Por Leonardo Ixim

En la coyuntura actual, los factores tradicionales de poder se alinean tras el Tribunal Supremo de Electoral (TSE) contra los intentos de las fracciones cercanas al gobierno de VAMOS de interrumpir la segunda vuelta entre el binomio del partido Movimiento Semilla y el del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), para el 20 de agosto próximo. Ese día también se celebrará elecciones en cinco municipios donde no se realizó el evento electoral, o se deberá repetir.

Hasta la Corte de Constitucionalidad, que fue copada por fuerzas vinculadas al partido oficialista y a otros como Valor, de Zuri Ríos, ante las acciones espurias del fiscal Rafael Curruchiche y su jefe María Consuelo Porras, cercana al presidente Alejandro Giammattei, ha considerado que las medidas de este fiscal y el juez Freddy Orellana que amparó a este fiscal para cancelar al Movimiento Semilla.

En ese sentido, con el respaldo del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de las cancillerías latinoamericanas y europeas, el TSE oficializó por fin los resultados de la primera vuelta y la realización de la segunda vuelta. No obstante, también decidió la repetición de la elección para elegir Consejo Municipal (alcalde, sindico y concejales) en San Miguel Petapa, en el departamento de Guatemala, y la realización de todos los tipos de elección en los municipios de: San José del Golfo, en este mismo departamento; Yepocapa, en el departamento de Chimaltenango; San Pedro Jocopilas en Suchitepéquez; San Martin Zapotitán en Retalhuleu; y San Bartolomé Jocotenango en Quiché. En el municipio de Chinautla se planteó la repetición, pero el TSE al final no la realizó.

En San Miguel Petapa, un municipio al sur del conurbano metropolitano, la repetición se realizará porque los candidatos al Consejo Municipal del partido CREO, por un supuesto error en la impresión de la papeleta específica, no aparecieron. Sin embargo, allí se denunció acarreos de votantes de parte del partido oficialista VAMOS, donde el alcalde saliente, Mynor Morales, ha cooptado esta municipalidad, manejándola como una mafia, religiéndose y/o controlándola desde afuera. Sin embargo, el partido electo, Valor, es considerado por sectores críticos organizados del municipio en defensa del derecho a la vivienda y al acceso al agua, como parte de esta misma mafia.

Lo mismo en Chinautla, al norte del área metropolitana central, donde hubo protestas en contra la alcaldesa Brenda del Cid Medrano, quien se ha reelegido varias veces, esta vez por la UNE, cuestionada por acareo de votantes; este personaje es sobrina del varias veces exalcalde Arnoldo Medrano, quien se ha caracterizado por manejar ese municipio como una mafia, esto a partir de contratos por obras a empresas de sus amigos, familiares y allegados. En el caso de la actual alcaldesa, ésta se ha enfrentado con la Alcaldía Comunitaria de Santa Cruz Chinautla y las autoridades del Pueblo Maya Pocomán, porque estos han impugnado los permisos que las administraciones municipales de del Cid han otorgado, autorizando la explotación de arena sobre el Rio Chinautla.

Por su parte, en San José del Golfo, ubicado en la periferia del conurbano metropolitano y en los municipios de Yepocapa, San Pedro Jocopilas, San Martin Zapotitán, ubicados en la región de la boca costa al sur oeste del país y en San Bartolomé Jocotenango, en el altiplano occidental, se abrieron las urnas, pero de igual forma se denunció acarreos de votantes y en varios de estos municipios se quemaron papeletas, en protesta.

Una característica del sistema político guatemalteco es que los partidos no son más que vehículos electorales y sobre todo los partidos conservadores y de derecha, que son la mayoría; de ahí que necesiten buscar a lideres locales que muchas veces actúan como verdaderos caudillos y que generan una representación inorgánica con la población, para que le armen los partidos en los municipios. Así que se repiten incidentes en grupos a favor de uno y otro caudillo y que en distintas elecciones apoyan a tal o cual partido político.

Es importante mencionar que, en la Ciudad de Guatemala, que ha sido el feudo del Partido Unionista (PU), del expresidente y exalcalde Álvaro Arzú, en esta elección los partidos CREO (de centro derecha) y la alianza de izquierda Foppa por la Ciudad, conformada por Semilla, URNG y Winaq, denunciaron que los Unionistas movieron a su antojo papeletas y que la pequeña diferencia de votos entre CREO y el PU, mostraban una manipulación de las actas. Al final, el TSE decidió que era sin lugar las objeciones de estos partidos.

