Por Clemente Bardales

Mientras en Honduras de apagaba la lucha contra el fraude electoral, durante los meses de diciembre del 2017 y enero 2018, los medios de comunicación registraron en notas marginales una noticia importante: el estallido de una huelga de los trabajadores bananeros organizados en el histórico Sindicato de Trabajadores de la Tela Railroad Company (SITRATERCO).

Una historia gloriosa

La transnacional Tela Railroad Company ya no opera en Honduras, sino la Chiquita Brands, pero el sindicato conserva el nombre inicial, como parte de sus tradiciones de lucha.

EL SITRATERCO jugó un papel crucial en el estallido de la huelga de 1954, que rápidamente se convirtió en huelga general, y aunque no logró transformarse en una revolución democrática victoriosa, contribuyó a cambiar la historia en Honduras. El proletariado bananero fue, quizás, hasta los años 60 y 70 del siglo XX, la columna vertebral de la clase trabajadora de Honduras, pero este rol comenzó a disminuir en la medida que los enclaves bananeros dejaron de ser el principal motor de la economía. Una clase trabajadora moderna emergió en la manufactura, en las maquilas y en el sector público, la que terminó opacando el rol de los trabajadores del banano, pero que tampoco ha logrado superarlos.

Reducidos a su mínima expresión, producto de algunas derrotas anteriores, los trabajadores bananeros organizados en el SITRATERCO conservan todavía las tradiciones de la huelga de 1954.

El inicio de la huelga

El 28 de diciembre del 2017, dos días después de las elecciones y en el inicio de la lucha contra el fraude electoral, los trabajadores de 10 fincas bananeras, iniciaron la huelga en protesta por el hecho que la empresa pretende trasladar los servicios de salud, que se reciben en el Hospital de La Lima, hasta otro hospital en San Pedro Sula (SPS), lo que obligaría a los trabajadores a recorrer 17 kilómetros que es la distancia mínima entre las dos ciudades. El servicio medico antes era prestado por La “Lima Medical Center”, ahora es prestado por la empresa privada de seguros “MAPFRE”, a la cual los trabajadores no le tienen confianza.

La huelga no fue general al inicio, unas fincas entraban en huelga, mientras otras terminaron trabajando, pero la llama de la huelga se mantuvo encendida casi durante 3 meses.

La cláusula 13 del Convenio Colectivo vigente establece que las atenciones médicas serán prestadas en el Hospital de la Lima. La empresa pretende trasladar los servicios médicos a otro hospital, en otra localidad, para evitar que los trabajadores gocen de sus beneficios médicos, y de esta manera ahorrar costos. Es una forma encubierta de negar los beneficios del Convenio Colectivo. Es un ataque camuflado contra las conquistas históricas de los trabajadores bananeros.

Pero, lo mas grave ha sido, que la decisión de trasladar los servicios médicos a SPS, fue acordada entre la directiva del sindicato y los ejecutivos de la Chiquita. Por esta razón, la huelga de los trabajadores bananeros reviste una doble importancia, porque se libra no solo contra la empresa sino contra las decisiones erradas, anti obreras, de la burocracia sindical. Después los burócratas tuvieron que retroceder, ante la presión de las bases.

El ataque de la Chiquita pretende producir situaciones de hecho: se produce en vísperas de la negociación del convenio colectivo que vence el 30 de mayo de 2018.

La represión y los despidos

La huelga ha sido mantenida por unos 2,000 trabajadores, quienes han impedido la exportación de banano, poniendo en jaque a la Chiquita. La huelga permaneció activa en 10 fincas: Omonita, Limones, Laureles, Corozal 6 Corozal 7, y Finca Cob, Indiana, Mopala, Santa Rosa y Ceibita. Las áreas de riego se mantienen activas para no dañar las plantaciones, ya que ello equivaldría a destruir a la fuente de trabajo. La huelga esta concentrada en las plantaciones de la costa norte o caribe, porque solo a ellas afecta el traslado de los servicios médicos a SPS

A pesar de la persecución a los dirigentes sindicales de base, la huelga no ha podido ser quebrada, lo que motivó a la empresa a utilizar a la Policía para desalojar a los trabajadores, después de mas de 70 días en huelga, pero la lucha no ha terminado.

