Sánchez sea el fórceps que mantenga cohesionada una sociedad rota por la crisis anterior. De ahí el patente esfuerzo de los enemigos de una coalición creada a contrapelo de los poderes reales del país por subrayar la pugna de siglas. De ahí, también, la escrupulosidad con la que cada ministro morado atribuye a Sánchez todo avance en las políticas paliativas. Lealtad y responsabilidad de Estado son sus obsesiones.” (La Vanguardia 30/03/2020)

Como bien lo señala este periódico, UP levantará el santo de Sánchez en las migajas que este quiera dar o presentar como gran conquista. Lejos estarán de condenarlo a él y su partido por el manejo irresponsable de la crisis que le ha costado la vida a miles de españoles.

El presupuesto votado es una clara evidencia que la austeridad maquillada sigue su curso. Los reformistas catalanes de ERC lo confirman “En el Pleno, el portavoz presupuestario de ERC se centró en las bondades de la mesa de diálogo inaugurada en La Moncloa como antesala de la afirmación de que "no le gusta ni el techo de gasto ni la senda de déficit", pero lo aprobarán para "dar una oportunidad" a la citada mesa de negociación.” (www.elmundo.es) Un presupuesto que trata de ser complaciente con la criminal “disciplina” fiscal de la UE. Estos últimos no le darán respiro a Sánchez y le exigirán que pase la tijera, como ya lo han hecho notar.

En Francia , Mélenchon a pesar de votar en contra del estado de emergencia sanitaria, borra con el codo lo que escribió con la mano. Pero la parte económica del proyecto de estado de emergencia fue aprobado por la fracción  de LFI. Lejos de ser un olvido o una falta de atención como luego trató de hacerlo ver, es simplemente el reflejo que LFI es un obstáculo para las aspiraciones del movimiento de masas, al tratar de encerrarlo en los palacetes parlamentarios y apartarlo de las calles.  La retahíla melenchonista hace eje en un chovinismo izquierdoso y apunta para que las empresas francesas se relocalicen en el territorio y relancen la producción nacional. Desde esta perspectiva, se hacen una sola piña con el gobierno para lograr la tan reaccionaria “unidad nacional”.

Por la movilización de los trabajadores: por un plan de lucha que asegure la salud de los trabajadores y la acabe con la austeridad

Los trabajadores de los supermercados en Bélgica lanzaron negociaciones con la cámara de patrones del sector. Algunos empleados supermercados descontentos con  las propuestas de la patronal se lanzaron a la huelga. Sin embargo, la burocracia sindical frenó las movilizaciones y pactó las migajas arrojadas por la patronal que se llena los bolsillos en medio de la crisis y la histeria provocada por el pésimo manejo del gobierno. Ellos muestran que es posible salir a pelear y con otra dirección sindical y política lograr mejores condiciones de trabajo.

El después de la crisis no puede quedar en manos de los gobiernos acéfalos que han conducido por la vía del matadero de la austeridad.

Es claro que los trabajadores y los pequeños comercios afectados deben ser indemnizados completamente por la seguridad social. Ha quedado demostrado que dinero hay de sobra, pero éste se ha quedado en pocas manos o se ha destinado para los grandes tagarotes.

Es necesario construir una nueva dirección política que defienda los intereses de los y las trabajadores sin rodeos.

Los responsables de esta mortandad deben ser juzgados sin miramientos. Deben ser despojados de la inmunidad que los protege porque todavía poco antes que estallara la crisis, pregonaban sin empacho todavía más recortes en los servicios de salud para asegurar la “rentabilidad”. Ahora vemos que rentabilidad rima con mortandad.

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