otros tiempos

Por Leónidas Alejandro Moreno.

El pasado 19 de Octubre, el gobierno de Nicaragua inició el dragado del rio San Juan, esta acción del gobierno de Daniel Ortega volvió a detonar un viejo conflicto limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua, este problema fronterizo no es nuevo, se remonta a unos pocos años después de una de las grandes gestas heroicas centroamericanas, justo después de la guerra nacional contra William Walker y sus filibusteros, con la firma del tratado Cañas Jerez que firmaron ambos Estados en 1858. Desde el 21 de octubre, el conflicto político que viven los gobiernos de Costa Rica y Nicaragua se ha internacionalizado y ha arribado a la OEA, en donde Costa Rica ha logrado arrancar una resolución que pretende lograr que el gobierno de Nicaragua retire sus tropas del Rio San Juan y se inicien negociaciones bilaterales entre ambos gobiernos.

Según el ex comandante guerrillero Edén Pastora y encargado de los trabajos de dragado, el problema se inicia porque el gobierno sandinista quiere reabrir un canal histórico de unos tres kilómetros para conectar el río San Juan con la laguna Los Portillos, ambos de soberanía nicaragüense. Pero el gobierno de San José se opone a esta acción, pues el canal, afirman, atravesaría parte del territorio Costarricense en la isla, y modificaría el cauce del río y por lo tanto la frontera.

El gobierno costarricense pretende que el problema no solo lo resuelva la OEA, sino que indican que agotarán también las vías correspondientes en la ONU, a lo que la representante de Nicaragua ante la ONU, Mary Rubiales declaró: "Costa Rica, dando muestras de desesperación, ha llevado este asunto a ese organismo, integrado por 15 miembros, pero evidentemente este tema no se discute en el Consejo de Seguridad de la ONU" y continúa: "Estoy segura de que los 15 miembros del Consejo de Seguridad le van a recomendar a Costa Rica que mantenga el litigio en la CIJ, a donde ya lo llevaron" (ABC agencias 26/11/2010)

Resolución de la OEA.

Desde el comienzo del conflicto, el gobierno de Costa Rica ha pretendido que la O.E. A sirva como mediador del problema, en ese marco, el litigio entre Costa Rica y Nicaragua ha obligado a la O.E. A a abandonar su tradicional consenso y votar para tomar decisiones por primera vez en décadas, un antecedente que puede ser utilizado para resolver algunos problemas que el imperialismo pretende solventar lo más pronto posible.

El 12 de Noviembre en el consejo permanente de la OEA, se atestiguó un evento casi inédito en el marco de los Estados Americanos, de alguna manera, el organismo decidió votar para adoptar una resolución que pedía la retirada de las tropas nicaragüenses de la zona en conflicto y el inicio de un diálogo bilateral, ante las posturas irreconciliables de ambos Estados. Pasada una semana después de que el gobierno de Ortega se negara a cumplir, la OEA, con 33 miembros activos, se vio obligada nuevamente a votar para convocar una reunión de ministros de Relaciones Exteriores que aborde el desacuerdo fronterizo.

En la primera votación, 22 países votaron a favor, tres se abstuvieron (Ecuador, Guyana y Dominica) y se pronunciaron dos en contra, Nicaragua y Venezuela. En la segunda, con la ausencia de Nicaragua, 22 votaron a favor, siete se abstuvieron (no se revelaron oficialmente los países por no ser un voto nominal) y sólo Venezuela votó en contra.

La OEA le prepara el camino al gobierno de Lobo.

Como todos sabemos, la política burguesa es un juego de maniobras y contramaniobras, por eso podemos decir que el conflicto no solo  llegó a la OEA, sino que la resolución de este organismo puede estar preparando el camino para permitir la restitución del gobierno de Porfirio Lobo Sosa a la OEA. Según Michael Shifter, presidente del centro de análisis Diálogo Interamericano: “que la OEA actúe en otra manera y correr el riesgo de revelar muchas fisuras y muchas facciones (...) que podrían tener el efecto de debilitar más la OEA". (AFP 23/11/2010)

Pero ¿cuáles son las fracciones y fisuras que puede revelar esta resolución? Según Roy Chaderton representante de Venezuela en la OEA, lo que se esconde atrás de esta resolución es que: "Posiblemente todo lo que ocurrió es una manera de preparar el terreno para lograr que Honduras regrese a la OEA por la puerta de atrás, es decir, por medio de una votación, cuando por unanimidad fue suspendida" (Ídem)