Urge la solidaridad centroamericana

Debido a que la huelga impide la explotación de banano, la transnacional esta importando banano de Guatemala. Sin quererlo, posiblemente por falta de información, los trabajadores guatemaltecos del banano, sin darse cuenta, están debilitando la huelga en Honduras.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los sindicatos bananeros de Honduras a cerrar filas con la huelga del SITRATERRCO, organizando un paro nacional del sector bananero. De igual manera, llamamos a los sindicatos, federaciones y centrales sindicales de los trabajadores bananeros de Centroamérica, a brindar solidaridad efectiva con esta importante lucha.


Por Clemente Bardales

Después que el gobierno de Estados Unidos agotó una negociación secreta con Nasralla, a mediados de diciembre del 2017, finalmente reconoció el “triunfo” de Juan Orlando Hernández (JOH), inclinando la balanza a favor del partido Nacional. De esta forma se terminó la incertidumbre. La reelección fue un hecho consumado, pero el verdadero elector no fue el pueblo de Honduras, sino el gobierno de Estados Unidos.

El llamado al Dialogo Nacional

Una vez ungido, el pasado 19 de diciembre del 2017, JOH pronunció un discurso moderado, llamando al Dialogo Nacional. “(…) Los resultados del proceso electoral fueron estrechos a nivel presidencial, sin embargo, la decisión de los electores consolidó una bancada preminente en el Congreso Nacional, igual hay una expresión electoral mayoritaria a nivel de las Alcaldías. Esos resultados no deben ser usados para proclamar división. (….). Los recientes resultados electorales nos deben mover a todos los hondureños a una profunda reflexión. (…) Es el momento de reiniciar el camino del entendimiento nacional, de la integración de la familia hondureña y de la unidad de propósitos. Honduras nos reclama un reencuentro nacional de todos los sectores de la sociedad. Sentamos a la mesa para definir en conjunto los objetivos fundamentales que como Nación debemos señalar y perseguir (…)” (El Heraldo 19/12/2017)

Precisamente porque los resultados fueron estrechos, fue que el Partido Nacional logró montar el mas espectacular fraude electoral, cambiando toda la información en los servidores del Tribunal Supremo Electoral (TSE). De esta manera, no solo se robaron la presidencia, sino que además lograron montar una mayoría de diputados y alcaldes nacionalistas.

El llamado a la reconciliación despertó a decenas de grupos de membrete de la llamada “sociedad civil”, quienes se prestan al juego de JOH tratando de sacar algún provecho económico.

La debilidad coyuntural del segundo gobierno de JOH

Pero el gobierno de JOH no es independiente, recibe y cumple instrucciones del imperialismo norteamericano. Apartando la maniobra, el llamado de JOH no debe tenerse como un acto de fortaleza e independencia, sino más bien de debilidad y subordinación.

Aunque JOH se coronó como presidente reelecto, la lucha de masas mostró, a nivel nacional e internacional, la naturaleza represiva y antidemocrática del régimen bonapartista que JOH y el Partido Nacional han construido en los últimos años. Por esta razón, este segundo gobierno de JOH es, por el momento, mucho más débil que el instaurado a inicios del 2014. En una democracia burguesa, cualquier gobierno debe ostentar una mínima legitimidad democrática. Esto no existe en Honduras. Este segundo gobierno de JOH se apoya más en la fuerza del Ejercito y los diferentes cuerpos de Policía, que en la credibilidad popular.

El imperialismo norteamericano quiere regímenes fuertes, que le ayuden a combatir el crimen organizado y el narcotráfico en Honduras y Centroamérica, pero por el momento no quiere dictaduras, porque estas terminan siendo rechazadas y combatidas por el pueblo. Por ello, la administración Trump y el propio JOH están conscientes que necesitan acelerar el plan de reformas democráticas en Honduras para ganar un mínimo consenso social, y contener el descontento popular.

El primer paso para implementar reformas democráticas, que no serían boicoteadas por la oposición, es obviamente el Dialogo Nacional, donde serian negociadas el contenido y profundidad de las mismas.

Se tragaron el anzuelo

Inicialmente JOH convocó al Dialogo Nacional como una maniobra para poder juramentar a sus alcaldes y diputados en el Congreso Nacional. Necesitaba ganar tiempo, detener las movilizaciones, para juramentarse el también como presidente reelecto. Este momento no fue analizado correctamente por la Alianza de Oposición contra la Dictadura, liderada por el dúo Nasralla-Mel Zelaya y el partido LIBRE.

