Por Rubén Molina

Existen algunos episodios en la historia del país, que demuestran el gran significado que pueden tener las acciones que señalan el rostro de envilecidos países que pretenden dominar a otros. El 7 de abril de 1988 ocurrió en Tegucigalpa una acción que volvió notoria la presencia nefasta de los Estados Unidos de Norteamérica en los asuntos internos de cada país centroamericano.

En horas de la tarde de ese día, los estudiantes aglomerados en varios frentes estudiantiles y movimientos, salieron en movilización de la Universidad Nacional Autónoma y la Pedagógica, con rumbo a los predios de la Embajada de Estados Unidos en Honduras, se sumaron también a esta movilización más jóvenes de los barrios aledaños. En horas posteriores, la embajada estadunidense yacía prendida en fuego por una acción que anunciaba total repudio a un país que mandaba marines a su “patio trasero”, gestionaba la liquidación de comunistas y disidentes de su política con la Doctrina de Seguridad Nacional, y que promovía la extradición de hondureños como Ramón Matta, quién sigue preso en cárceles gringas.

La cruda represión que se vivía en los años ochenta respondía a doctrinas militares importadas de EEUU; las laceraciones que se aplicaban con saña en los cuerpos de hombres y mujeres jóvenes era la combinación del adiestramiento gringo con manuales perversos de tortura y el impulso violento de militares hondureños desquiciados cuales carniceros sanguinarios. Los secuestros a jóvenes disidentes se volvió una norma dentro de todo el aparato militar, y para ese entonces, las frecuentes persecuciones llegaban hasta las puertas de las casas. Todo este ambiente de represión avivó a los grupos estudiantiles a planificar acciones que mostraran las fauces de un monstruo imperialista que se llevaba las vidas de muchos jóvenes visionarios.

Las condiciones sociales y políticas que tenía Honduras en los años ochenta, aunque nunca iguales, no distan mucho de las que hoy se presentan. La fragilidad de los gobiernos liberales continúa: en plena década de los años ochenta el presidente liberal Azcona del Hoyo demostró claudicar a la política exterior norteamericana con su apoyo a la Doctrina de Seguridad Nacional y las extradiciones, los gobiernos sucesivos de los nacionalistas mantienen intacta la supremacía gringa en los demás países aceptando las políticas contra los migrantes por ejemplo; la represión desenfrenada al mando de caudillos militares como Álvarez Martínez sigue latente: en la actualidad la represión no es tan distinta como en los años ochenta, lo que ha cambiado es el grado de sofisticación del aparato militar, han asesinado y desaparecido estudiantes, confundiendo como es de costumbre los móviles de los asesinatos con el crimen común. Los movimientos de estudiantes continúan pese a sufrir la pérdida de tradiciones: en los años ochenta la presencia de discusiones ideológicas abordadas por organizaciones de izquierda alimentaba de alguna u otra forma a los movimientos estudiantiles que le hacían frente con propaganda y acciones a la avanzada de los gringos en América Latina. Hoy las tradiciones siguen su rumbo, pero de forma dispersa, puesto que corrientes liberales han ocupado el lugar de verdaderas organizaciones de izquierda que den su puesto a verdaderas discusiones ideológicas.

Mayo de 2019: vuelve el antiimperialismo

En el mes de mayo del año 2019, mientras se gestaban las movilizaciones de médicos y maestros por la derogación de los decretos ejecutivos PCM, surgieron varias movilizaciones que buscaban volver notoria la situación del país que atravesaba el preámbulo de una descarada privatización del sistema sanitario y educativo.

El viernes 1 de noviembre de ese mismo año, en la Embajada de EEUU en Tegucigalpa, ocurrió un episodio que dio lugar a discusiones importantes sobre las acciones políticas coordinadas: varios compañeros decidieron quemar la puerta principal de la embajada americana, lo que provocó la detención del compañero maestro Rommel Valdemar Herrera, quien hasta la fecha enfrenta procesos judiciales engorros que lo mantienen privado de su total libertad. La tradición que coloca en el centro de nuestro rechazo a los gringos, volvió, pero sin la suficiente preparación y acompañamiento popular que diera por sentada la seguridad de los compañeros que emprendieran esta acción. Es el momento adecuado para que sostengamos discusiones que aborden los métodos eficaces para emprender estas acciones con mayor eficacia y acompañamiento, neutralizando infiltraciones de militares si las hay, y resguardando la integridad de nuestros compañeros.


Olmedo Beluche

Desde la debacle del imperio colonial español, con las guerras de independencia, a inicios del siglo XIX, Centroamérica, y en particular Nicaragua y Panamá, eran vistas con codicia tanto por Inglaterra como por la emergente potencia norteamericana. Ambas naciones eran conscientes que el control del Istmo catapultaría sus intereses comerciales.

Hacia la década de 1840, Inglaterra parecía el principal peligro pues había iniciado un proceso de influencia y colonización sobre todo el Caribe centroamericano, desde Belice, pasando por Nicaragua, hasta lo que hoy es la provincia de Bocas del Toro en Panamá.

Aquí inclusive habían movido sus fichas con algunos capitalistas que oficiaban de agentes comerciales de los ingleses para proponer en diversos momentos la creación de una ciudad “hanseática”, es decir, separarla de la soberanía neogranadina para, en nombre de una falsa autonomía, sujetarla a Inglaterra cuya cabeza de playa se hallaba en Jamaica.

