Por Ricardo Velásquez

El ex Ministro de Educación, Marlon Escoto, fue destronado de la Educación Pública en un abrir y cerrar de ojos. El señor Marlon Escoto se venía desempeñando como Ministro de Educación y como Rector de la Universidad Nacional de Agricultura (UNA) a la vez. El día seis de enero presentó su renuncia como Ministro de Educación aduciendo que “regresaría a casa”, la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), donde se ventilaba una lucha estudiantil desde noviembre del año pasado.

Ante la problemática surgida en la UNA, el Consejo de Educación Superior nombró un Rector Interino para que la Universidad siguiera funcionando; ante esta decisión, Marlon expresó “Yo soy el rector de la Universidad de Agricultura, ya que gané las elecciones y sigo fungiendo como administrador de la institución” (LT 06/01/2017).

El día 10 de enero el Congreso Nacional aprobó la creación de una Junta Interventora para la UNA con plenos poderes durante un año, con opción a ser prorrogable. El Presidente de la Comisión de Educación, Rodimiro Mejía, manifestó "Lo que se va a hacer es intervenir una institución del Estado, no se está interviniendo la casa particular del exministro (de Educación), si se pone en rebeldía se le aplica la ley e incurre en el delito de desacato a la autoridad".

Los contrastes

A inicios del año 2012, Marlon Escoto fue nombrado Ministro de Educación por Porfirio Lobo. Desde su nombramiento llegó a dirigir la educación pública con plenos poderes de ensañarse contra los docentes y terminar con las movilizaciones y paros convocados por la dirigencia magisterial. En los dos años con Porfirio Lobo violentó de diversas formas los derechos de los docentes, invisibilizó a la dirigencia magisterial y con puros “oficios” trató -según él- de eliminar la reprobación y llevar a un 100 % la eficiencia de los alumnos en su aprendizaje de competencias mínimas.

Marlon Escoto fue ratificado en su cargo por Juan Orlando Hernández y al solo iniciar el gobierno de éste, fue llamado al Congreso Nacional, a moción de Edgardo Casañas, diputado por Libre, para que diera explicaciones sobre la Jornada Extendida, decisión que violentó derechos de docentes a mantener Jornada Plena.

Siendo su comparecencia ante el Congreso Nacional el 19 de marzo del 2014, entre otras cosas Marlon Escoto manifestó “la falta de clases, ha generado un aumento en el número de delincuentes, la prostitución y trata de personas, mientras que el Estado erogó más de 90 mil millones de lempiras, sin ningún resultado. Precisó que de 2009 a 2010 se invirtió un 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y el año pasado se alcanzaron los 200 días de clase con solo el 4.9 por ciento del PIB. Paradójicamente, Cuando se invirtió más en educación fue cuando más tiempo se mantuvieron cerradas las escuelas por la ingobernabilidad del sistema. Expuso que en 2007, 2008 y 2009 se invirtió más presupuesto en materia educativa, pero hubo un bajo rendimiento académico”. http://www.observatoriodescentralizacion.org/

En esa ocasión el flamante Ministro fue ovacionado por todos los Diputados de los Partidos Nacional y Liberal, quedando en firme las decisiones arbitrarias e ilegales que venía tomando.

Sin lugar a dudas que Marlon Escoto debió ser considerado un superdotado en ese momento, al asegurar que los problemas socio económicos del país han ido en aumento a consecuencia de la falta de clases en la educación pública. Pero en dicha comparecencia también manifestó que en el 2013 se habían alcanzado los 200 días de clase. Sin embargo, tal logro no fue motivo para que los problemas de delincuencia disminuyeran, por el contrario; fueron en aumento. Ahora, 3 años después, la situación socio económica del país está peor, y se cumplen 200 o más días de clases. Muy simplista y determinista la explicación del ex ministro en aquel entonces para justificar la Jornada Extendida.

Pero el flamante Ministro fue ovacionado y aplaudido en aquel entonces por los mismos Diputados que en enero lo defenestraron de este año de la UNA, sumando en esta ocasión a los diputados de Libre y del PAC.