La demanda en la CIJ

Pero el problema no solo pretende solucionarse en el marco de la OEA, el gobierno Costarricense también pretende agotar todas las vías, e inició una demanda ente la Corte Internacional de Justicia. El Canciller René Castro anunciaba en la radio local Monumental que: "Nicaragua nos había retado a ir a la Corte porque pensaba que Costa Rica iba a retroceder cuando se nos pidieran los documentos de respaldo, por eso decidimos ir en condición de agredidos, demandar y decir que nosotros estamos seguros de nuestra posición" (EFE 19/11/2010)

Además de esta demanda, la OEA tiene programada una consulta de cancilleres el 7 de Diciembre del presente año.

Otros problemas y el nacionalismo.

A pesar de todas las “grandes gestiones” que la OEA ha realizado para poner fin a la disputa, el problema no parece disminuir en el área, todo lo contrario, el general del ejército nicaragüense, Julio César Avilés  denunciaba: "Se nos acusa falsamente de preparar militarmente a miles de campesinos hondureños, así como enviar armamento de guerra desde nuestro país para desestabilizar el país vecino, lo que resulta absolutamente falso" (La Estrella de Iquique 27/11/2010)

Dichas declaraciones están enfocadas en contestar las “revelaciones” del vice ministro de Seguridad, Armando Calidonio, quien declaraba: “Estamos haciendo las investigaciones sobre esa denuncia, al igual que cuando se nos dice que las personas están siendo obligadas a viajar a Nicaragua a prepararse en el uso de las armas” (La Tribuna 27/11/2010)

Pero según Avilés, el problema está enmarcado en los litigios que mantienen Honduras y Colombia contra Nicaragua en la CIJ: "Lo que pretenden ambos países es incidir en los litigios jurídicos que Nicaragua adelanta en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) contra Bogotá" (Ídem)

Aunque por el momento, no parezca tener tanta importancia las declaraciones de ambos funcionarios de Nicaragua y Honduras, y aparentemente no tenga relación con el conflicto limítrofe entre Managua y San José, nos parece muy preocupante que en la política burguesa  Centroamericana, se está estableciendo una nueva norma que la burguesía está utilizando para solucionar los conflictos nacionales.

La nueva tónica es muy simple, se está promoviendo problemas internacionales entre naciones hermanas para ocultar y desviar los problemas internos que tiene cada una de las burguesías involucradas en los conflictos. Así  podemos observar como el gobierno de Porfirio Lobo quiere desarticular el problema de la reforma agraria incitando al chovinismo más burdo. El gobierno de Daniel Ortega apela a desviar los problemas que le ha ocasionado su reelección,  exacerbando el nacionalismo anti Costarricense, y Laura Chinchilla apunta a desviar el profundo cuestionamiento que la población tica le ha hecho, por la concesión minera que su gobierno le ratificó a la empresa minera infinito.

Por todas estas razones, los trabajadores y pobladores de toda Centroamérica no podemos caer en los juegos políticos de la OEA ni de las burguesías nacionales. Este organismo prepara una reunión,   José Miguel Insulza invitó: "Vamos a verificar si esa reunión se puede producir; y si no, vamos a informar sobre esto y otros asuntos (...) a la reunión de consulta (de cancilleres de la OEA) del día 7 de diciembre" el mismo Insulza reconoce la parálisis de la OEA: "No sé si se produzca a nivel presidencial, pero ciertamente a nivel de cancilleres ya sería un gran progreso" Y una de las partes en el conflicto no participará: "Nicaragua dijo que asistiría, pero entiendo que todavía hay diferencias respecto de las condiciones en las cuales asiste" (Agencia EFE 23/11/2010)

Contrario a lo que nos quieren hacer creer nuestros gobiernos burgueses, este no es un conflicto entre pueblos hermanos, todo lo contrario, es un conflicto de los empresarios de ambos países asociados con el imperialismo. Recordemos que todos los cinco países de Centroamérica, pertenecemos a la gran Patria Centroamericana, disuelta atrozmente por la incapacidad de la misma burguesía para realizar la más mínima de las labores republicanas, brindarle un Estado a una nación que se gestó desde el tiempo de la colonia española.