Diversos incidentes con los ingleses, por entonces la principal potencia naval del mundo, llevaron a la diplomacia neogranadina a firmar, en 1846, el Tratado Mallarino-Bidlack, por el cual la Nueva Granada ofrecía a Estados Unidos paso libre de impuestos a cambio de que sirviera de garante a su soberanía sobre el Istmo de Panamá. La intención inicial era que el tratado sirviera de contención a los intereses expansionistas de los ingleses, los cuales se verían confrontados con los norteamericanos.

Pero a la larga fue una mala jugada que dio pie al intervencionismo norteamericano.

Una década después de firmado ese pacto, el expansionismo que se había tornado concreto y peligroso era el norteamericano. Uno de los subproductos de la guerra contra México fue el surgimiento de bandas paramilitares norteamericanas que empezaron a actuar en la región para imponer por la fuerza sus intereses. Eran bandas privadas, parecidas a lo que hoy serían las empresas de “seguridad”, al estilo de Blackwater. Se les llamó filibusteros.

El más conocido filibustero fue William Walker, contratado por empresarios norteamericanos para imponer su control en Nicaragua, y que terminó autoproclamándose presidente de ese país, justamente en 1855. Walker pretendió que Nicaragua fuera anexionada a Estados Unidos como un estado más. Lo cual no logró, siendo derrocado en 1856 y posteriormente ejecutado hacia 1860 en Honduras.

La lucha contra Walker había revivido los sentimientos de unidad latinoamericanos y, de hecho, es la lucha unificada de los centroamericanos la que le expulsa de Nicaragua. El historiador Aims McGuinness afirma que de esta época data el concepto “latinoamericano” por oposición al “anglosajón”, y un renovado sentimiento de unidad hispana contra la dominación norteamericana, que había quedado dormido tras el fracaso de Simón Bolívar. El panameño Justo Arosemena sería uno de los primeros en apelar a esta idea a mediados del XIX.

Un elemento poco conocido en Panamá es que los filibusteros tuvieron un papel relevante en el Incidente de la Tajada de Sandía. Según Aims, el 15 de abril de 1856, se encontraban en Panamá unos 40 filibusteros que se dirigían a Nicaragua para reforzar el ilegítimo gobierno de Walker. La prensa panameña había alertado de su presencia, prevaleciendo el temor de que podrían intentar aquí una aventura semejante a la de Nicaragua.

Y no estaban errados quienes así creían, pues las indagaciones judiciales posteriores informan que los filibusteros jugaron un papel central en el enfrentamiento. Uno de ellos, Joseph Stokes, muerto en la estación del ferrocarril, liderizó la resistencia armada contra las autoridades panameñas. Lo cual fue reconocido por Horace Bell, otro de los filibusteros, quien llegaría a ser cronista en la ciudad de Los Ángeles, California.

La fuerza demostrada por el pueblo panameño durante el “incidente”, no constituyó simplemente una respuesta frente a la marginación y el racismo yanquis, sino que fue una lucha consciente contra cualquier intento anexionista de los norteamericanos, un acto de solidaridad con el hermano pueblo de Nicaragua, y un gesto hacia la unidad latinoamericana.

Pocos meses después, en septiembre de 1856, el gobernador conservador, Francisco de Fábrega, solicitó la primera intervención armada del ejército norteamericano en Panamá, apelando al Tratado Mallarino/Bidlack, para que le asegurara las elecciones que temía perder a manos de los liberales radicales del arrabal.


Por: Eliezer Jaime.

Han transcurrido más de doscientos años de la primera constitución política propiamente española, dicho texto fue de vigencia corta, pero su influjo fue extenso a lo intrínseco del ejercicio político español hasta 1868, y, su envergadura fuera de España influyo tanto en América como en Europa como lo fue en el caso de Portugal, Italia e inclusive en la Rusia Zarista. Fue aprobada el 19 de marzo de 1812 durante la festividad de San José (de allí el porque fue conocida popularmente como la Pepa), cuyo contenido abarca las Leyes tradicionales de la Monarquía española, no obstante incorporó los principios liberales como lo son: la soberanía nacional y la separación de poderes, además de contener elementos del contractualismo de manera mas matizada verbigracia que la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, la Declaración de Derechos de Virginia y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadanos de 1789.

Como veremos con la Pepa estamos ante el zenit de la etapa del constitucionalismo revolucionario, superación de la anterior y muy extensa etapa del constitucionalismo de medio siglo atrás, transitado entre la monarquía constitucional y la monarquía parlamentaria; la burguesía que durante años se acuñó en los parlamentos para conseguir amplias concesiones, con las revolución Francesa había dado el primer salto a la conquista total del  poder político y mediante la conquista de Napoleón propagó el pensamiento liberal por toda Europa.

La invasión Napoleónica.

El "Motín de Aranjuez", se dio entre el 17 y el 19 de marzo de 1808, con lo cual Carlos IV abdicó entregando la Corona a su hijo Fernando VII. Una semana después, las tropas de Napoleón, con el pretexto de dirigirse a Portugal amparado en el Tratado de Fontainebleau, suscrito por ambas naciones en 1807, entran en Madrid, al mando de Murat. El 10 de abril, Fernando VII decide salir de esta ciudad, acompañado de sus más íntimos colaboradores, para encontrarse con Napoleón Bonaparte, procurando de aquel el reconocimiento como legítimo rey de España. Diez días más tarde Fernando VII llega a la ciudad francesa de Bayona, mientras que sus padres, Carlos IV y María Luisa, lo hacen el 30 de abril, con la pretensión de que Napoleón obligue a Fernando VII a devolver a su padre la Corona de España. Pero el Emperador, supo ocultar hábilmente sus verdaderas intenciones, los Borbones no estaban dentro de sus intereses para la Corona española, esto lo consigue a principios de mayo, dos meses más tarde el hermano del emperador de los franceses, José fue reconocido como rey de España y de las Indias.