Los docentes: verdaderos garantes de la calidad en la educación pública

La historia NO le ha dado la razón a Marlon Escoto. Después de 5 años de que él estuvo al frente de la Educación, no disminuyó la delincuencia, ni la prostitución, ni los asesinatos, ni el narcotráfico ni la corrupción en el país, ni los jóvenes que se van mojados a los EUA. Entonces, todos los problemas que él achacó a la ausencia de los docentes del aula de clases, son consecuencia de políticas represivas y explotadoras de los diferentes gobiernos, quienes solo siguen directrices de los cooperantes externos, como son todas las medidas adoptadas por él y aprobadas y legitimadas por el Congreso Nacional y el régimen post golpista.

El magisterio fue crucificado porque es el sector que más luchó en esta primera década del siglo; la lucha magisterial tuvo al filo de la navaja al gobierno de Ricardo Maduro (2002-2006), en su insistencia de abolir el Estatuto del Docente. El magisterio evolucionó de la lucha reivindicativa a la lucha política al sumarse a las calles contra el golpe de estado del 2009, y fue llamado la “columna vertebral de la resistencia”.

Esta actitud de vanguardia en contra de las medidas neoliberales y del golpe de Estado, golpeó mucho a la burguesía y la clase empresarial durante casi dos décadas, por ende, fue uno de los primeros sectores aplastados junto al Sindicato de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (SITRAUNAH), destruidas sus conquistas económicas y sociales, y lo que es peor; violentados sus derechos permanentemente.

Una vez que el magisterio fue atado de pies, manos y boca, pusieron en marcha diversas medidas para mejorar ostensiblemente los indicadores nacionales del rendimiento escolar de los alumnos. Lo hicieron por dos vías: midiendo las competencias mínimas de los educandos y evaluando a los docentes. Pero todo fue mediante “oficios”, sin una política educativa consensuada con el magisterio y padres de familia.

Estas acciones solo dieron material al gobierno y los enemigos del magisterio para despotricar en contra del mismo, señalando la deficiencia de los docentes y los alumnos. En cada “oficio” ordenado por el ex Ministro de Educación, violentando en muchas ocasiones la Ley, en vez de mejorar la calidad de la Educación Pública fue en menoscabo de esta. Es así como el régimen se jacta de lograr los 200 días de clase durante los últimos 4 años, pero detrás de esos 200 días se esconde un solo propósito: sacar a los maestros de la lucha y maniatarlos dentro de 4 paredes.

La mayor prueba de que se ha empeorado la calidad de la educación son los resultados de los alumnos en las diferentes evaluaciones al final del año, lo que es reiterativo en los años sub siguientes hasta llegar a las Pruebas de Aptitud Académica (PAA) de la UNAH. En todo ese proceso de evaluaciones, se culpa al “perro más flaco” como son los docentes. Se aplican evaluaciones con un propósito mal intencionado a los maestros y se les culpa por los malos resultados.

Todo encarrilado a desmotivar al gremio, estigmatizarlo y encasillarlo en la política educativa impuesta por el régimen.

Sin duda alguna, que la defensa de la Calidad de la Educación Pública pasa por lo que el docente haga dentro del aula de clases, lograr que los educandos obtengan las competencias mínimas requeridas por los programas de estudio. Pero no solo de eso dependen los buenos resultados; lo que más afecta es el entorno socio económico en el que vive sumergida la gran mayoría de los estudiantes junto a sus familias.

En los resultados de las PAA que aplica la UNAH como requisito para ingresar a la misma, dentro de las instituciones educativas privadas con mayor puntaje que logran en la misma, están los estudiantes varones de Taular y de las instituciones públicas. Corresponde al Centro de Investigación e Innovación Educativa (CIIE) dependiente de la Universidad Pedagógica Nacional, el primer lugar (Prensa Universitaria 15/11/2016).