Nuestra lucha es contra todos los explotadores de cada uno de nuestros países. No podemos permitir que la burguesía y sus organismos internacionales nos dividan, el trabajo que tenemos en común es luchar por los derechos de los explotados en Centroamérica y el mundo, no hacerle el juego a los explotadores.

4in

Por Giovanni Beluche V.

Un criadero de mosquitos ha sido el pretexto ideal para que los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica distraigan la atención de los principales problemas que aquejan a nuestros pueblos. Discursos xenofóbicos emitidos en los dos países atizan peligrosamente sentimientos de odio, que sólo dolor y luto podrían causar a tanta gente humilde. Ojalá la sensatez impere en los gobernantes de Costa Rica y Nicaragua, para que este diferendo se resuelva de manera pacífica. En vez de alentar un falso nacionalismo, deberíamos aprender un poco de nuestra historia centroamericana.

El 14 de setiembre de 1856, un puñado de 180 heroicos nicaragüenses derrotaron, en batalla desigual, a los mercenarios de William Walker en la inolvidable batalla de San Jacinto, a unos 32 kilómetros al norte de Managua. Los filibusteros habían llegado a Nicaragua tras el pacto firmado en 1854 por el entonces mandatario provisional Francisco Castellón, quien acordó con el gringo Byron Cole la llegada de 200 mercenarios denominados la Falange Democrática, para que le ayudaran a los democráticos (liberales) a derrotar al ejército de los legitimistas (conservadores), en el marco de la guerra civil que se libraba en el vecino país. Como pago el gobierno entregó tierras a Cole.

Arbitrariamente Cole traspasó el contrato a Walker, quien tomó Granada en octubre de 1855, para después convocar a unas elecciones amañadas, en las que se proclamó nada menos que presidente de Nicaragua en julio de 1856, con la ambición de anexar a Centroamérica a los estados del sur de Estados Unidos. El pueblo nicaragüense, nada dispuesto a dejarse esclavizar por estos invasores, se levantó en armas junto con sus hermanos centroamericanos. Del lado de Costa Rica, el presidente Juan Rafael Mora organizó un ejército que asestó golpes contundentes a los filibusteros, en la batalla de Santa Rosa, en el río San Juan y en la propia Rivas (quema del arsenal de los filibusteros). La derrota y posterior fusilamiento de Walker en Honduras el 12 de setiembre de 1860, marcó el final de esta amenaza contra la libre determinación de los pueblos centroamericanos.

Llama la atención que la historia oficial en cada país da cuenta de las acciones heroicas de sus pueblos en la gesta contra los filibusteros, pero se esmera en desconocer que la victoria fue posible por la intervención decisiva y unitaria de los pueblos de El Salvador, Guatemala, Honduras, expresado en el Tratado de Alianza firmado el 8 de julio de 1856 y Costa Rica que por la epidemia del cólera no pudo asistir pero mantuvo su participación en la causa. La batalla de San Jacinto (Nicaragua), la batalla de Santa Rosa (Costa Rica) y la captura y fusilamiento de Walker en Trujillo (Honduras), fueron determinantes para la historia de Centroamérica.

Han pasado 154 años y los filibusteros nos siguen llegando, ahora ataviados con el ropaje de grandes corporaciones que empobrecen a nuestros campesinos y trabajadores. Como Francisco Castellón en su momento, nuestros gobernantes les abren las puertas y les regalan nuestros más preciados recursos estratégicos. Sus naves de guerra entran so pretexto de la lucha contra el narcotráfico, escondiendo sus verdaderos propósitos de utilizar nuestras tierras para sus proyectos belicistas del Plan Colombia.

Pero la respuesta de nuestros gobernantes al ultraje transnacional en nada se parece a las epopeyas de la lucha contra los filibusteros. Contrario a esa historia, en las últimas semanas se ha desatado una verborrea “nacionalista” sumamente peligrosa a ambos lados del río San Juan. Son ridículas las poses patrioteras de quienes no hace mucho entregaron los intereses estratégicos de Costa Rica y Nicaragua, a las angurrientas transnacionales norteamericanas mediante un TLC a todas luces anti patria. Más risibles son sus discursos sobre las motivaciones ambientales de la “cruzada patriótica”, de parte de quienes declararon de interés nacional la explotación de una mina de oro a cielo abierto cerca de la zona fronteriza, cuyos daños ambientales están harto demostrados.