Desgraciadamente los partidos de izquierda y aun Semilla, no tienen una presencia real a nivel de los municipios, por ende no representan los sectores populares mayas y mestizos locales y eso es paradójico en un país que existe una organización comunitaria más o menos fortalecida. 

Por Leonardo Ixim

Si bien el resultado para la segunda vuelta en las elecciones presidenciales es aún incierto, debido a las acciones judiciales impulsadas por el partido oficial VAMOS y sus partidos aliados para no reconocer el avance del Movimiento Semilla, se tiene más claridad de cómo queda el mapa municipal.

La configuración de los gobiernos municipales marca una consolidación de los partidos tradicionales vinculados a los poderes fácticos conservadores.

Es más, las fuerzas progresistas y de izquierda solo obtuvieron seis municipalidades; la gran sorpresa fue que Semilla  obtuvo una municipalidad, la de Palestina de Los Altos, en el departamento de Quetzaltenango; el desaparecido Movimiento para la Liberación de los Pueblos obtuvo dos, en la turística población de Panajachel en el departamento de Sololá y en Santo Domingo Suchitepéquez en el departamento de Suchitepéquez; la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) obtuvo dos, una en el municipio de Cuilco, en el departamento de Huehuetenango y en San Francisco La Unión, también en el departamento de Quetzaltenango; y el Movimiento Político Winaq obtuvo una en el municipio de Zunil, en ese último departamento.

La URNG, que en las elecciones de 2019 logra un primer lugar en el departamento de Sololá, metiendo un diputado y siendo el partido más votado, logrando varias municipalidades allí, esta vez solo consigue un segundo lugar en la municipalidad de Sololá. 

A nivel de las cabeceras departamentales, la distribución queda así: en la Antigua Guatemala, otro sitio turístico, cabecera del departamento de Sacatepéquez, quedó el Comité Cívico EL Futuro; en Chimaltenango se reelige el Comité Cívico Chi’ch; en Guastatoya, El Progreso, ganó el partido VAMOS; en Escuintla, cabecera del homónimo departamento, el partido Victoria; en Cuilapa, Santa Rosa, el partido VAMOS; en Sololá cabecera el Comité Cívico SUD; en Totonicapán se reelige por tercera vez el partido CABAL; en Xela, Quetzaltenango, por segunda vez el Partido Humanista; en Mazatenango, Suchitepéquez el partido VAMOS; en Retalhuleu el partido Bienestar; en San Marcos el partido TODOS; en Huehuetenango el partido VAMOS; en Santa Cruz del Quiché también  VAMOS; en Salamá, Baja Verapaz, de igual forma; en Cobán, Alta Verapaz, el partido Victoria; en Flores, Petén, el partido Cambio; en Puerto Barrios, Izabal, también el partido oficial; en Zacapa el Comité Cívico por Amor a Zacapa; en Chiquimula, el partido VAMOS; en Jalapa el partido Valor; y en Jutiapa el partido Cambio.

A nivel del departamento de Guatemala, en la ciudad capital se reelige el Partido Unionista en coalición con el partido Valor, nuevamente como alcalde Ricardo Quiñonez, heredero de ex presidente Álvaro Arzú. Esto no sin cuestionamientos y exigencias de reconteo de actas de parte del segundo lugar, el partido CREO y el tercer lugar, la coalición de izquierdas Foppa por la Ciudad, conformada por Semilla, URNG y Winaq, hecho que fue aprovechado por los partidos oficialistas para desconocer el avance de Semilla a la segunda vuelta presidencial. En otro municipio populoso se reeligió por tercera vez el populista Ernesto “Neto” Bran, que con su Partido Popular Guatemalteco buscaba posicionarse en el Congreso y otras municipalidades, pero sin lograrlo y desapareciendo. En otro municipio también populoso, Villa Nueva, fue sacado del cargo edil el odiado Valentín Gramajo del partido Vamos, que buscaba su reelección, pero logrando la municipalidad el derechista Valor de Zuri Ríos.