Los alumnos del Taular y el CIIE son provenientes de clase media o bien, de parejas asalariadas, las que en su generalidad cuentan con un denominador común: hogares compactos o bien familias que cuentan con condiciones mínimas de calidad humana. Caso diferente son los resultados reflejados por la gran mayoría de los estudiantes que hacen la Prueba de Aptitud Académica provenientes de los centros educativos de mayor conflictividad social o de mayores problemas económicos, los que obtienen calificaciones muy bajas o a penas logran los puntajes para ser admitidos en la UNAH.

Si las familias que se debaten en la miseria son las que envían a sus hijos como nuestros alumnos, entonces los docentes deben cumplirles a esos padres y sus hijos brindando una educación de calidad. No la de Marlon Escoto ni la de JOH.

Una educación pública con calidad que le brinde a los educandos las competencias mínimas ligadas a un mayor desarrollo de conciencia social, en la que los alumnos lleven la educación a un campo en el que tienen conciencia para defender sus derechos y el de las grandes mayorías.

Por Horacio Zambrano Raudales

A más de 50 días de toma de las instalaciones de la UNA (Universidad Nacional de Agricultura) de Honduras, los compañeros y compañeras demuestran tener la suficiente convicción y valentía ante la situación crítica que vive esta institución. Los estudiantes exigen la reforma integral de la UNA, debido al régimen de corrupción, manifestado en la irregularidad de las edificaciones internas, la frágil estructura académica que permite las influencias en la selección y preferencia de estudiantes a la hora del ingreso y evaluación de éstos, también se sumaron las denuncias hacia Marlon Escoto por el casi linaje compuesto por sus familiares dentro de la institución.

Luego de la aprobación por parte del Congreso Nacional, el martes 11 de enero, del decreto que contempla la creación de una Junta Interventora para la UNA, surgen varias dudas y consideraciones sobre el tema. Debemos tomar en cuenta que bajo gobiernos, como el actual, se vuelven inevitables los “reparos” a instituciones del Estado, pero no perdamos de vista que han sido estos gobiernos los que las han nombrado y dotado de administraciones. Lo mejor será darle seguimiento a esta Junta Interventora, integrarse también en los procedimientos que ésta siga ya instalada en la UNA.

¿Cuál es el rol de la Junta Interventora?

Para muchos estudiantes y profesores en lucha, la designación de la Junta Interventora ha sido un triunfo, un gran paso adelante, para otros es el “mal menor” y otros no dejan de verla con recelo. Debemos valorar realmente que es esconde detrás del nombramiento de esta Junta Interventora.

Es necesario no dejar inadvertido el papel de fondo que jugará la Junta Interventora en esta crisis. Tal parece que el movimiento de estudiantes y profesores que logró consolidar los reclamos por el saneamiento de la UNA, estalló ante problemas concretos de corrupción, nepotismo y deficiencia de las instalaciones.

La historia del movimiento estudiantil no se cansa

El movimiento nació espontáneamente, sin la presencia de corrientes políticas, sostenido por el conjunto de estudiantes que pertenecen a las diferentes carreras de la UNA. Por ello su base organizativa responde a la articulación democrática de la colectividad de estudiantes, que se reúnen en asambleas y deciden por mayoría; en este sentido, los compañeros y compañeras deben estar alertan ante cualquier maniobra que conduzca a la desarticulación, pues, está de más decir que tanto a la Junta Interventora como a la nueva administración que asuma el gobierno de la UNA, le será fastidioso lidiar con un movimiento de estudiantes organizados y prestos a denunciar cualquier injusticia.

Es necesario sentar bases fuertes en el movimiento de la UNA, quizá pequeñas organizaciones que trabajen por carrera, una especie de asociaciones de estudiantes que vigoricen y den constancia a las luchas por las mejoras inaplazables de la UNA. De allí surgirán las vocerías rotativas tal como son ahora; las discusiones podrán ser tema de agenda de las organizaciones por carrera, y así se evitarían problemas futuros como el estancamiento de las discusiones en dirigencias provisionales.

