Por Tyscho

La política de la zanahoria y el garrote es: “Una política que ofrece una combinación de recompensas y castigos para inducir comportamiento”. La más conocida expresión gráfica del concepto es la de un burro al que se le coloca una vara larga atada a la cabeza, con una zanahoria colgando al frente del burro y alguien atrás con un garrote, golpeándole mientras este sigue su camino hacia una zanahoria inalcanzable, pero eternamente anhelada.

Lo anteriormente dicho es por excelencia la política que los agentes del neoliberalismo han empleado en toda Latinoamérica desde los años 80s, para llevar adelante sus programas, de quebrar las instituciones públicas de los Estados nacionales, para así “salvarlas milagrosamente” por la iniciativa privada, vista falsamente como la administración eficiente y necesaria en contraposición a la administración pública, torpe e ineficiente; claro, esto promovido por los saboteadores que se harán de jugosas ganancias al vender partes del bien público a la iniciativa privada a precios de remate.

La actual administración de la única universidad pública del país –nuestra USAC– es una suerte de garrotero que busca consolidar la privatización iniciada por las dos administraciones pasadas (Estuardo Gálvez y Carlos Alvarado) siendo el primero padrino directo del actual Rector. En estas líneas ejemplificare por medio de la exposición de las últimas acciones administrativas, que demuestran clarificadoramente el programa privatizador de estos esbirros, que con emblemas, frases y publicidad barata nos timan con la zanahoria que nunca llega, mientras sistemáticamente al garrotazo de la privatización nos despojan de los bienes de todos, de la universidad de todos.

El acoso sistemático a los vendedores formales e informales

Existe un buen número de estudiante que se dedican a negar la realidad guatemalteca desde su burbuja abyección –los que dicen que la universidad no es un mercado, por ejemplo–, para todos los demás no es nada nuevo, saber que Guatemala no tiene la cantidad de puestos de trabajo formales necesarios para los más de 200 mil jóvenes que cada año terminan sus estudios de diversificado, de los cuales solo unos 18 mil podrán alcanzar un trabajo o seguir sus estudios superiores.

Quizá solo para quienes no conocen o se niegan a aceptar la realidad social de los otros, ponerse en los zapatos de los más, esto nuevo; comprender que en Guatemala el mercado laboral no tiene puestos de trabajo formales para la mayoría de los jóvenes que entre los 18 y 35 años se encuentran en la plenitud de su edad laboral. En Guatemala el trabajo formal solo cuenta con el 20% del Producto Interno Bruto (P.I.B) mientras el trabajo informal y las remesas se disputan el 80% restante de la renta nacional. Un país de desempleados, donde los pocos empleados que gozan –cada día menos– de las prestaciones de ley se creen erróneamente burgueses o capitalistas.

Entonces es normal, ver que la gente haga su vida y se rebusque diariamente el alimento, no solo propio sino el de sus familias.  Perseguidos por los policías municipales –cuasi cuerpo parapolicial– que arremete violentamente contra los vendedores informales, golpeándoles y hurtando sus ventas, es aún más razonable que muchos de estos buscaran en la autonomía universitaria un espacio libre del acoso sistemático al derecho al trabajo, para dignificar una vida por lo más difícil de mantener en una realidad adversa como la de la mayoría de los paisanos.

Pero este espacio donde los más han tratado de buscar dignamente el sustento diario, más temprano que tarde será trastornado por las actuales autoridades universitarias, que al ignorar el problema estructural del trabajo en Guatemala buscan ya desde hace dos semanas intimidar tanto a los trabajadores informales que hacen su vida diaria en la USAC, como a los comerciantes formales que desde largo tiempo atrás –algunos durante más de 20 años– poseen los llamados kioskos para la venta de alimentos.

Con dos diferentes garrotes han iniciado su primera arremetida los esbirros de la actual administración; el Reglamento de para la Actividad Comercial efectivamente ilegaliza toda actividad comercial no aprobada por la división para la Actividades Comerciales de la Dirección General Administrativa (DIGA) de la USAC, pero el reglamento se respeta y se aplica en parte por las autoridades, ya que no es a todos los vendedores que usan corredores, plazas y demás áreas públicas dentro del campus, sino solo a los que no pagan el derecho a piso a la DIGA –que va desde los 600 hasta los 2000 quetzales por mes, dependiendo de los mts usados–. Muchos de los vendedores son mantenidos artificialmente en la informalidad por la misma DIGA, que rechaza constantemente las solicitudes de formalización de los vendedores.

Con los vendedores de kioskos la situación parece más irregular; muchos de los negocios son de larga data, reconocidos por el propio estudiante que consume con regularidad alimentos y establece relaciones de afectividad con las y los comerciantes. Dos meses atrás la situación ha cambiado, negocios que han brindado bienes y servicios durante más de dos décadas a la población universitaria, sospechosamente empiezan a salir negativos en las pruebas microbiológicas que con regularidad debe realizar la unidad de salud, para asegurar que la sanidad de los alimentos sea adecuada para el consumo humano. Claro, como todo bajo el sol sancarlista no es contradictorio a las irregularidades que en el Estado suceden diariamente, se les ha notificado últimamente a los vendedores “formales” de sus pruebas negativas, sin las evidencias del caso, así como las practicas irregulares de poner a estudiantes contraviniendo el mismo Reglamento de Actividad Comercial que dispone que deben ser los profesionales a cargo del laboratorio de alimentos de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia los que deben realizar dichos exámenes, remitiendo a la Unidad de Salud los resultados para notificar a los vendedores, con las pruebas del caso, no con la mano de mono propia de la administración universitaria.