Con las renuncias de Bayona se desplomó la monarquía hispánica, tras ello acaece una profunda crisis política, la más importante de toda su historia contemporánea hasta la de 1936 (guerra civil). Es preciso tener en cuenta que poco antes de que se formalizasen dichas renuncias, exactamente el 2 de mayo, el pueblo de Madrid se alzó en armas contra las tropas francesas que ocupaban la ciudad. Este alzamiento fue duramente reprimido por las tropas de Murat, lo que provocó el levantamiento general en toda España y, en realidad, el comienzo de una larga Guerra de Independencia y de una revolución liberal, preámbulo del constitucionalismo español.

La Carta de Bayona como Fuente de Derecho.

El 6 de julio de 1808 fue promulgada la Carta de Bayona, un texto seudoconstitucional,  útil para los propósitos de Napoleón , surgió para ganar adeptos entre la intelectualidad liberal, casi dos meses antes  (2 de mayo) había estallado en Madrid una insurrección popular contra los franceses que fue reprimida cruelmente,  propagando posteriormente la guerra independentista en toda España con características de revolución liberal.

Previo a las Cortes de Cádiz operaba un consejo de Regencia en sustitución de Fernando VII encerrado en Bayona. Este consejo se legitimaba de una normatividad antigua basada en el ‘’espéculo’’ y de unas ‘’partidas’’ que obligaban a que, en caso de grave crisis en el reino, al rey imperativamente debía consultar a un consejo integrado por doce sabios provenientes de elección canónica. El 24 de septiembre de 1810 se reunieron por primera vez las Cortes Generales y Extraordinarias, en la Real  isla de León cercana a Cádiz, ciudad de mucha influencia liberal y dotada de un fuerte militar más seguro. Según estimaciones, para la Constitución de Cádiz estuvieron alrededor de trescientos diputados, pero se desconoce el numero real, en el registro están ciento cuatro los diputados que estamparon su firma en el Acta de apertura de las sesiones, ochenta más firmaron la aprobación de la Constitución el 19 de marzo de 1812, mientras que doscientos veinte son los que constan en el Acta de disolución de las Cortes, con fecha de 14 de septiembre de 1813.

El texto de Bayona careció de legitimidad, fue una Carta Otorgada por lo que no nació de un consenso amplio, sino de una declaración de voluntad autocrática que, fue  recibida negativamente para los propósitos napoleónicos, tuvo escaso apoyo entre los liberales.  No puede ignorarse sin embargo que normativamente surge primero que la Constitución de Cádiz y es de enfatizar que reconoce a las Américas y Asia, incluyéndoles en la estructura del Estado de España, estos territorios que eran predominantemente agrícolas y con el afán de favorecer la economía recíprocamente, dio reconocimiento a las libertades de industria y cultivo y delimitadamente  el comercio, dispuso de 22 representantes de las Américas para el Gobierno Central, en las Cortes. No debe ignorarse que la Carta de Bayona influyó en la Pepa, pues habiendo antecedentes de  las Américas en un texto constitucional, no se podía separar en otro, de la misma manera que lo otorgado en el primero no debía ser reducido por el segundo de manera sustancial. 

Las bases constitutivas del texto.

Los principios fundamentales de la Pepa son el de soberanía nacional y separación de poderes, en este punto es necesario saber que todo principio en lato sensu una regla máxima dotada de contenido abstracto, a diferencia de las reglas en si que están expresadas tacita o expresamente en todo cuerpo normativo, principio es quien dice como se debe actuar, hacer, etc. El art. 3 dice: ‘’la soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo le pertenece exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales’’.

Al respecto a la defensa del mismo, la mayoría de los diputados liberales abandonaron apelaciones abstraídas del contractualismo como lo son el Estado de naturaleza y el Pacto Social, sino que aplicaron criterios basados en la coyuntura histórica en la que se encontraba España y en la función legitimadora de defensa de la insurrección patriótica contra la ocupación Francesa, es decir, el acontecimiento social y político fue valorado como fuente real de derecho constitucional, donde dotaba al poder constituyente iuris et de iure para crear la constitución, aprobarla y con potestades de reformarla.  Respecto al principio de división de poderes que se encuentran del art. 15 al 17, menciona que la potestad para la creación de leyes reside en las Cortes con el Rey, significa que el Rey conservaba el Ejecutivo mientras que se le quitaba el poder absoluto, estas Cortes eran unicamerales, bajo elección popular indirecta y asumían la función legislativa con el Rey, los liberales esperaban a Felipe VII para la consumación de un consenso entre la monarquía, clérigo y burguesía.

El poder ejecutivo no sería objeto de alternancia, sino continuaría como una monarquía hereditaria pero moderada, otorgándole participación dentro de la función legislativa en cuanto a la sanción de leyes (su veto unicamente podía ser suspensivo), de igual manera la proclamación de Justicia se seguía en su nombre, pero las Cortes se alzaban como el órgano supremo de la nación (Estado), la Constitución solo podía ser reformada por estas, facultadas además de reformar el sistema político, incluso si afecta la situación del monarca y ostentaban la regulación constitucional del derecho sucesorio. La constituyente no se formó a partir de  partidos políticos, sino de tendencias:: los Realistas, los Liberales y diputados americanos. Este constituyente, incorporó la noción francesa de 1789 al incluir para efectos electorales la abducción de nacionalidad con ciudadanía, esta ultima como presupuesto para el sufragio. La soberanía nacional y división de poderes como principios fueron subsumidos por las potestades de las Cortes como poder representativo entre las facciones resultantes de la monarquía, clérigo y el predominio en la dirección política de la burguesía española.