Un caso específico son los llamados Comités Cívicos Electorales, que lograron el triunfo en 20 municipios; estos tienen la competencia para competir solamente para los Consejos Municipales, formándose temporalmente para cada elección, aunque está el caso de SUD en Sololá, que se autodefine de izquierda, que siempre se forma en cada elección y que, en esa cabecera, se han ido alternando desde la firma de la paz con la URNG en la silla edilicia. En esta elección también la otra sorpresa fue CCE El Futuro, de Antigua Guatemala, donde el electo alcalde Juan Manuel Asturias, con un discurso similar a Semilla, desbancó al corrupto alcalde Víctor Hugo del Pozo.

En total, el partido oficial consiguió 132 alcaldías, CABAL de Edmundo Mulet 49 y la UNE 39. ¿Cómo se explica eso que, al igual que en el Congreso, VAMOS sea la primera fuerza? pues por el hecho denunciado de que compraron con dinero y obras a una gran cantidad de alcaldes para que se religieran o consiguieran votos para el partido oficial.

La otra cuestión importante a tomar en cuenta, es que, a nivel municipal sin distinción de regiones y presencia étnica, la población votó por estas opciones de derecha que hacen del clientelismo y el caudillismo su modus operandi. Mientras que el voto conservador que era urbano, esta vez le apostó a opciones progresistas como Semilla para la presidencia y la coalición de izquierdas ya mencionada en la capital encabezada por Ninotshka Matute.

Por Armando Tezucún

Los resultados de la primera vuelta electoral cayeron como balde de agua fría sobre los partidos de derecha que representan a las estructuras de corrupción que controlan las instituciones del Estado. Sorpresivamente, el partido de centroizquierda Movimiento Semilla ganó el segundo lugar, obteniendo el derecho de correr en segunda vuelta con el partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), ganador del primer lugar, el próximo 20 de agosto.

La derecha no se quedó de brazos cruzados, iniciando con una intensa campaña en las redes sociales, en la que revivió el discurso anticomunista de los tiempos de la guerra interna, acusando a Semilla de atentar contra la familia, la propiedad privada, la religión y la integridad de la nación.

Unos días después, inició la batalla legal, en la que inicialmente 15 partidos (23 organizaciones políticas participaron en la contienda electoral) anticiparon que solicitarían al Tribunal Supremo Electoral (TSE) la revisión de las actas de binomio presidencial por inconsistencias en el recuento de votos, tachaduras, números que no cuadran y otras anomalías. Autoridades del TSE señalaron que la Ley Electoral no contempla la figura de recuento de votos, aunque en las elecciones de 2019 se dio un proceso semejante. En todo caso, durante la audiencia de revisión que se llevó a cabo en los cinco días siguientes a la elección, que es lo que estipula la ley, no se ratificó ninguna de las impugnaciones, debido a que los fiscales de los partidos abandonaron la audiencia, asegurando que la Junta Electoral Departamental de Guatemala no tomó en cuenta la petición formulada por el bloque de partidos (Prensa Libre 29/06/2023).

El 30 de junio, los partidos Cambio, Mi Familia, Valor, Podemos, Vamos, Creo, UNE, Cabal y Azul, presentaron ante la Corte de Constitucionalidad (CC) un amparo contra el TSE, para que se efectuaran nuevas audiencias de revisión de votos de las Juntas Electorales Departamentales y Distritales. En un inicio, el partido Creo se proponía impugnar las elecciones a la alcaldía de la capital, pero al sumarse los demás partidos, la acción legal se hizo extensiva a los resultados de la elección de presidencia, diputaciones y alcaldes en todo el país. Según estos partidos, hay más de mil actas alteradas o con inconsistencias, que representan un 0.82% del total de actas procesadas.

La CC toma una decisión polémica

El 1 de julio, los magistrados de la CC otorgaron un amparo provisional a los nueve partidos inconformes, ordenando que se repitan las audiencias de revisión de votos en las Juntas Electorales Departamentales de Guatemala y en la del Distrito Central, en un plazo no mayor de cinco días; ordenó también que en estas audiencias los fiscales de los partidos podrán hacer valer las objeciones o impugnaciones que estimen pertinentes; también deberán analizarse las actas que han sido cuestionadas a nivel nacional y en el Distrito Central, cotejándolas para verificar que cumplieron los requisitos legales, quedando abierta la posibilidad de un nuevo conteo de votos si “deviniera necesario”; mientras se dilucidan estas situaciones, ordena al TSE suspender la calificación y oficialización de los resultados electorales, de modo que “…para la fecha prevista para la segunda vuelta para elección presidencial, todo haya quedado debidamente depurado” (Prensa Libre 01/07/2023); finalmente, la CC remitió a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) “por razón de competencia” la interposición del recurso, para que se constituya en tribunal de amparo, reconociendo implícitamente que no tiene competencia en el tema, y, por tanto, su resolución es ilegal. Es necesario señalar que las audiencias de revisión se plantean en un plazo que está fuera de lo previsto en la Ley Electoral, en consecuencia, las acciones de los partidos de derecha y la CC se sitúan en la ilegalidad.