Una reforma profunda debe conducir a la autonomía

Si la petición de los compañeros de la UNA se explicaba en la frase “UNA-REFORMA”, es inexcusable ahora, ya con la Junta Interventora dentro de la institución, reforzar esta frase con la legítima participación estudiantil en este proceso. La Junta Interventora no puede sustituir a los actores de la comunidad universitaria. Sin la presencia activa y creativa de la organización estudiantil y el peso que tiene su reclamo, no habrá una reforma profunda, en donde se haga justicia al mejoramiento de instituciones públicas como la UNA, sino un maquillaje del actual statu quo; son los estudiantes, los maestros y luchadores sociales –y no los gobiernos de turno– los que asumen el resguardo y defensa de la educación pública.

¡La historia del movimiento estudiantil no se cansa!, es hora de integrar un nuevo movimiento estudiantil que pulverice el aislamiento y las luchas dispersas: la UNA tanto como la UNAH y otras universidades públicas están a un paso de liberarse de su papel fundamental en la sociedad, que no es otra cosa que servir y abrirse al pueblo. El movimiento estudiantil hondureño tiene que seguir luchando para que no sigan siendo subsumidas las universidades públicas a la lógica neoliberal; y sólo el acompañamiento, bajo las mismas consignas (autonomía, 10% para la educación superior estatal y retorno a la paridad estudiantil), hará posible esta importante hazaña.

La lucha por la autonomía para la UNA o el inicio del poder estudiantil

La lucha de los compañeros y compañeras de la UNA, vista de fondo, plantea la exigencia de la autonomía de esta importante universidad. Esto implicaría la potestad de decidir el rumbo administrativo, académico, económico y la forma de gobierno de la UNA; es fundamental pensar en el papel protagónico de los estudiantes en esta problemática, por lo tanto, es necesario exigir la representación integral en el gobierno universitario quizá compuesto por el poder bipartito, entre estudiantes y administrativos.

Los estudiantes de la UNA, en conjunto con los estudiantes de la UNAH, y demás organizaciones estudiantiles, de profesores y demás miembros de la comunidad universitaria, así como las organizaciones populares, debemos luchar por el aumento del presupuesto del 6 al 10% para la educación superior. La UNA necesita más fondos para sobrevivir. No creamos que serán los administrativos actuales o por llegar, los que consolidarán una reforma que implique la autonomía de la UNA, serán varios actores los que influirán en dicha reforma; principalmente serán los estudiantes con su media potestad dentro del gobierno universitario.


Por Agustín Raudales

El 28 de julio de 2016 se firmaba un acuerdo entre estudiantes -articulados en el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU)- y autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), dándole una supuesta “solución” a la crisis universitaria que paralizó las actividades académicas a nivel nacional y, en general, provocó un período de poder dual entre estudiantes y autoridades por más de 55 días.

El MEU logró articular un espacio amplio y democrático de representación estudiantil, integrando a las legítimas Asociaciones de Carrera, algunos movimientos independientes como el Movimiento Amplio Universitario (MAU), Avanzada, Movimiento Estudiantil Participativo (MEP), etc., al Frente de Reforma Universitaria (FRU), y comunidad estudiantil en general; sentó las bases de una articulación a nivel nacional a través de todos los Centro Regionales, y desarrolló una serie de propuestas académico-políticas que vendrían a respaldar, desde mayo de 2016, la madurez organizativa del movimiento estudiantil en más de 6 años de formación y politización en la UNAH.

La crisis universitaria, sin embargo, no fue -ni continúa siendo- un fenómeno aislado o coyuntural. El proceso de Cuarta Reforma Universitaria, por medio de una Junta Interventora del Congreso Nacional en 2004, vino a redefinir las estructuras administrativas, políticas, jurídicas y académicas de la UNAH, intentando diseñar un plan a corto, mediano y largo plazo para una “Reforma Integral”, iniciando en 2005 con la aprobación de la nueva Ley Orgánica; y propiciando la conformación estratégica de una Comisión de Transición (CT) hasta el 2008, que definiría líneas generales de construcción, planeación y seguimiento del proceso de Reforma.