Nuestros gobernantes se levantan cada día pensando en cómo favorecer más los beneficios mercantiles de sus socios extranjeros y ahora nos hablan de patria e intereses nacionales. Los mismos políticos que no hacen nada cuando un hotel extranjero le cierra el acceso a las comunidades a una playa privatizada; los que se hacen de la vista gorda con el crimen ambiental que se está cometiendo en muchas áreas protegidas; acaso se nos olvida que hace pocos meses sacaron por la fuerza a un grupo de indígenas que solicitaban a la Asamblea Legislativa que se discuta un proyecto de ley sobre la autonomía de sus territorios.

Con sus arengas patrioteras ambos gobiernos están sembrando el odio entre dos pueblos que tienen una larga tradición e historia común. En vez de pelearse demagógicamente por un criadero de mosquitos, deberían imitar las gestas de nuestros próceres.  Aprender de nuestra propia historia, unirnos como hermanos centroamericanos y juntos reivindicar un proyecto regional en donde la economía esté al servicio de la gente y no la gente al servicio de la economía. Donde el río San Juan genere calidad de vida para las empobrecidas y olvidadas comunidades de los dos lados de la frontera.

Ambos gobiernos bien harían en dedicarse a resolver los asfixiantes e innumerables problemas que sufren nuestros pueblos, la pobreza, la inequidad, la exclusión social, los deteriorados servicios de salud, los bajos salarios, la delincuencia, la falta de carreteras, la educación pública, la falta de crédito para la pequeña producción, tantas carencias que golpean a la gente buena y humilde a uno y otro lado del río San Juan.

¡Otra Centroamérica es posible!

carsi

Por Joaquín Hernández

Ante el incremento de la capacidad militar de los carteles mexicanos de la droga, a mediados del 2008, el gobierno de Estados Unidos concibió el Plan Mérida como una ayuda militar extraordinaria para combatir el narcotráfico y lo que ahora se denomina “crimen organizado”. De los 1600 millones aprobados, México consume 1400 millones, el resto se reparte entre los diferentes países centroamericanos, los cuales se han quejado de la falta de apoyo.

El viaje de Clinton

En la mini cumbre regional, realizada en marzo, en ciudad Guatemala, a la que asistieron los presidentes de los países del  denominado triángulo norte (Guatemala, El Salvador y Honduras), en la que participó la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, se discutió centralmente el tema de la “seguridad regional”. Al final de la reunión, Clinton anuncio que “la seguridad es un reto principal, es por eso que a través de la Iniciativa de Seguridad Regional Centroamericana (CARSI, en inglés) vamos a combatir el crimen organizado, pandillas transnacionales y el tráfico de drogas” (El Periódico, 03/05/2010),

Este lanzamiento del CARSI es una prolongación del Plan Mérida, pero con énfasis ya no en México, sino en la región centroamericana. No debemos olvidar que el Plan Mérida es hijo del Plan Colombia, y que ahora el CARSI es una continuación de ambos.

En esa mini cumbre regional, la Secretaria Clinton dijo que “en la Administración del presidente (Barack) Obama reconocemos y aceptamos parte de responsabilidad de este problema (…) Al admitir que somos un (país) consumidor (de drogas), sabemos que debemos ayudar fuertemente a países como Guatemala a luchar contra este terrible problema" (EFE 05/03/2010).

El refuerzo de Valenzuela

Dos meses después, en Mayo, Arturo Valenzuela, Secretario Adjunto para el Hemisferio Occidental, realizó una amistosa visita al presidente Mauricio Funes, con el objetivo de implementar el CARSI con la ayuda de gobiernos aliados de el Salvador, Guatemala y Panamá. En esa ocasión, Valenzuela ofreció una ayuda de 130 millones de dólares para el CARSI.

Los preparativos continuaron. En julio del año 2010 se realizó en San Salvador una cumbre de presidentes del SICA,  en donde se abordó nuevamente de manera central el tema de la seguridad en la región. En esa reunión participaron  Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial (BM), Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y Jose Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).