Junto a esto el acoso sistemático debido al legitimo accionar de los vendedores que exigen pruebas de los exámenes, así como exigir los derechos que como arrendatario debe brindarles la DIGA al mantener remozados los kioskos y prestar todos los servicios que un arrendatario por ley le debe a sus inquilinos, que incluye agua corriente y potable, energía eléctrica y servicios sanitarios, cosa que no ha cumplido desde la implementación de dicho reglamento. Los primeros que han presentado resistencia al acoso de la DIGA hacia los vendedores han sido los mismos estudiantes que respaldan a los comerciantes, trabajadores y trabajadoras a los que se les compra diversidad de productos, así como bienes de consumo necesarios para el desenvolvimiento de la vida académica diaria.

Detrás de ese creciente acoso se encuentra la sombra del desalojo de vendedores formales e informales, para introducir presumiblemente de manera generalizada cadenas de comida rápida. No es nada raro que empresas como Café Gitane con examanes negativos de sanidad o Pizzería Al Macarone, no padezcan de estos acosos, ni sean amenazados de desalojo ya que lo único que buscan es negociar con las grandes cadenas el ingreso de dinero constantes a la menguada tesorería de la USAC, tan necesitada de dinero para tapar el hoyo de la corrupción, así como el déficit del presupuesto.

 El préstamo millonario con el BANTRAB

Un mes atrás los trabajadores de la universidad de San Carlos se toparon con la noticia que debían apresurar el cierre de sus cuentas bancarias donde se les remite sus pagos en el banco G&T Continental y la apertura apresurada de una en el Banco de los Trabajadores (BANTRAB). Con este movimiento se hacen más fuertes las especulaciones que indican  la administración a falta de coraje de defender la asignación que por ley les corresponde, han optado por solicitar un préstamo millonario al BANTRAB –con las tasas más altas de interés del mercado– para así poder cerrar el año, usando las cuentas monetarias de los trabajadores, los bienes y activos de la USAC como garantía de pago, de un pago que no será saldado en esta administración, sino cargados sobre los costos de las generaciones venideras.

Así es que, por medio de la organización de actividades deportivas, como la carrera que el sábado pasado se celebró en la USAC, donde a los primeros 1000 participantes se les facilito su camiseta deportiva del BANTRAB, obligando en muchos casos a los mismos trabajadores de la USAC a correr, como es ya tradición en las carreras organizadas por la municipalidad de Guatemala.

Una carrera no tapara la huelga que el lunes 8 de octubre protagonizaron los trabajadores de la división de servicios de la USAC, al conocer que la administración cancelo el pago de la recolección de basura del campus central que era contratado a una empresa externa, dicha acción entra en el antipopular plan de ajuste de la USAC para cargar sobre los trabajadores, los estudiantes y los docentes el costo de administraciones corruptas pasadas, así como la incapacidad de la actual administración de exigir el presupuesto que nos corresponde.

Un plan de lucha que en unidad venza la privatización

El plan de ajuste de la neoliberal administración de Murphy Paiz es un programa holístico de golpear los bolsillos de estudiantes, trabajadores y docentes no presupuestados. Tanto los trabajadores informales como los formales deben luchar en unidad para exigir por medio de sus organizaciones una solución integral al problema de la informalidad dentro de nuestra universidad, así como el cumplimiento de las obligaciones que la administración tiene para ellos.

El ajuste que la administración que ya ha iniciado a cargar sobre estudiantes, trabajadores y docentes debe combatirse en unidad, querremos todo el presupuesto que por ley le corresponde a la USAC, así como su incremento derivado del crecimiento de la población universitaria y el coste de los servicios. Querremos trasparencia en el gasto y cero de la corrupción administrativa que mengua las cuentas de nuestra universidad. Si las autoridades desean ajustar los gastos de la universidad, que inicien por bajarse sus jugosos salarios. La unidad de los trabajadores, los vendedores, los estudiantes y los docentes es necesaria para detener la privatización de la educación pública reanudada por la actual administración.

Por Hercilia Cáceres

Desde que Murphy Olimpo Paiz, asumió como Rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala, el 28 de junio del presente año, su administración ha realizado un gran número de acciones que cada vez dejan más en claro su política de tipo neoliberal, que sin duda alguna muestra su interés por la privatización de esta casa de estudios. La USAC a pesar de ser la única universidad pública del país, desde inicios de este siglo, administraciones de turno se han encargado de reducir el número de estudiantes que ingresan como una medida para el problema de sobrepoblación universitaria, al que no le buscan soluciones concretas sino al contrario, se dedican a parchar las problemáticas para evitar un colapso cada vez más cercano. En esta ocasión, la administración de Paiz no se queda atrás con resoluciones que afectan principalmente a los aspirantes provenientes de instituciones públicas o de instituciones privadas de los mal llamados “colegios de garaje”, quiénes lejos de ofrecer educación media de calidad se dedican a lucrar con los intentos de superación académica.