Los magistrados de la CC y de la CSJ fueron nombrados por las estructuras de corruptos, así que era de esperar que se prestaran a hacer parte de las maniobras ilegítimas para empantanar el proceso electoral y buscar por cualquier medio revertir los resultados de la elección presidencial, de diputados y alcaldes. Las artimañas legales de la derecha constituyen un total irrespeto a la voluntad de la población, que votó en contra del podrido sistema político y los políticos corruptos que pretenden instaurar un régimen autoritario.

El TSE obedece a la CC

El 2 de julio el Tribunal Supremo Electoral emitió una resolución en la que anunció que acata el fallo de la CC, suspendiendo la oficialización de los resultados de la primera vuelta electoral. El TSE ordenó a las Juntas Departamentales y la Junta Electoral del Distrito Central que, en un período de cinco días, se organicen y lleven a cabo las audiencias de escrutinios, “guardando rigurosamente las formas y requisitos que la ley especial de la materia les impone” (Prensa Libre 02/07/2023).

Las juntas se hicieron presentes en el Parque de la Industria, donde está resguardado el material electoral, y trabajaron los días 4, 5 y 6 de julio, cotejando las actas en presencia de los fiscales de los diferentes partidos. El resultado de la revisión de actas no arrojó ningún cambio significativo en el resultado de las votaciones, las variaciones fueron mínimas, confirmando que la UNE y Semilla irán a segunda vuelta; por ejemplo, en la Junta Electoral del Distrito Central la variación de la elección presidencial fue de un 0.4%, y la de la alcaldía capitalina varió en un 0.3%. El 6 de julio, con un 83% de las audiencias concluidas, representantes del TSE anunciaron que no hay cambios en los resultados de la elección del 25 de junio, ni en diputaciones, ni en alcaldías, ni en la elección presidencial.

La derecha busca retrasar la segunda vuelta

Inconformes con el resultado del cotejo de actas, los partidos Cambio, Vamos, Valor y Podemos, insistieron en que se debe proceder a un nuevo conteo de votos, interpretando la resolución de la CC como que ésta así lo ordena. Los miembros de las juntas y representantes de otros partidos consideraron que el recuento de votos no está contemplado en la Ley Electoral, que esa fase ya concluyó y que la CC no tiene facultad para cambiar la ley.

El 7 de julio la CSJ aceptó un recurso presentado por los partidos Cambio, Valor, Creo, Todos y Cabal, que, como dijimos pretenden que las Juntas Electorales cuenten de nuevo voto por voto. En ese sentido, la CSJ ordenó al TSE suspender la oficialización de los resultados electorales del 25 de junio, dándole un plazo de 12 horas para presentar un informe sobre el cumplimiento por parte de las Juntas Electorales, de lo ordenado por la CC el 1 de julio. Al 9 de julio, solo 10 de las juntas habían entregado al TSE el total de los documentos, y los magistrados electorales aún debían resolver más de 100 recursos de nulidad. No obstante, el día 8 el TSE trasladó a la CSJ el informe circunstanciado solicitado.

Las cámaras empresariales respaldan la intervención de la CC

Si bien los partidos de la derecha buscan desesperadamente cómo empantanar el proceso electoral y alterar sus primeros resultados, las cámaras empresariales de la burguesía han tomado una postura más moderada, pero aceptando la decisión tomada por la Corte de Constitucionalidad.