El Presidente Mauricio Funes al final de la reunión anunció que “Hemos decidido solicitar al Gobierno de Estados Unidos, particularmente, una especie del Plan Mérida, solo para Centroamérica (…)Tomamos en cuenta que una buena parte de estos recursos (del Plan Mérida) los consume México, y queda muy poco para Centroamérica” (Prensa Gráfica 21/07/2010)

El gobierno de Lobo da el primer paso

Honduras es el primer país en conformar una fuerza de tarea conjunta con los Estados Unidos, en el marco de la aplicación del CARSI. El embajador norteamericano en Honduras, Hugo Llorens, en el acto de inauguración, declaró que “la idea es tener dos países multi-agencias, que colaboren además con sus hermanos centroamericanos, México y Colombia”. El CARSI en Honduras comenzó sus labores con los primeros 176 millones de dólares

Nicaragua también colabora

La Policía de Nicaragua tiene asignado millón y medio de dólares dentro del CARSI, pero el presidente Daniel Ortega los consideró insuficientes: “"No nos sentimos satisfechos con esta suma que están aprobando Estados Unidos, son centavos, con eso es muy poco lo que se puede" hacer contra el narcotráfico en Nicaragua y el resto de países centroamericanos” (AFP 01/09/2010)

El embajador Robert Callahan desmintió a Ortega, afirmando que Estados Unidos ha dado en los últimos 3 años una ayuda militar de 24 millones de dólares. A pesar del enfrentamiento verbal con el gobierno de los Estados Unidos, el gobierno de Daniel Ortega es el ue más  embarques de cocaína captura en toda Centroamérica.

El problema de las maras y pandillas

Indudablemente, que los gobiernos del área, sedientos de recursos financieros, han mezclado mal intencionadamente el tema de las maras o pandillas, que reflejan un problema de descomposición social del capitalismo, con el tema del narcotráfico y el crimen organizado. Son dos fenómenos diferentes. Puede ser que algunas pandillas estén asociadas con el narcotráfico, o que recluten sicarios de entre sus miembros, pero la mayoría de las maras son fenómenos puramente juveniles, de odio inconsciente hacia el sistema capitalista que les niega una existencia digna.

La inseguridad y la violencia que se vive en casi todos los países de Centroamérica, crean condiciones favorables para la implementación de estos planes  de ayuda militar que no son otra cosa que un apuntalamiento de los aparatos represivos del Estado.

Los revolucionarios centroamericanos debemos discutir cómo enfrentar esta creciente militarización de la sociedad centroamericana, so pretexto de combatir al narcotráfico, la violencia  y las maras.

parlacen

Por Victoriano Sanchez

El proyecto del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) surgió  a raíz de la primera cumbre de presidentes centroamericanos realizada en Esquipulas, Guatemala, en el año 1986. Fue una sagaz repuesta política del imperialismo norteamericano y europeo, de las burguesías del área centroamericana, con el objetivo de evitar la consolidación de la revolución nicaragüense, y contener el auge de la guerrilla en El Salvador y Guatemala.

Una imposición del imperialismo

Iniciado el proceso de negociación multilateral, la guerra civil comenzó a desaparecer. La guerra de baja intensidad contra Nicaragua comenzó a menguar. Las burguesías del área  comenzaron a negociar directamente con las direcciones guerrilleras (FMLN y URNG). Para consolidar este proceso, se necesitaban crear mecanismos institucionales tendentes a resolver las diferencias de manera pacífica. Esta fue la esencia reaccionaria del PARLACEN, ya que su creación no fue una genuina expresión de la necesidad de reunificar la nación Centroamericana sobre nuevas bases, sino que fue una imposición del imperialismo norteamericano y europeo, que tomaron como modelo el Parlamento Europeo, dando con ello una repuesta distorsionada al candente problema de la unidad de la nación centroamericana

Ingreso y retiro de Panamá

El “Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras Instancias Políticas” entró en vigencia finalmente el 1 de mayo de 1990, con la reticencia de Costa Rica que siempre se ha negado a participar en el mismo, y también ha desconocido la jurisdicción de la Corte Centroamericana de Justicia (CCJ).

Aunque históricamente Panamá no ha sido parte de Centroamérica, sino que perteneció a Colombia, hasta el año 1903 cuando los Estados Unidos promovieron su independencia con el objetivo de construir el Canal de Panamá, a partir de mayo de 1994 Panamá ratificó el tratado constitutivo del PARLACEN y formó parte del mismo.