Su influencia en el contexto centroamericano.

Fernando VII a su vuelta a España derogó la Pepa en 1814, ejerciendo el absolutismo hasta 1820, tras lo cual fue reanudada en 1820 cuando el Rey juró la Constitución de Cádiz para juramentar a las tropas que debían detener la emancipación en América, su vigencia fue hasta 1823, este periodo es conocido como el Trienio Liberal.  Las viejas colonias españolas retomaron el espíritu liberal de la Pepa, en Centroamérica no fue la excepción. Las principales familias criollas de la ciudad de San Salvador que habían dirigido los movimientos populares de 1811 a 1814, sostenían estrechos vínculos con liberales e ilustrados guatemaltecos más prominentes, de igual manera los líderes de los partidos republicanos de dichas ciudades coincidieron entre 1812 y 1814 en la de idea de una monarquía constitucional, el libre comercio y la defensa de los derechos civiles.

Estos grupos se unieron cuando el Reino de Guatemala experimentaba transformaciones político-sociales, y los descontentos de las familias criollas  que pudieron conducir estas situaciones hacia levantamientos populares. Mientras se daba el cambio del absolutismo por el constitucionalismo liberal al final de la década del 20 en España, en el Reino de Guatemala  llegan a la unidad las diferentes facciones políticas que representaban a familias criollas que habían alcanzado cierto grado de acumulación patrimonial y comercial y a sabiendas que España no cambiaría su trato para con las Américas como colonias, propugnaron por una República Federal; los republicanos entendieron de la inviabilidad de la separación económica en el istmo.

La República Federal Centroamericana fue fundada en 1824, inspirada en los principios liberales de la Constitución de Cádiz, llegó a su fin 16 años después. Es necesario comprender que el estudio del constitucionalismo en Centroamericana comienza por entender que la búsqueda de identidades estatales parte de la invención liberal constitucional que tuvo en la Constitución de Cádiz de 1812 una fuente indivisible.


Por Sebastian Chavarria Domínguez

La masacre del 22 de enero de 1967 fue un hecho trascendental en la segunda mitad del siglo XX. Un acontecimiento que hemos olvidado, pero que, aunque un poco lejano, nos enseña enormes lecciones que vale la pena recordar y relacionarlo con el presente.

La creación de la UNO

La Unión Nacional Opositora (UNO) fue una coalición electoral conformada por los siguientes partidos: El Partido Conservador de Nicaragua (PCN), el Partido Liberal Independiente (PLI) surgido en 1944 como oposición al control de la familia Somoza sobre el liberalismo, el Partido Movilización Republicana (MR), el Partido Renovación Nacional (PRN) y el Partido Social Cristiano (PSC). Solo el PCN gozaba de personalidad jurídica, conforme el sistema bipartidista establecido en la Constitución de 1950

La UNO llevaba como candidatos presidenciales a Fernando Agüero Rocha, un líder carismático, y Luis Pasos Arguello, un prestigiado jurista, ambos conservadores. Los principales dirigentes públicos de la UNO eran Fernando Agüero Rocha y Pedro Joaquin Chamorro Cardenal, quien desde el diario La Prensa creaba una opinión favorable para la oposición.

El deterioro del sistema bipartidista

El PCN y el Partido Liberal Nacionalista (PLN) eran las “paralelas históricas” de un nuevo sistema bipartidista que Anastasio Somoza Garcia logró instaurar después del asesinato del general Augusto C Sandino en 1934. Desde entonces, y de manera gradual, a través de una serie de pactos y componendas, el PCN contribuyó a la consolidación de la dictadura somocista. Esta simbiosis política quedo reflejada en las Constituciones de 1939 y 1950 al establecer que el “partido de la minoría” tenía derecho al 40% de los cargos en las instituciones del Estado. Era un modelo de corporativismo político impulsado por Somoza Garcia, que involucraba directamente al PCN.

La bonanza económica posterior a la segunda guerra mundial (Nicaragua creció un promedio del 6,5 al 10% anual), benefició a la dictadura somocista, pero a mediados de los años 60 del siglo XX, el descenso económico afectó al anteriormente estable sistema bipartidista. Contradictoriamente, el relativo bienestar económico produjo una clase media que terminó rebelándose contra la dictadura, y que traslada la agitación política a los sectores populares que demandaban mayores libertades democráticas.

La reforma o maquillaje de la dictadura

Después del ajusticiamiento de Somoza Garcia, el 21 de septiembre de 1956, a manos del héroe Rigoberto López Pérez, le sucedió temporalmente en la presidencia su hijo Luis Somoza, quien terminó reeligiéndose en la presidencia mediante las elecciones fraudulentas del 2 de febrero de 1957. La presidencia de Luis Somoza se caracterizo por impulsar una reforma política que pretendía reacomodarse a la coyuntura latinoamericana, marcada por el triunfo de la revolución cubana en 1961 y la implementación de la estrategia de “Alianza para el Progreso”, por parte de Estados Unidos.

Este contexto obligó a Luis Somoza a iniciar un proceso de reforma política: concedió la autonomía a la Universidad Nacional de Nicaragua (UNN) en 1958, elevó  el Tribunal Nacional de Elecciones (TNE) a rango de cuarto poder del Estado, pero la reforma más importante fue que rompió formalmente la cadena dinástica al permitir que Rene Shick Gutierrez fuese el candidato presidencial del PLN, convirtiéndose en presidente de la república por el periodo 1963-1966.