La coordinadora de cámaras empresariales, CACIF, emitió un comunicado el 1 de julio, exhortando a que “…se resuelvan debidamente los procedimientos pendientes, apegándose estrictamente a los que establece nuestro ordenamiento legal” (La Hora 01/07/2023). La Cámara de Industria de Guatemala pidió respetar la decisión de los votantes y la defensa del Estado de Derecho, aunque avaló la intervención de la CC en el proceso. De igual manera, la Fundación para el Desarrollo de Guatemala, también abogó por el respeto del orden constitucional y el Estado de Derecho, enfatizando que se debe mantener la fecha del 20 de agosto para la segunda vuelta. La Cámara de Comercio Guatemalteco Americana solicitó el respeto al sufragio de los guatemaltecos, urgiendo al TSE a dar cumplimiento a la orden de la CC. Las Cámaras del Agro y de la Construcción se pronunciaron en el mismo sentido.

Defendamos el voto popular contra el régimen corrupto y dictatorial

Los partidos políticos de los empresarios, políticos, militares y estructuras del crimen organizado, están haciendo lo imposible por descalificar los resultados de la primera vuelta electoral, mediante maniobras ilegales. El resultado podría ser el retraso de la segunda vuelta, o peor aún, la anulación de la primera; los magistrados aliados de los grupos de poder, tanto en la CC como en la CSJ, aún pueden sorprendernos con más decisiones ilegales.

La respuesta popular ante la situación avanza con lentitud. Empezó con pequeños plantones ante los edificios de las instituciones estatales. Las autoridades indígenas de los 48 Cantones de Totonicapán se pronunciaron enérgicamente anunciando movilizaciones y presentando un memorial ante el TSE exigiendo el respeto de los resultados electorales.

El sábado 8 de julio una nutrida marcha de estudiantes de la USAC y la Universidad Rafael Landívar protestó contra las acciones legales de la derecha para invalidar los resultados de la primera vuelta. Este es el camino a seguir; llamamos a las organizaciones estudiantiles a continuar con las protestas en las calles, incorporando a las organizaciones sindicales, campesinas, indígenas y populares. Debemos iniciar la formación de una coordinadora por la defensa del voto popular, que frene decididamente en las calles las pretensiones de la extrema derecha.

Por Marcos Galicia

El partido político Movimiento Semilla sorprendió al país al pasar a segunda vuelta en las elecciones presidenciales frente a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) que obtuvo la mayoría de votos. Otro protagonista en estas elecciones fue el voto nulo que contabilizó el tercer lugar en la contienda. Contra todo pronóstico Semilla logró ganar frente a los partidos tradicionales (VALOR y VAMOS) y ante la izquierda tradicional (URNG-MAÍZ, WINAQ y el no tan longevo Movimiento para la Liberación de los Pueblos MLP).

El Movimiento Semilla surge a raíz de las manifestaciones del 2015 cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) junto al Ministerio Público, dirigido en ese entonces por Thelma Aldana, expusieron a diferentes redes criminales de corrupción que involucraban a diferentes funcionarios públicos, entre ellos el expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti, quienes hoy enfrentan a la justicia. Actualmente el partido Semilla está integrado principalmente por académicos, científicos y activistas.

Semilla obtiene 7 diputaciones al Congreso de la República en su primera participación como partido en el año 2019. En esta segunda participación electoral Semilla logró 24 diputaciones siendo la tercera fuerza política en el congreso. ¿Qué hizo que Semilla cosechara semejantes números y los partidos históricos de izquierda no? Existen muchos factores que podrían dar indicios de estos inesperados resultados electorales. Mientras que la alianza URNG-Winaq únicamente alcanzó una diputación en el congreso, MLP no corrió la misma suerte, desaparecerá como partido por no haber alcanzado los votos suficientes.

Cabe mencionar al partido VOS, partido “centrista” que acogió a desertores de la UNE y otros partidos, que en sus últimos días de campaña apoyó a Sebastián Arzú (nieto del infame expresidente Álvaro Arzú) en su carrera hacia la alcaldía capitalina; decepcionando a sus simpatizantes resultó en la muerte política de su presidenciable Manuel Villacorta y del partido mismo.

La decepción que los partidos de izquierda generaron en sus simpatizantes y afiliados debido a que no estuvieron a la altura de organizar y movilizar a sus votantes como fuerza de izquierda sumado a la poca flexibilidad táctica del MLP dieron lugar a una percepción de cansancio hacia los partidos de izquierda que pudo reflejarse en estas votaciones, votos redirigidos a Semilla, a otros partidos, votos nulos o al abstencionismo.

