Por Armando Tezucún

Los representantes de los imperialismos están intensificando sus visitas al área centroamericana, con el fin de asegurar las condiciones para sus inversiones y negocios. A inicios de marzo los presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador se reunieron con el vicepresidente estadounidense Joe Biden, quien llegó preocupado por la inestabilidad social, económica y política del Triángulo Norte, que produce un incesante flujo migratorio hacia los USA.

Una semana después hizo acto de presencia el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en el marco de la reunión, en Guatemala, del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Esta vez estuvieron presentes presidentes o representantes de Guatemala, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Belice. Rajoy fue más franco, y aparte de las promesas incrementar la cooperación española en la región y de asegurar todo tipo de apoyo y solidaridad, llegó acompañado de una delegación de 23 empresarios dispuestos a explorar la posibilidad de hacer negocios de toda clase en la región; días después llegaron representantes de otras 8 empresas con la intención de realizar inversiones.

El imperialismo español se ha beneficiado de la ofensiva neoliberal

Recordemos que el imperialismo español ha sido punta de lanza de la penetración de las multinacionales europeas en el marco de la implementación de las medidas neoliberales en toda Latinoamérica, y ha sido un fiel aliado del imperialismo estadounidense. Las empresas multinacionales españolas han logrado controlar áreas como telecomunicaciones, transporte, construcciones, líneas aéreas, petroquímicas, bancos y financieras, hotelería y turismo. “Nombres como Telefónica, Repsol, Dragados, BBVA, BSCH, Iberia, Spanair, Sol Meliá, NH Hoteles, Iberdrola, Endesa y otras más, con sus slogan y publicidad decoran la vida cotidiana de los latinoamericanos” (Daniel López Cáceres, “El papel del imperialismo español en el proceso de recolonización de América Latina”, 2005). Hace diez años los bancos españoles controlaban ya el 32.5% de los activos financieros latinoamericanos (Ibid).

El área centroamericana no ha sido la excepción; todos recordamos la nefasta empresa española de distribución de energía, Unión Fenosa, que tanto perjuicio ha causado a la población trabajadora de nuestros países. Solo para mencionar otro ejemplo, recordemos la corrupción, la poca transparencia y secretividad con que la empresa Terminal de Contenedores de Barcelona obtuvo el contrato para construir una terminal de descarga y manejo de contenedores transportados por barcos en Puerto Quetzal, Guatemala.

La burguesía entreguista guatemalteca recibe con júbilo a las multinacionales españolas

El presidente de la Cámara Oficial de Comercio de España en Guatemala, Rafael Briz, alabó la prosperidad de los negocios de las empresas españolas en Guatemala, “Cada vez son más los empresarios españoles que se interesan por el mercado guatemalteco y viceversa” (Siglo XXI, 8/03/15). Miembros de las Cámaras de Industria y de la Construcción de Guatemala, así como representantes del Programa Nacional de la Competitividad (Pronacom) y de Invest in Guatemala, se reunieron con los capitalistas españoles que vinieron con Rajoy. “Estamos muy contentos de que los empresarios españoles nos visiten a ver las oportunidades de negocios que existen en Guatemala (…) Los empresarios que vienen son constructores de carreteras, infraestructura, hidroeléctricas, un poco de todo”, declaró alborozado Pelayo Llarena, presidente de la Cámara de la Construcción de Guatemala (CCG) (Siglo XXI 8/03/15).

Efectivamente, llegaron empresas de construcción, telecomunicaciones, servicios, infraestructura, ingeniería o energía, como el Grupo Ortiz, FCC, Ineco, Grupo Cobra o Abengoa. Los representantes del Banco Popular arribaron con decidida intención de hacerse con el control de la banca consumo de Citibank en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, una inversión de US$1,500 millones.

Guatemala en la mira de las multinacionales

En el caso de Guatemala, el Secretario de Economía del gobierno español, Jaime García-Lagaz, señaló que empresas españolas buscan invertir en el país en áreas como desarrollo energético (energías renovables), infraestructura, transporte, portuarias, servicios, logística, ingeniería y desarrollo de tecnología agropecuaria. Algunas de las empresas son Abantia, Grupo Copisa, Banco Popular, Grupo Isolux Corsan, Grupo Ortiz, Ineco, OHL Industrial, Teklan, entre otras.

Guatemala en especial está en la mira de las multinacionales, debido a que es la mayor economía de América Central, con un tercio del PIB regional y una población que sobrepasa los 15 millones de habitantes. Se considera que Guatemala es una de las economías latinoamericanas más abiertas a la inversión extranjera directa, y el FMI estima un crecimiento del 3.5% para 2015. 150 empresas españolas generan 20 mil puestos de trabajo en el país. Según la Cámara de Madrid, Guatemala es una excelente plataforma de acceso a la región centroamericana, con las ventajas que ofrece el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea (Prensa Libre, 19/03/15).

El 16 de marzo llegaron al país otros ocho empresarios madrileños, acompañados de la responsable de Comercio Exterior de la Cámara de Madrid, Ana Belén Martínez, con la finalidad de conocer el mercado y buscar oportunidades de comercio o inversión. Las empresas fueron Repsol, Eurocom, BF Compañía de Comercio, Medical Ibérica, Siport 21, Servicios Pignon, Videomedios, e Himoinsa. Los nuevos conquistadores cerraron negocios por US$ 20 millones, a desarrollarse de marzo a finales del presente año.

¿Por qué la nueva oleada de inversiones españolas?

El encuentro empresarial entre España y el Sica produjo la firma de un convenio de colaboración, entre el Ministerio de Economía de Guatemala y el ICEX España Exportación e Inversiones, que apoyará la promoción de inversión y comercio entre ambos mercados, así como la mejora del flujo de información para la toma adecuada de decisiones de negocios. Representantes de las cámaras empresariales de los países del Sica y de España, elogiaron las oportunidades de inversión que ofrece la región y la buena experiencia que han tenido las empresas españolas que han invertido.