Las dificultades

El proceso de ingreso a esta universidad inicia por la prueba de orientación vocacional que tiene un costo de Q.50.00, al menos en el Campus Central. Posteriormente los aspirantes se someten a Pruebas de Conocimientos Básicos -PCB- que según el Sistema de Ubicación y Nivelación -SUN-: “son pruebas que miden el grado en que los aspirantes conocen, dominan y relacionan conocimientos en las áreas de Biología, Física, Lenguaje, Matemática y Química”, dependiendo de los requerimientos de la unidad académica a la que se aspira. Luego de ser aprobadas las PCB, las personas deben realizarse Pruebas específicas, estas son: “los instrumentos que miden exclusivamente conocimientos, aptitudes, habilidades y/o destrezas específicas, requeridas por cada Facultad, escuela o centros regionales, de acuerdo con los perfiles de las carreras”.

Cabe mencionar que son miles las personas que cada año se someten tanto a las PCB como a las pruebas específicas y son reprobadas en las cuatro oportunidades que la USAC brinda. Al reprobar las pruebas el SUN presenta una “alternativa” para no someterse nuevamente a las pruebas: el Programa Académico Preparatorio -PAP-, en el que por medio de cursos a lo largo de 10 meses brindan el contenido de las PCB y las pruebas específicas para la facultad de ingeniería. Pero claro, el PAP no es gratis, tiene un costo de Q.350.00 independiente de la cantidad de cursos que sean asignados a lo largo del ciclo lectivo. 

Guatemala es un país en el que menos del 2% de la población tiene acceso a la educación superior, a esto se le suman los filtros ya comentados y ahora la crisis presupuestaria a la que se enfrenta la USAC, buscan medidas desesperadas por conseguir fondos que les permitan evitar el colapso financiero.  Entre los intentos del Consejo Superior Universitario -CSU- se encuentra el aumento del examen de orientación vocacional de Q.50.00 a 100.00 y del PAP de Q.350.00 (de uno o más cursos durante todo el año) a Q.1000.00 anuales por cada curso. Asimismo, el PAP que dice ser un programa autofinanciable cuenta con un buen número de irregularidades, debido a que se desconoce el origen de los fondos ejecutados.

Muchos estudiantes se han mostrado a favor de estas políticas, lo que resulta preocupante, ya que cada vez ingresan menos personas con conciencia social. Existen muchas personas que para ingresar pueden pagar elevados costos o más, pero al mismo tiempo existe un sector que sacrifica incluso una semana de alimentos para poder aspirar a un mejor futuro. Conversaciones con asesores vocacionales del sector público aseguran que un buen número de estudiantes próximos a graduarse del nivel medio, no cuentan con los medios para pagar la cuota de Q.50.00 y por ello no ingresan a la universidad, quedando como el porcentaje de jóvenes que ofrecen mano de obra barata o como una cifra más de desempleados.

Además de lo anterior, otra medida que se busca implementar es el aumento de la matrícula estudiantil de Q.91.00 anuales a una mensualidad de Q.50.00 desde los consejeros del CSU, quiénes han asegurado que la población estudiantil es “privilegiada” y por lo tanto tiene que prevalecer únicamente el sector con la economía necesaria para sufragar los gastos. De la misma manera, han calificado de “borrachos” a los estudiantes universitario, razón por la que asumen que cuentan con los medios necesarios para realizar estos aumentos, insultado la dignidad de los estudiantes y familias que con mucho sacrificio buscan la manera de culminar sus estudios superiores.

¿En realidad existen políticas de austeridad?

Lamentablemente Paiz busca cegar la realidad y maquillar la universidad como un centro de convivencia y amor llena de actividades como la carrera universitaria, un gran número de voluntarios y otras que requieren de grandes inversiones que no salen del bolsillo del señor rector. También existe la realización de compras innecesarias que se pueden verificar en el portal Guatecompras, demostrando que quieren tapar el sol con un dedo y hacer de memoria corta ante los problemas que orientan a la universidad hacia la una salida sin fondo.

Ante estas problemáticas que presentan políticas claves de privatización y exclusión de la educación superior, venimos repitiendo la exigencia del 5% del presupuesto nacional, a la que el rector se ha visto tibio debido a sus intereses por mantener vínculos con el gobierno de turno. Al mismo tiempo exigir un 100 % de transparencia porque la USAC no es una bola de cristal en la que no sucede nada, existe una cantidad impresionante de casos de corrupción como las escuelas de vacaciones, plazas fantasmas, entre otros. Por eso, realizamos un llamado a los diferentes sectores universitarios a que realicen las denuncias pertinentes, se unan en la lucha y no se deje el futuro de la educación superior en manos de los asesinos del intelecto del pueblo guatemalteco.   