A grandes rasgos, la Cuarta Reforma Universitaria en el aspecto académico involucró la creación de nuevas unidades académicas, entre Facultades y Centro Regionales Universitarios; se planteó además un proceso -estancado- de reforma curricular y actualización docente. Y a nivel administrativo-político reestructuró los órganos de gobierno, generando una ruptura con la Ley Orgánica de 1957 y, por tanto, con algunas conquistas obtenidas en la década de 1950 por medio de luchas obreras y estudiantiles, en específico durante la Junta Militar de Gobierno de 1956-1957.

En ese sentido, la paridad estudiantil, consolidada a través de la lucha integral entre la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras (FEUH), algunos sectores profesionales de la UNAH, partidos políticos, y en general, como consenso de la comunidad estudiantil, fue abolida; pasando a un sistema de participación tripartito entre estudiantes, docentes y autoridades. Con el sistema paritario los estudiantes representaban la mitad de la decisión en cualquier espacio colegiado del cogobierno universitario; quedando pues, con la Ley Orgánica del 2005, a casi un tercio, es decir, un 33.33% entre estudiantes, docentes y autoridades.

La Comisión de Transición, a sabiendas del conflicto que generaría no sólo la conformación del nuevo Consejo Universitario, sino también la nueva estructura orgánica y política del movimiento estudiantil universitario, llama a todas las Asociaciones de Carrera por medio del acuerdo CT 67-2006, a elegir dos representantes que pasarían a integrar la Asamblea Constituyente Estudiantil Universitaria (ACEU). La ACEU se plantearía en dos niveles, uno explícito de carácter organizativo-legal, y otro tácito desde lo político-gremial. En el nivel organizativo-legal, la CT veía necesario que la conformación de la FEUH fuera dispuesta sólo si sus instrumentos orgánicos estuvieran en armonía con la nueva Ley Orgánica en el marco de la Cuarta Reforma; por lo que es explicita en cuanto que delimita el objetivo principal de discutir, construir y -posteriormente- socializar los nuevos estatutos de la FEUH, así como el nuevo Reglamento Electoral Estudiantil, que garantizaría un proceso de elecciones en el autogobierno estudiantil, desde Asociaciones de Carrera (si fuera necesario), Asociaciones de Facultad, Centro Universitario y Centro Regional Universitario, hasta la FEUH.

Por otro lado, el planteamiento de una ACEU a un nivel político-gremial fue en principio una forma efectiva de garantizar la representación estudiantil, que desde años anteriores a la intervención se veía envuelta en un letargo ideológico, político y práctico, siendo cómplice -incluso- de actos de corrupción dentro de la UNAH. Y aunque fue previsto así por la CT, las autoridades de la UNAH, en sus diferentes gobiernos, han invisibilizado y frustrado cualquier intento de organización a través de este mecanismo. Desde el 2011, el MAU, junto con otros sectores como el MER-LZ, algunas asociaciones como Historia y Sociología, impulsaron no sólo el uso legal de esta garantía, sino que lo dimensionaron desde la legitimidad autónoma que surge desde la decisión estudiantil inmediata en las asociaciones de carrera. En ese sentido, la ACEU pasa a significar un espacio primordial para redefinir la identidad, principios, políticas, ideología y visiones generales del movimiento estudiantil universitario, en el marco no solo de la Cuarta Reforma, sino de los procesos de globalización neoliberal, reflejados en la progresiva privatización de la educación pública, privatización de los servicios públicos en general, medidas de extractivismo, etc.

Desde la conclusión emitida por la CT en 2006, muchos han sido los intentos de parte de los estudiantes por desarrollar un proceso autónomo hacia una legitima participación y representación estudiantil. Muchas han sido las experiencias de articulación que se han ido perdiendo en la efectiva política de las autoridades universitaria de la dilatación y el agotamiento.