Marcha atrás

El 30 de julio de 1966, la convención del PLN designó al general Anastasio Somoza Debayle, hermano de Luis Somoza, como su candidato presidencial, a pesar que la Constitución de 1950 estableció que los militares activos que pretendiesen disputar cargos de elección popular tenían que renunciar a su condición, por lo menos seis meses antes de la elección.

Anastasio Somoza Debayle ocupaba el cargo de Jefe Director de la Guardia Nacional desde 1956, cuando Rigoberto Lopez Perez mató a balazos a su padre, Anastasio Somoza Garcia, el fundador de la dinastía.

En esa convención, se produjo la ruptura política del PLN cuando Ramiro Sacasa Guerrero, mostró inconformidad por la continuidad del control de la familia Somoza sobre el PLN, creando el Movimiento Liberal Constitucionalista (MLC).

Cuatro días después de realizada la convención del PLN, el presidente Rene Shick Gutierrez falleció de un infarto, y fue sustituido por el vicepresidente Lorenzo Guerrero, quien terminó el mandato presidencial. La repentina muerte de René Shick coincidió con la paralización de la reforma política, pero al mismo tiempo abrió un enorme hueco en la muralla de la dictadura, por que puso a la orden del día el problema de si la familia Somoza recuperaría directamente el poder.

El ala “jacobina” del PCN

A pesar que el PCN era el otro pilar de sostenimiento de la dictadura somocista, siempre hubo un ala radical, “jacobina” por así llamarle, dentro del Partido Conservador.

Esta ala “jacobina” siempre intentó derrocar a la dictadura somocista a través de la lucha armada: levantamiento del 4 de abril de 1954, sublevación de pilotos de la Fuerza Aérea en 1957, guerrilla de Olama y Mollejones en 1959, toma de cuarteles en Diriamba y Jinotepe en noviembre de 1960. Todas estas intentonas fueron un fracaso militar, pero, a pesar de las derrotas, esta ala jacobina nunca dejo de conspirar contra la dictadura.

El “Movimiento 11 de Noviembre”, dirigido por Fernando Chamorro Rapaccioli, un rico cafetalero, jugó un rol determinante en la conspiración armada previa a la masacre del 22 de enero de 1967.

El ala “jacobina” nunca tuvo una estrategia clara, utilizaba tácticas militares heredadas de la colonia: tomarse por asalto las plazas y cuarteles mas importantes, lo que provocaría, según ellos, el levantamiento popular. Así pensaban derrocar a la dictadura somocista, que junto al Zelayismo, había arruinado económicamente a muchas “honorables” familias conservadoras

La conspiración para detener las elecciones

El repentino fallecimiento de René Shick y la postulación de Anastasio Somoza Debayle como candidato presidencial del PLN, intensificaron las conspiraciones dentro del Partido Conservador, que miraba una excelente oportunidad para frenar el ascenso de otro Somoza a la presidencia. Ya no era solo el ala “jacobina”, sino también otros sectores del PCN, aunque el eje de la conspiración fue el “Movimiento 11 de Noviembre” del “negro” Chamorro Rapaccioli

Al aproximarse la fecha de las elecciones de 1967, la conspiración del ala “jacobina” se extendió al conjunto de la UNO. A pesar que en la reforma constitucional de 1962 Luis Somoza había elevado al TNE a rango de cuarto poder del Estado, para supuestamente dar garantías a la oposición, para 1967 existía una absoluta desconfianza de parte de la UNO sobre la transparencia e imparcialidad del sistema electoral. Para octubre de 1966, la consigna de la UNO y del diario La Prensa era lograr que el periodo presidencial de Lorenzo Guerrero se ampliara a dos años mas, para reorganizar el poder electoral y reformar la Ley Electoral en términos aceptados por la oposición, el establecimiento de un dialogo con la Guardia Nacional para democratizar el país, etc.

La violencia callejera fue una característica de la campaña electoral de 1966. Para contrarrestar las masivas marchas opositoras, la dictadura somocista creo la Asociación de Militares Retirados, Obreros y Campesinos Somocistas (AMROCS), un grupo paramilitar que atacaba las marchas opositoras a balazos y garrotazos, produciendo varias muertes. Como organismo de autodefensa, la UNO creó los Comités Cívicos de Vigilancia y Defensa del Sufragio Electoral (CIVES)

La Comisión Negociadora

Para tal efecto, la UNO nombró una Comisión Negociadora conformada por Carlos Agϋero, hermano de Fernando Agüero, René Sandino Argϋello, Alberto Chamorro Benard, prominente  miembro del “gran capital” y Fernando ‘el Diablo’ Zelaya.” Esta sería la encargada de establecer contacto con la alta oficialidad de la GN, con Aarón Brown, Embajador de Estados Unidos en Nicaragua; con el Arzobispo González y Robleto, y con el Presidente Lorenzo Guerrero. (Jarquin Edmundo, Pedro Joaquin, paginas No 198-199)

Se trataba, pues, de una conspiración que perseguía la renuncia inmediata de Anastasio Somoza Debayle de la jefatura de la GN y de la candidatura presidencial, así como obligar a la familia Somoza a partir al exilio. En pocas palabras, pretendían reorganizar el poder.

Para obligar al Estado Mayor de la GN a negociar, la UNO organizó la marcha nacional de protesta del 22 de enero de 1967. Decena de miles de personas llegaron a Managua desde todos los rincones, con el objetivo de llegar a Casa Presidencial en la loma de Tiscapa.

La masacre

Pero no se trataba solo de una marcha gigantesca para presionar a la dictadura, sino también que la conspiración incluía un levantamiento armado en diferentes puntos de Managua, para ejercer mayor presión contra la GN y la familia Somoza.