Desde Estados Unidos, Nasralla aceptó participar en el Dialogo Nacional, Mel se opuso al inicio, pero después hizo un giro y se puso de acuerdo con Nasralla. Ambos dirigentes, mantuvieron posiciones contradictorias que contribuyeron a desmoralizar a las masas que luchaban en las calles, lo que terminó incidiendo en la desmovilización.

Ambos dijeron que no querían una negociación directa con JOH, sino que el Dialogo Nacional se realizara a través de mediadores, una especie de mandaderos que llevarían y traerían los mensajes. Después dijeron que era necesario un mediador internacional y que los acuerdos tuvieron efecto vinculante. Poco a poco, con un poco de ruido por las declaraciones estridentes y contradictorias de Nasralla o del propio Mel Zelaya, la propuesta de Dialogo Nacional fue validada por ambos.

De esta manera, la agenda política en Honduras ya no gira en torno a la lucha de masas contra el fraude electoral, ni siquiera en la necesidad de convocar a nuevas elecciones, sino en cómo instalar un Dialogo Nacional que por el momento no se le ve principio ni fin.

En vez de oponerse tajantemente, para crear mejores condiciones de lucha, manteniendo la tensión de la presión social en las calles con el objetivo de anular el resultado electoral y convocar a nuevas elecciones, Nasralla y Mel Zelaya terminaron tragándose el anzuelo, cayendo en la trampa.

Las recomendaciones de la ONU

En ese proceso, tanto el gobierno de JOH como Nasralla-Zelaya aceptaron la mediación de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Después de una visita a Honduras, de la misión exploratoria del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU, esta no logró instalar el ansiado Dialogo Nacional, sino que se limitó a recomendar que “el nombre del mediador/facilitador debe ser aprobado por los principales actores políticos”, es decir, que la ONU se negó a mediar sino era nombrado por ambas partes.

Al producirse un impasse, tanto JOH como la Alianza volvieron a las mutuas recriminaciones. El Partido Nacional acusó a la Alianza de apoyarse en las maras, el binomio Nasralla-Zelaya volvieron a insistir en nuevas elecciones y se investigara la violación a los derechos humanos, etc. La denuncia de que Nasralla-Zelaya están aliados a las maras, persigue el objetivo que Estados Unidos presiones directamente a la Alianza.

Las preocupaciones de la Iglesia Católica

El frenazo en la instalación del Dialogo Nacional, preocupó a los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras, quienes hicieron publica una carta dirigida a JOH y Nasralla, en la que manifestaban lo siguiente: “Es conocida a nivel nacional e internacional la crisis post electoral, por lo que no podemos ni debemos prolongar una crisis que paraliza el país y que no propicia cambios profundos en el seno de la sociedad. La salida es un diálogo inclusivo con la presencia de todos los sectores a fin de superar la crisis” (…) La ausencia de diálogo entre ustedes dos, profundiza la crisis política en el país. Si no se logran a corto plazo acuerdos reales, racionales y altruistas, se agudizará la violencia, habrá mayor represión militar y policial, aumentarán las víctimas mortales, se paralizará la economía, se acrecentará la pobreza, se dividirá aún más la población, lo que podría derivar en ingobernabilidad” (…) Acepten un arbitraje mediado por alguna de las instituciones internacionales de las que Honduras es miembro, que posibilite un diálogo franco y sin condiciones, que concilie sus posiciones sin ventajas políticas para nadie a fin de llegar a las decisiones que beneficien a la sociedad”, (15/01/2018)

Las preocupaciones de la Iglesia tienen su fundamento en el enorme descontento social existente en Honduras, especialmente después del fraude electoral. Por ello presionan a las partes para que se instale urgentemente el Dialogo Nacional.

La visita de altos funcionarios norteamericanos

El pasado 14 de febrero arribó a Tegucigalpa el señor John S. Creamer, subsecretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para México, Cuba y Centroamérica, confirma que, para el Departamento de Estado, Honduras se ha transformado en una prioridad. Por lo tanto, no hay cheque en blanco firmado a favor de JOH, la ayuda económica y el reconocimiento diplomático estás condicionados al cumplimiento del plan desarrollado por la administración Trump.