Con el ingreso de Panamá quedaba más claro que el PARLACEN era un organismo de conciliación política regional, y que no representaba ningún proyecto de creación de un nuevo Estado Centroamericano. No obstante, en mayo del 2009, el presidente panameño, Ricardo Martinelli, anunció su decisión de retirar a su país del PARLACEN: “En Panamá, el Parlacen no tiene ningún valor agregado. Todos los diputados panameños tienen exoneraciones de carros y se la pasan vendiéndolos a terceras personas. Cada vez que hay un escándalo, es una persona ligada al Parlacen. Ha sido una cueva de inmunidades, de personas que se refugian ahí para protegerse”. (La Nación, 23/05/2009)

La realidad es que la burguesía panameña, igual que la costarricense, no encuentra ninguna ventaja económica en su permanencia al PARLACEN, un proyecto político creado en momentos en que Centroamérica era devorada por la guerra civil.

La reforma al tratado constitutivo

El 7 de septiembre del 2010 entro en vigencia la reforma al tratado constitutivo del PARLACEN, que le otorga nuevas funciones vinculantes para los Estados que la suscribieron: Proponer legislación en materia de integración regional, conocer de los nombramientos de los altos cargos de los organismos e instituciones del SICA, participar en las reuniones de los presidentes centroamericanos y demás organismos de integración, emitir “opinión ilustrativa previa” sobre cualquier convenio o tratado a suscribirse por los Estados miembros, cuando se relacione directamente con la integración, etc

El diputado sandinista, Jacinto Suarez, actual presidente del PARLACEN, reafirmaba que “vamos con nuevas funciones en materia de legislación regional sobre asuntos de integración” (El Nuevo Diario 31/08/2010) La diputada salvadoreña Nidia Diaz del FMLN no ocultaba su regocijo: “El Parlamento Centroamericano asume nuevas responsabilidades de mayor vinculación e incidencia al proceso de integración”(Prensa Gráfica 08/09/2010).

Todo sigue igual

A pesar del entusiasmo de los diputados del FMLN y del FSLN, en realidad el PARLACEN continúa  siendo un impotente organismo de conciliación política entre las burguesías del área centroamericana. Lo que no dicen es que ahora el PARLACEN puede hacer propuestas, pero quienes deciden son los órganos legislativos de cada uno de los Estados que resultaron de la desmembración de la nación Centroamericana. La división política de Centroamérica se mantiene, aunque económicamente estamos más ligados que nunca, no por la voluntad estrecha y cavernaria de las burguesías del área, sino por la lacerante acción de los diversos tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea

 

Por Modesto Marcia.

 

A pesar del boicot constante del Capitán General, José de Bustamante y Guerra, bajo la corta vigencia de la Constitución de Cádiz, los criollos de Centroamérica realizaron, las primeras elecciones para ayuntamientos y diputaciones provinciales el 25 de noviembre de 1812.

La Constitución de Cádiz, al igual que la Constitución francesa de 1791, fueron producto de los intentos de reformar el régimen político desde arriba. En Francia fue el temor a la revolución, lo que obligó al rey a promulgar la Constitución de 1791. En España,  fue la invasión francesa y su contra repuesta, la sublevación de los pueblos contra la ocupación extranjera, lo que desató la revolución que obligó a las clases monárquicas a convocar a una constituyente para aprobar una Constitución.

En ambos casos hubo el intento de crear una monarquía constitucional, “moderada”. En Francia, el proyecto fracasó estrepitosamente y el viejo orden debió pasar por el filo de la guillotina. En España, apenas Fernando VII regresó del exilio, su primer acto fue abolir la Constitución de Cádiz, el gran proyecto del liberalismo español, durante el período 1814-1820. Bustamante aprovecho la oportunidad y reinstauró el "terror" y se abrió un interregno de siete años de absolutismo en Centroamérica y con ello se debilitaron las recién nacidas instituciones "liberales" nacidas bajo la Constitución de Cádiz.

Centroamérica: la excepción en América Latina.

El 1 de enero de 1820 las tropas españolas destinadas a aplastar las luchas independentistas en América se amotinaron bajo el mando del general Rafael del Riego y Núñez, obligando al rey Fernando VII a restablecer la Constitución de Cádiz. Estos vaivenes políticos en la metrópoli, la lucha por la independencia en México y la agitación popular en Guatemala, incidieron decisivamente en la proclamación de la independencia de Centroamérica el 15 de Septiembre de 1821.