El rumor de un posible levantamiento popular recorrió al país antes del 22 de enero de 1967. La marcha se realizó, partiendo de la plaza central de Managua rumbo hacia el campo de Marte, sede de la GN, y hacia Casa Presidencial, pero a la altura del antiguo Colegio Calasanz y del Banco Nacional de Nicaragua, en la avenida Roosevelt, comenzó el intercambio de disparos. Algunos testigos afirman que la GN inició los disparos, otros afirman que los disparos se iniciaron desde la manifestación. Nunca se ha podido comprobar la veracidad de ambas versiones, lo que si está documentado es la enorme cantidad de muertos, heridos y desaparecidos por las balas asesinas de la GN.

Los que pudieron se refugiaron en el Gran Hotel y en los edificios vecinos. Todo el país quedo bajo el Estado de Sitio y la Ley Marcial. Al día siguiente, con la mediación de la Iglesia Católica y personal de la embajada de Estados Unidos, se negoció la salida de los dirigentes de la UNO que estaban en el Gran Hotel. Algunos fueron hechos prisioneros, como fue el caso de Pedro Joaquin Chamorro Cardenal. La represión llenó las cárceles de presos políticos. Las embajadas de Venezuela, México y otros países estaban llenas de asilados.

Las votaciones se realizaron el domingo 5 de febrero de 1967, y Anastasio Somoza Debayle, el tercero de la dinastía, fue electo presidente de la república.

Algunas conclusiones

La conspiración conservadora que organizo la marcha del 22 de enero para iniciar levantamientos armados en Managua, solo con el objetivo de presionar a la dictadura, demostró ser un rotundo fracaso, porque si bien es cierto la gente estaba dispuesta a luchar y morir en la pelea, no existía una organización seria que coherentizara y canalizara la energía popular.

Al final, la dictadura logró imponerse militarmente porque disparó a mansalva contra una masa desorganizada. No todos los que asistieron a la marcha del 22 de enero sabían de las acciones armadas que los conspiradores habían planificado, y que fueron concebidas como acciones de choques dentro de un esquema de negociación política.

Cualquier semejanza con el presente, es pura coincidencia.


Por: Alberto Castro.

El pasado 10 de octubre se cumplieron 39 años de la fundación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, Vanguardia Unificada (FMLN-VU), organización político militar cuya duración data de1980 con el inicio de la guerra civil a 1992, finalizando con los acuerdos de paz, acto seguido nació con el mismo nombre, el partido político que actualmente forma parte de la fuerzas políticas de la Asamblea Legislativa conocido por todos quien, después de una larga espera en la oposición que duró 20 años, de 2009 a 2019 fue partido gobernante.

Debemos diferenciar al partido político que con junto a ARENA protagonizó la larga trama bipartidista de la posguerra del frente guerrillero de la guerra civil, entre ambos existen diferencias que principian por distintos contextos históricos, seguido por los tipos de estructuras, las funciones y limites programáticos. Por tal motivo en los siguientes párrafos se agrega una genealogía de la guerrilla, para posteriormente hacer balance crítico del FMLN como partido político.

La década de los preparativos y de acumulación de fuerzas.

La dinámica sociopolitica que discurría desde 1932, propició a inicios de 1970, el ascenso del movimiento de masas. En abril de ese año, un ala del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), estrechamente vinculado al movimiento sindical, rompió con el aludido partido para fundar la organización político militar llamada: Fuerzas Populares de Liberación ’’Farabundo Martí’’ (FPL).

De los círculos cristianos en el mismo año surgió el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), esta organización a diferencias de las FPL, se orientó desde sus inicios en tácticas estrictamente militaristas, distanciándose del movimiento de masas, acción que fundamentó con la caracterización que, desde 1972 la situación política del país era revolucionaria, lo cual no era compartido por todos sus militantes, llevando a que se desprendiera de sus filas, un grupo que más tarde se hizo llamar Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN).

En esta década nacieron las organizaciones de masas paralelas a la dirección de los frentes guerrilleros, siendo estas organizaciones populares: el Frente de Acción Unificada (FAPU) surgida en 1974, en 1977 las Ligas Populares 28 de febrero (LP´s 28) dependiente del ERP y en 1975 el Bloque Popular Revolucionario (BPR) alineado a las FPL. De 1977 a 1979,.el control del PCS sobre el movimiento sindical descendió al no estar este acorde a la situación prerevolucionaria que se había germinado, y se desarrollaba al compás de combinaciones de acciones armadas con huelgas, autodefensas, ocupaciones de fábricas, iglesias, embajadas, etcétera. 

El PCS hecho a la medida del estalinismo, hizo lustre de sus prácticas traidoras, adhiriéndose mediante la Unión Democrática Nacional, a un sector de la burguesía que estaba aislado de la participación política por la oligarquía y la dictadura, así, bajo el espejismo de alianzas con la ‘’burguesía progresista’’ se integró a la Unión Nacional Opositora (UNO), el cual fue un intento, tanto de este grupo burgués como del PCS por recobrar la confianza de las masas, atrayéndolas a una nueva oferta electoral en curso. El descaro del PCS no termina aquí, tras el golpe de Estado del 15 de octubre del mismo año (cuyo propósito buscaba frenar el ascenso revolucionario), miembros de la UND aceptaron integrar la Junta de Gobierno a la que también se integraron miembros del PDC y del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR).