Influyó la táctica de las dirigencias del MLP al llamar al voto nulo dado que su binomio presidencial no fue inscrito en estas elecciones, acto de injusticia por parte de la derecha. Sumado al llamado, también para votar nulo, por parte de otros candidatos que fueron expulsados de la contienda electoral, como los presidenciables Roberto Arzú por el partido PODEMOS y Carlos Pineda por Prosperidad Ciudadana.

Los partidos de izquierdas no lograron convencer al padrón electoral en las últimas décadas. En cambio, Semilla que no se identifica como izquierda, sino que se autodenomina como un partido “socialdemócrata” (una tendencia más “centrista” entre el espectro de la izquierda y la derecha) logró captar el voto urbano y de las juventudes. Y en su mayoría, los partidos de izquierdas están compuestos por adultos y adultos mayores, es poca la participación de las juventudes, a comparación de otros partidos.

El racismo es otro factor que pudo haber contribuido con el debilitamiento de los partidos de izquierda, pero con mayor fuerza al MLP. Los prejuicios y la estigmatización hacia las poblaciones indígenas y campesinas, especialmente aquellas que están organizadas y que han sido criminalizadas y desprestigiadas por el aparato estatal y los poderes fácticos del país (entiéndase el imperialismo estadounidense, la oligarquía guatemalteca y los sectores militares-religiosos), intentaron deslegitimar la lucha campesina impulsando el discurso discriminador sacando a relucir viejos discursos de la guerra fría en contra del socialismo.

El abstencionismo contó con un porcentaje de casi el 40% esto podría cambiar durante la segunda vuelta debido al antivoto y el rechazo hacia Sandra Torres (ex primera dama de la nación durante el gobierno de la UNE). Torres está en su tercer intento por llegar a la silla presidencial, en los últimos dos intentos perdió en segunda vuelta. El Movimiento Semilla aprovechó las redes digitales y utilizó acciones de calle para esta campaña, con un presupuesto corto a comparación de los grandes partidos tradicionales.

Hacemos un llamado a las fuerzas políticas de izquierda para que replanteen su estrategia política, depuren de sus filas a quienes buscan intereses personales y que retomen los diálogos para un frente común. Las fuerzas de la derecha tradicional y extrema derecha se han estado reagrupando y volvieron con más fuerza, ya no es un problema de futuro, está ocurriendo hoy, pareciera casi un retorno triunfal del fascismo, pero aún existen rayos de esperanza que iluminan un futuro más digno para Guatemala.

Por Armando Tezucún

La última encuesta sobre los resultados electorales, publicada unos días antes de la primera vuelta por el diario Prensa Libre, indicaba un predominio de la derecha en la intención de voto. Los resultados proyectados colocaban en primer lugar a Sandra Torres de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), con el 21.3% de respaldo de los votantes; en segundo lugar, figuraba Edmond Mulet, del partido Cabal con el 13.4%; y en tercer lugar Zury Ríos, de la coalición Valor-Unionista, con un 9.1%; el cuarto lugar lo ocupaba Manuel Conde, candidato del partido de gobierno, Vamos, con el 5.8%.

Sin embargo, el domingo 25 de junio, el voto de la población hizo saltar por los aires todas las predicciones, colocando en un segundo lugar al centroizquierdista Movimiento Semilla y su candidato presidencial Bernardo Arévalo. El primer lugar lo obtuvo, con el 98.78% de las mesas procesadas, y concordando con las encuestas, Sandra Torres con el 15.85% de los votos; Arévalo obtuvo el 11.78% de la votación; y en un tercer lugar se posicionó el oficialista Manuel Conde, con el 7.84% de los votos emitidos. Por tanto, la segunda vuelta electoral, a realizarse el 20 de agosto, enfrentará a Torres y Arévalo.

El voto de rechazo al sistema político, a la corrupción y al autoritarismo

Arévalo y Semilla ocupaban en las encuestas el octavo lugar, con menos del 3% de la intención de voto. Pero, contra todos los pronósticos, este partido de tendencia socialdemócrata, logró canalizar el descontento de la población contra las estructuras de corrupción y el creciente autoritarismo del régimen político. Semilla ha tenido mayormente el respaldo de capas medias urbanas de las principales ciudades, especialmente en la capital, y del voto joven. Sin duda, la exclusión de otras opciones que se definían como contrarias al sistema de estructuras corruptas lo impulsó como una alternativa de rechazo al establishment. Podemos mencionar principalmente la exclusión de la candidatura presidencial del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP) como factor que pudo haber sumado los votos a favor de Semilla; no olvidemos que el MLP tuvo un cuarto lugar en las elecciones de 2019, y esos votantes posiblemente decidieron dar su respaldo a Bernardo Arévalo. Otras candidaturas que se proclamaban antisistémicas también fueron excluidas, en especial Roberto Arzú y Carlos Pineda; aunque estos candidatos no se ubican en el campo de las izquierdas, probablemente sus seguidores trasladaron su voto a Semilla.