Por Hercilia Cáceres

Luego de más de 17 años, el jueves 6 de septiembre de 2018 se realizó la primera asamblea general de estudiantes convocada por la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) “Oliverio Castañeda de León”, debido a presiones desde el sector estudiantil en relación con la coyuntura nacional causada por el gobierno de Jimmy Morales. La asamblea representaba un gran reto para el sector estudiantil porque después de casi 2 décadas sin tradición de lucha, ni organización, la apatía era uno de los mayores desafíos que se debían romper y a pesar de los esfuerzos de convocatoria, la presencia estudiantil fue satisfactoria más no masiva.

Las asambleas generales

Se realizaron dos asambleas, una para la jornada matutina a las 12:00 PM y otra las 5:00 PM para la jornada vespertina y nocturna. En la matutina, según datos de la AEU, se alcanzó la presencia de más de 600 personas, esta cifra fue duplicada en la tarde/noche. La asamblea necesitaba escuchar las voces silenciadas, pero en un inicio la metodología propuesta las limitaba, ya que el sector estudiantil fue organizado por unidades académicas, y debía ser una persona la vocera que expresaría el sentir de todo el bloque. Vale la pena recalcar que esa metodología no era completamente representativa, ya que estudiantes de distintas jornadas académicas se hicieron presentes fuera de sus unidades, pero no expresaron sus demandas porque era individuos, no bloques; pero era evidente la necesidad de expresarse y las asambleas se salieron de la línea indicada haciendo uso de la palabra sin orden establecido ¿Cómo limitar el pensar de los estudiantes después de tanto no expresarse fuera de sus unidades académicas?

El descontento era claro, el sector estudiantil estaba molesto y no solo contra el gobierno del país, sino también contra las autoridades del Consejo Superior Universitario (CSU), exigiendo posturas claras, no tibias, ni mucho menos que actuaran servilmente ante las manipulaciones desde el legislativo en contra de las movilizaciones universitarias a cambio de la ampliación presupuestaria que por ley le corresponde a la USAC. Así que un grupo de estudiantes asaltó los techos de la rectoría y quitó una manta de muchos metros de altura de la campaña publicitaria del actual rector Murphy Paiz con la frase: Yo amo la USAC, la  lanzaron desde lo alto, entre aplausos y gritos de victoria; algunos policías intentaron tomarla, pero otro grupo de estudiantes no lo permitió, se plantaron de fuerza mientras la arrebataron siendo una simbólica acción en contra de la tibieza del rector.

Las demandas eran claras, no más comunicados ni manifestaciones desgastantes en la Plaza Central de la ciudad, organizar de primera mano a la comunidad universitaria y después buscar la organización con los diferentes sectores del pueblo guatemalteco. Las principales propuestas fueron: el paro nacional, toma del edificio de rectoría para exigir una sesión extraordinaria, una toma en el Congreso de la República y evitar la aprobación de la ley 5300, además de declararse en asamblea permanente. Otras de las exigencias de los estudiantes radicaron en exigir acciones de hecho a la AEU y respaldarlas cuando fuera necesario, asambleas en las otras jornadas estudiantiles (no se realizaron asambleas generales en el plan sabatino, ni dominical), toma de la universidad y un paro activo de toda la comunidad universitaria, pero ninguna de estas últimas fue tomada en cuenta.

Los estudiantes presionan al CSU

Durante la asamblea del medio día, una representante estudiantil del CSU, pidió apoyo para realizar una toma en rectoría y exigir una sesión extraordinaria en ese preciso momento, ya que el día viernes existía una convocatoria pero se corría el riesgo de que los cobardes representantes del Consejo cambiaran de lugar la sesión. Entre debates, se acordó respetar esa propuesta pero en los hechos fue un sector reducido el que siguió a la representante. Muy similar fue la dinámica durante la tarde/noche, acordándose ocho puntos principales.

Al día siguiente la reunión del CSU estaba programada a las 3:00 PM en la ciudad universitaria, pero como ya había sido previsto, la cobardía del rector y demás representantes, hizo que cambiaran de lugar la sesión que iba a ser realizada en las afueras de la USAC y más tarde fue cambiada nuevamente para realizarse en La Estancia (restaurante sumamente costoso, ubicado en un centro comercial). Los estudiantes presentes en un plantón en el edificio de rectoría se manifestaron en contra, junto con más estudiantes pendientes desde otros lugares, cuando se tomó la iniciativa de manifestarse en las afueras de dicho restaurante. Cuando se llegó a La Estancia, la AEU en compañía de otras agrupaciones se plantaron y gritaron consignas, después ingresaron a exponer su solicitud, pero no se veía avance en la aprobación de las exigencias, por lo que a eso de las 7:00 de la noche ingresaron sin autorización, para replantear el descaro de sesionar fuera de la Universidad, además de hacer presentes las demandadas estudiantiles.