Esa Junta de Gobierno para legitimarse buscó consenso mediante el ‘’Foro Popular’’ la cual fue una artimaña  política para diluir en ella al movimiento revolucionario, trampa en la que cayeron en un inicio las Lp28 y en un mayor grado las FARN-FAPU, sin embargo tanto las FPL como el ERP con  claridad alertaron al pueblo lo adverso del golpe describiendo que se trataba de ‘’nueva maniobra de la oligarquía y el imperialismo que pretende desviara las masas hacia un proceso electoral’’,  logrando separar a las Lp28 de ese espacio. Entre octubre de 1979 y febrero de 1980 hubo dos Juntas de Gobierno que resultaron frustradas por el retiro del MNR y del PCS, quedando solo Napoleón Duarte. Los años 70 fue el periodo de acumulación de fuerzas y consolidación de cuadros políticos de las organizaciones revolucionarias, quienes al final de la década supieron desenredar las trampas desprendidas del golpe de Estado de 1979.

El Plataforma del Gobierno Democrático Revolucionario (GDR).

En febrero de 1980 el BPR, el FAPU, las LP28 y la UDN dieron vida a la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM), y sobre sus fundamentos  nació el Frente Democrático Revolucionario (FDR), el cual a su vez agrupaba al MNR, al Movimiento Socialdemócratacristiano (MPC), entre otros, días más tarde la CRM detalló su proyecto mediante la ‘’Plataforma Programática del Gobierno Revolucionario’’ el cual se basaba en: 1º) La completa destrucción de la maquinaria político militar de la dictadura existente desde hace medio siglo. 2º) La liquidación definitiva de la dependencia económica, política y militar del imperialismo yanqui. 3º)  Las garantías de las libertades democráticas; una revolución agraria radical; la transferencia al pueblo, mediante la nacionalización y creación de empresas colectivas y cooperativas, de los medios de producción y distribución fundamentales, en especial las compañías de producción y distribución de electricidad, de las refinerías de petróleo, las grandes empresas industriales, el comercio exterior, la distribución el transporte y las finanzas (bancos y compañías de seguros).

La CRM asumía el papel organizador de todas las fuerzas revolucionarias del país, mediante la GDR que no era un conjunto de salidas reformistas compactas, pues propugnaba por en primer lugar la toma del poder, es decir, derrocar al poder oligarca mediante una revolución armada y en segundo lugar esbozaba la destrucción del sistema capitalista.

El nacimiento de la guerrilla FMLN.    

A tan solo ocho días de que la CRM lanzará la GDR, el FDR dirigió a toda la nación la propuesta de adoptar con base  a la plataforma, un Gobierno para anquilosar la guerra civil que se divisaba. El 10 de octubre de 1980 se concretiza el trabajo organizativo de unidad guerrillera, las FPL, ERP, RN-FARN, y el PCS dan vida al FMLN, cuya preparación se desglosa de la Coordinadora Político Militar (CPM), creada en 1979 por FPL, RN y PCS; aquí fue excluido el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC), en mayo de 1980 se formó la Dirección Revolucionaria Unificada, en la que convergieron las FPL, PCS, RN y ERP, el RN la abandonó a causa de sus permanentes pugnas con el ERP, volviendo a integrarse a la unidad guerrillera con la constitución del FMLN. el PRTC al igual que en la CPM fue marginado de esta, al ser tildado de trotskista, lo cual evidencia la desastrosa influencia que tuvo el estalinismo y las variantes maoístas en las organizaciones de aquella época, quienes obligaron al PRTC a separarse de la dirección regional, dejar de ser una sección nacional y constituirse como organización autónoma. Solo cumpliendo tales exigencias pudo integrarse al FMLN en diciembre de 1980.

La ofensiva de 1981 y la supresión del movimiento de masas.

La represión militar se enfocaba en el aniquilamiento y exterminio de toda la aposición política de la dictadura, el 27 de septiembre de 1980 fueron secuestrados, torturados y asesinados los miembros del Comité Ejecutivo del FDR. descabezando la disidencia que confluía con el FMLN, entre los asesinados está Enrique Alvarez Córdova, un hijo faccioso de la oligarquía. 

El 10 de enero de 1981 el FMLN lanzó la ofensiva guerrillera a nivel nacional, con el objetivo de resolver el problema del poder a través de la GDR, la táctica se basó, en establecer territorios bajo control guerrillero para desarrollar la insurgencia popular de manera prolongada, previendo esto, anticipadamente la dictadura desarrolló unos meses antes la táctica criminal de guerra ‘’Tierra Arrasada’’, masacrando sin piedad a poblaciones civiles del interior que, potencialmente pudieran convertirse en base social del FMLN.

El movimiento de masas que, un año antes de la ofensiva guerrillera había realizado la movilización más grande registrada hasta la fecha en El Salvador (22 de enero de 1980), al finalizar la ofensiva del 10 de enero de 1981, ese movimiento de masas fue absorbido en los frentes de guerra, que se definieron de la siguiente forma: el occidental, frente ’’Feliciano Ama’’; el Central, frente ’’Modesto Ramírez’’; el Paracentral, frente ‘’Anastasio Aquino’’ y el Occidental, frente ’’Francisco Sánchez’’.

Durante el primer año a la guerrilla se le presenta el desafío de resistir, desarrollarse y avanzar, es decir, defender las zonas de control, consolidarlas y extenderlas. justo cuando llega a la presidencia de EEUU, Ronald Reagan para quien Centro América figuraba como uno de los puntos más importante de la política exterior en el combate contra los movimientos de liberación. El régimen oligárquico sustentado por la vieja dictadura militar, pasó a inicios de esta década a ser un régimen contrainsurgente; cuyo plano militar relativo a la logística  y operatividad provino de la asesoría directa de Washington.

Los sucesos de 1983 y el giro del GDR al GAP.