Lo que queda claro es que el pueblo trabajador expresó en las urnas su negativa a continuar soportando un sistema político con rasgos cada vez más dictatoriales, diseñado para proteger negocios corruptos entre empresarios y funcionarios, y para perpetuar la opresión y la explotación. Y lo hizo dando su respaldo a un partido que no es anticapitalista, que propone cambios graduales al sistema, sin sobresaltos; pero si Semilla logra ganar la segunda vuelta, todas las fracciones de la burguesía confabularán contra su gobierno, y seguramente tendremos un proceso de radicalización de las luchas, de crecientes movilizaciones, que en gran parte dependerá de cómo maneje este gobierno el respaldo popular y su base social.

La votación del 25 de junio significó también el fracaso de la extrema derecha. La candidatura que representaba a la derecha más recalcitrante, Zury Ríos de la coalición Valor/Unionista, tuvo el 6.57% de los votos, quedando en séptimo lugar; esta es la segunda vez que Ríos logra participar en un proceso electoral, a pesar de la prohibición constitucional que tiene por ser hija de un exgobernante de facto, y su segundo fracaso. Esperamos que la hija del dictador aprenda la lección y se aleje definitivamente de la política. Los demás partidos de derecha con cierta importancia obtuvieron menos del 8% de los votos, aunque lograron colocar una cantidad significativa de diputados en el Congreso de la República, como veremos más adelante.

El voto nulo fue el ganador    

El descontento de la población no solo se manifestó en el respaldo a Semilla, sino en la anulación del voto. Ésta fue mayor que el porcentaje de votos obtenidos por Torres, llegando al 17.39%, un poco más de 950 mil votos, de casi 5 millones y medio de votos emitidos. En las encuestas del mes de abril el pronóstico de votos nulos era del 6.3%, mientras que en la del 22 de junio ascendió al 13.55%.

Si observamos los resultados electorales de eventos anteriores, podemos ver que este es el mayor porcentaje de votos nulos emitidos desde 1985, es decir en toda la era de relativa democracia iniciada en ese año. En las elecciones de 2019 el voto nulo llegó apenas al 4.1%. Varios de los candidatos cuya participación fue negada hicieron el llamado a anular el voto, en especial el MLP y Carlos Pineda.

Si bien la cantidad de votos nulos no es suficiente para anular la primera vuelta electoral (tendría que ser del 50% más 1), refleja la profundidad de la crisis del sistema político y la creciente falta de credibilidad que éste tiene entre la población.  

Los resultados para el Congreso de la República

Como mencionamos, la correlación de fuerzas en el seno de la próxima legislatura se inclinará hacia los partidos de derecha, continuando la situación actual. Si bien algunos de estos partidos ya no tendrán representación en el Congreso, como FCN-Nación o el PAN, otros resultaron fortalecidos y tendrán más diputados que en la presente legislatura. Este es el caso del partido Vamos, actualmente en el gobierno, que encabeza la alianza de derecha en el Congreso.

Vamos es el partido que obtuvo más diputados, llegando a 39 curules, frente a 17 de la actual legislatura. Le sigue la Unidad Nacional de la Esperanza, con 28 diputados y luego Semilla, con 23. En el caso de la UNE, en 2019 obtuvo 51 diputaciones, siendo la bancada más grande, pero se fraccionó durante el período, dando nacimiento al partido VOS. Semilla logró aumentar sus diputados de 5 a 23, aunque eso sucede mientras otros partidos de izquierda perdieron curules: el MLP no ganó ninguna, y URNG/Winaq logró colocar solo una diputada, de 7 que tuvieron entre los dos partidos en la actual legislatura.  

Cualquiera de los dos partidos que gane en la segunda vuelta, tendrá que enfrentar en el Congreso a una posible alianza de los partidos que hicieron parte del oficialismo en el actual gobierno, que sumaría unos 79 diputados, de 160 que integran el legislativo.