En una declaración a los medios de comunicación, Creamer dijo lo siguiente: “Reconocí en la reunión los resultados logrados por el gobierno sobre todo en seguridad, la impresionante reducción en la tasa de homicidios. Al mismo tiempo hablamos sobre nuestra necesidad de seguir apoyando al Ministerio Público, también la MACCIH, dos instituciones claves en la lucha contra la corrupción. Conversamos también sobre la coyuntura actual del país y la necesidad de lanzar un diálogo nacional amplio, creíble y transparente, con el apoyo de la comunidad internacional para atender las demandas expresadas en las elecciones del mes de noviembre pasado”.(El Heraldo 15/02/2018)

Como se puede observar, la prioridad de la administración Trump en Honduras es la lucha contra el narcotráfico, crimen organizado (especialmente contra la Mara Salvatrucha MS-13), migración y también la lucha contra la corrupción, lo que pasa por el apoyo a la MACCIH, un organismo que, a pesar de su ineficacia, no agrada mucho a JOH y al Partido Nacional Y como punto especial, la política de Estados Unidos pasa por la instalación del Dialogo Nacional “amplio, creíble y transparente” para sanar las heridas causadas por el fraude electoral de noviembre del 2017.

El 25 de febrero arribó a Tegucigalpa la señora Nikki Haley, miembro del Consejo de Seguridad Nacional y embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, siendo la segunda funcionaria de alto nivel que arriba a Honduras durante el mes de febrero. La Embajadora Haley se reunió no solo con JOH, sino también con líderes de la sociedad civil “para destacar las alianzas estadounidenses en la región, enfocadas en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico” (El Heraldo, 26/02/2018).

Al rescate

Para destrabar el impasse, Luis Zelaya, presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL), propuso crear “una junta de convocantes de expresidentes de la República... poder de convocatoria tienen los expresidentes Zelaya, Maduro, Carlos Flores; sentados sobre la mesa después de esa convocatoria vendrá el mediador internacional” (La tribuna, 27/02/2018).

Esta propuesta, que incluye al propio Mel Zelaya, pretende iniciar una negociación al mas alto nivel de los grupos de poder en Honduras.


Por Horacio Villegas

«El escándalo es la sombra inseparable de la política»

León Trotsky, Escritos Tomo I, 1929-1930

Otro escándalo nos ha sorprendido de nuevo a los hondureños, pues Juan Jiménez Mayor, el jefe de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), ha renunciado a su cargo el pasado jueves 15 de febrero. Los motivos de su salida inesperada se encuentran en el malestar de la OEA y el gobierno, precisamente, por la búsqueda que estuvo haciendo la MACCIH en el caso de una red de diputados corruptos, que en su mayoría son del Partido Nacional, del que destaca Mauricio Oliva, actual presidente del Congreso Nacional –y principal aliado de JOH.

Dentro de los motivos de la deserción del jefe de la MACCIH se encuentra la contratación del mexicano Jacobo Domínguez, quien era asesor en política electoral de esta misión; las posturas favorables de parte de Domínguez hacia el corrupto Partido Nacional demostraron su proceder dentro de esta misión de apoyo.

La actitud que tomó el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, también fue motivo suficiente para la renuncia de Jiménez Mayor de la MACCIH. Dentro de los conflictos que tuvieron estos dos representantes del imperialismo gringo, en apariencia personales, están de fondo las políticas favorables del gobierno de Trump para con el gobierno nacionalista. A pesar de que la MACCIH tenga las pruebas de varios ilícitos de funcionarios nacionalistas, Almagro se negó a reconocer los pequeños logros que se tenían en este seguimiento a los corruptos del país. Y sin dejar duda alguna sobre el caso, Almagro aceptó la renuncia de Jiménez Mayor.

«Me dirijo a ustedes para hacerles saber que he aceptado la renuncia de Juan Jiménez a la MACCIH en el deseo que la misma se convierta en una oportunidad para fortalecer el trabajo de la misión… Finalmente, a pesar de lo imprevisto e inconsulto de esta renuncia y las dificultades que ella pueda traer, la MACCIH seguirá adelante, espero que con mayor eficiencia administrativa y resultados más profundos y significativos a la hora de erradicar la corrupción del sistema político hondureño.» (Extracto de la carta de Luis Almagro, replicada en La Prensa, 16 de febrero de 2018)

El motivo principal de la renuncia de Jiménez Mayor de la MACCIH

El motivo principal que hizo que Jiménez Mayor dimitiera de su cargo de la MACCIH, fue haber conseguido rastrear a una ONG que dirigía la suegra de Juan Orlando Hernández, Carlota Carías. El medio de comunicación que denunció con severidad esta noticia, fue el New York Times, en un número publicado recientemente.