A finales de 1981 iniciaron las campañas guerrilleras que, en concreto fueron ofensivas territoriales para consolidarse en la medida que se desgasta al enemigo, el 29 de diciembre del mismo año, las FPL inician exitosamente la campaña en Chalatenango, lo siguen en Cabañas y Cuscatlán, y para finales de 1982 realizan la ofensiva guerrillera en el frente paracentral. El ERP por su parte en 1982 inicia la campaña político militar ‘’comandante Gonzalo’’, en agosto otra campaña a nivel regional y en 1983 golpea exitosamente importantes posiciones de la dictadura como el de Oscicala y Delicias de Concepción.

Para  finales de 1983, el FMLN tenia logrado los objetivos  militares de control territorial que se había propuesto, pasa a su siguientes objetivos: la guerra de desgastes militares y políticos contra las Fuerzas Armadas y contra el Gobierno de Napoleón Duarte. Pero algo más sucedió en ese año,  el 6 de abril de 1983 en Managua es asesinada Melida Anaya Montes (comandante Ana María) en Nicaragua, e inmediatamente se responsabiliza  a Salvador Cayetano Carpio, comandante ‘’Marcial’’, quien según la versión hasta ahora difundida y nada esclarecida, se suicida a la postre. Después de estos hechos, comienza un nuevo proceso dentro del FMLN. El 9 de febrero de 1984 la comandancia general del FMLN y el FDR en México, dieron una conferencia de prensa dando a conocer la integración y plataforma del Gobierno Provisional de Amplia Participación (GAP). Sustituyendo al GDR,  ’’El Gobierno de Amplia Participación será un gobierno en donde no predominara una sola fuerza, sino la expresión de la amplia participación de las fuerzas políticas y sociales dispuestas a eliminar el régimen oligárquico y rescatar la independencia y soberanía nacional… donde exista la propiedad privada y la inversión extranjera…’’.

El GAP le permitió ser parte a sectores burgueses progresistas en el futuro gobierno. Abandonando el GDR, se renunciaba a la lucha por la toma del poder político. Con el GAP no se proseguía la victoria militar, sino la búsqueda de una negociación, que se logro y consolido en 1992. Es evidente que  el PCS desempeñó un papel influyente en los virajes sucedidos en 1983, haciendo uso de sus métodos, se manifestó el burocratismo, el verticalismo el dogmatismo, el oportunismo, la calumnia, la mentira, las purgas, etc. La GDR tuvo vigencia en el FMLN hasta cuando se había consolidado el control territorial.

FMLN como partido y como Gobierno.

En enero de 1992 finalizó la guerra con los acuerdos de paz que, incluyeron compromisos tanto por de la dirección guerrillera y como del Estado salvadoreño. La guerrilla se desmovilizó, se reformo la  constitución de 1983, creándose una institucionalidad democrática, el FMLN por decreto legislativo, se volvió partido político legal, el sueño del PCS.

El PCS al interior del FMLN impuso su política reformista en el nuevo partido. En las elecciones de 1994 el FMLN logro los primeros curules en la Asamblea Legislativa, también logro ganar importantes alcaldías. Un año más tarde en 1995, en el partido se planteo la necesidad de unificación que implicaba la disolución de las estructuras operativas heredadas de la época guerrillera. En el congreso las cinco organizaciones celebraron su congreso final de disolución. Posterior a ello, de manera audaz el PCS al interior del FMLN siguió funcionando secretamente, copando los organismos de dirección nacional, Departamentales y Municipales, claro esto pasó con la complicidad de los dirigentes oportunistas de las otras organizaciones. El FMLN ascendió como la segunda fuerza política de la Asamblea Legislativa (a.L). En 1992 surgió un partido democrático y conservador, no socialista, los años de oposición le fueron moldeando, hasta ser la opción izquierdista del régimen. El FMLN en sus años de oposición llevó al pleno de la Asamblea Legislativa, algunas de las iniciativas de ley de los sindicatos y organizaciones populares, con lo que gano base social. Pero con el FMLN en la A.L al pueblo salvadoreño se le impuso el modelo neoliberal. Durante fue oposición no lideró la lucha revolucionaria porque su dirección se volvió empresaria. Se comprueba el éxito del proyecto enmascarado de Schafick Handal, que se fundamenta en su libro  ’’vigencia del pensamiento revolucionario’’, donde expone la brillante idea de entrar en el sistema pero más sin embargo, no ser absorbido por el sistema, ¡nada más burdo!

El FMLN en las elecciones presidenciales de 2009 ganó Con Mauricio Funes Cartagena por primera vez, tras cuatro periodos consecutivos de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). El FMLN no tardó en fortalecer a su empresa ENEPASA creada gracias a los Asocio Publico Privado por alcaldías gobernadas por el FMLN y PetroCaribe. En el primer periodo de Gobierno iniciaron algunos programas de asistencia social, sostenidos a través del incremento de la carga tributaria goleando a la clase media , sin tocar al empresariado agremiado en la ANEP. En el segundo periodo continuó el deterioro económico, la crisis fiscal le llevó a reducir los programas asistencialistas como parte de sus políticas económicas para reducir el gasto público, mermando también pare de su base social. Al no poder dar solución los principales problemas del país, donde se incluye el auge delincuencial de las maras y pandillas, es derrotado el 3 de febrero de 2019 por Nayib Bukele, expulsado de sus filas, terminando su ciclo presidencial con una de las peores derrotas electorales en su historia, al mismo tiempo que es mancillado por la apertura de acciones judiciales en contra del gobierno de Mauricio Fúnes Cartagena.

Los trabajadores y pueblo salvadoreño debemos volver a la organización revolucionaria, al margen del FMLN, recuperando las tradiciones de la guerrilla, en unidad con el pueblo centroamericano.

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