Mientras todo esto sucedía fuera de la USAC, dentro de ella un grupo de estudiantes molestos decidió tomar el edificio de Rectoría para que los consejeros aprobaran las demandas antes mencionadas. La acción se realizó, en su mayoría por estudiantes de la Escuela de Historia, quiénes esperaban respuestas claras y tomar decisiones relacionadas con el edificio, pero en la reunión celebrada corrían rumores de que estudiantes destruían las instalaciones de la rectoría, con la intención de criminalizar al sector estudiantil. Más tarde dos personas, aparentemente trabajadores del rector llegaron a su oficina a retirar 2 bolsas llenas con documentos, levantando sospechas en el numeroso grupo de estudiantes, así que detuvieron a estos dos trabajadores para que rindieran cuentas de los documentos, pero no fue así, de esa manera se dio un enfrentamiento por medio de exigencias a los presuntos responsables de irregularidades, quienes se asustaron por el descontento generado. Cuando enviaron información de las demandas aceptadas se decidió dejar libre la Rectoría.

Las protestas frente al Congreso logran suspender la sesión plenaria

El martes 11 de septiembre estaría por realizarse la tercera lectura de la ley 5300 en el Congreso de la República; recordando que en la pasada Asamblea general quedó como punto realizar una toma alrededor de dicho recinto para impedir el ingreso de los diputados asociados al “Pacto de Golpistas”, el lunes se llevó a cabo una velada artística, convocada por la AEU en el Museo de la Universidad de San Carlos (MUSAC), ubicado frente al Congreso, que inspiraba la democracia y la paz. Dicha actividad tenía como fin último preparar la toma de una calle pacíficamente frente al congreso y de esa manera iniciar el plantón por la democracia y la paz, sin fines de alterar el orden público. Cabe mencionar que a dicha convocatoria asistió un reducido número de estudiantes, pero los suficientes para llevar a flote la actividad indicada.

Por la mañana del martes, las personas que mantuvieron su descanso en el MUSAC se toparon con una fila de policías que protegían el Congreso, por lo que se realizó el llamado para acuerpar la toma de la calle a los estudiantes universitarios y población en general; debido al reducido número no se logró impedir el ingreso de algunos diputados a tempranas horas. Más tarde, aún durante la mañana se hizo presente un grupo más grande de estudiantes, que rodearon las dos entradas que posee el edificio del organismo legislativo, gritando consignas. La sesión extraordinaria del congreso que discutiría la iniciativa de ley 5300 estaba programada para las 2:00 PM, pero por la mañana asistió el ministro de salud a una reunión dentro del Congreso.

A la salida del ministro mencionado, en horas del mediodía, un grupo de estudiantes se manifestó e inició su persecución hasta que éste tuvo que resguardarse dentro de un comercio de zapatos, siendo inmediatamente resguardado por un buen número de policías. Estuvo dentro por algunos minutos mientras decenas de manifestantes rodeaban las afueras de la zapatería, gritando enfurecidos y exigiendo su salida, además de exigir a la fuerza policial que dejaran de resguardar a un asesino de cientos de enfermos en hospitales públicos y centros de salud. Dentro de la zapatería, el ministró expresó frente a los medios de comunicación su temor a la población enfurecida, pero momentos más tarde salió a la sombra de los insultos y se marchó velozmente en su automóvil blindado.

Por la tarde se hizo conocimiento de la suspensión de la sesión por los diputados (esta sería programada para el día siguiente), por lo que inmediatamente la mayoría de los estudiantes, que no superaba las expectativas de la convocatoria desde el inicio, se retiró, dejando a un reducido grupo de personas que esperaban la salida de los diputados aún dentro del Congreso. A la salida de los diputados se realizó un cordón con 2 filas de policías; algunas de las agentes expresaron al jefe policial su descontento en tener que proteger a los diputados, pero acataron la orden de protegerlos. El cordón se rompió gracias a la rabia que sentían los manifestantes que despidieron bajo insultos a los personajes de la corrupción. Por la tarde, esta manifestación fue suspendida por un grupo conocido como “la batucada del pueblo”, conocido por ser un agente desmovilizador del descontento social, que se esconden bajo un traje de consignas que no trasciende en acciones que incidan verdaderamente ante el régimen.

Los estudiantes marchan junto al movimiento campesino

Después, el miércoles 13 estaba programada una movilización por parte del Comité de Desarrollo Campesino CODECA, que sería respaldado por la Asociación de Estudiantes Universitarios, que pretendió ser intimidado por un gran despliegue policial y militar en los alrededores de los lugares donde pasaría la marcha. Mientras, el CSU realizaba una sesión ordinaria con sus representantes en el Campus Central, que se vio interrumpida por un grupo de encapuchados denominados “Organización de Huelga de Dolores”, integrada por un grupo de choque con tácticas paramilitares que buscan reprimir acciones de verdaderos estudiantes. Se presume que el rector Murphy Paiz, tenía conocimiento de esta actuación ya que el día anterior envío un audio a los consejeros informando el posible atraco, recordando que Paiz ha sido un personaje que se posiciona favor de estos grupos. El grupo de encapuchados llevó al Consejo, un mediocre documento en el que “exigen” llamar Non Gratos a Jimmy Morales y el vicepresidente, exrector Jafeth Cabrera.