Y en especial después del Golpe de Estado de 2009, el movimiento estudiantil universitario se vio en necesaria y pronta responsabilidad de pensarse y actuar desde la independencia de los lineamientos legales (que no reconocían sus estructuras en ningún nivel) para impedir la intromisión del sector administrativo, docente, y en un todo, alejados de la dinámicas y principios de los Frentes estudiantiles.

El 2010 vio nacer proliferar varias iniciativas de organización. Unas coyunturales, o bien articulaciones, como la Alianza de Movimientos Independientes (AMI), y otras como el Movimiento Estudiantil Lorenzo Zelaya (MER-LZ) o el MAU, que nacen como alternativas que defienden los principios de autonomía e independencia del movimiento estudiantil; y conscientes de la importancia de una visión amplia y consensuada del autogobierno presentan en 2011, junto con las Asociaciones de Carrera, una propuesta de ACEU, que como otras posteriores fueron anquilosadas entre silencio y la postergación.

Hoy, la síntesis de la organización del movimiento estudiantil universitario de la UNAH es un suspiro, un suspiro prolongado que lleva el aliento de generaciones frustradas, de generaciones quizás olvidadas, quizás necesariamente; lleva el aliento de 12 expulsados/as en 2014 por la democratización de la UNAH; lleva el aliento Morán y los gritos que frenaron la arrogancia; llevan el aliento de una semana de julio en 2015, y más de 20 compañeros/as entre letras rojas de penalistas; y llevan sobre la experiencia minúscula de 6 años, en especial, el reto de una sociedad que se irgue asolapada por sus verdugos entre la brutalidad y el hambre.

Si bien el MEU logró plasmar estos años de iniciativas y experiencias en sus estructuras, organización y dinámicas en general, la fragilidad en la claridad política pesó más hasta llevar a la firma de un acuerdo que acorraló al movimientos, dejando los dos grandes tareas de la articulación: consenso de un REE para consolidar en 2016 la representación estudiantil en el autogobierno y cogobierno universitario (Comité Técnico de Carrera, Junta Directiva de Facultad y Consejo Universitario) y discusión, derogación, debate y construcción de una nuevas Normas Académicas, con un límite todo esto hasta febrero de 2017; sin verdaderas condiciones objetivas que permitan, a todos los sectores estudiantiles, sentirse parte directa de un nuevo proceso de reforma.

El MEU alcanzó un nivel de coordinación a nivel nacional, con bases hacia una ambiciosa articulación permanente y cohesionada, pero terminó dilatando sus procesos internos según las exigencias aceleradas e inviables de unos acuerdos no socializados, y, lo que es más, en desmedro del apoyo que espontáneamente mostraba la masa estudiantil desde el inicio de la lucha. El MEU, además, sostuvo una imperativa pelea mediática en contra del supuesto apego a las política-partidistas de LIBRE, PAC o incluso del Partido Nacional, precisamente, porque basados en independencia se podía conseguir una visión auténtica por sobre el interés electoral, como el que en medio de supuestos se han lanzado una cantidad considerables de “personajes” activos, o en su defecto, simpatizantes de la lucha del MEU.

El MEU tiene la tarea redefinir sus principios organizativos en vista de no relacionar sus líneas políticas en el interés electoral-partidista. Esta tarea puede tener tres espacios de acción durante este año: el primero en la politización del estudiantado de la UNAH, para lograr crear cohesión en la lucha estudiantil y nacional; el segundo será la convergencia con otros grupos estudiantiles en lucha como UNA-Reforma, que si bien han acumulado experiencias negativas con respecto a las condiciones objetivas y subjetivas de su institución, no habían tenido hasta noviembre de 2016 un posicionamiento tan firme que obligó -sin mucha crítica de su parte, sino lo contrario- un proceso de intervención. El acercamiento a otros grupos estudiantiles es esencial en la conciencia gremial como sector vanguardista que ha demostrado estar al frente y activo en la crisis de las instituciones; al final, el objetivo pasa a ser una democratización de la educación pública. El último espacio es, precisamente, el acompañamiento popular. Porque si bien la lucha contra el gobierno nacionalista no es propia de un partido político, ésta todavía se relaciona con ciertos discursos populistas y cínicos.