«El mes pasado, los investigadores del panel y la oficina del fiscal general allanaron una fundación que es una de las tantas que canalizan el gasto social del gobierno hondureño con poca supervisión. La suegra del gobernante, Carlota Carías, fue directora ejecutiva de la fundación.» Elisabeth Malkin (Artículo replicado por Criterio.hn, 18/febrero/2018)

No cabe duda que el gobierno de Juan Orlando Hernández logró presionar a la OEA para que relevara de sus cargos a algunos miembros de la MACCIH, para que no siguiera dándole seguimiento a investigaciones de esta naturaleza, pues ponen al descubierto el verdadero terreno en que se mueven los corruptos del país: en el seno de las familias nacionalistas, herederas de anti-valores tan nefastos que acabarán con todas las instituciones del país.

El papel que deben tener las organizaciones de trabajadores, el movimiento social y otros representantes del pueblo hondureño, ante la abismal corrupción en el país

Si bien existen instituciones estatales dedicadas al seguimiento de casos de corrupción, como por ejemplo el Ministerio Público, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la actualmente la acéfala MACCIH, es necesario también que haya presencia activa de las organizaciones civiles y populares del país. No serán las misiones de apoyo de la OEA u otros organismos precedidos por el imperialismo gringo, las que nos quitarán de raíz este enorme flagelo que es la corrupción; pues con la marcha de los acontecimientos negativos que transcurren en el país, se ha vuelto notoria la dejadez y la omisión intencionada del gobierno y los gringos.

Varias situaciones tendremos que conducir cabalmente los hondureños antes de sanear este débil Estado, de corruptos de la talla de los funcionarios nacionalistas.  En cuanto no saquemos a este gobierno fraudulento, que se impuso en el poder a la fuerza en noviembre del 2017, y que ya lleva más de treinta asesinatos, no podremos tener instituciones fuertes que se encarguen de aplicar la justicia por parejo.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), hacemos un llamado a todas las organizaciones de los trabajadores, civiles y populares, para que tomen el papel de estos organismos internacionales en el tema de la corrupción; pues, ya los acontecimientos recientes nos han demostrado la complicidad de la OEA y el gobierno nacionalista, quienes se niegan a dar pronta respuesta y posterior ajusticiamiento, por los casos, ya recurrentes, de la tan dañina corrupción.


Por Joshua y Claudia Rivera

El Colegio Médico de Honduras (CMH), en febrero del 2016, cuando la doctora Suyapa Figueroa asumió la presidencia, comenzó a librar una lucha contra la privatización de la salud, en defensa del Estatuto del Médico Empleado, contra la Ley Marco del Sistema de Protección Social (LMSPS) que ya estaba en vigor. Además, se discutía en el Congreso Nacional la primera de sus cuatro leyes secundarias: la Ley del Seguro Social.

La LMSPS y el conjunto de leyes complementarias que el gobierno hondureño pretende aprobar, están diseñadas para desentender al Estado de su responsabilidad y acabar con el acceso amplio de la población a los servicios de previsión social y de salud, como un derecho universal, y convertirla en una mercancía a la que pueden acceder solamente los más ricos. Un proyecto regional que ha demostrado atentar contra los derechos laborales y el ejercicio humano de la profesión médica.

En Honduras, la Salud es el único servicio público que no ha sido privatizado a través de una serie de alianzas público privadas que los gobiernos neoliberales impusieron tras el golpe de Estado de 2009.

Frente a las postergaciones del gobierno y la Secretaría de Salud, en septiembre de 2017 el gremio médico convocó y sostuvo Asambleas Informativas y medidas de presión a nivel nacional hasta que logró sentar al gobierno a negociar, y con dignidad obtuvo el pago de reajustes y deuda con el gremio desde el año 2013, y el mayor concurso en la historia del Colegio (450 estructuras de trabajo).