Más tarde, se acercó un grupo de estudiantes de Agronomía a tomar la sala de sesiones del CSU, sin conocer con claridad sus demandas; lo que evidencia una fractura en el movimiento estudiantil, debido a que la AEU se encontraba acompañando la marcha de CODECA y este grupo en acciones distintas. Esa fractura solo demuestra una inmadurez política en busca del protagonismo mediático, alejada de un interés en conjunto. De la misma manera, el estudiantado ve de manera inestable la posición de los dirigentes estudiantiles que no presentan una postura concisa y digna de ser la consigna de lucha de todo el sector estudiantil.

La manifestación del 20 de septiembre

En 2017, se realizó un "paro nacional" el 20 de septiembre, convocado desde la AEU y el exrector Carlos Alvarado Cerezo, que hizo que un gran porcentaje de la comunidad universitaria saliera desde el campus hasta la Plaza Central, manifestando contra el presidente Jimmy Morales. Este año, ante la expectativa de los diferentes sectores sociales, la AEU convocó una marcha con la consigna de un "Preparo". En la movilización se observó que el número de asistentes de la USAC se redujo considerablemente con respecto a la de 2017, pero se sumaron múltiples organizaciones sociales y otras universidades privadas, repudiando la actual crisis política por la que atraviesa el país. Los sancarlistas, además de exigir la renuncia del binomio presidencial, también gritaron consignas exigiendo el 5% del presupuesto nacional. En esta movilización se hizo presente el CSU gracias a las presiones estudiantiles, repudiando la corrupción cuando todos saben que la mayoría de estos son cómplices de las irregularidades financieras dentro de la USAC.

Luego se recorrer un gran número de kilómetros, se llegó a la Plaza Central, en dónde estaba una tarima con un gran número de personas gritando consignas y expresándose por medio de discursos. Entre los personajes que dieron su discurso se encontraba Murphy Paiz, que fue recibido con abucheos por los asistentes, ya que en múltiples ocasiones se le vincula a casos de corrupción. Movilizaciones como esta dan una esperanza a muchos estudiantes, pero no convencen a otro buen número políticamente más atrasado que no las consideran como acciones que en realidad cambien algo. El hecho de que la Asociación de Ingeniería, junto al Comité de Huelga de esa facultad, marchara por separado, arribando a la plaza al menos media hora antes que el grueso de la manifestación, muestra las varias caras que hay dentro de la universidad. Se debe trabajar para que el gobierno estudiantil dirija el movimiento también hacia acciones reivindicativas que atraigan a los sectores menos politizados, les anime a organizarse y se identifiquen con los más despiertos y conscientes, para lograr un movimiento estudiantil fuerte y unido.


Por Armando Tezucun

El domingo 16 de septiembre la Corte de Constitucionalidad (CC) emitió, por unanimidad, un amparo provisional que permitirá el retorno al país del jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez. Esto deja sin efecto la resolución del 4 de septiembre, en que el presidente Jimmy Morales, a instancias del Consejo de Seguridad, decidió impedir el ingreso al país de Velásquez, quien se encuentra en Washington en viaje de trabajo.

El gobierno desacata a la CC

Como era de esperarse, el gobierno desconoció la decisión de la CC. En conferencia de prensa, el ministro de Gobernación Enrique Degenhart, la ministra de Relaciones Exteriores Sandra Jovel y el Procurador General de la Nación José Luis Donado, reiteraron que no se permitirá el ingreso del comisionado Velásquez al país, expresando su propia interpretación de la resolución de los magistrados, y del convenio firmado entre el Estado de Guatemala y la Organización de Naciones Unidas (ONU) en cuanto a la conformación de la CICIG y el nombramiento de su jefe. El ministro Degenhart dijo: “El ciudadano colombiano, Iván Velásquez Gómez no ingresará al país…Se permitirá el ingreso del comisionado que sea electo, luego de un proceso de negociación armonioso entre las partes y se resuelva las controversias” (El Periódico 18/09/18). El gobierno de Jimmy Morales llegó al extremo de, según anunció la ministra Jovel, enviar una nota a la ONU para que en un plazo de 48 horas envíe un listado de cuatro candidatos  para nombrar un nuevo comisionado o comisionada, a quien sí se permitirá ingresar a Guatemala; la nota fue amenazante, pues solicita al Secretario General de la ONU que “cumpla con su función de facilitador en la resolución de los requerimientos de los Estados miembros, caso contrario le atribuirá la responsabilidad de cualquier consecuencia que surja de la falta de la designación de una  nueva comisionada o comisionado, en los términos y plazos que se han solicitado” (La Hora 17/09/18).

Respondiendo a una solicitud de aclaración, el 18 de septiembre la CC confirmó que el jefe de la CICIG, Iván Velásquez puede ingresar al país; la corte ordenó al “presidente de la República Jimmy Morales, el ministro de Gobernación Enrique Degenhart, funcionarios de la Policía Nacional Civil (PNC) y de Migración, abstenerse de emitir u obedecer órdenes que impidan el ingreso a territorio nacional al jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).” (El Periódico 19/09/18). En otra parte de la declaración se menciona específicamente el nombre de Velásquez.