Con la terrible experiencia de la grave crisis económica que ha asolado la Unión Europea y en especial el territorio español, la burguesía española se propone asegurar sus ganancias lanzando sus capitales al extranjero; por eso es que ha puesto sus voraces ojos en la región centroamericana, que ve como un terreno fértil y prometedor. Así lo dejó en claro García-Lagaz: “España quiere transformar su modelo productivo de la forma que lo ha venido haciendo, para construir una economía mucho más basada en su sector exterior y en la capacidad de sus empresas en el área internacional” (Siglo XXI, 11/03/15). Las transnacionales se proponen sin duda incrementar la inversión de 500 millones de euros que hicieron en Centroamérica en 2013, para crecer extrayendo la riqueza de nuestras naciones.

Los gobiernos entreguistas del área continúan mendigando, ahora al gobierno español

En el ámbito político, el presidente español, reforzando las posiciones del imperialismo gringo, ofreció su apoyo político al plan de la Alianza Para la Prosperidad del Triángulo Norte. “Si los países que quieren participar tienen voluntad, ya hemos conseguido lo más importante, que es que (los planes) se pongan en marcha (…) por tanto, tendrán el apoyo que soliciten de España”, declaró Rajoy (El Periódico 10/03/15). Ofreció también apoyo en el tema de seguridad, continuando con la aportación de fondos a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica (ESCA) y el fortalecimiento del Grupo de Amigos de la ESCA. Por otro lado, fue muy prudente en cuanto al tema de la continuidad de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), asegurando que respaldará la decisión que tome el gobierno de Guatemala. Un punto común de acuerdo fue la necesidad de continuar avanzando en el proceso de integración centroamericano, como eje esencial para reducir los índices de inseguridad.

El presidente panameño, Juan Carlos Varela, propuso la creación de una agencia de narcóticos a nivel centroamericano, para combatir el tráfico de drogas en la región. Continuando con la actitud de limosneros que en los últimos tiempos han asumido los gobernantes de la región, el salvadoreño Sánchez Cerén solicitó a España más apoyo para la creación de una aduana única, y el dominicano Danilo Medina pidió más ayuda para educación y manejo de recursos hídricos.

Resulta vergonzosa la incapacidad de los gobiernos del área para solucionar la grave crisis social y económica que atraviesa la región, incapacidad que se evidencia en primer lugar en el fracaso de la recaudación fiscal y la negativa a enfrentar a las oligarquías locales mediante reformas fiscales justas; incapacidad que los lleva a implorar limosnas a cuanto representante de los países poderosos visita la región. Vergonzosa es también la actitud de los gobiernos, incluyendo al del FMLN en El Salvador, de inclinarse ante el imperialismo español, y de dar la bienvenida a los capitales de las multinacionales que vendrán a expoliar a la población trabajadora centroamericana. Sólo la movilización popular podrá contrarrestar los efectos de esta nueva oleada de intromisión del capital imperialista español.


Por Orson Mojica

Nuevamente se han reunido en Guatemala el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, con los presidentes del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador). Existe una enorme preocupación de Estados Unidos por reimplantar el orden en amplias zonas de estos países, donde el Estado burgués se ha debilitado por la corrupción, la violencia y el narcotráfico.

En este punto se produce una inusual coincidencia entre todos los gobiernos involucrados, aunque el gobierno de Estados Unidos tiene un interés particular, que va más allá de frenar la inmigración de niños, y es la incesante búsqueda de nuevos lugares donde asentar sus empresas, en el marco de la feroz competencia del mercado mundial. Detrás de la lucha contra la violencia existen poderosos intereses económicos, y una nueva recolonización de los países de Centroamérica, cuyos Estados están en bancarrota.

Los reclamos de Biden a empresarios y gobiernos

Biden como buen imperialista, exige un cambio de actitud a los gobiernos y empresarios del Triángulo Norte. Los problemas de esos países (violencia, subdesarrollo y narcotráfico) afectan directamente la “seguridad nacional” de los Estados Unidos.

Biden insistió en la corresponsabilidad financiera del Plan de “Alianza para la Prosperidad” (PAP): “Ninguna cantidad de dinero que venga del extranjero servirá si no viene también desde adentro (…) No hay ninguna forma que hagan el progreso que quieren, no hay suficiente apoyo, a menos que consigamos que el sector de negocios se involucre (…) Ustedes necesitan cambios fundamentales en sus gobiernos... y esto no es una crítica; deben reorganizar muchas cosas (…) El fondo del asunto es que la gente se sienta segura... que las cortes resuelvan sus problemas y eso es exactamente lo que tiene que suceder acá. No es una postura estadounidense, sino la forma en la que funciona el mundo hoy". (AP, 3/3/2015)

En el Museo Ixchel, Joe Biden se reunió privadamente con un selecto grupo de empresarios de Centroamérica, disertando sobre la política de la administración Obama en relación a los beneficios del Plan de “Alianza para la Prosperidad”,

Al igual que Obama, cuando haló de las orejas a los empresarios centroamericanos, en la cumbre de presidentes del SICA en mayo del 2013, Biden repitió los mismos argumentos sobre la necesidad de que los empresarios asuman su rol:

“Ahora mismo sus países tienen las menores tasas de impuestos en el Hemisferio Occidental. La única manera para recolectar los fondos necesarios para invertir en su futuro, es convenciendo a otros a lo mismo, es tomando acción para recaudar y manejar los ingresos, asegurándose que los mismos sean administrados de forma efectiva, eficiente y transparente para que la gente sepa a dónde va el dinero” (La Hora, 3/3/2015).