En el vecino México y en el resto del continente, la proclamación de la independencia fue el resultado de cruentas guerras contra las tropas "realistas". En éstos enfrentamientos bélicos por alcanzar la independencia política, los diferentes grupos criollos fraguaron rápidamente su propia identidad nacional. Se unificaron criterios contra la monarquía, se crearon paralelamente otros gobiernos e instituciones de un nuevo Estado, nuevos aparatos administrativos, se recaudaron impuestos, se emitieron decretos, etc. La población de esos territorios se agrupo en torno a los gobiernos independentistas. En fin, se fue conformando la nación y también se fue desarrollando el sentimiento nacional.

La primera independencia

En cambio, en Centroamérica ocurrió un fenómeno diferente: fueron las mismas autoridades coloniales quienes juraron solemnemente la independencia. Esta incongruencia de la historia quedó plasmada en el acta del 15 de Septiembre de 1821, cuando las autoridades coloniales reconocieron que "siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del pueblo de Guatemala...[optaron por mandarla] a publicar para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso que la proclamase de hecho el mismo pueblo"(1)

A pesar de la declaración formal de la Independencia, se mantuvo la continuidad de las instituciones de Cádiz, con algunas leves modificaciones para responder a las nuevas condiciones de la vida independiente.  El sistema electoral, por ejemplo, permaneció intacto en términos generales, salvo lo ordenado por el punto 4 del acta de la Independencia del 15 de septiembre de 1821,  que permitía a los africanos optar a la ciudadanía, así como la elección de un diputado por cada 15 mil personas.

Anexión a México

La proclamación de la primera independencia trajo consigo inmediatamente la temporal anexión a México, la que reflejó el temor y la incapacidad de los criollos centroamericanos al encontrarse, de la noche a la mañana, a la cabeza de un territorio independiente. Por eso buscaron desesperadamente la protección de Iturbide y su Plan de Iguala que pretendía establecer una monarquía constitucional en México.

Como resultado de la primera independencia se formó un gobierno provisional con el nombre de Junta Provisional Consultiva (JPC), formada por Gabino Gaínza, José Cecilio del Valle y Pedro Molina. Por otra parte, desde la firma de la declaración de la primera Independencia, la JPC fue presionada por Iturbide para proceder a la anexión a México y evitar así la formación de una República.

En el ínterin, la JPC había mandado a circular las constituciones de otros países con características republicanas. José Cecilio del Valle organizó un comité especial en noviembre de 1821 para estudiar cuales eran los mejores métodos para mantener unida a Centroamérica. No obstante, estos planes para la elaboración de la Constitución fueron interrumpidos temporalmente por la anexión a México.

Bajo la presión militar de las tropas mexicanas, la JPC organizó rápidamente una consulta y solicito a los Ayuntamientos de las ciudades realizaran sesiones para decidir la anexión o no al imperio de Iturbide. El 2 de enero de 1822, la JPC se reunió para ver los resultados que fueron un arrollador voto en favor de la anexión a México. Pero esta actividad no se realizó en total calma, se produjeron pequeños enfrentamientos entre las tropas de ocupación y quienes querían la independencia real. La anexión a México dividió a los próceres centroamericanos.

Bajo la corta administración mexicana, Iturbide recurrió a la implantación de impuestos para recaudar ingresos, provocando el rechazo de los centroamericanos. Las medidas adoptadas por Iturbide en contra de los derechos ciudadanos y la declaración de guerra contra España condujeron al estallido de una rebelión contra el emperador mexicano. Esta situación brindó a los centroamericanos la oportunidad para liberarse del dominio de México. Iturbide fue derrocado por una insurrección popular el 19 de marzo de 1823.