Por otro lado, en respuesta a la carta conminatoria de la canciller Sandra Jovel, la ONU confirmó a Velásquez como jefe de la CICIG. La respuesta dice “El Secretario General –António Guterres- no ve ningún motivo para cambiar su posición actual de apoyo al Comisionado Iván Velásquez…La CICIG ha sido considerada ampliamente exitosa en su apoyo a los esfuerzos nacionales para combatir la impunidad y fortalecer las instituciones nacionales encargadas de investigar y enjuiciar crímenes dentro de su mandato” (El Periódico 19/09/18). El gobierno de Jimmy Morales avanza lentamente hacia una ruptura del orden constitucional, siguiendo los pasos del Jorge Serrano Elías en 1993, al desafiar las decisiones de la CC interpretándolas a su manera. Al recibir la notificación de la última aclaración de la CC, respondió, una nota breve, ambiguamente que "…hará uso de las facultades y recursos que la ley otorga para defender la Constitución", y  la vez insta al Secretario General Guterres a encontrar una solución por medio del diálogo (Prensa Libre 22/09/18).

Los grupos de poder detrás del gobierno de Morales

Morales y su partido, el Frente de Convergencia Nacional-Nación (FCN-Nación), después de las elecciones de 2015, se han inclinado hacia los intereses de uno de los tres grandes grupos de poder que controlan las riquezas y la política en Guatemala. Este es el bloque de militares que desde 1954 fueron acumulando recursos y la supremacía política, primero a través de los gobiernos militares que aplicaron las políticas criminales de contrainsurgencia, y después de la firma de los acuerdos de paz, a través de grupos situados en la sombra, de militares retirados que se enriquecen a través de toda suerte de negocios lícitos e ilícitos, y del tráfico de influencias en el aparato estatal. Jimmy Morales y el FCN, terminaron aliándose a estos grupos militares, e incorporando a su bancada en el Congreso a diputados sobrevivientes de los partidos vinculados al defenestrado gobierno de Pérez Molina. La tenaz oposición de Morales y sus diputados aliados a la CICIG y a Velásquez no significa otra cosa que la defensa obstinada de una forma corrupta de hacer gobierno y de manejar los recursos del Estado.

¿Hacia una solución negociada?

Los intereses y las fuerzas en 2018 no son los mismos que en 2015 condujeron a la defenestración de Pérez Molina y su gobierno. Después de dos años de desaceleración de la economía, los diferentes grupos de la oligarquía tradicional no están dispuestos a adversar al gobierno y a los grupos de exmilitares corruptos detrás de él, sobre todo después de que empresarios de sus propias filas han resultado involucrados en actos de corrupción y de financiamiento electoral ilícito. El director ejecutivo de la Cámara de Industria de Guatemala, Javier Zepeda, al referirse al desacato del gobierno al fallo de la CC del 16 de septiembre, dijo “Ellos tendrán sus razones, nosotros no nos hemos metido a analizar profundamente, lo que menos queremos es que sea una confrontación entre dos bandos, entre situaciones o entre personas, es lo peor que le podría pasar al país. Aquí nosotros necesitamos generar condiciones para sacar al país adelante en un momento que de verdad lo necesita” (La Hora 19/09/18).

Por el lado de los Estados Unidos y la ONU, lo que se está perfilando es una salida negociada al conflicto gobierno-CICIG. A instancia de senadores y congresistas estadounidenses, la propuesta, que fue aceptada por el Secretario Guterres, es que se cree la figura de un comisionado, que asuma en ausencia del titular de la CICIG, y que se cree también un sistema de control y transparencia para los fondos recibidos por la CICIG de parte de los países donantes. El Secretario de Estado Mike Pompeo ya hizo esta sugerencia vía telefónica al presidente Morales.

El 20 de septiembre Guterres reconoció que hay un interés de la ONU en negociar con el gobierno “Esperamos que en consultas con el Gobierno sea posible encontrar un asunto para coordinar la acción a lo interior del país y, naturalmente, en el contexto de los contactos regulares con Guatemala, hay una negociación prevista en el tratado, es lo mismo. Estamos interesados en proseguir esa negociación visando el perfeccionamiento de la acción de la comisión" (Prensa Libre 21/09/18).

Como vemos, hay fuerzas que están procurando salvar al régimen negociando y llegando a acuerdos con el gobierno de Jimmy Morales, aun cuando éste ha dado muestras de endurecer las medidas represivas, asesinando líderes indígenas y campesinos, y reforzando los controles de la policía y el ejército en las ciudades.

Un plan de acción para las movilizaciones populares

Por otro lado, la ausencia de las capas medias urbanas acomodadas en las protestas, reflejo de la actitud conciliadora del empresariado, ha conducido a que las organizaciones populares asuman la dirección de las movilizaciones. Las multitudinarias marchas y protestas del 20 de septiembre, en al menos siete departamentos del país, han sido ejemplo de unidad en la acción de los grupos campesinos, indígenas, sindicales, estudiantiles, de mujeres, jóvenes, de la diversidad sexual, etc. Al llegar la marcha de cerca de 15 mil personas a la Plaza Central de la capital, oradores pasaron a la tribuna a denunciar al gobierno, contrario a las concentraciones de 2015, donde las capas medias explícitamente se negaban a que hubiera discursos.