Los gobiernos de Centroamérica, especialmente en el Triángulo Norte, sufren de una crónica crisis fiscal debido a que los empresarios siempre se resisten a pagar más impuestos. Sobre el tema de la inversión extranjera, Biden volvió a reclamarles: “Ustedes necesitan hacer un convincente esfuerzo con compañías alrededor del mundo para que inviertan en Centroamérica y necesitan centroamericanos patriotas que inviertan en sus países y no en el extranjero. Señores, es muy difícil convencer a compañías extranjeras que vengan a invertir cuando sus propias compañías no lo están haciendo y sí lo hacen en el extranjero (…) Nosotros no les podemos decir cuáles deben ser sus prioridades, eso lo tienen que descifrar ustedes y cuando lo hagan, déjennos saber porque Estados Unidos trabajará con ustedes si están dispuestos a comprometerse” (La Hora, 3/3/2015).

No hay duda que el imperialismo norteamericano se siente frustrado por sus agentes en Centroamérica. El mensaje es claro: Estados Unidos va a apoyar financieramente el Plan “Alianza para la Prosperidad”, si los gobiernos involucrados, y sus elites empresariales, se comprometen a seguir lo que ordena Washington.

Presiones y roces por la continuidad de la CICIG

La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), fue creada mediante un acuerdo del gobierno de Oscar Berger (2004-2008) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año 2006, el cual fue ratificado por el Congreso de Guatemala en agosto del 2007.

La CICIG es un organismo creado por el imperialismo norteamericano cuya principal misión es “asesorar” a las instituciones represivas del Estado (Ministerio Público y Policía Nacional Civil) –en muchos casos se coloca por encima de las mismas-- con el objetivo de combatir y desmantelar a los grupos militares y paramilitares.

La CICIG fue recibida con entusiasmo por los organismos defensores de los derechos humanos y por una significativa parte de la izquierda, porque tenían la ilusión que se combatirían los crimines y la impunidad. Guatemala sigue siendo un país con altos índices de violencia, y donde se asesina a más dirigentes sindicales y populares en relación a los países de la región centroamericana.

La CICIG fracasó en sus objetivos. Para los socialistas centroamericanos es una inútil intervención del imperialismo, que no ha frenado los asesinatos de sindicalistas y dirigentes populares. Para los círculos de poder de Guatemala, sumamente entrelazados con el narcotráfico y el crimen organizado, la CICIG es una piedra en el zapato. Las críticas actuales del gobierno de Pérez Molina y de una parte de la derecha guatemalteca a la permanencia de la CICIG persiguen otros objetivos, diferentes a nuestras críticas.

Al inicio de su mandato, en febrero de 2012, el presidente Otto Pérez Molina se mostró anuente a solicitar la renovación del mandato de la CICIG, pero un año después cambió de posición: "No vamos a seguir dependiendo de organismos internacionales, tenemos que hacer nuestros propios esfuerzos (…) Temas que investigar siempre van a haber, para eso tenemos al Ministerio Público, tenemos la Corte Suprema de Justicia y esperamos que las instituciones queden fortalecidas.” (Prensa Libre 18/12/2013).

En la reciente cumbre de presidentes del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) con el vicepresidente de Estados Unidos, con el objetivo de impulsar la llamada “Alianza para la Prosperidad”, Joe Biden lanzó un fuerte ataque a los detractores de la CICIG y condicionó la ayuda económica de Estados Unidos, a la prórroga del mandato de la CICIG, que vence en 2016.

Abandonando el lenguaje diplomático, Biden dijo claramente que “La Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) debe ser prorrogada; claro que es una decisión soberana pero debe ser prorrogada si alguien espera que el Congreso de Estados Unidos se vaya a sumar a la iniciativa haciendo compromisos de miles de millones de dólares; ustedes deben estar comprometidos para limpiar el sistema. La impunidad es un problema gigantesco en el Triángulo Norte y punto.” (El Periódico, 3/3/2015).

En el momento no hubo protesta por parte de Pérez Molina, pero dos días después declaró: “(…) cuando se habla de programas de cooperación de planes como la Alianza para la Prosperidad, nosotros asumimos responsabilidades también, pero una cosa es asumir responsabilidades compartidas y diferenciadas, pero otra cosa son imposiciones, imposiciones que estoy seguro ningún país va a aceptarlas, aquí la CICIG no fue ninguna imposición, fue una solicitud que se hizo en el gobierno de Alfonso Portillo (…) Yo platiqué con los presidentes de Honduras y El Salvador, y la respuesta de ellos fue muy clara… un mandato como el actual que tiene hoy la CICIG en Guatemala, ni Honduras y El Salvador están dispuestos a aceptarlo.” (El Periódico, 5/3/2015).

Pérez Molina, que se opone a la CICIG, busca hacer un bloque de oposición junto a los presidentes de El Salvador y Honduras, para resistir las presiones de Joe Biden.

Las ilusiones de la ex guerrilla del FMLN

Irónicamente, el gobierno de la ex guerrilla del FMLN es el que más ilusiones tiene en el PAP. El presidente Salvador Sánchez Cerén se siente “muy optimista porque hemos definido bien esos mecanismos (…) Estados Unidos ve el compromiso que existe en la región, de los tres gobiernos, la voluntad política para hacer esa transformación en la región”.

El gobierno del FMLN está optimista porque el PAP supuestamente beneficiará a un millón 160 mil salvadoreños que viven en 44 municipios (10 de la zona norte del país, y 34 de la zona costera)

Incluso, Sánchez Cerén fue más allá, al afirmar que “El Salvador desea se le apoye en los esfuerzos que hace en relación a la mejora de la recaudación fiscal y en su combate a la evasión. Estamos seguros que Estados Unidos puede ser un aliado en este último tema.” (Colatino, 4/3/2015).

El FMLN pide de rodillas al gobierno de Estados Unidos que le ayude a hacer lo que por sí mismo no puede hacer, obligar a los empresarios de la ANEP a pagar más impuestos, , y que le ayude a superar la crisis fiscal.