La segunda independencia

Los acontecimientos revolucionarios en México repercutieron en Centroamérica. Antes que las tropas mexicanas abandonaran el territorio, el General Filísola trabajo arduamente para reunir a las autoridades centroamericanas y organizar la transición hacia una forma republicana de gobierno. Ante el fracaso del Plan de Iguala y la proclamación de la República en México, las autoridades centroamericanas se vieron compelidas a convocar a una Asamblea Nacional Constituyente. Esta, reunida en Guatemala, el 1 de Julio de 1823, emitió un decreto reconociendo que "la incorporación de estas provincias al extinguido imperio mexicano... fue una expresión violenta arrancada por medios viciosos e ilegales" y que por lo tanto, las provincias de  Centroamérica "representadas en esta Asamblea, son libres e independientes de la antigua España, de México y de cualquier otra potencia" (2)

Nuevamente fueron los factores externos los que forzaron a la proclamación de la segunda independencia de Centroamérica, un caso singular en América Latina. Esta excepcionalidad se expresó, entre otros factores, en la sobre vivencia de instituciones que los liberales españoles crearon a partir del período 1812-1814, con la promulgación de la Constitución de Cádiz. De esta manera, un pedazo del Estado colonial, desgarrado por el levantamiento del general Riego en España, comenzó a tener vida propia. Pero la nación que debió servir como soporte para la cimentación del nuevo Estado, todavía no había alcanzado el grado suficiente de madurez.

Los próceres de la época se vieron obligados a acelerar la construcción de la nación desde arriba, desde el control del Estado. Por esta razón, el tipo o modelo de Estado jugo un rol de extrema importancia. Al final, los liberales centroamericanos se inclinaron por fusionar el modelo de Estado Federal de los Estados Unidos con las instituciones de Cádiz. Esta amalgama de postulados e instituciones trajo consigo una extraña mezcla de centralismo y federalismo, que resulto fatal para la construcción de un Estado nacional centroamericano.

El fracaso del Estado federal

Las instituciones creadas por la reforma de Cádiz, no solo permanecieron intactas- modificadas a veces en su forma- sino que sobrevivieron increíblemente y fueron los cimientos sobre las cuales se construyó el nuevo Estado federal. Pero en el fondo, las nuevas autoridades reprodujeron el esquema de funcionamiento del Estado colonial, con sus legiones de funcionarios y con un ejército desproporcionado, que ocasionaban excesivas erogaciones de dinero. Por esta razón, también se vieron obligados a cobrar los mismos impopulares impuestos de la época colonial.

En Centroamérica, al igual que en España en el periodo 1808-1812, no solo se intentó realizar una reforma del régimen político desde arriba, sino al mismo tiempo construir un nuevo Estado nacional que no existía. Lo anterior trajo como resultado el entrenamiento entre las fuerzas representativas del nuevo y viejo orden, lo que originó la guerra civil de 1829 donde supuestamente vencieron los liberales, los representantes del “nuevo orden”.

Sin embargo, los vencedores resultaron finalmente vencidos. Todavía no hay un análisis serio sobre los fracasos del Estado Federal. Pérez Brignoli es de los pocos historiadores que analizan la Constitución de 1824, al afirmar que “combinaba las influencias de las Constituciones de los Estados Unidos y de Cádiz, con una generosa dosis de pensamiento ilustrado dieciochesco...¿Pero se podía acaso vestir con ropaje tan nuevo el arcaico cuerpo de las sociedades centroamericanas? (…) “había bases materiales que conspiraban contra cualquier federalismo efectivo: el aislamiento de los Estados, la desarticulación regional y el desequilibrio en la distribución de la población afectaban la representación proporcional...existía una debilidad económica estructural, sin productos de exportación rentables, y ninguna alternativa nueva a la vista.”(3)

El atraso económico se reflejó en las instituciones del Estado Federal. Las instituciones del gobierno eran un verdadero laberinto. El Presidente de la República Federal, electo en base al voto censitario (solo votaban los que tenían propiedades y sabían leer y escribir), no podía ejercer ni siquiera el derecho al veto. El centro del poder estaba en el Congreso, conformado en base al sistema electoral que permitía que los estados mas poblados, Guatemala y El Salvador, mantuvieron el control político, con los privilegios, desigualdades y rencores que acarreaba. Su derrumbe era inevitable.


1.- Esgueva Antonio, Las Constituciones de Nicaragua y sus reformas en la Historia de Nicaragua, Editorial El parlamento, Volumen I, pág 144, Managua

2.-Esgueva Antonio, Las Constituciones Políticas y sus reformas en la Historia de Nicaragua, Editorial El Parlamento, Managua, 1999

3.-Pérez Brignoli Hector, Breve Historia de Centroamérica, Alianza Editorial, México, 1989, páginas 82 y 83.

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