Pero todavía falta claridad política en el movimiento popular. Las posturas que se limitan a defender a la CICIG y a Iván Velásquez, que opinan que el principal problema en Guatemala es la corrupción, que defienden el orden constitucional y el Estado de Derecho contra el desacato del gobierno a las decisiones de la CC, se limitan a defender el régimen político, exigiendo la salida de Morales y sus funcionarios sin exigir cambios de fondo que beneficien a los oprimidos y explotados.

En primer lugar, debemos defender, no el andamiaje legal del Estado burgués, con la CC a la cabeza, ni la legalidad dentro de los cánones actuales de la constitución. Esos son puros formalismos que durante décadas han servido para garantizar la explotación de las riquezas y los recursos del país de parte de las oligarquías que controlan el poder. Debemos defender las libertades democráticas que están siendo amenazadas por el gobierno de Jimmy Morales; para las clases populares la ruptura del orden constitucional significa eso: un ataque a la libertad de organización, de expresión, de manifestación, de circulación, de sindicalización, etc.

Por otro lado, debemos actuar con un plan unitario de acción, que parta de que el principal problema en Guatemala no es la corrupción, sino las estructuras de opresión y explotación que han perdurado por décadas; que la verdadera democracia solo la alcanzaremos cuando los campesinos, indígenas, trabajadores, jóvenes, mujeres, etc., tengamos pleno acceso a servicios de salud y de educación de calidad, a servicios de vivienda, a empleo decente, a salarios dignos, al respeto de los derechos ancestrales de los pueblos, etc. Hacia estos planteamientos debemos orientar nuestras luchas.

 

El juicio por genocidio contra el general retirado José Efraín Ríos Montt –fallecido el 1 de abril de 2018- reactivó una diversidad de redes conectadas a estructuras de poder legales e ilegales. Con el tiempo, su transformación en una suerte de telaraña o macrored evidenció la multiplicidad de intereses económicos, políticos, religiosos y sus conexiones con poderes ocultos concatenados para lograr objetivos comunes.

Le caracteriza a estas redes la pervivencia por el control del Estado, de los negocios contractuales con las instituciones gubernamentales, mantener la corrupción y su andamiaje como una forma de acumulación de capital y control del aparato estatal en todas sus formas, su poderosa incidencia en la formulación, aprobación y ejecución de marcos legales, la penetración de una ideología de mercado y fundamentos ultraconservadores religiosos.

Estas redes jugaron un papel central en el financiamiento de la guerra contrainsurgente. Contribuyeron estrechamente a consolidar la participación directa de los gobiernos de Estados Unidos e Israel y dictaduras militares sudamericanas en la guerra civil y contrainsurgente encabezada por los gobiernos militares de los generales Fernando Romeo Lucas García, Efraín Ríos Montt y Óscar Humberto Mejía Víctores.

Son redes que coparticiparon de las violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad en los años más cruentos de la guerra civil. Y esa es una de las principales razones de la reacción organizada que han manifestado en apoyo al alto mando militar contrainsurgente y genocida de aquellos gobiernos.

El juicio por genocidio contra Ríos Montt reactivó organizaciones que hasta antes permanecían adormitadas. Provocó el surgimiento de organizaciones con objetivos específicos y posibilitó alianzas que dirigieron sus baterías hacia blancos bien definidos: la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), la Corte de Constitucionalidad (CC), la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) y el Ministerio Público (MP). Quienes dirigen esas instituciones se convirtieron en sus principales enemigos.

De la defensa a ultranza de militares de alto rango acusados de delitos de lesa humanidad, estas redes organizadas luego pasarían a la defensa y ataque a favor de redes criminales enraizadas en la estructura del Estado procesadas judicialmente por la CICIG y el MP. Finalmente, se posicionarán con mucha claridad como la punta de lanza de poderes reales y fácticos para destruir el andamiaje anticorrupción montado por la CICIG y aquellas instituciones estatales. Desde ahí, el objetivo es evitar perder el control del Estado y/o cuotas de poder que les ha permitido históricamente expoliarlo y hacer uso de ese Estado para sus aviesos fines.

Esa macrored, sin embargo, requiere de financiamientos para poder operar. Los nodos que la interconectan tienen capacidad para operar por sí mismas. Sus propios integrantes provienen de grupos familiares, empresariales, militares y políticos con recursos suficientes para poder operar en espacios físicos y virtuales. Pero el hecho de ser un macrored organizada e interconectada operando bajo objetivos comunes y al unísono, implica que haya financiamientos de grupos mucho más poderosos. Reconocidos grupos empresariales tienden a ser ese soporte financiero, sobre todo porque varios de sus miembros pertenecen a esos nodos de la macrored.

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