En plena crisis provocada por el fraude electoral para imponer la dictadura de JOH, el CMH ha librado su más reciente batalla: las elecciones internas del CMH. El Movimiento de Transformación Gremial (MTG) disputó el control del gremio a dos contrincantes nacionalistas --Movimiento Ético y Democrático (MED) y Coalición de Médicos en Acción de Honduras (COMAH)--, derrotándolos. El MTG no tomó partido en la crisis, se plegó a las normas de un Tribunal de Elecciones controlado por la oposición, denunció las artimañas cachurecas para captar los votos de médicos desempleados, toleró una campaña mediática sucia y, pese a todas estas condiciones, la doctora Suyapa Figueroa fue reelecta. El MTG ganó con más del 75% los 20 cargos de elección, un hecho sin precedentes en la historia del gremio médico, que extiende dos años más el trabajo honesto que hasta el momento ha evidenciado y detenido el proyecto privatizador de la salud en Honduras.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) instamos a las dirigencias sindicales del magisterio y otros gremios a emular el ejemplo del CMH. Las ultimas luchas libradas por el gremio médico de Honduras son un modelo a seguir en otros países como Colombia, Panamá y otros miembros de la Confederación Médica Latino-Iberoamericana y del Caribe (CONFEMEL). El CMH se ha transformado en un marco de referencia para combatir los ataques a los colegios profesionales y las conquistas gremialistas en sus respectivos países. Al mismo tiempo llamamos los y las trabajadoras de todos los países a luchar de forma coordinada por la defensa del derecho a la salud pública.


Por Horacio Villegas

Ahora la censura se nos presenta –ante las últimas sesiones del congreso en donde se votó el destino de la ley «bozal»– revestida con títulos e incisos harto engañosos; basándose en las usuales molestias, que recurrentemente caracterizan a las redes sociales: un sinfín de comentarios con bravura e indignación de aquellas personas que se atragantan de cólera por el corrupto proceder del gobierno. No puede escribirse normalmente una ley que busque con afán las generalidades en excepciones: los perfiles falsos y el malestar excesivo en las redes apenas ocupa una excepción en el internet.

Estos legisladores mediocres, que apoyan esta tentativa contra la libertad de opinión, desean a toca costa ahogarse de comentarios favorables para su deleznable partido. Nadie puede suplantar el odio por cariño a la fuerza. La corrupción –cómo es de suponerse en este país– sólo se acabará combatiéndola desde el escenario que sea más provechoso.

Facebook ha compensado, para bien, los trámites engorrosos y falsos que acarrean los órganos de «¿justicia?», y ha vuelto más evidente e inmediata –y con suerte, eficaz– la denuncia. Nada de secretividad hay en esto; y por lo tanto desde allí se encara y enjuicia sin formalismo previo alguno. He aquí, las verdaderas molestias que provocan en estos cobardes diputados el uso concienzudo y activo de las redes sociales. Lo que realmente les incomoda es estar expuestos ante el pueblo, quedar descubiertos; para así, sin ninguna sombra que los vigile, seguir libres, cometiendo robos y saqueos al tesoro público.

La malnacida «Ley nacional de ciberseguridad y medidas de protección ante los actos de odio y discriminación en internet y redes sociales», surge en el contexto de más de treinta asesinatos, violaciones a los Derechos Humanos, en el apogeo de la depravación nacionalista que ha coronado a su tirano, y en suma, alrededor de una sociedad golpeada por el terror militarista y la perversidad política del partido nacional y los Estados Unidos de Norteamérica.

Entonces, ¿hacia dónde nos quiere llevar este gobierno corrupto-ilegítimo- cobarde-asesino? Está claro que el rumbo al que nos dirigen es el fracaso, sino la muerte.

«…porque se puede matar al hombre de múltiples maneras, según si se rompe su cuerpo o su sentido de la vida humana, o su estima de sí mismo y su dignidad de ser hombre: por tortura, privación de libertad, discriminación racial, política, religiosa, extinción de la personalidad, subyugación del pensamiento e impedimento de su expresión.» (Paul Ricoeur, «violencia y discurso», 1982, p. 298).

En donde se aminoran las libertades democráticas, y se mancillan derechos tan elevados y primarios como la vida, florecen cadáveres humanos que esperan redención; y hoy más de treinta vidas arrebatadas por este gobierno, claman JUSTICIA a gritos. La censura –en cualquier forma que se nos presente– no llegará a fulminar nuestras libertades más preciadas, pues no hay frontera todavía existente, que nos limite a gritarles ¡CORRUPTOS! A los corruptos, y ¡LADRONES! A los ladrones –aunque el mensaje esté escrito y decorado sobre la herrumbre de las sencillas piedras.

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