Un gobierno de Sandra Torres y la UNE no tendría dificultades con esto, pues su bancada ya hizo parte del bloque oficialista en la actual legislatura, y con sus 28 diputados lograría una aplanadora de unos 106 legisladores. Claro, esto depende de las negociaciones que entable con la derecha.

Este no sería el caso de Semilla, pues sus propuestas legislativas se toparían con una sólida oposición de derecha. Sus 23 diputados posiblemente podrían contar con una alianza de los 4 diputados de VOS y la diputada de URNG/Winaq. No sabemos qué postura tendrán los 18 diputados de Cabal (el partido de Edmond Mulet) y los pertenecientes a partidos recién creados, como Azul o Elefante, que no suman siquiera 10.

Está por verse si la bancada y un gobierno de Semilla retrocederán en sus programas y harán concesiones a la derecha con tal de tener apoyo en algunas propuestas, o si se verán con las manos atadas sin hacer nada al respecto, o si finalmente, harán lo que declaró el diputado reelecto Samuel Pérez:  “si no construimos mayoría de votos dentro del Congreso vamos a salir a las calles a buscar el apoyo del pueblo de Guatemala que es lo más importante y a partir de eso trabajar con quienes quieran sumarse” (La Hora 26/06/2023); esta última postura podría desencadenar un ascenso generalizado de las luchas en las calles y en los centros de trabajo, ante el que habrá que estar preparados.

Hacia la segunda vuelta

Esta es la tercera vez que Torres pasa a segunda vuelta electoral; en 2015 compitió con Jimmy Morales, y en 2019 se enfrentó a Alejandro Giammattei. En ambos casos perdió la votación, y en ambos casos compitió con partidos de extrema derecha; esta vez, la exprimera dama tendrá que contender con un partido progresista democrático, lo que la obliga a cambiar su discurso.

Sandra Torres tiene un fuerte anti-voto entre las capas medias urbanas acomodadas, que constituyen la clientela política de los partidos de derecha. Estos sectores la recuerdan por su papel en el gobierno de su exesposo Álvaro Colom (2008-2012), durante el cual fue el poder detrás del trono, dirigiendo los programas asistencialistas que le granjearon la extensa base plebeya que apoya a su partido UNE. Estos programas fueron el toque distintivo de este gobierno auto nombrado socialdemócrata, que no fue capaz de resistir los embates de la oligarquía, que botó uno tras otros los tímidos planes de reformas que Colom trató de implementar. Las élites en el poder lo recuerdan y no perdonan.

Pero Torres ya dio un giro de 180 grados, y pactó con el gobierno de Giammattei. La candidata de la UNE ya representa a un sector de la burguesía emergente, y para ganar la segunda vuelta tendrá que recurrir al apoyo del capital oligárquico tradicional; y en el sentido contrario, el gran capital está claro que Semilla representa un peligro mucho mayor que la maleable Sandra Torres, y tendrá que darle su respaldo.

El 27 de junio, Torres lanzó sus primeros ataques contra Arévalo y Semilla, con un discurso de extrema derecha, acusándolos de ser títeres de Iván Velásquez (exjefe de la CICIG) y de la exfiscal general Thelma Aldana y de querer traer de nuevo a la CICIG; además de recibir financiamiento y votos de CODECA: “sabemos que ellos están en contra de la familia, en contra de la vida y en contra de la libertad religiosa”. “Es el robo de energía eléctrica, de allí está recibiendo los recursos para financiar su partido. Que no me vengan a poner cara de primera comunión los de semilla ni que me vengan a decir que no saben de dónde viene (el financiamiento)” (Prensa Libre 27/06/2023). Acusó a Arévalo de no ser guatemalteco por haber nacido en Uruguay, de querer convertir a Guatemala en Venezuela, y se presentó como defensora de la familia y los valores más conservadores contra las ideologías de género y LGTB.

Los próximos meses serán de extrema polarización. La campaña para la segunda vuelta despertará sin duda los peores resabios del rancio anticomunismo de la extrema derecha, que atacará con todo su poder la candidatura de Semilla. Llamamos desde ya a las organizaciones sindicales, campesinas, indígenas y populares a coordinar la oposición contra la derecha, pues ya sea que den su respaldo a Semilla o no, los ataques nos afectarán a todos.

 

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