Limosneros y Pordioseros

Honduras es uno de los países más violentos del mundo. Fue el único país de Centroamérica en donde la rápida intervención norteamericana, con bases y enorme cantidad de personal desplegado, evitó el surgimiento de movimientos guerrilleros en la década de los años 80 del siglo XX. Pero la falta de una revolución se manifestó trágicamente en el surgimiento de maras, altos índices de violencia y dominio casi absoluto de los carteles del narcotráfico.

Al igual que Guatemala y El Salvador, Honduras necesita restablecer con urgencia la deteriorada autoridad del Estado burgués. Por ello el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, alardeando dignidad y en tono optimista y declaró: “Siempre dijimos que deberíamos dar el primer paso, pero que no queríamos ir como limosneros o pordioseros. Por eso tenemos una gran cantidad de recursos alineados en estos pilares que conforman la Alianza de la Prosperidad (…) Hoy debo reconocer que el presidente Obama y el vicepresidente Biden aceptaron su corresponsabilidad y es bueno, porque pasaron décadas para que se llegara a ese reconocimiento.” (El Heraldo, 3/3/2015).

JOH está feliz por la “corresponsabilidad”, pero ella en nada resuelve el problema de la violencia y narcotráfico, cuyo principal responsable es Estados Unidos como país consumidor de drogas.

¿Y el dinero, quien lo pone?

El PAP en un plazo de cinco años costará aproximadamente 15 mil millones de dólares. Estados Unidos anunció que aportaría los primeros mil millones de dólares, sujetos a las condiciones impuestas por Biden.

Lo que nadie dice es de dónde saldrá el resto del dinero. Mientras tanto, los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras, al igual que la fábula de la lechera, se están tomando la leche sin haber ordeñado la vaca.

 

Por Orson Mojica

Acaba de terminar, de manera intempestiva, sin resoluciones políticas de fondo, la III Cumbre de presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Costa Rica. Al parecer, la CELAC ha nacido muerta, envuelta en la más grande impotencia política, y con un discurso cada vez menos independiente de los Estados Unidos.

Orígenes de la CELAC

La CELAC tiene sus antecedentes inmediatos en la I Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC), reunida en Brasil, los días 16 y 17 de diciembre de 2008. La CELAC fue creada en febrero de 2010 en México, pero fue constituida definitivamente en la Cumbre de Caracas, realizada los días 2 y 3 de diciembre de 2011.

La primera Cumbre de la CELAC se llevó a cabo en Chile en el 2013 y la segunda en La Habana en el 2014, y recientemente acaba de finalizar la III Cumbre.

Cambios económicos y políticos

La CELAC reúne a todos los gobiernos de América, excepto al imperialismo norteamericano y canadiense. Algunos reformistas consideran a la CELAC la antípoda de la Organización de Estados Americanos (OEA), que fue creada en el marco de la guerra fría, bajo la indiscutible hegemonía de Estados Unidos, que siempre ha considerado a América Latina su “patio trasero”.

Este salto de la OEA, sometida a los dictados de Estados Unidos, a la CELAC, con iniciales pretensiones independentistas, es un reflejo directo de los cambios económicos y políticos de la última década en América Latina, caracterizada por un auge en las exportaciones de materias primas (con altos precios internacionales), cierto bienestar económico que produjo crecimiento de la clase media urbana, cierta reducción de la extrema pobreza, y el surgimiento de gobiernos burgueses de izquierda que ascendieron al poder mediante procesos electorales.

En América del Sur, este proceso estuvo encabezado por el chavismo (aunque también por el ascenso del PT brasileño al poder). Estos cambios económicos han producido un relativo margen de maniobra de estas burguesías, o de las fuerzas de izquierda reformista en el poder. Uno de estos cambios, por ejemplo, es el indiscutible hecho de que muchas de las economías de América del Sur (Perú, Argentina y Ecuador), giran en torno al emergente imperialismo chino.

La mayoría de las empresas en China son agentes de las multinacionales, es decir, está formada por capital que no tiene fronteras. Independientemente de esto, es notable del decaimiento de la influencia de los Estados Unidos en América Latina. Este fue el contexto del surgimiento de la CELAC, cuyo principal impulsor fue el chavismo. Pero ese contexto se está agotando rápidamente.

Crisis de la CELAC

En poco tiempo, la CELAC comenzó a entrar en crisis como proyecto “independiente” de sectores de la burguesía latinoamericana. De 2011 a 2015, en menos de cuatro años, hemos observado un declive de los gobiernos populistas de izquierda en América Latina: crisis del kirchnerismo en Argentina, debilitamiento del PT en Brasil, crisis del chavismo en Venezuela, solo para citar los ejemplos más importantes.

El ímpetu de las primeras reuniones de la CELAC está dando paso al más abyecto pragmatismo de los gobiernos que la conforman.

Sin caer en el catastrofismo político, como anuncian los agoreros de la derecha, es obvio que hay un agotamiento político de los gobiernos populistas de izquierda, no solo en América del Sur, sino también en Centroamérica, cuyas máximas expresiones han sido el relativamente fuerte gobierno sandinista, el débil gobierno del FMLN (el intento frustrado del Melismo en Honduras) y en menor medida el actual gobierno del PAC en Costa Rica.

Crisis económica en los países del ALBA

La crisis económica en Venezuela, que refleja un agotamiento del modelo populista del chavismo, hace tambalear al pilar fundamental de los países del ALBA. Los Petrodólares son cada vez más escasos y por ello disminuye la influencia política de los herederos del chavismo dentro del ALBA; y también disminuye la influencia del ALBA en América Latina.

Pareciera que lo que predomina actualmente es “sálvense quien pueda”. Cuba negocia directa y secretamente con los Estados Unidos, sin resultados todavía claros, y los países del ALBA, en mayor o menor medida (los más estables son Ecuador, Bolivia y Nicaragua), pero en el contexto global de la crisis capitalista es una amenaza cada vez mayor.