El MEU debe mostrar posturas críticas y determinantes en la construcción democrática de espacios de participación popular; debe mostrarse, como en todas crisis políticas y sociales desde 2009, al frente, siendo capaz tanto de acuerpar, alegrar y acompañar, como discutir, construir y consensuar con los trabajadores, campesinos, pueblos originarios, etc.

Por Justo Severo Izquierdo

En las últimas dos semanas, el gobierno de JOH y los personeros de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (MACCIH), se enfrascaron en una lucha verbal que generó enormes fricciones. Lo que sembró la manzana de la discordia fue la polémica elección de los nuevos magistrados del Tribunal Superior de Cuentas (TSC). La MACCIH emitió un pronunciamiento sobre el proceso de escogencia de los tres funcionarios del TSC en el Congreso Nacional, donde cuestionaron fuertemente el proceso.

En el manifiesto señalan que no siguieron las recomendaciones hechas a la Comisión Multipartidaria, tampoco se conocieron los criterios de selección ni las calificaciones asignadas, mucho menos hubo un enfoque de género durante todo el proceso.

La MACCIH es una entidad internacional que se instauró en Honduras en el mes de febrero del 2016, como respuesta a la demanda del pueblo de instalar un organismo internacional que cumpliera con la investigación y judicialización de los casos más emblemáticos de corrupción en el país; esto después que se supo del bochornoso caso del Seguro Social, donde se dilapidaron cientos de millones de lempiras por parte de funcionarios del gobierno de Porfirio Lobo Sosa y que estos mismos ayudaron a financiar la campaña de Juan Orlando Hernández. El caso del Seguro Social conmovió a todo el pueblo y en ese marco surgió la plataforma de lucha de los indignados a través de la marcha de las antorchas; el gobierno y el imperialismo Yanki maniobraron para que ese enardecimiento popular no llegara a una convulsión social y desbaratara sus proyectos de saqueo y control político, es por ello que crean estratégicamente la MACCIH, organismo que llegó a disipar la ira de todo un pueblo indignado.

Luego de los nueve meses de instauración de la MACCIH, los resultados han sido escasos, parece ser que los misioneros se han acomodado a mantener firmas, convenios y celebraciones diplomáticas, no ha existido hasta el momento una acción contundente. El caso es que, para dinamizar este circo, el palabreo entre los personeros de la misión, JOH y su séquito, han creado falsas expectativas en el pueblo. JOH responde a Juan Jiménez Mayor, funcionario de la misión, que “la MACCIH debe entender una cosa también, el acompañamiento lo hemos solicitado, el acompañamiento activo, pero esa línea entre querer sustituir al hondureño de parte de un extranjero, eso no lo vamos a tolerar, no se puede por un tema de dignidad del país y si algo ellos consideran que no estuvo bien, entonces plantearlo” (El heraldo 10/11/2016).

José Ugaz, presidente de Transparencia Internacional sale a la palestra y defiende a su amigo Jiménez Mayor, declarando que “Hemos visto con preocupación los ataques de los últimos días a esta Misión porque lo único que ha hecho es cumplir con su deber y señalar que esa designación de los miembros del Tribunal de Cuentas ha sido un error. No es posible que se circunscriba el debate público a la reelección o no del actual presidente o de la agenda política que las elecciones van a imponer en algunos meses, aquí hay problemas más importantes que ese, como la corrupción, la violencia y seguridad ciudadana, por eso queremos insistir en que la agenda nacional no se distraiga por fuegos artificiales electorales” (El heraldo, 16/11/2016). Finalmente, el presidente del Congreso Mauricio Oliva defiende a su amo; Oliva responde a Ugaz “Debo reiterar que las funciones de la MACCIH en el territorio nacional, de conformidad al acuerdo es que apoyará y acompañará al Ministerio Público en procesos de capacitación y dar opiniones técnicas en algunos casos, pero al final las decisiones las tomarán los organismos nacionales” (La tribuna 17/11/2016).