El fracaso de la III cumbre en Costa Rica

En esta reunión de la CELAC se aprobaron 25 declaraciones especiales sobre diversos temas, entre ellos el importante tema de la suspensión del bloqueo contra Cuba, el caso de las islas Malvinas, narcotráfico, corrupción, trata de personas, cambio climático, reestructuración de la deuda soberana de Argentina, solidaridad con Venezuela, etc.

Si algo evidencia estas 25 declaraciones es que existe un debilitamiento de las veleidades nacionalistas de la burguesía latinoamericana, y la pérdida de peso político de los gobiernos del ALBA dentro de la CELAC. De hecho los países del ALBA no llevaron una estrategia común.

Roces entre Luis Guillermo Solís y Daniel Ortega

Así lo refleja el boicot impulsado por Nicaragua en la reunión secreta de presidentes, que había propuesto Luis Guillermo Solís. Nicaragua exigió que Rubén Berríos, activista independentista puertorriqueño, fuese aceptado como jefe de la delegación nicaragüense en la reunión secreta de presidentes, encontrando oposición del presidente Correa de Ecuador y de la presidenta Dilma Rousseff de Brasil, país que forma parte del ALBA. Evo Morales tuvo una posición muy moderada.

La crisis dentro del ALBA quedo reflejada en las declaraciones del presidente Correa: “Con ese precedente, en la Cumbre de las Américas, en abril (en Panamá), Estados Unidos cedía el asiento a Inglaterra" para defender su posesión de las islas "Malvinas contra Argentina. No hay que confundir nuestro apoyo a Puerto Rico", expresado en las tres cumbres que la CELAC ha celebrado entre 2013 y 2015 (…) Queremos mucho a Nicaragua, queremos mucho a Puerto Rico (...), a los independentistas puertorriqueños, pero con Berríos en la reunión privada de la CELAC se hubiera sentado un precedente nefasto" (Varias Agencias),

¿Cuál fue el motivo del boicot nicaragüense?

No lo sabemos, pero hay dos temas que pueden incomodar a los sandinistas: el Canal y las presiones aperturistas sobre Cuba. Es muy probable que Luis Guillermo Solís haya querido llevar a la agenda el tema del Canal, por los supuestos daños ambientales en Costa Rica.

Un día antes de la realización de la cumbre de la CELAC, el canciller de Costa Rica, Manuel González, declaró que: "Nosotros ya en dos ocasiones le hemos pedido a Nicaragua que comparta y le hemos indicado su obligación de compartir con nosotros los estudios ambientales (…) En la primera ocasión la respuesta fue, palabras más o menos: no se preocupen, nosotros vamos a asegurar que no haya ningún daño ambiental, sabemos lo que estamos haciendo. En la segunda ocasión ni siquiera nos contestaron (…) En el río San Juan, Costa Rica tiene derechos de navegación y el Colorado es un río nacional que es muy importante para nosotros (…) El dragado que hay que hacer (para construir el canal) es muy grande, la generación de sedimentos que eso va a provocar, inclusive potenciales inundaciones muy cerca de la frontera, son peligros reales" (La Nación, 27/01/2015).

Apoyo incondicional a la política de Obama sobre Cuba

El tema de la suspensión del bloqueo a Cuba ha creado supuestamente un consenso latinoamericano, pero hay matizaciones importantes. Ahora que Obama ha iniciado el deshielo de las relaciones con Cuba, el problema no es la suspensión del bloqueo, porque este proceso se ha iniciado, sino los condicionamientos políticos al castrismo, que preocupan al sandinismo y a Venezuela, con un gobierno donde hay una clara influencia cubana.

El resultado final de la reunión secreta de presidentes de la CELAC es que no hubo posición conjunta sobre Cuba ante la reunión de Cumbre de las Américas que se realizará en Panamá en el mes de abril del 2015, aunque sí salió una declaración en el mismo sentido de las declaraciones anteriores, solicitando al gobierno de Estados Unidos el levantamiento del bloqueo económico contra Cuba, y apoyando los pasos dados por la administración Obama.

Todos coinciden en que es hora de suspender el bloqueo, hasta el propio Obama, pero lo que se discute tras bastidores es la intensidad de las presiones para lograr una apertura democrática en Cuba. En el fondo, los llamados gobierno de izquierda claudican ante la traicionera política de Obama sobre Cuba.

Transición de la OEA a la CELAC

La OEA se encuentra moribunda. En cierta medida la razón de ser de la OEA, durante mucho tiempo, fue la de constituir un bloque de países latinoamericanos contra Cuba socialista, y de apoyar el embargo y bloqueo económico contra la isla. Esta política del imperialismo se fue agotando, el gobierno cubano abandonó sus posiciones radicales de fomentar las guerrillas en el continente y poco a poco fue perdiendo consenso el tema del bloqueo a Cuba.

En este largo proceso, del seno de la OEA es que surgió la CELAC. Son los mismos países que participan todavía en la OEA pero sin Estados Unidos y Canadá. Estamos en un proceso de transición, en que la OEA cede el paso a organismos como la CELAC. La OEA se caracterizó por la incondicionalidad de los gobiernos latinoamericanos con la política yanqui de bloqueo a Cuba. Esta política está llegando a su fin, la OEA también.

La CELAC en sus inicios representó un proyecto nacionalista latinoamericano que rápidamente se agotó, ahora se perfila como el organismo que sustituirá a la OEA, aunque durante algún periodo puedan coexistir ambas.

Joe Biden reunido con los presidentes del Triángulo Norte

Por Orson Mojica

   El pasado 14 de Noviembre, el marco del foro “Invirtiendo en Centroamérica: Abriendo oportunidades para el crecimiento”, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en su sede principal en Washington, los presidentes Otto Pérez Molina (Guatemala), Salvador Sanchez Cerén (El Salvador) y Juan Orlando Hernández (Honduras) presentaron de manera conjunta, ante el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, un documento con el sugestivo título de “Lineamientos del Plan de la Alianza para la prosperidad del Triángulo Norte”.

Esta reunión es continuidad de la realizada por Barack Obama en julio de este año, con los presidentes del Triángulo Norte, a raíz de la crisis provocada por la oleada de niño migrantes procedentes de Centroamérica.

Extraña unidad de los gobiernos

   Pocas veces los gobiernos de Centroamérica presentan posiciones conjuntas, siempre se han caracterizado por la fragmentación política y la abyección ante el imperialismo norteamericano. Esta reunión no fue la excepción, sino la confirmación de esta tendencia histórica, a pesar que es la primera vez que los gobiernos del Triángulo Norte,aquejados por la crisis económica y el déficit fiscal, presentan una posición unitaria en la desesperada búsqueda por obtener recursos económicos ante el amo imperialista.

La tragedia social que sacude a Centroamérica, ha obligado a los gobiernos del Triángulo Norte a asumir algunas posiciones conjuntas para evitar el colapso de las instituciones del Estado burgués en cada uno de sus países, y conseguir dinero que les permita mitigar un poco la crisis económica y la degradación que carcome a estos países.

Denominador común

   Hay un denominador común en los países del Triángulo Norte: la pobreza, extrema violencia y continuas oleadas migratorias. Guatemala. Esto no es una casualidad, tiene un origen común. Guatemala, El Salvador y Honduras representan una trilogía de países en donde la revolución fue sofocada a sangre y fuego. La derrota de las guerrillas y las masacres, masivas o selectivas, fueron maquilladas con aperturas democráticas controladas, durante la convulsa década de los años 80. La derrota, por un lado, y la ofensiva neoliberal que vino posteriormente, por el otro, se combinaron para agudizar las terribles condiciones de vida de las masas populares

   La punta del iceberg de esta tragedia social han sido las continuas oleadas de niños migrantes que son capturados en la frontera de Estados Unidos. En realidad, los niños no viajan solos, pero el solo hecho de capturar tantos niños es un síntoma alarmante de descomposición social que el imperialismo norteamericano no ha dejado pasar de manera desapercibida y, al contrario, ha comenzado a tener una política para desinflar inminentes situaciones de violencia incontrolable y sus secuelas migratorias.

Norte y Sur dentro de Centroamérica

Las secuelas de la derrota de la revolución y la actual crisis económica ha configurado Centroamérica en dos polos, con países parecidos pero distintos: los países del Triángulo Norte, son la zona geográfica que refleja una situación de retroceso social y barbarie, mientras los países de la parte sur (Nicaragua, Costa Rica y Panamá) aunque aquejados por la crisis representan una situación relativamente distinta al Triángulo Norte.

El caso de Nicaragua es excepcional porque, aunque sufrió directamente la ofensiva imperialista y su revolución fue derrotada, dos décadas después su economía capitalista muestra débiles signos de recuperación.

Oleadas migratorias incontenibles

   El documento presentado por los presidentes del Triángulo Norte revela un dato alarmante: cerca del 9% de la población de Guatemala, El Salvador y Honduras, unas 100,000 personas, cada año migran clandestinamente hacia Estados Unidos, buscando trabajo y huyendo de la violencia: “Hasta el 31 de agosto de este año, 50,303 niños procedentes de nuestros tres países han sido detenidos en la frontera de los EEUU, superando en más de 15 veces la cifra de 2009 (…) De acuerdo a American Community Survey (Census Bureau), los migrantes de El Salvador alcanzan 1.3 millones mientras que los guatemaltecos rondan casi 900 mil y los hondureños 536 mil”

   El alto índice migratorio refleja la desintegración de los países del Triángulo Norte. El caso más trágico se concentra en El Salvador, un país que ha tenido una constante y ascendente sangría migratoria desde los años 80.

   Con mucha preocupación, los presidentes del Triángulo Norte han abandonado sus diferencias ideológicas para concluir que: “La intensidad de los problemas que vivimos hoy será mayor mañana si no acortamos los tiempos para obtener resultados concretos que signifiquen mejoras reales en las perspectivas de empleo, ingresos y bienestar social en nuestros países”.

Problemas estructurales del capitalismo semicolonial

   Los presidentes del Triángulo Norte han concluido que los problemas a resolver son los siguientes: “(…) La falta de oportunidades de empleo, la violencia y la reunificación familiar han sido las principales razones para emigrar de nuestra región. (…) El modesto crecimiento de la región ha limitado las oportunidades para la población. (…) El bajo crecimiento ha conllevado a una tímida reducción de la pobreza y la desigualdad. (…) Una escasa formación de capital y economías concentradas en actividades productivas de escaso valor agregado han mermado nuestro potencial de crecimiento (…)”.

   Pareciera que estamos ante una crítica de las consecuencias de la ofensiva neoliberal, pero no es así. Lo que han hecho los presidentes del Triángulo Norte es describir tímidamente la realidad económica y social de nuestros países, cuyas economías se han degradado después de la derrota de la revolución en 1990-1992.

   Los presidentes reconocen que las escasas inversiones extranjeras en los países del Triángulo Norte se concentran en actividades de “poco valor agregado”, lo que acentúa la pobreza. Un dato alarmante es que más del 50% de la Población Económicamente Activa (PEA) se concentra en la agricultura y el comercio, mientras que menos del 15% se dedica a la industria manufacturera: “(…) Nuestras economías se caracterizan por un alto nivel informalidad. Tanto en El Salvador (71%), como en Guatemala (81%) y Honduras (84%) la misma supera el promedio de Centroamérica (65%) (…) Los jóvenes desempleados representan una gran proporción del desempleo total. En Guatemala y Honduras, constituyen más de la mitad de todos los desempleados, mientras que en El Salvador son más del 40%. La proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) en nuestros países es la más alta de Latinoamérica, alcanzando niveles cercanos al 30% (…) En 2013, la tasa de subempleo visible en El Salvador alcanzó casi 30% mientras que en Guatemala y Honduras se aproximó al 15% y 12%, respectivamente.(….) En El Salvador el 70% de la población tiene acceso a instalaciones de saneamiento, comparado con el 82% en América Latina. En Guatemala y Honduras alrededor del 18% de la población carece de acceso a electricidad, comparado con 5% en América Latina”.