Ante la falsa percepción de que la MACCIH será la panacea que curará todos los males en el país, es de aclarar que es un organismo creado por el imperialismo Yanki; éste junto al gobierno de JOH manejan una política mixta, donde se defiende por un lado los intereses de las élites políticas corruptas y por otro lado se nos vende la idea que en el país se necesitan cambios y que se debe combatir la corrupción. Desde su entrada, la MACCIH ha sido muy cuidadosa, no ha sido capaz de tocar los puntos centrales de la corrupción, ya que existen grupos ligados fuertemente a JOH, como el caso de Tony Hernández, hermano del mandatario que está involucrado en asuntos de narcotráfico. Por eso vemos cómo JOH se la juega junto a la MACCIH para obstaculizar todo proceso de investigación, porque teme que le destapen toda la olla de corrupción. La única manera para luchar contra la corrupción es que el pueblo se movilice, que cambie el gobierno, que depure y reestructure el Estado. Nos oponemos a los mecanismos del imperialismo de ejercer la tarea que le corresponde al pueblo: la de movilizarse y luchar contra las estructuras enquistadas en el Estado.

Por Ismael Galeano

El día 22 de noviembre del 2016, se convocó a una asamblea general del Frente de Reforma Universitaria (FRU), en el Centro Universitario Regional del Litoral Atlántico (CURLA).

En la reunión, uno de los puntos más importantes a tratar fue acerca de la protesta estudiantil que estaba ocurriendo en la Universidad Nacional de Agricultura (UNA).

La protesta, en el momento de la asamblea, llevaba alrededor de una semana y media. Se discutió punto por punto cuales eran las exigencias de los estudiantes de la UNA, por qué era su lucha, si esta era justa al tener vinculación directa con la UNAH. Como compañeros de lucha, se puso en votación si se debía apoyar a los estudiantes de la UNA, la asamblea votó por decisión unánime que se debía acuerpar a nuestros compañeros en Olancho, es por ello que después de un tiempo de discusión, se decidió emprender una movilización del portón de acceso a la universidad hasta el edificio de Voae (Vicerrectoría de Orientación y Asuntos Estudiantiles).

La movilización tenía dos objetivos: ser apoyada por la mayor cantidad de estudiantes posibles y que los medios de comunicación locales y nacionales filmaran esta protesta pacífica. El otro punto era para darle a entender al pueblo Hondureño y a los compañeros en lucha de la UNA que no estaban solos, que desde el CURLA serían apoyados por el FRU, las juntas directivas de las Carreras y la comunidad estudiantil.

El día jueves 24 de noviembre, los estudiantes de manera entusiasta llegaron a las instalaciones del CURLA atendiendo la convocatoria, cuyo propósito era obstaculizar el paso a los docentes y personal administrativo. Se comenzó a las 7:20 am, la marcha avanzaba lentamente como estrategia para poder paralizar las clases lo mayormente posible, se caminaba con pancartas y gritando consignas estudiantiles; a cada hora se acercaban más estudiantes que llegaban a unirse a la movilización.

Los dirigentes estudiantiles a cargo de esta movilización, velábamos por la seguridad física de los estudiantes, pidiendo a cada conductor de los vehículos que querían ingresar fuera meramente del personal de vigilancia y del de producción. En el transcurso de las 9:00 am, llegaron los distintos medios de comunicación, lo cual se designaron a los dirigentes o los voceros que expresarían el porqué de la marcha y sus motivos.

Se utilizó la movilización como táctica para la paralización de las actividades académicas. Esta surtió efecto. Consideramos que fue todo un éxito, se obstaculizó el paso de los docentes, personal administrativo y buses que llevaban a todos los estudiantes del centro. Se finalizó en el edificio de Voae como se tenía planificado, se gritaron las últimas consignas, se le agradeció a toda la comunidad estudiantil que participó en la movilización y se les exhortó a estar pendientes de las acciones que se vendrán en el futuro para conveniencia, ya sea de los compañeros que aún están en lucha de la UNA o para la misma lucha estudiantil de la UNAH.

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