   Esta confesión de los presidentes del Triángulo Norte confirma que el caso más grave de decadencia social está concentrado en El Salvador. No es una casualidad, pues, que el problema de las maras en ese país refleja un fenómeno con profundas raíces sociales, que no puede ser erradicada mientras no cambien las circunstancias que lo originó.

La imparable violencia

   Este es el contexto de decadencia económica y social que permite el florecimiento de la violencia, convirtiendo a los países del Triángulo Norte en la zona más violenta del mundo:  “(…) En el Triángulo Norte tenemos una tasa de violencia superior al promedio de Centroamérica y de América Latina, siendo particularmente elevada en Honduras. En 2012, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes fue 90 en Honduras, mientras que en Guatemala alcanzó 40 y en El Salvador 41, superiores al promedio regional de 25.24 En 2013, tuvimos 14,300 homicidios, de los cuales más del 90% se localizaron en los municipios con mayor emigración”.

   Estos datos no son nuevos, pero en boca de los presidentes del Triángulo Norte es una reafirmación de la justeza de nuestras críticas al capitalismo semicolonial.

El déficit fiscal

   El último componente de este drama social es el omnipresente déficit fiscal. Para 2013 Guatemala tenía un déficit fiscal de 2.07 de su PIB, Honduras tiene 3,50 y El Salvador es el más alto con 4.04. El déficit fiscal está asociado al endeudamiento público creciente. Para 2013 la deuda pública de Guatemala representaba el 24,4 del PIB, para Honduras representaba el 40.2% y para El Salvador representaba el 54.9% del PIB.

   Lo que no dicen los presidentes del Triángulo Norte es que la falta de ingresos en el presupuesto se debe al efecto de los tratados de libre comercio y al hecho que las grandes empresas nacionales y extranjeras tiene exenciones fiscales casi permanentes, quedando el peso de los impuestos sobre la clase media y los sectores populares, lo          que resulta insuficiente para sostener los gastos mínimos del Estado.

Más entrega al imperialismo: zonas económicas especiales

   Como conclusión, los presidentes del Triángulo Norte se han impuestos una seria de medidas a tomar como la promoción de la inversión extranjera, que no es otra cosa que la entrega de los recursos naturales y la explotación de la mano de obra semi esclava.

   Llama la atención que los presidentes del Triángulo Norte se han comprometido a impulsar “la creación de zonas económicas especiales en donde se les brindará un tratamiento diferenciado a nuevas inversiones”, retomando la experiencia que impulsó Juan Orlando Hernández, cuando fue presidente del Congreso Nacional de Honduras, creando las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE).

Otto Pérez Molina y Juan Orlando Hernández representan sectores de la burguesía en Guatemala y Honduras, pero la posición de Salvador Sanchez Cerén, un ex guerrillero que dice ser de izquierda, es realmente vergonzosa. El gobierno del FMLN en El Salvador acepta este planteamiento de crear “zonas económicas especiales” dando un salto de calidad en su arrodillamiento ante el imperialismo norteamericano y las transnacionales.

Medardo González, Secretario General del FMLN, guardó silencio en torno al tema de las “zonas económicas especiales”, pero declaró que el FMLN apoyaba el planteamiento conjunto de los presidentes del Triángulo Norte, en su apuesta por "fortalecer la economía y consolidar las instituciones y trabajar en el terreno de la seguridad pública y generar que haya menos inmigración". (La verdad digital.com, 17/11/2014)

En su documento, los presidentes del Triángulo Norte retomaron el viejo planteamiento de agilizar el comercio, incluyendo una mayor movilidad de los trabajadores de estos países, lo que indica que buscan que las altas tasas de desempleo abierto incidan en la reducción de salarios, como una forma de atraer a las transnacionales.

Objetivo central: Fortalecimiento y coordinación de las policías

   Para lograr una mayor “seguridad ciudadana” los presidentes del Triángulo Norte se han comprometido a impulsar un plan de fortalecimiento y coordinación de las fuerzas policiales:    “(…) fortalecer las capacidades de gestión de las fuerzas policiales, incluyendo formación, capacitación, profesionalización y equipamiento, sistemas de información para prevenir y combatir el delito y a su vez promover su acercamiento a la comunidad, incluyendo sólidos mecanismos de rendición de cuentas que mejoren la percepción y la confianza ciudadanía. (…) A nivel regional, se buscará la mayor sinergia posible en formación policial, centros de referencia de información de violencias y delitos, banco de experiencias de los tres países en materia de prevención y control del delito, entre otros”

   Detrás del palabrerío sobre la “seguridad ciudadana” se esconde el objetivo real de fortalecer, no a los ejércitos, sino a los aparatos policiales por ser estos quienes están al frente de la represión y de la imposición del orden. Para camuflar este objetico central, también se proponen modernizar el sistema de tribunales de justicia, para darle una cobertura jurídica al proceso de revitalización de las desprestigiadas e inoperantes instituciones del Estado.

El optimismo de Biden

La conclusión es obvia: como pordioseros los gobiernos del Triángulo Norte piden ayuda económica a Estados Unidos, a través del BID. Para justificar la necesidad de apoyo económico, estos gobiernos han tenido que plantear parcialmente la dramática realidad social de esos países condenados a la barbarie.

El vice presidente Joe Biden ha mostrado sus reticencias con una mezcla de moderado optimismo:Siempre que haya voluntad política (en Honduras, Guatemala y El Salvador), Estados Unidos estará preparado para trabajar con estos países para lograr avances que beneficiarán a todo el hemisferio (…) Yo no veo ninguna razón por la cual Centroamérica no puede convertirse en la gran historia de éxito futuro en el hemisferio (…) Pero ninguna cantidad de asistencia financiera va a resolver este problema. El ingrediente clave no es el dinero, sino la voluntad política para tomar algunas decisiones extremadamente difíciles en esos países”. (La Nación, 15/11/2014)

No hay duda que el imperialismo norteamericano está muy preocupado por la descomposición social de los países del Triángulo Norte, pero ello no implica que tiraran el dinero. Al contrario, el Plan “Alianza para la Prosperidad” demuestra que el imperialismo norteamericano quiere dirigir sin intermediarios el proceso de recomposición del Estado burgués en los países del Triángulo Norte.


Por Orson Mojica

Desde el año 1960, cuando los Estados de Centroamérica aprobaron el Tratado General de Integración Económica (TGIE), que dio origen al Mercado Común Centroamericano (MCCA), se contemplaba la unión aduanera centroamericana. El artículo I del TGIE incluyó el compromiso de “constituir una unión aduanera entre sus territorios”.

54 años después todavía no se ha creado la unión aduanera centroamericana, a pesar que en 1991, después de consumada la derrota de la revolución (1979-1990), se creó el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) que sustituyó al MCCA. Después vino la ofensiva neoliberal y la suscripción, cada Estado por separado, de múltiples tratados de libre comercio, que han tenido una incidencia negativa en los proyectos burgueses de integración económica centroamericana.

No se debe confundir la unión aduanera centroamericana, destinada a fortalecer un mercado regional centroamericano, que crearía las bases económicas y fiscales de un posible Estado Centroamericano, con la suscripción de tratados de libre comercio, dirigidos a facilitar las importaciones de las metrópolis, así como el abastecimiento de materias primas.

En Octubre de 1993 los Estados de Centroamérica suscribieron el Protocolo de Guatemala, el cual en su Artículo 15 reafirmó nuevamente el compromiso de constituir de manera gradual y progresiva la Unión Aduanera Centroamericana, entre sus territorios. Los países que más avanzaron en una unión aduanera bilateral fueron Guatemala y El Salvador, pero en el resto de países predominan las aduanas nacionales que se han convertido en un obstáculo al comercio regional.

Desde entonces han ocurrido enorme cantidad de reuniones, cumbres presidenciales, pero la meta de la unión aduanera centroamericana no se ha realizado. El junio de 2004 los Estados de Centroamérica aprobaron el Marco General para la Negociación de la Unión Aduanera en Centroamérica, repitiendo lo mismo que ya estaba establecido en el TGIE. En 2006 se acordó iniciar la “armonización arancelaria”.

En este proceso, hay tendencias contradictorias. Por un lado, los Estados de Centroamérica han suscrito varios tratados de libre comercio, siendo los más importantes el CAFTA-DR en 2003 (Costa Rica lo hizo hasta el 2007) y reciente el Acuerdo de Asociación (ADA) con la Unión Europea (UE).

Si bien es cierto que estos tratados han facilitado el comercio mundial, privilegiando las exportaciones e importaciones hacia Estados Unidos y Europa, las trabas del comercio intrarregional subsisten y en algunos casos han empeorado, paralizando o debilitando en los hechos el proceso de implementación de la Unión Aduanera Centroamericana. De esta manera podemos concluir que la incidencia de los tratados de libre comercio ha sido impedir en los hechos la constitución de la unión aduanera centroamericana.

La implementación del CAFTA-DR y el ADA ha profundizado la crisis fiscal de los Estados en Centroamérica, en la medida en que la desgravación arancelaria reduce los exiguos ingresos fiscales. Algunos especialistas estiman que la eliminación total de aranceles en las exportaciones centroamericanas, más el efecto producido en los impuestos internos indirectos (como el IVA), le cuesta a los países centroamericanos una reducción de sus ingresos fiscales en alrededor del 10%.

El resultado final ha sido que para superar la crisis fiscal, muchos gobiernos crean nuevos impuestos y cobros aduaneros, con el objetivo de aliviar sus propias crisis fiscales, pero con ello entierran el ansiado proyecto de unión aduanera.

Lo poco que se ha avanzado en materia de unión aduanera se debe a las presiones imperialistas de Estados Unidos y la Unión Europea (UE), con el objetivo de consolidar un mercado regional donde puedan vender libremente sus productos, pero nunca han intentado crear un Estado Centroamericano.

En la cumbre del SICA de mayo del 2013, Barack Obama criticó a los gobiernos centroamericanos por la lentitud del comercio regional, presionando por la unión aduanera centroamericana sin decirlo abiertamente.

Ante el estancamiento de la unión aduanera, ahora le ha tocado el turno al inoperante Parlamento Centroamericano (PARLACEN) de reimpulsar el proyecto de unión aduanera centroamericana.

En noviembre de este año será instalada en Panamá la comisión mixta de diputados del PARLACEN y del Parlamento Europeo para aprobar el reglamento de control y ejecución del ADA, el que incluye la implementación de la unión aduanera centroamericana.

La meta del PARLACEN es que en enero del 2015 comience a funcionar la libre circulación de mercancías y personas en toda Centroamérica. Hasta ahora, el tratado CA-4 ha permitido que en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua exista un régimen flexible de circulación de personas y mercancías, pero éste no funciona hacia el sur, es decir, no incluye a Costa Rica y Panamá.

Orlando Tardencilla, diputado nicaragüense y vicepresidente del PARLACEN, ha dicho que en 2015 los Estados de Centroamérica “deben garantizar la homologación de los procedimientos de regulación comercial y migratoria en cada una de las fronteras” (www.parlacen.int).

Para el año 2017 debe estar funcionando plenamente la unión aduanera centroamericana. Esos son los planes y directrices del imperialismo norteamericano y europeo, quienes imponen el ritmo del mercado regional.

Los trabajadores y la izquierda centroamericana debemos estrechar lazos y potenciar nuestro propio proyecto socialista, ante la existencia de un mercado regional y grupos burgueses regionales que se coordinan entre sí. Ellos nos llevan ventaja, debemos apurar el paso.

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